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Unidad 1
Las Finanzas Públicas pueden ser definidas como la actividad del Estado encaminada a
obtener ingresos y realizar gastos, a fin de lograr la satisfacción de las necesidades
públicas. Se trata de la función económica que lleva a cabo el sector público para el
cumplimiento de los fines que se propone.
Se vincula directamente con el concepto de escasez, ya que los recursos con los que va a
contar el Estado para satisfacer las necesidades públicas son insuficientes o escasos en
comparación a estas últimas, por lo que deberá de recurrir a diversos criterios para
determinar cuáles de ellas se satisfarán y en qué medida, y cuáles otras quedarán
insatisfechas, relegadas o postergadas en su atención.
Duverger dijo que las Finanzas Públicas son una gigantesca bomba aspirante e impelente,
en la cual la función de los ingresos públicos absorbe rentas de los particulares
(restringiendo el consumo, el ahorro y la inversión del sector privado), para que luego la
función del gasto público los expulse, volcándolos sobre la economía (expandiendo el
consumo, el ahorro y la inversión pero de otra manera). Es decir, que el Estado detrae
recursos de las personas (físicas y/o jurídicas), los administra, y los vuelca a la sociedad
transformados en servicios para satisfacer las necesidades públicas.
Las Finanzas Privadas son estudiadas por la Ciencia Económica (en especial por la
microeconomía), con la lupa en el comportamiento individual de las personas o grupos
parciales de ellas. Las Finanzas Públicas estudian la forma en la que el Estado cubre la
satisfacción de las necesidades públicas. Estas dos poseen diferencias tales como:
El agente económico público por excelencia es el Estado. Los agentes privados son los
restantes actores económicos, divididos entre las unidades de producción (empresas) y de
consumo (familias). En los diversos mercados operan influyéndose recíprocamente ambos
tipos de actores, teniendo estos como extremos económicos, políticos e ideológicos los
siguientes:
El Estado
Dentro de este se hallan las empresas (unidades de producción) y las familias (unidades de
consumo). Las empresas son explotaciones comerciales, financieras o industriales, cuya
propiedad pertenece a los particulares (físicos o jurídicos), que son las que toman las
decisiones de producción correspondientes, y quienes obtienen ganancias o pierden el
capital puesto en juego; se rigen por el sistema de precios que impone el mercado, y
buscan obtener el mayor beneficio posible. Las familias se rigen por el sistema de precios
del mercado, operan en él, y buscan maximizar la utilidad de sus salarios para consumir
los bienes y servicios que necesiten empleando la menor cantidad de dinero posible para
así poder ahorrar o expandir su capacidad de consumo.
La actividad financiera estatal, como toda actividad económica, está regida por el criterio
de la escasez, y ello implica tener que escoger entre diversas necesidades humanas para
ver cuáles de ellas se satisfarán y cuáles no, debido a que los recursos son insuficientes
para atender a todas al mismo tiempo y en su máximo nivel.
Todos los seres humanos tienen necesidades, y aunque estas sean comunes a todos
(como el alimento), son individuales en el sentido de que cada uno de ellos las
experimenta y las sufre por sí. Podrá haber algunas que son sentidas por algunos hombres
y no por otros (inclinación artística), pero respecto de quienes la sienten, es propia e
individual.
La discusión financiera es si la satisfacción se deja librada a cada individuo (que debe
recurrir al mercado para hacerlo, actuando a través del sistema de precios), o si su
cobertura se brinda a través del Estado, de manera pública.
García Villarejo y Salinas Sánchez establecen tres pasos para arribar al concepto de
necesidad:
Desde un principio, necesidad pública se identifica con tarea o cometido estatal, ya que
toda la actividad del Estado está dirigida a cumplir con fines públicos, los que buscan el
bienestar de la población a su cargo.
Dependerá de la idea de Estado que se tenga la mayor o menor cantidad de necesidades
de los hombres que se estime que el Estado debe asegurar su satisfacción, y ellas serán las
consideradas necesidades públicas, y a su respecto se ha de dirigir la actividad financiera
estatal, para conseguir los recursos que, empleados como gasto público luego, permitan
cubrirlas.
En otras palabras, las necesidades públicas no son una categoría apriorísticamente
determinada, sino que son la que los Estados definen como tales en un momento
determinado, y para una situación dada. El Estado será el encargado de asumir la
necesidad pública, donde luego debe transformarla en una norma o ley, reglamentarla y
asignarle una partida en el presupuesto para poder empezar a satisfacerla.
Posteriormente puede llegar un nuevo gobierno que no considere alguna necesidad como
pública y dejarla de lado, como fue el ejemplo del fútbol para todos en Argentina.
Las necesidades públicas actualmente en Argentina son los servicios básicos como el agua,
el gas, la salud, la educación, la seguridad, entre otros. Sin embargo, no todos los Estados
contemplan las mismas necesidades como públicas, siendo el ejemplo EEUU que no
cuenta con servicio de salud público.
Planificación Económica
Fonrouge dice que para la realización de sus objetivos, el Estado debe coordinar su
actividad económica y financiera.
La experiencia de la URSS, con una economía completa e íntegramente dirigida desde el
centro, mostró ciertos logros y la consecución de importantes objetivos mediante la
planificación económica. Desde allí fue replicada por los demás Estados, donde la
planificación dependía de si se trataba de un Estado amplio o más acotado, siendo más
grande o más chica.
La planificación económica expone de manera expresa cuales son las ideas subyacentes
de un gobierno (qué quiere lograr) y las vías y mecanismos mediante los cuales considera
que ello puede efectivamente conseguirse (cómo obtenerlo). La planificación es elemental
para establecer las metas a conseguir, coordinar los medios puestos en marcha y evaluar
los resultados conseguidos e implica contar con una burocracia encargada de hacer el
plan, ejecutarlo y evaluarlo.
En Argentina existieron varios planes económicos tales como el plan primavera, el plan
austral y la convertibilidad.
La planificación puede clasificarse en varias clases:
Según el sector político afectado: puede abarcar la actividad del sector público
(comprende la actividad del Estado, decidida, dirigida y ejecutada por él) o del
privado (importa concebir hacia qué lugar se desea que se dirija el empresario
nacional, e implementar políticas económicas de fomento de las actividades que se
consideren convenientes, básicas o prioritarias, como desincentivar aquellas ramas
de la economía que se desee reconvertir, aminorar o eliminar). Debería existir una
adecuada articulación entre las medidas a tomar por el sector público y las que
tome el sector privado, a fin de promover la actividad productiva, inversora, de
ahorro, por parte de empresas e individuos.
Según el ámbito geográfico: será nacional, si abarca toda la extensión del
territorio nacional o bien regional, si se limita a una porción de este. También,
podría adoptarse esta, según el sujeto activo de la actividad planificadora, sea
Estado nacional o provincial.
Según su alcance temporal: será a largo plazo (el objetivo se puede conseguir más
allá de los 10 años desde su implementación), a mediano plazo (abarca un plazo
mayor a un año pero inferior a los 10, donde generalmente rondan los 4 o 5) y a
corto plazo (anual o menor a un año).
Según el sector económico afectado: general (comprende a todo el mercado) o
sectoriales (afecta a determinados sectores del quehacer económico).
Totalitaria, liberal y democrática: la primera es absoluta como la de la URSS y los
países satélites; la segunda, es aquella en la que no hay gran coordinación entre el
Estado y la actividad privada; la última, es en la que se coordina el sector público y
el sector privado sin llegar a ninguna de las dos anteriores.
Se corresponden con la política llevada cabo por el Estado gendarme, y la utilización por
este de un poder de policía restringido. Se parte de la premisa de que la iniciativa privada
es económica, y hasta moralmente superior a la del Estado, por lo que la intervención de
éste ha de darse en lo que sea imprescindible e irremplazable, como la defensa, la
seguridad, la administración de justicia, etc.
Su principal referente fue Adam Smith, y su sustrato ideológico era la individualidad y la
libertad del hombre, que no debe ser coartada por el Estado, como reacción frente a la
opresión que las autoridades del viejo régimen habían ejercido sobre la población.
El Estado actuando como gendarme, ha de limitarse al papel de árbitro de las disputas y
custodio del orden establecido, sin intervenir, sin alterar con su actividad las posiciones
relativas de los diversos individuos. Era la libertad más amplia y el principio de la
competencia los elementos que brindaban el bienestar a la sociedad, con el automatismo
del mercado en el cual existía una mano invisible que lo regulaba, y donde cada uno
buscaba su propio beneficio, lográndose un equilibrio virtuoso con el juego de las reglas
de la oferta y la demanda. El funcionamiento del mercado era óptimo, y la distribución de
los recursos y de la renta era lo más justa posible.
Para estos existía un paralelismo entre las Finanzas Públicas y las privadas, rigiendo ambas
por el principio de beneficio. Por lo tanto, para ellos los impuestos detraían energía
económica del sector privado, y se empleaban en el gasto público que era improductivo,
por lo que la presión fiscal era baja, donde la carga impositiva debía ser justa. Por eso, el
impuesto era neutral, debía dejar a la persona que lo pagaba en la misma situación que
antes de hacerlo.
El endeudamiento público solo se utilizaba de manera extraordinaria, en casos de
emergencia nacional, situaciones de guerra o catástrofe.
Por último, el presupuesto debía ser equilibrado, ya que los gastos públicos debían
solventarse con los recursos genuinos del Estado (tributos y patrimonio). Tanto el déficit
como el superávit fueron vistos como situaciones que debían corregirse.
Luego de la crisis de 1929, aparece una nueva ideología pregonada por Keynes, que no
busca alterar el sistema económico de base liberal (la propiedad privada de los medios de
producción), sino mitigar o atenuar sus efectos. No se pretender controlar la economía,
sino vigilar su desarrollo, impulsara y atemperar los efectos negativos.
El Estado empieza a desarrollar un componente social al asumir tareas relativas a la
seguridad social, el fomento del empleo, la cobertura de las contingencias ante la falta de
trabajo, ante las enfermedades, etc.
El Estado empieza a satisfacer necesidades sociales en lo atinente a sus funciones
anteriores como seguridad, defensa, justicia, adhiriendo salud, educación, y tomando las
riendas de la economía.
El intervencionismo en la economía otorga un papel activo al Estado, que deja de ser mero
árbitro para ser jugador en el mercado. El impuesto deja de ser neutral como en el
liberalismo, comenzando a ser una herramienta extrafiscal de política económica,
gravando para desalentar y desgravando para incrementar. También retomó la idea de
que la actividad financiera del Estado toma recursos de las clases más pudientes para
transferirlos, vía servicios y prestaciones, hacia los que menos tienen.
El Estado interviene, tanto para lograr la estabilidad económica como para fomentar el
desarrollo y el crecimiento. Cuida la plena ocupación de los factores productivos (capital y
trabajo), y la redistribución más justa de la renta. Aumenta el gasto público, que tiene un
fin de fomento económico.
Por último, el presupuesto dejó de ser equilibrado, buscando que la actividad financiera
actuase de manera contracíclica: atenuando el ciclo económico cuando es expansivo
(presupuesto superavitario) y compensándolo de manera positiva en ciclos depresivos.
Suponen un cambio en el régimen jurídico y político con relación a los demás sistemas: no
hay propiedad privada de los medios de producción. Casi todo es actividad del Estado, por
lo que carece de sentido diferenciar entre actividad financiera pública y privada.
Tanto la producción, como la provisión de bienes y servicios son determinadas por el
Estado. El empleo privado productivo no existe, ya que sólo el Estado produce.
Su mayor exponente fue Karl Marx, y se llevó a cabo durante la existencia de la URSS.
Actualidad
El Rerum Novarum de León XIII de 1891, dejó en claro el interés de la Iglesia por lograr
una reforma social, pronunciándose a favor del gremialismo laboral, del descanso
dominical, de poner un límite al horario del trabajo diario, de prohibir el trabajo infantil y
proteger a la mujer trabajadora, de establece un salario mínimo justo, y de encarar obras
de previsión social. Este planteó la función social de la propiedad, teniendo una postura
entre el liberalismo y el socialismo.
Andrejín y Braccia dicen que hay tres conceptos que gravitan preponderantemente en la
doctrina papal: persona (ser humano creado a imagen y semejanza de Dios, posee una
dignidad única que debe ser respetada en las sociedades justas), comunidad (la persona es
un ser sociable que se integra a la vida en conjunto, tanto en la familia, las asociaciones
intermedias, la Iglesia y el Estado), y bien común (importa el bien de todos los habitantes
del país). Estos tres dan fundamento al Estado, que como comunidad política y autoridad,
debe buscar y ser garantía del bien común.
El Estado debe regirse por el principio de subsidiariedad, que por estar al servicio de sus
miembros, debe intervenir en la actividad privada o dejar de hacerlo según se lo pidan sus
ciudadanos. El Estado no ha de realizar lo que puedan las personas y las asociaciones
intermedias, ya que la actividad económica busca el incremento de la riqueza de estos.
Por último, en cuanto a política fiscal, existe un principio que obliga a todos los miembros
de una comunidad a contribuir, de acuerdo con sus posibilidades, para la cobertura de las
necesidades que hacen a la organización social.
Unidad 2
La Hacienda Pública puede tomarse como un sinónimo del Tesoro Público, y definirse
como la caja estatal, es decir, el conjunto de derechos y obligaciones pecuniarias que
posee el Estado.
Esta noción ofrece un punto de vista estático, ya que hace alusión al conjunto de derechos
y obligaciones (patrimonio) de contenido económico (o traducible en moneda) que
corresponden al Estado.
El Estado puede obtener financiamiento de tres fuentes fundamentales: a) los tributos; b)
el crédito público; c) la explotación del patrimonio estatal. La voluntad del ciudadano no
es relevante en el caso de los tributos, pero sí en el caso del crédito público y de la
explotación del patrimonio estatal.
Por otro lado, el Estado ha de realizar ciertos gastos, motivo por el cual esas obligaciones
de contenido económico lo convierten en deudor.
Al Derecho Financiero le importa el conjunto de normas que regulan las obligaciones
económicas (monetarias) que determinan una alteración en la composición de la Hacienda
Pública, relegando las obligaciones que no son dinerarias.
Desde un punto de vista dinámico, la Hacienda Pública le interesa al Derecho Financiero,
en cuanto estudia los procedimientos por medio de los cuales se gestionan los ingresos y
los gastos públicos. Es decir, los mecanismos jurídicos y contables mediante los cuales los
derechos y las obligaciones se transforman en ingresos o en erogaciones, como también
las normas relativas al control de su cumplimiento.
El presupuesto estatal es la norma que se ocupa de la fijación de los gastos públicos y de
la estimación de los ingresos públicos del ejercicio financiero que se trate.
El Derecho Financiero ha de estudiar los principios o reglas que rigen la confección y
ejecución del presupuesto, entendiendo por éstos tanto los principios de carácter técnico
como los que persiguen el cumplimiento de la justicia. También ha de dar acabada cuenta
de los procedimientos administrativos por los que se aprueban, ejecutan y controlan las
decisiones sobre el empleo de los recursos públicos.
Se discute si los ingresos derivados del patrimonio estatal, los obtenidos por la aplicación
de sanciones pecuniarias, los relativos a la circulación fiduciaria y a la acuñación de
moneda, y los producidos por la actividad industrial, mercantil o de servicios de ciertos
emprendimientos empresariales del Estado forman parte del Derecho Financiero. Los que
opinan que no pertenecen, señalan que aunque se producen ciertos ingresos para el
Estado, no tienen por fin primordial tal tarea puesto que el interés jurídico tutelado no es
el financiero, tratándose de un ingreso para el Estado de manera ocasional.
El programa constitucional hace referencia a los fines, valores y objetivos que persigue
una determinada Constitución. Este programa no es ni previo ni externo a la norma
constitucional, sino que se encuentra dentro de ella, a pesar de no estar escrito como tal.
La Hacienda Pública tiene flujos de salida (gastos públicos) con el fin de aplicar los ingresos
obtenidos (ingresos públicos) a la realización de las diferentes funciones que el Estado
debe cumplir. Tales egresos dinerarios asumen la forma de obligaciones, a través de las
cuales el gasto se materializa.
No cabe duda acerca del carácter jurídico que reviste el gasto público, así como que
también puede ser juzgado con relación a parámetros jurídicos de justicia, además de los
relativos a los procedimientos y controles.
Desde el punto de vista económico, son los efectos del gasto público sobre las variables de
la economía de un país. Desde la perspectiva política, el gasto público siempre fue
considerado como una libre decisión de los gobiernos, en cuanto son responsables de la
política económica; esta decisión deja de ser absolutamente discrecional, ya que por
ejemplo una ley de presupuestos no podría ser manifiestamente contraria a los fines
sociales de la Constitución (ej: limitando inadmisiblemente los gastos en salud o
educación).
