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nombres tractarianos.
Trabajo Dirigido
Manuel Montalbán Palazón 48613685 - B
09/07/2015
Índice;
1. Introducción. Pág. 3.
2
1. Introducción.
Sin embargo, creo que resulta preferible realizar un esfuerzo intelectual que me
permita abordar a un pensador de la talla de Wittgenstein, por mucho que el calor y el
tiempo aprieten. A fin de cuentas, más vale escribir un trabajo sobre algo que me
permita terminar la carrera comprendiendo una parte clave de la filosofía
contemporánea, que sintetizar y exponer algo que ya he estudiado en diferentes
ocasiones y que, al final, sólo supone volver a repetir de manera más precisa algo que
ya conozco. Que eso implique una calificación menor, a estas alturas, no tiene
demasiada importancia.
Como el título del escrito indica, el objetivo de estas páginas es analizar las
características que el autor vienés otorga a los nombres1, que evidentemente se
diferencian de lo que en el lenguaje común denominamos "nombres", en la obra
culmen de su primer período de pensamiento, el Tractatus logico-philosophicus. Para
ello, y con la extensión que un trabajo como este permite, expondré la concepción del
lenguaje que en la obra se expone, en la teoría de la figuración. Una vez expuesta,
pasaré a analizar los atributos que tienen lo que Wittgenstein entiende por nombre. Y
finalmente, mencionaré brevemente las dos posiciones contrapuestas que defienden
que el significado del nombre es, según una, su uso, y según la otra, el objeto por el
que el nombre está, es decir, su referencia.
1
En pro de la utilidad, en adelante el término "nombre" lo utilizaré en referencia a la noción técnica que
Wittgenstein expone en el Tractatus. En caso de necesitar referirme a la acepción común de "nombre",
añadiré el adjetivo "ordinario". Lo misma regla utilizaré para el término "objeto", diferenciándolo de
"objeto ordinario".
3
2. ¿Cómo adquiere significado el lenguaje?
2
"La teoría de los tipos es un claro ejemplo de un intento de decir algo que sólo el simbolismo puede
mostrar dado que, al establecer las reglas del simbolismo, se especifica en tal teoría algo sobre aquello
por lo que están los símbolos. Por otra parte, la paradoja de las clases implica la construcción de una
función cuyo argumento es la propia función. Pero, a pesar que en la función así construida función y
argumento tengan el mismo signo, son , sin embargo, símbolos distintos en virtud de que tienen un
empleo lógico-sintáctico diferente" Wittgenstein, Ludwig (2002); Tractatus logico-philosophicus. Tecnos.
Traducción, introducción y notas de Luis M. Valdés Villanueva. Pág. 64.
3
Para la relación de los planteamientos de Frege y Russell con el desarrollo del Tractatus; - Cerezo,
María (1998); Lenguaje y lógica en el Tractatus de Wittgenstein. Crítica interna y problemas de
interpretación. Eunsa. Universidad de Navarra. Capítulo I, Insuficiencias de los simbolismos de Frege y
Russell.
4
Sin embargo, pronto se pudo ver que la vía escogida ofrecía una serie de
problemas que no tenían fácil solución.4 Las principales dificultades se derivaban de la
falta de referencia, y aunque ambos intentaron solventar dichos problemas, en el caso
de Frege con el recurso de la estipulación de una referencia arbitraria, la clase nula, y
en el de Russell con su teoría de las descripciones definidas, las soluciones no fueron
satisfactorias para Wittgentein. Consciente de los problemas que la solución de ambos
autores generaba, el vienés ensaya en el Tractatus una posible solución consistente en
radicalizar el análisis para garantizar la relación de referencia. Además, Wittgenstein
separa la verdad de la proposición, y su sentido, y la desarrolla la teoría de la
figuración, la cual expondré brevemente en las siguientes páginas.
4
"los intentos de Frege y Russell de explicar la significatividad del lenguaje resultaban problemáticos
porque tropezaban con los problemas derivados de la falta de referencia: el recurso a la estipulación de
una referencia arbitraria -la clase nula-, en el caso de Frege, y a la teoría de las descripciones definidas,
en el de Russell, se manifestaban como muestras de esas dificultades.
