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CURSO DE LIDERAZGO CRISTIANO

INTRODUCCIÓN

Estudiar la doctrina sobre el Liderazgo Cristiano es de vital importancia y urgencia,


básicamente por tres razones:
- Primero, porque es un tema prominente en las Sagradas Escrituras, tanto en los
libros del Antiguo Testamento como en los libros del Nuevo Testamento. En ambas
partes de las Sagradas Escrituras encontramos enseñanzas sobre liderazgo.
- Segundo, porque la iglesia necesita tener una enseñanza bíblica correcta sobre el
liderazgo cristiano, de modo que pueda hacer frente y rechazar aquellos conceptos
erróneos y prácticas mundanas que actualmente se aplican al liderazgo cristiano.
- Tercero, porque quienes fueron llamados por Dios a ser líderes, deben conocer,
entender y poner en práctica lo que Dios enseña y demanda en la Biblia para ser
los líderes que él quiere.

Estudiar la temática sobre el liderazgo cristiano es parte prioritaria de una disciplina


permanente de formación personal, ya que como siervos de Dios se requiere de un
constante proceso de aprendizaje, formación y crecimiento, de modo que se pueda
desarrollar un liderazgo conforme a la voluntad de Dios y a las necesidades y demandas
de la obra de Dios. Hoy, más que nunca, el líder cristiano tiene una gran cantidad y
variedad de recursos y oportunidades para estudiar este tema y seguir capacitándose y
entrenándose para ser cada vez un mejor líder cristiano.

Actualmente, se ha escrito una gran cantidad de libros, revistas, artículos sobre liderazgo;
se dan frecuentemente una gran cantidad de conferencias, talleres y seminarios sobre
este tema; podemos hallar buena información en las páginas de Internet y a través de
cursos virtuales; es decir, hay una gran cantidad de recursos sobre liderazgo para
aprender. La recomendación que debe tenerse en cuenta es que debemos discernir
sabiamente todo lo que se lee, escucha y absorbe sobre toda información vertiente
referente a este importante y desafiante tema, que actualmente es de gran urgencia y
necesidad.

I. LA NECESIDAD DE BUEN LIDERAZGO CRISTIANO.


Sabemos que los buenos líderes constituyen un recurso básico de vital importancia en
toda organización humana, incluida la iglesia. Sin embargo, a pesar de ello,
lamentablemente el buen liderazgo es uno de los recursos más escasos en nuestros
tiempos. Se necesitan buenos líderes en todas las esferas de la vida y desarrollo
humano; especialmente, en las esferas de lo familiar, religioso, político, militar,
educacional, y otros.

1.1 LA FALTA DE BUEN LIDERAZGO


Ninguno puede negar ni debe pasar por alto el hecho de que estamos viviendo épocas
críticas en cuanto al liderazgo. Por todas partes y en las diferentes áreas del quehacer
humano se pueden ver y oír quejas de descontento, frustración e impotencia ante el mal
ejercicio y el mal ejemplo de quienes están dirigiendo el país, la ciudad o cualquier otra
institución. Esta crisis de liderazgo es un factor determinante en el surgimiento de otros
tipos de problemas que confronta nuestra sociedad. Esto significa que las diferentes crisis
que experimentan las diversas instituciones humanas, en todo nivel, mundial, nacional,
regional y local, se deben, en gran medida, al deficiente y mediocre liderazgo de quienes
dirigen estas instituciones.

Si tomamos el ejemplo de lo que sucede en los hogares, podemos ver que la crisis de
liderazgo paternal afecta el equilibrio, la disciplina y la estabilidad del hogar, entre otras
cosas. También podemos mencionar los diversos casos de autoridades gubernamentales
que por ser malos líderes causan múltiples problemas en la sociedad en la que vivimos.
La falta de un buen liderazgo no sólo es una realidad palpable en el mundo, sino también
en la iglesia. Todo lo que tenemos que hacer es observar a nuestro alrededor para
comprobar lo crítico de esta lamentable realidad. La iglesia en general, carece de líderes
que tengan una adecuada formación moral y espiritual, que sean honestos, responsables,
comprometidos, eficientes, sinceros y responsables. Hacen falta líderes cristianos que
imiten a Jesús en carácter y conducta, y que reúnan cabalmente los requisitos de la
Palabra de Dios para el liderazgo cristiano. La Biblia y la experiencia humana nos
permiten señalar algunas de las principales causas que producen esta crisis de liderazgo
en general; veamos:

- El concepto equivocado de lo que es el liderazgo


- La conducta inmoral y corrupta de algunos líderes
- La incapacidad y mediocridad de ciertos líderes
- El orgullo, egoísmo y tiranía de algunos líderes
- La demagogia y/o burocracia de algunos líderes
- La claudicación de los buenos líderes

1.2 LAS RAZONES PARA EL BUEN LIDERAZGO


 Porque Dios lo demanda: La primera y gran razón para desarrollar y mantener un
buen liderazgo es que esa es la demanda y voluntad de Dios para la humanidad,
en general, y para su pueblo, en particular. Las Sagradas Escrituras enseñan que
el liderazgo o dirigencia espiritual en la vida y misión de su pueblo es un asunto
que se origina en Dios y depende de él. El propósito de Dios al establecer
liderazgo es proveer dirección, entrenamiento, orden y acción, de tal manera que la
gente pueda lograr sus metas y objetivos comunes. Por tanto, la iglesia debe
asumir con plena seriedad la responsabilidad y el compromiso de descubrir, alistar,
inspirar, preparar y brindar oportunidades a quienes han sido llamados por Dios a
ejercer algún cargo de liderazgo. Dios siempre ha demandado un buen liderazgo
de parte de aquellas personas que él ha llamado para ser líderes de su pueblo. La
Biblia nos muestra que Dios siempre ha escogido, ha llamado y capacitado a
diferentes hombres y mujeres para que sean buenos guías espirituales de su
pueblo; líderes que sean capaces de guiar correctamente a su pueblo para hacer
su voluntad.

 Porque la iglesia lo requiere: El buen liderazgo cristiano es uno de los factores de


mayor importancia que requiere toda iglesia, sea grande o pequeña, sea una
iglesia joven o que ya tenga muchos años de fundada, sea que esté ubicada en la
ciudad o en el campo, sea fuerte económicamente o de poca solvencia económica.
No existe una sola iglesia sobre la faz de la tierra que no requiera
permanentemente de un buen liderazgo cristiano; el buen liderazgo cristiano es
para la iglesia como las buenas autoridades lo son para la sociedad, o como los
buenos padres lo son para la familia. Sin un buen liderazgo cristiano, la iglesia se
conformará con lo único que puedan hacer sus líderes de turno. Hay que tener en
cuenta que realmente nada bueno, significativo y trascendental sucederá en la
iglesia, y en la vida de sus miembros, a no ser que tengamos un liderazgo cristiano
espiritual, servidor, competente, comprometido, dinámico y responsable. Powell
hace un comentario interesante al respecto:

 Porque la humanidad lo necesita: Vivimos en una época que se caracteriza por


la gran necesidad que tienen los seres humanos de ser dirigidos por líderes de
mejor calidad que aquellos que los han precedido o que están dirigiendo en la
actualidad. Una mirada general y objetiva al liderazgo que actualmente dirige
nuestra sociedad nos obliga a declarar que la situación y condición del liderazgo
actual no es buena ni alentadora, aunque sí preocupante y desafiante. Esta
necesidad de mejores líderes se siente en las todas las esferas del desarrollo
humano en todas partes del mundo.

1.3 LA IMPORTANCIA DEL BUEN LIDERAZGO


 Un buen liderazgo brinda adecuado cuidado y dirección a la iglesia: Las
Sagradas Escrituras nos revelan el hecho de que el liderazgo cristiano ha sido
establecido por Dios en la iglesia con la finalidad de proveerle, entre otras cosas,
un adecuado cuidado y una correcta dirección conforme a la soberana voluntad de
Dios. El Nuevo Testamento nos enseña que el Espíritu Santo ha repartido los
dones espirituales y los ministerios cristianos a la iglesia con el propósito de que
quienes ejercen dichos dones y ministerios puedan brindarle un buen cuidado y
una correcta dirección.

 Un buen liderazgo es clave para el crecimiento de la iglesia, Hechos 6:1-6: El


buen liderazgo es clave para el desarrollo de un buen programa de entrenamiento
y capacitación de los miembros de la iglesia para la obra del ministerio (Efesios
4:11-16), lo cual, por supuesto, redundará en el edificación, crecimiento, unidad,
estabilidad y buen ejercicio del servicio o ministerio de los miembros de la iglesia.
Los investigadores de Iglecrecimiento señalan que uno de los factores clave para el
crecimiento natural e integral de la iglesia es tener un buen liderazgo cristiano; ellos
afirman que cuando la iglesia se ha estancado o está declinando es porque no
cuentan con un buen liderazgo cristiano.

