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Para iniciar con la historia de la fotografía en Venezuela es importante realizar una breve

reseña de como fuel proceso de la llegada de la fotografía al país, desde este punto de vista,
se encuentran en el siglo XIX y principios del XX, con lo que el análisis de los materiales
de nuestro siglo no encajaría dentro de esta orientación. Pero, ¿qué sucede si el criterio
empleado es socioeconómico, si nuestro enfoque se centra más bien en la relación o vínculo
que se establece entre el fotógrafo, su objeto de atención y el espectador, o en cuanto al uso
de la fotografía en una sociedad concreta? Éste es, sin duda, un criterio más englobador y
más acorde con el acontecer. Desde esta óptica se puede contemplar tres etapas histórico-
fotográficas que hablan de la situación socioeconómica del país y que, sobre todo, se
refieren a tres momentos claves, tres situaciones diversas del fotógrafo, el objeto
fotografiado, el espectador y, en síntesis, el de la fotografía. Estos lapsos serían los de la
fotografía elitesca (1840 hasta principios del siglo XX); el de la fotografía masificada
(principios del siglo hasta 1940); y el de la fotografía profesional (1940-1980). Basándonos
sobre estos cortes temporales recolecte de varias páginas web, en forma capitulada, un
recuento sucinto de este proceso histórico.
LA FOTOGRAFÍA ELITESCA (1840 HASTA PRINCIPIOS DEL SIGLO XX. PRIMERA
FASE: DEL DAGUERROTIPO AL CALOTIPO).
Si bien se puede afirmar que esta etapa abarca en Venezuela hasta los inicios de este siglo,
se hace necesario aclarar que este largo período comprende, a su vez, varias fases
diferenciadoras, debido a que esos años la fotografía tiene una evolución extraordinaria
desde el punto de vista técnico, hasta tal extremo que se puede afirmar que, para comienzos
del siglo XX, los problemas de invención en este tiempo estaban resueltos en casi su
totalidad: la variación de soporte, el tiempo de exposición, el perfeccionamiento de los
lentes, la posibilidad de obtener copias de un original y las dimensiones y el costo de las
cámaras. En Venezuela, una primera fase aproximativa de este lapso está determinada por
la llegada de dos técnicas al país: el daguerrotipo y el calotipo. El 11 de febrero de 1840, el
periódico “Correo de Caracas” anuncia la llegada de un daguerrotipo contentivo de una
vista del museo de Louvre, en Paris. El siete de diciembre de 1840, Antonio Damirón,
comerciante francés, intenta traer un equipo de daguerrotipia, el cual se le
extravía en la aduana de la Guaira.
El veintiocho de diciembre de 1841, llega Francisco Goñiz con su equipo fotográfico,
constituyéndose en el primer fotógrafo que capta imágenes en Caracas. Tras cuatro meses
en la ciudad ofrece sus artefactos en venta antes de partir al exterior. Para entonces se
encuentra en Venezuela, aunque también por poco tiempo, José Salvá, quien lo secundará
en el oficio. José Antonio o J. V. González utiliza ambos nombres en la prensa, de quien se
piensa sea el primer fotógrafo venezolano, ofrecerá más tarde sus trabajos fotográficos,
después de adquirir las máquinas vendidas por Salvá antes de su partida. Una academia de
daguerrotipia es fundada en 1843 por otro francés, Fernando Le Bleux, también de paso. De
la misma nacionalidad es Monsieur Antoine, que se anuncia como vendedor tanto de armas
como de daguerrotipos. Por esos años, las epidemias sacuden a la población. Algunos
fotógrafos, como es el caso de J. T. Castillo, se ofrecen para captar las imágenes de las
víctimas. Otros muchos viajeros llegan a la capital como meteoros y sus huellas apenas se
vislumbran: Taats y Cross, S. L. Loomis, G.C. Grane y H. Robert son apenas algunos de