5
3. La teoría de la figuración.
6
subrayar (que corresponde a lo que en la tripe consideración la doctora Cerezo
denomina estructura compartible 5 ), vendría a ser ese modo compartido de
combinación de los elementos constituyentes de ambos hechos, la identidad de forma
lógica entre figurante y figurado. Lo que tenemos pues, son dos órdenes de cosas que,
merced a una misma identidad de forma, permite que un orden represente al otro.
5
Para un análisis del término estructura, analizado desde una triple consideración como Struktur,
Konfiguration, estructura compartible; - Cerezo, María (1998); Lenguaje y lógica en el Tractatus de
Wittgenstein. Crítica interna y problemas de interpretación. Eunsa. Universidad de Navarra. Pág. 159.
7
4. La noción de nombre en el Tractatus.
El concepto de nombre en el Tractatus viene determinada, una vez más, por los
problemas que Wittgenstein hereda de Frege y Russell;
La propuesta que Wittgenstein ofrece es la de, a través del análisis, llegar hasta
los constituyentes últimos, siendo estos absolutamente simples e independientes, lo
cual implica que serán inanalizables e indistinguibles por sí mismos7. Esta última
característica, la que hace del signo simple indistinguible de cualquier otro signo
simple, es la que el pensador vienés introduce8.
6
- Cerezo, María (1998); Lenguaje y lógica en el Tractatus de Wittgenstein. Crítica interna y problemas de
interpretación. Eunsa. Universidad de Navarra. Pág. 117.
7
T 2.0201 "Todo enunciado sobre complejos se puede descomponer en un enunciado sobre sus partes
constituyentes y en las proposiciones que describen los complejos de manera completa" Wittgenstein,
Ludwig (2002); Tractatus logico-philosophicus. Tecnos. Traducción, introducción y notas de Luis M.
Valdés Villanueva. Pág. 57.
8
"Con el postulado de existencia de los simples Wittgenstein consigue solventar el antiguo problema
fregeano y russelliano de la falta de referencia". Ibíd. Pág. 137.
9
"los elementos de la proposición son signos simples en el sentido en que los objetos son también
simples (2.02): no cabe su descomposición ulterior. Por otra parte, tales signos simples son nombres y,
como tales, significan o hacen las veces de objetos (3.203, 3.22). Téngase en cuenta que, si los nombre
hacen las veces de objetos, tiene que heredar sus marcas características (en este caso el ser simples).
10
En cuanto a la simplicidad, hay una triple dimensión de dicha simplicidad, que se trifurca en
simplicidad semántica, metafísica u ontológica. Para el análisis de esta triple simplicidad; - Cerezo, María
(1998); Nombrar kripkeano versus nombrar tractariano: un intento de demarcación. En Theoria, Vol. 13,
Número 33. pág. 432.
8
La clave de la teoría de Wittgenstein a la hora de solucionar los problemas
sobre la significatividad del lenguaje, estriba en que el discípulo de Russell garantiza la
de los nombres. El nombre, el signo simple y primitivo, está por el objeto, hace las
veces del objeto (la sustancia del mundo está constituida por estos objetos simples).
Esta caracterización del nombre como signo absolutamente simple que está por el
objeto absolutamente simple, queda de manifiesto en T 3.22;
Al igual que los nombres son los elementos simples cuya combinación da lugar
a la proposición, los objetos simples son los elementos simples cuya combinación da
lugar al estado de cosas. De nuevo, al igual ocurría con el nombre, el objeto tractariano
se diferencia del objeto en el sentido ordinario de la palabra. Y de nuevo, al igual que
el nombre, el objeto tractariano es simple, inanalizable, e independiente11. El objeto da
lugar al estado de cosas en el sentido en el que el estado de cosas es una serie de
objetos enlazados entre sí (como una cadena) sin que podamos identificar qué es eso
que los enlaza, y sin que tengamos que recurrir a ningún nuevo elemento que
posibilite dicho enlace, pues se deriva del carácter fáctico que precede a la figura12.
