Está en la página 1de 6

Efesios 5

Introducción

En este quinto capítulo de la carta a los efesios, el apóstol Pablo va a seguir con la línea
práctica que trae desde el capítulo anterior. Pablo seguirá exhortando a los creyentes a ‘andar’
y va a dar pautas de cómo hacerlo y como no hacerlo. Además, hay dos cosas que destacan en
este capítulo 5, en primer lugar, cuando pablo destaca que somos luz en el señor o hijos de luz,
y en segundo lugar un precioso texto sobre consejería matrimonial y sometimiento mutuo
entre el marido y la mujer.

Bosquejo

Aunque el texto presente un tema en común, el cual es dar una exhortación hacía la
vida practica del creyente, el texto lo he divido en 5 partes.

5:1-2 => Andad en amor

5:3-7 => Como no andar

5:8-14 => Hijos de luz

5:15-20 => Más exhortaciones

5:21-6:9 => Sometimiento entre hermanos

- 5:21-33 => Sometimiento en el matrimonio

Primera parte – 1 y 2 => Andad en amor

Empieza el capítulo con una declaración fuerte y es la de que tenemos que ser
imitadores de Dios. ¿Por qué? Porque somos sus hijos, y un buen hijo tiene a su padre como
ejemplo, y resulta que ese padre ejemplar en nuestro caso es Dios ya que es nuestro padre
celestial. Nosotros somos sus hijos amados y debemos imitarle si de verdad queremos seguirle,
si le amamos.

Además de imitar a Dios como hijos amados, pablo declara aquí que tenemos que
andar en amor. El amor es la primera manifestación del fruto del espíritu en nuestras vidas, de
modo que todo creyente tiene que emanar y expresar amor. Es interesante saber que la
fuente del amor es Dios, y no solo eso, sino que Dios es amor. Además, Pablo sigue diciendo
que Cristo nos amó y eso le llevo a entregarse a si mismo por nosotros, como una ofrenda y
sacrificio a Dios en olor fragante. Esto claramente nos recuerda a los sacrificios del antiguo
testamento que no eran otra cosa que actos que apuntaban al futuro sacrifico por excelencia,
el de Cristo Jesús por la humanidad entera en la cruz. Aquí podríamos explayarnos y hablar
sobre el sacrificio de Jesús, que es entre otras cosas el mayor acto de amor que ha visto y verá
la humanidad, pero no entraremos en el tema.
De modo que, además de tener a Dios padre de ejemplo, también debemos tener a
Cristo Jesús. Ambos son ejemplos perfectos y la biblia nos muestra perfectamente como es el
pensamiento de Dios, como es su ser, como fue la vida de Cristo y como es él. Así que, si
queremos ser imitadores del Padre y del Hijo, en la biblia tenemos la respuesta y la guía de
cómo hacerlo a la ‘perfección’.

Segunda parte – 3 al 7 => Como no andar

En esta segunda parte Pablo va a decir las cosas que no convienen a los santos, cosas
que ni aun se deben nombrar entre nosotros. La lista es extensa:

- Fornicación y toda inmundicia


- Avaricia
- Palabras deshonestas
- Necedades
- Truhanerías

Pablo quiere dejar claro en estos versículos las cosas que no debemos hacer, cosas que
no nos conviene, cosas que no debemos nombrar, cosas que Dios repudia y que atraen su ira.
Pablo exhorta a los creyentes a que, como hemos dicho en los versículos anteriores, anden en
amor, que sean imitadores de Dios, y realizar alguno de estos pecados es realmente todo lo
opuesto a este cometido.

Pablo además declara que también debemos de hablar bien. En el versículo 4, los
pecados declarados: palabras deshonestas, necedades y truhanerías, están relacionados con lo
que sale de la boca de una persona. Pablo quiere que antes que estas cosas, haya acciones de
gracias. Tenemos que cuidarnos y ser imitadores de Dios y andar en amor como ya decíamos
antes.

Pablo también hace una declaración y es que ninguno de los que comentan estos
pecados tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios. Quien realice estas obras no parece
mostrar claramente una redención por parte de Cristo, de modo que no es salvo. Una persona
salva debería de expresarlo con sus obras como vimos en el capitulo 2. La gente nos juzga por
lo que ve de nosotros, por nuestras obras, y estos pecados no son obras dignas de un
verdadero hijo de Dios, por lo cual no tiene herencia de Cristo y de Dios.

Además, también declara que nadie nos engañe con palabras vanas. Todas estas cosas
atraen la ira de Dios hacia los hijos de desobediencia, personas que profesan ser cristianos
pero que, en realidad, por sus obras y su forma de vivir se puede ver perfectamente que no lo
son. Debemos de huir de esta forma de vivir, no ser participes con ellos. Otra vez recordando
los primeros dos versículos, tenemos que imitar a Dios y andar en amor como Cristo nos amó.

