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INTRODUCCIÓN
Actualmente, se ha escrito una gran cantidad de libros, revistas, artículos sobre liderazgo;
se dan frecuentemente una gran cantidad de conferencias, talleres y seminarios sobre
este tema; podemos hallar buena información en las páginas de Internet y a través de
cursos virtuales; es decir, hay una gran cantidad de recursos sobre liderazgo para
aprender. La recomendación que debe tenerse en cuenta es que debemos discernir
sabiamente todo lo que se lee, escucha y absorbe sobre toda información vertiente
referente a este importante y desafiante tema, que actualmente es de gran urgencia y
necesidad.
Si tomamos el ejemplo de lo que sucede en los hogares, podemos ver que la crisis de
liderazgo paternal afecta el equilibrio, la disciplina y la estabilidad del hogar, entre otras
cosas. También podemos mencionar los diversos casos de autoridades gubernamentales
que por ser malos líderes causan múltiples problemas en la sociedad en la que vivimos.
La falta de un buen liderazgo no sólo es una realidad palpable en el mundo, sino también
en la iglesia. Todo lo que tenemos que hacer es observar a nuestro alrededor para
comprobar lo crítico de esta lamentable realidad. La iglesia en general, carece de líderes
que tengan una adecuada formación moral y espiritual, que sean honestos, responsables,
comprometidos, eficientes, sinceros y responsables. Hacen falta líderes cristianos que
imiten a Jesús en carácter y conducta, y que reúnan cabalmente los requisitos de la
Palabra de Dios para el liderazgo cristiano. La Biblia y la experiencia humana nos
permiten señalar algunas de las principales causas que producen esta crisis de liderazgo
en general; veamos:
“Pida a diez personas que definan el liderazgo y recibirá diez respuestas diferentes.
Después de más de cuatro décadas de observar el liderazgo dentro de mi familia, y
después de muchos años de desarrollar mi propio potencial, he llegado a esta
conclusión: el liderazgo es influencia. Eso es todo. Nada más, nada menos”
(John Maxwell).
“El liderazgo es el arte o proceso de influir sobre las personas de modo que éstas se
esfuercen de buen grado y con entusiasmo hacia el logro de los objetivos del grupo”
(Koontz – Weihrich).
“¿Qué queremos dar a entender cuando utilizamos las palabras liderato y liderazgo?
Si se me pidiera con un solo término cualquiera de estas dos palabras, lo definiría con
la palabra influencia. Uno dirige a otro individuo en la medida en que influye en él”
(Charles R. Swindoll).
“El guiar o dirigir no es ponerse por encima de los demás en prestigio o poder. Es
servir, ponerse bajo la carga de las necesidades humanas y llevarla de una manera
sacrificial y redentora. De acuerdo con esta norma, la medida de la grandeza no es la
preeminencia sino la humildad, no es la excelencia sino la fidelidad, no es la autoridad
sino la obediencia, no es ser servido sino rendir servicio”
(G. S. Dobbins).
“El liderazgo es la actividad responsable que lleva a cabo el líder, quien es un hombre
que conoce el camino, que puede mantener la delantera y que logra que otros le
sigan”
(John Mott).
(John Haggai).
(Robert Clinton).
“La característica común en todos los líderes es la capacidad para hacer que las cosas
se realicen; actuar para ayudar a que otros trabajen en un ambiente dentro del cual
cada individuo que presta servicios bajo su dirección se sienta animado y estimulado
hasta tal punto en que se le ayude a descubrir sus más plenas capacidades para
ofrecer una contribución significativa”
(Ted Engstrom).
“Nada sucede hasta que alguien proporcione liderazgo; todo se edifica o se derrumba
según sea el liderazgo. El liderazgo es influencia, para bien o para mal. Si no estás
influyendo sobre nadie, no importa que pienses que eres líder o no. No lo eres. El
fundamento del liderazgo no es el carisma personal, sino el carácter. El liderazgo no
tiene que ver con la posesión de una personalidad encantadora y llamativa, una gran
sonrisa o una voz de terciopelo. Lo que sí necesitas es carácter y credibilidad. El
liderazgo no se basa en lo académico. Es cuestión de carácter; es cuestión de quién
eres”
(Rick Warren).
El liderazgo cristiano es la capacidad espiritual que Dios otorga a ciertos cristianos con
el fin de guiar a su grupo para que, en forma unida, organizada y bien entrenada,
lleven a cabo sus planes de acción, del tal modo que puedan satisfacer sus
necesidades y alcanzar sus metas y objetivos. El liderazgo cristiano debe desarrollarse
bajo la voluntad de Dios, en base a las enseñanzas y el ejemplo de Jesús y en
absoluta dependencia del Espíritu Santo”
LIDERAZGO
3. ESTILOS DE LIDERAZGO
1. Liderazgo autocrático AUTORITARIO
Los líderes burocráticos hacen todo según “el libro”. Siguen las reglas rigurosamente y se
aseguran que todo lo que hagan sus seguidores sea preciso. Es un estilo de liderazgo
muy apropiado para trabajar cuando existen serios riesgos de seguridad (como trabajar
con maquinaria, sustancias tóxicas, o peso peligroso) o cuando largas sumas de dinero
están en juego.
A pesar que es el líder democrático el que toma la última decisión, ellos invitan a otros
miembros del equipo a contribuir con el proceso de toma de decisiones. Esto no solo
aumenta la satisfacción por el trabajo sino que ayuda a desarrollar habilidades. Los
miembros de equipo sienten en control de su propio destino así que están motivados a
trabajar duro, más que por una recompensa económica. Ya que la participación
democrática toma tiempo, este abordaje puede durar mucho tiempo pero a menudo se
logra un buen resultado. Este estilo de liderazgo puede adoptarse cuando es esencial el
trabajo en equipo y cuando la calidad es más importante que la velocidad o la
productividad.
