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Dentro del nivel teórico, detengámonos en los diferentes enfoques que pueden
identificarse en las teorías sobre la cortesía:
Hay asimismo la idea de que las normas sociales tienen un efecto relevante sobre el
sistema lingüístico y dejan huellas en el léxico y la gramática; estas huellas pueden
describirse como un inventario de formas (Held 1995). La cortesía se convierte entonces
en una forma de indexación social, porque señala a quienes la tienen como personas
“bien” educadas, como miembros del propio grupo y a los otros, como vulgares,
indelicados y sin distinción. Esta definición es la que normalmente se encuentra en los
manuales de cortesía.
Cantidad. Haga su contribución tan informativa como sea necesario (para los objetivos
normales de la conversación); no diga más de lo necesario.
Calidad: No diga lo que crea que es falso; ni aquello para lo cual no tenga evidencia.
Relación: Sea pertinente.
Manera: Sea claro (Evite la ambigüedad, sea breve, sea ordenado).
Más tarde, Leech (1983) propone un Politeness Principle (principio de cortesía) cuyas
máximas se refieren a la conducta en general y menos al lenguaje.
Este principio, a pesar de ser sobre las condiciones generales y no locales para el uso del
lenguaje y representar un paradigma, estaría radicado, sin embargo, en las mentes de
los hablantes y tendría realidad psicológica. El principio señala especificaciones de cómo
ser cortés: minimizando la expresión de creencias descorteses y maximizando la
expresión de creencias corteses, donde descortesía se define como lo desfavorable al
oyente. El costo y el beneficio para éste son directamente proporcionales con la menor
y la mayor cortesía. Y así mismo están en una escala expresiones como: Pela esas papas,
dame el períodico, siéntate, mira eso, disfruta tus vacaciones, toma otro sánduche.
(Leech1983:107)
Leech habla de las máximas
de tacto, generosidad, aprobación, modestia, unanimidad y simpatía. Hay factores
minimizadores y maximizadores para cada una de ellas, pues las máximas se relacionan
con los tipos de actos de habla. Por ejemplo, la máxima de tacto supone minimizar
costos para el oyente, y maximizar sus beneficios; la meta máxima ordena no poner a
otro en la posición de romper la máxima del tacto; la máxima
de generosidad recomienda maximizar el beneficio del otro y minimizar el propio; la
de aprobación, maximizar el elogio y minimizar la crítica; la de modestia, minimizar el
auto-elogio y maximizar el elogio del otro; la de acuerdo, minimizar el desacuerdo y
maximizar el acuerdo; la de simpatía, minimizar la antipatía y maximizar la simpatía.
(1983:119)
3. Quienes entienden la cortesía como una relación de soporte, suponen que ella
contribuye a la construcción de la imagen personal de ego y alter. Se fundamenta la
cortesía en el concepto de imagen, basándose en el hecho de que los hablantes adultos
de una sociedad tienen una imagen o rostro y saben que los demás también la tienen.
La imagen se entiende como una serie de deseos que se satisfacen solamente a través
de las acciones de otros, incluyendo la expresión de estos deseos, se deriva del concepto
de Goffman (1967) según quien, en general, es del interés personal de los hablantes el
mantener mutuamente su imagen.
HABLANTES OYENTES
verborrágicos interruptores
discutidores distraídos
inhibidos monologadores
El desarrollo de las habilidades lingüísticas favorece la progresiva eliminación de estas
dificultades, por lo que los docentes debemos estar muy atentos a la formación
lingüística de nuestros alumnos e insistir en mejorar los aspectos que estén a nuestro
alcance.
Fíjense en la oposición entre oración (unidad gramatical) y enunciado (unidad del
discurso). Así, en la frase Vendré mañana por una parte distinguimos una oración
enunciativa y, por otra, si la contextualizáramos, podría significar una información
simplemente, un acuerdo, una promesa, una advertencia, una amenaza, etc.
Recursos de la cortesía en el lenguaje verbal.
