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LA CIENCIA

SU METODO Y SU FILOSOFIA
MARIO BUNGE
 Mientras los animales inferiores sólo están en el mundo, el hombre trata de
entenderlo; y sobre la base de su inteligencia imperfecta pero perfectible, del
mundo, el hombre intenta enseñorarse de él para hacerlo más confortable. En este
proceso, construye un mundo artificial: ese creciente cuerpo de ideas llamado
“ciencia”, que puede caracterizarse como conocimiento racional, sistemático,
exacto, verificable y por consiguiente falible. Por medio de la investigación
científica, el hombre ha alcanzado una reconstrucción conceptual del mundo que
es cada vez más amplia, profunda y exacta.
 La lógica y la matemática tratan de entes ideales; estos entes, tanto los abstractos
como los interpretados, sólo existen en la mente humana.
El conocimiento científico es fáctico: parte de los hechos, los respuesta hasta cierto punto,
y siempre vuelve a ellos. La ciencia intenta describir los hechos tales como son,
independientemente de su valor emocional o comercial: la ciencia no poetiza los hechos
ni los vende, si bien sus hazañas son una fuente de poesía y de negocios.
2- El conocimiento científico trasciende los hechos: descarta los hechos, produce nuevos
hechos, y los explica. El sentido común parte de los hechos y se atiene a ellos: a menudo
se imita al hecho aislado, sin ir muy lejos en el trabajo de correlacionarlo con otros o de
explicarlo. En cambio, la investigación científica no se limita a los hechos observados: los
científicos exprimen la realidad a fin de ir más allá de las apariencias; rechazan el grueso
de los hechos percibidos, por ser un montón de accidentes, seleccionan los que
consideran que son relevantes, controlan hechos y, en lo posible, los reproducen.
EL NACIMIENTO DE LA LINGÜÍSTICA COMO CIENCIA Y UN PROBLEMA; SU
CONFUSIÓN CON LAS CIENCIAS NATURALES
En Europa a lo largo del siglo XIX una cantidad ingente de movimientos dentro lo que se
ha acordado en llamar Romanticismo, una época donde del peso racionalista se dejaba
paso a la manifestación de lo irracional o lo fantástico, donde las personas comenzaban a
sentir que vivían bajo un cielo sin dioses, desprotegidos de la mano divina. Tanto es así
que, debido a esta fractura de la identidad, cada pueblo empieza a necesitar una
búsqueda profunda dentro de sí mismo. Así que nacen los nacionalismos, se bucea en la
historia, la literatura y el folclore de cada nación para encontrar algunos pilares
fundamentales sobre los que asirse. Por supuesto, la lengua como seña de identidad no
se queda atrás y es en esta época donde los historiadores consideran que nace la
lingüística y la filología como ciencia.
Las ciencias naturales vivían momentos de absoluta eclosión y logros. En
física,paleontología, biología o geología se había demostrado que el estudio comparativo
era altamente efectivo. Así, los neogramáticos quisieron estudiar el objeto lengua del
mismo modo en que se estudiaba la evolución de las especies, esto es, siguiendo el
método naturalista. Las metáforas de la lengua como «organismo» joven o que
«envejece», como entes vivos, fue de gran calado en los estudios comparatistas y por
ende entre los neogramáticos que empezaban a hacer «ciencia».
La solución era demasiado fácil para ser cierta: a raíz de diferentes estudios evolutivos de
palabras y estructuras, llegaron a la conclusión de que existían unas leyes fonéticas5
universales y que por tanto las palabras evolucionaban siempre según ese conjunto de
reglas, donde no había excepciones. Es decir: que si la ley de la gravedad se describía
precisamente porque siempre las manzanas gravitan o caen hacia el suelo, las vocales o
las consonantes evolucionaban de lenguas primigenias a las lenguas actuales del mismo
modo, siguiendo unas leyes fijas e invariantes.
La lengua, en definitiva, es algo perceptible por nuestros sentidos (podemos escucharla y
leerla en un papel, por ejemplo), pero en el fondo de su estructura no hay más que pura
abstracción
Así que no podemos bastarnos de un solo ojo (el de la carne o el de la razón) para
estudiar la lengua, ya que estaríamos perdiéndonos algo esencial dentro de la naturaleza
de esta, la cual está compuesta por un elemento sustancial pero también por uno, quizá
todavía más importante, que no es más que forma. Estaríamos entonces analizando
nuestro objeto de estudio de una manera parcial, utilizando, por ejemplo, como muchos
hicieron y siguen haciendo, el ojo de la carne, pensando que podemos estudiar una
lengua igual que podemos estudiar un virus o la ley de la gravedad.
Los objetos culturales podrán ser estudiados entonces de dos formas diferentes, a través
de las «gafas» de las ciencias naturales (observando la sustancia) o a través de las de las
ciencias formales (observando la forma), pero en el momento en que confundimos las
gafas que nos ponemos con el objeto que estudiamos, los resultados no serán del todo
exactos, ni siquiera muy útiles.
La lengua es un juego de mentiras.34 Todo el
mundo miente en tanto que aprende a hablar: es un hecho. Utilizar una lengua es una
forma de expresar la realidad, pero esa expresión nunca podrá ser real sino una creación
ex nihilo donde interviene un creador subjetivo. En términos de filosofía del lenguaje, el
simple hecho de hablar es «una mentira» sobre la realidad porque se está solo ofreciendo
una representación, por tanto, siempre subjetiva y dinámica,35 de esta. Cuando hablamos
no estamos hablando nada real: la realidad ya existe por sí misma y solo puede ser
captada, no hablada, al menos no hablada «realmente».
(Sustancia= Fisico “Real”) (Forma= Idea)

