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ÁNCHEZ
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LOS NINOS DISFA$1COS
Descripción )1 Tratamiento
\
Marc MONFORT Adoración JUÁREZ SÁNCHEZ
En la editorial CEPE
En la editorial SANTILLANA
Pág.
IN DICE
Introducción ........................................................................................................ 7
INTRODUCCIÓN
Osear va a cumplir cinco anos dentro de poco: aparece como un niño tímido y
retraído. pero vivo y comunicativo cuando está en confianza: parece entender bien
lo que se le dice y demuestra inteligencia en los juegos, el dibujo, los puzzles.
Según los médicos, oye bien y no presenta alteraciones neurológicas. S1n embar-
go, su lenguaje expresivo se limita a un repertorio de 60 palabras, emit1das de una
en una, prácticamente ininteligibles para los que no le conocen y que acompaña a
veces de gestos y mímica.
Alejandra es una niña mayor de doce años, aunque los informes dicen que su
"edad mental, es de cinco años.
A Pablo, nueve arios, le gusta charlar, sobre todo con los adultos, porque con los
niños le cuesta entenderlos y hacerse entender. Ha aprendido a leer y a escribir,
algo de lo que se siente muy orgulloso, lo mismo que de su habilidad en el dominó y
las cartas. Se maneja bien «en las distancias cortas•>: preguntas y respuestas senci-
llas, órdenes y peticiones, a pesar de tropezar muchas veces con las dichosas síla-
bas complejas y el tiempo de los verbos.
Sin embargo, "se lía" cuando el profesor habla mucho tiempo seguido, o cuando
a él le toc a contar lo q ue ha hecho el fin de semana, recordar de lo que iba esa pelí-
cula que le gustó tanto_
N IÑOS • DISFÁSII:OS
Hace ya casi un sig lo que estos niños, cuyo lenguaje presenta un desarrollo tan
lento, tan particular y tan limitado, han llamado la atención de los médicos. de los
psicólogos y, más recientemente. de los lingüistas.
Son muy distintos entre sí, pero tienen en común dos características básicas: en
primer lugar. aunque tengan otras dificultades en su desarrollo. el lenguaJe es la
función más afectada con gran diferencia y, por otra parte, no existe en la actuali-
dad una explicación definitiva a estos fenómenos.
El enigma que sigue representando su etiología es. sin duda, un alic iente más y
justifica la gran cantidad de publicaciones de todo tipo que describen, clasifican o
interpretan los distintos cuadros que van apareciendo en los centros especializados.
Los conocimientos actuales son limitados pero serán los que deberá utilizar en
principio.
INTRODLJCCIÚN
Siguiendo la vieja máxima inglesa de que "para enseñar latín a John, primero hay
que conocer a John y, después, saber latín», defendemos la idea de que, sea cual
sea el estado actual de la investigación teórica, sus datos deben servir para sentar
las bases de nuestra intervención, porque nos parece difícil entrar en la dinámica
del aprendizaje sin haberse hecho previamente un modelo de cómo está funcionan-
do el niño en este momento, cuando le estamos hablando o cuando intenta comuni-
carnos algo.
Por otro lado, unas referencias teóricas son indispensables si queremos que los
resultados de nuestra intervención se incorporen también al proceso de construc-
ción del conocimiento científico.
Es la razón por la que, en la primera parte de este libro, hemos intentado sinteti-
zar de la forma más clara posible el "estado de la cuestión", procurando incorporar
los datos más recientes pero haciendo, como es lógico, especial hincapié en aque-
llos que nos parecían contener elementos relevantes a la hora de diseñar progra-
mas de intervención.
ASPECTOS TEÓRICOS
Y DESCRIPTIVOS
·.··13 .·
---------------·----··
1. EL LABERINTO TERMINOLÓGICO
mismos inicios del aprendizaje, sin sustrato nosológico preciso a nivel neurológico
(Wyke, 1978; Leblanc, 1982; Woods, 1985; Clahsen, 1989, entre otros).
Por eso, han preferido recurrir a fórmulas menos comprometedoras. como Speci-
fic Language lmpairment (SLI, Leonard, 1987; Bishop, 1992, Déficit Específico del
Lenguaje) o Developmental Language Disorders (DLD Rapin y Allen, 1983, Trastor-
nos del Desarrollo del Lenguaje), en las cuales "Disorders~ y "Specific" desempe-
ñan el papel de diferenciador del Retraso Simple de Lenguaje que los europeos han
encargado normalmente al término «disfasia".
Científicos franc~ses, como Launay ( 1972) habían iniciado esta línea cuando, por
ejemplo, este autor titulaba un capítulo de su obra Trastornos graves de la elabora-
ción del lenguaje.
Toda esta terminología sigue, sin embargo, agrupando niños con cuadros sinto-
matológicos extremadamente diversos que, a veces, sólo tienen en común la grave-
dad de los mismos y la lentitud de su evolución.
Han aparecido desde los años 20 diversas descripciones de cuadros .más limita-
dos, lo que permitía una descripción más precisa: la audiomudez idiopática por
retraso de las funciones práxicas de Ley, en 1920, y la sordera verbal congénita de
Worster-Drought y Allen, en 1929 son «Clásicos, dentro de una lista inaugurada
prácticamente por la alalia idiopática de Coen en 1888, seguida por los síndromes
analizados en la escuela centroeuropea de Seeman, Fróschels, Liebmann .... etc.,
como la audiomudez, la agnosia auditiva... (ver Seeman. 1965)
De allí surgieron los múltiples intentos de clasificación, entre los cuales tuvieron
más resonancia los de Ajuriaguerra (1958, 1965). los de Quirós (1975, seguido por
Schrager, 1992) y, más recientemente, los de Rapin y Allen (1983) y de Le Heuzay y
otros (1990).
A lo largo de esta primera parte iremos analizando los distintos subgrupos, pero
hemos querido dejar aquí, a modo de introducción, un cuadro que pretende reunir
el conjunto de la terminología. intentando señalar a través de su colocación espa-
cial, las posibles similitudes entre los diferentes términos utilizados.
Hay que señalar de todas formas, y volveremos a insistir en ello más tarde, que la
mayor parte de estos cuadros carecen de fronteras precisas y se solapan con gran
frecuencia.
ASPECTOS • TEORI COS • Y • DESCRIPTIVOS .. _____ _::...15.
Es lo que explica por qué la mayor parte de los autores utilizan un tipo de defini-
ción «por exclusión,: sabemos que una sordera, un trastorno neuromotor. una defi-
ciencia mental profunda, una deprivación sensorial radical o un cuadro de altera-
ción de la comunicación inteq:Jersonal, como el autismo, pueden provocar la ausen-
cia de lenguaje o dificultar dramáticamente su adquisición.
Resulta que existe también un grupo de niños que presenta un cuadro similar, sin
pertenecer a ninguna de estas categorías: esos son los niños afásicos o disfásicos.
Se puede preguntar "¿Por qué no puede ocurrir ese "algo" en un niño que por
otras razones, presenta también una deficiencia mental, una sordera, una ceguera,
una parálisis cerebral o cualquier otro tipo de característica independiente?, De
hecho, la mayor parte de los casos más graves descritos en la literatura (audiomu-
dez, sordera verbal) son niños con retrasos generales en su desarrollo.
Las propuestas como las de considerar una o dos veces la desviación típica en
los baremos de los tests o una determinada proporción entre la «edad lingüística, y
la edad mental (por ejemplo, si la primera es inferior a los 2/3 de la segunda) tropie-
zan con dificultades metodológicas (la precisión relativa de los instrumentos de
medida) y desacuerdos sobre el punto exacto donde situar la frontera.
Retraso del Habla. Retraso dellengua¡e Disfasia expresiva_ Disfasia mixta. Afasia expresiva. Afasia mixta
Es un tipo de debate parecido al que existe entre los partidarios y los detractores
de la diferenciación entre "malos lectores» y «disléxicos".
Una primera solución consiste en demorar. durante los primeros años, el diagnós-
tico diferencial y observar la evolución del niño más allá de los 7-8 años.
Por el contrario, los niños disfásicos mostrarían una eyph 'Gión muy lenta sin fase
de recuperación rápida.
Como se puede observar. sigue siendo una definición «por exclusión .. , salvo que
se añade una categoría más a las que se enumeraban al principio.
Hecha esta salvedad , los datos empíricos muestran, sin embargo, una f!iferencia
muy llamativa entre un arupo de niños cuYa recuperación les acerca a la normali-
dad, tal como se entiende socialmente, y otro orupo Q!J}la evoh JGiáo aunque posili
~ se mantiene a un ritmo que no les permite, en general, dar saltos importantes, "ni
siguiera cuantitativos.
o 2 3 4 5 6 7 edad
De Scarborough y Dobrich (1990)
L05 Nli\;nc:; niSI"'ÁSILU~
Finalmente, cabe recordar, como Curtiss y ot (1992), que debemos evitar afirma-
ciones excesivamente rotundas, cuando numerosas cuestiones sobre la naturaleza
del propio retraso están todavía sin contestar.
A_![unos autores han intentado aislar, d~tro de los síntomas presentados por
estos ntños. elementos que les f11eran propios. que no se encontrarán en otras pato-
logías del lcngua1e y que permitieran al mismo tiempo
------ ----
La aplicación más fácil de un criterio diferencial precoz, demostrando que ,6J.
niño "no sólo habla menos, sino que habla diferente,.
L~mayor parte de los hallazgos a favor del lengua1e «dcsviante» de los disJási-
cos se centra en elementos gramaticales (Ciasben. 1989; Grimm y Weinert, 1990;
Gopnick, 1990. Ooltour, 1992) o .íU' la falta de sjpcronía eotre, Q?r ejemplo, el nivel
léxico ontrol de las estructuras sintácticas u éste necesita normalmente
(Chiat e Hirson. 1987) pero sin ponerse de acuerdo hasta a ora ni sobre su caracte-
rización ni sobre su oatürale7a exacta.
-
palabras dentro de la frase, según las normas de cada idioma.
--------
Esa especificidad de la producción verbal plantea varios problemas, aunque hay
que reconocer que, en ciertos casos, se registran enunciados absolutamente incla-
A"iPECTOS , TEÓRICOS · Y' OESU-m-'IIVOS
21
lo
*
En primer lugar, es · falta de acuerdo de los autores: por ejemplo, del estudio
comparativo de ninos italianos e ingleses empareJa os con n1nos normales por su
edad lingüística, Leonard y ot, 1987, concluyen que el desarrollo sintáctico de los
,.niños disfásicos es simplemente retrasado y no desviante.
Otro problema deriva del hecho de que la mayoría de los autores que han traba-
jado en la línea partidaria del carácter desviante del lenguaje disfásico han partido
de una definición muy restrictiva de la disfasia para seleccionar su población.
siguiendo así a Crystal (1972), que aconsejaba limitar esta denominación a aquellos
"trastornos evolutivos acaecidos en el ámbito de la gramática y semántico" (pág.
20S de la edición española).
Por un lado, estamos aquí muy cerca del ra7onamiento circular y. por otro. no es
una limitación aceptada actualmente: hoy en día, se incluyen dentro del conjunto de
las d isfasias cuadros donde los <:lSpectos gramaticales no son necesariamente los
más afectados. lo que le resta eficacia a una interpretación basada en esos elemen-
tos de especificidad.
El último aspecto de este tema se refiere al desfase del lenguaje respecto al resto
de los niveles de desarrollo del niño, rasgo com(mrnente citado a la hor<-J de diferen-
ciarlos de otros trastornos de la comunicación y del lenguaje, como los que derivan
de una defic iencia mental o de alteracione5 de la personalidad.
Sería negar toda la influencia del lenguaje sobre el conjunto del desarrollo cogniti-
vo, afectivo y social del ser humano pensar que un niño sin lenguaje, o con un len-
guaje muy perturbado, pudiera presentar una evolución armónica en estos aspec-
tos_
2.4. Resumen
Seguimos esp erando una definición aceptada por todos y operativa en la práctica
pero, desde un punto de vista clínico, los tres enfoques presentados aquí (la exclu-
sión ··relativa .. , la evolución en el tiempo, la especíticidad de los síntomas lingüísti-
cos) aparecen como bastante complementarios, y su grado de aplicabilidad depen-
derá más de los casos que de su bondad intrínseca
Parece claro que, si nos encontramos con ninos pequeños, o ClJya edad mental
se sitúa entre los 2 y los 5 anos , será necesario proceder por etapas. donde la
observación de la evoluc ión del niño irá confirmando o corrigiendo las primeras
impresiones extraídas del método por exclusión.
Sin embargo. la gravedad del pronóstico general de las afasias y d isfasias infanti-
les, sobre todo si se inscriben dentro de un conjunto de otras alteraciones. nos obli·
ga a dos tipos de decisiones:
Aimard (1972) comenta con mucha claridad: «Unicamente aquellos niños que
han recibido mucha reeducación, de forma precoz y prolongada, presentan
una evolución notablemente favorable" (pág. 313).
No hace falta una larga demostración para entender q ue un nino con buena
capacidad intelectual y un apoyo adecuado de la familia superará, po~ ejemplo. un
déficit fonológ ico o semántico con mayor facilidad que otro niño que no puede con-
tar con esas ayudas para ir compensando de forma natural o con ayuda de una
intervención especializada las dificultades iniciales.
Es bastante habitual, por ejemplo. ver cómo ciertos ninos con una capacidad fimi-
tad1sima de expresión verbal consiguen mantener largas conversaciones con sus
familiares, porque han desarrollado una rara aptitud para que los demás hablen en
su lugar, anticipen, traduzcan, completen sus esbozos de palabras o de frases.
NIVEL DE COMUNICACION
Y DE LENGUAJE
FIGURA 2
Dentro del propio proceso de desarrollo interno. del niño, coinc idimos con lo que
Gérard ( 199 1) llama una concepción d inámica desviante de la disfasia en la cual
ciertos trastornos serían más bien la consecuencia de otros más estructurales. pro-
ductos de una organización deficitaria: estos trastornos secuncj8rios tendrían. a su
ve7, una repercusión negativa sobre los primarios.
Existe una cierta tradic ión en describir las dificultades de adquisición del leng uaje
por parte de los niños disfásicos como si se tratara de un grupo homogéneo: se
llega de esta manera a una larga lista de síntomas que, finalmente. se limita a enu-
merar todas las alteraciones posibles del aprendizaje de la fonología, de la semánti-
ca, de la sintaxis y de la pragmática.
No es algo que deba extrañar, por otra parte , si recordamos lo que hemos
comentado en el capítulo anterior.
Hemos reunido aquí cuatro propuestas de clasificaciones para que los lectores
puedan compararlas; entre todas creemos que cubren el amplio abanico de casuís-
tica que vamos a encontrarnos.
(*) Algunos ~utores. sot)rc todo ingreses (Stackhou se 1992). utilizan esle termino para referirse a un
cuadro limitado a trastornos de ttabla.
L. n~ NIÑOS niSFASI Cn "i
Como se podrá observar, las dos últimas clasificaciones son bastante similares:
de hecho, la de Le Heu zay et col. es un a adaptación de Rapin y Allen a partir del
modelo operativo del f unc ionamiento cerebral de C rosson (1985. ver Gérard
1991 ).
La clasificación de Rapin y Allen, con todas sus limitaciones y las críticas que ha
recibido (entre las cuales la que se refiere al hecho de que no aclara las ca usas o
los procesos que provocan los síntomas no nos parece justa, porque no era esa su
intención), es actualmente la más utilizada, especialmente por los terapeutas que
valoran su carácter práctico.
No diremos que tal niño es tal cosa, sino que presenta actualmente un conjunto
de dificultades que le sitúan, de momento, en tal grupo.
l nc; Nli\05 Dt SFAc;IC U~
;J¡:;! ......... ··-··
• DLD
DeveloprPcnial
Languagc
Disordcrs
0 ASO
Autist:r.
