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Lingüística
Objetivo
Razonar acerca de las condiciones que le dan carácter científico a los estudios en
torno al lenguaje.
Lingüística
Su objeto y su método
Los estudios en torno a los hechos del lenguaje han llegado a construir un cuerpo de teorías y
leyes a través de la investigación científica; han determinado su objeto y su método, lo que le
da carácter de ciencia.
No obstante lo anterior, como toda disciplina teórica contemporánea, el interés por las
cuestiones relacionadas con el lenguaje tiene su origen en la especulación filosófica de los
griegos. Las especulaciones de estos se mantienen hasta el siglo XVIII. Es en el siglo XIX,
con Ferdinand de Saussure que los estudios en torno al lenguaje adquieren su carácter de
ciencia. Las ideas científicas a partir de Saussure evolucionan con los planteamientos de
Noam Chomsky hasta las más modernas de la teoría del texto o análisis discursivo. Para
ampliar la información de este tema, hagan clic aquí.
El ser humano ha dejado marcado a lo largo del tiempo sus pensamientos, su visión del
mundo y sus sentimientos a través de la escritura.
El lenguaje
Luego de leer este apartado usted será capaz de responde a interrogantes como ¿es
específicamente humana la facultad del lenguaje?, ¿se puede hablar con propiedad de
lenguaje animal?, ¿cómo adquieren y desarrollan los niños el lenguaje?, ¿cuál es la razón de
que hablar sea una manifestación propiamente humana?, ¿cuál es el rasgo esencial que
permite diferenciar los sistemas lingüísticos del ser humano de los sistemas de comunicación
animal?
Concepto
El ser humano tiene algún grado de semejanzas con otros seres vivos y otras especies, tanto
en aspectos anatómicos como conductuales. ¿Pero qué lo caracteriza?, ¿qué lo particulariza y
lo hace ser humano?
Basta el sentido común para darnos cuenta de las semejanzas anatómicas entre el ser
humano y los grandes monos (chimpancé, gorila, etc.); sin duda, como se ha planteado, “una
relación de semejanza estructural condicionada por un parentesco de origen”, pero de
evolución en sentidos diferentes. Por otra parte, es innegable, la capacidad de expresividad,
de socialización y de abstracción de algunas especies. Por ejemplo, en estudios llevados a
cabo con chimpancés, éstos muestras capacidad de comunicación social, la cual nos informa
de una capacidad expresiva, comunicativa e intelectual; sin embargo, se encuentra en un
punto del cual no evolucionará jamás, según los estudiosos del tema.
Otro ejemplo son los estudios llevados a cabo con las abejas o las hormigas; las cuales tienen
una organización social muy compleja y desarrollada. Esto también implica, además de
capacidad de socialización capacidad comunicativa. Los animales superiores, por su parte,
dan muestra de un cierto grado de abstracción. Para el caso, los perros diferencian entre un
individuo como tal _su dueño_ y un individuo como representante de la especie _un humano
(hombre o mujer). Toda especie de vida orgánica supone algún procedimiento de
comunicación, la cual implica el uso de señales (acústicas, visuales, olfativas, etc.);
procedimientos estos necesarios tanto para la reproducción de la especie como para la vida
de grupo.
La danza que llevan a cabo las abejas para indicar a sus compañeras la dirección y la
distancia a que se encuentra el polen que han encontrado.
Ilustración original por Maksim (Wikimedia)
Ahora, ¿qué se entiende por lenguaje? Como todo conocimiento científico, en la teoría de la
ciencia lingüística, esta categoría teórica presenta algunas acepciones amplias y algunas
restringidas. Tales concepciones y definiciones han variado de acuerdo con las ideas de la
época en que fueron planteadas o con la concepción filosófica e ideológica del autor.
Entre los conceptos que se han dado al término lenguaje a lo largo de la historia de la ciencia
lingüística están:
Se sabe que las reflexiones que los griegos llevaron a cabo acerca del lenguaje fueron
“estrictamente especulativa y filosófica”, pues la gramática se estudiaba como parte de la
filosofía. Por este motivo ellos entendieron el lenguaje como “expresión del pensamiento”
(logos) por medio de la unión del onoma (nombre) y el rhema (verbo).
Esta concepción pasa incólume durante el periodo romano y la edad media y es lo que en la
historia de las ideas de la ciencia lingüística se conoce como gramática Tradicional. Esta
primer atapa en los estudios del lenguaje se caracteriza por entender el lenguaje como
expresión del pensamiento, su carácter de gramática especulativa; centrada, por una parte,
en el examen de la relación entre el lenguaje y el pensamiento; por la otra, una gramática
práctica, que concede prelación al lenguaje escrito sobre el oral y por ser una gramática
prescriptiva o normativa al considerar que las formas escritas deben ser los modelos a imitar;
es decir, la gramática enseña a hablar y escribir.
Ya para el siglo XVII, los estudiosos de la Escuela de Port-Royal, quienes exponen sus
planteamientos en la obra Grammaire générale et raisonée, entienden el lenguaje como
comunicación, pero entienden que las estructuras gramaticales no son más que copias fieles
de las estructuras del pensamiento y así, el lenguaje es concebido como imagen del
pensamiento. Para ellos el lenguaje es “vehículo o expresión del pensamiento y está fundado
en la razón” (Castro R. et al; 1999, pág. 5).