 Un buen liderazgo asegura el orden y la estabilidad, Proverbios 28:2: Cuando


el dirigente o líder cristiano es una persona entendida o sabia en su estilo de vida y
de servicio, entonces el orden se mantiene en el pueblo de Dios. Proverbios 28:2
nos enseña que un liderazgo cristiano entendido permite mantener el orden y
proporciona estabilidad a la gente que se dirige. Cuando se desarrolla un buen
liderazgo, cualquier institución u organización humana mantiene su orden y su
estabilidad. Solamente un buen liderazgo cristiano garantizará la buena marcha y
la firmeza de las personas a quienes se dirige en los caminos y planes de Dios.
Cuando no tenemos un buen liderazgo cristiano, la gente hace lo que quiere según
mejor le parece, y el resultado es el caos y el desorden, como sucedía en los
tiempos de los jueces de Israel del Antiguo Testamento (Jueces 21:25).

 Un buen liderazgo ejerce influencia en la vida de los demás: Todo liderazgo


ejerce influencia sobre los demás, sea negativa o positivamente. No existe
liderazgo que no influya en las personas, ya sea para bien o para mal. El buen
liderazgo influye sobre los demás por medio de su conocimiento, experiencia y
habilidades ministeriales, sino que, sobre todo, influye con su buen carácter y su
buen ejemplo. Precisamente esto es lo que Pablo demandó a Timoteo al escribirle:
“Que nadie tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo a los creyentes…” (1
Timoteo 4:12).

 Un buen liderazgo es clave para alcanzar buenos resultados: Toda institución u


organización humana es establecida con el propósito de alcanzar las metas y
objetivos que se ha trazado; en realidad, esta es la razón de su existencia y su
funcionamiento. Muchas veces, el éxito de una institución se mide por medio de
los resultados logrados; cuando se han obtenido buenos y numerosos resultados,
la institución se siente satisfecha y desafiada a seguir en esa senda de los buenos
resultados. Pero cuando los resultados son escasos y malos, predomina el
sentimiento de frustración, descontento y desánimo. Por eso, es importante tener
buenos líderes que guíen a la gente a obtener buenos resultados.

 Un buen liderazgo impacta positivamente al mundo: Jesús afirmó que sus


discípulos somos “la luz del mundo” y “la sal de la tierra”. Estas afirmaciones de
Jesús, que en realidad son demandas para los cristianos, se hacen evidentes y
cobran mayor relevancia cuando los líderes cristianos logramos impactar la
sociedad con el ejercicio de un liderazgo espiritual de excelencia. Para cambiar o
reemplazar el mal liderazgo es necesario que nos comprometamos seriamente con
el hecho de ser líderes ejemplares y competentes que impactemos positivamente a
nuestra sociedad.

II. BASES BÍBLICAS Y TEOLÓGICAS DEL LIDERAZGO


Es de vital importancia tener un concepto correcto acerca del liderazgo cristiano; y para
eso, por supuesto, será necesario rechazar todo tipo de concepto secular de liderazgo y
poner en práctica lo que la Biblia nos enseña y demanda al respecto. Si el siervo de Dios
ejerce su liderazgo cristiano fundamentado en una concepción equivocada de lo que
significa ser líder, entonces ello afectará negativa y perjudicialmente sus actitudes,
motivaciones, relaciones y acciones respecto a su propia tarea y a la de los demás.

El liderazgo cristiano, no consiste en colocarse por encima de los demás en prestigio,


autoridad, influencia, importancia o poder. La Biblia, enseña que el liderazgo cristiano es
la oportunidad que Dios, en su gracia y misericordia, nos concede para que podamos
servir con amor, humildad, integridad, responsabilidad y eficiencia. En realidad, este fue el
estilo de liderazgo que practicó el Señor Jesucristo durante su ministerio terrenal.
Además, esa es la demanda clara y contundente de Jesús para todos sus seguidores.

En el mundo evangélico encontramos una gran cantidad y diversidad de conceptos sobre


el liderazgo cristiano, fundamentadas en la enseñanza de la Palabra de Dios. Vamos a
considerar y reflexionar en algunos de estos conceptos.

“Pida a diez personas que definan el liderazgo y recibirá diez respuestas diferentes.
Después de más de cuatro décadas de observar el liderazgo dentro de mi familia, y
después de muchos años de desarrollar mi propio potencial, he llegado a esta
conclusión: el liderazgo es influencia. Eso es todo. Nada más, nada menos”

(John Maxwell).

“El liderazgo es el arte o proceso de influir sobre las personas de modo que éstas se
esfuercen de buen grado y con entusiasmo hacia el logro de los objetivos del grupo”

(Koontz – Weihrich).

“¿Qué queremos dar a entender cuando utilizamos las palabras liderato y liderazgo?
Si se me pidiera con un solo término cualquiera de estas dos palabras, lo definiría con
la palabra influencia. Uno dirige a otro individuo en la medida en que influye en él”

(Charles R. Swindoll).

“El guiar o dirigir no es ponerse por encima de los demás en prestigio o poder. Es
servir, ponerse bajo la carga de las necesidades humanas y llevarla de una manera
sacrificial y redentora. De acuerdo con esta norma, la medida de la grandeza no es la
preeminencia sino la humildad, no es la excelencia sino la fidelidad, no es la autoridad
sino la obediencia, no es ser servido sino rendir servicio”

(G. S. Dobbins).

“El liderazgo es la actividad responsable que lleva a cabo el líder, quien es un hombre
que conoce el camino, que puede mantener la delantera y que logra que otros le
sigan”

(John Mott).

“El liderazgo es la disciplina que deliberadamente ejerce su influencia en un grupo


determinado a fin de avanzar hacia unas metas concretas de permanencia beneficiosa
que sirve para cubrir las necesidades verdaderas del grupo”

(John Haggai).

“El liderazgo es el proceso dinámico en el cual un hombre o una mujer con


capacidades dadas por Dios, influye a un grupo de personas hacia los propósitos de
Dios para dicho grupo. Las palabras clave son proceso e influye”

(Robert Clinton).

“La característica común en todos los líderes es la capacidad para hacer que las cosas
se realicen; actuar para ayudar a que otros trabajen en un ambiente dentro del cual
cada individuo que presta servicios bajo su dirección se sienta animado y estimulado
hasta tal punto en que se le ayude a descubrir sus más plenas capacidades para
ofrecer una contribución significativa”
(Ted Engstrom).

“Nada sucede hasta que alguien proporcione liderazgo; todo se edifica o se derrumba
según sea el liderazgo. El liderazgo es influencia, para bien o para mal. Si no estás
influyendo sobre nadie, no importa que pienses que eres líder o no. No lo eres. El
fundamento del liderazgo no es el carisma personal, sino el carácter. El liderazgo no
tiene que ver con la posesión de una personalidad encantadora y llamativa, una gran
sonrisa o una voz de terciopelo. Lo que sí necesitas es carácter y credibilidad. El
liderazgo no se basa en lo académico. Es cuestión de carácter; es cuestión de quién
eres”
(Rick Warren).

El liderazgo cristiano es la capacidad espiritual que Dios otorga a ciertos cristianos con
el fin de guiar a su grupo para que, en forma unida, organizada y bien entrenada,
lleven a cabo sus planes de acción, del tal modo que puedan satisfacer sus
necesidades y alcanzar sus metas y objetivos. El liderazgo cristiano debe desarrollarse
bajo la voluntad de Dios, en base a las enseñanzas y el ejemplo de Jesús y en
absoluta dependencia del Espíritu Santo”

(Julio César Montalvo).

DEFINICIÓN DE LIDERAZGO NATURAL: El líder es una persona que se constituye en


ejemplo y que posee una visión influyente y que transfiere tal visión a otra persona o
grupo de persona la visión, el propósito, los objetivos y las metas establecidas.

DEFINICIÓN DE LIDERAZGO CRISTIANO


LÍDER: Es una persona con una capacidad y responsabilidad dada por Dios, para influir
en un grupo específico del pueblo de Dios, hacia los propósitos de Dios para el grupo.
LIDERAZGO: Es el ejercicio de hacer practicar los dones espirituales de cada uno bajo el
llamado de Dios para servir a un cierto grupo de personas en el cumplimiento de lo que
Dios les ha dado con el fin de glorificar a Cristo.

PALABRAS VINCULADAS AL LIDERAZGO


PRESIDIR: Romanos 12:8 = Pararse al frente.
ADMINISTRAR: 1 Corintios 12:28
GUÍAR: Hechos 27:11
LIDERAR HOGAR: 1 Timoteo 3: 4-5
LIDERAR IGLESIA: 1 Timoteo 5:17, 1 Corintios 12:28.
LIDER

LIDERAZGO

3. ESTILOS DE LIDERAZGO
1. Liderazgo autocrático AUTORITARIO

El Liderazgo autocrático es una forma extrema de liderazgo transaccional, donde los


líderes tienen el poder absoluto sobre sus trabajadores o equipos. Los miembros del staff
tienen una pequeña oportunidad de dar sugerencias, incluso si estas son para el bien del
equipo o de la organización. Muchas personas se sienten resentidas al ser tratadas de
esta manera. A menudo el liderazgo autocrático tiene altos niveles de ausentismo y
rotación del personal. Para algunas tareas y trabajos sin calificación el estilo puede ser
efectivo, porque las ventajas del control superan las desventajas.