El gasto público es: a) estatal (desarrollada por ente público); b) una actividad
instrumental dirigida a ordenar medios (actividad previa a las finales e independiente de
ellas); c) debe sujetarse a las disposiciones relativas a la distribución de competencias
entre los diversos niveles territoriales del Estado (el Estado sólo puede gastar sólo con
relación a la finalidad de llevar a cabo objetivos que están dentro de su área de
competencia).
Unidad 3
Concepto de Presupuesto
La CN adopta la forma federal de Estado para la Argentina (Art.1 CN: “La Nación Argentina
adopta para su gobierno la forma representativa republicana federal, según la establece la
presente Constitución”), y distribuye sus competencias entre Nación, por una parte, y las
provincias y la CABA, por otra, siendo la regla del Art.121 CN: “Las provincias conservan
todo el poder no delegado por esta Constitución al Gobierno federal, y el que
expresamente se hayan reservado por pactos especiales al tiempo de su incorporación”,
en cuanto a que las provincias conservan todo el poder que no hayan delegado, por la CN,
en la Nación.
El Art.5 CN: “Cada provincia dictará para sí una Constitución bajo el sistema
representativo republicano, de acuerdo con los principios, declaraciones y garantías de la
Constitución Nacional; y que asegure su administración de justicia, su régimen municipal,
y la educación primaria. Bajo de estas condiciones el Gobierno federal, garante a cada
provincia el goce y ejercicio de sus instituciones”, las obliga a dictar una constitución para
sí, bajo el sistema representativo y republicano, de acuerdo con los principios,
declaraciones y garantías de la CN, regla reiterada en el Art.123 CN: “Cada provincia dicta
su propia constitución, conforme a lo dispuesto por el Artículo 5° asegurando la
autonomía municipal y reglando su alcance y contenido en el orden institucional, político,
administrativo, económico y financiero”. El Art.122 CN: “Se dan sus propias instituciones
locales y se rigen por ellas. Eligen sus gobernadores, sus legisladores y demás funcionarios
de provincia, sin intervención del Gobierno federal”, establece que cada provincia se da
sus propias instituciones locales, y que se rige por ellas.
Las provincias poseen sus propias Haciendas Públicas, es decir que han de realizar los
gastos que requiere el desempeño de sus competencias propias, que no han delegado en
la Nación al momento de sancionarse la CN, y también poseen sus propios ingresos
públicos, producto del ejercicio de sus respectivos derechos patrimoniales, del empleo de
su crédito público, y de sus potestades tributarias; y por lo tanto, cuentan con su propio
presupuesto que articula los ingresos y los gastos de cada una.
Cada provincia establece normas sobre su presupuesto en su constitución (sobre su
forma, aprobación, ejecución y control), y luego dicta una ley de carácter general sobre la
forma en que se construye el proyecto de ley, y la manera en que será ejecutada y
controlada anualmente.
Con relación a los municipios ocurre algo similar, con la diferencia que, en virtud del Art.5
CN y Art.123 CN, cada provincia es la que establece preceptivamente su régimen
municipal y, dentro de éste, ha de reglar su alcance y contenido en el orden institucional,
político, administrativo, económico y financiero. Se entiende que, las normas provinciales
han de encargarse también de dictar preceptos relativos al Derecho Financiero municipal,
motivo por el cual cada municipio, en uso de su autonomía, habrá de dictar su
presupuesto anual, para establecer sus gastos propios y los recursos con los que cuenta,
pero siguiendo lo que establezcan las normas provinciales, en cuanto forma, manera de
aprobar el presupuesto, publicidad, control, etc.
Descripción de la estructura del Derecho Presupuestario Federal. El Tesoro
Nacional como eje del régimen financiero de la Constitución (Art.4 CN). La
Cláusula Presupuestaria (Art.75 inc.8 CN)
El gobierno de un Estado posee por definición, una determinada idea económica pública,
acerca de cómo dirigir la actividad económica pública y qué hacer con la actividad
económica privada (desde restringirla hasta glorificarla).
Se suele hablar de Plan Económico como plasmación concreta de la ideología de gobierno,
a llevar a cabo en un tiempo determinado (que puede poseer un plazo determinado o no).
Con una ligera variante, puede entenderse como plan económico también, cada una de
las políticas concretas, con sus diferencias y similitudes, adoptadas por los sucesivos
gobiernos de un mismo Estado.
No puede haber una confusión entre plan económico (en sus dos sentidos) y el
presupuesto financiero del Estado, ya que aquel también ha de contemplar la actividad
del sector privado. Por otra parte, la idea de plan económico involucra objetivos de
mediano y de largo plazo, mientras que el presupuesto por lo general, refiere al plazo
anual, tratándose de un plazo breve.
Existe una estrecha vinculación entre plan económico y presupuesto del Estado, ya que
este está teñido por la ideología política del otro, e involucra la previsión jurídica de
ingresos y autorización de gastos en un ejercicio financiero (dentro del desarrollo del plan
económico), y da una noción de cuál es el tipo de plan económico y su intensidad.
1. Competencia o reserva de ley: los ingresos y los gastos públicos deben ser
determinados por el Poder Legislativo. Se persigue así lograr la división y el
equilibrio de poderes. El Poder Legislativo decide y el Poder Ejecutivo lleva a cabo.
La regla aparece en el Art.75 inc.8 CN, que exige una ley de presupuesto por
ejercicio financiero, estableciendo que este será anual. Por medio de la ley, los
ciudadanos autorizan a los poderes públicos a emplear los recursos cuya
recaudación también autorizaron y consintieron por ley.
Este principio justifica la existencia de un ciclo presupuestario, con la
contraposición de acciones del Ejecutivo, y autorizaciones primero y controles
luego en cabeza del Poder Legislativo. Según García Novoa, esta distribución de
funciones presupuestarias, al traducirse en una concreta asignación de
competencias en la Constitución, se denomina principio de competencia, donde al
PEN le corresponde la competencia para elaborar el proyecto de ley de
presupuestos, que al ser una ley como cualquier otra, hace que el Poder Legislativo
no pierda su iniciativa en esa materia, ni la posibilidad de introducir modificaciones
al proyecto del PEN. Luego, el Poder Legislativo tiene competencia para aprobarla
y controlar su ejecución.
Una excepción a los principios de reserva de ley y de anualidad es la reconducción
presupuestaria, es decir, si al inicio del ejercicio financiero no existe una ley del
Congreso que autorice la actividad financiera durante dicho lapso de tiempo. En
nuestro sistema se han previsto distintos mecanismos para evitar esta situación:
con relación a los recursos, ellos no se ven paralizados, porque las leyes que los
establecen posee carácter permanente o duración temporal mayor que el ejercicio
financiero. Con relación a los gastos, se prevé la reconducción presupuestaria, que
aparece en el Art.27 LAF: “Si al inicio del ejercicio financiero no se encontrare
aprobado el presupuesto general, regir el que estuvo en vigencia el año anterior,
con los siguientes ajustes que deber introducir el Poder Ejecutivo Nacional en los
presupuestos de la administración central y de los organismos descentralizados: 1.-
En los presupuestos de recursos: a) Eliminar los rubros de recursos que no puedan
ser recaudados nuevamente; b) Suprimir los ingresos provenientes de operaciones
de crédito‚ público autorizadas, en la cuantía en que fueron utilizadas; c) Excluirá
los excedentes de ejercicios anteriores correspondientes al ejercicio financiero
anterior, en el caso que el presupuesto que se está ejecutando hubiera previsto su
utilización; d) Estimará cada uno de los rubros de recursos para el nuevo ejercicio;
e) Incluirá los recursos provenientes de operaciones de crédito público en
ejecución, cuya percepción se prevea ocurrirá en el ejercicio.
2. En los presupuestos de gastos: a) Eliminará los créditos presupuestarios que no
deban repetirse por haberse cumplido los fines para los cuales fueron previstos; b)
Incluir los créditos presupuestarios indispensables para el servicio de la deuda y las
cuotas que se deban aportar en virtud de compromisos derivados de la ejecución
de tratados internacionales; c) Incluirá los créditos presupuestarios indispensables
para asegurar la continuidad y eficiencia de los servicios; d) Adaptará los objetivos
y las cuantificaciones en unidades físicas de los bienes y servicios a producir por
cada entidad, a los recursos y créditos presupuestarios que resulten de los ajustes
anteriores”.
Esto no impide que el Congreso retome el ejercicio de su potestad financiera y
sancione la ley de presupuestos para el ejercicio financiero en curso, debiendo
hacerse las adaptaciones que correspondan con relación a los gastos realizados y a
los recursos percibidos entre su inicio y la toma de vigencia efectiva de esta ley.
Importa una deslegalización inaceptable, el segundo párrafo del Art.37 LAF: “El
jefe de Gabinete de Ministros puede disponer las reestructuraciones
presupuestarias que considere necesarias dentro del monto total aprobado”, ya
que quedan comprendidas las modificaciones que involucren a gastos corrientes,
de capital, aplicaciones financieras y distribución de las finalidades. La autorización
estricta de gasto de la ley de presupuesto se ve completamente desdibujada, en
cuanto al PEN, a través del Jefe de Gobierno, que puede reestructurar a su antojo
las diversas órdenes y autorizaciones otorgadas por el legislador.
2. Universalidad o integralidad: el presupuesto debe reflejar de manera explícita,
todos los ingresos públicos razonablemente previsibles y todos los gastos del
Estado, por sus valores reales o brutos, sin expresarlos en términos netos. Toda la
actividad financiera debe estar contenida en el presupuesto, ya que posibilita el
control de la decisión política plasmada en la norma presupuestaria.
La regla aparece en el Art.12 LAF: “Los presupuestos comprenderán todos los
recursos y gastos previstos para el ejercicio, los cuales figurarán por separado y por
sus montos íntegros, sin compensaciones entre sí. Mostrarán el resultado
económico y financiero de las transacciones programadas para ese periodo, en sus
cuentas corrientes y de capital, así como la producción de bienes y servicios que
generarán las acciones previstas”.
3. Unidad: se procura que sólo exista una ley de presupuesto, para apreciar íntegra y
conjuntamente todos los ingresos públicos y todos los gastos públicos, y así
obtener una clara referencia de la situación total de la Hacienda Pública a la vez
que evitar la realización de ciertas maniobras de ocultación o disimulación de
gastos o de ingresos mediante el empleo de cuentas especiales por fuera del
presupuesto general.
La LAF no lo contiene explícitamente, sí se encuentra implícitamente en varios
artículos que mencionan la ley de presupuesto y el proyecto de ley de presupuesto
general.
4. Especialidad o Especificación: cada previsión de gasto contenida en el presupuesto
está triplemente condicionada: por el tipo de gasto para el que fue autorizada, por
el límite cuantitativo para el que fue otorgada, como también por el límite
temporal del ejercicio financiero para el cual fue concebida. La autorización del
Poder Legislativo no debe consistir en sumas globales o generales que se dejen
libradas a lo que decida el Poder Ejecutivo, sino que deben contener un grado tal
de detalle que las ligue a determinadas erogaciones concretas. Las partidas
globales aumentan la discrecionalidad del Poder Ejecutivo.
El Art.14 LAF: “En los presupuestos de gastos se utilizarán las técnicas más
adecuadas para demostrar el cumplimiento de las políticas, planes de acción y
producción de bienes y servicios de los organismos del sector público nacional, así
como la incidencia económica y financiera de la ejecución de los gastos y la
vinculación de los mismos con sus fuentes de financiamiento”.
Las leyes generales sobre presupuesto limitan la posibilidad de transferir fondos de
unas partidas hacia otras, como así la de realizar gastos más allá del ejercicio
presupuestario de que se trate. Las normas que permiten estas actividades
conspiran contra este principio republicano.
El Art.37 LAF, al permitir y delegar en el Jefe de Gabinete la posibilidad de
reasignar partidas, es también un atentado contra esta regla, que lleva a una
degradación de las instituciones republicanas, ya que potencian la discrecionalidad
del PEN.
5. Anualidad: el presupuesto tiene una vigencia temporal limitada, debido a razones
políticas y jurídicas que hacen a la efectividad de la tarea estatal y al control
financiero de ingresos y de gastos.
Implica que el presupuesto no puede prorrogarse en su validez una vez fenecido el
ejercicio, no puede ir más allá del período para el que fue votado.
El Art.10 LAF: “El ejercicio financiero del sector público nacional, comenzará el
primero de enero y terminará el treinta y uno de diciembre de cada año”, y el
Art.15 LAF: “Cuando en los presupuestos de las jurisdicciones y entidades públicas
se incluyan créditos para contratar obras o adquirir bienes y servicios, cuyo plazo
de ejecución exceda al ejercicio financiero, se deber incluir en los mismos
información sobre los recursos invertidos en años anteriores, los que se invertirán
en el futuro y sobre el monto total del gasto, así como los respectivos cronogramas
de ejecución física. La aprobación de los presupuestos que contengan esta
información, por parte de la autoridad competente, implicara la autorización
expresa para contratar las obras y/o adquirir los bienes y servicios hasta por su
monto total, de acuerdo con las modalidades de contratación vigentes. Las
autorizaciones para comprometer ejercicios futuros a que se refiere el presente
artículo caducarán al cierre del ejercicio fiscal siguiente de aquel para el cual se
hayan aprobado, en la medida que antes de esa fecha no se encuentre
formalizada, mediante la documentación que corresponda, la contratación de las
obras y/o la adquisición de los bienes y servicios autorizados”.
6. Claridad o transparencia: importa dar al presupuesto una estructura y
denominación de sus partidas que siga una metodología coherente y accesible, con
uniformidad, para facilitar tanto su discusión como su ejecución y control. La falta
de claridad puede darse por la globalidad de las partidas, como por el
hiperdetallismo en su exposición.
7. Publicidad: la exigencia de una ley importa darle publicidad, ya que las leyes se
han de publicar en el Boletín Oficial para comenzar a tener vigencia. El
presupuesto es información y, como tal, debería ser lo más accesible al público que
se pueda, tanto al interno (la propia Administración) como al externo (el pueblo).
El Art.8 de la ley 25.152: “La documentación de carácter físico y financiero
producida en el ámbito de la Administración y que se detalla a continuación,
tendrá el carácter de información pública y será de libre acceso para cualquier
institución o persona interesada en conocerla”.
8. Exactitud y anticipación: el principio de exactitud implica que todos los gastos
deben ser calculados lo más aproximadamente posible a las cuantías que se prevea
que vayan a ser requeridas durante el ejercicio presupuestario, a fin de que no
existan sub ejecuciones, ni que se torne necesario realizar ampliaciones de las
partidas mediante nuevas leyes. El principio de anticipación, es el que ordena que
el presupuesto debería ser sancionado antes de que comience a transcurrir el
ejercicio para el cual regirá.
9. No afectación de los ingresos: los ingresos deberían contemplarse de manera
global e indistinta, sin estar dirigidos expresamente a la cobertura de ciertos gastos
públicos. Es decir que no debe admitirse que el presupuesto general reserve
determinados recursos para financiar específicamente unos gustos, ya que ella le
daría una rigidez poco conveniente, originando faltantes o déficits en unos casos y
superávits y sobrantes en otros, produciéndose así desajustes inconvenientes.
De esta manera se busca fortalecer la determinada cuenta de rentas globales que
debe funcionar como un receptáculo único (o el mayor) de los fondos públicos, a
fin de que desde ella se asignen los gastos, para evitar la maraña que termina
creándose cuando hay afectaciones específicas por doquier.
El Art.23 LAF: “No se podrá destinar el producto de ningún rubro de ingresos con
el fin de atender específicamente el pago de determinados gastos, con excepción
de: a) Los provenientes de operaciones de crédito público; b) Los provenientes de
donaciones, herencias o legados a favor del Estado nacional, con destino
específico; c) Los que por leyes especiales tengan afectación especifica”.
10. Justificación: la ejecución práctica del presupuesto requiere que se cumpla con
una serie de pasos y requisitos formales para que la autorización de gastos que
contiene pueda ser llevada a cabo por el Poder Ejecutivo, conteniendo la
documentación que respalda toda la actuación realizada, cada paso de ella.
11. Correlación: cada gasto ha de contar con la respectiva partida de ingresos que los
respalde, es decir, que no podrá autorizarse gastos sin que se haya previsto la
forma en la que se financiará.
El Art. 28 LAF: “Todo incremento del total del presupuesto de gastos previstos en
el proyecto presentado por el Poder Ejecutivo Nacional, deber contar con el
financiamiento respectivo”, se trata de una norma que contiene una
autolimitación del Congreso, ya que se obliga a sí mismo a prever el financiamiento
para todo aumento que haga con relación al proyecto originario del PEN.
El Art. 38 LAF: “Toda ley que autorice gastos no previstos en el presupuesto
general deber especificar las fuentes de los recursos a utilizar para su
financiamiento”.
Reglas Contables
Reglas Económicas
Se centran en las consecuencias económicas del presupuesto y de la actividad económica
estatal.