En el siglo XVIII, Wilhem von Humboldt (1767-1835) plantea que “…el lenguaje es una
facultad del hombre que le permite, de un lado, representar el mundo y, de otro, comunicarse.”
para este autor “el lenguaje “es el órgano creador del pensamiento: así como los números nos
ayudan a calcular, las palabras nos ayudan a pensar”
A finales del siglo XIX, Ferdinand de Sausurre (1857-1913) le da carácter de ciencia autónoma
e independiente de la especulación filosófica al estudio acerca del lenguaje. Establece que
“Tomado en su conjunto, el lenguaje es multiforme y heteróclito; a caballo en diferentes
dominios, a la vez físico, fisiológico y psíquico, pertenece además al dominio individual y al
dominio social… el ejercicio del lenguaje se apoya en una facultad que nos da la naturaleza…”
(Saussre; 1983: 74-75). Como ya se ha mencionado, en el conjunto del lenguaje, Saussure
diferencia lo social - la lengua- y lo individual -el habla-.
Con las propuestas de Humboldt y Saussure se empieza a definir el lenguaje como facultad;
pero será Noam Chomsky, quien desde una postura neorracionalista precise esta concepción.
Para este autor el lenguaje es una capacidad mental común a toda la especie humana, que le
permite al hablante comprender y hablar una lengua.
Para efectos de nuestro curso, entenderemos el lenguaje “como aquella capacidad del ser
humano que le ofrece los recursos para abstraer, conceptualizar y representar la realidad”.
(Jorge Vidal Castro R, 1999). Gracias a la facultad lingüística los seres humanos construimos,
por una parte, un universo conceptual en nuestra mente/cerebro y, por el otro, diferentes
sistemas sígnicos (la lengua, los gestos, la música, la escritura, la pintura, etc.) para el fin de
la comunicación, es decir, para dar a conocer ese mundo conceptual y la realidad.
Como se deduce el lenguaje es una facultad biológica y psicológica que caracteriza al homo
sapiens. El lenguaje es la dimensión esencial, propia y definitiva de lo humano.
Lengua, habla y norma lingüística
Como se decía en párrafos anteriores, el conjunto del lenguaje se desdobla en una parte
social y una individual; es decir, la facultad del lenguaje presenta tanto una dimensión social
como una dimensión individual.
Para Saussure la lengua es la parte social del lenguaje; es el sistema de signos que los
hablantes aprenden y retienen en su mente y completa sólo está en la mente de todos los
hablantes de una comunidad lingüística; es una entidad abstracta. Por ejemplos, la lengua
española completa sólo está en la mente de todos los hablantes de la comunidad lingüística
de la lengua española (hablantes de España, América Latina, Filipinas, sefardíes, los
hablantes del español que están en Norteamérica). Como hablantes individuales sólo
manejamos una pequeña parte de ese sistema.
Esta categoría, más o menos, se corresponde con lo que Chomsky llama competencia, la cual
es concebida por este autor como “en el conocimiento que los hablantes y oyentes tienen de
su lengua nativa”.
La relación entre el lenguaje, el pensamiento y la realidad ha sido uno de los problema objeto
de interés de la filosofía en todos las época y de estudiosos de diferentes disciplinas en la
ciencia actual.
Como vimos en el apartado anterior la facultad de lenguaje, que tiene todo ser humano
“normal” – con esto queremos decir, todo ser humano que al nacer no presente limitaciones
físicas o psicológicas o que en el transcurrir de su vida no sufra alguna lesión cerebral o de su
aparato fonador – le permitirá, por una parte, abstraer y conceptualizar la realidad y por la
otra, la de representar esa realidad por medio de algún tipo de señal o signo. Pero, ¿qué
significa esto?
Desde la neuropsicología, se entiende que el lenguaje es una de las funciones esenciales del
cerebro, gracias al cual son posibles los procesos de generalización y abstracción;
entendiéndose estos como procesos cognoscitivos, es decir procesos que permiten
aprehender el mundo. La abstracción es el proceso por el cual se separa mentalmente lo que
en la realidad es inseparable; se caracteriza por seleccionar algunas propiedades y
características de un conjunto de cosas del “mundo real”, de las cuales se excluyen otras no
pertinentes. La abstracción es anterior a la generalización, o como lo consideran algunos
autores, la abstracción es el instrumento de la generalización. Por este último proceso mental
el ser humano descubre las relaciones de semejanza que existen entre los objetos o
fenómenos de la realidad y se llega a la noción de lo que les es común; es decir, es el
proceso mental por el que de una serie de objetos o fenómenos parecidos de “del mundo real”
se obtienen las características comunes.
“El hombre, en el proceso de conocimiento del mundo, traspasa los límites de la experiencia
sensorial y penetra en la esencia misma de las cosas; crea conceptos a partir de la
abstracción de las características de los objetos de manera aislada y capta los enlaces y
relaciones que entre éstas se establecen” (Fajardo Uribe, 1999).
Por ejemplo:
Existe un “búho americano muy grande y fuerte, con la región superior negruzca, con rayas
grises, y la región inferior entre blancuzca y leonada, con listas de color negro intenso, y patas
totalmente emplumadas”, al que aquí en Honduras llamamos “estiquirín”. En la realidad, hay
muchos de estos animales, pero tenemos un concepto (el enunciado anteriormente) de ellos y
a todos ellos los llamamos con este significante “estiquirín”. Y esto es así, con cada uno y
todos los conceptos que manejamos de los objetos – materiales o abstractos – que
conocemos. De esta manera el lenguaje nos simplifica la realidad.
