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Objetivo: Identificar las áreas en que necesitamos disciplina.

Cuatro disciplinas en la Biblia


Hablemos de cuatro clases de disciplina de las cuales la Biblia nos instruye. Según el diccionario,
disciplina es la «instrucción, observancia de leyes y reglamentos, enseñar». No hay país, empresa o
institución que no tenga reglas que observar. La iglesia no podía ser la excepción. Además recordemos
que una iglesia sin disciplina no crece espiritualmente ni tendrá buen testimonio.
LA DISCIPLINA DEL SEÑOR (HEBREOS 12:5-13)
El Señor tiene un motivo para la disciplina en nuestra vida: su amor hacia nosotros hace que
necesitemos ser entrenados por él en la vida cristiana (Heb. 12:9).
La Biblia también nos hace ver la actitud que debemos tener hacia la disciplina del Señor. En el v. 5 de
Hebreos 12, se nos dice que la disciplina del Señor:
1. No debe ser menospreciada; en otras palabras, no tomarla en poco, no restarle importancia.
2. No debemos desanimarnos o flaquear cuando somos reprendidos por el Señor, «ni desmayes
cuando eres reprendido por él».
3. En el v. 7 del mismo pasaje, la Escritura nos exhorta a sufrir con perseverancia, con éxito, con
paciencia.
4. Y finalmente, en el v. 9, El Señor nos indica a obedecer siguiendo las indicaciones del Señor.
Todo lo que hace el Señor trae buenos resultados y los resultados de la disciplina del Señor no son la
excepción.
1. La Escritura nos dice que la disciplina del Señor probará que somos hijos de Dios (v. 7), pues,
DIOS NO DISCIPLINA A LOS QUE NO SON SUS HIJOS, «si soportáis la disciplina, Dios os trata
como a hijos».
2. La Biblia afirma que «viviremos» (v. 9), es decir disfrutaremos la vida cristiana espiritual, porque
la disciplina del Señor no tiene resultados negativos.
3. El Señor afirma que recibiremos provecho (v. 10), ya que la disciplina del Señor es «para lo que
nos es provechoso».
4. En el v. 10 del mismo pasaje, el Señor expone otro resultado de la disciplina del Señor,
afirmando que la disciplina ayuda «para que participemos de su santidad»; esto es pureza moral, y
más consagración a su causa.
5. Además, la disciplina del Señor produce fruto apacible de justicia (v. 11), rectitud y corrección de
conducta moral y espiritual.
LA DISCIPLINA DE LA IGLESIA
En el libro de Mateo, nuestro Señor mencionó dos asuntos importantes sobre la Iglesia:
Primero, el fundamento de la iglesia (Mat. 16).
Segundo, un aspecto de la disciplina de la iglesia (Mat. 18:15-20), que es las ofensas personales. El
Señor sabe que las ofensas son muy perjudiciales a la iglesia, y que la persona que no tenga espíritu de
perdón, debe ser tenido como alguien que no es cristiano. La Escritura declara: «Perdonandoos unos a
otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo» (Efesios 4:32b).
El apóstol Pablo le da instrucciones a la iglesia en Corinto, sobre un problema de inmoralidad de
conocimiento público (I Corintios 5:4-13). Pablo establece que la medida es excomunión, o sea no tener
compañerismo con alguien así.
El Señor también tiene algo que decir con respecto a aquel que cause divisiones entre los hermanos.
En Tito 3:10-11 se nos dice que tal persona debe ser desechada, pero no sin antes hacer dos
amonestaciones previas tratando de persuadirlo de su error.
Todos estos aspectos de la disciplina de la iglesia redundan en varios beneficios:
1. La disciplina evita el peligro del relajamiento moral de la iglesia (I Cor. 5:7).
2. Es un beneficio para el disciplinado (I Cor. 5:5).
3. La falta de disciplina trae reproche a la iglesia del Señor (I Cor. 5:1), «ni aun se nombra entre los
gentiles» lo que no se nombre entre los no cristianos, es una vergüenza para la iglesia.
4. La disciplina de la iglesia permite mantener la pureza de doctrina y la pureza de la iglesia
misma.
5. La disciplina también anima a los hermanos débiles a resistir la tentación, pues saben que hay
disciplina en la iglesia.
6. También anima a los que de por sí ya creen que en la iglesia debe haber disciplina.
LA DISCIPLINA PERSONAL
El Señor se dirige específicamente al siervo del Señor: (I Cor. 3:10b) «cada uno mire cómo
sobreedifica» tenga cuidado de lo que hace para la edificación de la iglesia.
Más adelante, el Señor agrega en II Timoteo 2:15, «Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado,
como obrero que no tiene de que avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad». No sólo hay
disciplina para aquel que enseña doctrina equivocada, sino también para aquel que no enseña toda la
verdad.
El apóstol Pablo también afirma en I Cor. 9:27 – «golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre», ser
muy vigilante de su conducta personal ante Dios y ante los hombres.
En el Antiguo Testamento sabemos de un joven llamado Daniel (Daniel 1:8), «Daniel propuso en su
corazón no contaminarse».
Otro ejemplo es José, léalo en Génesis 39:8-9. Dios quiere que asumamos responsabilidad en nuestro
ministerio y en nuestra vida personal como creyentes en Cristo.
LA DISCIPLINA EN LA FAMILIA CRISTIANA
En primer lugar, en I Cor. 11:3 Dios nos da el orden establecido de la disciplina en la familia en cuanto a
los esposos se refiere – «Cristo la cabeza de todo varón, Dios la cabeza de Cristo, y el varón es la
cabeza de la mujer». El Señor agrega en Efesios 5:22, 25 «Maridos, amad a vuestras mujeres, así
como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella». «Las casadas estén sujetas a sus
maridos, como al Señor».
También debe existir un orden en cuanto al deber de los hijos con sus padres. En Efesios 6:1-2, la
Escritura declara que los hijos deben «Obedecer y honrar a su padre y a su madre». Para que los hijos
obedezcan, es necesario que los padres tomen la determinación firme de enseñarles, porque los niños,
aunque saben que deben obedecer, no tienen por naturaleza la actitud de cumplir este mandato de
Dios. A propósito, los padres deben enseñar a sus hijos que Dios manda que los hijos obedezcan a sus
padres.
Así mismo, se enfatiza el deber de los padres para con los hijos. Las referencias de Deuteronomio 4:9-
10: 6:7-9; Efesios 6:4 y otras más, en cuanto a la disciplina a los hijos, se podrían resumir de la
siguiente manera:
1. Siendo ejemplo para ellos, en todo lo posible.
2. Enseñándoles las instrucciones de Dios, haciendo énfasis en la repetición de la enseñanza (Deut.
6:7-9).
3. Castigando cuando no se puede conseguir la obediencia de otro modo. En Prov. 23:13-14 la Escritura
declara que «No rehúses corregir al muchacho; porque si lo castigas con vara no morirá. Lo castigarás
con vara, y librarás su alma del Seol».
4. La importancia de la disciplina en el hogar:
a. «Si lo castigas con vara, no morirá».
b. «Librarás su alma del Seol».
c. «El muchacho consentido avergonzará a su madre» Prov. 29:15.
Soporte