Trámite en el Congreso
El proyecto de ley aprobado por ambas cámaras pasa al PEN para su examen (Art.78 CN), y
este tiene 10 días útiles para observarlo total o parcialmente. Si no hay observaciones,
este se transforma en ley, con su promulgación, sea expresa (Art.78 CN) o tácita (Art.80
CN).
En caso de veto total del proyecto, se sigue el trámite del Art.83 CN: “Desechado en el
todo o en parte un proyecto por el Poder Ejecutivo, vuelve con sus objeciones a la Cámara
de su origen: ésta lo discute de nuevo, y si lo confirma por mayoría de dos tercios de
votos, pasa otra vez a la Cámara de revisión. Si ambas Cámaras lo sancionan por igual
mayoría, el proyecto es ley y pasa al Poder Ejecutivo para su promulgación. Las votaciones
de ambas Cámaras serán en este caso nominales, por si o por no; y tanto los nombres y
fundamentos de los sufragantes, como las objeciones del Poder Ejecutivo, se publicarán
inmediatamente por la prensa. Si las Cámaras difieren sobre las objeciones, el proyecto no
podrá repetirse en las sesiones de aquel año”.
En caso de veto parcial, es posible promulgar la parte que no haya sido observada,
siempre que como indica el Art.80 CN: “Se reputa aprobado por el Poder Ejecutivo todo
proyecto no devuelto en el término de diez días útiles. Los proyectos desechados
parcialmente no podrán ser aprobados en la parte restante. Sin embargo, las partes no
observadas solamente podrán ser promulgadas si tienen autonomía normativa y su
aprobación parcial no altera el espíritu ni la unidad del proyecto sancionado por el
Congreso. En este caso será de aplicación el procedimiento previsto para los decretos de
necesidad y urgencia”.
Si al inicio del ejercicio financiero no se cuenta con el proyecto de ley anual de
presupuestos aprobado, se aplica la reconducción.
Las acreencias del Estado derivan del cumplimiento de mandatos del Legislativo. En el
caso de los tributos, en virtud del principio de reserva de ley, la ligazón entre la ley y el
acto que origina el nacimiento de la obligación tributaria se aprecia inmediatamente. En
cambio, en cuanto a los ingresos patrimoniales, ese vínculo puede ligarse con el
cumplimiento de otros actos (ej: contrato de locación).
Tanto en uno como en el otro caso, la renta devengada para el Estado, su crédito, resulta
indisponible por parte de la Administración: no puede transarlo, ni condonarlo sino que
debe preservarlo y recaudarlo en su integridad.
III. El sistema de tesorería
El Art.72 LAF: “El sistema de tesorería está compuesto por el conjunto de órganos, normas
y procedimientos que intervienen en la recaudación de los ingresos y en los pagos que
configuran el flujo de fondos del sector público nacional, así como en la custodia de las
disponibilidades que se generen”, preceptúa que el sistema de tesorería está compuesto
por el conjunto de órganos, normas y procedimientos que intervienen en la recaudación
de los ingresos y en los pagos que configuran el flujo de fondos del sector publico
nacional, así como la custodia de las disponibilidades que se generen.
El Art.74 inc. C LAF: “La Tesorería General tendrá competencia para: Centralizar la
recaudación de los recursos de la administración central y distribuirlos en las tesorerías
jurisdiccionales para que éstas efectúen el pago de las obligaciones que se generen”,
otorga competencia a la Tesorería General de la Nación como órgano rector del sistema,
para centralizar la recaudación de los recursos de la Administración central y distribuirlos
en las tesorerías jurisdiccionales para que hagan efectivos los pagos de las obligaciones
que se generen.
El Art.77 LAF: “Funcionará una Tesorería Central en cada jurisdicción y entidad de la
administración nacional. Estas tesorerías centralizarán la recaudación de las distintas cajas
de su jurisdicción, recibirán los fondos puestos a disposición de las mismas y cumplirán los
pagos que autorice el respectivo servicio administrativo”.
Con relación a los ingresos, el Art.41 LAF: “Las cuentas del presupuesto de recursos y
gastos se cerrarán al 31 de diciembre de cada año. Después de esa fecha los recursos que
se recauden se considerarán parte del presupuesto vigente, con independencia de la
fecha en que se hubiere originado la obligación de pago o liquidación de los mismos. Con
posterioridad al 31 de diciembre de cada año no podrán asumirse compromisos ni
devengarse gastos con cargo al ejercicio que se cierra en esa fecha”, establece el criterio
de lo percibido.
La ejecución del mandato legal del gasto público abarca una cadena de hechos y actos
jurídicos que enlazan los dos puntos extremos del presupuesto: lo ordenado en la ley, al
inicio, y cada pago realizado de manera concreta a cada acreedor del Estado, al final. La
cantidad de pasos necesarios hasta arribar al final del ciclo dependerá de cada
ordenamiento, pero generalmente suelen verificarse 5 etapas:
El Art.30 LAF: “Una vez promulgada la ley de presupuesto general, el Poder Ejecutivo
Nacional decretará la distribución administrativa del presupuesto de gastos. La
distribución administrativa del presupuesto de gastos consistirá en la presentación
desagregada hasta el último nivel previsto en los clasificadores y categorías de
programación utilizadas, de los créditos y realizaciones contenidas en la ley de
presupuesto general. El dictado de este instrumento normativo implicará el ejercicio de la
atribución constitucional del Poder Ejecutivo para decretar el uso de las autorizaciones
para gastar y el empleo de los recursos necesarios para su financiamiento”.
De acuerdo con el Art. 30 del decreto 1.344/07, es el Jefe de Gabinete de Ministros quien
aprueba la distribución administrativa del presupuesto de gastos, en cumplimiento del
Art. 100, inc. 7 CN.
Este mecanismo importa una desconcentración de la facultad de invertir las rentas
públicas que la CN pone en manos del Jefe de Gabinete de Ministros (Art. 100, inc. 7 CN) y
bajo la supervisión del Presidente de la Nación (Art. 99, inc. 10 CN). Así se traslada hacia
los funcionarios superiores a cargo de las diferentes reparticiones del Estado una gran
responsabilidad en la ejecución del presupuesto. Por otro lado, por impracticable y
engorroso, no podría haber hoy -como antaño ocurría- una concentración de esta facultad
en el Presidente, ya que son innumerables las operaciones de gastos que diariamente
realizan todas las oficinas del Estado Nacional.
b) El Compromiso de Gasto
c) El Devengo
d) El pago
Es la culminación del circuito erogatorio del presupuesto, que implica la salida de fondos
del erario público con dirección hacia el sector privado, aunque también puede ir hacia
otros entes estatales, organismos internacionales de créditos, etc.
El Art.72 LAF: “El sistema de tesorería está compuesto por el conjunto de órganos, normas
y procedimientos que intervienen en la recaudación de los ingresos y en los pagos que
configuran el flujo de fondos del sector público nacional, así como en la custodia de las
disponibilidades que se generen”.
El Art.80 LAF: “El órgano central de los sistemas de administración financiera instituirá un
sistema de caja única o de fondo unificado, según lo estime conveniente, que le permita
disponer de las existencias de caja de todas las jurisdicciones y entidades de la
administración nacional, en el porcentaje que disponga el reglamento de la ley”.
Sin embargo, el Art.81 LAF: “Los órganos de los tres poderes del Estado y la autoridad
superior de cada una de las entidades descentralizadas que conformen la Administración
Nacional, podrán autorizar el funcionamiento de fondos rotatorios, fondos rotatorios
internos y/o cajas chicas, con el régimen y los límites que establezcan en sus respectivas
reglamentaciones. Los gastos que se realicen a través del régimen de fondos rotatorios,
fondos rotatorios internos y/o cajas chicas o similares, quedan excluidos del Régimen de
Contrataciones de la Administración Nacional. A estos efectos, las tesorerías
correspondientes podrán entregar los fondos necesarios con carácter de anticipo,
formulando el cargo correspondiente a sus receptores”.
En la órbita del PEN, ello está reglamentado por los arts. 80 y 81 del decreto 1.344/07, y
por la resolución 591/94 de la Secretaría de Hacienda, sobre fondos rotarios y cajas chicas.
I. Contabilidad Pública
Es la etapa final del circuito presupuestario. El control puede ser diferenciado según
diversos puntos:
a) control presupuestario según el momento en que se realiza: dependiendo del
momento en que el control se ejerce puede ser: preventivo, simultáneo o posterior a los
hechos y operaciones sujetas a control. Los preventivos son, el propio dictado de una ley
general sobre el presupuesto (Ej: LAF) para ordenar las facultades de los órganos y
dependencias que elaboran el presupuesto. También lo es la sanción de cada ley anual de
presupuesto, para delimitar así las competencias de cada gasto.
El control es simultáneo o concomitante cuando se ejerce al propio tiempo en que se
ejecuta la operación. Esta función se cumple con los pasos relativos al compromiso,
devengo y libramiento de la orden de pago.
El control es posterior, cuando se hace respecto de actos y hechos ya ocurridos, tal como
sucede con la cuenta de la inversión.
b) control presupuestario según el órgano que lo ejerce: Los tres poderes y el Ministerio
Publico intervienen cada uno en su esfera. Hay controles del Legislativo que son de
carácter legislativo y político. La administración ejerce controles que tienen
predominantemente carácter técnico y, a veces, jurisdiccional, puesto que pueden ser
llevados a cabo por entes que realizan un control de legalidad de la actividad, sin estar
insertos en la esfera del Poder Judicial. Por último, éste también lleva a cabo el control en
los asuntos que le son sometidos a su jurisdicción.
c) control presupuestario según el objeto de la revisión: puede ser según sea financiero,
patrimonial o de costos, y sobre la justicia.
El financiero comprende lo relativo a la ejecución del presupuesto, a los ingresos y a las
salidas de fondos de las arcas públicas.
El patrimonial se focaliza en determinar el movimiento de los activos y los pasivos del
Estado.
El control del costo se centra en evaluar cual es el costo global de los bienes y servicios
que requiere el Estado para su funcionamiento.
También, se incluye el control sobre la justicia del gasto público, sobre si la decisión del
Poder Legislativo o su cumplimiento por el Poder Ejecutivo colisionan con elementales
garantías prestacionales contenidas en la CN y en las normas superiores del ordenamiento
jurídico.
d) control presupuestario según su alcance: el control de legalidad se centra en estudiar
el acatamiento de los procedimientos, formas y demás normas. El control de merito u
oportunidad es la evaluación técnico política de la realización de las operaciones
presupuestarias.
e) control presupuestario según la ubicación institucional del ente que lo lleva a cabo: el
control puede provenir de órganos u organismos ubicados institucionalmente en su órbita
(SIGEN) o bien de aquellos ubicados en otros poderes del Estado (AGN). El primero es
interno, y el otro externo.
f) control presupuestario según sea realizado por entes específicos o no: según el tipo de
sistema positivo que se fueron gestando en los países a medida que evoluciona la
institución del presupuesto.
g) Control en la ley 24.156: existieron dos tipos de controles: los propios del Poder
Legislativo, dados por la CN (Art.75 inc.8), y los correspondientes a los organismos
técnicos, de auditoría y/o jurisdiccionales que fueron produciendo las diversas leyes
generales sobre la materia presupuestaria.
Antes de la ley 24.156, el sistema se estructuró alrededor de: 1) la Contaduría General de
la Nación, organismo interno de la Administración Pública, que funcionaba en la órbita de
la Secretaria de Hacienda, y que concentró el control interno de la ejecución
presupuestaria; además, debía preparar la cuenta general del ejercicio, para enviarla al
Tribunal de Cuentas de la Nación, ente con el que interactuaba en ciertas tareas de
fiscalización; 2) el Tribunal de Cuentas de la Nación, que realizaba el control externo, y a
posteriori, y si bien pertenecía a la órbita de la Administración Pública, tenía una
independencia total y era controlado por el Congreso Nacional.
Luego la ley 24.156, establece que la CGN será el órgano rector del sistema de
contabilidad gubernamental, y el responsable de prescribir, poner en funcionamiento y
mantener ese sistema en todo el sector publico nacional (Art.88 LAF). Está a cargo de un
Contador General, asistido por un Sub Contador General, designados ambos por el PEN,
debiendo ostentar título de contador público nacional y una experiencia en el sector
público superior a los 5 años.
Los arts. 85 a 95 LAF dan los lineamientos básicos del sistema de contabilidad
gubernamental, el que está integrado por un conjunto de principios, órganos, normas y
procedimientos técnicos empleados para recopilar, valorar, procesar y exponer los hechos
económicos que afecten o puedan afectar el patrimonio de las entidades públicas.
Una serie de normas reglamentarias detallan y precisan el funcionamiento de este sistema
de contabilidad (resolución 25/1995 de la Secretaría de Hacienda que aprueba los
fundamentos y alcances de los principios de contabilidad generalmente aceptados y
normas generales de contabilidad pública; resolución 360/2010 de la Secretaría de
Hacienda, que establece el catálogo de cuentas del sistema de contabilidad general y de
tipos de estados contables y sus modelos de presentación, etc.).
La Sindicatura General de la Nación (SIGEN) es un organismo creado por la ley 24.156,
ubicado en la órbita del PEN y encargado del control interno de la ejecución
presupuestaria (Art. 96 LAF). Posee personería jurídica propia y autarquía administrativa y
financiera, dependiente del Presidente de la Nación (Art. 97 LAF).
La SIGEN está a cargo de un funcionario designado por el PEN, de quien depende
directamente, con rango de secretario de la Presidencia de la Nación, y denominado
“Síndico General de la Nación” (Art. 108 LAF). Debe poseer título de abogado o de
profesional en ciencias económicas, y una experiencia en administración financiera y
auditoría superior a los 8 años. Es asistido por 3 síndicos generales adjuntos, quienes
deben contar con similares requisitos de titulación (Arts. 110 y 111 LAF).
Su competencia específica es el control interno de las jurisdicciones que componen el PEN
y los organismos descentralizados y empresas y sociedades del Estado que dependan de
él, sus métodos de trabajo, normas orientativas y estructura orgánica (Art. 98 LAF).
En cada jurisdicción del PEN debe crearse una unidad de auditoría interna, que dependerá
jerárquicamente de la autoridad superior de cada organismo, y que debe actuar
coordinada técnicamente por la SIGEN (Art. 100 LAF).
El Art. 102 LAF define el concepto de auditoría interna: un servicio a toda la organización
consistente en un examen posterior de las actividades financieras y administrativas de las
entidades abarcadas por su ámbito de competencia. Las funciones y actividades de los
auditores internos deben mantenerse desligadas de las operaciones que ellos deban
examinar.
El Art. 103 LAF prescribe que el modelo de control que aplique y coordine la SIGEN debe
ser integral e integrado, comprendiendo los aspectos presupuestarios; económicos;
financieros; patrimoniales; normativos y de gestión; de evolución de programas, proyectos
y operaciones; y estar fundado en criterios de economía, eficiencia y eficacia. El Art. 104
puntualiza las funciones de la SIGEN, entre las cuales se destacan: dictar y aplicar normas
de control interno, de manera coordinada con la AGN; emitir normas de auditoría interna
y supervisar su aplicación; vigilar el cumplimiento de las normas contables dictadas por la
CGN; realizar auditorías financieras, de legalidad y de gestión; realizar investigaciones
especiales de carácter financiero o de otro tipo; orientar la evaluación de programas,
proyectos y operaciones; también puede encargar estas tareas a auditores
independientes, en cuyo caso deberá coordinar su realización; debe poner en
conocimiento del Presidente de la Nación los actos que hubiesen acarreado o que estime
que puedan acarrear significativos perjuicios para el patrimonio público; debe atender los
pedidos de asesoría que le formulen el PEN y las autoridades de sus jurisdicciones y
entidades en materia de control y de auditoría; etc.
El Art. 107 establece ciertos deberes de información de la SIGEN: a) al Presidente de la
Nación, sobre la gestión financiera y operativa de los organismos comprendidos dentro
del ámbito de su competencia; b) a la AGN sobre la gestión llevada a cabo por los entes
bajo fiscalización de la SIGEN; c) a la opinión pública, en forma periódica.