2. Liderazgo burocrático RÍGIDO TRADICIONAL LEGALISTA

Los líderes burocráticos hacen todo según “el libro”. Siguen las reglas rigurosamente y se
aseguran que todo lo que hagan sus seguidores sea preciso. Es un estilo de liderazgo
muy apropiado para trabajar cuando existen serios riesgos de seguridad (como trabajar
con maquinaria, sustancias tóxicas, o peso peligroso) o cuando largas sumas de dinero
están en juego.

3. Liderazgo carismático TRANSFORMACIONAL


Un estilo carismático de liderazgo es similar al liderazgo transformacional, porque estos
líderes inspiran muchísimo entusiasmo en sus equipos y sus muy energéticos al conducir
a los demás. De todas formas los líderes carismáticos tienden a creer más en sí mismos
que en sus equipos y esto genera problemas, y un proyecto o la organización entera
podrían colapsar el día que el líder abandone la empresa. En los ojos de los seguidores,
el éxito está ligado a la presencia del líder carismático.

4. Liderazgo participativo o democrático

A pesar que es el líder democrático el que toma la última decisión, ellos invitan a otros
miembros del equipo a contribuir con el proceso de toma de decisiones. Esto no solo
aumenta la satisfacción por el trabajo sino que ayuda a desarrollar habilidades. Los
miembros de equipo sienten en control de su propio destino así que están motivados a
trabajar duro, más que por una recompensa económica. Ya que la participación
democrática toma tiempo, este abordaje puede durar mucho tiempo pero a menudo se
logra un buen resultado. Este estilo de liderazgo puede adoptarse cuando es esencial el
trabajo en equipo y cuando la calidad es más importante que la velocidad o la
productividad.

5. Liderazgo Laissez-faire CONSENTIDOR

Esta expresión francesa significa “déjalo ser” y es utilizada para describir líderes que
dejan a sus miembros de equipo trabajar por su cuenta. Puede ser efectivo si los líderes
monitorean lo que se está logrando y lo comunican al equipo regularmente. A menudo el
liderazgo laissez-faire es efectivo cuando los individuos tienen mucha experiencia e
iniciativa propia. Desafortunadamente, este tipo de liderazgo puede darse solo cuando los
mandos no ejercen suficiente control.

6. Liderazgo orientado a las personas o liderazgo orientado a las relaciones

Es el opuesto al liderazgo orientado a la tarea. Con el liderazgo orientado a las personas,


los líderes están completamente orientados en organizar, hacer de soporte y desarrollar
sus equipos. Es un estilo participativo, y tiende a empoderar al equipo y a fomentar la
colaboración creativa. En la práctica la mayoría de los líderes utilizan tanto el liderazgo
orientado a la tarea y el liderazgo orientado a las personas.

7. Liderazgo natural
Este término describe al líder que no está reconocido formalmente como tal. Cuando
alguien en cualquier nivel de una organización lidera simplemente por satisfacer las
necesidades de un equipo, se describe como líder natural. Algunos lo llaman liderazgo
servil. De muchas maneras este tipo de liderazgo es una forma democrática de liderazgo
porque todo el equipo participa del proceso de toma de decisiones. Quienes apoyan el
modelo de liderazgo natural dicen que es una buena forma de trabajo en un mundo donde
los valores son cada vez más importantes. Otros creen que en situaciones de mucha
competencia, los líderes naturales pueden perder peso por otros líderes que utilizan otros
estilos de liderazgo.

8. Liderazgo orientado a la tarea

Los líderes altamente orientados a la tarea, se focalizan solo en que el trabajo se haya
cumplido y pueden ser un poco autocráticos. Estos líderes son muy buenos para definir el
trabajo y los roles necesarios, ordenar estructuras, planificar, organizar y controlar.
Pero no tienden a pensar mucho en el bienestar de sus equipos, así que tienen problemas
para motivar y retener a sus colaboradores.

9. Liderazgo transaccional
Este estilo de liderazgo nace con la idea de que los miembros de equipo acuerdan
obedecer completamente a su líder cuando aceptan el trabajo. La transacción es el pago
a cambio del esfuerzo y la aceptación hacia las tareas que les da su líder. El líder tiene
derecho a castigar a quien considere que su trabajo no está como él desea. El liderazgo
transaccional es un tipo de administración, no un verdadero estilo de liderazgo, porque el
enfoque es hacia la ejecución de tareas de corto plazo.

10. Liderazgo transformacional

Los líderes transformacionales son considerados los verdaderos líderes por la mayoría de
los teóricos del liderazgo. Inspiran a sus equipos en forma permanente, y le transmiten su
entusiasmo al equipo. A su vez estos líderes necesitan sentirse apoyados solo por ciertos
empleados. Es una ida y vuelta emocional. Es por ello que muchas organizaciones tienen
que funcionar tanto con el liderazgo transformacional como con el liderazgo transaccional.
Los líderes transaccionales (o managers) se aseguran de que la rutina se lleve adelante
en forma apropiada, mientras que la transformacional busca nuevas iniciativas y agregar
valor.
LIDERAZGO SEGÚN AUTORES
CONCEPTO
PALABRA CLAVE
PROPOSITO
CARACTERISTICAS

4 LOS NIVELES DEL LIDERAZGO

Nivel 1: Posición
Posición es el nivel más bajo del liderazgo, es el nivel de ingreso. La única influencia que tiene un líder
posicional es la que viene con el título para la función que se desempeña. Las personas siguen
porque tienen que hacerlo. El liderazgo posicional se basa en los
Derechos que conceden la posición y el título. No hay nada de malo con tener un liderazgo
posicional, lo malo es usar la posición para hacer que la gente lo siga. La posición es un mal sustituto
para la influencia. Quienes solo alcanzan el Nivel 1 podrían ser jefes, mas nunca son líderes.
Tienen subordinados, no miembros de equipo. Confían en reglas, medidas,
políticas organigramas para controlar a su gente. Las personas seguirán a los líderes posicionales
solo dentro de los límites establecidos de la autoridad que ellos poseen. Y por lo general su
gente los sigue solamente si reciben la orden de hacerlo. Cuando piden esfuerzos o tiempo extra,
casi nunca lo obtienen. Los líderes posicionales generalmente tienen dificultades para trabajar con
voluntarios, con jóvenes, y con gente muy educada. ¿Por qué? Porque no tienen influencia,
y porque la gente descrita tiende a ser más independiente. La posición es el único nivel que para poder
ganarlo no se necesita habilidad ni esfuerzo. A cualquiera se le puede nombrar para un cargo.

Nivel 2: Permiso
El Nivel 2 se basa totalmente en relaciones
En el nivel Permiso la gente sigue porque quiere hacerlo. Cuando a usted le gustan las
personas y las valora, empieza a desarrollar influencia en ellas. Desarrolla confianza. El ambiente
se vuelve mucho más positivo, ya sea en la casa, en el trabajo, en una diversión, o en un
voluntariado. La estrategia para los líderes en el Nivel 2 no es conservar su posición, sino conocer a
los suyos y encontrar la manera de llevarse con ellos. Los líderes averiguan quiénes son
aquellos con quienes trabajan. Los seguidores averiguan quiénes son sus líderes. La gente
construye relaciones sólidas y duraderas.
A usted le pueden gustar las personas sin liderarlas, pero no las puede
liderar sin que le gusten.
A usted le pueden gustar las personas sin liderarlas, pero no las puede liderar sin que le gusten. De eso
es lo que trata el Nivel 2.

La gente fuera de mi departamento o área de responsabilidad respeta mis opiniones y a


menudo me pide consejo. Conozco mis fortalezas y debilidades, y casi nunca me
desubico en mi trabajo. En realidad me gusta la mayoría de personas y deseo
ayudarlas. Soy muy consecuente y ecuánime en mi interacción con la gente q
ue trabaja para mí. Cuando digo algo a los miembros de mi equipo siempre saben que pueden
contar con eso porque soy confiable. He desarrollado sólidas relaciones con todas las
personas que trabajan para mí. Quienes trabajan conmigo me encuentran agradable y
amable casi todo el tiempo. Cuando debo tener una conversación franca con miembros de
mi equipo para corregir errores u ocuparme de los problemas, lo llevo a cabo sin dejar que
pase mucho tiempo. Creo que los empleados quieren más que solamente el pago justo del día
por un justo día de trabajo; la mayoría desea ánimo y yo se los doy. He desarrollado
relaciones con todos los que trabajan para mí. Si marcó ocho o más de las declaraciones
anteriores como verdaderas parausted, entonces pase a la siguiente sección. Si no,
podría dejar para más tarde elresto de la parte 1 de la prueba porque sus respuestas
indican que aún no hadominado el Nivel 2, ni piensa como líder de ese nivel. Si decide acabar la
parte 1esta vez, sea consciente por favor de que aunque marque ocho o más
declaraciones en secciones posteriores, no puede hallarse en los niveles más altos de
liderazgo porque aún no ha ganado el Nivel 2. Esto también se aplica al contestar las
declaraciones de los niveles posteriores.