Otro ejemplo:
El concepto de animal es más general que el de perro o el de león, vaca, ratón, etc.; estos
últimos quedan incluidos en el primero. O el concepto de ser vivo es más general que el de
animal y este último queda incluido dentro del concepto de ser vivo. El lenguaje jerarquiza y
nos organiza la realidad.
Imagenes obtenidas
de http://commons.wikimedia.org/ y www.flickr.com/
Luz Ampara Fajardo Uribe (1999) parafraseando a Luria (1984) considera que:
Por todo lo expuesto en párrafos anteriores, se dice que tanto el pensamiento como el
lenguaje constituyen formas exclusivamente humanas de reflejar la realidad. Son totalidades
dinámicas que aparecen y viven en el ser humano como procesos, como movimiento. Siendo
que ellos ocurren en el tiempo, el lenguaje y el pensamiento se relacionan con otras formas
temporales históricas, que sitúan al ser humana como un complejo de actitudes: culturales,
estéticas, afectivas, psicológicas, políticas, etc. (Espejo, 1986).
En la filogenia se sabe desde la ciencia biológica, que la constitución orgánica del ser humano
fue precedida y acompañada de una larga evolución de los animales y que el origen del
pensamiento también está antecedido por la historia del modo cognoscitivo de los mismos. Es
decir, la evolución de la unidad de pensamiento y lenguaje en la filogénesis presupone la
existencia de premisas biológicas y sociales comprobadas y estudiadas en los animales
superiores. Esas premisas sociales se relacionan específicamente con la necesidad de
cooperación en las actividades de supervivencia, es decir, con lo que en su momento
constituía el trabajo.
El ser humano experimentó una serie de transformaciones orgánicas incluyendo la del cerebro
y aparato fonador.
Imagen obtenida de Wikimedia
Los signos
Como parte de ese universo creado por el ser humano se pueden mencionar la religión, la
ciencia, el arte, la literatura. Se dice que la propia sociedad es creación de la capacidad
simbólica humana. “En el lenguaje, el hombre descubre un poder inusitado, la capacidad de
construir un “mundo simbólico” (Nubiola, 1999, pág. 24).
Según Piaget la función simbólica es una capacidad que desarrollamos los seres humanos y
que radica en poder representar algo, por ejemplo, un objeto, un acontecimiento, un
significado cualquiera, un concepto, etc., por medio de un significante, que solo sirve para esa
representación. Por tal función los humanos podemos aprehender cognitivamente la realidad,
representarla, transformarla, enriquecerla o referirnos a ella.
Pero ¿Qué es un signo?
Los seres humanos comunicamos nuestro conocimiento intelectual o nuestras experiencias
afectivas, es decir, las experiencias objetivas o intelectuales y las experiencias subjetivas o
emocionales. Comunicamos nuestro saber o nuestro sentir, es decir el conocimiento científico
y el artístico. ¿Por medio de qué? Pues, por medio de signos o señales.
Es necesario, en este momento, que intentemos precisar qué se entiende por signo. En la
literatura semiótica o semiológica no solo se denomina de diferentes formas lo que aquí
denominamos signo, sino que, también, este término se entiende de maneras diferentes; por
ejemplo Umberto Eco (1981) cita 14 sentidos de signo.
o Para Umberto Eco (1981) “Signo es todo cuanto representa otra cosa
en algún aspecto para alguien. Signo es lo que puede interpretarse”.
Así entendido, la vida humana no se concibe sin signos. Según este
autor, se vive en un mundo de signos porque se vive en sociedad, es
decir, que los fenómenos naturales no dicen nada por sí mismos.
Desde su perspectiva teórica los fenómenos sígnicos son
característicos de los seres humanos viviendo en sociedad, los
cuales hacen parte de los códigos que rigen las relaciones y los usos
sociales.
o Según Schaff (1983, pág. 180) “Todo objeto material o la propiedad de
ese objeto, o un acontecimiento material, se convierte en signo cuando
en el proceso de la comunicación sirve, dentro de la estructura de un
lenguaje adoptado por las personas que se comunican, al propósito de
trasmitir ciertos pensamientos concernientes a la realidad, esto es,
concernientes al mundo exterior, o concernientes a experiencias internas
(emocionales, estéticas, volitivas, etc.) de cualquiera de los copartícipes
del proceso de la comunicación”. Así, pues, todo signo es una cosa o un
acontecimiento interpretado de algún modo por alguien; es decir, tiene
significado, expresa pensamientos y son signos únicamente en la
medida en que desempeñan la función informativa o comunicativa. La
principal función del signo es comunicar algo a alguien, informar a
alguien acerca de algo.
o Jesús Tusón (1985), quien llama señal a lo que aquí estamos
entendiendo por signo, lo entiende como “un objeto material (A), cuya
percepción nos informa acerca de otro objeto (x), sea este material o
conceptual”. Por ejemplo, el humo como signo de fuego o de combustión
incompleta. La percepción del objeto material (el humo), informa acerca
de otro objeto (el fuego), que en este caso es un objeto material. Al
contrario un rectángulo blanco inscrito en un círculo rojo, o cualquier
señal de tránsito, que es un objeto también perceptible, informa acerca
de un objeto conceptual: una norma relativa a la circulación vehicular.