Spec1run1
Disordcrs
FIGURA 3
Flechter ( 1991) c lasi fica los errores cometidos por los niños en tres grupos:
«mazes .. (falsos inicios. repeticiones, reformulaciones), problemas de formulación
(errores no corregidos y que afectan la selección lexical o las relaciones sintácticas)
y errores gramaticales (omisión o error en nexos. flexiones verbales... ).
Desde los primeros estudios, los autores han señalado la presencia muy frecuen-
te de otras alteraciones del desarrollo en los niños con afasias y disfasias congén i-
tas.
Hemos intentado reunir aquí los aspectos más destacados, indicando los estu-
dios donde el lector interesado pueda encontrar más información:
Aspectos cognitivos:
Aspectos perceptivos:
Aspectos psico-motores:
Aspectos conductuales:
En la más reciente revisión de los distintos modelos explicativos del Déficit Espe-
cífico del Lenguaje (SU), Bishop (1992) recoge seis hipótesis fundamentales.
Esta hipótesis permite dar cuenta tanto de las dificultades fonológicas como del
agramatismo y de las dificultades morfológicas: en ese sentido. la propia D. Bishop
( 1982) señala la semejanza de algunos de los trastornos sintácticos señalados en
niños SU con los errores típicos de Jos niños y adolescentes sordos (cuyo " input,
auditivo es, evidentemente, muy alterado): se pueden observar algunos ejemplos en
las muestras comparativas de narraciones. al final de este libro. página 167.
Device, inn ato, la explicación más lógica para aquellos niños con gran des defi-
ciencias al respecto es que presentan un défici t innato también en aq uel dispo-
sitivo .
Es una postura apoyada por aquellos que interpretan ciertos síntomas lingüísticos
como «desviantes,: refleíarían precisamente ese defecto estructural en la construc-
ción del lenguaje, aunque en un aspecto más concreto, como es la morfología gra-
matical (Ciahsen, 1989; Grimm y Weinert, 1990).
Gopnik y Crago (1991) proponen el término de «Feature Blindness•• para este fra-
caso total en el aprendizaje de marcadores morfológicos.
En ese sentido, el hecho de que los d isfásicos fuesen capaces de elaborar. por
eíemplo, representaciones semánticas, pero no de extraer información semántica de
las estructuras gramaticales. supondría que aplican a la adquisición del lenguaje
una «herramienta, no sólo insuficiente. sino diferente, lo que daría cuenta del carác-
ter frecuentemente extraño de su expresión verbal.
La H4, por el contrario, sostiene que las dificultades del disfásico son. ante todo.
la manifestación de un déficit conceptual más general no limitado al lenguaje.
En este caso. como en otras explicaciones cognitivas de los trastornos graves del
lenguaíe. se plantea el problema de hacer encaíar ciertos datos, especialmente el
caso de aquellos niños «hiperverbales•• (el famoso caso de Laura, descrito por
Yamada, 1990), capaces de adquirir un lenguaje carente de la mayor parte de los
síntomas descritos en los disfásicos, a pesar de niveles de desarrollo cognitivo a
veces inferiores a lo que llamó Piaget el nivel de las operaciones concretas.
Kamhi y ot. (1984, 1985) considera que las dificultades del disfásico pueden
resultar de problemas generales en la comprobación de hipótesis y la formación de
conceptos: intentó demostrarlo a través de una experiencia de adquisición de voca-
bulario nuevo, comparando niños con SU y niños normales equiparados en edad y
en inteligencia no verbal y a través de otras pruebas de discriminación del aprendi-
zaje (Nelson y ot. , 1987).
La H6 recoge estudios que señalan, desde hace varios años. las dificultades de
la mayor parte de los niños disfásicos en tratar y almacenar la información , sobre
todo si ésta se presenta a c ierta velocidad (Montgomery y ot., 1990; Talla! y ot. ,
1991).
El niño di sfásico estaría más afectado en tareas que requieren operar con repre-
sentaciones mentales procesadas secuencialmente que en aquellas que lo hacen
simultáneamente.
Observaron , en efecto. que existían diferencias pero que, entre varias modalida-
des. los nir'\os con trastornos de lenguaje func ionaban peor cuando se le daba una
ayuda semántica (como la clase a la que pertenecía la palabra).
A"ii"'FTTn"i · n:rmll.:U~ · Y UI::SLRIPTIVOS 39
Los autores proponían como posible explicación que, además de una memoria
deficitaria, estos niños tenían menos capacidad para tratar la información verbal: lo
que para los niños constituía una pista, para ellos suponía una confusión al aumen-
tar el número de datos a tener en cuenta.
Subrayaban algo que volveremos a mencionar más tarde, y que suele ocurrir
cuando estos ninos no consiguen responder a una pregunta o formular un deseo:
los interlocutores interrumpen un proceso añadiendo elementos que les desorientan,
en vez de ayudarles, porque deben incorporarlos a los anteriores.
Aunque las H2 y H6 pare7can las hipótesis que pueden predecir mejor el conjun-
to de alteraciones lingüísticas y no lingüísticas registradas en los disfásicos, se
deben subrayar algunos puntos importantes.
Ciertas contradicciones entre los estudios que intentan apoyar tal o cual hipótesis
pueden achacarse fácilmente a la heterogeneidad de los casos elegidos y de los
métodos de recogida de datos.
Cuando se analizan los criterios seleccionados por los autores para la forma-
ción del grupo de niños distásicos de sus estudios. uno se da cuenta muchas
veces que la falta de una definición común facilita que las poblaciones elegidas
coincidan sospechadamente con la idea que se hacen los autores de lo que es
«un niño disfásico,. Es un tipo de razonamiento circular que nos vamos a
encontrar a menudo: lo volveremos a mencionar en el capítulo dedicado a la
evaluación.
Para evitar las interferencias, muchos de los estudios (especialmente los que se
inscriben dentro de la corriente ''cognitiva,). rechazan estos niños a la hora de reali-
zar sus experimentos, pero. al mismo tiempo. no pueden evitar entonces sesgar sus
resultados.
Faltan estudios que comparen, por ejemplo. deficientes mentales con y sin tras-
tornos disfásicos.
7. ASPECTOS NEUROLÓGICOS
Estaría de acuerdo también con los datos sobre el predominio en el sexo masculi-
no (en el niño, el hemisferio izquierdo se desarrolla más lentamente y estaría, por
tanto, más expuesto a posibles alteraciones) y la predisposición hereditaria.
Cohen y col. ( 1989) pudieron llevar a cabo el estudio neuropatológico de una niña
diagnosticada como disfásica (de tipo expresivo). con un nivel cognitivo <<límite•• y
que murió a la edad de 7 años: ellos también recogieron el rasgo de menor grado
de asimetría entre ambos hemisferios, a nivel temporal.
Tallal y ot. (1991), en uno de los últimos trabajos de la larga serie que han dedica-
do a los mecanismos neuropatológicos de la disfasia del desarrollo, utilizando las
técnicas de imagen por resonancia magnética «in vivo, para efectuar medidas volu-
métricas cuantitativas de las estructuras cerebrales específicas, han encontrado
anormalidades en la corteza parietal superior, prefrontal y temporal, así como en los
núcleos diencefálicos, que están relacionadas precisamente con los procesamien-
tos multimodales y la integración senso-motriz.
De momento. proponen dos hipótesis para estos trastornos: una disfunción del
sistema celular específico que sostiene los procesos rápidos de tránsito o un lapso
anormal en el relé sensorial por los núcleos talámicos intralaminar y reticular.
Sin embargo. es todavía pronto para pensar en llegar a corto plazo a una confir-
mación precisa de la naturaleza exacta de estas disfunciones: aunque aparezcan
implicados varios factores etiológicos, los procesos a través de los cuales estos
afectan o interrumpen las funciones cerebrales responsables de los distintos aspec-
tos del lenguaje en el niño distan mucho de quedar esclarecidos.
Otro tema apasionante que puede aportarnos informaciones sobre el papel que pue-
den desempeñar cada uno de los hemisferios cerebrales es el estudio de lo que ocurre
con aquellos niños que sufren lesiones cerebrales precoces, antes de la adquisición
del lenguaje, en aquellas zonas que tradicionalmente se han relacionado con esa fun-
ción.
Aunque Gérard (1991) afirme que, en una serie personal de niños con lesión del
hemisferio izquierdo, ha encontrado que un 50% presenta cuadros similares a los
descritos en la disfasia, la mayor parte de las anomalías registradas por otros auto-
res, en trabajos recientes, son mucho más leves.
Aram y ot. (1990), centrándose en el aspecto de fluidez del habla, han estudiado
20 niños con lesiones precoces del hemisferio izquierdo y 13 con lesiones del
hemisferio derecho, comparándolos a niños normales.
42 LOS NIÑO<=; 01!:.1-Á S ICOS
Sin embargo, el tipo de dificultades de fluidez difiere según la lesión sea izquier-
da o derecha: éstas. en los niños con lesiones del hemisferio izquierdo, consisten
sobre todo en alargamientos, mayor sensación de esfuerzo al hablar y mayor núme-
ro de interjecciones, mientras que, en los ninos con lesiones del hemisferio derecho,
se man ifiestan más por repeticiones de partes de palabras. cortes en las palabras y
alteraciones de las pautas entonativas.
Feldman y ot. ( 1992) han estudiado 5 nir"\os con lesión izquierda y 4 con lesión
derecha. ocurridas antes o poco después del parto: concluyen que. después de
unos retrasos iniciales , su evolución es muy parecida a la normal, y que «algunas
lesiones unilaterales provocan efectos ligeramente perceptibles sobre la evolución
del lenguaje .. (pág . 89).
En nuestro país. Gabari y Pollan ( 1002). hun comparado 1-1 niños con lesión
izquierda connatal a 14 niños de un grupo de control, llegando a la conclusión de
que el hemisferio derecho intacto tiene capacidad de suplencia funcional para el
desarrollo del lenguaje, pero que esta capacidad es limitada y que los ninos con
lesiones muestran un rendimiento significativamente interior en aspectos como la
denominación o la programación sintáctica.
Se trata más bien de precisar su cuantía y su naturaleza, por una parte, y de dife-
renciar el cuadro de otras entidades patológicas susceptibles de explicar también
una parte o la totalidad de los síntomas.
Lo que debe centrar nuestra atención es el contraste entre los distintos resulta-
dos obtenidos y su interpretación global. Se suele combinar, en proporciones que
varían según la edad de los niños y la disponibilidad del material, tests o escalas
con el análisis de registros del lenguaje espontáneo. Las escalas, para estos casos
cuyos déficits son tan importar.tes. nos sirven más para sistematizar nuestras obser-
LOS NIÑOS OISFÁS ICOS
la comunicación no-verbal
• Mantenimiento de la mirada.
• Gestos de designación (proto-imperativos y proto-declarativos).
• Mfmica facial.
• Mímica gestual natural.
• Códigos gestuales internos a la familia.
• Gritos, onomatopeyas, jerga entonativa ...
el habla
el léxico
No hay evidencias de que las dificultades se deban siempre a una u otra explica-
ción: es probable que existan ambas alteraciones y, de cara a la intervención. inte-
resa descifrarlas.
.. ves. es un pa ...
Es un paya ... ".
Está suficientemente claro que los niveles alterados no son los mismos en un niño que
completa en este caso con <<·iendo••, con «dO••, con ccsube, o que no completa nada.
aunque todos ellos hayan respondido con silencio o con <<no sé" al primer intento.
Pruebas disponibles:
Peabody (comprensión).
Garner (comprensión y expresión).
Bochm (comprensión).
Reynell (comprensión y expresión).
Reynel l (comprensión y expresión).
Fluidez léxica deiiTPA (expresión/evocación).
Comprensión oral deiiTPA.
Asociación auditiva del ITPA (expresión: las consignas pueden funcionar como
sistema de inducción para ciertos niños).
PLON (comprensión/expresión).
Test de Vocabulario de Bastón (expresión).
Otro punto se refiere a c ie rtos aspectos cualitativos de las d ificu ltades lexi-
cales, generalmente observab les con mayor facil idad en expresión espontá-
nea:
posicional (el orden de las palabras suele coincidir con su función en la oración) y la
morfa-sintáctica (teniendo en cuenta las características morfa-sintácticas de los
enunciados).
Van der Lely y Dewart (1986). comparando niños con SU a niños normales con un
mismo nivel de comprensión, según los tests, mostraron cómo los primeros utiliza-
ban mucho más las dos primeras estrategias, incluso en enunciados donde la apli-
cación de la tercera era obligatoria.
Adarns ( 1990) revisó casos de niños clasificados como que presentaban trastor-
nos puramente expresivos y, utilizando items donde intervenían modificaciones del
orden habitual de la frase, la inclusión de relativas y oraciones pasivas, registró dife-
rencias significativas respecto al grupo de control.
Las dos últimas pruebas incluyen distintos niveles de inducción que deben
tenerse en cuenta porque. en estos casos, ciertos niños con dificultades de «OUt-
pul" gramatical pueden verlas compensadas en parte por la formulación de los
items.
ción propia. y otros que presentan niveles de alteración diferentes según la modali-
dad.
la pragmática
El PLON es el único test en castellano que incluye una prueba de evaluación del
uso del lenguaje.
denominaciones
atributos
demandas
comentarios
referencias verbales al pasado o al futuro
demandas de objetos no presentes
demandas de información
afirmaciones
negaciones
emisiones de rechazo
indicación de no existencia
llamadas de atención
expresiones ritualizadas.
1. INTRODUCCIÓN AL TEMA
En España, Pérez Pereira (1992) utiliza un marco de referencias para c lasificar las
producc iones lingüisticas.
Personal: Acción
Determinación/Intención
Rechazo
Protesta
Petición: Petición de acción
Petición de permiso
Ofrecimiento
Atención/Mostrar
Desc ripción : Identificación
Acontecimiento
Propiedades
A SPfTTfJS • TEÚRICOS • Y · or:~ r R IPTIVOS
.............~1
Ubicación
Tiempo
Afirmación/Establecimiento: Regla
Evaluación
Informe de estado interno
Atribución
Explicación
Reconocimiento
Aceptación
Aprobación/Acuerdo
Desaprobación/Desacuerdo
Reali zativo: Broma
Proclamación
Aviso
Molestia
Promesa
Organización conversión : Devolución de turno
Marcador de límite
Selección hablante
Marcador de cortesía
Acompanarniento
LlamadaNocativo
Preg unta
Respuesta
Repetición/! mitación
Identificación elicitada
Rutina
Exclamación
No clasificada
Doble código
Finalmente, Adams y Bishop { 1989) han elaborado protocolos de anál isis de con-
versaciones, orientados sobre todo a valorar el respeto de las reglas conversaciona-
les. como el turno de palabra o la adecuación de la información.
Gérard (1991) recomienda también el uso del Reporter's Test (De Renzi y Ferrari,
1979), que propone situaciones de comunicación referencial donde el niño debe
describir a un interlocutor «ciego" lo que está realizando otra persona con unas
fichas de plástico.
Otro tanto ocurre con su forma de conseguir ayuda cuando es él quien no entien-
de al otro.
ASPECTOS • TEÓRICOS • Y • DESCRIPTIVOS
Varios estudios (Gallagher y Darnton, 1978; Prather, 1989; Fujiki y ot., 1990) han
analizado las alteraciones, en conversaciones, de estrategias como las reacciones o
los solapamientos de los interlocutores, las peticiones de aclaración o las respues-
tas a las mismas, las estrategias de reparación cuando se cometen errores o no se
consiguen los propósitos iniciales.