La AGN fue creada en 1922 por LAF, tras la disolución y desaparición del Tribunal de
Cuentas de la Nación como organismo de control administrativo y jurisdiccional externo
de la Hacienda Pública nacional. La CN la contempla en el Art. 85 CN: “El control externo
del sector público nacional en sus aspectos patrimoniales, económicos, financieros y
operativos, será una atribución propia del Poder Legislativo. El examen y la opinión del
Poder Legislativo sobre el desempeño y situación general de la administración pública
estarán sustentados en los dictámenes de la Auditoría General de la Nación. Este
organismo de asistencia técnica del Congreso, con autonomía funcional, se integrará del
modo que establezca la ley que reglamenta su creación y funcionamiento, que deberá ser
aprobada por mayoría absoluta de los miembros de cada Cámara. El presidente del
organismo será designado a propuesta del partido político de oposición con mayor
número de legisladores en el Congreso. Tendrá a su cargo el control de legalidad, gestión y
auditoría de toda la actividad de la administración pública centralizada y descentralizada,
cualquiera fuera su modalidad de organización, y las demás funciones que la ley le
otorgue. Intervendrá necesariamente en el trámite de aprobación o rechazo de las
cuentas de percepción e inversión de los fondos públicos”, como organismo encargado del
control externo del sector público nacional, en sus aspectos patrimoniales, económicos,
financieros y operativos, como atribución propia del Congreso. Es decir, se trata ahora de
un ente previsto por la propia CN, que le ha dado un perfil parcialmente distinto al
inicialmente delineado por la LAF.
El art. 85 CN dispone que la AGN dependa del Poder Legislativo directamente, lo que da la
pauta de la mutación del sistema de control de tipo jurisdiccional anterior (Tribunal de
Cuentas de la Nación) hacia uno de corte parlamentario. Esa disposición ordena que el
examen y la opinión del Congreso Nacional sobre el desempeño y situación general de la
Administración Pública nacional deberán estar sustentados en los dictámenes de la AGN,
la que tendrá a cargo el control de legalidad, gestión y auditoría de toda la actividad de la
Administración Pública, centralizada y descentralizada, cualquiera que fuera la modalidad
de su organización y de las demás funciones que la ley le asigne.
La AGN también tendrá intervención necesaria en el trámite de aprobación o rechazo de
las cuentas de percepción e inversión de los fondos públicos.
El Art. 117 LAF preceptúa que tendrá que emitir dictamen sobre los estados contables
financieros de las empresas y sociedades del Estado, los entes reguladores de los servicios
públicos, los entes privados adjudicatarios de procesos de privatización (en lo atinente a
las obligaciones provenientes de los respectivos contratos). Asimismo, establece que
estará bajo su ámbito la MCBA, sin perjuicio de lo cual cabe indicar que tras la reforma
constitucional de 1994 ésta ha desaparecido, al dotarse a la CABA del régimen propio de
autonomía -legislación, gobierno y justicia- de acuerdo con el Art. 129 CN.
En lo relativo a la responsabilidad de las personas por los hechos o actos que pudieran
haber afectado a la Hacienda Pública a su cargo, la LAF se diferencia del régimen anterior.
En efecto, la ley de contabilidad (decreto-ley 23.354/56) encargaba al Tribunal de Cuentas
de la Nación tanto la evaluación de las cuentas como el juicio de responsabilidad.
Actualmente, el Art. 130 LAF expresa que toda persona física que se desempeñe en las
jurisdicciones o entidades sujetas a la competencia de la AGN debe responder por los
daños económicos que por su dolo, culpa o negligencia ocasionara en el ejercicio de sus
funciones en esos entes u organismos, salvo que estuviera comprendida en un régimen
especial de responsabilidad patrimonial. Deja librado a los cauces ordinarios la efectiva
ejecución de tal responsabilidad.
Por su lado, el Art. 131 LAF indica que la acción del Estado para hacer efectiva esta
responsabilidad prescribe según los plazos fijados por el Código Civil, contados desde el
momento de la comisión del hecho que genera el daño, o bien posteriormente cuando el
daño efectivamente se produzca, cualquiera que sea el régimen de responsabilidad
patrimonial aplicable a estas personas.
Las relaciones que ligan al Estado con los particulares u otros entes públicos, de naturaleza
contractual o extracontractual (ej: los supuestos de responsabilidad del Estado) terminan
siendo dirimidas ante los tribunales, fijándose los respectivos derechos y obligaciones
mediante una resolución judicial. En el caso en que ésta sea de condena contra el Estado
puede tener efectos erogatorios, sea que consista en dar una suma de dinero o bien en un
hacer (ej: entregar un determinado medicamento, brindar una determinada cobertura
asistencial, etc.).
Históricamente, las sentencias contra el Estado Nacional tenían carácter meramente
declarativo cuando le condenaban al pago de una suma de dinero (Art. 7º ley 3.952, de
demandas contra la Nación). Sin embargo, a pesar de que la sentencia hacía cosa juzgada
al respecto, se estimó que no podía mantenerse esa situación de discrecionalidad sobre si
acatar o no lo decidido por un tribunal a su respecto.
Con ayuda de ciertas pautas jurisprudenciales, la situación se fue revirtiendo. Es
importante la causa de “Josefa Pietranera y otros v. Nación Argentina”, en la cual la CSJN
consideró que el Art. 7º de la ley 3.952 no podía entenderse como una suerte de
autorización al Estado para dejar de cumplir las sentencias judiciales, puesto que
equivaldría a colocarlo por fuera del orden jurídico, siendo que es él quien ha de velar por
su estricta observancia. Agregó que esa norma tiende a evitar que la Administración
Pública se vea colocada, como consecuencia del dictado de una sentencia perentoria, ante
la imposibilidad de satisfacer el requerimiento por carecer de fondos previstos para ese fin
en el presupuesto, o bien verse perturbada en su normal funcionamiento. Ello no impide,
dijo el Tribunal, que se intime a la Nación a fijar un plazo prudencial para el cumplimiento
de la sentencia firme -en el caso se trataba de un desalojo de un inmueble, y expresó que
la prolongación sine die de la ocupación por el Estado sería una suerte de expropiación sin
indemnización, o al menos una clara violación al derecho de propiedad-.
La consolidación de deudas
Además del mecanismo anterior, ante ciertas situaciones de grave emergencia y debido al
deterioro e incapacidad de la Hacienda Pública para hacer frente a las deudas contraídas,
el legislador recurrió a la consolidación de las obligaciones pendientes, a fin de clarificar la
situación de la deuda, unificar el devengamiento de intereses y poner un corte en el
incumplimiento, para reprogramar uniformemente los pagos pendientes. Así lo hizo con la
ley 23.982 con relación a las obligaciones vencidas o con causa o titulo anterior al 1º de
abril de 1991 y cuyo objeto fuera dar una suma de dinero.
La primera consecuencia de la consolidación de deudas es que los actos, hechos,
sentencias o laudos que reconocían obligaciones que quedaban consolidadas tendrían
sólo el carácter declarativo, y su cumplimiento se haría de acuerdo con lo legalmente
previsto.
Pago de Condenas
Unidad 4
Si los fondos egresan de la Hacienda Estatal sin cumplir con estos requisitos, el
movimiento no será un gasto público sino un acto ilícito, no autorizado por el
ordenamiento jurídico.
Los gastos en que incurren ciertos entes en los que el Estado participa (total o
parcialmente), pueden presentar dificultades para ser considerados como gasto público.
La noción de Estado, a los efectos de las Finanzas Publicas, comprende a la Administración
central como a la descentralizada, por lo que estos entes son considerados gasto público.
A lo largo de los años, el gasto publico crece. En las épocas “normales” las sociedades
padecen un desajuste, una tensión entre el nivel de gasto público que desean y el nivel de
la carga fiscal que están dispuestos a tolerar. Cuando esas sociedades sufren una crisis
importante es el momento de demostrar la capacidad para movilizar los recursos y
equiparar el gasto público que desean con el esfuerzo fiscal que han de realizar.
Causas de crecimiento
Causas aparentes:
1. El envilecimeinto de la moneda: la moneda, como medida de cuenta e
instrumento de medición del valor de las cosas, puede ir perdiendo valor en sí
misma. Si hay inflación, importara una suma nominalmente superior cada año,
aunque la moneda constante se mantenga en el costo anterior o se haya
abaratado.
2. Las modificaciones en los criterios de la contabilidad pública: los cambios en los
métodos de la contabilidad pública, en la manera de reflejar los ingresos y los
gastos del Estado, pueden llevar a creer que ha habido un aumento del gasto
público que, no es tal. Lo mismo ocurre cuando se cambia del criterio del resultado
neto al de la contabilización bruta, al incorporar los presupuestos de los entes
descentralizados en el presupuesto financiero general del país.
Causas mixtas:
1. Incremento territorial: un Estado aumenta su superficie por la incorporación de
nuevos territorios, sea por conquista por la guerra o bien al unirse dos o más
estados para formar uno nuevo. Como contracara, se dijo que atribuirle carácter
ambivalente a este motivo, si un Estado pierde parte de su territorio, la pérdida de
este puede ser una causa de disminución de gasto público.
2. Incremento de la población: puede estar referido al crecimiento vegetativo debido
a que el índice de natalidad es superior a 1 (nace + de los que mueren), pero
también migración.
Causas reales:
1. El incremento de la renta nacional: al aumentar hay una mayor riqueza dentro de
la economía del país. El estado se halla frente a un sector privado más rico, al cual
puede exigirle una mayor cantidad de medios económicos a fin de obtener más
recursos y, con ello, satisfacer con mejor calidad o con más intensidad las
necesidades publicas ya asumidas o encarar una nuevas.
2. El crecimiento de las tareas y funciones prestadas por el Estado: el elenco
limitado de funciones que cubría el Estado gendarme, se ha visto incrementado
con el advenimiento del Estado intervencionista, debido a que debe asegurar la
estabilización de la económica, para lo cual asume nuevas coberturas de
necesidades.
3. El aumento del costo de los bienes y servicios intermedios que emplea el Estado
para producir sus bienes y servicios: El estado gasta más para satisfacer la
necesidad pública en el mismo nivel que en el ejercicio anterior.
4. Los costos de la guerra, defensa nacional y del armamentismo: la carrera
armamentista no se detiene luego de terminado el conflicto bélico, sino que sigue
su expansión en previsión de futuros conflictos. Los gastos en defensa nacional se
pueden ver incrementados al entrar en una nociva competencia al alza con los
países rivales.
5. El crecimiento de la burocracia y del aparato político del Estado: El crecimiento
de cuadros de funcionarios públicos se va dando en dos sentidos: a) como
consecuencia de la mayor especialización en el cumplimiento de sus funciones por
el estado; b) el empleo público a veces se utiliza como una forma encubierta de
dar un subsidio de desempleo, ya que no se necesita de un funcionario para cubrir
determinadas tareas, sino lo que se quiere es dar una “fuente de trabajo” a una
persona sin que necesariamente se requiera de la tarea.
6. Cambios e innovaciones tecnológicas: la aparición de nuevos productos
tecnológicos incide en el gasto público, pero el efecto neto es incierto porque por
un lado importa un nuevo gasto público, pero por otro puede llevar al
abaratamiento en el costo final de otros bienes y servicios que se venían prestando
desde antes, con una disminución relativa del gasto a incurrir a su respecto.
7. El factor socio cultural: el sentido de la responsabilidad política, social y ética, con
relación a un estándar de vida mínimo para toda la publicación importa un gasto
público ascendente, ya que por lo común el nivel escogido importa elevar hacia él
a una parte importante de la población. El aumento de nivel de vida importa el
incremento de la cobertura de necesidades. El urbanismo es también visto como
un factor que influye en la suba del gasto publico.
8. Otras causas: Ahumada indico algunos otros tópicos. Por un lado, el advenimiento
de la democracia como forma de gobierno implica la llegada al poder de un grupo
más numeroso que reclama satisfacer una cantidad mayor de necesidades. Otra
causa, seria las costumbres políticas corruptas, como el empleo público
fraudulento, el derroche de bienes y servicios públicos.
o Límites Económicos: se proponen reglas para ordenar los gastos públicos según los
objetivos que el Estado pueda perseguir por su intermedio.
La regla del gasto mínimo, según el liberalismo sostiene que el Estado debe
limitarse a ciertas funciones esenciales, vinculadas con la protección de los
ciudadanos; se puede extender más, agregando servicios y actividades como
construcción de caminos, comunicaciones, etc. Pero la idea fuerza es la misma:
circunscribir la actividad estatal al mínimo posible.
La regla de la mínima interferencia con la iniciativa privada: la interferencia con la
actividad privada será la mínima, aunque en ciertas circunstancias es necesaria.
La regla de la máxima ocupación: cuando la finalidad del gasto público sea
reactivar la economía, antes impulsarla mediante la ocupación plena de sus
factores productivos, debería hacerse análisis de cada tipo de gasto que se pueda
realizar para adoptar aquel que asegure el mejor logro del objetivo trazado.
La regla del máximo beneficio: el gasto público debe hacerse en todos los casos de
manera tal que se obtenga el máximo beneficio posible, es decir “que cada peso ha
de gastarse donde la utilidad marginal social sea mayor”.
o Límites Jurídicos: está en la CN, y es l referido a la inversión del gasto público con
fines de utilidad pública. Por otra parte, toda la regulación del circuito
presupuestario contenida en la CN y desarrollada en la LAF configura otra
limitación al empleo y disposición del gasto publico.
Unidad 5
El Ingreso Público es toda suma de dinero obtenida por el Estado y que está destinada a la
cobertura de los gastos públicos ocasionados por las actividades estatales. Es toda suma
de dinero, dado que la moneda es la medida de valor y el medio habitual de cancelación
de obligaciones la mayoría de ingresos públicos se miden y obtienen en dinero; sin
perjuicio de ello, hay que advertir que también podrían considerarse ingresos públicos los
incrementos en el patrimonio producto de la obtención de bienes o cosas. Es percibida
por el Estado, siendo el Estado en concepto amplio, no sólo entes estatales con sustento
territorial, sino personificaciones que este suele asumir (entes autárquicos, empresas). Por
último, está destinada al financiamiento del gasto público, porque el ingreso es producto
de la necesidad de financiar actividades públicas que demandan un gasto, siendo la
actividad financiera una actividad intermedia, que procura ciertos medios para el
cumplimiento de otros fines.
Recursos Patrimoniales
El Estado, como toda persona posee un patrimonio. Es usual que sus bienes que lo
integran formen parte del dominio público o del privado del Estado, ambos están ligados a
la consecución de las finalidades públicas, porque no cabe pensar que el Estado tenga
finalidades paralelas o diferenciadas de las propias de su creación conceptual como
recipiendario del interés general y gestor de él.
Lo que interesa es indicar que los bienes del Estado, sea que formen parte de su dominio
público o privado, son susceptibles de generar ingresos públicos, por vía de enajenación o
de explotación.
Monopolios fiscales
Un monopolio se da cuando en un mercado hay un único oferente o un único cliente para
determinado bien. Desde lo económico, importa una distorsión importante en su
funcionamiento ya que queda desplazada completamente la competencia libre que
asegura que los precios que se obtengan sean los de equilibrio entre oferta y demanda,
cuando hay muchos oferentes y muchos demandantes.
En el caso de los monopolios de oferta, ellos pueden deberse a cuestiones fácticas o
jurídicas. También puede generarse un monopolio por la intervención del Estado, que
permite que solo un actor sea el productor de un determinado bien o servicios. En este
caso, cuando el Estado decide explícitamente que un servicio o bien sea prestado o
comercializado exclusivamente por una entidad, es un monopolio tutelado por el
ordenamiento jurídico, un monopolio de derecho; esto interesa cuando el Estado lo
reserva para una persona pública.
El monopolio le da al Estado la oportunidad de obtener ingresos de carácter patrimonial si
participa en la empresa que desarrolla la actividad. También se le asigna a los monopolios
un componente tributario, cuando el Estado grava la actividad de estas empresas,
fundamentalmente con impuestos sobre los consumos o sobre las ganancias de estos
entes.
Liberalidades
Se denominan “liberalidades” a aquellos contratos que son gratuitos, es decir que
importan la transferencia de una cosa o de un bien, sin contraprestación; ejemplo:
donaciones. En este caso hay un ingreso patrimonial para el Estado, en tanto y en cuanto
ingresa a su patrimonio una cosa o un bien. Si el ingreso es en dinero, hay un ingreso
público. La liberalidad también se puede dar en el perdón de una deuda, en cuyo caso no
habrá un ingreso público para el Estado, en tanto y en cuanto el beneficio recibido no se
traduce en la incorporación de una suma dineraria, sino en que se dejara de realizar un
pago.
Dentro del patrimonio estatal se pueden encontrar ciertas empresas en las que participa,
sea como único dueño o bien conjuntamente con otras personas, sean públicas o
privadas. Esta actividad tiene un resultado comercial que, sea positivo o negativo
impactara en la Hacienda Pública, ya que importara un ingreso o bien una deuda.
Los entes descentralizados tienen las siguientes características: 1) personalidad jurídica
propia; 2) cuentan o han contado con una asignación de recursos (los reciben de rentas
generales o tienen tributos afectados); 3) su patrimonio es estatal: es "propiedad del
Estado, en el sentido de que el Estado puede eventualmente suprimir el ente y establecer
el destino de sus fondos como desee; 4) tienen capacidad de administrarse a sí mismos;
5) son creados por el Estado; 6) están sometidos al control estatal; 7) en cuanto a su fin, se
puede sostener que algunos entes realizan actividades típicamente comerciales o
industriales pero que, por estar involucrado el Estado en ellas, si bien no serán fines
"administrativos" los perseguidos, siempre serán "públicos", por la decisión política que
llevó a realizar la actividad de la que se trate.
