Está en la página 1de 26

Del libro “Percepción y Atención” de Pío Tudela

Tema 9. Atención: Control Ejecutivo


SUMARIO
1. Introducción
2. La Red Atencional de Control Ejecutivo
2. 1 El Modelo de Norman y Shallice
2. 2. Principales Tareas Experimentales
2. 2. 1. La Tarea Stroop
2. 2. 2 El Cambio de Tarea
2. 2. 3 El Coste por Cambio de Tarea.
2. 3 Los Mecanismos de la Red de Control Ejecutivo
2. 4. ¿Un sistema Unitario de Control?
2. 5 El Análisis de la Red Neuronal de Control
2. 5. 1. La Novedad y la Automatización
2. 5. 2. El Conflicto y su Resolución
 El Efecto Gratton
2. 5. 3. La Corrección de Errores
2. 5. 4 El Control Emocional
2. 5. 5. El Coste por Cambio de Esquema Mental
3. ¿Cómo Actúa el Control Atencional?

1. Introducción
En este tema terminaremos el estudio de la atención con el análisis de la función de
control ejecutivo. En la teoría de Michael Posner la red de control ejecutivo constituye el tercer
componente de la atención cuya función es controlar los procesos cognitivos y la acción.
El estudio de esta función ha tardado en introducirse en la psicología experimental. El
miedo al homúnculo ha actuado como revulsivo entre muchos investigadores y en gran parte ha
sido el responsable de que los sistemas de control – y también la consciencia que estudiaremos
en el próximo tema – hayan tardado en adquirir carta de ciudadanía en la psicología
experimental.
Homúnculo significa “hombrecillo” y es el término utilizado para etiquetar un tipo de
pseudoexplicación que a veces se ha utilizado en psicología. Brevemente, consiste en utilizar
una explicación que a su vez requiere la misma explicación que se requería en el caso anterior,
entrando así en un bucle sin fin en el que nunca se llega a una explicación final satisfactoria. En
el caso del control del comportamiento uno de los supuestos fundamentales del conductismo fue
que no había más control que el ejercido por el estímulo. Cuando llegó la psicología cognitiva

1
se cayó en la cuenta de que había procesos que estaban controlados por el sujeto. Por ejemplo,
el proceso de repaso en la memoria a corto plazo siempre se pensó que estaba controlado por el
sujeto y así se decía. Sin embargo, la pregunta por ese sujeto que controlaba nunca se hacía.
Había una especie de miedo a introducir como explicación el hombrecillo que controlaba, sobre
el que habría que preguntarse cómo controlaba y al explicarlo introducirle otro hombrecillo aún
mas pequeño etc. En consecuencia, la investigación de los procesos de control se pospuso y
fueron pocos los investigadores que la abordaron.
Recordemos que Kahneman, a quien estudiamos en el Tema 7, apuntó la necesidad de
alguna forma de control ejecutivo en su política de distribución de recursos. Este proceso
estimaba las necesidades de esfuerzo que la tarea demandaba y, tomando en consideración las
intenciones del momento y otros factores, asignaba los recursos adecuados a la tarea.
Recordemos también que Meyer y Kieras en su influyente modelo sobre tareas múltiples
plantearon de forma clara la necesidad de teorizar y hacer explícitos los procesos de control
ejecutivo que supervisaban la realización de tareas concurrentes. En general se fue perdiendo el
miedo al homúnculo a base de caer en la cuenta de que lo importante es analizar las principales
funciones que componen el control ejecutivo y estudiar cómo se articulan entre sí. Actualmente
el estudio de los mecanismos de control cognitivo y comportamental es un área de las más
activas en la investigación psicológica y neurofisiológica. En estos campos el interés por
analizar las funciones de los lóbulos prefrontales es cada vez mayor porque todo hace suponer
que son los lóbulos prefrontales los que llevan las riendas de la vida mental.
En esta unidad nos introduciremos en el estudio de los procesos de control siguiendo el
desarrollo de las investigaciones sobre la red atencional anterior tal como la entendió Posner.
Veremos el principal modelo en que Posner se inspiró, las principales tareas que se han
utilizado en su estudio, los resultados comportamentales más importantes de la investigación
con esas tareas y las estructuras neuronales que sustentan esas tareas y que se han puesto de
manifiesto utilizando técnicas de neuroimagen. Como se viene insistiendo desde el principio de
curso, tarea, proceso y mecanismo son los tres niveles de análisis que hay que aprender a
relacionar para avanzar en la comprensión de la mente.
2. La Red Atencional de Control Ejecutivo
Por lo que se refiere a la caracterización funcional de la red atencional anterior, Posner
no elaboró un modelo concreto sino que se remitió al modelo propuesto por Norman y Shallice
en los años ochenta del siglo pasado (Norman & Shallice, 1986). Es curioso que cuando Alan
Baddeley quiso caracterizar el componente de la memoria de trabajo que él llamó “ejecutivo
central” también se remitió al modelo de Norman y Shallice. Esta coincidencia es importante
no sólo porque habla a favor del modelo de estos autores, sino porque es un buen ejemplo de
algo que con frecuencia ocurre en psicología: que con distintas palabras se está hablando de lo
mismo. En este caso, Posner estaba buscando una caracterización funcional para su red

2
atencional anterior, Baddeley estaba interesado en caracterizar funcionalmente el ejecutivo
central y Norman y Shallice estaban interesados en caracterizar la relación entre atención y
acción, concretamente quisieron hacer un modelo que tuviera en cuenta el control de la
conducta tanto automático como voluntario. Al final el modelo de estos últimos fue el que
acertó a plasmar lo que los demás también estaban pensando.
2. 1 El Modelo de Norman y Shallice
La Figura 9. 1 muestra el modelo asociado a la teoría de Norman y Sallice.

El modelo se organiza en dos dimensiones. En la dimensión horizontal se hacen


explícitas algunas fases de procesamiento que tienen lugar desde la entrada de la información
hasta que se produce la acción que puede ser tanto interna, es decir una actuación sobre otro
proceso cognitivo, como externa. La parte fundamental del modelo en su dimensión horizontal
la forman los dos rectángulos denominados activación de esquemas y sobre todo el
programador de esquemas competitivos (CS1). Norman y Shallice asumieron que el
conocimiento que vamos adquiriendo por medio del aprendizaje y de la práctica se organiza en
forma de esquemas2. Un esquema es una unidad integrada de conocimientos que están
relacionados entre si. Nuestras actividades cotidianas están organizadas en esquemas que se
sustituyen unos a otros, algunas veces sin que nos demos cuenta. Pensemos en un día ordinario.

1
El término inglés usado por Norman y Shallice es Contention Scheduling que ha dado lugar a muchas y
muy diferentes traducciones. La aquí elegida no es literal, creo que transmite la idea principal del proceso
que designa y no pretende ser mejor que cualquier otra. La sigla que se utiliza (CS) corresponde a la
expresión inglesa
2
El estudio detallado de los esquemas suele tratarse en la asignatura de memoria, más concretamente en
el estudio de la representación del conocimiento.

3
Desde que nos levantamos, nuestras actividades rutinarias están organizadas en esquemas.
Cuando llegamos al baño, un esquema de acciones concretas, tales como lavarse las manos,
ducharse, peinarse, etc. se suceden unas a otras con el fin de preparar nuestro físico para el día.
A continuación desayunamos, lo que implica un conjunto de esquemas concretos que controlan
actividades complejas: preparamos el café, tostamos el pan, ingerimos ambos de una forma
determinada. Si a continuación tenemos que coger el autobús, ponemos en marcha otro
conjunto de rutinas.
Los esquemas están organizados jerárquicamente. En un día laborable, las tres
actividades que se han mencionado anteriormente probablemente forman parte de un esquema
más general: ir al trabajo. A su vez, cualquiera de los esquemas que hemos mencionado puede
descomponerse en subesquemas que controlan parte de la actividad. Esto lo saben muy bien los
rehabilitadores físicos que tienen que entrenar a un paciente a recuperar un movimiento o una
habilidad perdida a causa de un accidente.
En el modelo de Norman y Shallice, la información que llega a través de los sentidos y
de la percepción activa varios esquemas diferentes correspondientes a acciones relacionadas con
esa información. Cada uno de esos esquemas tiene una determinada prioridad dentro de la
secuencia de acciones que la situación requiere y la organización de esas acciones la llevan a
cabo esquemas de control que son los representados en la fase del modelo llamada programador
de esquemas competitivos. En esta fase, las acciones están programadas de acuerdo con una
determinada prioridad apropiada a una rutina concreta, lo que permite la realización secuencial
ordenada de las acciones.
Si el modelo no tuviera más que la dimensión horizontal, la puesta en marcha de una
actividad en presencia de un estímulo dependería solamente del aprendizaje y de la memoria.
Todo el procesamiento desde el estímulo hasta la respuesta consistiría en activar los esquemas
adecuados y organizar su ejecución de acuerdo con esquemas de control que determinan la
prioridad y el orden de ejecución de esos esquemas. Sin embargo el modelo contempla la
influencia de dos factores, ambos situados en la dimensión vertical. Uno es la motivación y el
otro es el sistema de atención supervisor (SAS). Ambos actúan sobre el CS modificando las
prioridades y la organización de los esquemas. La motivación se representa como un influjo de
abajo-arriba. La motivación puede alterar la prioridad de esquemas cotidianos; por ejemplo, si
nos levantamos con hambre por la mañana es probable que desayunemos antes de ir al baño. La
influencia del SAS se representa de arriba-abajo y es el sistema que nos interesa comentar a
nosotros en este tema.
Norman y Shallice pensaban que, si bien es verdad que las actividades rutinarias
pueden llevarse a cabo mediante esquemas de control habituales, que son los propios del CS,
hay situaciones en las que los esquemas habituales o no existen o no son capaces de organizar la
conducta. En esas situaciones es necesaria la intervención de un sistema de control supervisor