11
"Los objetos (cosas) han de ser de modo esencial posibles constituyentes de estados de cosas y eso
significa que, en un sentido, son independientes puesto que pueden ocurrir en todas a las situaciones
posibles; ahora bien, esto es también una forma de dependencia en tanto que los objetos siempre han
de ocurrir en una situación posible u otra. Dando que los estados de cosas se componen de objetos y un
hecho es la existencia de estados de cosas, los hechos se componen finalmente de objetos. Un estado
de cosas se diferencia de un hecho en que este último tiene como constituyentes estados de cosas que,
a su vez, están compuestos de objetos, mientras que un estado de cosas, que también es complejo, no
puede descomponerse adicionalmente en otros estado de cosas, sino sólo en objetos, cosas. Un objeto
es simple. Los objetos tiene forma; su forma es su posibilidad de ocurrencia en estados de cosas"
Wittgenstein, Ludwig (2002); Tractatus logico-philosophicus. Tecnos. Traducción, introducción y notas
de Luis M. Valdés Villanueva. Pág. 60.
12
Para el análisis de las teorías sobre cómo los constituyentes enlazan entre sí; - Cerezo, María
(1998); Lenguaje y lógica en el Tractatus de Wittgenstein. Crítica interna y problemas de interpretación.
Eunsa. Universidad de Navarra. Pág. 152 y siguientes.
9
Según he expuesto, deducimos que para Wittgenstein la forma en la que el
objeto es representado por el nombre es distinta a la forma en la que el estado de
cosas es representado por la proposición. En el primer caso, el nombre está por el
objeto, hace del objeto. Esto quiere decir que entre nombre y objeto hay una relación
de sustitución. El nombre reemplaza, suplanta al objeto. Sin embargo, aunque la
proposición representa un posible estado de cosas (cuya verdad o falsedad dependerá
de que ese posible estado de cosas sea o no el caso), la naturaleza de su
representación es distinta. En lugar de suplantar, la proposición describe el estado de
cosas.
"A los objetos sólo los puedo nombrar. Los signos son sus representantes. Sólo
puedo hablar de ellos, no puedo expresarlos. Una proposición sólo puede decir cómo
es una cosa, no lo que es."13
Hasta aquí, en el análisis sobre las naturaleza del nombre, he expuesto que en
el Tractatus Wittgenstein caracteriza los nombres y los objetos como absolutamente
simples. También he expuesto que el vienés considera que la significatividad del
lenguaje descansa, en último término, sobre la relación de referencialidad inmediata,
no mediada, que hay entre los objetos y los nombres. Ambos constituyentes permiten,
gracias a su combinación, la posibilidad de establecer proposiciones en el plano
lingüístico, que a su vez representan estados de cosas en el plano ontológico. Además,
y por último, he explicitado que la naturaleza de la representación entre nombre y
objeto difiere de la naturaleza de la representación entre proposición y estado de
cosas, ya que la primera dupla se relaciona de un modo que he denominado
reemplazante, suplantatorio, mientras que la segunda lo hace de modo descriptivo.
13
Ibíd. Pág. 129.
10
4.2. Propiedades internas y externas.
Hemos acordado que el análisis nos obliga a llegar a los elementos mínimos, los
constituyentes, que son absolutamente simples, y cuya concatenación da lugar a la
proposición, que no es otra cosa que la representación de un posible estado de cosas.
El nombre, en combinación con otros nombres da como resultado una proposición
concreta, pero podría combinarse de una forma diferente y daría lugar a otras
proposiciones diferentes. Por lo tanto, hay una gama de posibilidades de combinación
del nombre. Ese abanico de posibilidades es lo que se denomina como forma del
nombre, y queda determinado por las leyes de la gramática o sintaxis lógica. Es decir,
las leyes de la gramática o sintaxis lógica son las que determinan la red de
posibilidades del nombre, las que nos dicen cómo podemos y cómo no podemos
combinar los nombres tractarianos.