Las finalidades que ha perseguido el Estado al constituir empresas para desarrollar
actividades industriales y comerciales son múltiples, pudiendo citarse las siguientes
siguiendo, a título de ejemplos que no agotan la lista: a) asegurar la defensa nacional para
casos de guerra (fábricas de armamentos astilleros, industrias mecánicas pesadas, etc.);
b) garantizar la autenticidad de la producción de ciertos bienes de los cuales el Estado sea
el principal consumidor (fabricación de moneda, de sellos postales de determinados tipos
de papel para uso oficial, etc.); c) servicios que se deben cubrir con precios especiales por
debajo del costo de producción (correos y telecomunicaciones); d) mantenimiento de
establecimientos modelo o estaciones modelo (para el fomento de las artes, de la
agricultura, de la ganadería, etc.); e) para suplir la iniciativa privada en tareas de alto
riesgo o de inversión intensiva y grande en capital (industria siderúrgica); f) para garantizar
la pureza de un producto y eliminación de la especulación en salvaguardia de la salud
pública (el monopolio en la fabricación o comercialización de ciertos insumos medicinales
humanos o animales); g) fiscalización del cobro de tributos sobre ciertos productos
(monopolios de tabacos, de sal, etc.); h) fines políticos (monopolio de la publicidad estatal;
nacionalización de empresas en actividades estratégicas que se quieren sustraer de la
actividad privada o del capital extranjero); i) regulación del crédito (bancos de desarrollo,
concesión de préstamos sociales o a la inversión; diversas manifestaciones de la banca
pública); y un largo etcétera.
El principio de subsidiariedad: regla económica y política que postula que el Estado ha de
ocuparse solo de aquello que las entidades particulares no puedan o no quieran realizar,
su contenido jurídico es discutible porque no está establecida en una norma del
ordenamiento jurídico. El Estado lleva adelante sus cometidos, dirigidos al bien común de
la población (ej: estado regulador). No puede hablarse de categorías absolutas en la
personificación estatal, sino que son categorías que resultan del agrupamiento que se
puede hacer de la realidad existente de los diversos mecanismos ideados por el legislador.
Concepto de Inflación
Es la suba general de los precios de los productos en los distintos mercados en que estos
se comercializan. Ella hace que el dinero vea desdibujadas sus funciones esenciales: medio
de cambio o de pago y unidad de cuenta. Ello ocurre en mayor medida con las funciones
de reserva de valor (ahorro) y de unidad de cuenta, es decir, cuando el patrón de medida
pierde homogeneidad. El envilecimiento del valor del papel moneda, cualquiera sea la
causa, tiene repercusión en las relaciones obligacionales, sean de derecho privado o
público.
La inflación, en cuanto pérdida de valor adquisitivo de la moneda, es un fenómeno
económico con repercusiones jurídicas:
a) Desvalorización de las deudas: el deudor se ve favorecido puesto que paga en una
moneda despreciada, y el acreedor recibe menos valor. Ello hizo necesaria la revaluación
de esas deudas.
b) En general se establece en normas la obligatoriedad de hacerlas de manera homogénea y
creíble. Esto refleja la necesidad de que las formas de mensurar las variables a lo largo del
tiempo sean más o menos compatibles, para establecer comparaciones.
c) Es un fenómeno que causa efectos perniciosos en la equidad del sistema fiscal.
d) Keynes dijo que la inflación puede ser vista como un impuesto en sí misma. Se la aprecia
como un gravamen sobre activos monetarios, de carácter encubierto, que recorta el poder
adquisitivo de la moneda en circulación y que quita parte de la riqueza, poseída en
moneda, por cada tenedor.
Entre todas las causas de la inflación, la emisión monetaria es una que depende
directamente de la actividad del estado. La inflación, considerada como un impuesto
sobre los activos monetarios, es un recorte del poder adquisitivo de la moneda nacional. Si
la emisión monetaria no está regulada y dispuesta por el Congreso Nacional, en forma de
ley, será un impuesto inconstitucional. La inflación actúa como si fuera un impuesto sobre
el uso del dinero que se halla en manos de los privados, que por el hecho de la
desvalorización de su poder adquisitivo es como si entregaran al Estado la diferencia a
cambio de una suma adicional de dinero.
La inflación tiene ciertas características que los gobiernos ven como ventajosas en
comparación de otras figuras: es difícil evadir, posee gran generalidad porque la soporta
toda la población y es de fácil gestión administrativa; posee cierto efecto anestésico sobre
la percepción de la población ya que la siente de manera distinta a como percibe un nuevo
impuesto o el aumento de los ya existentes; causa un aumento indirecto en el tipo
impositivo de los impuestos progresivos. Al emitir moneda con efectos inflacionarios, el
Estado reduce la capacidad de pago de los particulares y aumenta la propia en la misma
medida, al elevarse el nivel relativo de los precios.
La forma de evitar ese gravamen es obtener ingresos en otra moneda que sea fuerte. Otro
efecto es que suele ser empleada por los Estados para licuar y reducir su deuda pública,
sobre todo la que es a largo plazo, ya que va devolviendo el capital y pagando unos
intereses con la moneda que, nominalmente es la misma, pero posee cada vez menos
valor adquisitivo. Las medidas de política financiera que buscan el equilibrio
presupuestario favorecen la estabilidad de la moneda.
Banco Central
Los estados han reservado para sí la capacidad de hacer y emitir moneda, alguna vez lo
delegaron en bancos privados, y argentina ejemplo en una institución pública que es el
Banco Central. Es la autoridad monetaria y la que regula, con independencia del gobierno
de turno, la política monetaria, el valor de la moneda y la emisión. Además del recurso de
emitir billetes de circulación legal, el estado puede crear dinero mediante la contracción
de deuda. Pero si se endeuda con el Central de manera directa aumenta la base
monetaria, ya que este crea dinero para financiar la compra de duda. A veces el Central
adquiere la deuda de manera indirecta, recurriendo al mercado y adquiriendo los títulos a
los particulares: emite un cheque con cargo a sí mismo y lo entrega al vendedor particular
quien lo deposita en su entidad. La inyección de dinero por parte de los bancos centrales
por medio de operaciones de compra de los títulos de deuda estatal en el mercado
abierto tiene importancia que puede ser útil en la coyuntura, y en operaciones pequeñas.
Los Bancos Centrales tienen ciertas reservas, que son respaldo de la moneda que han
emitido, pero pueden ser utilizadas libremente por el gobierno de turno.
Devaluación de la moneda
Unidad 6
Al hablar de Recursos Públicos, en el libro se hace mención a los Patrimoniales que son los
que el Estado obtiene por la explotación de su propio patrimonio (alquilar tierras o
edificios propiedad del Estado, o vender los mismos). También se hizo mención a las
denominadas liberalidades, situación que se da cuando el Estado obtiene recursos sin dar
una contraprestación a cambio (donaciones o herencias vacantes). Además, mencionamos
los recursos Tributarios, que son aquellos mediante los cuales el Estado consigue fondos
de terceros, es decir de la imposición de tributos. Agregando, está la emisión monetaria.
Por último, está el crédito público, la obtención de recursos por medio del
endeudamiento.
La CN establece una fuerte impronta del principio de reserva de ley en materia del crédito
público. En efecto, en su Art. 4 establece que es el Congreso quien decreta los
"empréstitos y demás operaciones de crédito", cuyo destino es la cobertura de gastos en
casos de urgencias de la Nación o empresas de utilidad pública. Correlativamente, los
incisos 4 y 7 del Art. 75 CN establecen que compete al Congreso contraer empréstitos
sobre el crédito de la Nación, a la vez que arreglar el pago de su deuda interior y exterior.
A pesar que el principio de reserva de ley está férreamente establecido en la CN, el
Congreso suele habilitar al PEN para que haga efectiva esta potestad dentro de las
previsiones legales establecidas.
Por su parte, de los Arts. 121 y 126 CN queda en claro que las provincias pueden hacer uso
de su crédito público y contraer empréstitos. El Art. 124 marca una pauta en cuanto a que
en ejercicio de esas competencias -entre otras- no puede de afectar el crédito público de
la Nación.
Art.56 LAF: “El crédito público se rige por las disposiciones de esta ley, su reglamento y
por las leyes que aprueban las operaciones específicas. Se entenderá por crédito público
la capacidad que tiene el Estado de endeudarse con el objeto de captar medios de
financiamiento para realizar inversiones reproductivas, para atender casos de evidente
necesidad nacional, para reestructurar su organización o para refinanciar sus pasivos,
incluyendo los intereses respectivos. Se prohíbe realizar operaciones de crédito público
para financiar gastos operativos”.
Art.57 LAF: “El endeudamiento que resulte de las operaciones de crédito público se
denominará deuda pública y puede originarse en: a) La emisión y colocación de títulos,
bonos u obligaciones de largo y mediano plazo, constitutivos de un empréstito; b) La
emisión y colocación de Letras del Tesoro cuyo vencimiento supere el ejercicio financiero;
c) La contratación de préstamos; d) La contratación de obras, servicios o adquisiciones
cuyo pago total o parcial se estipule realizar en el transcurso de más de UN (1) ejercicio
financiero posterior al vigente; siempre y cuando los conceptos que se financien se hayan
devengado anteriormente; e) El otorgamiento de avales, fianzas y garantías, cuyo
vencimiento supere el período del ejercicio financiero; f) La consolidación, conversión y
renegociación de otras deudas. A estos fines podrá afectar recursos específicos, crear
fideicomisos, otorgar garantías sobre activos o recursos públicos actuales o futuros,
incluyendo todo tipo de tributos, tasas o contribuciones, cederlos o darlos en pago,
gestionar garantías de terceras partes, contratar avales, fianzas, garantías reales o de
cualquier otro modo mejorar las condiciones de cumplimiento de las obligaciones
contraídas o a contraerse. No se considera deuda pública la deuda del Tesoro ni las
operaciones que se realicen en el marco del artículo 82 de esta ley”. Este art 82 que se
menciona, autoriza a la TGN a emitir letras del Tesoro para "cubrir deficiencias
estacionales de caja, hasta el monto que fije anualmente la ley de presupuesto general.
Estas letras deben ser reembolsadas durante el mismo ejercicio financiero en que se
emiten. De superarse ese lapso sin ser reembolsadas se transformarán en deuda pública y
deben cumplirse para ello con los requisitos que establece el título III de esta ley".
Asimismo, en el art. 82 se autoriza a los organismos descentralizados, dentro de los límites
que prevean sus respectivos presupuestos, para que, previa conformidad de la TGN,
puedan tomar préstamos temporarios para solucionar sus déficits estacionales de caja,
siempre que cancelen esas operaciones en el mismo ejercicio financiero.
El Art.64 LAF: “Los avales, fianzas o garantías de cualquier naturaleza, que cualquier ente
público otorgue a personas ajenas a este sector, requerirán de una ley. Se excluyen de
esta disposición a los avales, fianzas o garantías que otorguen las instituciones públicas
financieras”.
El Art.68 LAF: “La Oficina Nacional de Crédito Público será el órgano rector del sistema de
Crédito Público, con la misión de asegurar una eficiente programación, utilización y
control de los medios de financiamiento que se obtengan mediante operaciones de
crédito público”.
El Art. 69 detalla las competencias de la ONCP. Ninguna entidad del sector público
nacional podrá iniciar trámites para realizar operaciones de crédito público sin la
autorización previa de la ONCP (Art. 59 LAF).
Por otra parte, el principio de reserva de ley en materia de crédito público también
aparece recogido en el Art. 60 LAF al expresar que la Administración Pública central no
podrá formalizar operaciones de crédito público que no estén contempladas en la ley de
presupuesto general para el ejercicio respectivo o bien en una ley especifica. Añade que la
ley de presupuesto general debe indicar, como mínimo, las siguientes pautas: a) tipo de
deuda, especificando si es interna o externa; b) monto máximo autorizado para la
operación; c) plazo mínimo de amortización; d) destino del financiamiento.
Claasificaciones de la deuda.
Deuda real y deuda ficticia. Tiene en cuenta quien es el tomador de la deuda (A del
Estado); -deuda real: si es colocada en el sector privado (bancos, entidades financieras, las
demás empresas o personas físicas o jurídicas individuales), sea nacional o extranjero; -
deuda ficticia: cuando la adquiere alguna entidad integrante del sector publico del propio
Estado endeudado. La distinción es útil por los efectos, puesto que la deuda real produce
una contracción monetaria, ya que el Estado capta fondos del mercado de crédito.
Muchas veces el endeudamiento comienza como una operación real siguiendo diversos
mecanismos.
Deuda a corto, mediano y largo plazo. Tiene en cuenta el plazo de duración del
préstamo, el que se hará depender de losfines que se persiguen. -deuda a corto plazo:
inferior al ejercicio financiero, se suele emplear para cubrir los déficit coyunturales de la
Tesoreria del Estado; -deuda a mediano plazo: superior al año, pero inferior a 5 años,
tiende a cubrir gastos ordinarios; -deuda a largo plazo: superior a 5años, se suele emplear
para financiar gastos extraordinarios, sean ellos rentables o no, EJ: obras de
infraestructura.
Deuda flotante y deuda consolidada. La deuda flotante se asimila a la deuda a corto plazo,
ya que es de carácter transitorio y con un periodo breve para su amortización; la deuda
consolidada se asimila a la deuda a largo plazo o con un periodo indefinido de
amortización. La diferencia con lo anterior radica en la finalidad perseguida con el
endeudamiento, ya que la deuda flotante tiende a resolver en el breve tiempo el
problema del defasaje entre el flujo de los ingresos y el cumplimiento de los pagos
comprometidos. El presupuesto puede estar equilibrado económicamente, pero la deuda
flotante seguramente será necesaria de todas maneras, porque atiende a una cuestión
meramente financiera dada por necesidades de caja. EJ de deuda flotante: salarios y
sueldos impagos; facturas impagas del Estado. A veces, el Estado emite deuda a largo
plazo para hacer frente a la deuda que vence a corto plazo, de tal forma de transformala
en deuda consolidada; esta ha de ser contraída por ley del Congresola ley de
presupuesto de cada año prevé una autorización de endeudamiento.
Deuda perpetua y deuda amortizable. La deuda se denomina perpetua cuando no hay
obligación de restituir el capital solicitado. El empréstito se emite inciialemnte con tales
condiciones, y el A sabe que entrega un capital que el estado no devolverá, o bien
devolverá cuando considere que es conveniente, extinguiendo en ese momento el vinculo.
Se asimila a contratos de renta vitalicia, porque el Estado queda obligado a pagar
intereses por n tiempo indeterminado mientras dure el contrato con su A. Se caracteriza
porque tanto la suscripción como la enajenación del titulo están regidas por el precio del
dinero en ellos. La deuda amortizable es la mas habitual, significa la devolución del capital
prestado al final del plazo o en cuentas sucesivas durante su vigencia.
Deuda denunciable y deuda no denunciable. La deuda perpetua es la que no es
denunciable, ni el Estado ni los particulares pueden modificar sus condiciones ni solicitar o
imponer la devolución de capital; la deuda denunciable es aquella en la que el Estado
puede reembolsar anticipadamente el capital, cancelando la deuda.
Deuda interna y externa. Puede ser considerada externa si: -el tomador esta radicado en
el extranjero; -si se rige por las leyes de otros países o se pacta la jurisdiccion de otros
tribunales extranjeros; -si se emite y paga en moneda extranjera; -si se paga en l aplaza
financiera de otro país. Puede ser interna si: -el capital se obtiene en el mercado de
capitales local; -se rige por leyes locales y por jurisdiccion de tribunales nacionales; -se
emite y paga en moneda de curso legal loca; -se paga dentro del país.
Deuda directa e indirecta. Atiende al hecho de que la deuda haya sido asumida en forma
inmediata por el Estado, en virtud de un empréstito o de otras circunstancias, o bien en un
contrato de aval o fianza prestado a 3rosindirecta.
ARTICULO 58 LAF.- A los efectos de esta ley, la deuda pública se clasificará en interna y
externa y en directa e indirecta. Se considerará deuda interna, aquella contraída con
personas físicas o jurídicas residentes o domiciliadas en la República Argentina y cuyo
pago puede ser exigible dentro del territorio nacional. Por su parte, se entenderá por
deuda externa, aquella contraída con otro Estado u organismo internacional o con
cualquier otra persona física o jurídica sin residencia o domicilio en la República Argentina
y cuyo pago puede ser exigible fuera de su territorio. La deuda pública directa de la
administración central es aquella asumida por la misma en calidad de deudor principal. La
deuda pública indirecta de la Administración central es constituida por cualquier persona
física o jurídica, pública o privada, distinta de la misma, pero que cuenta con su aval,
fianza o garantía.