Nivel 3 - PRODUCCIÓN DE RESULTADOS


Uno de los peligros de lograr el nivel Permiso es que el líder puede estancarse allí. Pero los
buenos líderes no solo crean un ambiente laboral agradable. ¡Logran que se hagan las
cosas! Por esto deben subir al Nivel 3, el cual se basa en resultados En el nivel Producción obtienen
influencia y credibilidad, y la gente empieza a seguirlos debido a lo que los líderes han hecho por la
organización. Muchos aspectos positivos comienzan a darse cuando los líderes alcanzan el
Nivel 3. Se hacen las cosas, se mejora la moral, aumentan las ganancias, la rotación de
personal se disminuye y se logran los objetivos. También en el Nivel 3 entra en acción el dinamismo.
Liderar e influir en otros se vuelve divertido en este nivel. Se ha sabido que el éxito y la productividad
solucionan gran cantidad de inconvenientes. Así lo expresó el ex mariscal de campo de la NFL,
Joe Namath: “Cuando se está ganando, nada duele”. En el Nivel 3 los líderes se pueden
convertir en agentes de cambio. Pueden enfrentar problemas difíciles y asuntos
peliagudos. Pueden tomar decisiones complicadas que serán determinantes. Pueden
llevar a su gente a otro nivel de eficacia.

Los líderes llegan a ser grandes, no debido a su poder sino a causa de su


habilidad para potenciar a otros.
Los líderes de Nivel 4 cambian las vidas de quienes lideran. En consecuencia, obtienen seguidores
debido a lo que estos líderes han hecho personalmente por ellos. Y las relaciones entre ambas
partes a menudo duran toda la vida.
Constantemente obtengo objetivos y metas en mi trabajo. Gente valiosa siempre quiere
trabajar conmigo y con mi equipo. Las personas me ven como experto en mi ramo y buscan
aprender de mí. Siempre me estoy fijando y cumpliendo metas, aunque mis superiores no
melas pongan. Mi rendimiento en el trabajo lleva a menudo al equipo a un nivel superior. Entrego lo
mejor de mí a todo lo que hago. Me siento cómodo con la idea de que otros vean cómo
me desempeño y sigan mi ejemplo. Se me conoce como un solucionador de problemas, y
con frecuencia realizo tareas difíciles. Mi trabajo es muy constante en una base
diaria. Poseo sistemas y rutinas que me ayudan a rendir en un nivel bastante superior. Si
marcó ocho o más de las declaraciones anteriores como verdaderas parausted, entonces
pase a la siguiente sección. Si no, sus respuestas indican que aúnno ha dominado el Nivel 3,
ni piensa como líder en este nivel.

Nivel 4: Desarrollo de Personas


Los líderes llegan a ser grandes, no debido a su poder sino a causa de su habilidad para potenciar
a otros. Eso es lo que hacen los líderes en el Nivel 4. Se valen de su posición,
sus relaciones y su productividad para invertir en sus seguidores y desarrollarlos hasta que
estos lleguen a ser líderes por derecho propio. El resultado es la
reproducción; los líderes de Nivel 4 se reproducen. Con la Producción se ganan partidos,
pero con el Desarrollo de Personas se ganan campeonatos. Hay dos cosas que siempre
suceden en el Nivel 4. Primera, el trabajo en equipo va a un nivel más elevado. ¿Por qué?
Porque una mayor inversión en las personas profundiza las relaciones, les ayuda
a conocerse mejor, y les fortalece la lealtad. Segunda, aumenta el rendimiento. ¿Por qué?
Porque hay más líderes en el equipo, y estos ayudan a mejorar el rendimiento de todos

Programo y llevo a cabo la capacitación y el desarrollo para todos los miembros de mi equipo de
manera regular y constante. Cuando llegan las fechas límite o el trabajo se vuelve urgente, no
cancelamos nuestras sesiones de capacitación y desarrollo. Constantemente tomo riesgos
cediendo a las personas responsabilidades y autoridad que les exigirán el máximo
esfuerzo. Paso gran cantidad de tiempo cada mes asesorando líderes prometedores.

Conozco muy bien las fortalezas y debilidades de todas las personas que
lideró. Individualizo la forma en que capacito, desarrollo y guío a mi gente. Paso el tiempo más
estratégico e importante de tutoría con quienes tienen mayor capacidad, talento y
potencial. Poseo antecedentes de movilizar personas de cargo en cargo para ayudarles a
encontrar dónde calzan mejor. Continuamente estoy aconsejando a la gente, y no solo
durante evaluaciones formales. Otros consideran a mi equipo o departamento como el
mejor entrenado (o uno de los mejores) en la organización. Si marcó ocho o más de las
declaraciones anteriores como verdaderas para usted, entonces pase a la siguiente
sección. Si no, sus respuestas indican que aún no ha dominado el Nivel 4, ni piensa como líder
en este nivel.

Nivel 5: Pináculo
El nivel más encumbrado y difícil de liderazgo es el Pináculo. Aunque la mayoría de personas pueden
aprender a escalar de los niveles 1 al 4, el Nivel 5 no solo requiere esfuerzo, habilidad e intencionalidad,
sino también un gran nivel de talento. Solo líderes dotados naturalmente logran alguna vez llegar a este
nivel superior.
¿Qué hacen los líderes en el Nivel 5? Desarrollan personas que llegan a ser líderesde Nivel
4.Individuos respetuosos, agradables y productivos pueden establecer cierto gradode
influencia con otros y ganar seguidores con relativa facilidad. Es difícildesarrollar seguidores que lideren
solos. La mayoría de líderes no lo hacen porquese necesita mucho más trabajo que
simplemente liderar seguidores. No obstante,desarrollar líderes hasta el punto en que
estos puedan y deseen desarrollar a otroslíderes es la más difícil de todas las tareas del liderazgo.
Pero he aquí lasretribuciones: Los líderes de Nivel 5 desarrollan organizaciones de Nivel 5;
creanoportunidades que otros no crean; implantan un legado en lo que hacen;
las personas los siguen por lo que estos líderes son y por lo que representan.
En otras palabras, el liderazgo de estos líderes obtiene una
reputación
positiva. Comoresultado, los líderes de Nivel 5 muchas veces trascienden su
posición, suorganización y a veces su industria.

Puedo enumerar varias personas específicas a quienes he animado a que medeclaren


crudas verdades, y lo hacen con regularidad. Estoy utilizando mi influencia para inculcar valores
en mi organización. El rumbo de mi organización está establecido por mí o por un equipo del cualformo
parte. He desarrollado muchos líderes que son desarrolladores de líderes. Disfruto la
interacción y la amistad de un pequeño círculo de líderes conquienes realizo el viaje del liderazgo. Aún
estoy en la cúspide, y el impacto positivo que hago es fuerte. Puedo nombrar al menos una
persona que estaría lista a intervenir y tomar mi lugar si yo decidiera dejar mi actual
posición. Tengo influencia fuera de mi organización. Gente de fuera de mi industria específica
acude a mí en busca de consejosobre el liderazgo.
Estoy usando mi influencia y mis recursos para causas más grandes a mímismo o a mi
organización.En el liderazgo, usted solo es tan bueno como el nivel más bajo que hayadominado. Por
eso quiero recordarle tan solo que aunque haya obtenido una notaalta en niveles elevados, si
salió mal en un nivel inferior su liderazgo está enrealidad en un nivel más bajo. Allí es donde
tendrá que centrar su atención altrabajar con personas, a fin de mejorar la habilidad
que usted tiene para liderar.

5. LLAMADO DEL LIDERAZGO

Cuando un creyente es llamado por Dios para ser un líder de su pueblo, debe tener en
cuenta que hay ciertos aspectos que hay considerar ante este llamado. Puesto que el
llamado al liderazgo es un privilegio y a la vez una gran responsabilidad que hay que
tener presente.

SER LLAMADO POR DIOS (1 Corintios 12:28; Romanos 12:8).

La experiencia de conversión no sólo implica la salvación de la persona, sino que también


implica un llamamiento al servicio en la obra de Dios. Dios nos ha salvado con el
propósito de que dediquemos toda nuestra vida a su servicio. Esto significa que cada
cristiano recibe de parte de Dios, por lo menos, un don espiritual y un llamado especial
para dedicarse al servicio. La Biblia nos enseña que algunos son llamados por Dios para
ser líderes, y de ello, el cristiano debe estar bien seguro (1 Corintios 12:28; 1
Tesalonicenses 5:12).