Hebreos 12.9

Reina Valera Revisada (1960)


9Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no
obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos?

16 1Vinieron los fariseos y los saduceos para tentarle, y le pidieron que les mostrase señal a del cielo. 2Mas él
respondiendo, les dijo: Cuando anochece, decís: Buen tiempo; porque el cielo tiene arreboles. 3Y por la
mañana: Hoy habrá tempestad; porque tiene arreboles el cielo nublado. ¡Hipócritas! que sabéis distinguir el
aspecto del cielo, ¡mas las señales de los tiempos no podéis! 4La generación mala y adúltera demanda
señal;b pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás. c Y dejándolos, se fue.

Cómo se debe perdonar al hermano MATEO 18 15-20


15Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu
hermano.f 16Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres
testigosg conste toda palabra. 17Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por
gentil y publicano. 18De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que
desatéis en la tierra, será desatado en el cielo. h 19Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de
acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los
cielos. 20Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.

Efesios 4:32 32Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros,
como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo. i

1 Corintios 5.4–13
4En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de nuestro Señor
Jesucristo, 5el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en
el día del Señor Jesús.
6No es buena vuestra jactancia. ¿No sabéis que un poco de levadura leuda toda la masa? b 7Limpiaos, pues,
de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, c que es
Cristo, ya fue sacrificada por nosotros. 8Así que celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la
levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura, d de sinceridad y de verdad.
9Os he escrito por carta, que no os juntéis con los fornicarios; 10no absolutamente con los fornicarios de este
mundo, o con los avaros, o con los ladrones, o con los idólatras; pues en tal caso os sería necesario salir del
mundo. 11Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o
avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis. 12Porque ¿qué razón tendría
yo para juzgar a los que están fuera? ¿No juzgáis vosotros a los que están dentro? 13Porque a los que están
fuera, Dios juzgará. Quitad, pues, a ese perverso de entre vosotros.

Tito 3.10–11

Reina Valera Revisada (1960)


10Al hombre que cause divisiones, después de una y otra amonestación deséchalo, 11sabiendo que
el tal se ha pervertido, y peca y está condenado por su propio juicio.
I Cor. 5:7I Cor. 5:7 5;5 5:1
Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como

sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros.

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