o Consideramos que las definiciones presentadas permiten, por una parte, tener una
conceptualización lo suficientemente general, pero al mismo tiempo clara de lo que es
el signo. Importa reiterar que, por una parte, la cosa representada o evocada por el
signo puede ser tanto un objeto material como un objeto conceptual o idea o la
propiedad de un objeto, un sentimiento, etc. Por otra parte, el término alguien alude a
cualquier organismo capaz de utilizar signos, aunque en principio nos referimos con él
a los seres humanos.
o Por último el término representar debe entenderse en su sentido primario de “hacer
presente”, no en su sentido restringido de “sustituir o hacer las veces de”. Debe
entenderse que el signo no solo está en lugar de la cosa, sino que su representación
nos permite conocer algo más. Al conocer el signo inferimos lo que significa. Además
de los aspectos cognitivos este significado comprende también las actitudes, los
valores, las emociones y otros tipos de connotaciones socio-afectivas y culturales.
o Pensar es el principal modo de representar. Interpretar un signo es esclarecer su
significado. El signo crea algo en la mente de quien lo interpreta. Por esto, los signos
no se definen únicamente porque sustituyen las cosas, sino porque funcionan como
instrumentos que hacen posible que pensemos también en lo que no se ve ni se toca
o, incluso, en lo que ni siquiera imaginamos.
Semántica: estudia las relaciones entre los signos y los objetos denotados por ellos,
es decir, entre los signos y la realidad o los referentes.
Sintaxis: considera las relaciones que establecen unos signos con otros dentro de un
sistema de signos.
El signo lingüístico
Como ya apuntábamos en párrafos anteriores, de todos los signos los más importantes son
los signos lingüísticos o signos verbales. Los signos lingüísticos son las que el hablante
común y corriente llama “palabras”. Es decir, que signo lingüístico es el término técnico usado
por la ciencia lingüística.
Ya Saussure decía que la lengua es un sistema de signos solidarios e interdependientes.
Estos signos que la estructuran son los signos lingüísticos o palabras.
Para Saussure el signo lingüístico es una unidad de dos caras -como una moneda o una hoja
de papel-; es decir, una entidad compuesta por dos elementos: el significado y el significante.
Y al igual que la moneda o la hoja de papel no existe sin una de las dos caras, no hay
significado sin significante ni significante sin significado para que exista el signo lingüístico
como tal. El signo lingüístico es la combinación del significado o concepto y del significante o
imagen acústica.
En palabras textuales de Saussure “El signo lingüístico es, pues una entidad psíquica de dos
caras…” (Saussure, 1983, pág. 183). Es decir, que tanto el significado como el significante
son entidades psíquicas. La imagen acústica la entiende como la huella psíquica del sonido
material.
Con lo anterior se quiere decir, que el significante tiene una parte abstracta o psíquica y una
parte material; ya que al igual que cualquier signo debe ser percibido por uno de los sentidos.
Es decir, el significante es la abstracción que de los sonidos de nuestra lengua –o fonemas-
tenemos en nuestra mente/cerebro y el sonido material mismo –sonidos-. Por ejemplo: silla,
cuaderno, religión, patriotismo, etc. y las abstracciones que en nuestro cerebro tenemos de
estos grafemas o letras y de los sonidos que representan esto grafemas.
Como ya se dijo, no hay significado sin significante ni significante sin significado para que
exista el signo lingüístico como tal. Cuando escuchamos sonidos de otras lenguas, de los
cuales no tenemos abstracciones ni les asociamos, por supuesto, significados no son signos
lingüísticos para nosotros. O lo mismo sucede cuando escuchamos una secuencia de sonidos
con los que ya estamos familiarizados, porque son de nuestra lengua, pero de los cuales no
sabemos su significado. Por ejemplo: ¿es signo lingüístico la palabra “jofaina” para usted? He
allí, la importancia de enriquecer nuestro acervo léxico. En la medida en que aprendemos el
léxico de nuestra lengua, enriquecemos o ampliamos nuestro universo conceptual.
SIGNO LINGÜÍSTICO
Precisamente por esto es que Saussure dice que la lengua es forma no sustancia. Por otra
parte, para Saussure, “Lo que el signo lingüístico une no es una cosa y un nombre, sino un
concepto y una imagen acústica” (Saussure, 1983). Queda claro, pues, que el significado no
son los objetos de la realidad, sino la abstracción que de ellos tenemos en la mente/cerebro.
Si bien Saussure centró sus planteamientos en torno al signo lingüístico y lo concibió como
una relación diádica, que se establece entre el significado y el significante, tal como se
observa en las explicaciones de arriba; en la actualidad, desde la semiótica se concibe, más
bien, una relación triádica. Saussure excluye de su definición de signo tanto el objeto, la
realidad, como la parte material del significante.
La línea que une el significado con el referente, también es continua; establecen una relación
directa; ya que el significado o concepto no es más que la abstracción que tenemos del
referente u objetos de la realidad. Esta capacidad de convertir en conceptos las cosas
concretas que nos brinda el lenguaje nos simplifica el conocimiento del mundo.
Con este triángulo se ilustra, lo afirmado en el subtema anterior, la interrelación entre el signo,
el referente y el sujeto y las respectivas áreas a que dan lugar: semántica,
El proceso de la comunicación
La comunicación humana o interacción semiótica está ligada a la capacidad de producir e
interpretar signos lingüísticos de una determinada lengua, gestos, imágenes, marcas, etc.,
como signos de otras realidades, acerca de las cuales un interlocutor quiere llamar la
atención. Esto significa que este proceso se realiza no sólo por medio de signos lingüísticos,
sino también por otros medios de comunicación, auxiliares o sustitutos en relación con los
signos de una lengua. Asimismo, es un proceso por el cual se transmite información, que
quita el desconocimiento acerca de una realidad o referencia.