4
(SAS) que reorganice y potencie los esquemas existentes con el fin de afrontar la situación de
forma satisfactoria. Esas situaciones son:
1. Situaciones nuevas o cuyos esquemas de respuesta no están bien aprendidos.
2. Situaciones en las que la acción adecuada entra en conflicto con actividades habituales
más potentes.
3. Situaciones que requieren la corrección de errores.
4. Situaciones que requieren planificación o toma de decisiones.
5. Situaciones juzgadas difíciles o peligrosas. En este caso, aunque existan los esquemas
para abordarlas, su puesta en funcionamiento necesitan potenciación, concentración y
esfuerzo.
En situaciones de este tipo tiene que intervenir el SAS para suplir las limitaciones del
CS y asegurar la puesta en marcha de la acción adecuada.
Norman y Shallice consideraron que, en el control de las acciones tanto internas como
externas, el papel de la atención era un papel de supervisión y de intervención controladora
cuando la situación lo requería. Este mismo papel es el que Baddeley da al ejecutivo central en
su teoría sobre la memoria de trabajo. Para Posner ese es el papel fundamental de la red de
control ejecutivo, uno de los tres componentes de la atención.
2. 2. Principales Tareas Experimentales
Las tareas experimentales dedicadas a estudiar el funcionamiento de esta red atencional
son muchas y variadas. Cada una de ellas se ha centrado en analizar su funcionamiento en
situaciones de laboratorio que reproducen en miniatura las situaciones extraordinarias que
hemos enumerado antes. Nos centraremos en las tareas más utilizadas, algunas de ellas con una
larga historia, en el estudio de la atención.
2. 2. 1. La Tarea de Stroop
El conflicto entre una acción que se quiere
ejecutar y la interferencia provocada por otras
respuestas habituales activadas por la situación
estimular ha sido estudiada preferentemente con la
tarea Stroop, llamada así por el apellido del
psicólogo que la ideó en 1935. La tarea consiste en
pedir a la persona participante que nombre el color
de la tinta con que está escrita una palabra. La
palabra, a su vez, designa un color que puede ser el
mismo que el de la tinta – situación congruente – o diferente3 – situación incongruente –. En la
situación incongruente se produce un fuerte efecto de interferencia que se conoce con el nombre

3
Cuando se incluye una situación neutra, la palabra no designa un color.

5
de efecto Stroop. La Figura 9. 2 presenta los resultados típicos en esta tarea cuando se mide el
tiempo de reacción. En este caso el efecto Stroop se mide por la diferencia en TR entre la
condición incongruente y la congruente.
Aunque el posible conflicto provocado entre el color de la tinta y el significado de la
palabra es lo que se asocia habitualmente con la tarea Stroop, lo que produce la interferencia en
el efecto Stroop es la competición entre una respuesta que se intenta dar – el color de la tinta – y
otra respuesta automática cuyo procesamiento se impone – la provocada por el significado de la
palabra – con la particularidad de que la respuesta automática es más fuerte que la deseada.
Leer palabras es más rápido que nombrar colores debido a la experiencia con la primera tarea4.
De hecho, si se invierten las tareas, la incongruencia entre el color y el significado de la palabra
no produce interferencia en la lectura de la palabra.
Siempre que ocurre competición entre dos tareas distintas y la respuesta de la tarea
objetivo es menos habitual que la respuesta de la tarea que interfiere, se produce una tarea tipo
Stroop. La Figura 9.3 presenta diferentes tareas de interferencia. Las seis primeras viñetas de
la figura muestran ejemplos de los estímulos utilizados en ensayos incongruentes de tareas tipo
Stroop. Las viñetas 7 y 8 presentan ejemplos de ensayos incongruentes en otras dos tareas de
interferencia que son de extendido uso en psicología.
En la viñeta 1 aparece el
estímulo que provoca el efecto Stroop
clásico: la respuesta correcta es “negro”
pero interfiere la respuesta “rojo”. En la
2, el participante tiene que decir cuántos
dígitos aparecen en la escena. La
respuesta correcta es “cuatro” pero
interfiere la respuesta “tres”. En la 3 la
tarea es nombrar el objeto representado
por el dibujo. La viñeta 4 presenta un
ejemplo de Stroop espacial. En este caso
la tarea consiste en responder si la flecha
apunta hacia arriba o hacia abajo. En un
ensayo incongruente la flecha apunta,
por ejemplo, hacia arriba y aparece en la
parte de abajo de la escena. El
antagonismo entre la posición indicada

4
El efecto Stroop se ha utilizado a veces como medida de la capacidad lectora de una persona. Una
persona que no sabe leer no muestra efecto Stroop

6
por la flecha y el lugar donde la fecha aparece produce efecto Stroop. En las viñetas 5 y 6 se
presentan dos ejemplos diferentes de Stroop emocional. En 5 la tarea es la clásica de Stroop:
nombrar el color de la tinta; en este caso la presencia de una palabra de alto contenido
emocional produce una interferencia que retarda la respuesta al color. En 6 la persona tiene que
responder qué emoción muestra la cara representada mientras que la palabra indica la emoción
contraria. En este caso la interferencia es claramente entre dos significados emocionales
opuestos.
Toda esta variedad de tareas tipo Stroop son algo más que ingeniosas curiosidades. Cada tarea
trata de poner en juego procesos diferentes acentuando unas veces el carácter perceptivo y otras
el carácter motor o central de la tarea. La interferencia producida se utiliza como un indicador
del grado de competición entre los distintos atributos de los estímulos por acceder a un mismo
proceso o del grado de competición de los procesos entre sí por controlar la conducta. La lógica
es parecida a la que vimos en el Tema 7 al estudiar las tareas concurrentes. De hecho pronto
veremos que la ejecución de tareas concurrentes implica la participación de esta red atencional
ejecutiva.
Las viñetas 7 y 8 de la Figura 9. 3 obedecen a la misma lógica experimental que
venimos comentando aunque son conocidas con nombres propios. La correspondiente a la
viñeta 7 es un ensayo incongruente de la tarea Simon. Recuérdese que en el Tema 7
mencionamos el efecto Simon en su vertiente congruente. Allí veíamos que en una tarea de
detección, cuando el estímulo aparece, por ejemplo, a la izquierda del punto de fijación, la
respuesta con la mano izquierda es más rápida que con la mano derecha. En la viñeta 7 se
presenta la situación incongruente. En realidad el efecto es el mismo pero su explicación
depende de que se acentúe la facilitación o la interferencia. Con frecuencia se ha acentuado la
interferencia y por eso lo volvemos a ver en este tema pero su explicación final no está clara.
Finalmente la viñeta 8 presenta dos versiones diferentes de la tarea de flancos. En esta
tarea, la persona participante tiene que responder al estímulo situado en el centro. En la parte de
arriba de la viñeta tiene que responder si la flecha del centro apunta a la izquierda o a la derecha.
La versión que aparece en la de abajo es un ejemplo de la versión original propuesta por
Eriksen, psicólogo americano que la ideó. En esta versión de la tarea se presentan estímulos
asociados arbitrariamente a las respuestas. Por ejemplo, si se presentan las letras A o B se
responde con la tecla de la mano derecha y si se presentan las letras H o M se responde con la
tecla de la mano izquierda. En esta tarea un ensayo congruente es el que presenta como
estímulo AAA o ABA y sus variantes; la figura presenta una variante de ensayo incongruente.
Tanto en la tarea de Simon como en la tarea de flancos el resultado es similar al
encontrado en las tareas de Stroop y tipo Stroop, la ejecución es peor y más lenta en los ensayos
incongruentes que en los congruentes.