6 PRINCIPIOS DE LIDERAZGO CRISTIANO


Los principios de liderazgo que estudiaremos a continuación son un resumen de la
exposición de John Haggai en su libro titulado “El Líder”. Debemos tener en cuenta que
para el desarrollo de este capítulo se ha seguido un bosquejo un tanto diferente al del
libro y se han agregado algunos conceptos e ideas del profesor del curso. Creemos que
estos no son los únicos principios de liderazgo cristiano, pero los estudiaremos en el
orden en que están en el libro.

6.1 LA VISION
El buen liderazgo comienza con una visión que Dios revela a sus siervos a quienes ha
llamado como líderes de su pueblo. Dios dice en su Palabra que sin visión (revelación
profética) el pueblo se desenfrena (Proverbios 29:18). Aplicado al liderazgo cristiano, este
pasaje bíblico nos enseña que cuando una organización o grupo se encuentra bajo el
liderazgo de una persona que no tiene visión, el resultado es el desorden, la confusión, la
anarquía y la frustración.

Algunas veces se le conoce a este principio como “soñar”, “pensar” o “previsionar”. Más
allá del nombre que se le de, este principio de la visión es el primer paso y la clave para
comprender el liderazgo y desarrollarlo correctamente.

6.1.1 Qué es una visión.

- La visión es la imagen clara y contundente de lo que el líder espera que sea o


haga su grupo u organización.

- La imagen nítida de la visión permite al líder tener ideas claras para llevarlas a
cabo.

- No basta con tener una visión, es preciso que exista una entrega y el deseo de
poner por obra esa visión.

- Eso es lo que se llama una misión. Al mismo tiempo, es necesario que se sigan
algunos pasos para hacer posible la realización de la misión. Esos pasos se llaman
metas.

- Las metas diseñan el programa para llevar a cabo la misión y de ese modo es
posible cumplir con la visión.

6.1.2 De dónde procede la visión.

- Las visiones que valen la pena son un don de Dios (Santiago 1:17).
- La Biblia nos muestra que Dios es el Dios de toda verdad, y el origen de todas las
verdaderas visiones que valen la pena.
- Dios gobierna sobre los asuntos de los hombres; él es quien da la visión y la
comprensión de la visión a sus siervos.

- Por eso, cualquier visión debe empezar con un entendimiento de Dios. Sin
embargo, el líder también debe entenderse a sí mismo y entender las necesidades
de su grupo.

- Su sensibilidad y percepción respecto a las necesidades, expectativas y recursos


de las personas que lidera se enfocan correctamente gracias a la visión que Dios
le ha dado.

6.1.3 Cómo obtener la visión.

- Sin duda, la manera más precisa de obtener la visión es la de mantener una


relación de comunión íntima e ininterrumpida con Dios.

- Es necesario ser un hombre de oración, de estudio bíblico y de aguda percepción


espiritual, ya que todo ello nos ayudará a conocer y entender la voluntad de Dios
para nuestro ministerio.

6.1.4 Por qué una visión es importante.

- La visión que viene de Dios es un aspecto de vital importancia porque es el


fundamento de todo aunténtico liderazgo; además es la clave para obtener el éxito
en la tarea que Dios nos ha encomendado.

- Si líder cristiano carece de la visión de Dios no será capaz de entender con


claridad la misión que Dios le ha asignado a él y a su grupo.
- La consecuencia es que si el líder no tiene una visión y no entiende su misión,
entonces no existe la posibilidad de preparar un programa de metas productivas; y
sin un programa de metas no existe un buen liderazgo.

6.1.5 Quiénes deben captar la visión.

- Se espera que el líder principal sea quien desarrolle su capacidad de discernir y


entender la visión de Dios para su organización. Generalmente, Dios revela su
visión al líder que ha llamado para conducir al grupo en la realización de dicha
visión.

- Sin embargo, debemos entender que tanto el líder como los miembros del grupo
son responsables de captar la visión.

- El líder principal es quien recibe inicialmente la visión, pero a fin de obtener el éxito
para el grupo, también los demás miembros deben conocer y comprender la visión.

- Por eso, es importante que el líder principal comunique de manera efectiva y clara
la visión que ha recibido de Dios. Además, debe motivar a los miembros de su
grupo para que actuen conforme a esa visión de Dios.

6.1.6 Qué debe hacerse con la visión.

- Un líder deshonra a Dios cuando al recibir una visión suya, en lugar de


comunicarla o desarrollarla, se vuelve atrás ante las adversidades.

- El líder debe entregarse de lleno y actuar conforme a la visión, y luego diseñar un


programa de metas para realizar la misión y de ese modo llevar a cabo la visión.

- Este es un compromiso del líder y de todos los miembros del grupo, e incluye una
determinación a vencer las dificultades y eliminar los obstáculos.
- Si Dios ha puesto un deseo en su corazón, debe aceptarlo como algo que Dios
quiere que lleve a cabo; si no cumple con ello, podrá estancarse en su vida
personal, su espíritu se sentirá conturbado y adoptará una actitud crítica.

- Una visión dada por Dios es una responsabilidad muy grande; el cumplimiento de
ella pude conducirlo a alturas fantásticas en su servicio a Dios y a sus semejantes,
pero el no cumplir con ella, privará a los demás del liderazgo que necesitan
urgentemente.

- Para el líder cristiano, una visión es una revelación de la voluntad del Señor, y es
un desafío que le demanda entregarse fielmente a su ejecución.

6.2 LAS METAS

Como se dijo en el punto anterior, el fundamento principal de todo liderazgo cristiano es la


visión; pero esa visión requiere de un compromiso decidido a actuar para hacer posible
dicha visión. El compromiso de llevar cabo la visión se torna en misión. Al comprender
adecuadamente la misión, a continuación el líder tiene la responsabilidad de diseñar los
pasos específicos que le permitan efectivizar su visión y su misión. Esos pasos se llaman
“metas”.

La visión que tiene el líder cristiano es muy importante, pero la visión nunca se hará una
realidad si el líder no tiene la capacidad y voluntad de preparar un programa de metas que
conducirán al líder y a su grupo a cumplir su misión y hacer realidad su visión. Un líder
sin metas es como un capitán de barco sin puntos de referencia; un líder que no tiene
metas, no sabe qué cosa quiere ni sabe a dónde va. El fracaso de muchos líderes
cristianos se debe quizá no tanto a la falta de capacidad del individuo sino a la falta de
fijar metas u objetivos específicos, claros y definidos.

6.2.1 Qué significa fijar metas.


- La tarea de fijar metas es muy importante, ya que sin ellas, la visión se convierte
simplemente en un sueño o una ilusión. Sin embargo, no es una tarea tan fácil
como parece, sobre todo, si el líder no tiene conocimiento y experiencia en este
campo.

- Fijarse metas es una disciplina contínua, y no un ejercicio que se realiza una sola
vez, ya que requiere repaso, evaluación y modificaciones permanentes La visión y
la misión permanecen; sin embargo, las metas pueden variar.

- Las metas deben pensarse y fijarse en base a la visión del líder y del grupo.

- La tarea de fijar las metas requiere que el líder piense y escriba los pasos que
deben seguirse para llevar a cabo la visión. En realidad, el fijar metas y escribir los
pasos a seguir para alcanzar dichas metas es parte de lo que comúnmente
conocemos como Planificación. La Planificación o Plan de trabajo corresponde a la
ciencia de la Administración, que el líder debe estudiar, dominar y poner en
práctica para el mejor desarrollo de su liderazgo.

- Estos pasos o Plan de Acción, tienen la particularidad de especificar el tiempo, los


recursos necesarios, los responsables, el presupuesto, etc. que serán necesarios
para poder alcanzar las metas fijadas y así hacer realidad la visión.

6.2.2 Razones para fijar metas.

- Las metas permiten tener un enfoque más amplio y permanente de la visión.

- Las metas determinan la dirección del líder y del grupo.

- Las metas permiten ahorrar tiempo, recursos, energía, etc.

- Las metas determinan los recursos necesarios que el grupo necesita.

- Las metas ayudan a medir el progreso alcanzado por el líder y su grupo.


- Las metas motivan la oración y la búsqueda de la sabiduría y dirección de Dios.

- Las metas nos permiten hacer realidad nuestra visión.

- Las metas revitalizan la salud mental y física.

- Las metas generan el respeto de los seguidores hacia su líder.

- Las metas nos ayudan a ser perseverantes en cuanto al objetivo del grupo.

6.2.3 El temor de fijarse unas metas.

La tarea de fijar metas, ya sean personales o para el grupo, es en realidad una tarea
bastante compleja y es unas tarea que debe hacerse permanentemente, lo cual demanda
de parte del líder cristiano una adecuada preparación, mucha habilidad, total
perseverancia y sabiduría de Dios.