Tercera parte – 8 al 14 => Hijos de luz

En otro tiempo éramos tinieblas, pero ahora, ahora somos luz en el Señor. Antes
nosotros cometíamos todas las malas obras y los pecados que hemos comentado en la parte
anterior, sin embargo, ahora, hemos sido limpiados por Cristo y somos llamados a vivir una
vida de santidad, hemos sido llamados a ser luz. De modo que, si esto es así, tenemos que
andar como hijos de luz.
El fruto del espíritu, como hemos dicho antes, tiene que manifestarse en nuestras
vidas, y esto lo hace por medio de bondad, justicia y verdad. Los pecados antes comentados
son justo lo contrario a este trio.

Al andar como hijos de luz tenemos que preocuparnos de comprobar lo que es


agradable al padre. Como decíamos en la primera parte la guía perfecta para saber y
comprobar como imitar a Dios y a Cristo es la biblia misma. Ella expresa claramente para
nosotros el pensamiento de Dios y en ella vemos que es lo que a él le agrada. Así que todo hijo
de luz debe tener la biblia como una prioridad ya que ella misma es nuestra lampara en el
camino.

Pablo vuelve a declarar que no debemos participar en las obras de las tinieblas, sino
reprenderlas. Es decir, cuando veamos una mala obra, o nos sintamos tentados, tenemos que
reprenderlo. Tenemos que mantenernos firmes como faros en la costa, dispuestos a alumbrar
a los barcos pase lo que pase. Continúa diciendo que es vergonzoso aun hablar de esas obras
que los no redimidos por Cristo hacen en secreto. Dios odia el pecado, y nosotros, aun
teniendo nuestra vieja naturaleza en nosotros, tenemos que, poco a poco, aprender también a
odiar el pecado de tal manera que como dice aquí pablo nos sintamos avergonzados de tan
solo nombrar estos pecados.

La luz lo manifiesta todo. Cuando nosotros nos convertimos, Dios acerco su luz a
nosotros, estábamos sucios y Cristo nos limpio de todos nuestros pecados cometidos, todos.
Pero su luz nos alumbró. De una manera similar, al ser nosotros luz, podemos alumbrar a los
no creyentes para que ellos vean que realmente están sucios y que esto les haga ir delante del
padre suplicando una limpieza urgente. Debemos tener cuidado de como estamos viviendo
nuestras vidas ya que, si somos luz, deberíamos de alumbrar, y una lampara sucia alumbra
menos que una recién limpiada.

De modo que a modo de resumen en esta parte Pablo exhorta a los creyentes a que
anden como hijos de luz, teniendo en cuenta que la luz alumbra y lo manifiesta todo. Y Dios
quiera usar nuestra luz para alumbrar los pecados de alguien y que esta persona se de cuenta
de que necesita una limpieza urgente, que necesita a Cristo como su salvador.

Cuarta parte – 15 al 20 => Más exhortaciones

Pablo continua con más exhortaciones hacia los creyentes. Cuidad con diligencia como
andáis dice el apóstol. Diligencia no es otra cosa que, cuidado, prontitud, agilidad y eficiencia.
Tenemos que cuidar nuestra forma de andar, y el apóstol viene diciéndonos eso desde el
capítulo 4 hasta aquí. Pablo no quiere que seamos necios, sino todo lo contrario, que seamos
sabios. No quiere que seamos insensatos, sino todo lo contrario, que seamos entendidos en
cual sea la voluntad del Señor.

Además, en el versículo 16 hace una declaración curiosa: aprovechando bien el


tiempo, porque los días son malos. Es curioso que hoy en día hay mil formas de malgastar
nuestro tiempo: móvil, televisión, videojuegos, libros, música, … Tenemos que ser sabios a la
hora de gestionar nuestro tiempo y saber cuál es la voluntad del señor para nuestras vidas.
Esto no significa que no podamos pasar buenos momentos de ocio, o que no nos podamos
divertir. Sino que aprendamos a gestionar nuestro tiempo según qué es lo que el Señor quiere.
Tenemos que ver por dónde nos va guiando el Señor, tenemos que buscarle a Él y todo irá
llegando. Es sano que dediquemos un poco de nuestro tiempo a nuestro ocio, o al trabajo,
pero la idea es dedicarle todo el tiempo a Dios, de modo que cuando nos dediquemos un
tiempo a nosotros mismos, el propósito sea el de agradar a Dios y seguir su voluntad.

Pablo continúa declarando que no debemos emborracharnos, sino que antes seamos
llenos del Espíritu, hablando con salmos, himnos y canticos espirituales, cantando y alabando
al Señor en nuestros corazones y dando siempre gracias por todo al Dios y Padre en el nombre
de Jesús. Hoy en día el alcohol es un vicio que mucha gente tiene por costumbre, por
desgracia. Existe una mala idea de que sin alcohol no se puede uno divertir, y eso es
completamente falso. Como hijos de Dios tenemos que promover un estilo de vida sano, y eso
claramente incluye no emborracharnos. Antes incluso que emborracharnos, tendríamos que
llenarnos del Espíritu de Dios por medio de lo anteriormente citado.

Para concluir esta parte, resumiendo, tenemos que tener cuidado de como andamos,
Pablo quiere que seamos sabios y entendidos, que andemos según la voluntad de Dios; y que
nos llenemos del Espíritu Santo cantando y alabando al Señor, siempre con una actitud
agradecida a Dios Padre por medio de Cristo Jesús.