7
La tarea Stroop y la tarea de flancos han sido tareas muy utilizadas durante largo
tiempo. En la famosa polémica sobre la posición temprana o tardía del filtro atencional que
vimos en el Tema 7, la mayor parte de los resultados obtenidos con estas tareas se utilizaron a
favor de la posición tardía del filtro. Nosotros las estudiamos en este contexto porque han
resultado muy útiles para estudiar la red atencional ejecutiva. Como veremos más adelante
ambas tareas ponen en funcionamiento las mismas estructuras neuronales de control. Una de las
muchas ventajas que tiene en la investigación psicológica no limitarse a analizar únicamente
datos comportamentales sino ponerlos en relación con datos procedentes de la neurofisiología y
la neuroimagen, es que esta última estrategia permite hacer un mejor análisis de los procesos
implicados en las tareas y agruparlas por relación al estudio de esos procesos.
2. 2 El Cambio de Tarea
Cuando en el Tema 7 estudiamos las tareas duales, las analizábamos en el contexto de
la teoría de Kahneman y el reparto de esfuerzo o, de forma más general, de recursos. Allí
también apuntábamos que el estudio de las tareas múltiples llevó a algunos investigadores a la
necesidad de estudiar y de incluir en sus teorías procesos ejecutivos de supervisión y control.
Ahora es el momento de retomar el análisis de las tareas duales con el fin de preguntarnos por
esos procesos ejecutivos que controlan su realización.
En el análisis del control de las tareas duales hay que tener en cuenta una diferencia
importante: que las tareas supongan o no un cambio de la atención de una tarea a otra. Cuando
las tareas se realizan simultáneamente, es importante saber si la posibilidad de realizarlas al
mismo tiempo se debe a la capacidad de distribuir la atención entre ambas tareas o al cambio
con rapidez de la atención de una tarea a otra. Recordemos que Broadbent, para explicar sus
resultados de escucha dicótica, que vimos en el Tema 7, recurría al tiempo que la atención
empleaba en cambiar de un oído al otro. Cuando las tareas se realizan de forma sucesiva, la
necesidad de cambiar nuestra atención de una a otra es tanto mayor cuanto más aumenta el
cambio por unidad de tiempo. ¿De qué atención estamos hablando? Más adelante veremos que
es la red de atención ejecutiva la encargada de controlar estos cambios. Ahora estudiaremos el
paradigma experimental utilizado para investigar el cambio de tarea.
2. 2. 3 El Coste por Cambio de Tarea.
Cuando en la exploración neuropsicológica se sospecha que el paciente puede tener una
lesión en los lóbulos prefrontales, una de las pruebas que nunca falta en la batería que se utiliza
para su diagnóstico es la prueba de Clasificación de Cartas de Wisconsin5. En esta prueba se
entrega al paciente un conjunto de cartas. Las cartas contienen dibujos de objetos que, en el
conjunto de cartas, varían en forma (círculos, cuadrados, triángulos, etc.), color y número. Al
principio se familiariza a la persona con las cartas y luego se le entrega un conjunto de ellas para

5
Wisconsin Card Sorting Test. El nombre se refiere a la tarea y al lugar en donde se ideó.

8
que las clasifique. El criterio de clasificación – forma, color o número – lo decide quien
administra la prueba pero no se lo comunica al paciente. Al paciente sólo se le dice “correcto” o
“incorrecto” a medida que cada carta que coloca en un grupo corresponde o no con el criterio
del examinador6. Durante el curso de la prueba, el examinador va cambiando de criterio y
comprobando los errores y el tiempo que tarda el paciente en cambiar el criterio de
agrupamiento para adecuarse al suyo.
Los resultados de esta prueba han mostrado de forma indudable que existe una alta
correlación entre el daño en los lóbulos prefrontales de un paciente y la dificultad o incapacidad
para cambiar el criterio de clasificación.
Cuando la investigación experimental ha querido analizar los procesos implicados en
este cambio de tarea en personas sin daño cerebral, ha prescindido de los procesos de
aprendizaje inductivo que intervienen en la prueba de Wisconsin y ha analizado los cambios en
tiempo de reacción ante una instrucción explícita de cambio. La Figura 9. 4 muestra un ejemplo
de las tareas utilizadas. A lo largo del
experimento se presentan juntos una letra y un
número. En cada ensayo, en la parte de arriba de
la pantalla aparece la instrucción que indica la
tarea a realizar. Si la instrucción es “letra” el
participante tiene que responder si la letra que
aparece como estímulo es vocal o consonante. Si
la instrucción es “número” tiene que contestar si
el número que se presenta es par o impar. A lo
largo del experimento los ensayos se distribuyen
de forma que entre unos ensayos y otros las
instrucciones respecto a la tarea a realizar pueden
cambiar o no cambiar. La variable dependiente
más analizada es el tiempo de reacción.
El aspecto que con mayor interés se ha estudiado en la ejecución de esta tarea es el
cambio en tiempo de reacción que se produce de un ensayo a otro cuando la relación entre
ambos es de cambio o no cambio de tarea. En general se ha encontrado que en los ensayos de
cambio el TR es mayor que en los ensayos de no cambio. La diferencia entre el TR de los
ensayos de cambio y el TR de los ensayos de no cambio es denominada coste de cambio7.
Este coste varía en función de la manipulación de aspectos diferentes de la tarea pero siempre
está presente, es decir siempre hay un mayor TR en los ensayos de cambio que en los de no
cambio.

6
El procedimiento es parecido al utilizado en los paradigmas de aprendizaje inductivo.
7
Switching Cost

9
El coste de cambio en las tareas se ha interpretado como una medida del tiempo que
lleva cambiar de esquema mental8. El concepto de esquema mental se refiere a la
representación interiorizada de la instrucción que dirige la tarea que hay que realizar y que,
como veíamos en el modelo de Norma y Shallice, mantiene presente el conjunto de
conocimientos necesarios para realizar la tarea. En los pacientes con daño cerebral, la
ejecución en estas tareas muestra un coste muy alto, mayor que en las personas controles. Es
probable que en estos pacientes la deficiencia o incapacidad de cambio en la prueba de
Wisconsin se deba al mal funcionamiento de los mecanismos de cambio de esquema mental
más que a una incapacidad para inferir la regla que el examinador tiene in mente.
2. 3 Los Mecanismos de la Red de Control Ejecutivo
La investigación con técnicas de neuroimagen ha mostrado que los mecanismos que
sustentan la red de control que estamos estudiando están localizados corticalmente en la zona de
los lóbulos prefrontales. No quiere esto decir que no haya estructuras subcorticales también
implicadas sino que en este tema vamos a fijarnos en las corticales. Nuestro interés preferencial
es relacionar los datos de la psicología experimental cognitiva con las estructuras cerebrales más
importantes y no tanto analizar en profundidad los circuitos neuronales mismos. Para avanzar
en nuestro objetivo es conveniente refrescar la anatomía gruesa de la corteza prefrontal.
La corteza prefrontal forma la parte anterior de los lóbulos frontales, situada por
delante de las zonas motora y premotora. La extensión de la corteza prefrontal en los seres
humanos es aproximadamente la mitad de todos los lóbulos frontales, característica única de
nuestra especie en comparación con otras en las que la proporción es mucho menor. La corteza
prefrontal constituye una amplia red que une las regiones perceptivas, motoras y emocionales
del cerebro. Casi todas las regiones de la corteza parietal y temporal y algunas de la región
occipital envían proyecciones a la corteza prefrontal. Como hemos visto en algunos de los
temas anteriores, algunas estructuras subcorticales también envían información a la corteza
prefrontal aunque de forma indirecta a través del tálamo. La corteza prefrontal, a su vez, envía
conexiones recíprocas a la mayor parte de las áreas de las que recibe proyecciones. Dentro de la
misma zona prefrontal cada uno de los hemisferios tiene conexiones con el hemisferio
contralateral no sólo entre áreas homologas de los dos hemisferios a través del cuerpo calloso
(CC) sino también a la zona premotora y a algunas regiones subcorticales. Como puede verse,
la corteza prefrontal está en una posición idónea para coordinar el procesamiento de
información de la corteza y gran parte del sistema nervioso central.