Es difícil, entonces, saber si se trata de una dificultad pragmática o más bien sin-
táctica o, incluso, de una destreza gramatical demasiado pobre como para permitir
una re-organización del mensaje bajo una forma distinta a la primera.
el meta-lenguaje
El concepto mismo de palabra es algo que sólo existe de forma intuitiva, no cons-
ciente, antes de verse reforzado por el aprendizaje de la lecto-escritura en la escue-
la (Roberts, 1992).
54
Consiste en elaborar una lista de frases extraídas del registro del propio niño, en
las cuales ha cometido errores, mezclarlas con frases sími!afes correctas y propo-
nérselas. pidiendo que nos diga sí estas frases están bien dichas o mal dichas.
Así, a Jos seis de Gérard, sería posible, en nuestra opinión, añadir dos más:
• Hipoespontaneidad.
FIGURA4
1 Conversación preliminar
11 Tareas táctiles y quinestésicas
111 Tareas visuales y viso-espaciales
IV Tareas motrices (motricidad fina y gruesa)
V Tareas motrices orales (Praxias y dinámica)
VI Tareas auditivas no verbales ·
VIl Tareas auditivas verbales (repetición de fonemas. seudo-palabras, frases.
listas de palabras, historia)
VIII Discriminación fonémica
IX Flt.lirlP.7 vArh81(vocabulario y organización léxica)
X Ordenación de secuencias de dibujos
XI Descripción y narración a partir de d ibujos temáticos
XII Comprensión de construcciones lógicas y gramaticales
Con todo, la inclusión de este aspecto en unas pruebas generales como ésta
puede resultar útil para llamar la atención sobre algunos casos e indicar así la nece-
sidad de una exploración más detenida.
ASPECTOS • Tf:.ÓRICDS • Y • DESCRIPTI VOS
Representa también una tendencia muy interesante en los tests de superar el cri-
terio tradicional de respuestas correctas-incorrectas y de profundizar en las distintas
posibilidades de contestar mal a un ítem.
Cuando se han obtenido ya suficientes datos acerca del nivel receptivo y expresi-
vo del niño, queda por saber si estos síntomas no se deben a determinados cua-
dros patológicos más generales (deficiencias sensoriales, deficiencia mental, autis-
mo, deprivación social ...).
Leblanc (1982) aconseja el uso del Hiskey Nebraska Test of Learning Aptitu-
de, por el carácter no verbal incluso de las consignas (ha sido adaptado para
sordos) y por la inclusión de varias tareas de tipo secuencial, en contraste con
otras más inmediatas.
Lahey (1990) analiza los problemas que plantea la interpretación del nivel de
desarrollo de los niños en función de la «edad mental .. , práctica sin embargo
LU~ 1\'1:\105 DI SFA SirCl S
defendida por muchos especialistas de la evaluac ión como Howlin y Kcndall ( 1991)
y, concretamente, la utilización de la discrepancia entre escalas manípulativas y
escalas verbales como sistema de identificación de trastornos específicos de len-
guaje.
Cuando vamos a examinar por primera vez a un niño ya mayor, es posible que
nos sorprenda el no encontrar fallos significativos en áreas donde sería lógico
hallarlos por el tipo de síntomas que presenta el lenguaje del niño.
Esto se debe a que tanto el lenguaje oral como el lenguaje escrito son funciones de
aprendizaje social cuyo proceso se extiende sobre un lapso bastante largo de tiempo.
Estudios longitudinales como el de Bernstein y Stark (1985) muestra cómo déficits per-
ceptivos precoces pueden alterar la adquisición del lenguaje de forma duradera, incluso
cuando estos déficits van desapareciendo con el tiempo y la maduración neurológica.
nivel psicomotor.
estructuración viso-espacial,
discnrninación auditiva.
Una vez recogirjos y analizados los (jc..¡tos. una vez determinada la posibilidad de
encontrarse con 4!.1n lrastorno especifico de lenguaje. o sea una disfasia del desarro-
llo, nos queda el trabajo de retomar osa información para construir el modelo indivi-
dual de funcionamiento lingüístico de este caso concreto.
Más que colocarlo en una de las categorías propuestas por las clasificaciones
(que están allí para ayudarnos pero no para limitar nuestra inteligencia) se trata de
establecer las primeras hipótesis acerca de qué nivel(cs) está(n) alterado(s) y
es(son) responsable(s) de las deficiencias del código verbal y de su buena adapta-
ción a los objetivos de la comunicac ión.
Para ello, lo único que podemos hacer es partir de los modelos existentes acerca del
funcionamiento lingüístico normal y encontrar el punto (o las combinaciones de puntos)
cuya perturbación permite predecir los sintomas que hemos observado en el niño.
FIGURA 5
t:mi.:;íón verbal
input output
J.
p roc~sos
acústico-fonétic-os
+
representación rcprc~eotació n
fonética fonética
·. +
decodificación
fonológica
•
rcpresr.ntacíón
fonológica
rcprcscnuu..ión
fonológíca
+
acce:so al codi!icación
t
li:xico lo noiógica
t
rcpresentadón representación
morfo-l(:xica morlo-léxic;¡
análisis
sintáctico
+
repre..'icntaciím · rcpre~entación
sintáctica sintáctica
~ t
interpretación p l:mi!icadim
:~<:m;intic;•
L_-~~-ll t[,rt i\·a
~ t
reprc$cotación representación
~\:moimica
sem;inl.ica
t
interpretación plmific:lción
pragmática sem ántica
~ t
representación representación
pragmática p ragmática
Es preciso evitar que esta situación refleje directamente los aprendizajes explíci-
tos que se han trabajado a lo largo del período de tiempo transcurrido.
de las evaluaciones periódicas no podrá hacerse con seguridad hasta haber obteni-
do varias de ellas, lo que nos permitirá diseñar un perfil a partir del cual proyectar
expectativas realistas .
Para los demás, de momento. nos parece que debemos aceptar una filosofía
«posibilista,. que intentaremos transmitir a la fami lia, y que podríamos resumir en
tres niveles de objetivo.
• Para los casos más graves. teniendo en cuenta la extrema lentitud de su evolu-
ción espontánea. cualquier evoluc ión obtenida en un plazo corto de tiempo
(uno o dos meses, por ejemplo) debe interpretarse como un efecto positivo de
la intervención.
!iEiiUNOA PARTE
INTERVENCIÓN L060PÉDICA
CON LOS NIÑOS DISFÁSICOS
·- ·-· J?.S. ···
INTRODUCCIÓN
En nuestra bibliografía hemos señalado con * los trabajos que incluyen referen-
cias terapéuticas concretas: podrán observar que constituyen una minoría.
No podemos sustituirle como agente princ ipal de este proceso ni alterar en pro-
fundidad nuestro papel como parte de ese entorno social donde el niño debe
encontrar y provocar los modelos de comunicación y de lenguaje ajustados a sus
necesidades y características.
En la literatura actual existen básicamente dos vías para exponer la parte práctica
de nuestro tema.
Algunos autores, frente a la imposibilidad de ofrecer un modelo único para una
patología que adopta formas tan diversas. han elegido una presentación «impresio-
nista", esencialmente basada en la descripc ión de casos de cuya experiencia se
extraen unos pocos principios fundamentales. Esta vía, que parte de las característi-
cas del SuJeto, ha sido elegida por muchos expertos franceses: Aimard (1972). Tou-
zin (1992, con un intento de sistematización a partir de la clasificación de Le Heuzay
y ot.) pero, sobre todo, el extraordinario trabajo de Borei-Maisonny (1979). cuya cre-
atividad y sensibilidad para percibir globalmente la problemática de cada sujeto no
han sido igualadas.
Sin embargo, entre la eficacia del trabajo clínico· y la de la transmisión de la infor-
mación a los demás, cabe un amplio espacio y se corre el riesgo de diluir la infor-
mación: del impresionismo se pasa fácilmente al puntillismo, de Renoir a Monet, de
Monet a Seurat, y de Seurat a Pollock.
1<1 otra opción consiste en diseñar un programa de ensef'lanza o de c~ti muloción
del lenguaje oral, ordenando con la mayor precisión posible sus etapas (de acuerdo
con el desarrollo normal del lenguaje); a estos contenidos se les añade unos deter-
minados procedimientos elaborados empíricamente para asegurar su adquisición
por parte de los nir"'os.
Este planteamiento (seguido, por ejemplo. por Dubard, 1974, o Leblanc . 1982)
parte por lo tanto más de lo que se trata de enseñar (sea el contenido, sea el apren-
dizaje mismo) que del sujeto de d icho aprendizaje.
Por otra parte, es difícil aceptar que los procedimientos de aprendizaje no van a verse
afectados por la edad. la conducta o el nivel general de aptitudes del niño en otras áreas.
«In medio stat virtus» , dice la máxima latina: hemos optado por intentar combinar
las ventajas de ambos enfoques con la esperanza de no haber sumado también sus
inconvenientes.
Aunque Leonard ( 1981 ) encontró que las intervenciones que perseguían los tipos
más generales de destrezas lingüísticas eran las que más posibilidades de resulta-
dos positivos tenían, en cuanto a la mejoría de lenguaje. Alpert y Kaiser ( 1992) reco-
miendan tratar tanto los objetivos generales como los específicos.
INTERVENCIÓN • LUbDPÉDlCA ' r:nN • LOS • NIÑOS " OISFÁSICOS
No podemos dejar de insistir. una vez más, en que no parece posible que una
terapia pueda desarrollarse únicamente aplicando un programa detallado por una
persona que sólo conociera su modo de utilización.
Las conductas y reacciones del nif'IO deben ser interpretadas en cada momento
y, para ello, es necesario que el logopeda disponga del mayor conocimiento posible
sobre los mecanismos de procesamiento del lenguaje para que pueda integrar
dichas conductas en las actividades y adaptar sobre la marcha los ejercicios o las
situaciones propuestas.
Hay que mantenerse a la escucha del niño pero, para esto. hace falta saber qué es
lo que debemos oír, a qué debemos prestar atención y cómo intentar darle un sentido.
Es preciso hacer una selección, pero lo que se descubre sobre modelos de fun-
cionamiento de la comunicación verbal y sobre los mecanismos de adquisición del
lenguaje constituye una prioridad absoluta.
Hemos agrupado en este primer capítulo una serie de principios que hemos califi-
cado de generales, porque se aplican al conjunto de niños que llamamos disfási-
cos.
En realidad, estos principios ni son nuestros ni son de nadie: han sido recogidos
de múltiples lecturas y puestos en práctica en la experiencia clínica: algunos nos
han parecido merecer ciertos comentarios o matizaciones.
Si bien es cierto que, como lo afirman Olswang y Baín (1991), «tratar el niño con
SLI es un proceso de aceleración del desarrollo y de potenciación del aprendizaje
INTERVF.NL.:IÚN • LOI"iOI-'Í:DICA • fO N • LOS • NIÑOS • OI SFÁSICOS
que se produce por la sola maduración , (página 85), se trata también y esencial-
mente de permitir y facilitar el acceso a la comunicación y al lenguaje a pesar de
unas deficiencias de base que suelen permanecer a lo largo de todo el proceso de
desarrollo del lenguaje.
Principio de Precocidad
Esto significa, en primer lugar, que una intervención logopédica no está condicio-
nada al establecimiento previo de un diagnóstico diferencial definitivo.
En nuestra opinión, los síntomas siguientes son sufici en tes para aconsejar la
asunción por parte del logopeda (o del equipo en que esté integrado) de un niño y
de su familia: no se trata de pautas de diagnóstico, sino de señales de alarma.
• Desfase entre nivel mental y nivel de comprensión y/o expresión verbal de más
de un tercio del primero.
• Habla totalmente ininteligible para personas ajenas más allá de los 36 meses.
Más de un autor (especialmente desde la psicología) han alertado sobre los peli-
g ros de un exceso de intervencionismo, llegando a decir que una reeducación
podía cristalizar los síntomas en vez de ayudar a su eliminación.
Creemos que sería útil completar esa advertencia puntuali zando que se trataría
en este caso de una intervención inadecuada: muchos expertos no reeducadores
tienden a una visión reduccionista de la logopedia, considerando como única la
modalidad de reeducación sintomatológica directa centrada especialmente en la
producción de habla.
Principio Etológico
En la actualidad, y dentro de una línea abierta por gente tan ilustre como Vigotsky
o Bruner, la mayor parte de los especialistas participan de la idea de que el lengua-
je oral se adquiere para y por la comunicación social, aunque desempeñe también
otras func iones. especialmente cognitivas.
Esta postura nos ha llevado a intentar mantener en cada actividad y en cada pro-
cedimiento de aprendizaje el mayor grado posible de funcionalidad comunicativa,
tal como ocurre en el desarrollo normal.
Como lo hemos descrito en trabajos anteriores (Juárez y Monfort, 1989) ocurre sin
embargo que. dado el tremendo desfase que ciertas patologías graves como la sor-
dera profunda o las disfasias provocan entre el desarrollo general del niño y sus
aptitudes verbales. resulta necesario recurrir a técnicas formales para asegurar el
aprendizaje de algunos contenidos. especialmente en aspectos de sintaxis superfi-
cial o de fonología.
Para más detalles, nos remitimos al modelo interactivo que encontrarán en la obra
antes referida.
Sin embargo, hemos visto que las dificultades específicas de lenguaje se sitúan
dentro de un contexto general de desarrollo cuyas diversas facetas le dan su verda-
dero alcance.
Este perfil multi-axial nos sirve para el «d iagnóstico, diferencial, pero se utiliza
sobre todo para tomar las primeras decisiones en cuanto a los pasos a seguir.
Así, un niño con motivación y cierta faci lidad para la expresión gráfica dispone de
un apoyo potencial de gran envergadura, tanto para la comunicación como para el
aprendizaje de determinados contenidos lingüístico.
Aunque es cierto que, en las disfasias, suelen concurrir un gran número de disca-
pacidades, no es raro tampoco observar excepciones donde, por ejemp lo , la
memoria visual, la retención aud itiva g lobal o la expresión mímico-gestual aparecen
con niveles normales o incluso superiores a la media.
Principio de Multísensorialidad
Es posible, sobre todo si se refuerza con algún sistema específico, hacer llegar al
niño parte de los elementos que componen el habla y el lenguaje por la vista y el
tacto.
En segundo lugar, en casos de evolución tan lenta como los disfásicos, la deci-
sión de esperar para estar seguros del fracaso de.un determinado tipo de interven-
ción pedagógica representa en realidad un lapso de varios años que pertenecen
precisamente al período de mayor educabilidad para la comunicación y el lenguaje.
Se trata de un principio a menudo citado por los autores. sobre todo si provienen
del campo de la psicolingüística (Ronda!, 1982: Leblanc , 1982) y, en principio, se
podría suscribir ampliamente: el método materno sigue siendo el mejor método
conocido para transmitir una competencia máxima de lenguaje.
Encontró que, aunque los preescolares normales aprendían de forma más eficaz
con el modelado que con la imitación inducida, no era ese el caso con los niños SU.
En resumen, se podría decir que las pautas del desarrollo normal siguen constitu-
yendo nuestra referencia básica {cuando existen esos datos, y no es siempre el
caso, sobre todo en idiomas que no sean el inglés, el francés o el alemán) siempre
que las características específicas que presenta la disfasia en un determinado caso
no indique lo contrario.
Quizá, puestos a establecer una jerarquía mínima, podría servir mejor un modelo
de los distintos procesos que intervienen en el desarrollo del lenguaje, que nos indi-
caría un orden de prioridad en los objetivos más que en los contenidos.
De todo lo dicho hasta ahora, queda bastante claro que no disponemos de segu-
ridades tales que nos permitan acertar directamente con todos los casos en la
selección de las estrategias.
Esto nos obliga a una revisión frecuente para adecuar nuestras orientaciones a
las características de cada caso en cada momento de su evolución.