Deuda nacional y deuda local. Se hace alusión al nivel estatal que ha hecho uso de su
crédito. El Estado nacional puede hacerlo, pero también tienen estas facultades, que no
han sido delegadas, las provincias, municipios.
EMISION DE DEUDA.
Fuentes de los prestamos. Posibles prestamistas. Se denominan “fuentes” del
financiamiento mediante el crédito publico a “aquellas personas o instituciones de las
caules pueden provenir los capitales que toma para si el Estado mediante operaciones de
deuda”. Ellos pueden ser entes públicos o privados; al realizar la operación, el prestamista
queda convertido en A del estado.
individuos: población del país en general, llamados ahorristas, gente común que dispone
de ciertas sumas de $ para realizar inversiones reducidas. -Banca privada y banca publica:
sistema bancario comercial, empresas comerciales dedicadas a transar en el mercado de
capitales, EJ: compra de títulos de la deuda publica. -Otras empresas e instituciones
financerias no bancarias: hay empresas que tienen disponibilidad de capitales y buscan
una inversión rentable y segura para ellos, EJ: compañías de seguros; -Banco Central: el
estado puede emitir títulos que luego deposita en el Banco Central quien le pone a
disposición una suma equivalente.
Precio de emisión. Es el valor del contrato de empréstito, es decir lo que ha de
desembolsar el prestamista para comprar cada titulo de deuda. Los títulos pueden
adquirise de manera originaria a un precio que puede tener tres alternativas, con relacion
al capital entregado al Estaado a cambio: a) a la parvalor expresado en el titulo; -por
debajo de la par precio menor al expresado; -sobre la parmayor al expresado. Lo que
comúnmente puede pasar es que los títulos se vendan por debajo de la par, porque así
tiene un atractivo para quien sea el primer adquiriente, además en caso de prorroga del
vencimiento se puede mantener el mismo interés nominal.
Valor de los títulos. Es la partición del valor total de la deuda emitida. La titulización de la
deuda edpendera de quienes sean sus destinatarios, pues si son solamente los bancos y
las grandes empesas cada titulo puede tener un vaor alto. En cambio, si se busca colocar
la deuda en el publico en general, esa división se hará en valores mas pequeños.
Formas de propiedad. Los títulos pueden ser nominativos, registrados en una entidad o al
portador, se facilita su circulación.
Reparto de los títulos. El estado puede ofrecer una serie de títulos de su deuda y el publico
puede que no suscriba todos los títulos, ello significa que el Estado no ha obtenido los
fondos en la cantidad deseada. Caso contrario, si la demanda del publico es mayor que la
oferta del Estado, este puede aprovechar la oportunidad para implementar diversas
medida, como ej: emitir deuda y captar fondos satisfaciendo la demanda del publico.
Negociación o colocación directa. El Estado puede endeudarse de varias formasnegociar
con un banco o organismo internacional de crédito y obtener de un solo A, la suma
solicitada. También ocurre que el Estado, demanera directa, emita deuda para su
colocación en el mercado. A veces esta colocación, cuando es muy demandada, puede dar
lugar a un procedimiento de licitación frente a los inversores para obtener el dinero mas
convenientemente.
Colocación por medio de entidades financieras. El Estado tiene la alternativa de colocar la
deuda en el mercado con la intervención de una o mas entidades finacnieras privadas, y
que los bancos adquieran ellos los títulos, como inversión propia. También puede ser que
los bancos actúen en una operación de intermediación entre la oferta y la demanda de
capitales.
Cuando endeudarse:
a. Depende del tipo de gasto a cubrir; deberá destinarse a financiar actividades económicas
que garanticen en el futuro la posibilidad de contar con los recursos para su amortización;
b. Si la deuda se emplea para gastos corrientes o inversiones que dan resultados a corto
plazo, será irresponsabilidad;
c. Es importante la administración de la deuda; etc.
La emisión de deuda por parte del Estado produce efectos en la economía, alterando
consumos, ahorros e inversiones ya que drena recursos del mercado hacia el Estado.
Cuando el Estado pide dinero a los privados, aumenta la tasa de interés a raíz de la oferta
y demanda. El endeudamiento genera consecuencias en:
Efectos monetarios;
Efectos en el ahorro;
Efectos según la fase del ciclo economcio;
Efectos según las características de la deuda emitida.
Efectos de la deuda: si es interna, jurídicamente afecta el Estado pero económicamente a
los actores de mercados nacionales; si es externa, jurídica y políticamente se pierde
inmunidad sobreana, de la “capacidad de maniobra” para recurrir a medidas de corte
tributario, económicamente actúa como deuda de los contribuyentes del país al
prestamista; el pago de los intereses de la deuda ocasiona una redistribución de recursos
dentro de la económica. Hay una transferencia desde los contribuyentes hacia los
prestamistas, la financiación de la deuda puede ser lograda de manera regresiva,
proporcional o progresiva.
Unidad 7
Unidad 8
El concepto de impuesto tiene coincidencias con el de tributo, en cuanto es una
prestación patrimonial coactiva, generalmente pecuniaria, que un ente público tiene
derecho a exigir de las personas llamadas a satisfacerlo por ley, cuando realizan hachos
relevadores de capacidad contributiva, que se halla principalmente dirigido al
sostenimiento de los gastos públicos y generado por la realización de actividades lícitas.
Hay que recordar que un tributo es un ingreso público, regulado por el DD Público,
obtenido por un ente público, titular de un derecho de crédito frente al contribuyente
obligado, como consecuencia de la aplicación de la ley a un hecho indicativo de capacidad
económica, que no constituye la sanción de un ilícito, que está fundamentalmente
destinado a proporcionar recursos económicos para la atención de los gastos públicos, y
que puede o no estar vinculado con una específica contraprestación hacia un particular
determinado. Esta última característica es la que está ausente en el impuesto, no se trata
de un tributo vinculado, es decir que no presenta en su hecho imponible una actividad o
prestación singular o específica de la Administración hacia una persona individualizada.
Se sostiene que un impuesto es un tributo sin contraprestación.
Los impuestos son generados por hechos; genera la obligación de pagar un gravamen; el
Estado va a agarrar el impuesto para satisfacer los gastos públicos.
CARACTERISTICAS DE LOS IMPUESTOS
Impuesto óptimo:
El impuesto es una transferencia de recursos del sector privado hacia el Estado. Es obvio
que el costo impositivo más notable es el propio peso económico de la obligación
tributaria, que importa una disminución de la renta del contribuyente. Sin embargo, el
establecimiento de un impuesto lleva aparejado otros costos añadidos, además de la
pérdida de utilidad.
Por una parte, los costos correspondientes a las tareas de gestión, control y verificación
por parte de la Administración de las obligaciones de los contribuyentes. Estas tareas
implican gastos en personal, en medios técnicos necesarios, en ciertos bienes de capital,
etc.
También hay costos de cumplimiento de las obligaciones tributarias para los
contribuyentes y terceros. Esto es lo que se denomina como presión fiscal indirecta, lo
que cuesta cumplir con el Estado.
Por último están los costes de eficiencia. Dentro del esquema de la teoría económica, en
que los individuos operan en el mercado maximizando sus beneficios, al introducirse el
impuesto de ese modelo que, en teoría, había alcanzado un punto de equilibrio, se alteran
los comportamientos de los agentes y se provoca la búsqueda de un nuevo punto de
equilibrio, con su resultado asignativo y redistributivo. Por lo tanto, si por hipótesis se
piensa que la situación de partida era un óptimo, se concluye que la introducción del
impuesto lleva a una pérdida de eficiencia, lo que importa un coste que debe ser
estudiado y contemplado al momento de establecer el gravamen.
La teoría de la imposición óptima es la que postula una serie de reglas que deben respetar
los diferentes esquemas tributarios que se propongan recaudar lo buscado con el menor
costo posible, tanto en de eficiencia como otros costos. El impuesto óptimo por lo tanto
es recaudar la mayor cantidad de tributos, con la menor cantidad de dinero.
Impuesto neutral
Hace referencia a un concepto ideal que resulta imposible de verse plasmado en la
práctica, esto es que el establecimiento de un impuesto no cause efecto alguno en el
mercado que se aplica. Es decir, un impuesto nunca será neutro dado que de una u otra
manera afecta a quienes operan en el mercado, al modificar sus conductas.
Al hablar de neutralidad en la imposición, se piensa en aquel impuesto que mantiene las
situaciones relativas entre las personas de las empresas existentes antes de su aparición.
La neutralidad se suele emplear por oposición a los impuestos que son distorsivos al
modificar las conductas de los particulares de forma prejudicial para ciertos sectores.
La imposición no debe modificar en nada la situación económica financiera relativa de los
contribuyentes, no debe verse afectado.
El Estado debe realizar una compensación que equilibre las situaciones relativas, evitando
los extremos de pobreza y de riqueza mediante medidas coactivas, entre las que se
incluyen las fiscales.
Impuesto con fines fiscales o extrafiscales
Tanto los impuestos como los tributos están concebidos para aportar fondos desde las
economías particulares hacia el ámbito público, con el fin de poder cumplir los
compromisos de gastos contraídos.
El impuesto asume un papel de medio para el cumplimiento de ciertos fines, a los que se
arriba por medio de la función de gasto público; es decir, primero se recauda, luego se
gasta y al gastar se cumple luego con el fin del que se trate.
Pero, no existe un impuesto neutral sino que siempre va aparejado con ciertos otros
efectos, estos otros efectos, sean contingentes o buscados, son los que se tratan bajo el
tema de extrafiscalidad o de los fines no fiscales del tributo.
La cobertura del gasto público pone el acento en cuanto a los fines que se consideran que
son o deben ser primordiales o necesarios del impuesto. Pero hay que recordar que
también hay ciertos otros efectos contingentes o accesorios que tienen cabida dentro del
ordenamiento jurídico y que pueden también ser alcanzados, al menos, por la vía
tributaria.
Estos efectos extrafiscales pueden ser susceptibles de clasificación según su grado de
intención en la voluntad del legislador.
Los efectos extrafiscales propiamente dichos son los que están ligados de manera
inevitable al tributo.
Las consecuencias extrafiscales que son los efectos del tributo, pueden no estar al
principal o expresamente buscado por el legislador, pero no son desechados en la medida
que se los considera beneficiosos.
Y los fines extrafiscales propiamente dichos que son los que el legislador persigue de
manera consciente y confesa. Estos fines puede ser de fomento o de penalización,
buscando influir en la conducta de los sujetos pasivos de una manera o de otra, para que
se realice una determinada actividad o bien para desalentarla.
Hay que advertir que en estos impuestos con fines extrafiscales propiamente dichos, si
bien como todo tributo ha de estar presente la capacidad contributiva, aunque fuera de
forma adecuadamente presunta, ella no suele ser empleada para graduar la carga del
gravamen, ya que influye decisivamente en ésta el fin extrafiscal. Es decir, si se quiere
estimular determinada conducta, el impuesto suele ser más bajo de lo que
correspondería, por lo que puede ser que esté pagando menos quien tenga capacidad
contributiva como para abonar un impuesto más elevado. O bien al revés, si se desea
castigar a determinados comportamientos, se pagará más alto el impuesto en función de
que se realice la conducta que se quiere desestimular, sin importar la capacidad
contributiva que demuestren los diversos contribuyentes gravados.
La CSJN ha expresado reiteradamente que estos fines extrafiscales son admisibles. En el
fallo “Horvath” dijo que “conjuntamente con su esencial propósito de allegar fondos al
tesoro público, los tributos constituyen un valioso instrumento de regulación de la
economía, complemento necesario del principio, con raigambre constitucional, que prevé
atender al bien general al que conduce la finalidad de impulsar el desarrollo pleno y justo
de las fuerzas económicas”.
Impuesto con destino específico
Se emplea para aquellos impuestos cuya recaudación está afectada, total o parcialmente,
a la financiación de determinada actividad.
Por lo general, el impuesto al ser un tributo que no está vinculado, su recaudación debería
ingresar para cubrir esos servicios que no cuentan con un financiamiento determinado por
los tributos vinculados. Es lo que se denomina principio de no afectación de los ingresos.
Pero por motivos políticos, el legislador decide apartarse de ese principio para darle a la
recaudación de cierto impuesto un destino específico.
Impuestos ordinarios y extraordinarios
Este criterio hace referencia a la permanencia del gravamen en el sistema tributario de un
Estado. Un impuesto ordinario es cuando goza de estabilidad y permanencia. En cambio,
el extraordinario es cuando se establece por un período limitado de tiempo, para atender
a circunstancias que requieren de un esfuerzo económico excepcional y que, superadas
ellas, no amerita su mantenimiento en el sistema.
Impuestos personales o subjetivos y reales u objetivos
Esta distinción atiende a cuando el impuesto toma o no en cuenta las características
personales que son propias del contribuyente. Los impuestos personales son aquellos que
tienen en cuenta las características de los contribuyentes, por ejemplo el impuesto sobre
las rentas, cuando permiten computar si el contribuyente está casado, si tiene hijos, etc.
En cambio, en el impuesto objetivo las características del contribuyente son indiferentes,
lo que se tiene en cuenta son las características de los objetos y los bienes, por ejemplo
los impuestos sobre automotores.
Esta clasificación no es absoluta, hay ciertos impuestos que atañen ambos tipos de
impuestos, por ejemplo en los impuestos sobre los bienes personales, que tiene
características personales en cuanto se trata del patrimonio de una persona, pero también
tiene ciertos elementos que lo hacen ver como objetivo con respecto al monto del
patrimonio.
Los impuestos reales son los que gravan los bienes que conforman un capital
durablemente invertido. Grava el producto de las actividades, el resultado económico de
un proceso productivo.
En cambio los impuestos personales atienden al concepto de renta, subjetivando la
cuestión. Este tipo de tributo personal, a la vez se puede distinguir los sistemas sintéticos
que es el que establece un único tributo sobre el total de la renta, fijando una tarifa única
que suele ser progresiva; de los analíticos que es cuando la renta de la persona es
discriminada según las fuentes productivas, estableciéndose un conjunto de impuestos
sobre ellas.
Impuestos fijos y graduales
Esta clasificación hace hincapié en el hecho de que el impuesto varíe o no según su
montante, y a la forma en la que se obtiene esa variación.
Impuesto fijo: es aquel cuya cuota es invariable y no depende de tareas cuantificadoras,
con independencia de la riqueza exhibida por las persona, de cual sea el volumen de su
renta, patrimonio o del consumo. Este impuesto es el que debe pagar cada contribuyente,
y todos deben pagar una suma idéntica. Por ejemplo los impuestos de capitación.
Impuesto gradual: es aquel en el cual la obligación tributaria se determina mediante algún
tipo de cálculo que toma en cuenta la riqueza exteriorizada por el contribuyente. Se aplica
una alícuota sobre la base inoponible, dando lugar a montos distintos para las respectivas
obligaciones tributarias según la situación de cada contribuyente. Estos impuestos a su vez
pueden ser:
- Impuestos proporcionales: la alícuota permanece constante, aplicada sobre una base
inoponible que se calcula se manera igual para cada contribuyente. Es decir, se dará lugar
a cuotas tributarias diversas, pero siempre se graduaran en igual proporción con sus
respectivas bases imponibles. Cuando aumenta la base inoponible, la alícuota va a ser
igual (IVA 21%)
- Impuestos progresivos: la alícuota aumenta a medida que se incrementa el valor de la
base inoponible, dando lugar a cuotas tributarias cada vez más elevadas, que van
creciendo proporcionalmente. Aumenta la base inoponible, aumenta la alícuota; cuando
más gano, más impuestos.
Hay distintas clases de establecer la progresividad.
Puede ser la progresividad por clase que implica que se establecen diversos grupos de
rentas o de patrimonios, y se le aplica un solo tipo impositivo a la renta o al patrimonio de
la persona, íntegramente, según la clase a la que pertenezca. Pero esto suele traer
problemas de equidad fiscal, debido al salto que se produce entre una clase y otra, puede
ocurrir que al aumentar en una unidad la renta o el patrimonio, y caer en la clase
siguiente, el impuesto a pagar aumente más en esa unidad; este fenómeno se denomina
“error de salto”.
Otra posibilidad es establecer la progresividad por escalones, se evitan los problemas de
saltos bruscos, ya que la renta o el patrimonio va tributando por cada tramo, aplicándose
la alícuota correspondiente a él. Por cada escalón funciona de manera proporcional.
Por último existe la progresividad continua, que surge ante la crítica de la progresividad
por escalones, cuando son amplios, dado que dentro de cada tramo funciona como un
impuesto proporcional, se busca la progresión por escalones infinitesimales, de manera
que a cada nivel de renta, por pequeña que fuera la diferencia, siempre le corresponderá
una alícuota más alta. Esto es muy difícil de aplicar en la práctica.