8
El término inglés es mental set que con frecuencia se traduce simplemente por set mental debido a la
fuerza expresiva que tiene el término set. El concepto de esquema mental tiene en castellano una
significación más amplia que la que aquí se le da pero captura bien la idea que se quiere expresar.

10
La Figura 9. 5 muestra las
tres principales divisiones de la
corteza prefrontal. La imagen de la
parte superior de la figura
corresponde a una visión lateral del
cerebro que permite resaltar la
corteza prefrontal dorsolateral y
ventrolateral. La imagen de la parte
inferior corresponde a un corte Conflicto cognitivo
sagital del cerebro que permite ver
las regiones principales de la
zona medial. La zona verde Conflicto emocional

corresponde a la corteza
prefrontal ventromedial y en
el interior aparece la corteza
del cíngulo anterior con su
parte ventral en azul y su
parte dorsal en rosa. El
cíngulo no es considerado
por todos los especialistas
como parte de la corteza
prefrontal porque es una región filogenéticamente más antigua y carece de la estructura granular
organizada en seis capas que caracteriza a las áreas corticales. Sin embargo, desde el punto de
vista funcional hoy no cabe duda del importante papel que juega en el control ejecutivo y por
eso la consideramos aquí, junto con muchos especialistas, como parte de la corteza prefrontal.
En relación con la red de control ejecutivo, las zonas que nos van a interesar más son la corteza
prefrontal lateral y la corteza del cíngulo anterior.
2. 4. ¿Un sistema Unitario de Control?
John Duncan y Adrian Owen (2000) publicaron una revisión de un número importante
de estudios realizados con técnicas de neuroimagen elegidos cuidadosamente sobre la base de
criterios metodológicos restrictivos que permitieran un comparación apropiada entre ellos. Los
experimentos incluidos en su revisión incluían tareas diferentes pero todas ellas relacionadas
directamente con control ejecutivo o con memoria de trabajo. Duncan y Owen identificaron
cinco funciones cognitivas que demandaran una fuerte implicación de los mecanismos de
control y agruparon los experimentos en esas cinco funciones sobre la base de las tareas
utilizadas en los experimentos. Las funciones fueron las siguientes:

11
1. Conflicto de respuestas. Incluyeron diferentes tareas tipo Stroop, Stroop clásico, Stroop
de contar, etc. También incluyeron otras tareas de interferencia que hacían posible la
comparación entre las condiciones congruente e incongruente.
2. Novedad. En esta categoría incluyeron distintas tareas en las que se analiza la ejecución en
función de la práctica y se comprueba qué zonas del cerebro participan al comienzo de la
tarea, cuando ésta es nueva para la persona que la ejecuta, y qué zonas participan al final,
cuando la tarea está bien aprendida y automatizada. Volveremos más adelante sobre este
punto por la importancia que en el campo de la atención ha tenido la distinción entre
procesos automáticos y controlados.
3. Memoria de trabajo, carga. Incluyeron estudios en los que se había manipulado la carga
mental, es decir el número de dígitos o letras que los participantes tenían que mantener en
memoria, hasta un máximo de seis.
4. Memoria de trabajo, intervalo. Incluyeron estudios en los que se había manipulado el
intervalo de retención hasta un máximo de 8 segundos.
5. Dificultad perceptiva. Tareas que habían exigido la categorización o identificación de
letras o caras en condiciones degradadas, es decir en condiciones en las que la percepción
de los objetos era difícil.
Como puede observarse las demandas cognitivas enumeradas en 1, 2 y 5 corresponden
directamente a situaciones que, según el modelo de Norman y Shallice. involucran al sistema
atencional supervisor (SAS). La inclusión de tareas de memoria de trabajo permite además ver
la relación que esta memoria tiene con las estructuras neuronales implicadas en el control
ejecutivo.
Los resultados de la revisión que Duncan y Owen realizaron mostraron una notable
regularidad. Las cinco demandas cognitivas y sus respectivas tareas activaban en mayor o
menor grado unas zonas determinadas. Esas zonas eran: la corteza dorsolateral prefrontal
(CDLPF), la corteza ventrolateral prefrontal (CVLPF) y la zona dorsal de la corteza del cíngulo
anterior (CCA). Las tres zonas son fácilmente localizables en la Figura 9. 5, las dos primeras
en la parte dorsal y ventral de la zona roja en la parte superior de la figura, y la tercera en la
zona rosa de la imagen inferior de la figura. No es que todas las tareas activen siempre las tres
zonas, sino que siempre activan alguna o algunas de esas tres zonas. Sin embargo para cada
una de las cinco funciones se encontraron activaciones en las tres regiones. El resto de
regiones en la corteza prefrontal no intervienen en estas situaciones.
Estos resultados tienen gran importancia pues ponen de manifiesto en primer lugar que
hay especialización de funciones en la corteza prefrontal. No es verdad que todas las zonas de
esta parte del cerebro participen en todo como a veces se suele decir. En segundo lugar, esta
especialización tiene un significado funcional bastante identificable: todas las tareas tienen en
común la demanda de control y de esfuerzo atencional. Todo hace pensar que se trata de una

12
red específica que participa en tareas muy diferentes cuando las tareas demandan control. Todo
hace pensar que estas zonas del cerebro son las que sustentan el funcionamiento de la red de
control ejecutivo.
2. 5 El Análisis de la Red Neuronal de Control
Los resultados de Duncan y Owen permiten centrar la investigación de la red de control
en las tres regiones que acabamos de mencionar. Para conocer de una forma más precisa el
papel de cada una de las áreas y las relaciones que se han ido descubriendo entre ellas vamos a
estudiar cómo se relacionan estas estructuras con las principales funciones de la red de
orientación atencional y las tareas utilizadas para su análisis.
2. 5. 1. La Novedad y la Automatización
Que la atención es necesaria para iniciar el aprendizaje es un hecho bien establecido en
la psicología experimental. A finales de los años sesenta en el siglo pasado, la investigación de
los procesos de condicionamiento clásico con animales demostró, mediante la utilización de
estímulos compuestos, que la intervención de la atención era necesaria para establecer nuevas
asociaciones entre estímulos. Por otra parte, en el Tema 7 se comentó la relación entre atención
y aprendizaje en el contexto de la automatización de los procesos por medio de la práctica. A
medida que la automatización avanza la necesidad de que la atención intervenga disminuye.
La investigación con técnicas de neuroimagen también se ha interesado por analizar esta
relación entre aprendizaje inicial de una tarea y la ejecución al final de la misma tarea, cuando
la tarea está bien aprendida. La relación entre lo nuevo y lo habitual.
El primer experimento que arrojó luz sobre este tema fue también uno de los primeros
que se realizó con técnicas de neuroimagen y que mostró las estructuras neuronales
comprometidas en el control cognitivo y en el procesamiento de palabras (Petersen, Fox,
Posner, Mintun, & Raichle, 1989). El experimento consistió en comparar las imágenes del
cerebro de las personas participantes en dos condiciones experimentales diferentes. En una de
ellas se le presentaba a la persona una palabra que representaba un objeto, por ejemplo
“MARTILLO”, y se le pedía que la leyera en voz alta. Llamaremos a ésta situación “condición
de nombrar” porque a lo largo del bloque de ensayos durante los que se registraban las
imágenes9 del cerebro la persona se limitaba a leer en voz alta las palabras que aparecían en la
pantalla situada en el escáner. La segunda condición experimental, que llamaremos “condición
de generar”, consistía en presentar a las personas las mismas palabras que en la condición
anterior pero pedirles que, ante la presentación de la palabra, dijeran también en voz alta un uso
o una acción que pudiera ser realizada con el objeto designado por la palabra. En el caso de la
palabra martillo, que hemos utilizado como ejemplo, una respuesta adecuada sería, por
ejemplo “CLAVAR”.