Tres elementos básicos establece la teoría lingüística como necesarios para que se dé una
interacción semiótica. Estos elementos controlan o regulan el funcionamiento del proceso de
la comunicación.
Un mensaje.
Muchas veces solo se manifiesta el primero de los dos aspectos; por ejemplo cuando el
código lingüístico no es el mismo que maneja el receptor. O cuando, aún usando signos de la
misma lengua no es del mismo nivel lingüístico.
Supongamos que usted se encuentra en un parque y se le acerca una persona y emite esta
secuencia de signos: Wie spät ist es? (¿Qué hora es? En alemán) Se produce la situación
siguiente: el emisor manifiesta voluntad de querer decir algo, pero no logra transmitir un
mensaje determinado a través de los signos usados. Por su parte, el receptor se da cuenta de
la intención del emisor, pero no comprende el mensaje que quiso transmitirle.
El receptor o destinatario:
o Es quien recibe la información.
El canal:
o Instrumento o medio físico ambiental a través del cual se propaga la
información. El canal comúnmente usado es el aire por donde se
propagan las ondas sonoras de la voz cuando hablamos. Cuando nos
comunicamos de forma escrita el canal es el papel. En el caso de la
comunicación de masas el canal es de tipo técnico.
El código:
o Cualquier sistema de signos y reglas de cómo usar tales signos,
mediante los cuales se codifica y elabora la información.
El mensaje:
o La unidad que resulta de organizar, de acuerdo con las reglas del
sistema al cual pertenecen, los signos necesarios para transmitir una
información.
El referente:
o Sector de la realidad social o natural acerca del cual transmitimos
información, así como la información social que contienen las cosas y
la situación real en la que se producen un acto de comunicación o
acto sémico. Otros autores llaman contexto a este elemento, y otros,
le llaman circunstancias sociolingüísticas en el caso de la
comunicación lingüística cotidiana, es decir, la comunicación que
llevamos a cabo en nuestro vivir diario.
En realidad todas las cosas que el ser humano ha inventado para su preservación informan,
aunque no constituyan signos de un código y así se convierten en instrumentos comunicativos
o indicios. La sociedad tiene tipos de información por medio de las cosas que la conforman.
Por ejemplo, el tipo o diseño de una casa informa acerca de la condición económica de la que
goza su dueño; la calidad de las prendas de vestir indican la precedencia social de las
personas; ocurre lo mismo con las comidas, que informan acerca de la procedencia u origen
de los individuos, etc.
El acto sémico o acto comunicativo es posible porque los copartícipes (emisor y receptor) del
proceso pueden codificar una situación real tal y como la viven en un momento determinado, o
sea, pueden comunicar socialmente los pensamientos acerca de la realidad, como también las
experiencias emocionales, estéticas, volitivas, etc.
Al decir que pueden codificar la realidad o referencia, debe entenderse que emisores y
receptores pueden traducir un objeto, una experiencia, una idea, un sentimiento, etc. a través
de los signos que estructuran un código específico. Es decir, que no se habla de las cosas con
las cosas mismas, se comunica haciendo uso de los signos. No obstante, la forma en que
emisores y receptores codifican la realidad no es la misma. Son dos diferentes maneras de
codificación:
Encodificación: es la codificación que realiza el emisor para transmitir su mensaje y
que como ya lo plantea Saussure (Saussure, 1983, págs. 76-77) va de los significados
(que tiene en su cerebro) que quiere transmitir a los significantes que selecciona del
código para formular su mensaje.
Tenemos, entonces, en el siguiente cuadro las acciones que llevan a cabo el emisor y el
receptor en el acto sémico:
EMISOR RECEPTOR
1. Selecciona un referente. 1. Identifica o reconoce el signo.
Comunicación literaria
Como toda actividad la comunicación es un proceso que se realiza mediante las siguientes
etapas
1. Motivación
o Toda acción humana está originada por necesidades biológicas,
psicosociales, cognitivas, afectivas, etc., que nos lleva a
comprometernos en un proceso social de interacción. Este puede ser
informar, pedir, explicar, persuadir, agradecer, etc.
2. Planificación
o Se hace a partir de las interrogantes: ¿qué?, ¿a quién?, ¿cómo?,
¿cuándo?, ¿dónde?, ¿por qué? y ¿para qué?
3. Realización
o Es el momento cuando, utilizando los signos lingüísticos y llevando a
cabo distintas acciones y operaciones elaboramos y emitimos el
mensaje.
Denotación y Connotación
Al momento determinado de usar (de forma oral o de forma escrita) nuestra lengua, los
signos lingüísticos pueden adquirir dos valores semánticos: denotativo o connotativo. Estos
dos valores se oponen como tal, pero en su uso cotidiano regularmente se complementan.
La edición electrónica del Diccionario de la Real Academia Española (Española, 2001)
establece que la denotación es la acción y efecto de indicar, anunciar o significar. Desde la
lingüística la denotación es el significado objetivo de las palabras; se opone a la connotación.
