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TEORÍAS DEL VALOR: MARXISTA VS AUSTRIACA

ÍNDICE

Pagina

1. Introducción………………………………………………. 3
2. Capítulo I………………………………………………….. 6
3. Capítulo II…………………………………………………. 8
4. Bibliografía………………………………………………… 13

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ANTECEDENTES

PROBLEMA:
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JUSTIFICACIÓN:

INTRODUCIÓN
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En esta presente monografía se refiere al tema del valor en cuestionamiento la teoría
de valor de la escuela Marxista, encontrando a la escuela Austriaca con un
pensamiento diferente a la escuela Marxista.

Siendo el objeto de investigación, saber cuál de las dos teorías sería la más
acertada, a un concepto más realista, a la teoría de valor.

En primer lugar, la teoría del valor-trabajo aparecería mencionada originalmente por


los primeros economistas clásicos, como Adam Smith o David Ricardo, sin embargo,
sería Marx en colaboración de Engels quien acabaría profundizando en esta teoría y
desarrollándola de manera más sustancial. La teoría del valor de Karl Marx sostiene
que el valor de una mercancía depende del trabajo socialmente necesario para
producirla.

En contraposición se encuentra la escuela Austriaca que mira de un punto de vista


diferente a lo dicho por Marx, se menciona que el valor no se produce por el trabajo
socialmente necesario. La idea primordial de los austriacos es que el valor deriva de
la utilidad que el consumidor asigna al bien que compra. Por eso, el énfasis está
puesto en la relación del individuo con sus necesidades y el bien. “El valor de los
bienes se fundamenta en la relación de los bienes con nuestras necesidades, no en
los bienes mismos”, escribe Menger. El valor no se produce ni puede producirse. De
ahí que rechacen la tesis de que el capital genere valor y que el interés se explique
por la productividad marginal del capital; o que el salario sea igual a la productividad
marginal del trabajo. Como explica Böhm Bawerk, la producción sólo genera bienes
que tienen valor a partir de la valorización que hacen de ellos los consumidores.

Entonces encontramos como principal problema el análisis del valor, entre Marx y los
Austriacos se toman con diferentes conceptos por la primera parte por la explotación
del trabajo y la otra por el valor de utilidad que le dan las personas. En un análisis
personal lo tomamos como algo más lógico el razonamiento Austriaca.

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Tenemos como referencia, a la investigación del Lic. Rolando Astarista, de su blog
sobre las Teorías del valor: austriaco vs marxistas.
https://rolandoastarita.blog/2014/03/12/teorias-del-valor-austriacos-vs-marxistas/

Desarrollaremos a lo largo de esta monografía. en primer lugar, la Introducción,


CAPÍTULO I: Concepto de la teoría valor-trabajo (explicar ambas posturas por parte
del socialismo marxista y el austriaco), CAPÍTULO II: Diferenciación en la teoría
Austria y Marxista (explicar las razones principales y autores que apoyen nuestro
razonamiento) y Conclusiones (explicar nuestras conclusiones finales).

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OBJETIVOS:

OBJETIVO GENERAL

Conocer cuáles

OBJETIVOS ESPECÍFICOS

Planificar la estructura de mi informe académico elaborando mi plan de redacción de


acuerdo al esquema propuesto.

Investigar sobre el tema recolectando información en fuentes bibliográficas y


linkográficas confiables.

Redactar mi informe académico teniendo en cuenta los aspectos de forma y fondo de


la redacción para su presentación correcta.

CONTENIDO TEMÁTICO

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CAPÍTULO I: CONCEPTOS DE LAS TEORÍAS DE VALOR

1.1. Teoría del valor marxista

La teoría del valor-trabajo de Karl Marx sostiene que el valor de una mercancía es la
cantidad de trabajo simple socialmente necesario para su producción (es decir en
una productividad media de trabajo dada). Quiere decir que se calcula en base al
tiempo promedio requerido por las empresas del sector para fabricar un determinado
bien.