"The process is dynamic. The therapeutic process is seen as one in which a todd-
ler moves in and out of intervencion, using different treatment delivery models and
treatment strategies as deemed appropiate at particular points in time. The clini-
cian·s data are used to monitor growth that is attribuable to intervention versus matu-
ration, and to support the need to revise intervention plans" (Oiswang y Bain, op.
cit., pág. 85).
En casi todos los casos, se ha señalado que el rendimiento de los niños disfási-
cos en tareas de discriminación, imitación, comprensión o expresión están muy en
función del ritmo de presentación de los estímulos.
L 05 N IÑOS OISFÁSICOS
En efecto, ocurre muy a menudo que estos niños necesiten varios segundos para
contestar a una demanda, sobre todo verbal, sea por sus dificultades de recepción
e interpretación, sea por la alteración de los procesos de producción.
En la vida cotidiana, el ritmo habitual de los intercambios hace que, con frecuen-
cia, los demás interpreten estos silencios como un rechazo o como la ignorancia de
la respuesta: entonces no esperan y vuelven a insistir o a emitir otra petición, lo que
provoca un desorden aún mayor en el niño {recuerden la sugerencia de Shear y
col., 1992, que citamos en la página 38).
Hay que mantenerse muy alerta a los signos que demuestran que el ni~o está
atento y sigue el mecanismo de la interacción y esperar hasta que inicie su respues-
ta: a veces la repetición de la consigna no le ayuda porque interfiere en los proce-
sos de elaboración de la respuesta.
La diversidad de los síntomas y de los cuadros evolutivos en los que éstos se ins-
criben descarta desde el principio la posibilidad de diseñar un programa de inter-
vención único, aunque se limitara a principios generales
FIGURA 6
Un modelo de intervención en 3 niveles
2.2. El nivel de re-estructuración parte del principio de que, en los nir"ios disfási-
cos, ciertos procesos de «in-put" y de «OUt-pul" están gravemente alterados y que
el lenguaje no podrá desarrollarse únicamente con el incremento de la masa total de
estímulos interactivos.
(Estos dos puntos deberán, en lo posible, combinarse con las directrices del
nivel 1, ya que la introducc ión de estos sistemas no debería limitarse a las
sesiones de ejercicios.)
Por ejemplo, a partir de un mismo material concreto se puede pasar por las
siguientes etapas:
Las estrategias que vamos a aplicar son muy parecidas a las que vamos a acon-
sejar a las familias. y que detallamos a continuación.
Por lo tanto, parte de lo que vamos a realizar como especialistas coincidirá con lo
que deberemos intentar que hagan los adultos que viven más directamente con el
niño.
~---·-•-••--------·-•-•• •·-- -••••·--=~~=-~~~1!=-!~~=~--~~-~!.~~=-m••• ••·--·- •-••- • • -•-••-••-•--•·----
3.2. Los programas familiares
Es bien sabido que el propio niño constituye el principal motor de las interaccio-
nes comunicativas. sea con sus acciones. sea con sus primeros intentos no-verba-
les, sea con el propio lenguaje: el porcentaje de actos intencionales iniciados por el
niño aumenta al salir del período pre-lingüístico: de un 55% a los 12 meses, pasa a
66% a los 30 meses (Wetherby y ot., 1988).
Es de esperar entonces que, en el caso de los niños disfásicos, sobre todo los
más afectados, se produLca una alteración cuantitativa de la estimulación externa
(menos interacciones espontáneas) y también cualitativa (intervenciones más diri-
gistas. menos flexibles. peor ajustadas a su nivel).
INTERVENLIÚN · 1 nn rJPF[liCA , CON · LU~ \111\inc; ' OIS F,\51[ 0 5
83
Ya a los 2 años, Paul y Shiffer (1991) harl observado que los niños con retraso en
la aparición del lenguaje iniciaban menos intenciones comunicativas , especialmente
en un sub-grupo: las llamadas hacia el adulto para conseguir su atención conjunta
hacia un referente.
Incluso el contraste entre las aptitudes no-verbales del niño y su pobreza lingüísti-
ca puede ser interpretado por ciertas familias como un rechazo voluntario, una
«pereza•• para el aprendi7aje y desencadenar entonces reacciones negativas que
llegan en c iertos casos a la violencia o a la represión.
Existen ya numerosos estudios sobre las particularidades de la interacción comuni-
cativa precoz entre madres y niños afectados de trastornos de la comunicación (sor-
dos, deficientes mentales pero también niños con trastornos específicos de lenguaje).
No coinciden siempre los resultados. como es natural, pero el pesimismo inicial
de los primeros reg istros se ha matizado en general.
Se ha observado así que el proceso de ajuste del lenguaje materno es mejor de lo
que se pensaba y se rige más por el nivel real del niño que por su edad cronológica o
mental: esto significa que muchas madres siguen siendo capaces de ajustar su len-
guaje incluso cuando el niño no responde a las expectativas que ellas pueden tener.
El grupo de Cross, a través de varios estudios (por ejemplo. Cross y ot., 1985) ha
podido mostrar cómo las madres de niños normales ajustan la complejidad scmó.nti
ca y sintáctica de sus enunciados más en función de la capacidad lingüística cam-
biante de sus hijos que en función de su edad o de su desarrollo cognitivo.
Aplicando el mismo procedimiento a diadas de madres con niños de desarrollo ver-
bal rápido. niños disfásicos, niños autistas y ninos deficientes mentales, han encontra-
do ajustes parecidos: subrayan que la habilidad lingüística del niño es un determinan-
te fundamen tal de los ajustes del habla materna y de sus estilos de conversación.
Con todo. tenemos que ser realistas: en los casos más graves . por ejemplo, en
los niños con agnosia o apraxia verbal que van llegando a los 4, 5 o más años, el
desfase entre la complejidad de los contenidos que se desean comunicar y la casi
nulidad de los medios expresivos disponibles limita enormemente la interacción.
Davis y ot. (1988) comparando niños con y sin retraso de lenguaje en situación de
juego, obseNaron que las madres de los niños con retraso hablaban menos y usa-
ban proporcionalmente más órdenes. aunque estas diferencias desaparecían en
situaciones de instrucción.
Moseley (1990). estudiando las formas de introducirse y participar en las conver-
saciones, confirmó datos anteriores sobre las d ificultades de las d iadas madres-
niños con alteraciones do lenguaje en mantener diálogos (muchas veces parecen
más dos monólogos en paralelo que un diálogo verdadero): los tipos de enunciados
eran parecidos a los que se registran en niños normales. pero la fluidez de los inter-
cambios era diferente: con los niños de lenguaje retrasado ocurren constantes inte-
rrupciones, por la necesidad de clarificar muchos enunciados. llegando a perder
gran parte del control sobre la estructura del turno de palabra.
LOS NIÑO!:. 0 15 FÁ51r0 !::.
~---
Información
Formación
Aun que es posib le organi?ar alg unas sesiones de g rupo, este proceso es
fund amentalmente individual, y se lleva a cabo con cada niño y cada familia
paralelam ente a la interven ción del pro pio logopeda en las sesion es de estimu-
lación.
En efecto, en la misma medida en que cada caso es partic ular. cada unidad fami-
liar lo es también, y debemos encontrar en ella las cualidades a refor?ar y los defec-
tos a eliminar.
Esta formación consta de seis puntos principales.
Alpert y Kaiser ( 1992) indican que muchas madres tienen dificultades en identifi-
car algunas de las conductas verbales y no-verbales como peticiones por parte del
niño y, por lo tanto. desaprovechan importantes oportunidades de introducir res-
puestas comunicativas más elaboradas.
--··---· . ···---
¿CÓMO y PARA QUÉ comunica su hijo(a)?
COMO PARA QU E
Pro- Pide Lla- Expre- lmi- Salu· Nom- Con- Pre- Co-
tes- ma sa ta da bra tes- gun- men·
ta la sen ti - eo- ta ta ta
aten- mien- sas
ción tos o
per-
so-
nas
NIVEL 1
Llorando
Sonriendo
Gritando
Vocalizando
Mirando
1\JTERVI::!\JI.HÍN LOC.U I-' Lm r A CON l nc; Nlr\•u =- niSF;\Sil U!'> .J;J7.
Moviendo al
azar bra?os
o manos
NIVEL 2
Haciendo mímicas
Riendo
Produciendo soni-
dos vocálicos y
consonánticos
Buscando alcanLar
el objeto deseado
1--- - .. .. -·· . ·-
NIVEL 3
Moviendo la cabeza
Buscando mirar a
los ojos
Señalando y ha-
cic ndo g esto~;
Mimando lo que
quiere decir
Produciendo soni-
dos que son co-
mo palabras
utilizando de ve7.
en cuando pala-
b ras sencillas
.... '•
NIVEL 4
Utili1ando con
frecuencia p ala-
b ras aisladas
Combinand o pala-
bras difíc ilmente
comprensibles
Combinando dos
p alabras o más
Ulili7ando un len-
guaje gestual o
un tablero de
comunicación . . - ..
LD'5 Nl:\JU':> UISFÁSICDS
r -- - -· - ..
¿A PROPOSITO DE QUÉ comunica su hijo( a)?
1--- - ... ··-·
Campo de Siempre Frecuentemente A veces Nunca Ejemplos ,
comunicación
o actividad
- ·· . --· ·- !
Comida o bebid a
Juguetes
Ropa
Animales
:
Otras cosas
Padres
Hermanos( as) i
Familiares
Amigos
Vecinos
Profesores
Niñera :
Otras personas
- ·-·· .... . ...
Comer
Lavarse '
Jugar
Ir de paseo
Mirar la tete
Escuchar música
Otras actividades
Debemos hacerles llegar que nuestra intervención en la actividad del niño trata
de enriquecerla, dándole ideas, sugiriéndole alternativas, proponiéndonos como
interlocutor, cómplice o simplemente sujeto pasivo de sus iniciativas.
IN 1t::RVENLICÍI\' ·· LUb rJPEUi r A · [UN • LU~ · NINUS · DI~IÁ<;I[U~
Todo lo que vamos a proponer no tendrá siempre éxi to con el niño. y no tenemos
que empeñarnos en que lo incorpore de inmediato.
Garrard (1 989) concluye su trabajo diciendo: " Se cree que cuando los adultos
reducen sus enunciados verbales directivos, los niños incrementan sus contribucio-
nes comunicativas .. (pág. 16).
Aprovechamos también para hacerles ver que todo no se aprende a la primera,
que la imitación suele ser bastante diferida (en algunos minutos o alguno$ días). y
que los aprendizajes requieren en general una cierta <<masa critica " de estimulacio-
nes.
Algunas de las cosas q ue hemos hecho o dicho y que no han parecido tener
mucho efecto en el momento pueden reaparecer más tarde, por su repetición o por
su combinación con otras que les han dado sentido.
Es la última gota la q ue hace desbordar un vaso lleno pero son las miles de gotas
anteriores las que lo han llenado.
En su programa, Alpert y Kaiser ( 1992) desarrollan con sus familias cuatro tipos
bás1cos de recursos natufales para la e:sli1 nulación del lenguaje durante la interac-
ción espontánea.
Una respuesta correcta del niño recibe un elogio inmediato. una expansión verbal y un
acceso al objeto (si dicho objeto está siendo negado o está fuera de su alcance).
La respuesta correcta del niño rec ibe un elogio inmediato, una expansión verbal y el
acceso al objeto .
Se presenta una petición verbal ( .. mand,) relacionada con el centro de interés del
niño.
INTEHVENCILII\: ., Lur; OPÜli[A r ON · 1 OS NI NO ~ ·. OISI A S ICUS
..~.l.
Una respuesta correcta del niño recibe un elogio inmediato, una expansión verbal y
un acceso al objeto (si dicho objeto está siendo negado o está fuera de
alcance).
Una respuesta incorrecta es seguida de una segunda petición (si el interés del niño
es alto y si parece que conoce la respuesta) o de un modelo (si su interés
está disminuyendo o no parece conocer la respuesta).
Una respuesta correcta del niño (o sea, un enunciado espontáneo) recibe un elogio
inmediato. una expansión verbal y el objeto o ayuda.
Se identifican ocasiones en las que el niño está solicitando un objeto o una ayuda
de una forma verbal o no verbal.
Para terminar con este apartado, hemos incluido un ejemplo de dos transcripcio-
nes distintas de una misma situación de atención conjunta: en la primera, el adulto
emplea consignas en general c erradas; en la segunda, busca una cstimulación más
at)ierta y la participación activa del niño.
Una última recomendación se refiere a la simp lificación del lenguaje que vamos a
ofrecer al niño.
Debe entenderse que esta simplificación tiene como ob jetivo la claridad del enun-
ciado, pero no la eliminación sistemática de formas más complejas: podríamos fácil-
mente caer en el defecto de ofrecer al niño un sub-código elemental , d e estructura
reducida.
Proponen como explic ación la alta frecuencia y el uso oblig atorio de estas unida-
des en el idioma hebreo: el niño, dadas las c aracterísticas de este idioma, debería
p restar mucha más atención a dichos elementos, sigu iendo así un p roceso de entre-
namiento más focalizado o intensivo.
Dice Bishop: «Aunque esta opinión sea muy especulativa, presenta importantes
implicaciones para las personas implicadas en la ensenanza de niños con dificulta-
d es de lenguaje.
El trabajo de Leonard y sus colegas sugiere que este enfoque puede ser contra-
producente, (página 37) .
Nuestra sugerencia es que el adulto debe utilizar el lenguaje de la forma más natural
posible (lo que le resultará más fácil si se implica en una situación realmente abierta.
menos ••pedagógica") y que la simplificación debe centrarse sobre todo en la claridad
de lo que se expone, eliminando interrupciones o vacilaciones. apoyándose siempre en
el contexto para· facilitar la comprensión del niño y estando siempre dispuesto a una
reformulación del enunciado si el niño muestra indicios de no l1aber entendido.
Aquí también lo más eficaz suelen ser las demostraciones comentadas ··a poste-
riori " con los padres.
Existe siempre el peligro de que éstos se sientan incapacP.s rlP. c:onseguir los mis-
mos resultados con la facilidad que nos da la experiencia: debemos advertirles que
nos costaría a nosotros también si se tratara de nuestro propio hijo o hija, y que todo
requiere un cierto aprendizaje.
• Aprender a utilizar los juguetes del niño y a verbalizar los juegos simbólicos,
potenci ando el lenguaje acti vo en fu nciones instrumentales o regulatorias
(dame, tira, más, no quiero. otro ... ) antes que el declarativo.
En estos juegos, como en Jos siguientes, es preciso que los padres se diviertan tam-
bién: es importante que observen en nuestras demostraciones que lo pasamos bien
con su hijo o hija, que nos reímos a gusto, que sus conductas nos hacen ilusión
No se puede jugar por obligación.
• Aprender a utilizar para el lenguaje posihiP.s a ficiones del niño, como el dibujo.
Con todo. deberr,..JS ser vigilantes en tratar de controlar al máximo los aspectos siguientes:
• Disminuir la ansiedad buscando los aspectos más positivos del desarrollo del
niiio, felicitándose y hasta premiándose a uno mismo cuando se ha alcan7ado
alguna meta.
F. Aprender técnicas
Cuando este nivel de estimulación se articula con los niveles 2 y/o 3 que incluyen
la introducción de sistemas aumentativos o alternativos de comunicación, los pro-
gramas familiares deben estudiar la mejor manera de conseguir su aprendizaje por
parte de la familia, sea a travós de cursos colectivos (que le añaden un valor de
terapia de grupo muy importante), sea a través de una transmisión individual.
Este punto, por lo tanto, está reservado a las familias de aquellos niños para los
cuales hemos considerado necesaria la inclusión de sistemas complementarios a la
comunicación oral.