Esta expresión francesa significa “déjalo ser” y es utilizada para describir líderes que
dejan a sus miembros de equipo trabajar por su cuenta. Puede ser efectivo si los líderes
monitorean lo que se está logrando y lo comunican al equipo regularmente. A menudo el
liderazgo laissez-faire es efectivo cuando los individuos tienen mucha experiencia e
iniciativa propia. Desafortunadamente, este tipo de liderazgo puede darse solo cuando los
mandos no ejercen suficiente control.
7. Liderazgo natural
Este término describe al líder que no está reconocido formalmente como tal. Cuando
alguien en cualquier nivel de una organización lidera simplemente por satisfacer las
necesidades de un equipo, se describe como líder natural. Algunos lo llaman liderazgo
servil. De muchas maneras este tipo de liderazgo es una forma democrática de liderazgo
porque todo el equipo participa del proceso de toma de decisiones. Quienes apoyan el
modelo de liderazgo natural dicen que es una buena forma de trabajo en un mundo donde
los valores son cada vez más importantes. Otros creen que en situaciones de mucha
competencia, los líderes naturales pueden perder peso por otros líderes que utilizan otros
estilos de liderazgo.
Los líderes altamente orientados a la tarea, se focalizan solo en que el trabajo se haya
cumplido y pueden ser un poco autocráticos. Estos líderes son muy buenos para definir el
trabajo y los roles necesarios, ordenar estructuras, planificar, organizar y controlar.
Pero no tienden a pensar mucho en el bienestar de sus equipos, así que tienen problemas
para motivar y retener a sus colaboradores.
9. Liderazgo transaccional
Este estilo de liderazgo nace con la idea de que los miembros de equipo acuerdan
obedecer completamente a su líder cuando aceptan el trabajo. La transacción es el pago
a cambio del esfuerzo y la aceptación hacia las tareas que les da su líder. El líder tiene
derecho a castigar a quien considere que su trabajo no está como él desea. El liderazgo
transaccional es un tipo de administración, no un verdadero estilo de liderazgo, porque el
enfoque es hacia la ejecución de tareas de corto plazo.
Los líderes transformacionales son considerados los verdaderos líderes por la mayoría de
los teóricos del liderazgo. Inspiran a sus equipos en forma permanente, y le transmiten su
entusiasmo al equipo. A su vez estos líderes necesitan sentirse apoyados solo por ciertos
empleados. Es una ida y vuelta emocional. Es por ello que muchas organizaciones tienen
que funcionar tanto con el liderazgo transformacional como con el liderazgo transaccional.
Los líderes transaccionales (o managers) se aseguran de que la rutina se lleve adelante
en forma apropiada, mientras que la transformacional busca nuevas iniciativas y agregar
valor.
LIDERAZGO SEGÚN AUTORES
CONCEPTO
PALABRA CLAVE
PROPOSITO
CARACTERISTICAS
Nivel 1: Posición
Posición es el nivel más bajo del liderazgo, es el nivel de ingreso. La única influencia que tiene un líder
posicional es la que viene con el título para la función que se desempeña. Las personas siguen
porque tienen que hacerlo. El liderazgo posicional se basa en los
Derechos que conceden la posición y el título. No hay nada de malo con tener un liderazgo
posicional, lo malo es usar la posición para hacer que la gente lo siga. La posición es un mal sustituto
para la influencia. Quienes solo alcanzan el Nivel 1 podrían ser jefes, mas nunca son líderes.
Tienen subordinados, no miembros de equipo. Confían en reglas, medidas,
políticas organigramas para controlar a su gente. Las personas seguirán a los líderes posicionales
solo dentro de los límites establecidos de la autoridad que ellos poseen. Y por lo general su
gente los sigue solamente si reciben la orden de hacerlo. Cuando piden esfuerzos o tiempo extra,
casi nunca lo obtienen. Los líderes posicionales generalmente tienen dificultades para trabajar con
voluntarios, con jóvenes, y con gente muy educada. ¿Por qué? Porque no tienen influencia,
y porque la gente descrita tiende a ser más independiente. La posición es el único nivel que para poder
ganarlo no se necesita habilidad ni esfuerzo. A cualquiera se le puede nombrar para un cargo.
Nivel 2: Permiso
El Nivel 2 se basa totalmente en relaciones
En el nivel Permiso la gente sigue porque quiere hacerlo. Cuando a usted le gustan las
personas y las valora, empieza a desarrollar influencia en ellas. Desarrolla confianza. El ambiente
se vuelve mucho más positivo, ya sea en la casa, en el trabajo, en una diversión, o en un
voluntariado. La estrategia para los líderes en el Nivel 2 no es conservar su posición, sino conocer a
los suyos y encontrar la manera de llevarse con ellos. Los líderes averiguan quiénes son
aquellos con quienes trabajan. Los seguidores averiguan quiénes son sus líderes. La gente
construye relaciones sólidas y duraderas.
A usted le pueden gustar las personas sin liderarlas, pero no las puede
liderar sin que le gusten.
A usted le pueden gustar las personas sin liderarlas, pero no las puede liderar sin que le gusten. De eso
es lo que trata el Nivel 2.
Programo y llevo a cabo la capacitación y el desarrollo para todos los miembros de mi equipo de
manera regular y constante. Cuando llegan las fechas límite o el trabajo se vuelve urgente, no
cancelamos nuestras sesiones de capacitación y desarrollo. Constantemente tomo riesgos
cediendo a las personas responsabilidades y autoridad que les exigirán el máximo
esfuerzo. Paso gran cantidad de tiempo cada mes asesorando líderes prometedores.