O como se explica en el Diccionario de Lingüística (Pottier, s/f, pág. 67) denotación es el
lenguaje en estado “bruto”, banal, sin una especial sobrecarga (ideológica o afectiva)”. Así,
pues, el denotativo es el significado primario y objetivo de los signos lingüísticos; es el
significado que encontramos en los diccionarios; el que comparten todos los hablantes que
usan ese signo. Las palabras adquieren este valor cuando las usamos con su significado
directo y preciso. Cuando indican al referente.
2. Platero
Platero es pequeño, peludo, suave: tan blando por fuera, que se diría todo de algodón,
que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos
escarabajos de cristal negro.
Lo dejo suelto y se va al prado, y acaricia tibiamente con su hocico, rozándolas
apenas, las florecillas rosas, celestes y gualdas… lo llamo dulcemente: “¿Platero?”, y
viene a mí con un trotecillo alegre que parece que se ríe, en no sé qué cascabeleo
ideal…
(Jiménez, 1980)
Veamos otro ejemplo:
1. Pobre: “adj. Necesitado, que no tiene lo necesario para vivir.” (Diccionario de la Real
Académia Española, 2001).
3. Los pobres
Los pobres son muchos
y por eso
es imposible olvidarlos.
Seguramente
ven en los amaneceres
múltiples edificios
donde ellos
quisieran habitar con sus hijos.
Pueden
llevar en hombros
el féretro de una estrella.
Pueden
destruir el aire como aves furiosas,
nublar el sol.
Por eso
es imposible olvidarlos.
(Sosa, s/a)
Es así que la lectura de todo texto literario o no literario se da en estos dos niveles. Un mismo
elemento de contenido puede expresarse denotativa o connotativamente, como se puede
apreciar en los ejemplos anteriores: el mismo tema (el asno o burro en el primer caso, y pobre,
en el segundo) pero expresado en diferentes niveles.
Objetivo
Tipos de Textos
Teun A. van Dijk (1983, pág. 10) menciona entre ejemplos de texto: conversaciones cotidianas
y terapéuticas, artículos de la prensa, narraciones, noveles, poesías, textos publicitarios,
discursos, instrucciones de uso, libros de texto, inscripciones, títulos, textos jurídicos,
reglamentos, mensajes de los medios masivos, etc. Sin embargo, de acuerdo con sus
estructuras y funciones y para efectos didácticos se manejan dos grandes tipos de textos: los
informativos (o no literarios) y los literarios.
Estos son textos sin intención estética dominante en donde la denotación predomina
sobre la connotación. Cuando se hace uso de estos textos, el autor tiene la finalidad
de informarnos. Para esto él se sirve de la denominada lengua discursiva; esta se
caracteriza por usar las palabras o signos lingüísticos con su valor denotativo; es
decir, sin enriquecer con matices afectivos, deseos o fantasías el texto resultante de la
actividad comunicativa. En fin, retomando a Marín (1988, pág. 30)”en el texto
informativo el autor nos envía sobre todo un mensaje que trata de objetivo, y para
ellos emplea la lengua discursiva en la que predomina el valor denotativo de la
palabras.”
2. Textos literarios
Por lo inmediatamente dicho, estos son textos con intención estética dominante y predominio
de la connotación sobre la denotación. Para ello el emisor se vale de la lengua expresivo-
literaria, la cual se caracteriza por el uso “de ciertos recursos sugeridores del modo de sentir y
valorar el autor.” (Marín, 1988, pág. 30).
En los textos literarios la subjetividad (fantasías, deseos, emoción y visión personal) del autor
es sugerida por una serie de recursos relacionados con el orden de la frase y la construcción
morfosintáctica, con el vocabulario y el significado traslaticio de las palabras, con la sustancia
fónica del enunciado. Al momento de decodificar este tipo de textos hay que tener presenta,
precisamente, ese valor connotativo por medio del cual se sugiere la impresión que causa un
determinado objeto. Por ejemplo, cuando decimos de una persona “esa es una chinche” a
través del concepto denotativo de “chinche” (la picadura de este insecto causa picazón, por la
cual la persona se siente incómodo) se expresa la incomodidad que causa el prurito. Se dice
de una persona quisquillosa, delicada, susceptible, irritable. Observemos cuantas
significaciones secundarias nos sugiere la frase.
Veamos un ejemplo:
A) Vengador, ra
(Del lat. vindicātor, -ōris).
adj. Que venga o se venga. U. t. c. s.
B) El Vengador
Algunos autores llaman obras científicas a todas las que estamos mencionando aquí como
textos informativos. Sin embargo, es importante aclarar que no es el nombre más adecuado,
ya que los diferentes textos informativos (científicas, didácticas, de divulgación y de consulta)
se diferencian por el grado de profundidad con que es tratado un tema y de acuerdo con el
público a que van dirigidos.
Lo cierto es que, los textos no literarios, expositivos o informativos dan a conocer los
resultados de las investigaciones científicas; es decir, lo central en este tipo de textos son las
ideas, pensamiento o conceptos que se exponen. Las ideas son la expresión de lo que el
autor ha observado, así como las deducciones y conclusiones a que ha llegado. Son textos
que usan el lenguaje con un predominante valor denotativo.
En los primeros años de estudios universitarios los textos que usarán son los didácticos. Estos
se caracterizan, porque además de informar acerca de un hecho particular presentan de
forma gradual las explicaciones, para que el estudiante pueda comprender y asimilar las
teorías paso a paso y porque presentan muchos ejercicios. Estos, pues, son los medios
usados en la formación de nuevos profesionales o investigadores; es decir, cuando se busca
enseñar el cuerpo teórico y los métodos de investigación de una ciencia.