INTERVENCIDN • L060PtoDICA • CON • LOS ·· !\liNOS OISFASICOS
4. EL NIVEL DE REESTRUCTURACIÓN
Sus dificultades de comprensión aparecen más en las pruebas y los tests que en
la vida real, por lo menos durante la primera infancia.
Es, por lo tanto. el adulto (familiar o logopeda) quien utiliza esos sistemas mien-
tras comunica verbalmente con el niño, intentando llegar a su cerebro con más posi-
bilidades de éxito.
1 05 N IÑOS DISFÁSICD 5
Permiten hacer llegar al niño a través del canal visual la estructura fonológ ica
de la palabra.
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FIGURA 9
Si el niño no tiene apenas expresión oral, los gestos significativos utilizados por
sus padres acompañando sus palabras le proporcionarán un muestreo donde ex-
traer los primeros elementos de construcción de sus propios enunciados.
4.2.1. Dentro del fenómeno de imitación espontánea, ciertos niños disfásicos utili-
zan los gestos significativos o los gestos de apoyo empleados por los adultos
durante la interacción.
A veces, por lo menos al principio, les pueden resultar casi indispensables para su
pronunciación o para la secuenciación ordenada de las palabras en los enunciados.
Por ejemplo, ciertos ninos con dispraxia verbal consiguen sus primeras construc-
ciones fonológicas inteligibles asociando el gesto de apoyo (o su esboLo) a su pro-
pia pronunciación.
También interviene el hecho de que, para la mayoría de los ni nos, sus primeras
producciones siguen siendo poco inteligibles: el acompañamiento del gesto aumen-
ta entonces notablemente la eficacia comunicativa de la conducta.
Sin embargo, nuestra experiencia nos ha enseñado que esta eliminación es, en
general, espontánea: a partir de un cierto momento, la rapidez de evocación se
incrementa y sí el resultado es inteligible, el propio niño prescinde de la modalidad
gestual sin necesidad de que se le insista en ello.
IN I I:AVENCIÓN • L060PFOir.A ·~-~UN •· L~.S. ... ~ ..NIÑOS ' OI SFÁS II::u s.._.... H . _ l_Q~
_ _
Estos sistemas aumentativos pueden uti lizarse tanto en situaciones abiertas como
en ejercicios dirigidos.
Tiene la ventaja de ser una representación estable (no hay que memorizar) mani-
pulable (el niño puede coger las palabras. construir los enunciados de forma con-
creta) y ordenada en el espacio.
Ejemplos:
FIG URA 10
1 n"i NIÑOS OISFÁSILUS
FIGURA 11
La escritura
Debemos entender claramente que vamos a utilizar aquí la escritura como un sis-
tema aumentativo de percepción y de producción de habla y de lenguaje, y que los
objetivos habituales de la cnsehan7a tradicional de la lectura quedan para más
tarde. si es posible lle~y1r a ellos con el nino en cuestión.
FIGURA 12
Una vez consegu ido que el niño oralice los enunciados trabajados con este tipo
de apoyo, se procedo a la progresiva eliminación de los elementos visuales añadi-
dos.
FIGURA 13
En algunos programas con niños disfásícos, hemos recurrido a las ayudas que se
suelen utilizar con niños deficientes auditivos. colocando sus manos sobre nuestros
labios. mejillas o garganta, y las nuestras sobre los suyos para conseguir un mayor
control inicial del habla y fijar unos primeros patrones de articulación.
Dentro de estas técnicas, hemos observado que algunos niños obtenían mejo-
rías notables en ejercicios rítmicos cuando los modelos de habla y de lenguaje
INTERVF:NLIÚN • L060Pt:OICA • CUN ' LOS • N I NOS ' lll'::lf ÁSICOS
se les presentaban dentro de una melodía o dentro de una entonación muy mar-
cada.
Su imitación era sensiblemente mejor que cuando estos mismos modelos eran
presentados con una entonación normal.
Hemos señalado en la primera parte la frecuencia con la que los niños disfásicos
suelen presentar déficits en determinados aspectos de su desarrollo no-verbal, sin
que se pueda sin embargo determinar si la coincidencia de estas alteraciones con
los trastornos de lenguaje deba interpretarse como una relación de causa-efecto o
como manifestaciones distintas de una disfunción más general.
No es tanto porque una mejoría de éstos vaya a permitir un desbloqueo del tras-
torno verbal, sino porque una mayor armonía entre las distintas facetas de la organi-
zación mental no puede más que ayudar al conjunto del desarrollo.
mita incluir al niño en las normas estrictas de cuadros como el ADHD (Attention Defi-
cit with Hyperactivity Disorder), pueden existir formas sub-clínicas de disfunción do
la atención, relacionadas únicamente con determinadas situaciones o determinados
canales sensoriales.
Los pasos que solemos seguir en este apartado son los siguientes:
Esto supone a veces un difícil equilibrio entre d istintos especialistas, que debería
solucionarse sin trocear ni al nino ni a la propia intervención.
Los procedimientos didácticos suelen basarse en los princi pios del condiciona-
miento operante (Dubard, 1974; Howlin, 1987) o de princi pios más generativos y
estructurales. dentro de la línea de las terapias cognitivas (Juárez y Monfort. 1989;
Gray y Oean, 1989, o Connel, 1989).
ccEs difícil establecer y fijar normas. Insisto en el hecho de que tenemos que utili-
zar todos los medios posibles: si hace falta recurrir a una técnica de condiciona-
miento para fijar un proceso o hábito. quizá sea justo en el momento siguiente cuan-
do tengamos que abandonar esa técnica. ya que hemos conseguido el resultado.
Muchos autores, como Friedman (1980) o Snow (1989). por ejemplo, apoyan la
tesis, por otro lado comúnmente aceptada. de que. cuanto más bajo sea el nivel
cognitivo y/o lingüístico del niño, mejor responde a enfoques más estructurados y,
por lo tanto. más formales.
nes de niños con trastornos de lenguaje, encontró que los niños normales, como lo
preveía, aprendían de forma más eficaz con el modelado que con la imitación indu-
cida, pero que pasaba exactamente ro contrario con los niños con trastornos de len-
guaje.
Cole, Dale y Milis (1991) compararon los resultados obtenidos en una población
de 107 niños de 3 a 7 años que seguían programas para niños con retraso de len-
guaje: 55 recibían un entrenamiento directo, de tipo formal y 52 un programa más
interactivo.
En primer lugar, señalan que las diferenicas encontradas son muy limitadas entre
ambos grupos, pero indican que los niños con mejor nivel inicial habían progresado
más con el programa directo y que los nifios con peor nivel inicial habían mejorado
más con el programa interactivo.
Nuestra postura tendrá que ser, por lo tanto, bastante abierta: en principio cree-
mos que debe intentarse una aproximación lo más abierta posible y reducirla pro-
gresivamente, si es lo que nos aconseja la respuesta del niño: partimos del razona-
miento de que. así. corremos menos peligro de una infra-utilización.
Hasta hace unos pocos años, cuando los distintos métodos dirigidos al desarrollo
de la comunicación oral no obtenían resultado, se consideraban más o menos ago-
tadas las posibilidades de reeducación.
Así, un gesto significativo {como los que pertenecen a la Lengua de Signos, siste-
ma originalmente alternativo) se considera aumentativo cuando el adulto lo utiliza
simultáneamente a una palabra oral que el niño ya conoce, sea para conseguir una
nueva relación semántica, sea para intentar facilitar su integración dentro de una
construcción sintáctica determinada.
El mismo gesto se considera alternativo si, para el niño, representa la única forma
de expresión posible o si su relación con el referente se hace sin el paso intermedio
por la palabra correspondiente del idioma oral.
Ocurre lo mismo con los elementos gráficos que. como lo t1emos visto en el nivel
2. de re-estructuración, permiten aumentar la eficacia comunicativa de los enuncia-
dos verbales pero que pueden ser utilizados sobre tableros de comunicación para
un uso completamente alternativo al lenguaje oral.
Aunque existan varias propuestas de clasificación, podemos admitir que hay fun-
damentalmente dos grandes tipos de sistemas: los que utilizan la expresión corporal
IN ri:HVI::NLJóN • L DFiDPÉDICA • CON " LOS " NINOS • OJSt-Asu:os
y manual (sistemas «Sin apoyo .. , sistemas gestuales) y los que se basan en repre-
sentaciones gráficas (sistemas ,, con apoyo», sistemas gráficos).
Cada uno de estos grupos tienen sus ventajas e inconvenientes que deben eva-
luarse en función de cada caso.
Los sistemas gráficos utilizan imágenes o símbolos más o menos realistas ( ,,pic-
togramas,) o completamente artificiales (<<ideogramas,) de forma exclusiva o con
diversas modalidades de combinación, con la posibilidad también de incluir el pro-
pio lengLJaje escrito.
Soro y ot. ( 1988), en castellano, han propuesto un protocolo muy detallado para la
toma de decisión, selección y evaluación posterior.
Se suele considerar que no es posible dejar que un niño con un desarrollo mental
general de 2 años se quede sin ningún medio de recibir información. ni que un niño
con un desarrollo mental igual o superior a los 3 años siga sin disponer de ningún
medio de expresión.
lenguaje oral. o cuando un niño de más de tres años entiende el lenguaje oral pero
no presenta ninguna producción verbal.
Un punto importante, señalado por Schaeffer y ot. (1980) y recogido también por
Tamarit (1989), es que la introducción del sistema alternativo no sigue siempre las
mismas pautas que el desarrollo normal del lenguaje oral.
Esto se debe, probablemente, al desfase que los niños candidatos suelen pre-
sentar entre su capacidad comunicativa y su capac idad general, desfase que nos
lleva precisamente a tomar la decisión de introd ucir un sistema alternativo. Otra
explicación puede estar en la peculiar dificultad de c iertos niños. como los autistas,
en alcanzar etapas previas como los distintos niveles de intersubjetividad, lo que
modifica considerablemente su relación con los demás.
Asf, por ejemplo, la secuencia habitual comprensión -expresión puede verse alte-
rada: Schaoffer (1986) recomienda empezar más bien por el aprendizaje de con-
ductas expresivas (la .. expresión de deseos").
Sin embargo, es posible que esta regla no se aplique a todos los casos : todo
depende del nivel de alteración de los procesos complejos que subyacen debajo
de una conducta lingüística, incluso simple.
De hecho, oscilará entre los dos extremos de una estrategia totalmente funcional
(exposición a un .. baño de lenguaje alternativo, en situaciones normales de la vida
cotidiana y refuerzo de la imitación, como ocurre en la adquisición normal del len-
guaje) y de una estrategia dirigida explícitamente a la introducción de unas conduc-
tas determinadas.
Para el tema concreto de los niños disfásicos, sin alteraciones muy graves de la
capacidad intelectual ni relacional. la introducción de los sistemas alternativos suele
ser bastante abierta. respetando el estilo de aprendizaje de cada niño, tal como
ocurre en la adquisición del lenguaje oral.
Para estos niños no se plantea demasiado el debate que existe en torno a la natu-
raleza exacta del impacto facilitador que tienen los sistemas aumentativos o alterna-
tivos sobre la comunicación y el lenguaje, y que está abierto actualmente en el
campo del autismo (ver Sílliman, 1992, a propósito del uso de sistemas gráficos): en
efecto, todos presentan conductas de interacción no-verbal donde demuestran
haber alcan7ado el nivel de intersubjetividad anterior a la aparición del lenguaje en
el niño normal y disponer de esa «teoría de la mente, que, según U. Frith (1989), es
tan deficitaria en los autistas.
Por ejemplo, un niño totalmente no verbal que viene utilizando los gestos como
único sistema expresivo, en el momento de acceder a las primeras palabras orales.
dejará progresivamente de necesitar usarlos pero nosotros seguiremos empleando
la mayoría de ellos en los ejercicios de estructuración de frases, para facilitar el pro-
ceso de secuenciación y memorización.
INTERVf.NUÚN • L060PÉOI CA •· CON ,. LOS • NIÑOS ·· UI~I-ÁS I COS
......JJ~.
Por el contrario, si se piensa (por la edad o las c ircunstancias del sujeto) que se
trata de una solución definitiva, sería necesario un mayor respeto al sistema original
para facilitar asf la com unicación con pequeflas comunidades de usuarios del
mismo sistema.
Gérard (1991) sitúa de entrada el problema cuando se pregunta: «El niño disfási-
co no puede adaptarse a la escuela como es . ¿Puede la escuela adaptarse al niño
disfásico?" (página 91 ).
El retraso en la adquisición del lenguaje y el desarrollo limitado que alcanzan
muchos de ellos perturban lógicamente todos los aprendizajes escolares.
Tratando del conjunto de los trastornos evolutivos del lenguaje. y no sólo de los
más graves como las disfasias, los estudios de seguimiento académico coinciden
en senalar un pronóstico negativo para la mayoría de ellos.
En una de las últimas revisiones {Aram y Hall, 1989), estas investigaciones indi-
can que entre un 40 y un 100% de los nif'los con trastornos evolutivos del lenguaje
en pre-escolar siguen presentando alguna dificultad lingüística en la adolescencia,
y que entre un 50 y un 75% experimentan fracasos académicos.
La variación de los resultados de los distintos trabajos se debe sobre todo a las
diferencias entre las distintas poblaciones examinadas que no presentaban todas el
mismo nivel de afectación.
En primer lugar, es probable que los trastornos subyacentes asociados a los sín-
tomas lingüísticos afecten también destrezas y aptitudes necesarias para la mayor
parte de los aprendizajes. aunque sean poco verbales (memoria secuencial, discri-
minación perceptiva. organización lógico-temporal. ..).
En segundo lugar, el canal princ ipal utilizado por la escuela para transmitir el
conocimiento y controlar las adquisiciones sigue siendo precisamente el lenguaje,
es decir. lo que más gravemente se encuentra perturbado en los niños disfásicos.
TRASTORNOS ESTRUCTURALES
/
provocan
~
provocan
SINTOMAS
/ influyen o
~
SINTOMAS
DISFASICOS se reflejan ----~ DISLÉXICOS
~
influyen
provocan
AL f ERACIONES DE LA
~ COMUN ICACIÓN SOCIAL ~
Y RENDIMIENTO I::SCOLAH
IN TERVEN CIÓN • LOGOPÉOI[.A • LUN • LIJ~ • N IÑ~-~.::....~.~ ~~:~_:;~~-S ·- _________lfl
Nuestra opinión es que, para los casos más graves (donde los déficits lingüísticos
se acompañan con frecuencia de otras alteraciones cognitivas, instrumentales o
conductuales) un apoyo de esta naturaleza es absolutamente insuficiente: necesita
combinarse con una adaptación de los niveles académicos y de los medios que se
utilizarán en c lase para el aprendizaje y la evaluac ión, procurando potenciar al
máximo aquellas aptitudes que se encuentran al mejor nivel y siguiendo en lo posi-
ble el ritmo madurativo de los niños.
No es fácil identificarlo: para el niño disfásico sin otras deficiencias graves, nos
valemos de las pautas del niño normal pero no d isponemos de parámetros similares
para juzgar si la evolución lingüística de un niño deficiente mental, sordo o paralítico
corresponde al perfil que cabe esperar en él.
Un<:~ de las medidas más eficaces sigue siendo la que deriva de la filosofía de la
«comunicación total»: demos a los niños al principio el máximo de posibilidades
comunicativas. estimulando todas las modalidades posibles.
Luego. la propia evolución del niño nos irá marcando el camino a seguir y el pro-
grarn8 más adecuado. incluido el nivel y la formación de la comunicación.
CASOS CLÍNICOS
12 1
1. PRESENTACION DE CASOS
l:.n primer lugar. encontraran descripciones del estado inicial de varios nihos que
acudieron a nuestro centro, a veces a una edad ya avanzada. para ilustrar una
situación que se nos presenta con frecuencia y en la cual la evaluación e interpreta-
ción de los datos de observación que podemos registrar plantean serias dificulta-
des.