A continuación presentamos una serie de recursos para expresar cortesía verbal que
hemos recopilado y hemos llevado al aula de Lengua castellana y Literatura:
1. Los modalizadores y las expresiones lexicalizadas: por favor, gracias.
2. Las expresiones atenuantes de la fuerza ilocutiva: si no le importa, si me permite, en
mi humilde opinión.
3. El uso de tiempos verbales atenuadores. Por ejemplo, sustituir el imperativo por el
condicional (Me gustaría que lo hicieras durante esta semana) o utilizar la forma
interrogativa (¿Puedes traerme el diccionario?).
4. El uso de oraciones impersonales: Se dice que despedirán a mucha gente.
5. Las formas de tratamiento (el uso de pronombres personales: preferencia de la forma
de usted sobre la forma de tú para expresar cortesía). La edad es uno de los factores que
determinan los tratamientos iniciales en la conversación en español, excepto en las
relaciones familiares donde la diferencia de edad no causa ya, como antaño,
tratamientos asimétricos (en los que uno de los hablantes usa la forma de usted y el
otro, la forma de tú). Tenemos que advertir que ambas formas (tú y usted) pueden llegar
a ser molestas y descorteses. Tradicionalmente, la forma de usted se señala como el
pronombre de cortesía, pero, en ocasiones, indica enfado o simplemente deseo de
marcar distancia. Sabemos que en los últimos años se tiende a pensar que se trata de
usted a la gente mayor, lo cual provoca a menudo el desagrado en algunas personas que
interpretan que las consideran mayores de lo que son. Entonces suelen protestar
(normalmente bromeando) y convierten esta queja en una manera simpática de
reclamar el trato de tú y así quitar tensión o distancia. El interlocutor que ocupa la
posición dominante es el que normalmente propone explícitamente el uso del tuteo. La
posibilidad contraria es menos frecuente, puesto que el interlocutor situado en la
posición inferior se arriesga a recibir una valoración negativa. Normalmente, la elección
de una u otra forma dependerá de las relaciones de poder o solidaridad y se producirá
después de una etapa de exploración y negociación entre los interlocutores.
Desde este punto de vista, este principio consiste, según P. Grice, en la siguiente
instrucción: “Haga usted su contribución a la conversación tal y como lo exige, en el
estadio en que tenga lugar, el propósito o la dirección del intercambio que usted
sostenga” (P. Grice, 1991: 516).
Las cuatro máximas en que se subdivide este principio son: 1) cantidad, 2) cualidad, 3)
relación y 4) modalidad, las que se subdividen en subregulaciones más específicas, según
sea la máxima, como se muestra a continuación:
1) Cantidad: dice relación con la cantidad de información que debe comunicarse.
Comprende las siguientes máximas:
a. “Que su contribución sea todo lo informativa que requiere el propósito de la
conversación”.
b. “Que su contribución no sea más informativa de lo necesario”.
2) Cualidad: Comprende la máxima general: que su contribución sea verdadera. Incluye
las siguientes máximas:
a. “No diga algo que crea falso”.
b. “No diga algo de cuya verdad no tenga pruebas suficientes”.
3) Relación: Posee una sola máxima:
a. “Diga cosas relevantes”. Este término, tomado del inglés, significa ‘pertinente’, es
decir, ‘en relación con lo que se está hablando’.
4) Modalidad (de manera): Se refiere al modo de decir las cosas. La supermáxima que
la explica es: “Sea claro”, y sus máximas son:
a. “Evite la oscuridad de expresión”
b. “Evite la ambigüedad”
c. “Sea breve (evite la prolijidad innecesaria)”
d.“ Sea ordenado”.
Fuentes de consulta
EL PRINCIPIO DE COOPERACIÓN Y EL OYENTE: PRINCIPIO DE ALTERIDAD Franklin Sentis
Valentina Cordaro Pontificia Universidad Católica de Chile
https://ined21.com/el-maestro-que-escucha/
https://es.slideshare.net/matute525/teora-de-la-cooperacin