Conozco muy bien las fortalezas y debilidades de todas las personas que
lideró. Individualizo la forma en que capacito, desarrollo y guío a mi gente. Paso el tiempo más
estratégico e importante de tutoría con quienes tienen mayor capacidad, talento y
potencial. Poseo antecedentes de movilizar personas de cargo en cargo para ayudarles a
encontrar dónde calzan mejor. Continuamente estoy aconsejando a la gente, y no solo
durante evaluaciones formales. Otros consideran a mi equipo o departamento como el
mejor entrenado (o uno de los mejores) en la organización. Si marcó ocho o más de las
declaraciones anteriores como verdaderas para usted, entonces pase a la siguiente
sección. Si no, sus respuestas indican que aún no ha dominado el Nivel 4, ni piensa como líder
en este nivel.
Nivel 5: Pináculo
El nivel más encumbrado y difícil de liderazgo es el Pináculo. Aunque la mayoría de personas pueden
aprender a escalar de los niveles 1 al 4, el Nivel 5 no solo requiere esfuerzo, habilidad e intencionalidad,
sino también un gran nivel de talento. Solo líderes dotados naturalmente logran alguna vez llegar a este
nivel superior.
¿Qué hacen los líderes en el Nivel 5? Desarrollan personas que llegan a ser líderesde Nivel
4.Individuos respetuosos, agradables y productivos pueden establecer cierto gradode
influencia con otros y ganar seguidores con relativa facilidad. Es difícildesarrollar seguidores que lideren
solos. La mayoría de líderes no lo hacen porquese necesita mucho más trabajo que
simplemente liderar seguidores. No obstante,desarrollar líderes hasta el punto en que
estos puedan y deseen desarrollar a otroslíderes es la más difícil de todas las tareas del liderazgo.
Pero he aquí lasretribuciones: Los líderes de Nivel 5 desarrollan organizaciones de Nivel 5;
creanoportunidades que otros no crean; implantan un legado en lo que hacen;
las personas los siguen por lo que estos líderes son y por lo que representan.
En otras palabras, el liderazgo de estos líderes obtiene una
reputación
positiva. Comoresultado, los líderes de Nivel 5 muchas veces trascienden su
posición, suorganización y a veces su industria.
Cuando un creyente es llamado por Dios para ser un líder de su pueblo, debe tener en
cuenta que hay ciertos aspectos que hay considerar ante este llamado. Puesto que el
llamado al liderazgo es un privilegio y a la vez una gran responsabilidad que hay que
tener presente.
6.1 LA VISION
El buen liderazgo comienza con una visión que Dios revela a sus siervos a quienes ha
llamado como líderes de su pueblo. Dios dice en su Palabra que sin visión (revelación
profética) el pueblo se desenfrena (Proverbios 29:18). Aplicado al liderazgo cristiano, este
pasaje bíblico nos enseña que cuando una organización o grupo se encuentra bajo el
liderazgo de una persona que no tiene visión, el resultado es el desorden, la confusión, la
anarquía y la frustración.
Algunas veces se le conoce a este principio como “soñar”, “pensar” o “previsionar”. Más
allá del nombre que se le de, este principio de la visión es el primer paso y la clave para
comprender el liderazgo y desarrollarlo correctamente.
- La imagen nítida de la visión permite al líder tener ideas claras para llevarlas a
cabo.
- No basta con tener una visión, es preciso que exista una entrega y el deseo de
poner por obra esa visión.
- Eso es lo que se llama una misión. Al mismo tiempo, es necesario que se sigan
algunos pasos para hacer posible la realización de la misión. Esos pasos se llaman
metas.
- Las metas diseñan el programa para llevar a cabo la misión y de ese modo es
posible cumplir con la visión.
- Las visiones que valen la pena son un don de Dios (Santiago 1:17).
- La Biblia nos muestra que Dios es el Dios de toda verdad, y el origen de todas las
verdaderas visiones que valen la pena.
- Dios gobierna sobre los asuntos de los hombres; él es quien da la visión y la
comprensión de la visión a sus siervos.
- Por eso, cualquier visión debe empezar con un entendimiento de Dios. Sin
embargo, el líder también debe entenderse a sí mismo y entender las necesidades
de su grupo.
- Sin embargo, debemos entender que tanto el líder como los miembros del grupo
son responsables de captar la visión.
- El líder principal es quien recibe inicialmente la visión, pero a fin de obtener el éxito
para el grupo, también los demás miembros deben conocer y comprender la visión.
- Por eso, es importante que el líder principal comunique de manera efectiva y clara
la visión que ha recibido de Dios. Además, debe motivar a los miembros de su
grupo para que actuen conforme a esa visión de Dios.
- Este es un compromiso del líder y de todos los miembros del grupo, e incluye una
determinación a vencer las dificultades y eliminar los obstáculos.
- Si Dios ha puesto un deseo en su corazón, debe aceptarlo como algo que Dios
quiere que lleve a cabo; si no cumple con ello, podrá estancarse en su vida
personal, su espíritu se sentirá conturbado y adoptará una actitud crítica.
- Una visión dada por Dios es una responsabilidad muy grande; el cumplimiento de
ella pude conducirlo a alturas fantásticas en su servicio a Dios y a sus semejantes,
pero el no cumplir con ella, privará a los demás del liderazgo que necesitan
urgentemente.
- Para el líder cristiano, una visión es una revelación de la voluntad del Señor, y es
un desafío que le demanda entregarse fielmente a su ejecución.