En las historias que hemos elegido, esta selección aparece de forma más nítida
que en otras y es la razón por la que las exponemos con más detalle.
Los nombres han sido cambiados y, para no sobrecargar las descripciones. cier-
tas informaciones no relevantes han sido omitidas aunque fueron recabadas en su
día.
rna con su extensión en el tiempo y la presencia de << signos positivos» sufic iente-
mente claros.
PABLO
Colabora en el juego simbólico, imitando rnucho las propuestas que hace el exa-
minador con los juguetes , riéndose o ponióndose serio en el momento adecuado.
También torna iniciativas y está atento a cómo reacciona el adulto.
En situación natural (Jo que incluye contexto. entonación, gestos naturales), res-
ponde adecuadamente a consignas como:
Es capaz de discriminar ruidos hechos con juguetes sonoros o imita con instru-
mentos lo que hace el examinador como lo haría más o menos un niño de 3 anos
(distinción entre fuerte y flojo, uno y muchos, muy largo y muy corto).
Se consigue , sin embargo, la repetic ión aproximada de << mamá . agua, nene,
coche, la lu?, allí. ojo " .
Espontáneamente, sólo dice «nO», que utiliza a menudo como una estereotipia al
mismo tiempo que se ti ra de la oreja y también emitB A mP.n1 1rlo 1.:1s onomatopeyas
antes mencionadas.
Las praxias buco-faciales son suficientes como para permitir una pronunciación
incipiente.
En nuestra opinión. este niño , ad emás del retraso mental, presenta en este
momento un cuadro de Agnosia Verbal.
MANUEL
Manuel nos es enviado por la logopeda del centro escolar de grupo reducido
para ninos con problemas de aprendizaje al que asiste desde hace un ano.
El informe psicológico que nos remi ten indica que el niño presenta una deficien-
cia mental ligera (C. I. en el WISC de 65), siendo algo mejor la escala verbal que la
LOS NIÑOS Ol"it-ASICOS
manipulativa. debido a las grandes dificul tades que tiene en general para la estruc-
turación y la orientación espacial.
Manuel aparece como un niño tranquilo. timido y muy dócil, que participa bien en
la realización de las distintas pruebas .
Esa actitud y su edad nos permite aplicar el conjunto de pruebas de lenguaje enton-
ces disponible: Peabody, Reynell. ITPA, donde obtiene resultados muy desiguales.
Es capaz de repetir correctamente todos los fonemas y sílabas del castellano. pero
sus dificultades fonológicas son muy importantes (omisiones, inversiones, sustitucio-
nes) y su fluidez se ve alterada por frecuentes interrupciones, una emisión ralentizada y
una entonación inadecuada {habla como cantando y corno con un acento extranjero).
La consciencia de estas dificultades hace que Manuel evite este tipo de situacio-
nes: en general. intenta hacer un uso económico del lenguaje y permanece pasivo.
aunque atento. en situaciones de grupo.
LA SOS • rl íNICOS 125
Ejemplo de una narración espontánea: Manuel, con mucha ilusión, pretende con-
tarnos un episodio de una serie de televisión que ha visto el dra anterior:
" ... empieza ... , el niño pe ...queno .... pu ... , luego sube .. .. sube a la cama de la
mujer y del hombre ..., y también ..., luego dice no hay allí fuera ... , bañera .. , y no hay
en la .. .. mmm ... , aquí no hay ... AIL .. , dice luego ... ¡Aif! ;Oye, Alf! ... , ¡pan, pan, Alf,
bueno!. .. ¡A trabajar!. .. , yo no. , quiero ... ¿Cómo?.... estaba .... y también Alf... , su .. ,
toma un ... , u ... , algo sueña, pues si..., esto ... dice entonces ja, ja, ja, ja.»
Aunque el caso sume bastantes méritos para ser inc luido en el síndrome Léxico-
Sintáctico (con un añadido en relación con sus dificultades pragmáticas), constitu-
ye un ejemplo del eterno problema de la especificidad de sus trastornos lingüísti-
cos.
lUCAS
Lucas nos viene a través de otros padres cuya hija tenemos en reeducación.
Es el hijo único de unos padres de cultura media-baja, aunque con recursos eco-
nómicos, bastante resignados a las limitaciones intelectuales del niño.
Tiene 10,6 años y asiste a un centro de educación especial.
Es un niño muy autónomo, que se maneja ya solo por el barrio para hacer peque-
ñas compras o montar en bici.
Su comprensión verbal es algo inferior al nivel indicado por los tests de inteligen-
cia pero, en la vida real, se defiende bastante bien: es comunicativo y muy atento a
las señales del contexto.
Las completa con ruidos y onomatopeyas (por ejemplo. dice (( bumba» para
expresar el verbo .. caer") y una gesticulación natural muy expresiva.
La imitación de sílabas aisladas es posible para sílabas directas con /m/. /p/, /t/,
/1/, /Al, únicamente; para las demás, incluso las que aparecen en las palabras que
utiliza, utili7a las anteriores o se niega con cara de impotencia. Por ejemplo, /no/ es
repetido correctamente. pero /na/ es imitado como /mal
Teniendo en cuenta que este niño lleva varios años con un programa de estimula-
ción especial, que incluye sesiones de logopedia. la evaluación del caso resulta,
CAS Oc; • CLINI COS
·- --· - ···'27
por una vez , bastante fácil: estamos frente a una Apraxia Verbal, y el programa
debería incluir la introducción de un sistema alternativo de comunicación , el inicio
del aprendizaje de la lecto-escritura y un trabajo segmentaría a nivel fonético basa-
do en un control multisensorial (visual y táctil) do los patrones de articulación .
FEANA~OO
Cuando Fernando llegó a nuestro centro con dos años, nada le diferenciaba de
los otros pequeños niños sordos que acudían al programa de estimulación preco?.
Hace 18 años, nuestra orientación era todavía muy oralista, enfoque que recibía,
además, el apoyo de sus padres, un matrimonio joven , de c lase media-alta. del cual
Fernando era el primer hijo.
Sin embargo, la repetic ión de fonemas y silabas aislados era bastante parecida a
lo que hacían los otros niños sordos , pero la de palabras era prác ticamente imposi-
ble.
Entre los 4 y los 5 aí'\os, desarrolló una buena capacidad de dibujo que empezó a
utilizar como sistema de comunicación lúdica, durante las sesiones de logopedia.
Para lo demás. había añadido a los gestos naturales todo un repertorio de panto-
mimas extremadamente expresivas, pero muy mal recibidas por la familia que lo
relacionaba con sus pocos progresos en el habla.
Ilustra también los efectos de una orientación inadecuada: tendríamos que haber
modificado el programa inicial y haber convencido a la familia de la necesidad de
un sistema alternativo , desde los tres años. cuando empezamos a sospechar que
algo no funcionaba bien.
TOMÁS
Del historial clínico destacan entre los 5 a los 17 meses frecuentes episodio.:; de
bronqu iti s espástica con fiebre y mucha tos y, entre los 2 y los 3 años una otitis
media ag uda con una pérdida de 40 db en un oído y 20 db en el otro, actualmente
desaparecida.
Durante las sesiones de evaluación, Tomás aparece como un niño muy activo
que se mueve constantemente, aunque con cierto desorden .
Obedece a las consignas generales de las tareas pero su atención es más lábil
de lo que suele ser a esa edad.
En situación abierta, es necesario repetir muchas veces las consignas más largas
o complejas: no se debe a falta de atención , ya que es él mismo quien pide aclara-
ciones con la mirada o <<¿eh? ...
A pesar de analizar con detalle las grabaciones, es imposible aislar en esos epi-
sodios (que pueden alcanzar una longitud de hasta 20 .. sílabas .. ) unidades estables
o «traducibles,, .
personas, verbos, adjetivos y adverbios («aio», por caído; «Pi", pos pis; «má", por
más; "neneno", por pequeño ... ).
Repite bastante bien las palabras aisladas de hasta 3 sílabas con una pronuncia-
ción aproximada pero totalmente reconocible.
l:n efecto, cuando se trata de un retraso simple del habla, puede ocurrir que sus
enunciados largos parezcan <<jerga" en una primera audición, pero el análisis dete-
nido de las grabaciones permite casi siempre establecer correspondencias estables
y llegar a un desciframiento del mensaje.
En estos casos, además, no suele haber tanta diferencia a nivel de palabras suel-
tas entre la emisión espontánea y la repetición.
Queda por otro lado. la posibilidad de que estas dificultades tuviesen relación
con la ligera pérdida auditiva que sufrió precisamente en un año decisivo. pero esa
pérdida no ha sido excesivamente importante y los efectos suelen afectar más el
desarrollo fonético y léxico que la programación fonológica.
Con todo, nuestro juicio debería ser prudente, debido a la edad del niño: sin
embargo, queda claro que requiere una intervención logopédica, sobre todo a la
vista de las consecuencias negativas de sus dificultades sobre su conducta
social.
DULCE
Dulce. que vemos por primera vez a la edad de seis años, es un caso totalmente
especial: nació con una anaftolmia bilateral que supone una ceguera total.
Después, su desarrollo motor. social y lingüístico empezó a presentar unos retra-
sos respecto a la evolución que se espera en los niños ciegos, por lo que se le
mandó realiLar una serie de pruebas ncurológicas, sin llegar a un acuerdo.
En los diversos informes que nos traen, se barajan las posibilidades de un síndro-
me de Goltz ligero. de una «inmadurez, o simplemente de una deficiencia mental.
Sostuvo la cabeza e hizo sus primeros pasos a la edad normal y empezó a andar
sola a los 20 meses.
Según su madre, una persona cult8, muy atenta a la nina y que también tiene un
hijo mayor, Dulce comen7ó los «laleos» a la edad normal y dio la sensación que iba
a empezar a hablar en torno a los dos años pero allí se paró.
A los cinco años, empeLó a repetir el final de ciertas palabras para asentir a las
preguntas del tipo ,,¿Quieres ...?", y luego a decir de forma espontánea algunas de
ellas, como ''mamá, papá, agua, sí .. , pero en muy contadas ocasiones.
El problema más preocupante ahora es que lleva varios meses con estereotipias
(balanceo, chupar juguetes, movimientos de manos contra la boca de forma convul-
siva y auto-mutilación, mordiéndose la muñeca)
• Imita muy bien las melodías y las secuencias rítmicas, siendo una de las activi-
dades que más le gusta, pero no repite sílabas aisladas ni palabras; se descu-
bre así que conoce algunas canciones infantiles y populares de la época.
INTERVENCIÓN
Este programa incl uia un diseño de la jornada de la niña de tal forma que estuvie-
ra el menor tiempo posible sin la estimulación de algún adulto. evitando así el incre-
mento de sus conductas de auto-estimulación.
EVALUACIÓN
Se apreció una evolución positiva. aunque muy lenta, al cabo de unos tres meses,
especialmente en su capacidad de respuesta al lenguaje de los demás, aunque
siempre con un tiempo de latencia muy largo, salvo en situaciones de gran enfado.
El aprendi zaje de la dicotomía sí-no costó trabajo pero supuso un gran avance en
la comunicación con la niña ya que, entonces, pudimos averiguar sus deseos recu-
rriendo a la enumeración.
Por ejemplo, jugando con un muñeco con el que simulábamos pequenas conver-
saciones, se registraba lo siguiente:
En algunas semanas, se pudo introducir los artículos y las preposic iones .. a, en,
con, de,. así como la conjunción "Y".
Este caso ilustra bien la dificultad de aplicar los esquemas descriptivos de los
cuadros disfásicos cuando aparecen en nii'los que presentan otras deficiencias tan
graves como en el caso de Dulce: algunos indicios pueden hacernos sospechar
algo al principio, pero es la propia evolución del cuadro y la respuesta a las estrate-
gias educativas lo que nos permite. en definitiva, acercarnos a la verdadera natura-
leza del problema de lenguaje.
BEGOÑA
Begoña ingresa en nuestro centro con un diagnóstico inicial de sordera bilateral pro-
funda neurosensorial, posiblemente debido a unas infecciones en los primeros meses.
Era la segunda hija de un matrimonio de clase media que acaba de tener un ter-
cer hijo, varón.
Sin embargo, esta sordera más los problemas de conducta de la niña (¿primarios
o secundarios a ella?) explicaban suficientemente el cuadro lingüístico y fue la hipó-
tesis aceptada entonces.
Entre los 4 y los 5 años y medio, B. siguió con sus sesiones diarias. y luego alter-
nas, de logopedia, con progresos notables en todos los aspectos de su lenguaje.
\J36'. ··· LOS NIÑOS 0 1 Sf'A~ILU5
No conseguía separar las sílabas de una palabra. lo que hacía improductivos los
intentos de corrección por imitación de los componentes de una palabra errónea: a
velocidad normal, la niña volvía al patrón anterior.
Por otro lado, presentaba muchas dificu ltades en el uso de la morfología (femeni-
no, plural, fl exiones verbales). justifi cables en caso de sord eras más profundas ,
pero no en el suyo: era capaz de repetir correctamente sin lectura labial frases con
numerosas flexiones de este tipo.
EVALUACIÓN
Ha aprendido a leer y a escribir con dificultad. pero lo hace a esta edad de forma
correcta y funcional a un nivel que corresponde , aproximadamente, a un final de 1Y
EGB.
El caso de Begoña evidencia las dificultades que se nos presentan cuando coin-
ciden en un niño dos patologías del lenguaje cuyos efectos pueden solaparse
(como en los trastornos de la morfología): no es siempre posible relac ionar con
cada causa los efectos observables. pero es necesario intentar por lo menos divisar
diferencias fundamentales traducibles en tomas de decisión desde el punto de vista
educativo o terapéutico.
BRUNO .
Cuando vemos a Bruno por primera vez, tiene 4.2 años. Es el segundo hijo de
una familia de clase media: su hermana mayor tiene 8 años.
LOS NIÑOS OISFASI[U~
Traen una serie muy completa de estudios médicos (examen ORL. con audiome-
tría, cariotipo y estudio neurológico con EEG, normales) y psicológicos: este último
concluye en la normalidad también de su capacidad intelectual, señalando un défi-
cit de la atención y un retraso simple del lenguaje.
Empezó a andar a los 20 meses y dijo sus primeras palabras en torno al año, aun-
que luego se paró.
Sigue con enuresis nocturna y, a veces, diurna y, .en general, duerme poco y mal.
Asiste a una escuela infantil sin grandes problemas de adaptación pero muy
escaso rendimiento.
La madre es una mujer muy nerviosa, muy angustiada por el problema del niño, y
el padre, hombre muy ordenado y sistemático. se muestra más afectado por el com-
portamiento desordenado de Bruno, sobre todo en público (lo toca todo, habla gri-
tando, es caprichoso ... ).
Optamos por citarle otro día y eliminar de una pequeña habitación todo lo que
podría distraerle: de esta manera conseguimos registrar conductas un poco más
estructuradas, pero resulta imposible terminar un test en condiciones.
Bruno: /uno, do, te, wato, sinko, sei. sete. oto, webe, des/.
Para las otras. se obtiene siempre la misma respuesta: el fonema /g/ seguida de
la vocal de la primera o de la última sílaba.
Sin embargo, la repetición de sílabas directas es correcta para: /m/, /p/, /b/, /s/,
/f/, /1/. /ti. /k/. /g/, IIJ. /d/, /n/, /x/.
Con estos datos, se inicia una intervención, tres veces por semana, dentro de un
conjunto de medidas generales de estimulación (ingresa en una escuela donde se
hace integración y recibe apoyo así como en un grupo de estimulación psico-
motriz).