Para comprender esta teoría podemos decir que Marx trato de encontrar una
respuesta. Éste es el problema: el hombre tiene que trabajar para satisfacer sus
necesidades materiales. La manera en que el trabajo de todos los productores en
una sociedad dada se divide entre las diferentes ramas de la producción material
determinará el grado en que pueden satisfacerse las diferentes necesidades. Así,
dado un cierto conjunto de necesidades, un tosco equilibrio entre las necesidades y
el producto requiere de una distribución del trabajo (de “insumos de trabajo”) entre
estas diversas ramas de la producción en una proporción dada, y solamente en ésa.
En una sociedad primitista o socialista completamente desarrollada, esta distribución
de los insumos de trabajo tiene lugar de una manera conscientemente planificada en
una sociedad primitiva, sobre la base de hábitos, costumbres, tradiciones, etc.; en
una socialista, sobre la base de una selección democrática de prioridades por la
masa de los propios productores-consumidores asociados. Pero bajo el capitalismo,
donde el trabajo se ha convertido en trabajo privado, donde los productos del trabajo
son mercancías producidas independientemente unas de las otras por cientos de
empresas independientes, ninguna decisión consciente establece previamente un
equilibrio tal entre los insumos de trabajo y las necesidades socialmente reconocidas.
El equilibrio se logra sólo accidentalmente, a través de la operación de las fuerzas
ciegas del mercado. Las fluctuaciones de los precios, a las que los economistas
académicos permanecen apegados, son, en las hipótesis más favorables, solamente
señales que indican si este equilibrio se tambalea, mediante qué presión y en qué

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dirección. No explique qué es lo que se está equilibrando ni cuál es la fuerza motora
detrás de estas numerosas fluctuaciones. Precisamente ésta es la pregunta que
Marx intentó responder con su teoría perfeccionada del valor-trabajo. (Stanley L.
Brue y Randy R. Grant)

1.2. Teoría austriaca del valor utilidad

La idea primordial de los austriacos es que el valor deriva de la utilidad que el


consumidor asigna al bien que compra. Por eso, el énfasis está puesto en la relación
del individuo con sus necesidades y el bien. “El valor de los bienes se fundamenta en
la relación de los bienes con nuestras necesidades, no en los bienes mismos”. En
consecuencia, el valor “es la significación que unos bienes concretos o cantidades
parciales de bienes adquieren para nosotros, cuando somos conscientes de que
dependemos de ellos para la satisfacción de nuestras necesidades”. También tiene
otro nombre que es la teoría del valor subjetivo.

La Teoría del valor subjetivo, es una hipótesis de la Escuela económica Austriaca,


producida por los analistas de negocios Carl Menger, William Stanley Jevons y León
Walras a mediados del siglo XIX. Esta hipótesis se centra en la investigación de la
estimación de mercancías y empresas.

Para ello, construye que la estimación de un producto está dictada por la importancia
que le atribuye la parte ofendida. Esta hipótesis se opone a otras que, como la de
“Marx”, intentaron dar un sueño que estableciera la estimación de un dependiente
decente del trabajo necesario para crearlo, así como sus propiedades.

En este sentido, la especulación de esta Teoría del valor subjetivo mantiene que la
estimación de un determinado decente producto, a diferencia de diferentes
especulaciones, no está dictada por las propiedades de las que se dispone.
Tampoco se resolvería, según las especulaciones planteadas, por el trabajo
necesario para entregar dicho producto.

La Teoría del valor subjetivo se caracteriza por producir un incentivo con la certeza
básica de trasladar la propiedad a otra persona.
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En su agradecimiento, le otorga una utilidad más notable. Esto, sin el requisito de
que dicho inmueble pase por cambios que provoquen su revalorización, ya que la
utilidad normal del nuevo propietario presenta un incentivo más destacable para él.
En consecuencia, se devuelven discusiones verificables en aspectos financieros.

CAPITULO II: DIFERENCIAS ENTRE LA TEORIA AUSTRICA Y


MARXISTA

La teoría del valor trabajo de Marx es la base de su explicación del origen del
plusvalor. De manera que sustenta la crítica del modo de producción capitalista. La
teoría del valor utilidad, por el contrario, niega que el capitalismo sea un modo de
producción basado en la explotación, y se presenta como una alternativa radical a la
teoría de Marx. Dado además que las dos teorías postulan una fuente del valor
autónoma –trabajo o utilidad- ambas evitan incurrir en un razonamiento circular; lo
cual nos lleva de manera directa a las cuestiones teóricas fundamentales.

Si bien el nudo de las diferencias entre los marxistas y austriacos está en los
argumentos en torno al capítulo 1 de El Capital, los austriacos insisten en que la
teoría de Marx fracasó a causa de la distinción entre precios directamente
proporcionales a los valores (correspondientes a una sociedad sin capital) y precios
de producción (correspondientes a una sociedad capitalista). La crítica se desarrolla
en base a tres argumentos: el primero atribuye a Marx ideas que no dijo; el segundo
afirma que hay contradicción lógica entre los dos tipos de precios; el tercero sostiene
que el planteo es incorrecto porque es complicado, y esa complicación deriva de
postulados ad hoc (para este propósito).