La visión que tiene el líder cristiano es muy importante, pero la visión nunca se hará una
realidad si el líder no tiene la capacidad y voluntad de preparar un programa de metas que
conducirán al líder y a su grupo a cumplir su misión y hacer realidad su visión. Un líder
sin metas es como un capitán de barco sin puntos de referencia; un líder que no tiene
metas, no sabe qué cosa quiere ni sabe a dónde va. El fracaso de muchos líderes
cristianos se debe quizá no tanto a la falta de capacidad del individuo sino a la falta de
fijar metas u objetivos específicos, claros y definidos.
- Fijarse metas es una disciplina contínua, y no un ejercicio que se realiza una sola
vez, ya que requiere repaso, evaluación y modificaciones permanentes La visión y
la misión permanecen; sin embargo, las metas pueden variar.
- Las metas deben pensarse y fijarse en base a la visión del líder y del grupo.
- La tarea de fijar las metas requiere que el líder piense y escriba los pasos que
deben seguirse para llevar a cabo la visión. En realidad, el fijar metas y escribir los
pasos a seguir para alcanzar dichas metas es parte de lo que comúnmente
conocemos como Planificación. La Planificación o Plan de trabajo corresponde a la
ciencia de la Administración, que el líder debe estudiar, dominar y poner en
práctica para el mejor desarrollo de su liderazgo.
- Las metas nos ayudan a ser perseverantes en cuanto al objetivo del grupo.
La tarea de fijar metas, ya sean personales o para el grupo, es en realidad una tarea
bastante compleja y es unas tarea que debe hacerse permanentemente, lo cual demanda
de parte del líder cristiano una adecuada preparación, mucha habilidad, total
perseverancia y sabiduría de Dios.
- El temor a creer que fijar metas es una presunción ante la voluntad de Dios.
- El temor a entrar en conflicto en cuanto a las prioridades.
- Deben ser factibles de alcanzar, sin olvidar el poder de Dios y las limitaciones
humanas.
- Deben mostrar que la prioridad son las personas y no las cosas, o las
estadísticas.
- Deben ser formuladas en una forma positiva, con la finalidad de lograr la fuerza de
la motivación.
6.3 EL AMOR
El amor es uno de los principios bíblicos esenciales del liderazgo cristiano. Es necesario
que el líder cristiano tenga una visión y fije sus metas, pero también es necesario que
desarrolle su liderazgo motivado por el amor. ¿Cuánto y de qué manera puede influenciar
un líder cristiano que tenga visión y fije adecuadamente sus metas, pero no tiene amor?
El apóstol Pablo responde acertadamente a esta pregunta en 1 Corintios 13: 1-3. Pablo
diría: “si no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe; nada
soy, y de nada sirve”. El amor es el camino más excelente (1 Corintios 12:31).
- El amor que el líder cristiano tiene y debe expresar es el amor “agápe”; es decir, el
amor de Dios, el cual ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu
Santo (Romanos 5:5; Gálatas 5:22; 2 Timoteo 1:7).
- El líder que de veras ama a Dios y a su gente, entonces tendrá suficiente voluntad
para servir a los demás, se esforzará para atender sus verdaderas necesidades y
los guiará no conforme a sus caprichos sino conforme a los planes de Dios.
- Para algunas personas, el amor como un principio del liderazgo cristiano parece
que estuviera fuera de lugar, porque “hace débil y vulnerable” al líder. Sin
embargo, es todo lo contrario, ya que no hay algo tan fuerte, poderoso y motivador
como el amor.
- Tan importante es este principio que Jesús lo practicó en su propia vida y ministerio
y lo demandó a todos sus discípulos, sin excepción. Jesús dijo a sus discípulos:
“Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos” (Juan
15:13). También les dijo: “Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros,
como yo os he amado” (Juan 15:12, 17). El líder cristiano está llamado a servir no
por o con temor, obligación, señorío sino con y por amor.
Basados en Mateo 22:36-39, podemos decir que el amor del líder debe proyectarse en
tres direcciones: hacia Dios, hacia uno mismo y hacia el prójimo.
El amor a Dios debe ser genuino, incondicional, expresivo, total y profundo. Jesús dice:
“Con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente”. El líder no debe dejar dudas
de su amor verdadero al Dios verdadero.
6.3.3.2 El amor hacia uno mismo:
La base para que podamos amarnos a nosotros mismos es amar a Dios con la totalidad
de nuestro ser y aceptar el amor que Dios siente hacia nosotros.
El líder cristiano no debe confundir lo que la Biblia llama amarse a sí mismo, y la práctica
del egocentrismo o narcisismo.
El amarse a uno mismo significa preocuparse naturalmente para suplir nuestras más
elevadas necesidades. Por medio de amarnos a nosotros mismos, podemos cuidarnos,
aceptarnos y respetarnos a nosotros mismos. El líder cristiano no debe degradarse a sí
mismo, ni tener una baja autoestima.
El liderazgo basado en el amor de Dios y a Dios no puede fallar, sino que dará buenos
resultados. En todos los aspectos de la vida, el liderazgo impregnado de amor es una
bendición para todos. Jesús, el líder perfecto, nos dio el máximo ejemplo de liderazgo por
amor, y nos promete la fortaleza necesaria para imitarlo en este aspecto.
6.4 LA HUMILDAD
- Se somete a otros, les presta su ayuda y es cortés con todas las personas.
- No siente lástima de sí misma sino que se goza en servir al Señor y a los demás.
- Está dispuesta a ocupar un lugar más bajo del que se merece, y a soportar
desprecios, insultos y hasta acusaciones falsas por causa de un propósito más
elevado.
- El falso líder humilde es orgulloso y arrogante, pero hace como si no lo fuera. Aquel
que siempre está afirmando poseer una visión superior de la verdad divina y una
piedad superior en su vida, e incluso cree estar haciendo más de lo que Dios
demanda, es orgulloso y finge ser humilde.