ellos. Simultáneamente se ofrecen cosmoramas variaciones o vistas a los cuales se
considera una gran diversión.
Lo restringido de la fotografía se aprecia en el fotógrafo en su mayoría extranjero o
personas del país con buena posición económica; el tema sobre los hombres importantes
(económica y políticamente) y sus allegados; y la difusión, ya que, su uso en estos
momentos es casi íntimo, álbumes familiares, decoraciones interiores, adornos personales.
Lamentablemente es poco lo que se ha conservado de esta fase.
En 1854, Basilio Constantin ofrece retratos, mediante la técnica del daguerrotipo sobre
papel parece tratarse del calotipo. Para estos momentos se anunciaba, a través de la prensa
todo tipo de variedades de la técnica de Daguerre: soporte de porcelana, de marfil, pero
sobre todo de hierro, habían servido ya de soporte fotográfico. Con el papel se comienza
una nueva etapa.
LA FOTOGRAFÍA ELITESCA: DEL CALOTIPO HASTA LA APARICIÓN EN LA
PRENSA (1852-1884).
Solo treinta y siete años separan la publicación de los primeros anuncios de fotografía sobre
papel y de la primera fotografía en la prensa venezolana. En estas tres décadas ocurren en el
mundo, desde el punto vista técnico, los cambios más significativos de la historia de la
fotografía, los cuales influyen en la forma y usos de este lenguaje.
En Venezuela, a pesar de ambigüedad de los anuncios de prensa y de las informaciones
relativas al desarrollo de la técnica, el anuncio de los “daguerrotipos al papel”, por parte de
Basilio Constantin, sugiere la utilización en nuestro medio del llamado calotipo. El proceso
del calotipo, creado por Henry Fox Talbot (1800-1877), fue particularmente importante, a
pesar de que su fama, durante mucho tiempo, fue opacada por la del daguerrotipo y su
creador Louis Jacques Mande Daguerre (1799-1851).
Fox Talbot había comenzado sus experimentos sobre el papel en 1834 y ya para 1840 había
logrado perfeccionar un procedimiento que permitía obtener copias de un original, además
de disminuir notablemente el tiempo de exposición de cada fotografía, ya que en solo
minutos podía captarse una clara imagen. En 1844, el inventor inglés publicó su primer
libro de fotografías: The Pencil of Nature.
Sin embargo, otras dos técnicas con el vidrio como soporte compartían con el calotipo las
preferencias de los fotógrafos; el vidrio albuminado de Abel Niepce de Saint- Víctor, de
1848, y el colodión húmedo de Frederick Scott-Archer de 1850. Cada una tenía particulares
cualidades y limitaciones, lo que generaba grupos de defensores y detractores.
La utilización de una y otra técnica en Venezuela es un tema sobre el cual todavía debe
investigarse con precisión, aunque existen datos exactos sobre la utilización de la técnica al
colodión húmedo en nuestro medio por parte del naturalista húngaro Pal Rostí (1830-1872),
el cual viajó a América entre 1856 y 1858, escribió un voluminoso libro sobre experiencia
en Venezuela, México y Cuba, produciendo un interesante material fotográfico paisajes
sobre estos lugares.
En cuanto a los fotógrafos, además del señalado viajero húngaro cuya actividad se
concentró en la fotografía paisajística, científica y descriptiva, se conserva meritorias obras
de Federico Lessmann, muchas de las cuales son también paisajes, realizadas
principalmente en Caracas y con una óptica diferente de la del húngaro. Lessmann ofrecía
talbotypos, vidriotypos y daguerrotipos a través de la prensa.
Concentrados en el retrato de estudio se hallaban por su parte el comerciante e inventor
Próspero Rey, Santiago Brito y los pintores Gerónimo y Celestino Martínez, a quienes
secundarán en los años siguientes José A. Salas y Martín Tovar y Tovar.