LAS PROYECCIONES DE LA LINGÜÍSTICA


EI marco de su formación filosófica (el positivismo) y la concepción de ciencia del
momento 10 llevaron a asumir una actitud cuyas consecuencias aun sigue sufriendo la
ciencia del lenguaje: 1) limitar el alcance de la Lingüística al estudio de la lengua, dejando
de lado las otras dos entidades, el lenguaje por su carácter general y heterogéneo y el
habla por su expresión individual cambiante e inestable; 2) abstraer la lengua de Ia
realidad comunicativa para analizarIa como un ente abstracto, asegurando asi su
homogeneidad. De esta concepción de ciencia surge el primer modelo lingüístico,
conocido como el Estructuralismo, materialización del principio saussureano: "la lengua es
forma, no sustancia"
Se concibió por tanto la lingüística como una "ciencia" cuya tarea fundamental consistió
en idear métodos para describir lenguas. Esta preocupación esta ampliamente manifiesta
en las formas de análisis que, basadas en principios de distribución que permiten
identificar la estructura sistémica de las lenguas, fueron propuestas por el circulo de
Praga, por el funcionalismo francés y par el descriptivismo americano.
El Grupo de Praga, centrado en el estudio fonético de las lenguas y fuertemente
influenciado por la teoría de Saussure, inadvertidamente contribuyó a formalizar principios
que podrían considerarse universales lingüísticos. Su compromiso con la teoría
saussureana los llevó a sugerir que ciertos principios relacionados con hechos de
lenguaje, en lugar de meramente hechos de lengua, podrían considerarse universales.
Ejemplos de esto son: la existencia de un conjunto fonético universal del cual cada lengua
elige combinaciones de rasgos según sus necesidades, y la capacidad del oído humano
para percibir una variedad de sonidos incluso si no están presentes en el inventario
fonético conocido. El Grupo de Praga dejó una contribución significativa en el ámbito
científico, y su conocimiento ha influido en desarrollos posteriores en el campo de la
lingüística.
El funcionalismo francés considera tanto la forma como la función en el lenguaje, viendo
la función como el papel de los elementos dentro del sistema y el papel del sistema en la
comunicación entre personas. Atribuye a la lengua la función de "reproducir la realidad",
donde el hablante rehace su experiencia a través del discurso, y el oyente capta los
hechos reproducidos. La lengua organiza el contenido para transmitirlo siguiendo un
esquema lingüístico, y la estructura de la lengua da forma al pensamiento. Esto lleva al
principio estructuralista francés de que la lengua es un "instrumento de comunicación" a
través del cual la experiencia humana se analiza en unidades con contenido semántico y
expresión fónica: los monemas. Esta visión dual de la relación lengua-realidad y la
existencia de rasgos idiosincráticos en cada lengua lleva a la conclusión de que no hay
aspectos lingüísticos propiamente dichos que no difieran entre lenguas. Por lo tanto,
desde la perspectiva estructuralista, cada lengua es un universo independiente y no
existen principios lingüísticos comunes a todas, es decir, no hay universales lingüísticos
compartidos.
la linguistica descriptiva americana considerada como el modelo mejor estructurado por
cuanto define un objetivo : la elaboracion de un sistema unico constructivo y coherente de
los conceptos propios de la descripcion sincronica de cualquier lengua; establece como
objeto de la linguistica "la asociacion de sonidos determinados a un sentido determinado"

La significación concreta de las formas no es materia de la lingiristica ; fija procedimientos


de analisis basados en principios de distribuci6n y substituci6n y reconoce tres niveles
linguisticos : fonologico, morfologico y sintactico.
EI lenguaje es, en realidad, la facultad que tiene el

hombre para abstraer y simbolizar la realidad para comunicarse. Es decir, ese mecanismo
de su mente que Ie permits apropiarse de su entorno transformandolo en concepto que
puede ser almacenado en la memoria, evocado a volun tad y sometido a procesos de
asociaci6n cuya infinitud es indescriptible.

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