9
La técnica utilizada fue la Tomografía por Emisión de Positrones (PET)

13
Los científicos que idearon este experimento estaban interesados en investigar el
procesamiento de palabras en el cerebro y pensaron que, comparando las imágenes obtenidas
entre las dos condiciones experimentales, podrían descubrir qué zonas del cerebro participan
específicamente en la generación de una acción relacionada con la palabra presentada.
Obsérvese que desde el punto de vista perceptivo las dos condiciones son idénticas porque se
presentan las mismas palabras. También desde el punto de vista motor ambas condiciones
ponen en juego el mismo aparato articulatorio involucrado en decir en voz alta la respuesta.
Las dos condiciones sólo se diferencian en lo que la persona tiene que hacer. En la condición
de nombrar, decir la palabra en voz alta, una tarea automatizada para unas personas que sabían
perfectamente leer; una tarea que requiere un mínimo esfuerzo. Precisamente por esto la tarea
de nombrar fue utilizada como una línea de base. En el caso de la condición de generar, se
pone en juego un proceso de búsqueda en memoria, parecido al que hemos estudiado en el
Tema 8, pero dirigido hacia la representación semántica de la palabra. Obsérvese también que
en esta búsqueda no hay un objetivo determinado sino que son varios los posibles objetivos ya
que un objeto puede tener usos diversos. En esta condición, además de buscar en la memoria
semántica, el cerebro tiene que elegir, seleccionando uno de los usos posibles. Saber qué zonas
del cerebro estaban involucradas en estos procesos era el principal objetivo del experimento.
La forma de conseguir saberlo fue comparando las imágenes del cerebro bajo las dos
condiciones y eliminando lo que las imágenes tienen en común10. Así se pueden localizar las
activaciones de las zonas del cerebro que están específicamente involucradas en los procesos
que pone en juego la tarea de generar.
Los resultados mostraron tres áreas corticales específicamente relacionadas con la tarea:
una en la corteza frontal inferior izquierda próxima al área de Broca, otra en la corteza temporal
posterior izquierda próxima al área de Wernicke, y la tercera en la corteza del cíngulo anterior
(CCA). Las dos primeras están claramente relacionadas con la naturaleza lingüística de la
tarea. La activación en CCA fue la que se relacionó con los procesos de búsqueda y selección
que controlaban la generación de un uso.
Más interesante para el tema que estamos tratando en este apartado fue un experimento
posterior en el que se estudió el efecto de la práctica con esta misma tarea (Raichle, Fiez,
Videen, MacLeod, Pardo, Fox, & Petersen, 1994). Al principio del experimento obtuvieron los
mismos resultados que en el experimento que acabamos de ver. Sin embargo cuando la tarea se
repitió varias veces, las activaciones específicas desaparecieron y el cerebro durante la

10
Este procedimiento se conoce en la investigación con imágenes funcionales del cerebro con el nombre
de método substractivo porque elimina lo común en las imágenes y sólo deja lo específico que introduce
la tarea experimental, en nuestro caso la tarea correspondiente a la condición generar. Fue el primer
procedimiento que se utilizó en neurociencia cognitiva y aún se sigue utilizando aunque en el contexto de
otros más sofisticados desarrollados posteriormente. La idea original de utilizar este procedimiento se
debió a M. Posner.

14
condición de generar no se diferenciaba en nada del cerebro durante la condición de nombrar.
Repetir el mismo uso acababa por resultar exactamente igual que nombrar la palabra una y otra
vez.
Aún más interesante resultó lo que los investigadores encontraron cuando en una fase
final del experimento repitieron las mismas condiciones pero dijeron a los participantes que en
la condición de generar no podían repetir el mismo uso que habían venido verbalizando, sino
que tenían que generar uno nuevo. Es decir, siguiendo con el ejemplo que hemos utilizado,
ante la palabra “MARTILLO” no podían decir de nuevo “CLAVAR”, sino que tenían que
generar un uso del martillo diferente. En esta situación, las áreas que se habían activado al
principio de la tarea volvían a activarse de nuevo. La tarea había dejado de ser automática y
volvía a necesitar de la búsqueda de nuevos usos y de la selección de uno de ellos.
Estos resultados son importantes al menos por dos razones. En primer lugar ponen de
manifiesto que las zonas del cerebro que están implicadas en el control de la tarea, cuando la
tarea está bien aprendida dejan de actuar, es como si se desentendieran del asunto. En segundo
lugar hay que caer en la cuenta que las zonas que se activaban primero, luego se desactivaban y
finalmente se volvían a activar eran las tres. No era exclusivamente la zona del cíngulo
anterior a la que hemos atribuido la función de control, sino también las zonas que se
consideran relacionadas con el lenguaje, puesto que la tarea utilizada era de carácter
específicamente lingüístico. Estos resultados han obligado a replantear la forma en que
solemos pensar acerca de los automatismos.
La forma habitual de entender el proceso de automatización es que, con la práctica, los
mismos procesos y estructuras neuronales que llevan a cabo una determinada función con
dificultad al comienzo de una tarea nueva, continúan realizándola después pero, gracias a la
práctica, lo hacen con fluidez y sin dificultad. Los resultados del experimento que se acaba de
exponer plantean la posibilidad de que sean procesos y mecanismos diferentes los que llevan a
cabo una tarea cuando se realiza de forma controlada y con atención, y los que la realizan
cuando la tarea se ha automatizado debido a la práctica. No quiere esto decir que siempre tenga
que ser así, sino que es una posibilidad digna e importante para investigar. De hecho, en la
psicología cognitiva contemporánea la distinción entre procesamiento explícito y
procesamiento implícito es una distinción que atraviesa todas las áreas de investigación de la
psicología experimental: percepción, aprendizaje, memoria, pensamiento, etc. En todas esas
áreas la cuestión sobre los procesos y los mecanismos responsables del procesamiento
explícito e implícito es objeto de investigación y de controversia. Es posible que la oposición
entre procesamiento implícito y explícito se solape, al menos en parte, con la más antigua
oposición entre procesamiento automático y controlado. En el próximo tema veremos que
probablemente también lo haga con la oposición entre procesamiento inconsciente y
consciente.

15
2. 5. 2. El Conflicto y su Resolución
Como vimos anteriormente, la tarea más antigua y que más se ha utilizado para estudiar
el conflicto entre respuestas y entre procesos psicológicos ha sido la tarea de Stroop con sus
diferentes variedades tipo Stroop. Cuando estas tareas han sido analizadas utilizando técnicas
de neuroimagen con el fin de comprobar qué zonas del cerebro están implicadas en su
ejecución, el resultado más repetido y sistemático ha sido que es la zona anterior de la corteza
del cíngulo (CCA). Esta zona es la que se activa principalmente cuando los ensayos son
incongruentes.
La primera interpretación que Posner y otros autores hicieron de estos resultados fue
que esta parte de la corteza del cíngulo es la encargada de resolver el conflicto planteado en
estas tareas. Tal como hemos visto que ocurrió en la tarea anterior de nombrar y generar usos,
la misma zona del cerebro estaba también implicada en la resolución de los conflictos entre
respuestas y procesos cognitivos.
La investigación del papel que el cíngulo anterior juega en los mecanismos de control se
convirtió pronto en uno de los temas más investigados de la neurociencia cognitiva. La
principal alternativa a esta primera interpretación afirmaba que la función de esta zona del
cerebro no es llevar a cabo el control de los procesos o respuestas en conflicto, sino detectar o
monitorizar la presencia del conflicto. Es decir, según esta teoría el cíngulo anterior se activa
siempre que una situación plantea un conflicto pero no lo resuelve sino que manda una señal a
otra zona del cerebro que sería la encargada de controlarlo efectuando los ajustes necesarios
para emitir la respuesta adecuada en un ensayo incongruente. La función del cíngulo sería
detectar y evaluar la presencia del conflicto.
Esta nueva interpretación estaba fundamentada en experimentos en los que se trató de
separar las dos funciones, la detección del conflicto y el control del mismo. En un
experimento que tuvo gran influencia (MacDonald, Cohen, Stenger & Carter, 2000) los
investigadores estudiaron la ejecución en una tarea de Stroop mientras registraban las imágenes
del cerebro de los participantes por medio de resonancia magnética funcional. En este
experimento presentaron ensayos en los que las personas participantes tenían que leer la
palabra – tarea automática que sabemos que no produce interferencia ni conflicto – y ensayos
en los que tenían que nombrar el color – que podía generar conflicto en los ensayos
incongruentes –. Antes de cada ensayo los participantes recibían la instrucción con lo que
tenían que hacer: si la instrucción era “palabra” tenían que leer la palabra; si la instrucción era
“color” tenían que nombrar el color. En este aspecto, el procedimiento era semejante al de
cambio de tarea que hemos visto anteriormente.
Separando temporalmente la instrucción y la aparición de la palabra en color, los
investigadores pretendían separar el momento en que se activan los procesos de control, del
momento en que se activan los procesos de detección del conflicto. Ellos pensaban que los