Los usos y temas de la fotografía se amplían considerablemente aunque el retrato sigue
siendo lo más trabajado. El hecho de que el paisaje quede un tanto relegado tiene mucho
que ver con los todavía largos tiempos de exposición y, sobre todo, el excesivo peso de los
artefactos, que no facilitan el traslado de los fotógrafos. Las vías de aprendizaje siguen
siendo la transmisión oral y el trabajo práctico en los estudios y academias.
La difusión de los materiales fotográficos todavía es limitada, debido a la imposibilidad de
ser impresa que tiene la fotografía. Por otra parte, las exhibiciones son bastantes escasas,
siendo el invento más importante de este tiempo la apertura de la exposición Café del
Ávila, el veintiocho de julio de 1872, en la cual participaron escultores, pintores y
fotógrafos exhibiendo sus obras. En esta ocasión llamaron mucho la atención las imágenes
fotográficas de Próspero Rey.
Pero si bien tienen lugar hechos de alguna importancia en el campo de la fotografía, durante
este tiempo y en líneas generales ésta continúa siendo de carácter elitesco tanto en lo
referido al fotógrafo como en cuanto al fotografiado, al uso y a la difusión de la misma.
El ingreso de la fotografía en la prensa marca otro hito de importancia en este proceso.
Resulta interesante que, ya en 1857, el Diario de Avisos y Semanario de las Provincias
hubiese publicado dos grabados hechos a partir de dos daguerrotipos, los cuales
representaban el antes y el después de una operación del rostro practicada a un enfermo en
la ciudad de Maracaibo; pero no es sino hasta el treinta y uno de marzo de 1889, cuando
una publicación del país, el Zulia Ilustrado, incluye fotografías en las páginas. A unas y
otras imágenes las une el hecho de que sean de carácter médico y que provengan de
Maracaibo. Sobre la autoría de las últimas imágenes, existen todavía dudas, ya que el texto
que acompaña las gráficas hace suponer que fueron tomadas por el mismo médico que
realizó la operación quirúrgica, el doctor Alcibíades Flores.
Con la integración de la imagen fotográfica en la prensa es que va a comenzar una nueva
etapa, en la cual las imágenes van a inundar la vida del hombre, a pesar de que éste paso, en
Venezuela, no ocurrió con la rapidez que podía esperarse, ya que de la publicación de las
primeras fotos en la prensa a la generalización de su uso en las publicaciones, transcurrió
un tiempo considerable.
LA FOTOGRAFÍA ELITESCA: DEL FOTOGRABADO A LAS PRIMERAS
INSTAMATIC (1889-1920).
La importancia que comienza a adquirir la fotografía en Venezuela, en este lapso, tiene
mucho que ver con dos situaciones:
La primera, de carácter externo, se refiere a la evolución técnica, concretamente a los
avances obtenidos en los mecanismos y dispositivos fotográficos, los cuales permiten la
fabricación de cámaras portátiles económicas y livianas; la otra, interna, tiene que ver con
la situación del país desde el punto de vista económico, nos referimos a la circunstancia que
vive Venezuela al dar sus primeros pasos en el negocio petrolero. Bien podría considerarse
esta etapa como una fase de transición entre la fase en la cual la fotografía es aún elitesca y
la siguiente, cuando se puede hablar de su masificación en nuestro medio.
El aprendizaje de las fotografías se hace, sobre todo, a partir de manuales; también se
aprende la técnica en los estudios los cuales funcionan como talleres permanentes. En ellos
además, se llevan a cabo exposiciones de pintores y fotógrafos; desde principio de siglo, en
la Escuela de Artes y Oficios de Caracas, se dictan clases de fotografías para damas y
caballeros, aunque en grupos separados, y algunos fotógrafos, como Gray y Steadman,
ofrecen clases a domicilio.