- Permite al líder mostrar un amor auténtico hacia todas las demás personas.
- Libera al líder del egoísmo, ya que se preocupará por las necesidades de los
demás y no se servirá de ellos sino que les servirá generosamente.
- Permite al líder tener una vida ampliada. En lugar de limitar al líder, la verdadera
humildad amplía su vida, haciéndole consciente de su necesidad de aprender más,
de crecer en la fe, el servicio, el amor, la santidad y la obediencia a Dios.
- Permite al líder alcanzar el éxito y la aprobación de Dios. La Biblia enseña que los
que se humillan ante Dios serán exaltados (1 Reyes 21:29; Lucas 1:52; Santiago
4:10; 1 Pedro 5:6). Quienes no se humillan ante Dios serán afligidos (2 Crónicas
33:23; 36:12) o resistidos por Dios (Santiago 4:6); es decir, Dios se opone a ellos,
los enfrenta, les contradice.
- Provee recursos ilimitados al alcance del líder. Los recursos de Dios están a
disposición del líder humilde que está dispuesto a reconocer su debilidad y
limitaciones. Su lema será: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses
4:13).
La experiencia de la vida humana nos enseña que ninguna persona nace siendo humilde;
en realidad, la humildad es una virtud que puede y debe aprenderse a través del
desarrollo de la vida (Mateo 11:29).
A continuación, vamos a considerar cinco pasos de cómo podemos desarrollar a
humildad en nuestras vidas.
- El primer paso para ser humilde es hacer que Cristo sea el Señor de la vida, que
ocupe el trono de nuestro corazón, y nos controle por completo.
- Aunque el nuevo nacimiento se da una sola vez, el líder cristiano necesita renovar
constantemente su entrega a Dios y estar dispuesto a ceder el señorío de su vida
a Cristo.
- El líder humilde renuncia a gobernar su vida por sí mismo, y más bien se somete
en absoluto a la soberana voluntad de Dios.
- Cuando el líder crisitano se somete en obediencia a Cristo, puede dar ciertos pasos
prácticos hacia la humildad (ver por ejemplo lo que se manda en 2 Timoteo 2:24,
25).
- El líder cristiano debe evitar todo elitismo, intolerancia y distinción, así como el
esfuerzo por promoverse a sí mismo.
- El líder humilde se esfuerza por llevarse bien con todos los hermanos, y con todas
las personas en general, recordando que el respeto, la buena comunicación, el
verdadero amor, etc. le ayudarán a mantener buenas relaciones interpersonales.
- Jesús no sólo dijo que había venido a servir a los hombres (Marcos 10:45), sino
que vivió permanentemente sirviendo humildemente a los demás.
- Así como Jesús, el líder cristiano debe esforzarse siempre por servir a los
hombres y procurar conseguir el bien para los demás.
Muchos líderes cristianos han fracasado rotundamente y han experimentado una serie de
problemas y sufrimientos por causa de la falta de dominio propio. Un líder cristiano sin
dominio propio es comparable con un automóvil moderno, hermoso, costoso y sin frenos.
La falta de dominio propio o control de sí mismo arruina la vida y el trabajo del líder
cristiano y sus relaciones interpersonales.
6.5.1 Qué es el dominio propio.
- El segundo término griego que usa el Nuevo Testamento pasra referirse al dominio
propio es el sustantivo “sofronismos”, que literalmente significa templanza,
dominio propio, cordura, entereza de ánimo. Sobre este principio, Pablo le escribió
a Timoteo, animándole a cumplir con su ministerio en la iglesia de Efeso: “Porque
no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio
propio” (2 Timoteo 1:7).
- En realidad, el dominio propio es una forma de vida que solamente se logra gracias
a la obra poderosa del Espíritu Santo en la vida del líder cristiano. Debido a este
fruto del Espíritu Santo, el líder cristiano es una persona que se destaca entre los
demás por ser comedido (sobrio, moderado, prudente) en todas las cosas de la
vida, ya que él no permite que sus deseos o las circunstancias lo dominen.
- El dominio propio significa que la vida del líder cristiano se caracteriza por la
disciplina espiritual en todos los aspectos de su vida personal y sus relaciones
personales. Significa que el líder cristiano ha entregado al Espíritu Santo el control
de todas las áreas de su vida, y que se somete a su dirección divina.
- Gracias al dominio propio en la vida del líder cristiano, sus seguidores y las demás
personas le verán como una persona que posee la determinación y la fortaleza
para dirigir con seguridad y serenidad, ya que sabe controlarse y puede tener el
control de las situaciones que se puedan presentar.
- El dominio propio permite que el líder pueda influir positivamente en la vida de sus
dirigidos. Cuando Pablo hizo una lista de las cualidades que debía tener el obispo,
la mayoría de ellas se relacionaba con el control que el obispo debía tener sobre sí
mismo y su familia (ver 1 Timoteo 3:1-7).
- El dominio propio permite al líder gozar de una auténtica libertad. Esta libertad se
expresa en la manera sabia de tomar decisiones conforme a la voluntad de Dios.
- Por medio de una vida cristiana sometida a una férrea disciplina en todos los
aspectos de la vida.
6.6 LA COMUNICACION
La comunicación es al mismo tiempo un arte y una disciplina. Esta palabra se deriva del
verbo latín “comunicare”, que significa “hablar el uno cpon el otro”, “consultar el uno con el
otro”. La comunicación es el proceso continuo por medio del cual se transmite
información de una persona a otra. Se espera que el transmisor cifre adecuadamente su
mensaje y que el receptor lo descifre correctamente. La meta del comunicador o
transmisor es cifrar el mensaje con un mínimo de desigualdad o pérdida de significado.