Puesto que los nombres están por los objetos, y gracias a la identidad lógica
que garantiza el isomorfismo entre lenguaje y mundo, a esa red de posibilidades del
nombre dentro de la totalidad de las proposiciones, la forma del nombre, le
corresponde una red de posibilidades del objeto dentro de la totalidad de los estados
de cosas, lo cual denominaremos forma del objeto14. Es decir, dentro de la totalidad
del espacio lógico, definido a partir de la facticidad, los constituyentes pueden
combinarse de ciertas formas pero no de otras. A este respecto, puede ser aclaratoria
la nota informativa que añade Valdés tras el recién citado T 2.041;
14
T 2.041 "La forma de un objeto es la posibilidad de su ocurrencia en estados de cosas." Wittgenstein,
Ludwig (2002); Tractatus logico-philosophicus. Tecnos. Traducción, introducción y notas de Luis M.
Valdés Villanueva. Pág. 113.
11
todas las posibilidades que un objeto tiene de combinarse en estados de cosas sin determinar
por ello cuáles de entre las posibles combinaciones son las que se dan"15
Lo que toca es aclarar por qué motivo se pueden dar ciertas combinaciones y
otras no. En principio, cabría argumentar que el motivo se deriva de la naturaleza de
los propios constituyentes, lo que es equivalente a decir que la causa de que objeto
tenga una serie de posibilidades de combinación reside en el objeto mismo. Sin
embargo, si escogemos ese camino para justificar las posibilidades de combinación de
un objeto, entramos en conflicto con la requerida simplicidad absoluta de los objetos,
la cual está en la base de la teoría de la figuración.
"Para conocer un objeto, no tengo por cierto que conocer sus propiedades externas,
pero sí todas sus propiedades internas."16
Cuando Wittgenstein nos habla de las propiedades internas del objeto, esas
propiedades que según el mismo son propiedades que es impensable que el objeto no
posea (T 4.123), nos está hablando de las posibilidades combinatorias del objeto. Las
propiedades internas son las posibilidades de combinación. Lo que no es posible, lo
que resulta impensable, es un objeto cuyas posibilidades de combinación son nulas.
15
Ibíd. Pág. 113.
16
Parece claro que la afirmación no está bien puntuada. Ese "por cierto" debería ir entre comillas, sin
embargo, no lo está. Lo aclaro para que no se considere un error mío al citar el texto. Ibíd. Pág. 111.
17
En cuanto a la caracterización de las propiedades internas y externas, salvaguardando la simplicidad
de los constituyentes, seguiré la exposición de la doctora Cerezo.
18
- Cerezo, María (1998); Lenguaje y lógica en el Tractatus de Wittgenstein. Crítica interna y problemas
de interpretación. Eunsa. Universidad de Navarra. Pág. 143.
12
Por definición, un objeto es combinable, es un eslabón de la cadena, y da lugar a un
posible estado de cosas.
Al igual que las propiedades internas del objeto son las posibilidades de
combinación de ese objeto con otro objetos, las propiedades externas del objeto
resultan de la relación de ese objeto con otros objetos. Está, en vez de en el campo de
la posibilidad, en el campo de la facticidad, de lo que es el caso, de lo que de hecho se
da.
Cabe resalta que, puesto que las propiedades del objeto son extrínsecas a él, es
decir, vienen determinadas por lo que es el caso, por cómo es de hecho el mundo,
dichas propiedades no son absolutas, sino contingentes. ¿Qué quiere decir esto?
quiere decir que las propiedades de los objetos, sus posibles combinaciones, son las
que son porque el mundo es el que es. Si el mundo fuese de otra forma, si la realidad
fuese distinta a como de hecho es, las propiedades de los objetos, tanto internas como
externas, serían otras.
4.3. Sentido.
19
Ibíd. Pág. 182.
13
Como expone el fragmento, a diferencia de la concepción de Frege, en la que
tanto nombres, conceptos y oraciones tienen sentido, la concepción figurativa del
lenguaje que Wittgenstein expone niega la posibilidad de que los nombres tengan
sentido. Este, el sentido, es propio de las figuras, de las proposiciones, pues sólo estas
son capaces de describir un posible estado de cosas, de articular una representación
de una posible combinación de estado de cosas. La proposición, en tanto que figura,
representa una posible situación en el espacio lógico, y esa división del espacio lógico
es lo que le permite adquirir sentido.