16
procesos de control se activarían como resultado de la instrucción con el fin de prepararse a la
tarea que había que hacer. Si esto fuera así, entonces los procesos de control tendrían que estar
más activados cuando la instrucción era “color” que cuando era “palabra” porque la tarea de
nombrar el color era más difícil y requería más atención que la de leer la palabra. Por otra
parte, los procesos de detección del conflicto no podían ponerse en funcionamiento hasta que
aparecía la palabra en color porque sólo entonces podía saberse si el significado de la palabra y
el color eran congruentes o incongruentes. En ese momento, los procesos de detección del
conflicto tenían que estar más activados en los ensayos incongruentes que en los congruentes
porque el conflicto era mayor en aquéllos que en éstos.
Los resultados confirmaron las hipótesis de los investigadores. Cuando aparecía la
instrucción, el cíngulo anterior no se activaba sino que la zona que mostraba mayor activación
era la corteza prefrontal dorsolateral (CDLPF). Además, esta zona se activaba más ante la
instrucción “color” que ante la instrucción “palabra”. También observaron que los
participantes que tenían mayores activaciones en CDLPF mostraban menor efecto Stroop en la
tarea de nombrar colores. Por otra parte cuando aparecía la palabra en color, el cíngulo anterior
(CCA) sí se activaba y lo hacía más en los ensayos incongruentes que en los congruentes. En
este caso, la CDLPF también se activaba pero lo hacía por igual para los ensayos congruentes
que para los incongruentes.
Estos resultados han tenido una gran influencia en la atribución de funciones ejecutivas
más concretas a dos de las zonas que forman parte de la red de control ejecutivo. Para muchos
investigadores la función de CCA es detectar y valorar la presencia de conflicto mientras que la
función de CDLPF es controlar el conflicto y supervisar la situación, por eso aparecía activado
tanto en ensayos congruentes como incongruentes.
 El Efecto Gratton
La hipótesis de que un mayor control atencional provoca un menor conflicto en los
ensayos incongruentes de la tarea Stroop explica también un fenómeno que se conocía con
anterioridad a la realización del experimento que acabamos de estudiar. Gratton, Coles, y
Donchin (1992) estudiaron los efectos secuenciales en los resultados de la tarea de flancos que
hemos expuesto anteriormente. Los efectos secuenciales son los cambios en el TR de la
respuesta en un ensayo debidos a la naturaleza del ensayo precedente. En una tarea de flancos,
al igual que en la tarea de Stroop, los ensayos pueden ser congruentes (C) o incongruentes (I) y
en una secuencia de dos ensayos las condiciones pueden ser cuatro: los dos congruente (CC), el
primero congruente y el segundo incongruente (CI), el primero incongruente y el segundo
congruente (IC), y los dos incongruentes (II). Para el tema que ahora estamos tratando nos
interesa comparar el TR en los ensayos incongruentes cuando aparecen en segundo lugar de la
secuencia, es decir en la condición CI y en la condición II. En la primera el ensayo
incongruente está precedido por un ensayo congruente; en la segunda lo está por otro ensayo

17
incongruente. El efecto que los investigadores anteriormente mencionados encontraron es que
el TR en el ensayo incongruente que va en segundo lugar de la secuencia es menor en la
condición II que en la condición CI. Este efecto se conoce con el nombre de efecto Gratton y
justamente es el resultado que predice la hipótesis del control atencional.
En una secuencia II la presencia de un ensayo incongruente previo pone en guardia al
sistema de control, que se prepara para el siguiente ensayo de forma que, cuando vuelve a
aparecer otro ensayo incongruente, la respuesta puede ser más rápida en comparación con lo
que ocurre en la condición CI. En esta condición, el ensayo incongruente está precedido por un
ensayo congruente, por lo cual el sistema de control está menos preparado para el ensayo
siguiente, situación que se refleja en el mayor tiempo de reacción al ensayo incongruente que
aparece a continuación. El conflicto provocado por la incongruencia es menor en la condición
II que en la condición CI.
El efecto Gratton es un efecto que aparece en una gran cantidad de tareas. Su
descubrimiento ha enseñado a los investigadores a analizar con más detalle y cuidado los datos
experimentales, sensibilizándoles a la posible presencia de efectos secuenciales. El efecto
Gratton es un efecto sutil secuencial de adaptación al conflicto. Estudios con resonancia
magnética de este efecto, que han utilizado la tarea de Stroop, han encontrado que, cuando los
ensayos incongruentes estaban asociados a altos niveles de activación del CCA – indicando así
alto nivel de conflicto – en el siguiente ensayo se registraba siempre un aumento de activación
en la CDLPF y poca interferencia Stroop si el siguiente ensayo era incongruente. Estos
resultados concuerdan perfectamente con la hipótesis que distribuye las funciones de control
entre CCA y CDLPF, asignando a ésta un papel regulativo y a CCA un papel evaluativo.
2. 5. 3. La Corrección de Errores
Una situación muy parecida a la anterior nos encontramos cuando se estudia el papel de
la red de control ejecutivo en la corrección de errores, que es otra situación en la que Norman y
Shallice postulaban la implicación del SAS.
Cuando en una tarea cometemos un error, primero tenemos que detectar que lo hemos
cometido y después ponemos en juego los recursos necesarios para enmendarlo. Es
conveniente distinguir entre dos tipos de errores, dependiendo de la fase de procesamiento en
que se cometa el error. En los lapsos, se selecciona la respuesta correcta pero en el momento
de ejecutarla se cuela la respuesta incorrecta; la intención es correcta pero la ejecución no lo es
y hacemos lo que no queremos hacer. En las equivocaciones se selecciona la respuesta
incorrecta y se ejecuta. Hacemos lo que queremos hacer, pero lo hacemos erróneamente.
Generalmente es más difícil caer en la cuenta de las equivocaciones que de los lapsos, aunque
también éstos pueden pasar desapercibidos.
Para poder estudiar los errores en una tarea, ésta tiene que ser difícil con el fin de que
se produzcan errores. En principio cualquier tarea puede servir, siempre que las condiciones de

18
realización la hagan difícil. Por ejemplo se puede apremiar la rapidez de la respuesta o
degradar la calidad del estímulo, ambas manipulaciones tienden a aumentar el número de
errores y permiten su estudio.
La investigación de los mecanismos involucrados en la corrección de errores ha
avanzado desde que se descubrió la Negatividad Relacionada con el Error (ERN)11. La
ERN es un componente del potencial cortical producido por el error, que se registra mediante
electrodos colocados en la cabeza del participante12. La Figura 9. 6 presenta dos ondas, la más
fina pertenece al promedio de respuestas correctas y
la gruesa al promedio de los errores. El registro
corresponde a un electrodo situado en el centro de la
cabeza (Cz). La flecha indica el momento de
emisión de la respuesta que está situado en el punto
cero de la escala temporal del registro. Como puede
observarse, poco después de emitida la respuesta, las
que son erróneas producen una reducción en la
amplitud de la onda con respecto a la línea de base.
Esta bajada es la ERN y aparece en torno a los 100
ms después de la respuesta, centrada en la línea
media de la cabeza.
Se ha comprobado que la ERN aparece después de un lapso, cuando la persona cae en la
cuenta del mismo, pero no aparece después de una equivocación, cuando la persona no es
consciente de ella. En general la ERN aparece siempre que hay consciencia del error, aunque
algunas veces también se ha encontrado asociada a errores de los que el individuo no es
consciente. Las investigaciones con resonancia magnética funcional han confirmado que la
ERN está relacionada con la activación de CCA, lo que ha llevado a algunos investigadores a
pensar que la corrección de errores es una forma más de resolución de conflicto. El error, al
igual que el conflicto es detectado por CCA y corregido por la intervención de CDLPF.
Piensan que en el caso de los lapsos, incluso cuando el error está siendo ejecutado, el
procesamiento del estímulo provoca la activación tardía de la respuesta correcta. El resultado
es que, durante un periodo transitorio, las dos respuestas, la correcta y la incorrecta, están
activadas. Esta situación genera un conflicto que es detectado por el CCA. Así se explica que
el CCA se active a causa de un error.
2. 5. 4 El Control Emocional

11
Error Related Negativity
12
El potencial cortical se obtiene promediando todos los registros correspondientes a cada error
cometido.