- El líder debe estar atento a todo aquello que impide tener una comunicación
efectiva.
- Hay que conocer quiénes componen el grupo: su sexo, la edad, el trasfondo étnico,
la educación, el estilo de vida, la afiliación religiosa y el grado de entrega a ella, las
distracciones que les gustan, etc.
- Hay que conocer la actitud de la gente hacia el ambiente que le rodea: las
condiciones de su trabajo, la situación de la familia, las condiciones sociales,
culturales, políticas y educativas.
- Hay que conocer la actitud de la gente, los unos para con los otros.
- Hay que reconocer la actitud que manifiestan hacia el tema que uno está tratando.
- Para que el líder cristiano pueda ser escuchado con atención, debe conocer las
cosas que preocupan e inquietan a su gente, de tal manera que él las atienda con
propiedad.
- Un líder pude obligar a algunos a que le escuchen, pero el buen liderazgo sucede
cuando el líder logra derrumbar la barrera de la preocupación y gana el derecho a
ser escuchado.
- Para poder motivar en forma efectiva a las personas para que actúen es necesario
que el líder entienda los deseos o necesidades de las personas y de qué manera
satisfacerlos.
Ya que el líder puede transmitir sus pensamientos al grupo por medio de la comunicación,
se da por sentado que sólo la buena comunicación puede aclarar al grupo sus verdaderas
necesidades y conseguir que avancen hacia las metas apropiadas para suplir dichas
necesidades. Es necesario que el líder adquiera una gran habilidad para comunicarse
con la gente de su grupo.
6.7 LA INVERSION
Aunque para algunas personas este principio de la inversión más tenga que ver con el
mundo de los negocios, en realidad es un principio bíblico enseñado por Jesús y los
apóstoles. Jesús lo enseñó cuando dijo: “Dad, y se os dará; medida buena, apretada,
remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que
medís, os volverán a medir” (Lucas 6:38). Por su parte, Pablo escribió sobre este
principio universal: “Lo que el hombre sembrare, eso también segará” (Gálatas 6:7).
Este principio de la inversión es algo que el líder cristiano debe practicar constantemente
y debe enseñarlo a quienes están bajo su liderazgo. Si queremos desarrollar un
liderazgo efectivo y productivo, el principio de la inversión es un factor clave para lograrlo.
6.7.1 Qué es la inversión.
- La Bibia enseña este principio una y otra vez como parte normal en la vida del
cristiano: ver Lucas 6:31; 2 Corintios 9:6; Gálatas 6:7.
- El líder debe enseñar y motivar con su propio ejemplo a los miembros de su grupo
para que también ellos aprendan a invertir en el reino de Dios su tiempo, sus
recursos, su dinero, sus dones, sus talentos, etc.
- Es muy importante que el líder tenga un espíritu que esté dispuesto a dar y que
desee ayudar a los demás. Esto hace que el practicar el principio de la inversión
se convierta en una costumbre natural.
- Hay varios motivos que se pueden señalar para la inversión o el dar, como la
obligación, la culpabilidad, el reconocimiento, la influencia de los demás, etc. Pero
el motivo que Jesús señaló es el motivo del propio interés; es decir, que el
obedecer el mandamiento es algo que a la postre beneficia a la persona (Mateo
6:19-20; 7:1; Lucas 6:38).
- El líder honrará a Dios, beneficiará al mundo, traerá bendición sobre los suyos y
enriquecerá su propia vida dependiendo del grado de éxito que alcance
acostumbrando a su gente a invertir continuamente guiados por el motivo del
propio interés.
En Génesis 22, Abraham se refiere a Dios como “Jehová Jireh”, que significa “El Señor
proveerá”. La Biblia nos enseña en una manera clara y contundente que Dios es el que
provee para nuestras necesidades (Deuteronomio 8:11-20; Eclesiastés 5:18-20; etc).
Debemos rechazar las actitudes e ideas pesimistas y negativas antes de iniciar alguna
acción o hacer alguna decisión. Muchas veces los pensamientos y temores negativos
llegan a convertirse en profecías que se hacen realidad.
No hay que esperar tener mucho para invertir. Nunca diga:”Cuando cambie mi suerte daré
dinero a la obra del Señor”. Hay que comenzar a invertir con lo que uno tenga en estos
momentos.
Cuando se invierte hay que saber esperar con paciencia, pues es posible que los
resultados requieran de algún tiempo para poder verse. Es probable que uno tenga que
enfrentarse a muchos problemas y adversidades antes de la cosecha.
Hay que tener en cuenta que en algunas oportunidades la cosecha puede fallar, pero eso
no debe desanimar al líder cristiano hasta el punto de ya no querer volver a invertir. El
líder debe ser perseverante ante los malos resultados.
Jesús dijo que donde esté nuestro tesoro allí estará también nuestro corazón. Si el líder
cristiano invierte su dinero, su tiempo, sus energías, etc. en la obra de Dios, seguramente
que va a participar de ella por medio del interés propio.
Hay que estar preparados para enfrentar con serenidad y regocijo todo tipo de pruebas.
Debemos recordar que un líder quejumbroso, ansioso y con el entrecejo fruncido, jamás
podrá ser positivo y dinámico; menos podrá ser un buen ejemplo e influencia positiva
para los demás.
6.7.3.9 Esperar con fe los resultados.
El líder debe confiar en Dios y sus promesas. Esta norma consiste en invertir creyendo
en Dios y esperando con mucha fe los resultados de nuestra inversión. Ser firme, creer,
perseverar y esperar los resultados ayudará al líder a proyectar una imagen que inspire
confianza y lealtad.