Lamentablemente, muchos líderes y miembros de la iglesia no están de acuerdo con esta


tarea o no están acostumbradas a hacerla. Las razones de estas personas son múltiples;
pero, vamos a considerar en esta oportunidad, por lo menos, seis motivos por los cuales
algunas personas no deciden fijarse metas:

- El temor a las metas imperfectas.

- El temor a fracasar en el cumplimiento de las metas.

- El temor a enfrentar la oposición y hacer el ridículo.

- El temor a creer que fijar metas es una presunción ante la voluntad de Dios.
- El temor a entrar en conflicto en cuanto a las prioridades.

- El temor a perder tiempo y recursos en planear y ejecutar las metas.


6.2.4 Cómo deben ser las metas.

- Deben ser compatibles con la visión que Dios ha dado.

- Deben ser definidas en forma clara y específica.

- Deben ser apreciables o medibles no sólo en términos de lo que se quiere realizar,


sino cuándo se espera lograr el resultado.

- Deben ser factibles de alcanzar, sin olvidar el poder de Dios y las limitaciones
humanas.

- Deben ser formuladas de acuerdo a la realidad; es decir, deben ser apropiadas


para el grupo y su contexto real.

- Deben ser flexibles y estar sujetas a evaluación y posibles modificaciones.

- Deben promover la actividad y la participación de todos los miembros del grupo,


incluyendo al líder.

- Deben mostrar que la prioridad son las personas y no las cosas, o las
estadísticas.

- Deben ser formuladas en una forma positiva, con la finalidad de lograr la fuerza de
la motivación.

- Haggai dice: “La persistente aceleración y cambio en el estilo de vida de las


gentes, de los lugares y de las cosas, exige nada menos que un programa de
metas bien definidas”.

6.3 EL AMOR

El amor es uno de los principios bíblicos esenciales del liderazgo cristiano. Es necesario
que el líder cristiano tenga una visión y fije sus metas, pero también es necesario que
desarrolle su liderazgo motivado por el amor. ¿Cuánto y de qué manera puede influenciar
un líder cristiano que tenga visión y fije adecuadamente sus metas, pero no tiene amor?
El apóstol Pablo responde acertadamente a esta pregunta en 1 Corintios 13: 1-3. Pablo
diría: “si no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe; nada
soy, y de nada sirve”. El amor es el camino más excelente (1 Corintios 12:31).

6.3. 1 Qué es el amor.

- El amor que el líder cristiano tiene y debe expresar es el amor “agápe”; es decir, el
amor de Dios, el cual ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu
Santo (Romanos 5:5; Gálatas 5:22; 2 Timoteo 1:7).

- Es el amor que Dios siempre ha mostrado a la humanidad, especialmente a través


del sacrificio de su Hijo Jesucristo. El amor que Dios nos ha mostrado nos ofrece el
más grande ejemplo de lo que debe ser el amor del líder cristiano.

- Se trata de la expresión perfecta de la naturaleza de Dios, quien es amor. Esta


expresión se manifiesta en su compasión, benebolencia, misericordia, disciplina,
etc., a favor de los hombres. Su amor es la comunicación de su ser para nuestro
beneficio y ayuda.

- No se trata de un mero sentimiento o una fugaz emoción, sino de una permanente


expresión de todo nuestro ser para beneficio y ayuda de otros, trátese de quien se
trate.

- El líder que de veras ama a Dios y a su gente, entonces tendrá suficiente voluntad
para servir a los demás, se esforzará para atender sus verdaderas necesidades y
los guiará no conforme a sus caprichos sino conforme a los planes de Dios.

- Sin esta clase de amor, el liderazgo será un fracaso absoluto, y no pasará la


prueba de la estabilidad. 1 Corintios 13, es un texto bíblico que nos amplía la
descripción del amor que debemos practicar los líderes cristianos.
6.3.2 La importancia del amor

- Para algunas personas, el amor como un principio del liderazgo cristiano parece
que estuviera fuera de lugar, porque “hace débil y vulnerable” al líder. Sin
embargo, es todo lo contrario, ya que no hay algo tan fuerte, poderoso y motivador
como el amor.

- Los líderes cristianos, a diferencia de los líderes o dirigentes del mundo,


desarrollamos nuestro liderazgo y hacemos nuestra tarea motivados por el amor
que hemos recibido de parte de Dios, amor que ha hecho posible que lleguemos a
ser hijos de Dios (Romanos 5:5; 1 Juan 3:1-2). ¿Cómo sería nuestro liderazgo sin
el amor? Nos atrevemos a decir sin temor a equivocarnos que no es posible que
exista verdadero liderazgo sin amor (1 Corintios 13:1-3).

- Tan importante es este principio que Jesús lo practicó en su propia vida y ministerio
y lo demandó a todos sus discípulos, sin excepción. Jesús dijo a sus discípulos:
“Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos” (Juan
15:13). También les dijo: “Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros,
como yo os he amado” (Juan 15:12, 17). El líder cristiano está llamado a servir no
por o con temor, obligación, señorío sino con y por amor.

6.3.3 La proyección del amor.

Basados en Mateo 22:36-39, podemos decir que el amor del líder debe proyectarse en
tres direcciones: hacia Dios, hacia uno mismo y hacia el prójimo.

6.3.3.1 El amor hacia Dios:

El amor a Dios debe ser genuino, incondicional, expresivo, total y profundo. Jesús dice:
“Con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente”. El líder no debe dejar dudas
de su amor verdadero al Dios verdadero.
6.3.3.2 El amor hacia uno mismo:
La base para que podamos amarnos a nosotros mismos es amar a Dios con la totalidad
de nuestro ser y aceptar el amor que Dios siente hacia nosotros.

El líder cristiano no debe confundir lo que la Biblia llama amarse a sí mismo, y la práctica
del egocentrismo o narcisismo.

El amarse a uno mismo significa preocuparse naturalmente para suplir nuestras más
elevadas necesidades. Por medio de amarnos a nosotros mismos, podemos cuidarnos,
aceptarnos y respetarnos a nosotros mismos. El líder cristiano no debe degradarse a sí
mismo, ni tener una baja autoestima.

6.3.3.3 El amor hacia el prójimo:

Amar al prójimo consiste en darnos a otros libremente, experimentando la entrega de todo


nuestro ser a los demás para su beneficio y ayuda. Hay ciertos principios que pueden
ayudar al líder cristiano a expresar su amor hacia el prójimo de una buena manera:

Amar a los demás en forma incondicional.

Mostrar un auténtico interés en los demás.

Dedicar tiempo para poder atender a los demás.

Aprender a escuchar de una manera comprensiva.

Mostrar disposición para brindar su afecto a los demás.

Tratar a los demás como a iguales.

Aprovechar las ocasiones para dar palabras de motivación.

Poner a los demás antes que a sí mismo.

Enfatizar las virtudes y no sólo los defectos de los demás.


Expresar el amor como fruto completo del Espíritu Santo (Gál. 5:22-23).

El liderazgo basado en el amor de Dios y a Dios no puede fallar, sino que dará buenos
resultados. En todos los aspectos de la vida, el liderazgo impregnado de amor es una
bendición para todos. Jesús, el líder perfecto, nos dio el máximo ejemplo de liderazgo por
amor, y nos promete la fortaleza necesaria para imitarlo en este aspecto.

6.4 LA HUMILDAD

La humildad, contrariamente a lo que muchos piensan, es uno de los principios bíblicos


que fortalece y dignifica el liderazgo cristiano, y enaltece la imagen del líder que la
practica. Parte de la grandeza de un líder cristiano es el hecho de que, gracias a su
humildad, él es capaz de elevarse por encima de la opinión, comentarios, críticas, etc.,
que los demás puedan tener de él. El líder que es humilde difícilmente se ofende o se
altera y responde agresivamente a quienes se oponen a él, sino que debido a su
humildad, está dispuesto a recibir las críticas. Si el líder quiere alcanzar su máximo
potencial como tal, debe desarrollar y mostrar esta virtud en su vida

6.4.1 Qué es la humildad.

- Según el Diccionario de la Real Academia Española, la humildad es la virtud


cristiana que consiste en el conocimiento de nuestra bajeza y miseria y en obrar
conforme a él. Humildad es sumisión o rendimiento.

- Según J. Haggai, la humildad es la modestia que está difundida en la conciencia


del líder cuando contempla la santa majestad de Dios y su gran amor en contraste
con su poco valor, con su culpa e impotencia aparte de la gracia divina.
- Según el Diccionario Bíblico Holman, la humildad es la cualidad de la persona
cuando muestra dependencia de Dios y respeto por otras personas.

6.4.2 Características de la persona que es humilde.

- El líder cristiano hbumilde se caracteriza porque está libre de orgullo y arrogancia;


no mira dspectivamente a otros (Mateo18:4; Lucas 14:11).

- Reconoce que ha sido objeto de un amor no merecido, un amor redentor.

- Se somete a otros, les presta su ayuda y es cortés con todas las personas.

- No se preocupa en demasía por su propio prestigio (Mateo 18:4; 23:12;


Romanos12:16).