19
El control de las emociones es una parte importante del autocontrol y las
investigaciones sobre este tema ponen cada vez más de manifiesto la implicación de las
estructuras neuronales que forman la red de control ejecutivo en la regulación del control
emocional.
En una revisión de las investigaciones con neuroimagen que han estudiado situaciones
de conflicto y han encontrado activaciones del CCA, Bush, Luu y Posner (2000) mostraron
una interesante relación entre el tipo de conflicto, cognitivo o emocional y las zonas del CCA
que se activaban.
El conflicto cognitivo es el que se establece entre diferentes procesos cognitivos o
diferentes respuestas y se investiga con la mayor parte de las tareas que hemos estudiado hasta
ahora, como Stroop, Simon o tarea de flancos. El conflicto emocional se ha estudiado con
tareas como las explicadas en relación con la Figura 9. 3, viñetas 5 y 6. Son tareas que o bien
estudian la interferencia que un significado emocional produce en una respuesta cognitiva (5), o
estudia la interferencia entre dos significados emocionales antagónicos (6). Bush, Luu y
Posner encontraron que las tareas que planteaban conflicto cognitivo activaban la zona dorsal
del CCA, la zona en color rosa de la imagen inferior de la Figura 9.5. Sin embargo las tareas
que planteaban conflictos emocionales activaban la zona ventral del CCA, la zona en color azul
en la misma imagen. Además encontraron una interesante relación entre estas dos zonas. Las
tareas cognitivas, que activaban la zona dorsal del CCA, producían también una desactivación,
es decir una reducción del nivel de activación por debajo del nivel basal, de la zona ventral. Y
también ocurría lo contrario, las tareas de conflicto emocional que activaban la zona ventral,
reducían la actividad basal de la zona dorsal. Estos resultados sugieren una relación de
inhibición recíproca entre ambas zonas. Una concentración de la atención en tareas cognitivas
de interés reduce la interferencia producida por emociones incluso si son fuertes. Por otra parte
la necesidad de concentrarnos en la resolución de problemas emocionales reduce
considerablemente nuestra capacidad para abordar tareas intelectuales y cognitivas. Incluso la
forma de calmar a los niños pequeños cuando lloran depende del desarrollo de la atención.
Cuando son bebés, en los que la atención no ha madurado aún, se recurre al tacto, cogiendo al
bebé en brazos y acunándolo, para que se tranquilice. Tan pronto como la atención madura, lo
más eficaz es distraerlo con un juego o actividad alternativa para retirar su atención de la causa
del llanto.
El estudio del control emocional y la relación entre los mecanismos de control cognitivo
y los de control emocional es un área de investigación muy activa en la neurociencia cognitiva
contemporánea. En el control de la emoción, las estructuras de control cognitivo que estamos
estudiando entran en interacción con la corteza prefrontal ventromedial, la zona en verde de la
Figura 9.5. Esta zona, que no parece participar en el control cognitivo, juega un importante
papel en el control emocional. Obsérvese en la imagen inferior de la Figura 9. 5 la proximidad

20
anatómica entre las zonas mediales de la corteza prefrontal ventromedial y la parte ventral de
CCA. A la luz de lo expuesto en este apartado, CCA parece ser una estructura importante en la
regulación del control entre los aspectos cognitivos y emocionales del psiquismo.
2. 5. 5. El Coste por Cambio de Esquema Mental
Como vimos al exponer las tareas relacionadas con este efecto, el cambio de esquema
mental es un componente importante de la selección atencional y de la toma de decisiones.
También vimos que síntomas característicos del síndrome prefrontal lateral, como es la
perseveración en conductas habituales aunque sean erróneas, están relacionados con la
magnitud del coste por cambio de esquema mental. Es incluso posible que esta deficiencia esté
en la base de otros síntomas que también son característicos del síndrome prefrontal lateral,
como son la incapacidad para planificar y organizar secuencias de actividades, o la incapacidad
para resolver problemas.
Las investigaciones con técnicas de neuroimagen que han utilizado tareas de cambio de
esquema mental como la ejemplificada en la Figura 9.4, han encontrado que en estas tareas la
principal área implicada es la corteza prefrontal ventrolateral (CVLPF). Experimentos en los
que se ha adaptado la prueba de Clasificación de Cartas de Wisconsin para ser realizada
mientras se utilizaba resonancia magnética funcional para localizar las zonas del cerebro
involucradas en la tarea han encontrado activaciones bilaterales en la misma zona. Sin
embargo, uno de los grupos que más ha investigado esta tarea, el dirigido por Silvia Bunge en
la Universidad de California en Berkeley, ha llegado a la conclusión de que en las tareas de
cambio de esquema mental hay que distinguir dos subprocesos diferentes. Uno de ellos está
relacionado con el recuerdo, el mantenimiento activo y la implementación del esquema
apropiado a la tarea que se está realizando. Recordemos que en el ejemplo utilizado para
explicar el procedimiento, las tareas alternaban entre responder a los números y responder a las
letras. El subproceso al que ahora nos referimos sería el encargado de mantener activa en la
memoria de trabajo el esquema correspondiente a la instrucción vigente, letras o números. El
subproceso segundo sería el propiamente encargado de reconfigurar la tarea en el momento del
cambio, el directamente relacionado con el coste por cambio de esquema mental.
Las investigaciones encaminadas a contrastar esta hipótesis han mostrado que, en
efecto, hay dos zonas en la corteza prefrontal, cada una de ellas relacionada con un subproceso
diferente. La CVLPF está relacionada preferentemente con el primero de ellos, el recuerdo,
mantenimiento e implementación de la regla vigente en el ensayo. Sin embargo, la zona
implicada en el cambio de tarea está situada en la corteza prefrontal medial, concretamente en
la zona premotora que queda inmediatamente por encima del CCA dorsal. Estos resultados han
permitido un análisis más fino de los procesos que subyacen a esta tarea, promoviendo el
estudio de las zonas del cerebro que, conectándose entre sí en forma de redes, sustentan la
realización de esta tarea.
CDLPF: RESOLVER
CCA: MONITOR
CVLPF: MANTENIMIENTO REGLAS 21
3. ¿Cómo Actúa el Control Atencional?
En el modelo de Norman y Shallice vimos que el SAS ejercía su actividad en un
determinado número de situaciones y a lo largo de este tema hemos hecho referencia a CDLPF
que ejecuta el control en situaciones de selección y conflicto. La cuestión que ahora nos
planteamos es cómo se lleva a cabo ese acto de control.
En el modelo de Norman y Shallice, los esquemas de control de las tareas mantienen
entre sí relaciones excitatorias e inhibitorias. Un esquema activa esquemas afines que forman
parte de un esquema más global, pero también inhibe esquemas incompatibles que tienden a
interferir por el control de la acción. La situación de relaciones entre esquemas está así en un
equilibrio inestable de fuerzas excitatorias e inhibitorias entre los esquemas. En una situación
cotidiana, la presencia del estímulo es suficiente para potenciar el nivel de activación del
esquema adecuado y al tener este esquema un nivel más alto de excitación también potencia los
esquemas afines e inhibe los incompatibles. En una situación extraordinaria, como son las
cinco enumeradas por Norman y Shallice y que hemos estudiado a lo largo de este capítulo, la
presencia del estímulo no sólo no es suficiente sino que activa esquemas antagónicos.
Entonces es el SAS el que potencia el esquema adecuado con una excitación adicional que, al
aumentar la activación del esquema adecuado, también aumenta su capacidad de potenciar los
esquemas afines y de inhibir los antagónicos. Es importante caer en la cuenta de que la
atención no inhibe directamente ningún esquema, sólo potencia el adecuado. La inhibición es
lateral entre esquemas y el más potente se impone al resto.
Este esquema de funcionamiento es también el núcleo de la hipótesis de la competición
sesgada formulada por Duncan y Desimone. Esta hipótesis, que tiene una amplia aceptación,
se ha formulado en el contexto de la atención visual y se apoya en tres principios generales:
1. En la mayor parte de los sistemas de procesamiento el funcionamiento es competitivo. Al
potenciar la respuesta a un objeto se disminuye la respuesta a otros. Lo mismo ocurre con
las tareas cuando son concurrentes, la atención preferente a una de ellas disminuye la
atención a las otras.
2. Una facilitación de arriba-abajo (top-down) sesga la competición a favor del objeto
relevante para la acción en curso. De la misma forma que el SAS potencia el esquema
adecuado.
3. A medida que ese objeto domina en un sistema de procesamiento, su dominancia se
propaga y adquiere prioridad en todos los sistemas que intervienen entre el estímulo y la
respuesta.
Como puede verse la forma de funcionar es muy parecida a la propuesta por el modelo
de Norman y Shallice. Duncan ha tenido en cuenta los problemas de competición en
percepción mientras que Norman y Shallice se han focalizado en los esquemas de control de la