20
"Una figura tiene sentido en virtud de la forma de figuración; es verdadera o es falsa en virtud de su
acuerdo o desacuerdo con la realidad. Se sigue que para determinar si una figura es verdadera o falsa -
excepto en el caso límite de la tautología y la contradicción- hemos de compararla con la realidad"
Wittgenstein, Ludwig (2002); Tractatus logico-philosophicus. Tecnos. Traducción, introducción y notas
de Luis M. Valdés Villanueva. Pág. 62.
14
"Entender una proposición quiere decir saber lo que es el vaso si es verdadera. (Así
pues, se la pude entender sin saber si es verdadera.) Se la entiende cuando se entiende sus
partes constituyentes."21
El problema sobre el significado del nombre en el Tractatus, viene dado por que el
propio Wittgenstein ofrece dos tesis que parecen estar en conflicto. Una de ellas
explicita que el significado del nombre es el objeto, lo cual indica que el significado de
los nombres queda determinado por la referencia. Pero un poco más adelante, el
austríaco relaciona el significado del nombre con su posición en la proposición, lo cual
refuerza la idea de aquellos que entienden que el significado del nombre depende de
su uso. Veamos las dos exposiciones de Wittgenstein;
21
Ibíd. Pág. 150.
22
Ibíd. Pág. 151.
15
T (3.203) "Un nombre significa un objeto. El objeto es su significado ('A' es el msmo
signo que 'A')."
T (3.3) "Sólo las proposiciones tienen sentido; sólo en la trabazón de una proposición
tiene significado un nombre."
Creo que también es esa la posición que sugiere la profesora Cerezo cuando
expone;
Considero que también la larga nota del profesor Valdés tras el parágrafo T 3.3,
antes expuesto, induce a pensar que él considera que el significado del nombre
tractariano queda determinado por el uso, y no por el lenguaje. Al final de la nota
expone;
23
- Cerezo, María (1998); Lenguaje y lógica en el Tractatus de Wittgenstein. Crítica interna y problemas
de interpretación. Eunsa. Universidad de Navarra. Pág. 134.
16
"si tomamos en serio que los nombres han de hacer las veces de los objetos, entonces
deben comportarse como ellos; también ha de serles esencial el mantener determinadas
relaciones con otros nombres en virtud de su forma. Pero puesto que, por una parte, los
nombre están correlacionados con los objetos y, por otra, las relaciones entre los nombres
reflejan cómo están relacionados los objetos de los que son representantes, la conclusión
obvia es que 'sólo en la trabazón de una proposición tiene significado el nombre'. Dicho de
otra manera: los nombre sólo pueden ser representantes de objetos en tanto que mantienen
relaciones con otros nombres, del mismo modo que un objeto sólo pude ser un objeto
manteniendo determinadas relaciones con otros objetos en virtud de su forma."24
Resulta difícil pensar que algo que carece de sentido debido a su total
simplicidad pueda tener significado, al no ser que lo adquiera desde fuera, es decir,
que al igual que pasaba en el caso de las propiedades internas, este le venga dado
extrínsecamente. Si esto fuese así, si su significado se determina por el uso, este
significado se relacionaría con la regla gramatical que legisla las posibilidades de uso,
que nos muestra el abanico de posibilidades de combinación que el nombre tiene con
otros nombres para formas proposiciones.
24
Wittgenstein, Ludwig (2002); Tractatus logico-philosophicus. Tecnos. Traducción, introducción y notas
de Luis M. Valdés Villanueva. Pág. 133.
17
5. Conclusión.
En síntesis, se puede decir que el Tractatus es el resultado del esfuerzo intelectual que
Wittgenstein realiza para solucionar los problemas que se derivan de las propuestas de
Frege y Russell, las cuales se relacionan con la falta de referencia. La respuesta de
Wittgenstein consiste en radicalizar las propuestas de sus antecesores, prosiguiendo el
análisis de las proposiciones hasta llegar a unos signos primitivos simples,
independientes, y homogéneos, que él denomina nombres. Llegados a este punto, el
análisis es completo pues los nombres, por su absoluta simplicidad, son inanalizables.
Con el postulado de la existencia de los nombres, que enlazan con la realidad,
Wittgenstein consigue solventar los antiguos problemas de la falta de referencia, por
lo que se convierten en elementos claves para su solución.
18
Bibliografía;
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