Debemos recordar que Dios es el que provee y/o permite los resultados (1 Corintios 3:7).
Por tanto, a él debemos darle la gloria y todo el reconocimiento (2 Corintios 10:17). El
líder puede gozarse en las provisiones de Dios y vivir conforme a sus promesas, pero
nunca debe olvidar de agradecer y glorificar a Dios, ya que él es el que provee
(Deuteronomio 8:11-20).
6.8 LA OPORTUNIDAD
- Este principio consiste en reconocer que los problemas que enfrentamos son
oportunidades para mejorar las cosas. Este principio nos hace ver que la vida es
una serie de obstáculos, los cuales nos abren las puertas a las más grandes
oportunidades. Es necesario disciplinarnos para reconocer y revertir dichos
obstáculos en oportunidades para crecer.
- Esto es algo que pocos están dispuestos a hacer; pero el líder cristiano debe
aprender a no exculparse o excusarse, sino que debe reconocer su
responsabilidad en el error.
- El líder también deberá asumir la responsabilidad por los errores de las personas
de su grupo, así como también recibe el crédito y las felicitaciones por los éxitos
del grupo.
- Debemos tomar medidas rápidas y eficaces para que el daño que hemos producido
no se haga peor aún.
- Los errores pueden ser el resultado de (1) un error de juicio, (2) una planificación
pobre o defectuosa, (3) insuficiente o mala información, (4) un seguimiento
defectuoso.
- Es necesario hacer una evaluación profunda de todo lo que pudo haber dado lugar
a la equivocación o error. Cuando el líder no hace ésto, es posible que el error se
vuelva a repetir. El líder debe procurar que otros miembros del grupo le ayuden a
encontrar las causas del error.
- Cuando se han identificado las causas del error, el líder y su grupo deben proceder
de inmediato a hacer las correcciones pertinentes.
- Cualquier cosa que haya causado el error debe ser identificada, enfrentada y
eliminada.
- Hasta donde sea posible, el líder y el grupo deben actuar sabiamente para analizar
también las cosas buenas y positivas que puedan verse en medio del error o
problema.
- Generalmente, en medio de todo problema o error, hay ciertas cosas que pueden
salvarse, pero es necesario que el líder y los miembros del grupo actuen con
sabiduría, prudencia y buena voluntad para salvar lo que se pueda.
- El líder y el grupo deben hacer las correcciones necesarias en relación a las fallas
o errores que tiene su plan de trabajo.
- El líder o cualquiera de los miembros del grupo jamás deben tener la mentalidad
o prejuicio de que las acciones planificadas y las metas que se ha fijado son
intocables, sino que cuando es necesario y conveniente deben enmendarse.
- El error, así visto, viene a ser como una señal en el camino de la vida, de modo
que el líder puede tener mucho cuidado de cómo actúa.
6.8.2.9 Hay que recordar que los obstáculos vencidos realzan el liderazgo.
- El líder cristiano que actúa bajo la dirección de Dios, llega a tener la práctica de
convertir los obstáculos en oportunidades. Esta práctica realzará su liderazgo e
inspirará a otros a que le sigan.
- Los obstáculos existen y Dios no promete que siempre nos vaya a librar de ellos,
pero siempre nos ayudará a convertir nuestros errores o problemas en
bendiciones. Bajo la dirección de Dios, cada obstáculo puede convertirse en una
maravillosa oportunidad.
6.9 LA ENERGIA
El principio de la energía es el principio que tiene que ver con la vitalidad que debe
caracterizar a todo líder cristiano y que le permitirá dedicarse enteramente a su tarea.
Un líder con energía trabaja durante más horas, lee de manera más abundante, pierde
menos tiempo y generalmente vive la vida de una manera óptima. Su energía es notoria y
eso le permite ser más activo, entusiasta, persistente y efectivo en todo lo que realiza.
Una actitud descuidada respecto a las cosas pequeñas puede ser peligrosa para el
liderazgo. Un líder que posee energía es el que se esfuerza por prestar atención
también a las cosas pequeñas. Hay que tener en cuenta que los pequeños detalles
tienen una gran importancia para determinar la efectividad del liderazgo. Una palabra,
una mirada, un acento, etc., pueden afectar el destino no sólo de una persona sino
también de un grupo mayor.
El líder debe cuidarse de aquello que mina su fuerza y agota su energía. La mala
alimentación, la falta de ejercicio, dormir inadecuadamente, la depresión, la tensión, etc.,
son algunos factores que hacen que el líder reduzca sus energías y sea menos efectivo
en su labor. Vamos a considerar los factores que ayudan al líder a mantener su energía
en el máximo potencial posible.
La clave para una adecuada alimentación es mantener el equilibrio en cuanto a las horas
de comer y a lo que se come. Es necesario que el líder aprenda a tener mucho cuidado
con aquellas comidas que él sabe que le hacen daño. Es recomendable consultar a un
nutricionista y adoptar un régimen de alimentación apropiado para su organismo. La
buena alimentación nos permitirá estar más sanos, tener mejor disposición para la
actividad, tener mejor aspecto, tener más energía y sentirnos mejor al realizar nuestras
labores.
El líder tiene a su disposición una gran variedad de ejercicios físicos que puede practicar
regularmente. Caminar, correr y nadar son ejercicios excelentes, que el líder debería
practicar en una manera disciplinada. Realmente, lo más importante acerca del ejercicio
físico es que el líder debería practicarlo con bastante regularidad, sin abusar de él pero
tampoco siendo flojo. El ejercicio físico es algo que debe estar planificado dentro de las
actividades diarias de todo líder. El líder también debe dedicar tiempo prudencial al
descanso y la recreación sana.