22
acción tanto externa como interna. De nuevo, dos teorías influyentes expresan con
terminología distinta las mismas o parecidas ideas.
Conclusión
En este tema hemos estudiado las líneas fundamentales que vertebran la investigación
del control ejecutivo. A lo largo del mismo hemos podido ver también la importancia que
tiene en la investigación actual la conjunción de técnicas comportamentales y de neuroimagen
que caracteriza la investigación psicológica actual.
Al estudiar el control ejecutivo hemos sobrepasado el campo de la percepción para
adentrarnos de la mano de la atención en otras áreas de la investigación psicológica que
corresponden a otras asignaturas del programa de estudios de la carrera. Ha sido necesario para
poner de manifiesto que las cuestiones de control cognitivo son parecidas en todos los campos
y estas cuestiones son características de la problemática atencional. En el campo de la
neuropsicología y neurología comportamental suele ser frecuente limitar el concepto de
atención a la orientación y el control de los sistemas sensoriales. En psicología el concepto de
atención ha tenido siempre un significado más amplio que abarca los mecanismos de
orientación y control de toda la actividad mental. Como ha quedado claro a lo largo del tema
anterior y de este, eso no significa que se trate de un único mecanismo sino de un conjunto de
redes interconectadas que constituyen la columna vertebral del psiquismo. En este tema y el
anterior hemos tratado de describir las principales características de cada red. Son muchos los
problemas que en cada caso hemos dejado sin tratar o tratado someramente para poder trazar
una visión general de cada una de ellas. Tampoco hemos entrado a considerar las interacciones
entre las tres redes. Todos estos temas corresponden a un curso más avanzado sobre atención.
Al finalizar la exposición de las redes atencionales merece la pena volver la vista al
tema de la selectividad atencional que, como vimos en el Tema 7, tan central ha sido en el
estudio de la atención. En el tema anterior vimos que una parte de la problemática relacionada
con la función de selección puede explicarse en términos de orientación hacia el objetivo. Sin
embargo la selección requiere también la elección entre alternativas y el control de
interferencias entre estímulos que compiten por un proceso perceptivo o respuestas que
compiten por el control de la acción. En este tema hemos visto que esas funciones son llevadas
a cabo por una o varias de las estructuras neuronales que forman parte de la red de control
ejecutivo. A lo largo de los tres temas sobre atención ha debido quedar claro que la selección
no es un proceso pasivo de filtraje sino un proceso activo de potenciación de actividades al
servicio de los intereses del organismo.
CONCEPTOS BÁSICOS A RETENER
Coste de cambio: Diferencia entre el TR de los ensayos de cambio y el TR de los ensayos de
no cambio en un procedimiento de cambio de tarea.

23
Efecto de flancos: Interferencia que experimenta la emisión de una respuesta asociada a un
estímulo determinado (A) cuando éste es presentado con otro estímulo a ambos lados (H) que
está asociado a una respuesta incompatible con la primera.
Efecto Gratton: Reducción de la interferencia en un ensayo incongruente cuando es precedido
por otro ensayo incongruente en comparación con la condición en la que es precedido por uno
congruente.
Efecto Stroop: Interferencia producida al nombrar la tinta con que está escrita una palabra
cuando la palabra designa un color diferente al de la tinta.
Efectos secuenciales: Cambios en la ejecución de la respuesta en un ensayo debidos a la
naturaleza del ensayo precedente
Esquema: Unidad integrada de conocimientos que están relacionados entre si.
Homúnculo: Denominación que, en algunas áreas de la psicología, recibe una explicación
recursiva sin fin posible.
Negatividad Relacionada con el Error (ERN): Componente negativo del potencial cortical
producido por un error que aparece en torno a 100 ms después de la respuesta errónea.
Tarea tipo Stroop: Tareas diferentes a la de nombrar colores que producen efecto de
interferencia semejante al efecto Stroop
ACTIVIDADES DE AUTOCOMPROBACIÓN
 Analice los procesos diferentes que se ponen en funcionamiento en las distintas tareas
tipo Stroop.
 Indique las diferencias y semejanzas en términos de procesos que encuentra entre las
siguientes tareas que aparecen en la Figura 9. 4: Stroop espacial (viñeta 4), tarea de
Simon (viñeta 7) y la tarea de flancos con flechas (viñeta 8, parte superior).
 Enumere los síntomas del síndrome prefrontal lateral que se mencionan en este tema y
relaciónelos con el cambio de esquema mental.
 Indique cuál es la diferencia en general entre un test psicológico y una tarea
experimental.
 Indique las diferencias entre la prueba de Clasificación de Cartas de Wisconsin y el
paradigma de cambio de tarea.
 ¿Por qué la corrección de errores puede no ser otra cosa que la resolución de un
conflicto?
 Ponga tres ejemplos de esquemas mentales que estén jerarquizados entre sí.
EJERCICIOS VOLUNTARIOS
 Trate de encontrar en los tres temas de atención que incluye este curso los casos en que
las mismas o parecidas ideas se expresan con diferentes términos.

24
 La disfunción de la red de control que hemos estudiado en este tema se ha relacionado
con la esquizofrenia. Razone por qué esta relación puede tener fundamento.
 ¿Cree que puede encontrar alguna situación que requiera la intervención del control
ejecutivo y que Norman y Shallice no han contemplado en su modelo?
 En el tema no hemos abordado el estudio de los neurotransmisores que determinan el
funcionamiento de esta red. Busque información sobre este tema y trate de incluir los
mecanismos subcorticales que forman parte de esta red.
 Relacione la red que aquí hemos estudiado con la memoria de trabajo que estudia en
memoria. ¿Cree que estamos ante un nuevo caso de utilización de diferentes términos
para hablar de los mismos procesos?
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Referencias
 Bush, G., Luu, P. & Posner, M. I. (2000) Cognitive and emotional influences in the
anterior cingulate cortex. Trends in Cognitive Science, 4, 215-222.
 Duncan, J. & Owen, A. (2000) Common regions of the human frontal lobe recruited
by diverse cognitive demands. Trends in Neurosciences, 23, 10, 475-483
 Gratton, G., Coles, M. G. & Donchin, E. (1992) Optimizing the use of information:
strategic control of activation of responses. Journal of Experimental Psychology:
General, 121, 480-506.
 MacDonald, A. W., Cohen, J. D., Stenger, V. A. & Carter, C. S. (2000) Dissociating the
Role of the Dorsolateral Prefrontal and Anterior Cingulate Cortex in Cognitive Control.
Science, 288, 1835-1838.
 Norman, D. A. & Shallice, T. (1986) Attention to action: Willed and automatic control
of behavior. En R. J. Davidson , G. E. Schwartz y Shapiro, D. (Eds) Consciousness and
self-regulation. New York: Plenum Press, pp. 1-18
 Petersen, S. E., Fox, P. T., Posner, M. I., Mintun, M. & Raichle, M. E. (1989) Positron
emission tomographic studies of the processing of single words. Journal of Cognitive
Neuroscience, 1 (2), 153-170.
 Raichle, M. E., Fiez, J. A., Videen, T. O., MacLeod, A. M. K., Pardo, J. V., Fox, P. T.
& Petersen, S. E. (1994) Practice-related changes in human brain functional anatomy
during nonmotor learning. Cerebral Cortex, 4, 4-28.
Básica
 Botella, J. (1998) Atención. En Monserrat, J. La percepción visual. Madrid: Biblioteca
Nueva.
 Fuentes Melero, L y García Sevilla, J. (2008) Manual de psicología de la atención.
Una perspectiva neurocientífica. Madrid: Editorial Síntesis.

25
 Munar, E., Rosselló, J., y Sánchez-Cabaco, A. (Eds.) Atención y percepción. Madrid:
Alianza. Capítulo 2.
 Posner, M. I. & Raichle, M. E. (1994) Images of mind. New York: Scientific American
Library
 Roselló i Mir, J. (1997) Psicología de la Atención. Madrid: Pirámide.
 Tudela, P. (1992) Atención. En Fernández Trespalacios, J. L., y Tudela, P. Atención y
percepción. Madrid: Alambra Longman, pp. 119- 162.
Complementaria
 Dosenbach, N.U.F., Fair, D. A., Cohen, A. L., Schlaggar, B. L., & Petersen, S. E.
(2008) A dual-networks architecture of top-down control. Trends in Cognitive Sciences
12, 3, 99-105.
 Haggard, P. (2008) Human volition: towards a neuroscience of will. Nature Reviews
Neuroscience, 9, 934-946.
 Parasuraman, R. (1998) The attentive brain. Cambridge. MA: MIT Press. Capítulo 18.
 Posner, M. I. (Ed.) (2004) Cognitive neuroscience of attention. New York: The
Guilford Press
 Stuss, D. T. & Knight, R. T. (Eds.) (2002) Principles of frontal lobe function. New
York: Oxford University Press.

26

También podría gustarte