- Impuestos regresivos: la alícuota se va reduciendo a medida que la base inoponible
aumenta. La cuota a pagar crecerá a medida que suba la base, pero menos de lo que
ocurriría en caso de ser un impuesto proporcional.
Impuestos directos e indirectos
Hay distintos criterios clasificatorios que explican esta clase de impuestos.
Administrativo: serán directos los tributos que se recauden mediante el empleo de
padrones o listas de contribuyentes. En cambio, serán indirectos el resto.
Traslación económica: los impuestos directos no son trasladables, mientras que los
indirectos son impuestos trasladables.
La trasladabilidad económica de un tributo depende de cuestiones de hecho que harían
que el mismo tributo pudiera ser trasladable en unos casos y no en otros. Por lo tanto, se
puede decir que en tanto se refiere a la posibilidad de que un impuesto se pueda
trasladar, no tiene sustento jurídico.
Doctrinariamente el impuesto a las ganancias es directo.
Impuestos generales y especiales
Se denomina general al impuesto que grava todas las manifestaciones de capacidad
contributiva de una misma naturaleza. Por ejemplo el IVA es un impuesto general sobre el
consumo, dado que grava indiscriminadamente todas las transacciones de bienes y
servicios que ocurren en el mercado.
En cambio, un impuesto es especial cuando busca incidir sobre un tipo determinado de
operaciones o de bienes o servicios. Son sobre consumos específicos, al gravar sólo el
consumo de determinados bienes o servicios y no de todos.
EFECTOS ECONÓMICOS DE LOS IMPUESTOS
Percusión: se denomina así al efecto que atiende al momento del pago del impuesto por
parte del sujeto pasivo. Interesa ver la manera en que afecta la economía del sujeto, si
tiene liquidez para realizar el abono, si ha de solicitar un aplazamiento o un plan de
facilidades de pago, si debe vender patrimonio para obtener líquido con el que pagar, o si
debe recurrir al endeudamiento.
Traslación: es el fenómeno económico que se da cuando el sujeto pasivo del impuesto, el
contribuyente, lo ha pagado e intenta transferir el peso económico del impuesto hacia
otras personas con las que se relaciona en el mercado, incorporándolo en el precio de sus
bienes o servicios como un elemento más de su estructura de cosas o bien descontándolo
del precio de sus insumos.
Puede ser cuando el contribuyente traslada la carga hacia sus clientes, adicionando al
precio de su mercadería o servicio el componente tributario en cuestión, se dice que la
traslación se hace hacia adelante, protraslación, descendiendo en la cadena de
comercialización. Le traslado el tributo al que sigue en la cadena de traslación.
Cuando el contribuyente discute el precio de sus insumos con sus proveedores, e intenta
que el precio de éstos se vea disminuido en virtud del gravamen que recae sobre la
mercadería o servicio que él comercia, se dice que va hacia atrás, retrotraslación.
Pero también se puede dar de otra manera, traslación oblicua, cuando en vez de incidir en
el precio de la mercadería o servicio gravado, incide en el de otros bienes o servicios
distintos. Y puede ocurrir tanto hacia adelante o hacia atrás en la cadena de
comercialización de estos bienes y servicios.
Hay que recordar que los impuestos indirectos son los que se trasladan, los directos no.
La traslación es un fenómeno susceptible de graduación, ya que las posibilidades de
trasladas la carga económica del impuesto depende de la posición que ocupe el actor en el
mercado, de las condiciones de la económica, del bien que se trate, etc. Por eso, entre la
traslación total y la ausencia de traslación hay una enorme cantidad de supuestos en las
que la traslación puede ser parcial, en diferentes medidas y sentidos.
Las características del mercado son las que condicionan la trasladabilidad del impuesto.
Incidencia: así como los sujetos trasladas el tributo, desde el punto de vista económico,
habrá alguno que, finalmente, no pueda hacerlo y que absorba el impacto económico del
gravamen. Ello se denomina incidencia del impuesto.
Por lo general, los impuestos tienden a trasladarse para adelante, desde los productores
hacia los consumidores, por lo cual la incidencia se suele verificar en los consumidores
finales de bienes y servicios, ya que son el último eslabón en la cadena de consumo.
La incidencia se debe apreciar en un lapso corto de tiempo.
Difusión: son los efectos económicos posteriores en el tiempo al de la incidencia, efecto
pasivo. La incidencia es definitiva en cuanto no hay posibilidad de trasladar el impuesto
modificando los precios con lo que trabaja el contribuyente de facto o sujeto incidido. Por
lo tanto, los efectos ulteriores a la incidencia se podrán dar en distintos sentidos en el
contribuyente, ya que afectará el empleo de su renta, o incluso, si ésta es insuficiente para
solventar el tributo, en su patrimonio, que deberá ser vendido, al menos en parte, para
soportar el gravamen.
Estos efectos de difusión se dan en la actitud pasiva del contribuyente. Abaratar costos.
Remoción: son los efectos posteriores en el tiempo de la incidencia, efectos activos, es
buscar otra manera de no pagar el tributo. El contribuyente puede tomar otras actitudes a
fin de neutralizar desde el punto de vista de sus ingresos la incidencia del gravamen.
Amortización: es un efecto propio de los impuestos reales, que son los que gravan
capitales durables invertidos. Si el impuesto del que se trata es ordinario, al gravar la
tendencia de ese capital, y en definitiva al incidir de forma duradera sobre su renta,
represente una disminución del valor del bien, que es equivalente a la capitalización del
impuesto, a la tasa de interés que sea aplicable.
Al valor actual del bien se le ha de restar el valor del impuesto que debe pagarse durante
un lapso de tiempo. Un bien que empieza a estar gravado, baja su valor.
Capitalización: es el efecto inverso a la amortización, que importa el aumento de valor de
un bien durable, gravado por un impuesto real, dado cuando el tributo se deroga o se
reduce su monto. Aumenta el valor del bien.
Efecto noticia: este fenómeno se refiere a lo que ocurre en el mercado cuando se conoce
la posible existencia de un nuevo gravamen. La modificación de las conductas de los
operadores económicos se dará en la dirección que les lleve a evitar o aminorar la
existencia del gravamen, o a aprovechas las ventajas en caso de su disminución. Es hacer
que la sociedad conozca que hay un nuevo impuesto gravado.
Unidad 9
CONCEPTO DE TASA
Hay que recordar el concepto de tributo “es un ingreso público, regulado por el derecho
público, obtenido por un ente público, titular de un derecho de crédito frente al
contribuyente obligado, como consecuencia de la aplicación de la ley a un hecho
indicativo de capacidad económica, que no constituye la sanción de un ilícito, que está
fundamentalmente destinado a proporcionar recursos económicos para la atención de los
gastos públicos, y que puede o no estar vinculado con una específica contraprestación
hacia un particular determinado”. Esta última característica es la que está presente en la
tasa, porque se trata de un tributo vinculado, es decir que en su hecho inoponible se
contempla la realización de una actividad específica de la Administración hacia una o más
personas individualizadas.
En concepto de tasa, se apoya en el del tributo, y es similar al de impuesto, pero además
de todos sus requisitos, necesita una actividad de la Administración que vaya referida
singularizada o especialmente al sujeto pasivo.
En el presupuesto de la tasa se contempla la utilización del dominio público, la prestación
de un servicio público o la realización de una actividad administrativa, que afecta a quien
paga.
La tasa está estructurada de forma tal que el hecho imponible no surge sin la colaboración
de la Administración, de forma que el hecho del sujeto pasivo, sin la Administración,
convierte esa conducta en atípica y antijurídica.
Aparece como elemento característico la idea de la contraprestación, si no se da, por un
lado no hay hecho imponible, y por el otro, surge el derecho a la devolución de lo
eventualmente pagado.
La capacidad contributiva es un elemento que necesariamente debe estar presente en
todo tributo, en el caso del impuesto es un elemento necesario y suficiente; en cambio en
las tasas y contribuciones es un elemento necesario pero no suficiente, y en las que es
menos común que se tome como punto de referencia para graduar el volumen de las
prestaciones, ya que se suelen apoyar en el criterio del beneficio.
La tasa es un tributo, por lo tanto debe rechazarse todo tipo de asimilación de la tasa a
elementos contractuales. La tasa no es la retribución de un contrato. Es un tributo, cuya
obligación se devenga al realizarse su hecho imponible, con independencia de la voluntad
del sujeto pasivo y de la existencia de ciertos elementos retributivos.
ELEMENTOS CARACTERIZADORES DE LA TASA
La decisión financiera como concepto previo
La decisión financiera es la que el legislador debe tomar cuando, frente a una necesidad
pública que requiere de un gasto público, ha de elegir entre las diversas maneras en que
lo podrá financia. Es decir, cómo hará para procurar los recursos necesarios para
solventarlos.
La elección sobre la forma en que se va a financiar un gasto no implica exclusividad, en el
sentido de que elegida una fuente de financiamiento queden las demás descartadas, sino
que admite, por lo general, la concurrencia de ellas y también su uso alternativo en el
tiempo.
Al momento de tomar una decisión, habrá que examinar los condicionamientos fácticos y
jurídicos que existan. Entre las limitaciones fácticas pesará la situación económica general
del país, o bien del grupo al cual el gasto está dirigido. Otras limitaciones estarán dadas
por las características propias de la actividad estatal a financiar.
Hay dos formas básicas de repartir el coste de las cargas públicas, en función de lo que los
ciudadanos poseen (criterio de capacidad) o en función de lo que reciben a cambio
(criterio de beneficio).
Para ver de qué forma se financiará hay que ver la característica de la divisibilidad o no del
servicio. Un servicio es divisible cuando se pueden identificar tanto sus recipiendarios
específicos, como quienes no lo son. En cambio, es indivisible cuando su financiación
corresponde a la colectividad en su conjunto y no a un grupo formado por personas
determinadas a las que el servicio se refiera particularizadamente. Esto es así porque el
servicio afecta indeterminadamente a todas las personas que viven en el territorio estatal,
por eso su financiación no podrá ser hecha por tasas o por contribuciones especiales, ante
la imposibilidad de establecer a quiénes va singularizadamente referido ese servicio o esa
actividad, quedando sólo la opción de hacerlo por la vía impositiva o bien por deuda o por
ingresos patrimoniales. Entonces se puede decir que hay una imposibilidad casi técnica de
referir en el hecho imponible una actividad administrativa singularizada en el
contribuyente para estructurar una tasa.
En cambio, si el servicio resulta divisible, en donde se pueden medir las unidades en que
se provee y su destinación individualizada, aparece la posibilidad de que, en caso de que
se desee recurrir a la financiación por vía de tributos, todo o parte de su coste se financie
mediante tasas. En este caso, la actividad administrativa puede individualizarse en un
conjunto formado por todas las personas a las que el servicio se brinca, quedando afuera
a las que no se les ha prestado.
Es un tributo vinculado
Se distingue a los tributos vinculados y no vinculados según la obligación por ellos
generada se hallase ligada a hechos que correspondan a una actuación estatal atribuible al
sujeto pasivo o no.
Es por esta característica y la decisión financiera, que se concluye que la recaudación de
un tributo vinculado está destinada, sin excepción, a solventar el servicio o actividad en
razón de cuya prestación se ha establecido y cobrado. Y también, que el monto de su
recaudación total no puede superar el coste global de lo que cuesta organizar el servicio o
actividad estatal de que se trata.
La contraprestación
La tasa ha de retribuir un servicio o actividad estatal, una contraprestación que se dé a
favor del sujeto pasivo.
La CSJN ha sostenido que al señalar que al cobro de la tasa debe corresponder siempre la
concreta, efectiva e individualizada prestación de un servicio relativo a algo no menos
individualizado del contribuyente (Cía. Química S.A.; Laboratorios Raffo S.A.).
Además, el servicio prestado y retribuido por medio de la tasa debe estar dentro de la
órbita de competencias del ente que pretende la retribución Massalin Particulares S.A.;
Municipalidad de Quilmes).
La divisibilidad del servicio o actividad administrativa
Es una conclusión que se desprende de la definición de tasa, porque es preciso que el
servicio o actividad de los cuales se trate puedan ser individualizados en su prestación a
una determinada persona, es decir a un conjunto de personas que se puedan identificar.
Si eso no fuera posible, no estaríamos hablando de una tasa.
El hecho de que un determinado servicio sea divisible no quiere decir que sea
obligatoriamente financiado con una tasa, sino que es susceptible de ser así solventado. Es
decir que ante la divisibilidad de un servicio serán las razones de oportunidad o
conveniencia las que llevarán al legislador a repartir su costo sólo entre los individuos que
lo utilizan (tasa) o bien entre todos los habitantes, usen o no ese servicio (impuestos).
La CSJN en el fallo “Cía. Química” expresó que al cobro de la tasa debe corresponder
siempre la concreta, efectiva e individualizada prestación de un servicio relativo a algo no
menos individualizado del contribuyente. Agregó que resultada ilegítimo el cobre de la
tasa que establecía el artículo 120 del Código Tributario Municipal de la Municipalidad de
San Miguel de Tucumán, para ser abonada por cualquier actividad comercial, industrial y
ser servicios por las que se usen o aprovechen las obras y demás prestaciones que hacen
al progreso regular y continuo de la ciudad, en virtud de los servicios municipales de
contralor, seguridad, higiene, salubridad, etc, pero que provenga, asegure y promueva el
bienestar general de la población. Ver voto del Dr. Belluscio.
El carácter obligatorio o voluntario de la demanda de la actividad o de su recepción
La tasa responde a un servicio cuya demanda es coactiva.
La voluntariedad del servicio puede estar referida a la demanda del particular, es decir a si
es un servicio o actividad que éste puede solicitar, o bien serle efectivamente prestado o,
al menos, puesto a su disposición con prescindencia de si lo emplea o no. La voluntad
puede estar vinculada a si el consumo o utilización del servicio o actividad resulta,
obligatorio para el particular, no sólo debe solicitar la actividad administrativa, sino que
además debe respetarla, acatarla o utilizarla. El problema radica en si el servicio debe ser
utilizado efectivamente por el administrado o si basta con que sea puesto a su disposición.
El Estado puede decidir la prestación de un determinado servicio, y a la vez, decidir que
ese servicio ha de brindarse de manera obligatoria o compulsiva a la población.
El ámbito de libertad del contribuyente está doblemente afectado, quiera o no debe pagar
la tasa, y quiera o no debe usar el servicio o soportarlo, ya que para la consecución del fin
colectivo perseguido es necesario que todo el mundo haga uso de él.
El Estado puede decidir la prestación de un determinado servicio, pero dejar su utilización
efectiva librada a lo que cada particular decida. Frente a estas situaciones el Estado puede
decidir si financiar este servicio mediante tasas, y configurar el hecho imponible de éstas
de tal forma que el contribuyente quede obligado al pago con independencia del uso
efectivo.
Otro caso se da en el caso de ciertos servicios administrativos, cuando se retribuyen
mediante sumas de dinero exigibles a quienes lo demandan, y que habitualmente se
denominen tasas. En estos supuestos es difícil sostenes que se trata específicamente de
tasas, dado que no es sencillo configurar un supuesto de tributo en este caso, debido a
que hay un elemento, la coacción, que no aparece en la medida requerida por un tributo.
Al contrario, es el particular quien tiene en sus manos la solicitud del servicio y, en
consecuencia, la posibilidad de hacer nacer o no la obligación de pago respectiva. Por eso
en estos casos se está ante un sistema de precios.
Hay que remarcar el concepto de potencialidad en cuando a la prestación del servicio ha
sido utilizado malamente por alguna doctrina y cierta jurisprudencia en cuanto
entendieron que no era preciso que el servicio se hubiese prestado, ya que esa prestación
podía ser potencial por parte de la Administración, sino importar si estaba o no
organizado el servicio. Es decir, aquí la potencialidad del servicio no radica en si el
particular había hecho uso efectivo o no de un servicio realmente existente y puesto a su
disposición, sino directamente en si el servicio estaba o no organizado o en condiciones de
prestarse. No podría cobrarse una tasa, tributo vinculado, por la hipotética prestación de
un servicio que ni siquiera está organizado como tal, que es inexistente, puedo que
directamente no había hecho imponible, al no darse la actividad administrativa
particularizada.
La CSJN señaló que la voluntad del sujeto pasivo en la recepción del servicio no es
relevante.
La existencia de un beneficio para el sujeto pasivo
No hay que confundirlo con el criterio de beneficio. Se trata de un beneficio concreto que
una determinada actividad estatal reporta para una persona.
Es un error pensar que la existencia de un beneficio, en el sentido de un incremento de su
patrimonio o del ahorro de un gasto inevitable, a consecuencia del servicio prestado por el
Estado es consustancial a la tasa, o que conforma un elemento de su hecho imponible.
