TEORÍA DE LOS GÉRMENES
Pasteur creía que el origen y evolución de las
LA PASTEURIZACIÓN
La acidificación del vino y la cerveza producto
de la fermentación era un grave problema.
En 1864, Pasteur resolvió el problema
eliminando los microorganismos causantes de
calentar las soluciones iniciales del vino a altas
temperaturas.
Pasteur hizo lo mismo para conservar
productos como la leche antes de su
embotellado. Este proceso se conoce como
pasteurización.
PASTEUR REFUTA LA GENERACIÓN
ESPONTÁNEA
Después de muchos experimentos en 1864,
Pasteur demostró que para que se genere un
ser vivo, por más pequeño que sea, es necesaria
la presencia de un ser vivo anterior.
LA PEBRINA DEL GUSANO DE SEDA
En 1865, Pasteur fue contactado por el gobierno
de Francia para resolver el problema de la
industria de la seda al sur del país.
Llegó a la conclusión de que la causa de la
enfermedad solo sobrevivia en los huevos
enfermos vivos, por tanto, la solución era la
selección de huevos libres de la enfermedad.
enfermedades infecciosas eran análogos a la
fermentación. Esta surgiría por el ataque de
gérmenes microscópicos procedentes del
exterior del organismo capaces de propagarse
entre la gente.
Este concepto, llamado teoria de los gérmenes
o teoria germinal de las enfermedades
infecciosas, fue muy debatido por médicos y
científicos de todo el mundo.
Los estudios de Pasteur mostraban que estaba
en lo cierto.
LA VACUNACIÓN
En 1880, Pasteur experimentaba con pollos para
solucionar el cólera aviar. Por descuido, su
ayudante inoculó a los pollos con bacterias pero
no murieron.
Pasteur recordó que en 1796, Edward Jenner
PASTEUR Y LA TEORÍA DE LOS había hecho algo parecido. Los expuso de uno
GÉRMENES pero ahora sí sobrevivieron.
Llamó a esta técnica vacunación.
Pasteur puso este descubrimiento como
causadas por bacterias.
En 1881, demostró la eficacia de su vacuna
contra el carbunco, inoculando la mitad de un
rebaño de ovejas mientras inyectaba la
enfermedad a la otra mitad.
LA VACUNA CONTRA LA RABIA
En 1885 un niño pastor de 9 años, Joseph
Meister, fue mordido numerosas veces por un
perro rabioso, el sabia que el niño moriria al
manifestarse la enfermedad.
Después de consultar con sus colegas, pues al
no ser médico podía meterse en un problema
ilegal, el quimico inoculó la vacuna a Joseph. El
tratamiento fue todo un éxito. El niño se
recuperó de las heridas y nunca desarrolló la
rabia.