La profundidad y complicación tanto de la teoría como de los ejercicios dependerá del grado
escolar en que se encuentre el alumno. Los contenidos de este tipo de textos se basan en los
temas presentados en los textos científicos; teniendo el cuidado el autor de usar el lenguaje
de manera sencilla y explicando los términos nuevos que se estudian. La función de los
ejercicios es para que el estudiante se dé cuenta de su avance y además, lo obligan a repasar
cuando sabe que su comprensión no ha sido tan satisfactoria como creía.
Por último están los libros de consulta como las enciclopedias, los diccionarios de todo tipo,
los diccionarios enciclopédicos. Estos, por lo general, se leen parcialmente porque su función
es informar, más que desarrollar un tema. En ellos se encuentran descripciones generales de
conocimiento de todo tipo, biografías. Se emplean, precisamente, para ahorrar tiempo.
Siempre que lean cualquier tipo de texto informativo deben ir pendiente de las ideas que
expone el autor. Recuerden que la finalidad de cualquiera de este tipo de textos es hacernos
pensar. En ellos los autores se expresan con objetividad.
De los diferentes tipos de textos informativos, ustedes están habituados al uso de los
didácticos desde los niveles primario y medio de su educación. De igual manera, es seguro
que han manejado los de divulgación y los de consulta. Con los que no están familiarizados es
con los textos científicos. Por esto, a continuación estudiaremos un poco acerca del texto
científico para tener una aproximación al mismo.
El texto científico puede adquirir la forma de un informe, una monografía, una tesis, un libro o
un artículo científico.
La tesis
o Es un texto científico que se presenta para obtener el título de doctor
en un área del conocimiento. Lo que diferencia la tesis doctoral de
otros trabajos de grado e investigación científica es que los
resultados que se presentan en ella es un aporte o ampliación de los
conocimientos vigentes y aceptado por la comunidad científica
específica.
La monografía
o
El informe científico
o Es un texto escrito en prosa científica, dirigida a personas o
entidades capacitadas para tomar decisiones. En él se presentan
hechos obtenidos o verificados por el autor. Puede presentar los
métodos y procedimientos mediante los cuales se han obtenido los
datos para hallar la solución a un problema y las recomendaciones
que se consideren pertinentes aplicar con relación al mismo; es decir
este tipo de texto científico puede contener la solución a un problema.
Tal como lo plantea Cisneros Estupiñan (2007) para elaborar tanto el informe como la
monografía y la tesis se sigue el mismo procedimiento de ejecución: se elige y se delimita un
problema de investigación, se descubre y reúne la información pertinente y adecuada, se
clasifican los materiales, se establecen contactos con personalidades e instituciones, se
accede a la información, se aplica la capacidad crítica del investigador, se comunican los
resultados por escrito y se expone el trabajo teórico y metodológico frente a un público.
Estructura formal
La estructura formal de los textos objeto de nuestro estudio en este momento presentan la
siguiente estructura formal
Partes preliminares
o Cubierta o carátula
o Portada
o Tabla de ilustraciones
o Compendio o resumen
Cuerpo
o Introducción. Aquí se plantea el problema, su origen y
antecedentes; también, se presentan la justificación,
los objetivos y el marco teórico.
o Metodología. Se describen las técnicas y
procedimientos aplicados para recopilar la
información o datos.
o Resultados
o Notas
o Citas
o Conclusiones
o Recomendaciones
Material complementario
o Bibliografía
o Anexos o apéndices
Los tres textos (monografía, informe y la tesis) descritos anteriormente tienen en común el ser
trabajos de grado, es decir, documentos que se elaboran como requisito para obtener un
grado académico de pregrado, postgrado, maestría o doctorado. No obstante, existen otros
tipos de textos científicos que presentan los resultados de una investigación científica de otro
nivel, por ejemplo, los artículos científicos.
Algunos estudiantes creen que los proyectos de investigación terminan cuando se obtienen
los resultados, cuando se analizan los datos, cuando se entrega la monografía, (la tesis o el
informe) o cuando los resultados de la investigación se presentan en un congreso. Deben
aprender desde hoy que la investigación formal y seria termina cuando se publican los
resultados de la investigación en una revista científica. La investigación y la publicación del
artículo científico son dos actividades relacionadas estrechamente.
“El artículo científico es un informe escrito y publicado que comunica por primera vez los
resultados de una investigación.” Así, pues, cuando se habla de artículo científico se refiere a
publicaciones primarias, es decir, a la primera publicación de los resultados de una
investigación original, hecha de tal manera que se puedan repetir los procedimientos
declarados y se puedan verificar las conclusiones y que aparezca en cualquier fuente
documental asequible a la colectividad de hombres de ciencia. Es así que esto los distingue
claramente de lo que es un informe o una monografía las cuales se consideran trabajos no
originales; ya que se basan en la revisión de teoría ya existente acerca de un tema o la
comprobación de la misma.
Título, debe redactarse de manera que desde un principio informe de forma específica
y entendible el tema, pero haciendo uso de el menor número posible de palabras.