Quinta parte – 21 al 33 => Sometimiento en el matrimonio

A partir del versículo 21 de este capítulo y hasta el versículo 9 del capítulo 6 el apóstol
Pablo va a hablar sobre un tema común que es resumido en el versículo 21 y es el
sometimiento entre los hermanos en el temor de Dios. El significado de someterse bajo este
contexto es el de doblegarse, entregarse, humillarse, obedecer, … y Pablo dice que lo hagamos
en el temor de Dios.

Pablo va a dedicar los últimos versículos de este capítulo 5 al sometimiento dentro del
matrimonio, entre el esposo y la esposa. Estos versículos son una clara referencia para todos
los matrimonios cristianos, además, hace una clara referencia a la relación de Cristo con su
iglesia siendo Cristo el marido y la iglesia la esposa.

De los versículos 22 al 24 se habla de la mujer, de la esposa, y de los versículos 25 al 33


se habla del marido, del esposo. Y en ambas partes se hace su referencia tanto a la iglesia
como a Cristo.

De la mujer se declara que debe estar sujeta a su marido como al Señor. Esto es
impactante ya que parece que pablo equipara al mismo nivel al esposo y a Cristo. Cierto es que
una relación es cosa de tres y no de dos, de modo que, como esté tu relación con Dios
dictaminará directamente como será tu relación con tu cónyuge. Así que aquí podemos ver esa
relación. Pero a continuación Pablo aclara el porqué: el marido es la cabeza de la mujer, así
como Cristo lo es de la iglesia. Hay que tener mucha precaución a la hora de entender que
significa esto de que el esposo es la cabeza de la esposa.

Dios no hace acepción de personas y en cuanto a la salvación no hay distinciones. Dios


no es “machista” ni nada por el estilo y eso se ve reflejado en toda la biblia. Además, Dios no
podría ser machista ni feminista, ya que lo que Él haya instituido, bien hecho está, aunque
cualquier hombre o mujer diga lo contrario. El caso es que con respecto a la familia si que hay
un orden, y es que Dios ha instituido que sea el hombre el que sea el responsable de la familia,
a Él rendirá cuentas el Señor. El es el encargado de la protección, la guía, la ayuda, etc. de la
unidad familiar y el apóstol pone a la par el ejemplo de Cristo y la iglesia.
Así que, igual que la iglesia está sujeta a Cristo, así lo debe de estar la mujer a su
marido en todo. Pero esto no quita que la mujer no tenga su opinión o sugerencias, o su papel
en la familia. El papel de la esposa es muy importante en la familia, con respecto a los hijos,
por ejemplo.

Con respecto a los maridos, Pablo declara que deben amar a sus mujeres con la misma
intensidad con la que Cristo ama a su iglesia. Esto es una declaración tremenda teniendo en
cuenta todo lo que Cristo hizo por ella, hasta el punto de entregar su propia vida por amor a
ella a fin de santificarla, habiéndola purificado para presentársela a si mismo como una iglesia
sin mancha y santa. Esto debería de poner los pelos de punta a los maridos ya que se exige un
nivel de amor muy profundo y ancho.

Pablo declara que el marido debe amor a su mujer como a su mismo cuerpo. Una
persona no va a dejar descuidado su cuerpo, sino que va a procurar cuidarlo lo máximo
posible, alimentarlo, ejercitarlo, asearlo, de modo que el amor a la esposa debe ser igual que el
que yo me tengo a mi propio ser. Así también hace Cristo con la iglesia.

Pablo cita Genesis 2:24, la institución del matrimonio. El hombre dejara a su padre y a
su madre para unirse en una sola carne. De modo que ya no son más dos personas, sino que
son una. Así que esto debe de estar en la mente del marido en todo momento.

Para concluir esta parte Pablo termina resumiendo que el marido ame a la mujer como
a sí mismo y que la mujer respete a su marido.

Resumen

En este capítulo el apóstol Pablo exhorta a los creyentes a imitar a Dios y a andar en
amor, a andar como hijos de luz, procurando alumbrar a los no creyentes con nuestra
conducta, a andar como sabios y como entendidos según la voluntad de Dios y a someternos
los unos a los otros.

Versículos clave

5:1,2 – “Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. Y andad en amor, como
también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrifico a dios en
olor fragante.”

5:15-17 – “Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios,
aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino
entendidos de cuál sea la voluntad del Señor”.

Aplicaciones

1- Tenemos que imitar a Dios Padre y a Dios hijo en nuestro andar diario. Para ello
tenemos que leer la biblia para aprender cómo piensan y cómo andan ellos.
2- Al ser hijos de luz y tener la responsabilidad de alumbrar a los no creyentes,
tenemos que cuidar nuestra forma de actuar y hacer obras de bondad, justicia y
verdad, hacer cosas que agraden a Dios.
3- Andar con diligencia siendo sabios y entendidos, aprovechando bien el tiempo y
buscando la voluntad de Dios.
4- El marido tiene que amar a la mujer como Cristo amó a la iglesia
5- La mujer tiene que sujetarse a su marido y respetarlo, como al Señor

También podría gustarte