La actividad administrativa no requiere necesariamente la existencia de un beneficio para
el particular. Éste no es definitorio del concepto de tasa. El requisito del beneficio en la
tasa ha sido introducido por asimilación al precio de manera errónea, y a la relación
económica subyacente, al reparar en el hecho de que uno contrata para obtener un
beneficio.
Hay muchos casos en que el pago de la tasa origina una contraprestación del Estado y que
ésta sí beneficie, agrade, satisfaga al particular afectado, en el sentido de que le presta
algo que le es útil. Pero eso no quiere decir que todos los casos sean así.
Hay casos en donde el beneficio no existe.
El monto de la tasa. Monto global recaudado y monto individual de cada contribuyente
Hay que tener en cuenta dos problemas, el coste total del servicio a retribuir mediante
tasas y el monto individual a cobrar a cada particular alcanzado por la prestación estatal a
retribuir por el tributo.
Monto global a recaudar por una tasa: para considerar este problema es conveniente
insistir sobre el tema de la decisión estatal de prestar un determinado servicio. Pero debe
resolverse de forma previa y como decisión de carácter financiero, con qué tipo de ingreso
público se solventará este servicio, sea de manera exclusiva, total, o compartida, parcial. Si
se decide recurrir exclusivamente a la vía tributaria y que, entre las posibilidades que ésta
ofrece, se aprecia que es jurídicamente viable hacerlo de forma íntegra mediante una tasa
y que se decide que lo han de pagar quienes reciban el servicio o se vean afectador por él.
Se entiende entonces que el coste del servicio, considerado globalmente, en el
presupuesto de gastos de la Administración de que se trate, será cubierto mediante una
tasa.
El primer tope de este gravamen será que su recaudación no podrá superar ese coste
global del servicio retribuido. En efecto, el legislador, en uso de su libertad o
discrecionalidad para elegir la forma de financiar el servicio, escogió hacerlo mediante un
tributo vinculado, la tasa, que liga pago con la contraprestación.
Hay una relación causan en la que la recaudación de la tasa está ligada a la prestación del
servicio.
Si lo que se recauda por este concepto tributario supera más allá de lo razonablemente
calculado el coste del servicio, no habría causa para el cobro de esa suma excedente, la
que debería ser reintegrada a los contribuyentes, en la misma proporción en que les ha
sido cobrada. Es por eso que la suma recaudada en demasía no puede ser destinada a
cubrir otros fines estatales.
No hay una trasmutación de la tasa en un impuesto, sino que hay una tasa mal cobrada
que debe ser restituida, al menos parcialmente.
Esa recaudación global no sólo comprende los costes directos por su prestación, sino que
puede abarcar una porción razonablemente calculada de los denominados costes
indirectos.
Monto individual de la tasa. La cuota a pagar por cada contribuyente afectado por el
servicio o actividad: para llegar a este punto ya se sabe cuánto se va a recaudar por la tasa
y que esa recaudación no supera el coste del servicio a brindar (es decir está cumplido el
punto anterior). Lo que hay que ver ahora es cómo se va a distribuir ese coste total
presupuestado entre los ciudadanos afectados por ese servicio.
Será el legislador quien deberá resolver con qué criterio distribuir el coste del servicio
entre los afectados por él. Hay varias alternativas pero se reagrupan en torno a dos
extremos, hacerlo en función a lo que se posee (capacidad contributiva), hacerlo en
función a lo que se recibe (criterio de beneficio).
Al hacerse en razón del beneficio, la forma de distribución del coste (global) de la tasa
quedará hacha de manera similar a la que ocurre en caso de los precios del mercado. Esto
quiere decir que la parte del coste del servicio de que se trate que se decida financiar por
medio de una tasa, se dividirá de acuerdo con la utilización que se haga del servicio. A
mayor utilización del servicio, mayor será el montante de la tasa, de su obligación
tributaria (tasa por el servicio de agua potable).
Si se decide hacer en función de lo que uno posee, el legislador va a definir qué parámetro
de capacidad contributiva le parece relevante para proceder al reparto. Identificado el
universo de contribuyentes afectados por la tasa, el coste global del servicio se repartirá
en función de parámetros representativos de capacidad económica (alumbrado, barrido,
limpieza, etc.).
La CSJN ha admitido que la forma de delimitar el coste de la tasa, en su cuota individual,
no tiene por qué atenerse a criterios lineales de coste. Si bien es de la naturaleza de la
tasa el hecho de tener relación con el coste del servicio, ello no ha de interpretarse en el
sentido de una equivalencia estricta, prácticamente imposible de establecer (Banco de la
Nación Argentina v. Municipalidad de San Rafael).
Nuestros legisladores, en la gran mayoría de los casos en que establecen una tasa, lo
hacen sin realizar estudios previos, aplicándola sólo en función de parámetros de
capacidad contributiva, sin cuidar que la recaudación total se ajuste al costo total del
servicio, por lo cual el tributo resulta cuestionable en los términos constitucionales.
Las tasas judiciales y las administrativas
Generalmente las tasas se emplean para retribuir y financiar servicios que son brindados
por la Administración, sea directamente o por medio de concesionario de sus diversos
servicios. En este caso se emplea la denominación de tasas administrativas.
También se denominan así las sumas que deben pagarse por la realización de ciertos
trámites. Sin perjuicio de eso, es difícil defender el carácter tributario de tasa cuando no
hay coactividad ni en la demanda y ni en la prestación del servicio.
Las tasas judiciales son las que se establecen para el financiamiento del Poder Judicial, y
se suelen cobrar por la presentación de demandas y la realización de expedientes
judiciales.
Distinción entre las tasas y los precios públicos
No puede hacer confusión entre una tasa, tributo, y un precio, contrato, debido a la
irrelevancia absoluta del elemento voluntad en el primero de ellos para la constitución de
la relación jurídica que liga al acreedor con el deudor.
Pero hay situaciones que resultan un tanto confusas como para encasillar. Las razones de
las confusiones pueden encontrarse en la similitud fáctica entre ambos mecanismos
financiación. La confusión entre tasa y precio viene dada por la existencia de una relación
económica subyacente, de prestación y contraprestación.
Por un lado, la aplicación al ámbito de los servicios públicos de métodos gerenciales y
técnicas de financiación propias del sector privado.
En segundo lugar, porque la tasa se suele aplicar con mayor frecuencia en las Haciendas
Públicas subnacionales que, por lo general, padecen urgencias presupuestarias y en las
cuales el principio del beneficio tiene mayor protección que el de capacidad contributiva.
Se suma también que las actividades estatales que se hallan en manos de las Haciendas
Locales suelen ser, casi por definición y por la mayor inmediatez con un grupo de personas
más reducido, servicios individualizables con mayor facilidad que aquellos prestados por el
Estado Nacional y, por eso, más aptos para que su costo sea financiado por el criterio del
beneficio.
La distinción no debe basarse en criterios extrajurídicos, como la naturaleza del servicio
prestado ni en la forma de gestión de la actividad; al contrario, debe basarse en
consideraciones jurídicas.
En el elemento coactivo con templado en la norma, la tasa como todo tributo, hará surgir
una obligación por mera voluntad de la ley; el precio por el contrario, será el resultado de
la voluntaria suscripción de un contrato, sea que se rija por normas del Derecho Público o
Privado.
En los resultados, la tasa al ser un ingreso tributario verá condicionado su régimen
jurídico; el régimen del precio suele ser diverso, regulado por relaciones de consumo y
vinculado siempre al ámbito de la voluntad de las partes y al contrato establecido.
La principal consecuencia de confusión entre tasas y precios suele ser la desvirtuación del
concepto de tasa, de tributo y de una concepción unitaria de la Hacienda Pública y sus
métodos de financiamiento, pasando a un modelo financiero no contributivo, alejado del
parámetro de la capacidad económica.
La finalidad que se persigue con el precio público es generalmente espuria y consiste, por
un lado, en sustraer de la reserva de ley una parte importante de los ingresos dirigidos a
financiar servicios públicos, buscando agilidad, flexibilidad y eficiencia que no se duda en
hacer prevalecer, frente a principios constitucionales; por otro lado, en los elementos
cuantitativos del precio público, ya que se prescinde de los principios materiales de
justicia financiera, para asegurar la rentabilidad económica de los servicios públicos, aún a
riesgo de relegar las finalidades redistributiva e igualitaria de la Hacienda Pública.
CONTRIBUCIONES ESPECIALES. CONTRIBUCION DE MEJORAS
Contribuciones especiales en general
Las contribuciones especiales pueden definirse a partir del concepto de tributo,
destacando sus hechos diferenciadores. La característica que debe tener que la torna
específica es que debe existir una actividad de la Administración que reporte alguna
ventaja particular al sujeto pasivo de la contribución, sea un incremento en su patrimonio,
o un ahorro de un gasto que necesariamente debería incurrir, actualmente o en el futuro.
Es decir, contribuciones especiales hay sí un beneficio diferenciado para ciertos
administrados, circunstancia que se refleja en el hecho imponible. Esa ventaja se dará bien
porque hay una actividad que le da al particular un beneficio experimentado en su
patrimonio, el cual el caso típico es el de la contribución de mejoras, o bien porque le
evita alguna desventaja. En este último caso, se aprecia que hay un gasto público que
debe realizarse para paliar los efectos de una conducta que produce un efecto dañoso
hacia terceros, atribuible al particular, quien debería solventar de su bolsillo la reparación
del daño causado.
La diferencia con el impuesto es clara, en cuando en el presupuesto hay una actividad
administrativa que está básicamente encaminada a la satisfacción de un interés general,
sin perjuicio de que al mismo tiempo, pueda producir un beneficio especial a
determinadas personas. Es por esto último que se diferencia de la tasa, tributo que está
sustancialmente motivado por el particular y busca financiar una actividad administrativa
que en la gran mayoría de los casos soluciona problemas individuales, sin que se requiere
necesariamente la existencia de un beneficio o ventaja para el contribuyente.
La contribución de mejoras
Es un tipo de contribución especial, en la cual se retribuye parte del costo de una obra
pública estableciendo ese tipo de tributo sobre aquellos habitantes que se hayan
beneficiado especialmente por su realización al haber experimentado un aumento en el
valor de sus propiedades como consecuencia de la obra pública.
La contribución de mejoras debe fijarse exclusivamente en el incremento del valor relativo
de ciertas propiedades específicas con relación al resto de los inmuebles.
Determinación del monto de lo obra a financiar mediante una contribución de mejoras:
para dictar una contribución de mejoras deben considerarse varios elementos. En primer
lugar es imprescindible saber el costo total de la obra realizada o a realizar. En segundo
lugar, el legislador debe determinar qué porción de ese costo es el que financiará
mediante la contribución de mejoras.
No hay normas que impidan que la obra se financie completamente mediante ese tributo,
pero hay algunos argumentos que se oponen a eso. El primero, de corte jurídico, es que
sería contrario al principio de generalidad que la construcción de una obra que
aprovechará a la comunidad en conjunto se realizase sólo a costa de alguno de sus
miembros. Por otra parte la magnitud del costo de ciertas obras no se condice con la
posibilidad de financiarse únicamente mediante este tributo, que no siempre posee una
capacidad productiva o recaudatoria suficiente.
Determinación del grupo de contribuyentes y su calificación. La zona beneficiada: una
vez que ya se establece el porcentaje a distribuir se deberá identificar quiénes serán los
contribuyentes, en virtud de haber experimentado en sus propios inmuebles un aumento
de valor debido a la obra en cuestión.
Se debe verificar el conjunto de inmuebles que han experimentado un aumento de su
valor a causa de la obra pública.
Ese conjunto puede no ser homogéneo, ya que en el área de influencia la obra es variable.
Por lo tanto, el conjunto admite subdivisiones según el grado de aumento de valor
experimentado, que dará como resultado un gravamen de diversa cuantía. Es decir, puede
haber inmuebles que hayan duplicado o más su valor, mientras otras lo pueden haber
incrementado en un porcentaje inferior.
El aumento de valor puede verificarse antes de que esté concluida la obra o antes de su
habilitación. Pero de todas maneras eso no es una traba para proceder al cobro del
gravamen, pero si la obra no concluye o se cancela, el tributo deberá ser restituido por
haber perdido la causa.
Distribución del costo y determinación concreta del gravamen: con los pasos anteriores
realizados, solo hay que integrarlos, de manera tal de distribuir entre los contribuyentes y
en la proporción que corresponda, la parte del costo de la obra pública a financiar
mediante este tipo de gravamen. De ahí se obtendrá la cuota que cada uno deberá pagar.
Se trata de un tributo extraordinario, se paga una sola vez, por el motivo del aumento de
valor por hacerse la obra pública. Pero esto puede ser que si es un monto importante a
pagar, se establezca una financiación mediante un número de cuotas, las que pueden
devengas en intereses.
Otras contribuciones especiales
En nuestro ordenamiento hay otros tributos que pueden colocarse también en la
categoría de las contribuciones especiales.
Es el caso del bono o derecho fijo del CPACF, cuyos contribuyentes son los abogados
matriculados en capital federal al momento de realizar la primera presentación en un
expediente judicial ante la justicia federal o nacional en el ámbito de capital federal. Su
producido va al CPACF, institución que redunda en un beneficio para el conjunto de todos
los abogados cuya matrícula y demás cosas respecto de la profesión regula y administra.
También ocurre en la parte de las cargas sociales que ha de abonar el trabajador, a fin de
financiar el sistema de la seguridad social y sus prestaciones. El contribuyente es el
empleado, quien en su sueldo sufre una retención por parte del empleador, y obtendrá un
beneficio directo al momento en que haga uso de las prestaciones a que tiene derecho.
EL PEAJE
El peaje es un tributo exigido como contraprestación por la utilización de una obra
pública, o por ciertas obras e instalaciones realizadas por el Estado.
Algunos lo asimilan a un precio, porque el elemento coacción no está presente al
momento de elegir utilizar la obra pública. Otros señalan que existe el elemento de
coacción, puesto que una vez que el particular decide emplear el camino o utilizar las
instalaciones, el gravamen se devenga, al igual que ocurre con todos los impuestos que
gravan el consumo de bienes y servicios, que se han de pagar una vez que el individuo
decide consumir, y se transforma en contribuyente del impuesto adosado al precio.
Al ser un tributo, es asimilable a la tasa, por lo que sería una subespecie de ésta, dada la
contraprestación que el Estado brinda a cambio del pago exigido, consistente en el uso
diferenciado de un bien del dominio público y en la posibilidad de utilizar los servicios
adicionales, mientras que otros lo incluyen entre las contribuciones especiales dado que
hay un beneficio obtenido por quien emplea esas obras o instalaciones.
El sujeto activo de la obligación tributaria a pagar no es directamente el Estado. Pueden
ser particulares concesionarios del Estado, que tienen autorización de la Administración
para hacerlo.
La CSJN estableció que no es preciso que para el cobro del peaje exista una vía alternativa
(Nación Argentina v. Arenera El Libertador). En un pronunciamiento anterior ya había
indicado que el peaje por circular en el canal de navegación Mitre, establecido por la ley
22424 “no resulta contrario a la libertad de circulación reconocida en la Ley Fundamental,
que impide –tanto a la Nación como a las Provincias- interferir en la libre circulación de
bienes dentro del territorio nacional y les veda, por ello, restablecer las aduanas interiores
que formaban parte de las antiguas instituciones argentinas”. Agrega que ese peaje no
grava la circulación interjurisdiccional, sino que está destinado a “sufragar el derogado,
balizamiento, ensanche, profundización y todo otro trabajo destinado a la mejor utilización
del canal, como así también la construcción y mantenimiento de cualquier otra obra
accesoria o complementaria tendiente a mejorar las condiciones de navegabilidad,
seguridad y apoyo a la navegación y al mantenimiento de los elementos utilizados para
dichos fines”, objetivos comprendidos en las facultades conferidas por la CN al Congreso
Nacional en el artículo 75:18.
LAS CONTRIBUCIONES PARAFISCALES
Las contribuciones para fiscales son auténticos tributos y su matiz está dado por una
cuestión terminológica, ya que la parafiscalidad engloba un conjunto de tributos que
asumen diversas denominaciones, ya sean derechos, contribuciones, cargas,
retribuciones, tasas, etc., que su común denominador es que suelen estar al margen de
los supuestos generales del Estado.
Son tributos que reciben variadas calificaciones positivan, están instituidos con fines de
interés colectivo y que están excluidos del presupuesto del Estado, por eso son llamadas
parafiscales.
Sus características principales son:
o Se sustraen del principio de reserva de ley. Se persigue que el establecimiento del
gravamen parafiscal y las modificaciones a su cuantificación puedan ser establecidas por
entes de la Administración, sin la intervención del legislador.
o No están en el presupuesto, es decir no ingresan al Tesoro Público general, sino que se
destinan a financiar ciertos organismos o servicios autónomos que nacen con una
afectación específica.
o Tienen un beneficio. Al estar destinadas a una prestación específica, van a tener cierto
beneficio particular.