Debe escribirse al finalizar la redacción del artículo
Autor o autores
Las unidades que estructuran todo texto son los párrafos. Es decir, el texto escrito no se
construye por medio de oraciones aisladas; sino que estas se unen entre sí mediante
elementos cohesivos (conjunciones o frases conjuntivas) y los signos de puntuación,
formando así unidades superiores llamados párrafos.
Ortográficamente el párrafo es una unidad textual que se identifica porque inicia con letra
mayúscula y termina con punto y aparte. Es la unidad del texto escrito en la cual se desarrolla
determinada idea que presenta una información de manera organizada y coherente. Esta idea
se expresa mediante oraciones interrelacionadas que constituyen un bloque informativo.
Ejemplo:
Los objetivos que los autores persiguieron al elaborar este libro, fueron los de
reunir en un volumen las aportaciones teóricas más representativas en el
terreno de la comunicación; esclarecer y delimitar, en lo posible, los enfoques
desde los cuales se ha abordado el estudio del problema, y presentar un
panorama general.
Ejemplo:
Ejemplo:
Estas son entonces, las tres maneras diferentes como la lectura influye sobre
el lector: la influencia sobre un vasto cuerpo social, que puede tener
consecuencias históricas; la influencia sobre un grupo, y finalmente la
influencia sobre el individuo.
Ejemplo:
Un texto se construye mediante un proceso psicolingüístico que consta de dos etapas: una en
la que se debe elaborar su contenido y otra en la que se expresa un sentido por medio del
lenguaje. Este es un proceso que comprende tres etapas básicas: planificar o pre-escribir,
redactar o escribir y revisar o examinar.
Planificar (o pre-escribir)
En esta etapa nos debemos formar una representación mental de la información que
contendrá el texto; esta representación puede ser un esquema en el que las ideas se
jerarquizan y organizan en forma adecuada. Algunos autores llaman a este esquema el “plan
de temas” y corresponde a la estructura semántica del texto escrito.
Redactar
Revisar
En esta etapa se examinan tanto las ideas como las oraciones y párrafos que se han
redactado. Consta de dos subetapas: evaluación y revisión propiamente. La evaluación
implica la comprobación de que el texto responde a su intención comunicativa y que ha
logrado la expresión correcta de lo que ha pensado comunicar a su futuro lector. La revisión
conlleva la modificación del lenguaje usado en el texto: léxico, morfología, sintaxis, ortografía,
puntuación, etc.
El Ensayo
Los textos estudiados hasta el momento corresponden al tipo de textos informativos, es decir,
textos en los que hay un predominio casi absoluto del valor denotativo del lenguaje que se usa
en ellos.
A continuación estudiaremos un texto que para algunos autores (del Valle de Montejano,
1983, pág. 46) puede ser literario o informativo dependiendo del tratamiento que se le dé al
tema; es decir, dependiendo del valor con que se use el lenguaje (denotativo o connotativo) en
su redacción. Nos referimos al ensayo. Estas autoras lo consideran un híbrido entre el texto
literario y el texto informativo o expositivo.
Para Marina Parra (1996), el ensayo “Es un texto escrito, generalmente breve, que expone,
analiza o comenta una interpretación personal sobre un determinado tema: histórico, filosófico,
científico, literario, etc. En él predomina lo personal y subjetivo: el punto de vista del autor.”
Como decíamos en párrafos anteriores este texto ha sido difícil de clasificar, ya que presenta
muchas variantes formales. En un ensayo el autor expresa sus ideas y sentimientos sobre un
tema determinado que a él le interesa, sin pretender agotarlo. El autor expresa sus ideas sin
pretender comprobarlas como en el texto científico; usa ejemplos, narra anécdotas y, en el
caso del ensayo erudito hace gala de sus conocimientos.
Características
Variedad temática.
Amenidad en la expresión.
Clasificación
Ensayo crítico
En él se analiza y valora cualquier idea, obra o actividad humana.
Tiene mucha variedad temática (medicina, historia, ciencias
exactas, literatura, etc.).
Ensayo poético
Es un poema en prosa; en él lo poético predomina sobre lo
conceptual. Se caracteriza porque expresa, en grado máximo, la
sensibilidad del autor, por la belleza de las ideas que expone y
por el lenguaje literario que usa para expresarlas.
Ensayo argumentativo
Su objetivo es defender una tesis y lograr que el lector se adhiera
a ella. Exige un gran rigor de pensamiento lógico y una gran
organización de sus partes. Para obtener su objetivo, debe
utilizar un léxico preciso, alusiones directas, preguntas que creen
expectativas frente a lo que se va a afirmar (preguntas retóricas) y
citas textuales de autoridades en el tema, que respalden la
opinión del autor del ensayo.
Estructura del ensayo argumentativo
Este tipo de ensayo, a diferencia de los demás, posee una estructura esquemática fija y está
compuesto de las categorías propias del texto de estructura argumentativa. Sus partes son:
Introducción
Desarrollo
Aquí se ordenan, lógicamente, las ideas principales y secundarias relacionadas con el tema
(subtemas, proposiciones temáticas), se enuncian objeciones, si existen y se anexan citas,
ejemplos y pruebas que sirvan para sustentar la tesis expuesta.
Conclusión
Les sugerimos que investigues autores de ensayos de nuestro país y de Latinoamérica. Los
invitamos a que abras los siguientes enlaces y trata de identificar las partes de los siguientes
ensayos, el tema que desarrollan los autores, la tesis planteada, el tipo a que pertenece de
acuerdo con la temática y la posición del autor en relación con el tema.