- No es autosuficiente, aunque reconoce sus dones, recursos y lo que ha logrado


hacer en la vida. Reconoce sus limitaciones, errores y debilidades y se esfuerza en
el Señor por superarlos.

- No se ofende fácilmente ni quiere vengarse sino que resiste con paciencia.

- No siente lástima de sí misma sino que se goza en servir al Señor y a los demás.

- No es un cobarde, porque la humildad requiere un gran valor.

- Está dispuesta a ocupar un lugar más bajo del que se merece, y a soportar
desprecios, insultos y hasta acusaciones falsas por causa de un propósito más
elevado.

- Jamás critica a quienes no son humildes, ya que juzgar a otros es ajeno a la


verdadera humildad.

- Muestra modestia en la manera de vestir, de hablar o comportarse.


- Se cuida de llamar la atención hacia sí mismo sino que busca que la gloria sea
para el Señor.

6.4.3 Jesús es nuestro ejemplo de humildad.

- Jesús le dio vida, fuerza y gloria a la palabra humildad. Aprendemos de su


humildad por medio de sus enseñanzas y su ejemplo.

- La vida de Jesucristo proporciona el mejor ejemplo de humildad a sus discípulos


(Mateo 11:29; 1 Corintios 4:21; Filipenses 2:5-11). Toda su vida, desde su
nacimiento hasta su muerte, es un verdadero ejemplo de humildad.

- A menudo Jesús predicó y enseñó sobre la necesidad de ser humilde (Mateo


18:1; 23:12; Marcos 9:35; Lucas 14:11; 18:14).

6.4.4 La falta de humildad y la falsa humildad.

- La falta de humildad es un gran problema en la vida del líder.

- Pero, igual o peor que la falta de humildad es la falsa humildad.

- El falso líder humilde es orgulloso y arrogante, pero hace como si no lo fuera. Aquel
que siempre está afirmando poseer una visión superior de la verdad divina y una
piedad superior en su vida, e incluso cree estar haciendo más de lo que Dios
demanda, es orgulloso y finge ser humilde.

- La falta de humildad y la falsa humildad son cosas que deben reconocerse y


corregirse porque afecta la vida y obra del líder cristiano, y también hace daño a los
demás.

6.4.5 La importancia de la humildad.

- Permite al líder mostrar un amor auténtico hacia todas las demás personas.
- Libera al líder del egoísmo, ya que se preocupará por las necesidades de los
demás y no se servirá de ellos sino que les servirá generosamente.

- Reviste de autoridad y credibilidad al líder, ya que las personas estarán dispuestas


a seguir la dirección de alguien que vive en sumisión y obediencia a Dios.

- Provee confianza y serenidad al líder. Debido a que las personas están


acostumbradas a depender más en sí mismos y en lo que puedan tener o hacer,
existe mucha inseguridad, ansiedad y temor. Pero el líder humilde depende en
todo de Dios, y por eso puede disipar los temores y dudas. El líder humilde es
plenamente consciente de que Dios controla el mundo entero; su confianza no la
deposita en sí mismo sino en Dios.

- Permite al líder tener una vida ampliada. En lugar de limitar al líder, la verdadera
humildad amplía su vida, haciéndole consciente de su necesidad de aprender más,
de crecer en la fe, el servicio, el amor, la santidad y la obediencia a Dios.

- Permite al líder alcanzar el éxito y la aprobación de Dios. La Biblia enseña que los
que se humillan ante Dios serán exaltados (1 Reyes 21:29; Lucas 1:52; Santiago
4:10; 1 Pedro 5:6). Quienes no se humillan ante Dios serán afligidos (2 Crónicas
33:23; 36:12) o resistidos por Dios (Santiago 4:6); es decir, Dios se opone a ellos,
los enfrenta, les contradice.
- Provee recursos ilimitados al alcance del líder. Los recursos de Dios están a
disposición del líder humilde que está dispuesto a reconocer su debilidad y
limitaciones. Su lema será: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses
4:13).

6.4.6 Cómo desarrollar la humildad

La experiencia de la vida humana nos enseña que ninguna persona nace siendo humilde;
en realidad, la humildad es una virtud que puede y debe aprenderse a través del
desarrollo de la vida (Mateo 11:29).
A continuación, vamos a considerar cinco pasos de cómo podemos desarrollar a
humildad en nuestras vidas.

6.4.6.1 Someterse al señorío de Cristo.

- El primer paso para ser humilde es hacer que Cristo sea el Señor de la vida, que
ocupe el trono de nuestro corazón, y nos controle por completo.

- Aunque el nuevo nacimiento se da una sola vez, el líder cristiano necesita renovar
constantemente su entrega a Dios y estar dispuesto a ceder el señorío de su vida
a Cristo.

- El líder humilde renuncia a gobernar su vida por sí mismo, y más bien se somete
en absoluto a la soberana voluntad de Dios.

6.4.6.2 Obedecer a Cristo.

- Cuando el líder crisitano se somete en obediencia a Cristo, puede dar ciertos pasos
prácticos hacia la humildad (ver por ejemplo lo que se manda en 2 Timoteo 2:24,
25).

- Jesús pidió a sus discípulos asumir la actitud de un niño, en el sentido de ser


confiados, sumisos, respetuosos y obedientes a las demandas del reino de Dios.

6.4.6.3 Seguir el ejemplo de Cristo en la oración.

- El Señor Jesucristo practicó en su vida personal y enseñó a sus discípulos la


disciplina, la sinceridad, la sencillez y la humildad en la oración.

- El líder cristiano debe seguir el ejemplo y enseñanza de Jesús; de lo contrario, su


ministerio carecerá de la fuerza espiritual que se necesita para dirigir con poder y
eficiencia.
6.4.6.4 Seguir el ejemplo de Cristo en las relaciones personales.

- El líder cristiano debe evitar todo elitismo, intolerancia y distinción, así como el
esfuerzo por promoverse a sí mismo.

- El líder humilde se esfuerza por llevarse bien con todos los hermanos, y con todas
las personas en general, recordando que el respeto, la buena comunicación, el
verdadero amor, etc. le ayudarán a mantener buenas relaciones interpersonales.

6.4.6.5 Seguir el ejemplo de Cristo en servir a otros.

- Jesús no sólo dijo que había venido a servir a los hombres (Marcos 10:45), sino
que vivió permanentemente sirviendo humildemente a los demás.

- Así como Jesús, el líder cristiano debe esforzarse siempre por servir a los
hombres y procurar conseguir el bien para los demás.

6.5 EL DOMINIO PROPIO

El dominio propio o control de sí mismo es un principio esencial para poder desarrollar un


liderazgo fuerte y permanente. El líder cristiano tiene que aprender a dominar, con la
ayuda de Dios, todas las áreas de su vida: sus pensamientos, sus emociones, sus
deseos, su carácter, su vocabulario, su comportamiento, sus acciones, sus reacciones,
etc. etc. En realidad, este es uno de los aspectos más importantes en la formación del
líder cristiano.

Muchos líderes cristianos han fracasado rotundamente y han experimentado una serie de
problemas y sufrimientos por causa de la falta de dominio propio. Un líder cristiano sin
dominio propio es comparable con un automóvil moderno, hermoso, costoso y sin frenos.
La falta de dominio propio o control de sí mismo arruina la vida y el trabajo del líder
cristiano y sus relaciones interpersonales.
6.5.1 Qué es el dominio propio.

- Para entender mejor el significado e importancia de este principio de liderazgo


cristiano, será de mucha utilidad considerar dos términos griegos que se usan en el
Nuevo Testamento para referirse al dominio propio.

- El primer término que se usa en el Nuevo testamento para referirse al dominio


propio es el sustantivo griego “egkrateia”, que significa dominio propio,
continencia, templanza (Hechos 24:25; Gálatas 5:23; 2 Pedro 1:6). Este término
usa el apóstol Pablo para referirse al “fruto del Espíritu Santo”, en Gálatas 5:23.
Esto quiere decir que el dominio propio no es una obra o virtud humana, sino que
el Espíritu santo la produce en la vida del cristiano que se somete a su poder y
dirección.

- El segundo término griego que usa el Nuevo Testamento pasra referirse al dominio
propio es el sustantivo “sofronismos”, que literalmente significa templanza,
dominio propio, cordura, entereza de ánimo. Sobre este principio, Pablo le escribió
a Timoteo, animándole a cumplir con su ministerio en la iglesia de Efeso: “Porque
no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio
propio” (2 Timoteo 1:7).

- En realidad, el dominio propio es una forma de vida que solamente se logra gracias
a la obra poderosa del Espíritu Santo en la vida del líder cristiano. Debido a este
fruto del Espíritu Santo, el líder cristiano es una persona que se destaca entre los
demás por ser comedido (sobrio, moderado, prudente) en todas las cosas de la
vida, ya que él no permite que sus deseos o las circunstancias lo dominen.