Una publicación, en especial, cumple funciones de enseñanza y promoción de los


fotógrafos. Se trata de El Cojo Ilustrado (1892-1915), que acoge y difunde en sus páginas
los trabajos de los mejores artistas del momento. Se promueve allí el nombre de Luis Felipe
Toro “torito” (1881-1955), quien se inició allí como reportero; también aparecen
regularmente las imágenes de Henrique Avril (1866-1950), y las de los demás fotógrafos
destacados del momento, como es el caso de Pedro Ignacio Manrique (1863-1926).

Este impulso adquirido por la técnica y sus cultores en una Venezuela todavía rural, mucho
tiene que ver con la nueva situación económica. En 1917 se inicia la comercialización del
petróleo en Venezuela.
Para 1926 las exportaciones han disminuido visiblemente, con excepción del petróleo, y las
importaciones aumentan señalando el signo que hasta hoy ha perdurado en nuestra
economía:
Venezuela comienza a aparecer, a los ojos de las grandes firmas fotográficas, como un
mercado atractivo para sus negociaciones.
EL TRÁNSITO DE LA FOTOGRAFÍA ELITESCA A LA MASIFICADA: DE LA
CÁMARA PORTÁTIL A LA POLAROID (1920-1940).
Breve, densa y no suficientemente estudiada, la etapa que va de la fotografía elitesca a la
masificada en Venezuela ésta marcada por múltiples aspectos, en los que se entremezclan la
llegada de nuevos adelantos o, para ser más exactos, los perfeccionamientos técnicos con
las transformaciones de orden social y económico. Esto hace que los hitos no puedan
señalarse con tanta precisión y exactitud como en los momentos precedentes, cuando la
introducción de una variante en la técnica determinaba cambios a veces radicales en su uso.
La dinámica, mucho más acelerada que en el anterior proceso, permite que en
aproximadamente veinte años, proliferen las actividades fotográficas y empiecen a
deslindarse los distintos campos de acción, por donde habrán de transitar los nuevos
fotógrafos venezolanos.
El aumento del número de cámaras, pero esencialmente el aumento de fotógrafos anónimos
y aficionados, impulsan un proceso de distinción o deslinde de formas de ver y afrontar el
trabajo fotográfico, que se extiende hasta nuestros días. De esta manera, se anuncia una
nueva etapa en la que el fotógrafo será considerado amateur o profesional y podrá
seleccionar entre la exploración de la fotografía científica, artística, documental,
periodística u otras, si bien, estas clasificaciones quedarán siempre cortas, ante la
incontenible maraña de eso que llama realidad y ante este lenguaje que juega con la
memoria y el tiempo y que oscila entre el sueño y la vigilia.
Este período significa, en síntesis una verdadera apertura que pone al alcance de las masas
lo que hasta entonces en Venezuela había resultado un curioso privilegio.
LA FOTOGRAFÍA PROFESIONAL (1940-1980)
En el proceso de masificación que vive la fotografía, el cual se inicia en los años veinte, las
últimas décadas pueden caracterizarse por un hecho que diferencia esta etapa de la que le
precede, si bien se desarrolla bajo su influjo. El deslinde de las distintas especialidades
fotográficas en Venezuela se produce en forma de espiral, ampliando el interés por este
lenguaje y provocando situaciones no del todo armoniosas.
En un ambiente donde la consigna de la felicidad parece ser comprar y consumir más, la
fotografía no representa una excepción como fenómeno, aunque muchos de sus seguidores
se opongan a esta situación e, incluso, se pronuncien críticamente ante este hecho con su
propio trabajo fotográfico.
El aumento poblacional y de los recursos económicos y, en especial, la intensificación de
campañas publicitarias bien orquestadas, con la radio y la televisión como medios, van a
lograr no solo la masificación de la fotografía, sino también de la familiarización total con
las imágenes fotográficas, las cuales se asientan en el quehacer cotidiano, puesto que la
imagen sirve para todo y está en todo.
Ello, como es lógico, se traduce en el aumento indiscriminado de “portadores de cámaras”;
surge la necesidad de diferenciar el trabajo emprendido por algunos como una profesión
formal, de aquel que realizan con mayor o menor éxito, los llamados fotógrafos
aficionados.
De esta forma con un corto recuento se evidencia el inicio de la fotografía en Venezuela
aunque debo destacar que no existe precisión alguna por la anécdota vivida por Antonio
Damirón en la aduana de la Guaira.