En relación al primer argumento, el falseamiento de lo planteado por Marx se


advierte claramente en la Historia del pensamiento económico de Murray Rothbard,

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en el capítulo dedicado a la teoría económica de Marx, en el volumen 2. Para
aquellos que no lo conozcan, digamos que Rothbard, fallecido en 1995, continúa
siendo uno de los principales referentes de la corriente austriaca. Sus obras se han
traducido a varios idiomas, se utilizan como libros de texto, y dentro de la escuela se
lo cita aprobatoriamente con frecuencia.

Pues bien, Rothbard afirma que, según Marx, en la sociedad capitalista los precios
son proporcionales a los tiempos de trabajo empleados en la producción. Sin
embargo, Marx dice explícitamente que no son proporcionales. Rothbard también
sostiene que Marx no solucionó la cuestión planteada por el hecho de que, según la
teoría del valor, el trabajo es la fuente de la plusvalía, las composiciones orgánicas
entre ramas difieren, y las tasas de ganancia tienden a igualarse. Falso de nuevo,
Marx dejó una solución al problema. A Rothbard puede no gustarle, pero no puede
negar que está presentada la solución a un problema en el que se había trabado
Ricardo. En otras notas, además, he demostrado que el llamado problema de la
transformación no presenta ninguna dificultad particular. Rothbard también afirma
que a causa de las contradicciones que enfrentaba en su teoría, Marx “muy pronto
dejó de trabajar en El Capital” (447). Pero éste es otro disparate: Marx trabajó en esa
obra hasta poco antes de morir; de hecho, le dedicó 38 años de su vida.

En este punto entonces es necesario hacer una observación de método: toda crítica
exige como premisa el rigor, y éste debe empezar por reconocer el principio de
“realismo epistemológico” en referencia a los textos. Como dice Umberto Eco, las
interpretaciones de texto son abiertas, pero esto no puede tomarse como sinónimo
de arbitrariedad, ni para hacerles “decir” lo que nos conviene. Por caso, no se puede
atribuir a Marx la idea de que el trabajo tiene valor; o que la tierra es capital; y
similares afirmaciones, como hacen libremente los economistas austriacos. Este
proceder, además, nos obliga a estar siempre despejando falsedades y confusiones,
con el resultado que se oscurecen los argumentos principales. Curiosamente, por
otro lado, Rothbard afirma que los marxistas “no actúan como científicos honestos”.

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Voy ahora al segundo cargo austriaco, que dice que Marx incurrió en contradicción
lógica al afirmar la existencia de los dos tipos de precios. Para sostener esta
acusación, y teniendo en cuenta el principio aristotélico de no contradicción, habría
que demostrar que Marx afirma que un mismo sujeto (en este caso, el modo de
producción capitalista) tiene, bajo el mismo respecto y contemporáneamente, dos
determinaciones opuestas (precios directamente proporcionales a los tiempos de
trabajo y precios determinados por la igualación de la tasa de ganancia). Por
supuesto, los economistas austriacos no tienen manera de demostrarlo, porque Marx
dice precisamente lo opuesto. Sin embargo, insisten con la cantinela de la
“contradicción”.

Por último, tenemos la crítica que dice que la distinción entre los dos tipos de precios
de Marx es un agregado ad hoc, para “salvar” afirmaciones anteriores, y por eso
conforma una teoría demasiado complicada. Un argumento que ha repetido Juan
Carlos Cachanosky en el debate, y no sólo en lo referido a los precios de producción.
Así, aplicó esta crítica a las distinciones entre valores y precios, entre valor de la
fuerza de trabajo y trabajo, y entre tierra y capital. Se trataría de soluciones
propuestas por Marx a problemas específicos, no generalizables, y concebidas para
salvar el núcleo central de su teoría de supuestas anomalías (es lo que se entiende
en filosofía por explicaciones ad hoc).

La respuesta a esta crítica es sencilla: no existen los planteos ad hoc cuando las
distinciones conceptuales se corresponden con el desarrollo lógico. En otros
términos, para decir que se trata de soluciones específicas agregadas a posteriori del
planteo conceptual primero, hay que demostrar que no existe conexión interna entre
las categorías tratadas y esas «soluciones». Y esto es lo que no pueden hacer
Cachanosky ni el resto de los críticos austriacos cuando abordan la teoría de Marx.
Por ejemplo, ya en el mismo planteo de qué es valor está contenida la distinción

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entre valor y precio, así como la tesis de que el trabajo no tiene valor. No se puede
entender la noción de valor, presentada por Marx en el capítulo 1 de El Capital, si se
pasan por alto estas cuestiones, ya que son inherentes al concepto. Pero
Cachanosky, o Rothbard, ni siquiera se detienen en ellas, y por eso no tienen
manera de demostrar que, por ejemplo, la distinción entre valor y precio sea un
postulado ad hoc. Pero si aquí no hay solución específica, mal se puede afirmar que
hay contradicción entre valor y precio de producción; o que el último constituye una
solución ad hoc para proteger la teoría del valor de eventuales refutaciones.