El líder debe acondicionar su mente por medio del desarrollo de actitudes positivas y
eliminar emociones negativas. La salud mental del líder es importante, ya que sin ella
puede cometer una serie de barbaridades y atropellos contra los demás y contra la misma
obra que realizar.
Hay muchas emociones negativas que los líderes deberían reconocer y expulsar de sus
vidas, y no tratar simplemente de negarlas o reprimirlas. Por ejemplo, la ira es una
emoción común que con frecuencia se niega o se reprime, a pesar de los daños que
ocasiona a la salud y ánimno del líder. Otras emociones negativas son la amargura, el
odio, la ansiedad, el temor, la culpabilidad, la preocupación, las dudas, la soledad, los
celos y la depresión.
Debemos reconocer que Dios es la fuente inagotable de la energía que el líder necesita;
pero para ello es necesario que el líder mantenga una correcta relación con Dios. Por
otro lado, la auténtica comunión con Dios nos permite eliminar aquellos sentimientos
negativos que debilitan nuestra energía.
6.10 LA PERSEVERANCIA
Este principio nos recuerda que la vida trae dificultades y problemas que cada día hay que
enfrentar y que hacen que el líder tienda a desanimarse y a abandonar la obra que está
haciando. Asimismo, este principio nos recuerda que Dios espera que el líder se esfuerce
constantemente para poder ser firme y tenaz en el objetivo de cumplir con la visión que él
le ha dado.
Una enfermedad grave o persistente puede ser uno de los obstáculos que más nos
desanimen y con el cual tengamos que enfrentar para llevar a cabo nuestras metas.
Pero a pesar de ello, la perseverancia nos ayuda a vencer el desánimo que puede
producir cualquier enfermedad.
A veces el líder tendrá deseos personales, que de pronto no son malos en sí pero que
podrían interferir con llevar a cabo la visión y la misión de Dios; entonces, el líder deberá
perseverar en la voluntad de Dios renunciando a sus deseos personales. El líder tendrá
que ser consistente y firme en el llamado de Dios para cumplir con su voluntad, y deberá
renunciar a cualquier deseo o interés personal que no tenga nada que ver con el
cumplimiento de la visión y misión de Dios.
El líder que persevera en la voluntad del Señor podrá vencer el peligro de caer en el
pecado de las ganacias deshonestas, de la vida fácil, de la avaricia o del amor al dinero.
El afán por los bienes materiales es uno de los desafíos más grandes contra la
perseverancia del líder. Hay muchos líderes que han claudicado debido a que cayeron en
este pecado del amor al dinero.
6.10.2.5 Ayuda a vencer la oposición de la familia.
Es posible que algunas personas no entiendan bien o mal interpreten la misión del líder, y
por eso tiendan a rechazarlo y no brindarle su apoyo. Ante una situación de
incomprensión y malentendimiento, el líder que persevera sigue adelante con confianza,
y se esfuerza por aclarar la visión o cualquier otra situación, pero lo hará con el amor , la
paciencia y la sabiduría que vienen de Dios.
Cuando uno recuerda la visión que Dios le ha dado, se sentirá motivado a perseverar.
Fijar la atención en la realización de las metas será un aliento especial para perseverar.
Cuando mantenemos nuestra comunión con Dios, él nos da la fuerza suficiente para
perseverar. La comunión con Dios nos permite visualizar las cosas bajo la perspectiva de
Dios y confiar en que él nos ayudará y sostendrá, de modo que realicemos la visión que
nos dio.
6.11 LA AUTORIDAD
El principio de la autoridad es uno de los principios bíblicos básicos para el buen ejercicio
del liderazgo cristiano. Es necesario que el líder cristiano entienda bien este principio, de
modo que pueda servir a Dios y a su pueblo con autoridad espiritual y moral, como lo hizo
el Señor Jesucristo durante su ministerio terrenal.
Los líderes cristianos debemos tener presente que la autoridad moral y espiritual le
permite al líder ganarse la confianza, la credibilidad y el respeto de sus seguidores;
además le da oportunidad para ejercer una fuerte influencia sobre ellos. En este capítulo
vamos estudiar este principio de liderazgo cristiano, haciendo énfasis en el tipo de
autoridad interna del líder.
- El principio de autoridad del liderazgo reconoce que todo líder ha sido dotado de un
poder y facultad legítimos con la finalidad de que pueda estar a la vanguardia en la
ejecución de los planes, metas y objetivos del grupo.
- El principio de autoridad también nos ayuda a reconocer que el líder puede tener
dos tipos de autoridad: la autoridad interna y la autoridad externa.
- Entre estas dos clases de autoridad hay una distinción clara que debe reconocerse
y recordarse siempre.
- La autoridad interna es la que hace que el líder se gane el respeto de los demás y
por medio de ella el líder puede ejercer una poderosa influencia sobre otros en
virtud de su propio encanto y su personalidad.
- El respeto que el líder ganará de parte de los demás y la influencia que ejercerá
sobre los demás radica especialmente en su autoridad interna.
- El líder cristiano tiene una autoridad interna que debe desarrollar y saber usar con
propiedad. A continuación se darán algunas recomendaciones respecto a cómo
puede el líder desarrollar su autoridad interna.
º Seguir adelante con la misión. El líder que persevera llevando a cabo su misión
revela una autoridad interna que lo tiene quien se desanima y renuncia a seguir
adelante.
º Cuidar la relación con otros. El líder debe cuidar la forma cómo se relaciona con
los demás, ya que si lo hace mal puede debilitar su autoridad.
º Hacer todo con excelencia. Cuando el líder hace su tarea lo mejor que puede
aspirando a la excelencia, esto reforzará su autoridad delante de los demás.