Origen de La Fotografía
Nicéphore Niépce y Daguerre
El primer procedimiento fotográfico o heliográfico fue inventado por Niépce hacia 1824.
Las imágenes eran obtenidas con betún de Judea, extendido sobre una placa de plata,
luego de un tiempo de exposición de varios días.
En 1829, Niépce asocia a Louis Jacques Mandé Daguerre en sus investigaciones.
En 1832, ponen a punto, a partir del residuo de la destilación de la esencia de lavanda, un
segundo procedimiento que produce imágenes con un tiempo
de exposición de un día entero.
Niépce muere en 1833. Daguerre continúa trabajando solo e
inventa, en 1838, el daguerrotipo, primer procedimiento que
comprende una etapa de revelado. Una placa de plata
recubierta de una fina capa de ioduro de plata era expuesta en
la cámara oscura y luego sometida a la acción de vapores de
mercurio que provocaban la aparición de la imagen latente
invisible, formada en el curso de la exposición a la luz. Hippolyte Bayard, 1801-1887
Este revelado consistía en una gran amplificación del efecto de la luz, con lo cual el tiempo
de exposición no pasaba de los 30 minutos. El fijado era obtenido por inmersión en agua,
saturada de sales marinas.
Hippolyte Bayard
En julio de 1839, otro francés, Hippolyte Bayard, descubre el medio de obtener imágenes
positivas directamente sobre papel. Un papel recubierto de cloruro de plata era
oscurecido a la luz y luego expuesto en la cámara oscura después de haber sido impregnado
en Ioduro de plata. El tiempo de exposición era de treinta minutos a dos horas.

William Henry Fox Talbot (1800-1877)


Siempre en 1839, el anuncio del invento del daguerrotipo
incitó al inglés William Henry Fox Talbot a retomar las
investigaciones interrumpidas cuyos comienzos remontaban
a 1834. En 1841, patentó el calotipo, primer
procedimiento negativo/positivo que permitía la
multiplicación de una misma imagen gracias a la obtención
de un negativo intermediario sobre un papel al cloruro de
plata, vuelto translúcido gracias a la cera. Como con el daguerrotipo, la imagen latente era
revelada luego, por medio de un producto químico, el revelador: una solución de ácido
gálico y de nitrato de plata. Una segunda hoja de papel recubierta también de cloruro de
plata era más tarde expuesta a través del negativo translúcido, para dar el positivo final.

John Herschell, 1792-1871


En 1839 se le debe a John Herschell el descubrimiento del
medio para fijar las imágenes, sumergiéndolas en un baño de
hiposulfito de sodio, el mismo componente esencial de los
fijadores fotográficos actuales. Las ventajas del calotipo
reposaban principalmente en la facilidad de la manipulación
de las copias sobre papel y de la posibilidad de reproducción
múltiple. En revancha, la definición, limitada por la presencia
de las fibras del papel negativo, no podía rivalizar con el daguerrotipo.

Hippolyte Fizeau
Para reducir aún más el tiempo de exposición, se crearon objetivos de focales cortas, mas
luminosos, por lo tanto, conservando la nitidez en toda la imagen. En 1841, el físico Fizeau
reemplazó el ioduro de plata por el bromuro de plata cuya sensibilidad a la luz es muy
superior. Nada más que algunos segundos de exposición eran suficientes para obtener un
daguerrotipo. Entonces tomar retratos se volvía posible.
Abel Niépce de Saint-Victor,sustituye el
papel por el vidrio.
Con el fin de mejorar la transparencia del
calotipo negativo, Abel Niépce de Saint Victor,
primo de Niépce, descubrió en 1847 la forma
de reemplazar el papel por el vidrio. Para
que el bromuro de plata pueda adherirse al
vidrio, tuvo la idea de mezclarlo con la
albúmina (el blanco del huevo). Aunque un poco contrastadas, la imágenes se volvieron
extremadamente precisas, obligando a los ópticos a poner a punto objetivos aún más
eficientes.
Frederick Scott Archer
En 1851, el inglés Scott Archer reemplazó la albúmina por el
colodión cuya base es el algodón pólvora. Las imágenes blanco y
negro obtenidas por este procedimiento alcanzaron una calidad nunca
más obtenida. Con el inconveniente, de que la toma debía tener lugar
mientras que la placa estaba aún húmeda y que el revelado debía
efectuarse inmediatamente después.