Ante esto, sólo quedaría como recurso a los críticos afirmar que la teoría de Marx
debe de estar equivocada porque los conceptos en sí son complicados (fue
insinuado en el debate). Con lo cual tendríamos como bonita conclusión que la
validez científica de una teoría estaría condicionada a la simpleza de sus
afirmaciones. Algo así como “cuanto más simplota una teoría, tanto mejor”. Pero este
criterio llevaría al desastre a cualquier ciencia. ¿Qué diríamos del físico que
rechazara la teoría de la relatividad, o la mecánica cuántica, por ser “demasiado
complicadas”? En particular, las relaciones sociales son complejas, y por eso no
siempre se dejan captar con las nociones simples, que son las que generalmente
expresan los fenómenos de «superficie» de la sociedad.

2.1. Críticas desde la escuela austriaca a la teoría del valor-trabajo

Böhm Bawerk

Rechaza de plano la teoría del valor trabajo, desarrollando la idea del valor subjetivo
donde los productos sólo tienen un valor si los consumidores los quieren. Estas ideas
las elaboró en más detalle en el tercer volumen publicado en 1921 con el título de
Further Essays on Capital and Interest. En su opinión, el valor nunca puede ser
generado en la producción, ni por ningún otro medio. “No puede hablarse de
producción de valor, pues el valor ni se produce ni puede producirse”, declara
(Capital E Interés: Historia y Crítica de Las Teorías Sobre el Interés). La producción

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solo genera bienes, que tiene valor a partir de la valoración de los consumidores,
valoración basada a su vez en la utilidad y rareza relativa de esos bienes. Pero por
esto mismo, Böhm Bawerk rechaza la idea de que el capital (entendido como los
medios de producción) pueda generar valor, o plusvalor. La explicación está en la
teoría del interés, contenida en el libro quinto de la Teoría positiva del capital. Según
Böhm Bawerk, el interés se origina por tres razones combinadas. La primera, es que
existe una preferencia por los bienes presentes por sobre los bienes futuros. Se
supone que los individuos esperan que en el futuro sus ingresos sean mayores a los
del presente, de manera que la utilidad marginal de un bien en el presente es mayor
que en el futuro. La segunda razón es que la gente tiende a subestimar el futuro, por
deficiencias de imaginación, limitación de la voluntad e incertidumbre de la vida.
Puede verse que estos dos argumentos para la existencia del interés no tienen nada
que ver con la producción; están anclados en el mundo de la pura subjetividad, los
gustos y preferencias.

Ludwing Von Mises

Mises, tomó el argumento de Wilhem Ropke, escribiéndolo en su obra “La acción


humana”, como crítica a la teoría del valor-trabajo. Dicen Mises-Ropke: “Un traje no
vale ocho veces más que un sobrero porque represente ocho veces más de trabajo
(relación esta última que se mantiene con independencia del valor del sombrero y del
traje), sino que la sociedad está dispuesta a invertir ocho veces más trabajo en el
traje, porque luego, una vez terminado, valdrá ocho veces más que un sombrero”. La
idea aquí es que las utilidades del traje y del sombrero determinan sus precios
relativos; y estos determinan las horas que la sociedad está dispuesta a dedicar para
producir traje y sombrero. Mises considera que este es uno de los argumentos
centrales para refutar la teoría marxista del valor trabajo.

Bibliografías:

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- Teoría del valor de Karl Marx https://economipedia.com/definiciones/teoria-del-
valor-de-karl-marx.html#:~:text=La%20teor%C3%ADa%20del%20valor
%20de,para%20fabricar%20un%20determinado%20bien
- Escuela austriaca (Mario Husillos)
https://economipedia.com/definiciones/escuela-austriaca.html
- Teorías del valor: austriaco vs marxistas (Rolando Astarista)
https://rolandoastarita.blog/2014/03/12/teorias-del-valor-austriacos-vs-marxistas/
- Teoría del valor-trabajo https://es.wikipedia.org/wiki/Teor%C3%ADa_del_valor-
trabajo#Cr%C3%ADtica_a_la_teor%C3%ADa_del_valor-trabajo

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