LOS NIÑUS OI S FAS ICOS
No hay todavía una evaluación definitiva: existe la posibilidad de una ligera deficien-
cia mental, de un cuadro de ADHD (Trastorno de Déficit de la Atención con Hiperactivi-
dad) y de un síndrome disfásico o, incluso, de una combinación compleja de los tres.
En estos primeros momentos, se indica incluso a los padres que no insistan tanto
en pedir al niño lenguaje expresivo ni las pequeñas tareas escolares (pintura. punte-
ado ... ), sino atención y comprensión.
PRIMERA EVALUACIÓN
Al cabo de un curso (Bruno tenía entonces justo 5:0 años), los progresos obteni-
dos eran todavía limitados.
CASOS • CUNICDS
J4.l·
Existía una expresión gráfica incipiente (esbozo de una figura humana y de los
elementos tradicionales del dibujo infantil: sol, casa, árbol, coche) .
EVALUACIÓN
Sus problemas de atención en grupo. en realidad, siguen siendo muy grandes pero
como ya no perturba el funcionamiento de la clase (ya no se levanta a cada momento . )
se aprecian menos. Su enuresis diurna se ha controlado y la nocturna es esporádica.
Su comprensión verbal (en situación de diálogo con una persona y en las prue-
bas objetivas) se asemeja ahora a su nivel general de desarrollo, cuya heterogenei-
dad, además, se ha reducido mucho con una excepción: el cálculo y el razonamien-
to matemático, completamente parado. Necesita ayuda para la simple acción de
contar 3 ó 4 objetos.
Pronuncia correctamente todo, menos la 1 f/ y los sinfones, mientras que las alte-
raciones fonológicas no aparecen más que en palabras largas o muy complejas.
Sus recursos pragmáticos han mejorado pero sobre todo en respuesta a preguntas
de aclaración o a situaciones de bloqueo conversacional. Sigue teniendo muchas
dificultades en iniciar adecuadamente las interacciones, a situar las referencias de lo
que nos cuenta. Sin embargo, es ahora muy activo y toma con mucha frecuencia la
iniciativa de contar cosas que le han pasado o que quiere hacer pero las
conversaciones con él requieren bastante tiempo y paciencia por parte del
interlocutor que debe constantemente requerir suplementos de información.
entonces, nos limitamos a calificar de «d isfasia expresiva, (es un caso anterior a las
clasificaciones de Rapin y Allen).
Resultaría sin embargo difícil encajarlo ahora en uno de los síndromes propuestos
por estos autores: en efecto, las dificultades fonológicas iniciales habían practica-
mente desaparecido así como las alterac iones de la comprensión . Sin embargo. las
perturbaciones sintácticas masivas se combinaban con un dominio prag mático
insuficiente. Es un ejemplo más de situación intermedia en el continuum que subya-
ce debajo de las pautas marcadas por cualquier clasificación.
Este trabajo se realizaba paralelamente en las sesiones de apoyo del colegio que
seguían también un programa centrado en la numeración y las bases cognitivas del
cálculo, utilizando material concreto y luego simbólico.
Al final del segundo curso, a punto de cumplir ya 8 años. después de modificar
varias veces sin éx ito el método de enseñanza de la lectura, se desbloquea el
acceso fonológ ico y Bruno aprende en unos tres meses las letras del abecedario
en sílabas directas. A la vuelta del verano, contrariamente a nuestros temores. no
ha olvidado nada y se prosigue el trabajo con sílabas inversas, mixtas y sinfones.
Sus progresos en lectura son entonces rápidos (él mismo se autoentrena en casa
con sus padres) y, a los nueve años presenta un nivel de lectura corriente corres-
pond iente a un nivel normal de finales de 1.º de EGB. sin errores significativos
(salvo un porcen taje de sustituc iones de palab ras algo superior a lo normal) y
buena comprensión.
Por lo contrario, en escritura comete muchos errores de todo tipo: omisiones. sus-
tituciones, inversiones.
•144···· LOS NIÑOS OISFASICOS
EVALUACIÓN
Con nueve años. la expresión oral de Bruno se ha normalizado bastante. Habla con
un ritmo algo irregular y pequeñas dificultades de pronunciación en estructuras comple-
jas pero es totalmente inteligible y es capaz de producir todos los fonemas correctamen-
te. Su agramatismo radical ha desaparecido y sus secuelas aparecen en aspectos
como la concordancia de tiempos, el uso correcto del subjuntivo y ciertas confusiones
en el uso de conjunciones de subordinación. Sus dificultades pragmáticas no afectan ya
la conversación dialogada pero sí se observan en emisiones largas como las narracio-
nes, los resúmenes de lectura o la explicación de algún tema escolar: el orden lógico se
ve alterado con frecuencia y la selección de las informaciones no es siempre pertinente.
Termínó su EGB con un nivel aproximado de quinto aunque lo cierto era que sus
conocimientos eran muy desiguales: en matemáticas. manejaba difícilmente las
cuatro operaciones pero sabia bastante de geografía, historia o ciencias naturales y
su nivel de lectura era muy aceptable para su edad mental.
ÁNGEL
Los padres de Angel vienen a consultarnos porque están muy preocupados por
su bajo nivel de expresión.
C/\505 · CLíNICOS
... _145 .
Tiene 3;11 años y ha tenido un desarrollo normal hasta ahora en cuanto a motrici-
dad. alimentación, control de esfínteres ...
Sin embargo, a pesar de haber dicho, según los padres, sus primeras palabras
(papá, mamá.... )en torno al año. no ha progresado apenas desde entonces.
Es hijo y nielo único de una familia de clase social alta, muy rodeado de adultos.
También nos señalan que «lo entiende todo, y que presenta frecuentes rabietas y
crisis de llanto por no conseguir hacerse entender. Va a la escuela infantil donde se
muestra tímido pero muy atento, participando en las actividades manipulativas y
motrices.
Tampoco utiliza deícticos como <<esto» o «este>• sino que designa con el dedo.
emitiendo algo así como /a-al.
LU~ NIÑO S OISFA <;JfTI~
14.§__ ..
PROGRAMA DE INTERVENCION
Se empe7ó c:on un ritmo de tres sesiones individuales por semana, a las cuales
asistía de vez en cuando la madre (aunque esto suponía al princ ipio bastante altera-
ción de la conducta del niño)
Su predilección por los libros y los juegos de tipo Loto. Encastramiento ... favore-
cía notablemente la estabilidad de los modelos lingüísticos propuestos tanto para el
incremento del léxico como de la estructura sintáctica.
Los enunciados <<YO>> <<tú>> <<para mí,, <<para ti,, en respuestas a preguntas como
«¿Quién ha ganado?, o <<¿Para quién es esta ficha?>> se podían ofrecer y reforzar
de una manera intensiva dentro de un contexto funcional permanent.e.
Al cabo de unos meses durante los cuales los progresos fueron bastante rápidos
y aprovechando también su interés por la lectura y su espíritu de competitividad en
las tareas escolares, introducimos la lectura, tanto global corno sintética.
A la edad de 5;0 era capaz de deletrear palabras y pequenas trases con todas
las combinaciones silábicas.
El ritmo de sesiones pasó a dos por semana dumntc otro año y una por sernana
hasta cumplir los 7;4 años cuando se dio por terminada la intervención, pasando a
una fase de seguimiento periódico.
En los últimos meses, siguiendo dentro del nivel de estimulación funcional, las
actividades se asemejaban ya al trabajo habitual con retrasos leves del lenguaje:
preparación de situaciones comunicativas cada vez más complejas desde el punto
de vista pragmático y feed-back correctivo.
LOS NIÑOS OISF/\SICOS
148 -·-
EVALUACIÓN
A.: Por que ... porque tíene ... en otras cosas tienen que hacer más
cosas ... y cuando es jardinero ... tienes que hacer menos
cosas ... ve .. . cuando es bombero, por ejemplo, tienes que
hacer ... menos cosas pero, por lo menos, 1ienes que estar ... en el
sitio más tiempo ... si hay, por ejemplo ... un incendio ... muy
gordo ... de un bosque que, por ejemplo ... un día o dos días no pue-
des dormir ... pues ... pues ... ser tJornbero ... no me conviene.
CARLOS
Carlos nos llega al centro con 6:10 anos por ausencia casi total de expresión oral.
Se trata de un niño que presenta una anemia hemolítica crónica y una deficiencia
mental media: el informe neurológico señala la presencia de disfunciones de las
estructuras de la base del cerebro y una actividad biocléctrica irregular.
Sólo puede repetir una sílaba a la veL: lo hace más o menos correctamente, en
general después de varios intentos, con sílabas directas que empiezan por /p//m/
/n//t//1/ y //J.
En su conducta general, las dificultades no eran superiores <i las que cabe espe-
rm de un nif'\o que no puede expresar sus necesidades y sentimientos más que por
gestos naturales y un lenguaje mínimo.
En este caso, el diagnóstico de ''apraxia verbal" fue bastante fácil de establecer, tanto
por la edad ya avanLada del niiio corno por la especificidad de los sfntomas expresivos.
PROGRAMA DE INTERVENCIÓN
• Gestos simbólicos: la comunicac ión bimodal. -bajo su forma " Pidgin" , al princi-
pio, y .. español signado, después, fue introducida con un sistema «natural" de
utili7ación en situación concreta, tanto por los logopedas como por la madre y
la logopeda del centro escolar. En func ión de la imitación espontánea del niño,
se reforzaba el uso v se modelaban las posturas concretas.
EVALUACIÓN
Más tarde, algunas palabras han aparecido inc luso sin el uso previo de gestos
pero se trataba en general de expresiones exclamativas como " ¡Jope!" .
A partir del final del segundo año. la introd ucción de nuevas palabras se realizó
casi exclusivamente gracias a los gestos de apoyo a la pronunciación. debido a la
reducción importante de sus dificultades práxicas con este sistema y la utiliLación
de gestos simbólicos desapareció, salvo para alg unas pa labras muy d ifíciles de
pronunciar, incluso con apoyo (como, por ejemplo " vacaciones " )
A partir del tercer año, se completa el aprendizaje del lenguaje escrito que se
convierte en el principal sistema aumentativo en las sesiones de logopedia en nues-
tro centro que se han reducido a un ritmo de dos por semana.
Con esta ayu da desarroll ada con un encadenamiento hac ia atrás. el léxico
espontáneo supera las 500 pa labras cuando Carlos cumple 1O años.
Utiliza "YO•• y «tú" en enunciados de una sola palabra, con intención interrogativa
o imperativa.
Hay que ser"'alar que es extremadamente hábil para iniciar y mantener con-
versaciones relalivamente complejas con un mínimo de lenguaje; domina muy
bien los recursos pragmáticos q ue le permiten hacer dec ir a los demás lo q ue
quiere.
LA~US · rl..iNICOS
.... ._.. _ _15.;)
ALTEA
Altea llegó a nuestro centro a la edad de dos años y siete meses. Según informe
médico, presentaba una lesión en el hemisferio izquierdo, probablemente en rela-
ción con un sufrimiento peri-natal Un careotipo mostraba, sin embargo. una anoma-
lía cromosómica de los pares 16 y 22.
A nivel del lenguaje comprensivo respondía a ciertos ítems en situación (no, ven
aquí...). pero no era capaz de realizar una tarea simple de designación de objetos.
Rechazó las situaciones de juego concreto con muñecos, pelotas. vajilla de juguete ..
(más adelante reaccionaría igual, respecto a los juegos «educativos", puzzles, etc.)
a
En cuanto a la comunicación existía una relación muy primitiva nivel de contac-
tos, caricias .. . Reconocía las personas familiares. Participaba aunque mínimamente
y durante poco tiempo, a juegos sencillos del tipo dar-tomar, buscar objetos escon-
didos delante de e.lla. No se observaron proto-declarativos ni proto-imperativos.
Objetivos
Metodología
Las sesiones. alternas, duraban cuarenta y cinco minutos y se realizaban ind ivi-
dualmente, alternando los d istintos ejercicios y situac iones. Pasacjas las dos o tres
sesiones iniciales. la niña siempre mostró agrado por asistir. Trabajó siempre con la
misma logopeda, que se encargaba también de proporcionar ind icac iones y
demostraciones periódicas a la madre.
PR IMERA EVALUACIÓN
nación, como la del test Peabody (donde, con una edad de tres años y ocho meses,
alcanzó un nivel algo inferior a los dos años).
Las praxias buco-faciales sólo habían mejorado muy parcialmente: sacaba ligera-
mente la lengua e imitaba movimientos de c ierre y apertura de los labios. el descon-
trol del soplo era total, aunque lo intentaba. La masticación sólo habla progresado
mínimamente.
A los cinco anos apareció la palabra /mamá/, siempre con la misma entonación
(ascendente), que surgía en momentos de cansanc io o desagrado y, después a los
seis años , bajo indución («Hoy, a q ue es verdad que has venido con .>>). pero
nunca en imitación ni en denominación sin ayuda.
Esta decisión fue aceptada por la madre como un re.curso más para explorar las
capacidades mentales de la niña.
Sin embargo, mientras el equipo terapéutico y la madre veían con alegría abrirse
un campo de perspectivas nuevas. el padre reaccionó con un rechazo brusco hacia
ese tipo de comunicación.
Globalmente, se puede decir que el contenido léxico del aprendizaje fue determi-
nado por la propia niña a través de sus actividades espontáneas.
A los siete años se replanteó el cambio de colegio y se optó por una escuela ordi-
naria integradora. es decir, que disponia de un equipo de apoyo que colaboró con
nuestro centro. adoptando el sistema de comunicación bi-modal.
Una vez que Altea pudo realizar esa combinación contrastada con mayor rapi-
dez , se asoció el resultado /a.u.a/ a la palabra agua. Llegó así a producir. a peti-
ción, la secuencia /aua/ cuando deseaba beber.
Pero allí se limitaban los logros obtenidos por esa vía: la imitación de sonicJos ais-
lados o de palabras seguía nula, ni siquiera a un nivel melódico global.
Los juegos de asociación variaban: unir palabras y dibujos, recortar y pegar. jun-
tar con juguetes.
Mientras que la niña se mostraba cada vez más capaz de «deletrear, sílabas y
palabras, sin embargo, mostraba una gran dificultad inicial en «entender, el signifi-
cado de las palabras. incluso de las palabras que reconocía globalmente. Por ejem-
plo .. ella era capaz de asociar rápidamente la palabra .. pato» y el dibujo de un pato.
seleccionándola entre 1O ó 15 posibilidades. Al contrario. si se presentaba aislada-
mente la palabra «pato» a su lectura, Altea deletreaba en dactilología p-a-t-o sin
dificultad pero no parecía entonces saber qué es lo que significaba.
Es un fenómeno que se observa también en niños normales con ese tipo de méto-
do. En Altea. y era lógico teniendo en cuenta su nivel mental. ese problema se man-
tuvo más tiempo.
A los seis meses (quitando dos del verano) de haber inic iado el programa lector.
empe7.amos. pues. a insistir en la curva melódica de las palabras que la niña iba
leyendo con deletreo digital: mientras ella iba formando las letras. la logopeda
reproducía la melodía de la palabra.
Un 18 de diciembre. teniendo entonces ocho años y dos meses. fue cuando por
primera vez se pudo registrar una producción nítida. sin ayuda. de una palabra
voluntariamente emitida: frente a la palabra escrita ARBOL (nueva para ella a nivel
de lenguaje escrito. pero conocida en comprensión verbal y producción gestual), la
CASOS • CUNICOS
niña deletreó las letras y emitió /a-ol/ mientras hacía el signo gestual correspondien-
te.