Richard Maddox et Charles Bennet1816-1902


En 1871, otro británico, Richard Meaddox, remedió ese problema
reemplazando al Colodión por la gelatina, procedimiento
perfeccionado por Charles Bennet quien demostró que las placas
gelatinizadas adquirían una gran sensibilidad cuando uno las mantenía durante varios días a
32° C. Las placas al gelatino-bromuro no solo podían ser almacenadas antes de usarse, sino
que su sensibilidad era tal, que la exposición no excedía de la fracción de segundo.
Por esa razón, poco antes de 1880, comienza la historia del obturador, porque la alta
sensibilidad de las placas necesitaba de la concepción de mecanismos capaces de dejar
entrar la luz en la cámara durante solo un centésimo y aún un milésimo de segundo. Debía
evaluarse precisamente la intensidad de la luz y así el fotómetro se convirtió en un
verdadero instrumento de medida.
George Eastman, 1854-1932
El estadounidense Georges Eastman, fundador de Kodak,
concebirá en 1888, la idea de un soporte blando. Las placas
de vidrio serán progresivamente reemplazadas por los rollos
de celuloide.
La reproducción de los colores
Le faltaba todavía a la fotografía, la reproducción de los
colores. Las primeras tentativas fueron la iniciativa de
Edmond Becquerel en 1848, luego la de Niépce de Saint
Victor, en 1851, quienes demostraron que una placa de plata recubierta de cloruro de plata
puro reproducía directamente los colores, aunque de manera inestable.
En 1869, Louis Ducos du Hauron logra, en Agen, la primera fotografía en colores
aplicando el principio demostrado por Maxwell de la descomposición de la luz por
intermedio de los tres colores fundamentales, el rojo, el amarillo y el azul. Este realizó tres
fotografías de un mismo tema, a través de un filtro respectivamente rojo, azul y amarillo.
De estos obtuvo tres positivos del mismo color de cada uno de los filtros utilizados.
Superponiendo exactamente las tres imágenes, obtuvo la restitución de los colores.
Auto-retrato de Gabriel Lippmann
El físico Gabriel Lippman recibió el Premio Nobel en
1906, por haber descubierto en 1891, el medio de obtener
fotografías directamente en colores sobre una misma placa,
por medio de un procedimiento interferencial que ya
prefiguraba la holografía. Demasiado compleja, esta invención no trascendió el estadio del
laboratorio.
El primer procedimiento mono placa color que pudo ser utilizado por aficionados nació en
1906. El autocromo inventado por los hermanos Lumière retomaba el principio de la
síntesis de tricromía lograda esta vez en un sola placa por medio del añadido de un mosaico
de micro filtros de tres colores realizado gracias a granos de fécula de papa.
El descubrimiento del revelador cromógeno por R. Fisher desde 1911, ofreció a la
fotografía en color una nueva dirección. Se había observado que algunos reveladores
producían imágenes con un color dominante en lugar de un blanco y negro neutros.
Los hermanos Auguste Lumière (1862-1954) y Louis Lumière (1864-1948).
El principio tri cromo fue retomado por la Empresa Agfa para
poner a punto en 1936, las películas Agfacolor, constituidas de tres
capas superpuestas sensibles respectivamente al azul, verde y rojo.
Fue puesto a punto un revelador que coloreaba las capas según el
color de su sensibilidad. Así, la posibilidad de reproducir los
colores produjo mejoras en las ópticas, para transmitir fielmente en
la película, los colores del objeto.
En 1935 dos americanos L. Mannès y L. Godowsky mejoraron el procedimiento.
Comprado por Kodak, tomó el nombre de Kodachrome. Aunque nuestras películas color
actuales sean muy sofisticadas, no impide que tengan que acudir siempre al bromuro de
plata, a la gelatina así como al principio de base del Agfacolor y del Kodachrome.

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