A partir de ese día. y a nuestra gran sorpresa y lógica alegría, de forma progresi-
va pero rápida. Altea empezó a imprimir a su vocalización habitual (i-i-i) una entona-
ción que ya no era sólo reflejo de sus sentimientos de agrado o de rechazo. sino
también de la curva entonativa g lobal de las palabras correspondientes al mensaje
emitido con signos.
Lo que producía no era aún inteligible, pero por primera vez, se podía establecer
correspondencia entre el modelo y su producción: se trataba de un habla deforma-
da pero de un habla.
Lo que al principio era ini ntelig ible, empezó a volverse más c laro. sobre todo para
las personas más próximas a la niña: la voz seguía muy débil, pero la diferenciación
de las vocales se iba haciendo cada vez más clara.
EVALUACIÓN
Estos dos resultados coinciden con los de la escala WPPSI, donde obtiene resul-
tados correspondientes a la edad de cuatro anos.
La relativa limitación del número de signos por enunciados se explica fáci lmente
por varias razones:
- Aunque conozca signos para varios artículos y nexos y los emplee en situacio-
nes pedagógicas . los suele omitir, con frecuencia. en situación real. porque su
omisión, en general, no disminuye la eficacia de la transmisión del mensaje y
ahorra tiempo. En ese sentido sigue la misma ley de economía que rige la
Lengua de Signos de los Sordos respecto a un Idioma Signado. Pero el orden
de los signos es el orden del castellano.
CASOS • CLíNICOS
Los adultos que tratan a Altea adoptan también una actitud muy activa en la
comprensión de sus enunciados gestuales, reconstruyendo mensajes parcia-
les en función del contexto y adelantándose a la niña más de lo que lo harían
con un niño normal. La niña necesita, pues, un número más limitado de ele-
mentos lexicales para hacerse entender.
Hay que tener cuidado con el análisis comparativo lenguaje oral-lenguaje ges-
tual, especialmente en los aspectos sintácticos. Se suele contabilizar la expre-
sión oral <<Déjame en paz, como un enunciado de tres palabras cuando es un
enunciado que los niños aprenden globalmente (Dejamenpaz) mientras que
se suele contabilizar los gestos únicamente en base a las posturas manuales,
sin tener en cuenta el carácter simultáneo de 1? expresión gestual que puede
transmitir al mismo tiempo varios elementos <<kinémicos''·
LOS N IÑOS 015f7ASI CU!:i
Un registro acumulativo
Extractos de conversaciones
Ejemplos de narraciones de cuento
Muestras de expresión escrita
El desarrollo mental del niño había sido valorado aproximadamente como equiva-
lente a unos cuatro años. pero su comprensión era muy deficitaria y su expresión se
limitaba a unas 50 <•palabras».
Lo que dice Lo que crean La situación en que lo dice (objetos, gestos ... ;
el niño que significa sí lo dice él directamente o sí es una respues-
(escriban lo ta a una pregunta o una orden... )
tal como lo
dice)
no no cuando no quiere
tí si contesta a preguntas
2.2. Conversación
Hemos transcrito aquí una conversación de uno de los casos cuya evolución hemos
descrito anteriormente (se trata de Carlos, ver pag 149). Tenia entonces 10;10 años.
Adulto: Carlos ¿qué has hecho este fin de semana?
C. : miro tele
A. : ¿y qué más?
C.: cama duerme
A. : Claro, has dormido pero, ¿qué más has hecho?
C. : y .. .jue ... ve ... juega ... y ... come ... chicha y ... con patata
A. : ¿Has comido chicha con patata? ¿Y quién las ha hecho?
C.: mamá
A.: ¿y tú le ayudas?
C.: ... mamá sola
A.: pero tú le ayudas a poner la mesa.
C.: no
A. : ¡cómo que no!
C.: Carlos ... miro.. tefe
A. : ¿Y en qué le ayudas tú a mamá?
_,Q§_ _______ _ LO!:. NIÑOS OISF/\51rn"i
* cuando una emisión no es inteligible, se registra con tantas << X» como sílabas
pronunciadas.
CASU~ ·· t:UI\:Irnc;
..... J.E:JZ
2.3. Narraciones
Hemos recogido aquí varios ejemplos a partir de un tema común, lo que nos permitirá
establecer comparaciones más establos. tanto entre los diferentes casos de niños con
disfasia corno con algunas muestras de otras patologías como el retraso simple o la
sordera pre-locutiva que comparten con la disfasia algunos de los síntomas.
valorar en toda su extensión los desfases respecto al desarrollo normal del lengua-
je.
En estas situaciones menos .. uti litarias .. del uso del lenguaje es donde resulta
más difícil emparejar niños disfásicos con niños normales porque las diferencias
cualitativas emergen con más claridad .
Niños disfásicos
David, 13 años, parálisis cerebral espástica ligera y deficiencia mental ligera (C. l.
manipulativo 65).
Síndrome de dispraxia verbal inicial que evolucionó hacía un cuadro fonológico-
sintáctico.
Una niña y una madre .... toma una bolsa .. .ve a do ... a casa abuela ... viene
lobo ...campo ... a ti , a ti. .. una casa ... un lobo come una vieja ... antes ... una
níña ... come lobo níña ... hombre ... corta tripa, quita vieja y niña ... nada más
Manuel, 10 años (caso descrito pag.123): deficiencia mental ligera, cuadro asimila-
ble a un déficit léxico-sintáctico
Bueno, está mala la abuela... lleva man ... mantequilla, pastel, vino ... el lobo la ha
visto ... ellobo ... bueno, tú vas a ir ...por otro ... yo voy a ir por ... tú vas a ir por largo,
yo corto, ¿vale? vale. pum, pum, ¿quién es? Caperucita .. .bueno, entra, qué ore-
jas más grandes tienes, qué ojos ... para oír mejo r. qué ojos ... tienes
grandes ... para ver mejor. .. qué grande tiene las orejas, son para ... ver mucho
mejor... qué grande tiene brazos ... son para abrazar mucho ... grande... qué grande
tiene dientes, son para comer mejor ... ¡Am!
Caperucita estaba jugando con sus amigos y su madre decfa: Caperucita, ven y
ella venía. Su abuela está mala y luego ponía su ropa roja y calcetines y zapa-
tos ... ya... la ha visto un lobo y dice: ¿Qué tienes alli? pues un tarro de ... ¿cómo se
llama?... un tarro y una cuchara y un ... platos. Coge un camino largo y corto .. espe-
ra ... ella cogía el largo y tardaba mucho y el abuelo, no .. el lobo decía: ¿quién es?
Caperucita dice te como o algo así. luego venía. se metía en el armario la abuela
y luego venía Caperucita y decía: ¡qué ojos grandes!. .. para ver mejor. ¡Qué ore-
jas muy grandes! para oír mejor. ¡Qué nariz g rande ! para oler ... y qué boca gran-
de, para comer. Se la come y ....al final, el hombre abre una tripa y salió muy feli-
ces la abuela.
Caper ucita ... la madre le dice : la abue l ita es tá enfe rma ... va por el
camino .. .mira ... el lobo dice: Hola. ¿dónde vas? Va a la abuelita, está enfer-
ma ... e l lobo va corrien do al cam ino más co rto, la Caperucita va muy
largo ... el lobo llama a la puerta ... dice entra .. la abuelita corre y se mete al
armario ... la Caperucita llama a la puerta .. .los ojos más grandes , las orejas
más grandes , la boca más grande ... el leñador co r rie ndo y mata al
lobo ...ya .. .fin.
Había una vez una niña que se llamaba Caperuc ita y llevaba una capa roja y
su mamá la dijo que no haga caso a nadie ... que se va con la cesta a casa de
su abuela .. y se fue y como es un poco tonta y hizo caso al lobo y el lobo se fue
corriendo a casa de su abuela y se la comió .. .y Caperuc ita vino, llamó a la
LUS N IÑnS DISFAS ILOS
puerta y abrió la puerta y vio a su alrededor y le vio y dijo Caperucita : qué ojos
tan grandes tienes , qué dientes tan grand es tien es y el lobo se salió de la
cama y se comió ... y se fue a la c ama a dormir un poquito y vino el c azador y
llamó a la puerta y abrió la puerta y vio a su alrededor y vio al lobo que estaba
en la cama durmiendo ... y le c ortó la tripa .. una raja de la tripa al lobo c on un
cuchillo p ara sacarlos y, primero, sacó a su abuela y después a Caperucita y
después Caperucita y el cazador metió muchas piedras en la tripa y la cosió y
el lobo tenía mucho sed y se fue el río .. .y iba a beber pero se hundió y se
murió.
La abuela besó a Caperucita y la abuela, el cazador y Caperucita ya fueron muy
felices.
Diego, 5 años, inteligencia normal, retraso simple del lenguaje y del habla.
Había una vez C aperucita Roj a ... y se encontró un lobo y ... se quería ir . .el lobo
y después ha dicho el lobo: vete por el camino corto y él ha ido deprisa .. a la
casa ...y ha dicho: soy Caperucita, toma comida ... entonces el lobo se la comió
y se metió en la cama y, después, vino Caperucila Roja ... y el lobo se la comió
y , después , venía otro señor .. y .. y le m ató al lobo .. con un cuchillo ... y se
acabó.
Diana, 7 años, inteligencia normal, retraso simple del lenguaje y del habla
Era una vez una Caperucita y su madre le dio unos pasteles. después al bosque ...y
después viene el lobo y se mete por otro camino y tú por otro ... el lobo llegó antes y
se, se...encerró en un cuarto y, después, la abuelita llamó y dice: ¡qué orejas más
grandes tienes! es para comerte mejor... y el lobo se comió a la Caperucita también.
Después vino el cazador y dijo abre la puerta, sino la derribaré. Mató al lobo.
sacó a la abuelita de la barriga ... y a la Caperucita también ... y colorín. colorado,
este cuento se ha acabado.
Era una niña que se llamaba Caperucita porque tenía una capa roja ... y salió el
lobo y le dijo: ¿a dónde vas, Caperucita? Voy a casa de mi abuelita a darle la
merienda.... y .. .y llegó el lobo a ... a casa de la abuelita y ...y llamó ....y luego llegó
Caperucita y ... dijo .... las orejas muy grandes ...es ... es para oír...y los ojos tam-
CASD 5 • CUNICOS
Era una vez una niña que dijo su madre: hija, vete a llevar esto a la abuela que
está muy malita ... no hables con nadie porque a lo mejor dice ... ve .. a lo mejor
dice .. te ... que ...que te vayas con él. (cambia de voz) No. mamá, no mamá.
Se lo llevó a la abuelita y... se encontró con el lobo y le dijo: (cambia de voz) Oh.
Caperucita, ¿qué tal estás?
Y dijo ella. tú ves ... dijo ...es ... tú irás por ese camino que ... que es más cortito y yo
iré a ver quién llega antes, llegó antes Caperuci ... , como el lobo dijo una mentira.
Caperucita fue por el más largo...y dijo ... el lobo dijo: pon, pon ... y dijo la abuelita:
(cambia de voz): ¿quién es? (cambia de voz): soy yo, Caperucita, te traigo unas
.. .unas magdalenas y ... y miel
Y entró a la puerta y se la comió y luego... y luego llegó Caperucita y d ijo: pon,
pon ...y el ...y dijo el lobo: (cambia de voz): ¿quién es?
y .... entró y se ... y se la comió y colorín. colorado. este cuento se ha acabado.
Había una vez una nit"ia que se llamaba Caperucita y, entonces, un día ... re dijo
su mamá: vete al bosque y no te entretengas . Entonces. como era tontita. se iba
entreteniendo, buscando mariposas . cogiendo flores .... y se encontró al lobo.
¡Hola. Caperucita! y le dijo ¡Hola, lobo ! y le dijo: vete por ese camino y le enga-
ño y entonces el lobo se fue andando y Caperucita... y llegó a la casa y llamó:
pom, pom .. ¿Quién es? y le dijo el lobo: soy Caperucita. la abuela se fue al
armario y el lobo se disfrazó. Caperucita vino: pom, pom y, entonces. dijo Cape-
rucita: ¡qué ojos más grandes tienes! Son para verte mejor ¡Qué nariz más gran-
de tienes! Son para olerte mejor ¡Qué boca más grande tienes! Son para comer-
te mejor.
¡Auxilio! dijo Caperucita y, entonces, oyó un cazador una voz. que era Caperuci-
ta, y entonces entró en la casa con una escopeta y lo mató y se lo llevó.
Colorín, colorado, este cuento se ha acabado.
(el niño está jugando en la playa, otro niño está pescando un pez, sentado en una
piedra. Hay árboles, también sol y también una fuente)
• .
~
(voy con mi papá, voy a cenar. también veo la tele, también me voy a dor-
mir)
De la misma forma que lo hemos hecho para las narrac iones. nos parece ins-
tructivo comparar las semejanzas y diferencias de estas producc iones escritas
de niños disfásicos con las de niños deficientes auditivos profundos pre-locuti-
vos.
Hemos elegido tres textos que no quieren representar el nivel medio alcanzado
por la mayorfa de los alumnos deficientes aud itivos, muchos de los cuales alcanzan
niveles de expresión bastante aceptables, pero éstos muestran ejemplos típicos de
los errores producidos por la falta de un in-put completo.
LOS NIÑOS OISFASICOS
El primer texto es de una niña de 7 años que nos cuenta lo que ha hecho el fin de
semana.
El último ejemplo está extraído de una carta que nos mandó una alumna de 13
años, durante las vacaciones.
CONCLUSION
Los ninos disfásicos suponen para sus familias un largo proceso de adaptación
no exento de sufrimiento, sobre todo si se combinan las dificultades de lenguaje con
alguna otra deficiencia.
Para los propios ninos, la adquisición del entramado complejo que representa la
comunicación oral con sus semejantes representa una tarea que supera muchas
veces su capacidad y constituye una tremenda barrera para su desarrollo y su inte-
gración social.
Nuestra respuesta también debería situarse a mitad de camino: nos parece evi-
dente que los posibles logros de nuestro trabajo con los niños no podrán alcanzarse
LOS NIÑOS UISf-ASII:DS
sin una entrega personal muy alta y una empatía muy especial con los niños y sus
familias.
En otras palabras, debemos saber más y no nos podemos permitir el lujo de que
estas informaciones ofrecidas por los que sólo «Se interesan, por el tema no tengan
ninguna utilidad para los primeros implicados: de hecho, los profesionales también
sufrimos un problema de comunicación: mientras la investigación investiga, los edu-
cadores educamos. pero cada uno en su rincón.
Esperamos que el trabajo que concluye aquí haya servido para tender puentes,
por lo menos en una dirección. Ya se sabe que el mensajero carga con la culpa de
las malas noticias: pedimos indulgencia por los fallos que hayamos tenido al intentar
condensar en unas pocas páginas una cantidad ingente de informaciones: quizá,
en ocasiones. el deseo de sacar un valor práctico inmediato a la investigación nos
haya llevado a extrapolaciones excesivas pero los niños no pueden esperar y nos
obligan a menudo a tomar decisiones «intuitivas••.
Finalmente, queremos dar las gracias a los lectores porque, al tener que explicar
lo que pensamos y lo que hacemos, nos hemos aclarado también un poco: al fin y al
cabo, esto constituye una de las principales ventajas de la comunicación humana.
Noviembre, 1992
~ N El niño que habla, Marc Monfort y Adoración Juárez abor-
.!.,.tb daron la intervención pedagógica e n el desarro llo normal del
lenguaj gc oral.
IID ESPUÉS de una primera parte que recoge los Lrabajus <.le investi-
gación más recientes, se presenta e l esquema básico de la inter -
vención, ilustrado con la descripción de casos clínicos y con ejemplos
de prodt"Lcción lingüística característicos de las distintas formas q ue
adopta este trastorno de las propias estructuras del aprendizaje del len-
guaje.
COLECCIÓN
LENGUAJE,-Y :COM1JNICACIÓN