- El concepto del dominio propio o del control de uno mismo no significa


sencillamente que el líder cristiano tiene que abstenerse de practicar ciertas malas
costumbres. El dominio propio en la vida del líder significa que todos los aspectos
de su vida se encuentran bajo el dominio o control del Espíritu Santo. En realidad,
no es el líder cristiano el que tiene por sí mismo la capacidad para este autocontrol,
sino que el Espíritu Santo actúa poderosamente en él y le otorga la capacidad para
el control de sí mismo.

- El dominio propio significa que la vida del líder cristiano se caracteriza por la
disciplina espiritual en todos los aspectos de su vida personal y sus relaciones
personales. Significa que el líder cristiano ha entregado al Espíritu Santo el control
de todas las áreas de su vida, y que se somete a su dirección divina.

6.5.2 La importancia del dominio propio.

- El dominio propio o control de sí mismo es importante porque permite que el líder


cristiano pueda desarrollar un liderazgo permanente, efectivo y atractivo. Sin la
aplicación de este principio, el líder cristiano pierde su efectividad, la confianza y el
respeto de sus seguidores.

- Gracias al dominio propio en la vida del líder cristiano, sus seguidores y las demás
personas le verán como una persona que posee la determinación y la fortaleza
para dirigir con seguridad y serenidad, ya que sabe controlarse y puede tener el
control de las situaciones que se puedan presentar.

- Gracias a la presencia de este principio en su vida, al líder cristiano difícilmente


“se le puede sacar de quicio” o hacer que “pierda los papeles”. Un líder cristiano
que verdaderamente tiene dominio propio, difícilmente se le podrá oír que dice “ya
perdí la paciencia” o

- El dominio propio permite que el líder pueda influir positivamente en la vida de sus
dirigidos. Cuando Pablo hizo una lista de las cualidades que debía tener el obispo,
la mayoría de ellas se relacionaba con el control que el obispo debía tener sobre sí
mismo y su familia (ver 1 Timoteo 3:1-7).

- La falta de dominio propio destruye el liderazgo. Cuando el líder cristiano comete


una serie de excesos en su vida personal o en su liderazgo, entonces él mismo
arruina su vida y todo lo que está haciendo.
- El dominio propio da valor al líder para salir adelante en el cumplimiento de las
metas, a pesar de las adversidades.

- El dominio propio permite al líder gozar de una auténtica libertad. Esta libertad se
expresa en la manera sabia de tomar decisiones conforme a la voluntad de Dios.

- El dominio propio provee al líder confianza y seguridad para dirigir.

- El dominio propio produce en el líder un auténtico y permanente gozo.

- El dominio propio provee estabilidad en la vida del líder y en lo que realiza.

6.5.3 Cómo desarrollar y ejercer el dominio propio.

- Por medio de una vida absolutamente sometida y dependiente de Dios.

- Por medio de una vida cristiana sometida a una férrea disciplina en todos los
aspectos de la vida.

- Por medio de tomar decisiones sabias por adelantado.

- Por medio de dar gracias por las adversidades (2 Corintios 12:10).

- Por medio de controlar nuestro carácter y costumbres.

- Por medio de dominar nuestros pensamientos.

6.6 LA COMUNICACION

El principio de la comunicación también es clave para el ejercicio de un buen liderazgo. El


líder cristiano debe aprender a ser un buen comunicador si realmente desea dirigir con
eficacia. Si el líder cristiano falla como comunicador, su liderazgo será afectado
enormemente. En este punto, vamos a ver algunos aspectos importantes que tienen que
ver con la comunicación que ayudará al líder a ser un buen comunicador.

6.6.1 Qué es la comunicación.

La comunicación es al mismo tiempo un arte y una disciplina. Esta palabra se deriva del
verbo latín “comunicare”, que significa “hablar el uno cpon el otro”, “consultar el uno con el
otro”. La comunicación es el proceso continuo por medio del cual se transmite
información de una persona a otra. Se espera que el transmisor cifre adecuadamente su
mensaje y que el receptor lo descifre correctamente. La meta del comunicador o
transmisor es cifrar el mensaje con un mínimo de desigualdad o pérdida de significado.

6.6.2 El valor de la comunicación efectiva.

- Es importante que el líder cristiano aprenda a comunicarse de manera efectiva, ya


que de otra manera nunca alcanzará su potencial como tal.

- Una comunicación efectiva se da cuando se ha transmitido un mensaje de una


persona a otra y las dos han comprendido el significado del mensaje de manera
similar.

- El líder debe estar atento a todo aquello que impide tener una comunicación
efectiva.

- El líder debe asegurarse que el mensaje y el efecto de lo comunicado son


correctos.

- La buena comunicación ayuda a vencer el aislamiento; es decir, une al grupo.

- La buena comunicación permite reproducir grandes pensamientos y planes en el


liderazgo, y hacer que estos pensamientos y planes sean de valor permanente.
6.6.3 Pasos para lograr una buena comunicación

Para asegurarse de que la comunicación es un proceso claro y correcto, el líder cristiano


debe tener en cuenta los siguientes aspectos.

6.6.3.1 Conocer a la gente que se va a comunicar.

- Es preciso que el líder aprenda a conocer correctamente a su gente si desea


comunicar de manera efectiva, y dirigir eficientemente a su grupo.

- Hay que conocer quiénes componen el grupo: su sexo, la edad, el trasfondo étnico,
la educación, el estilo de vida, la afiliación religiosa y el grado de entrega a ella, las
distracciones que les gustan, etc.

- Hay que conocer la actitud de la gente hacia el ambiente que le rodea: las
condiciones de su trabajo, la situación de la familia, las condiciones sociales,
culturales, políticas y educativas.

- Hay que conocer la actitud de la gente, los unos para con los otros.

- Hay que reconocer la actitud que manifiestan hacia el tema que uno está tratando.

- Hay que conocer también la actitud de la gente hacia el propio líder.

6.6.3.2 Escoger la meta adecuada de su comunicación.

- Es importante que el líder conozca cuál es su real meta al comunicar.

- El líder debe escoger entre querer informar, impresionar, convencer, entretener o


actuar.
- Informar para que comprendan lo que se comunica; impresionar para que sientan
lo que se dice; convencer para que acepten confiadamente lo que se les dice;
entretener para que la gente sienta sensaciones y sentimientos agradables, interés
y buen humor; activar para que el grupo no sólo oiga, sienta, vea, crea y acepte,
sino que sea persuadido a actuar conforme a lo que se le dice.

6.6.3.3 Captar la atención de la gente.

- Para que el líder cristiano pueda ser escuchado con atención, debe conocer las
cosas que preocupan e inquietan a su gente, de tal manera que él las atienda con
propiedad.

- Un líder pude obligar a algunos a que le escuchen, pero el buen liderazgo sucede
cuando el líder logra derrumbar la barrera de la preocupación y gana el derecho a
ser escuchado.

6.6.3.4 Tener en cuenta las experiencias de las personas.

- Es muy importante que el líder se esfuerce por conocer las experiencias de su


gente, y que se comunique por medio de situaciones familiares para ellos.
- De esta manera, el líder conseguirá que le presten mayor atención y le sigan, ya
que se referirá a cosas que ellos han visto, conocen, han oído, han sentido, etc.

6.6.3.5 Apoyar las aseveraciones hechas.

- La mayor parte de la comunicación del líder se centra en sus aseveraciones. Si él


no apoya estas asveraciones dejará lugar para las dudas, el rechazo, etc.

- No es suficiente con hablar; el líder debe aclarar, ampliar, verificar, iluminar y


hacer válidas sus aseveraciones.
6.6.3.6 Motivar la acción apelando al deseo.

- El líder debe estimular la acción apelando al deseo, comprendiendo y usando la


motivación que las personas ya tienen.

- Para poder motivar en forma efectiva a las personas para que actúen es necesario
que el líder entienda los deseos o necesidades de las personas y de qué manera
satisfacerlos.

- Podemos resumir los deseos o necesidades básicos del ser humano: la


preservación personal, la propiedad, el poder, la reputación y el afecto.

- Para dirigir con eficiencia y ser buenos comunicadores es necesario hacer


referencia a las necesidades vitales de las personas.

Ya que el líder puede transmitir sus pensamientos al grupo por medio de la comunicación,
se da por sentado que sólo la buena comunicación puede aclarar al grupo sus verdaderas
necesidades y conseguir que avancen hacia las metas apropiadas para suplir dichas
necesidades. Es necesario que el líder adquiera una gran habilidad para comunicarse
con la gente de su grupo.

6.7 LA INVERSION

Aunque para algunas personas este principio de la inversión más tenga que ver con el
mundo de los negocios, en realidad es un principio bíblico enseñado por Jesús y los
apóstoles. Jesús lo enseñó cuando dijo: “Dad, y se os dará; medida buena, apretada,
remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que
medís, os volverán a medir” (Lucas 6:38). Por su parte, Pablo escribió sobre este
principio universal: “Lo que el hombre sembrare, eso también segará” (Gálatas 6:7).

Este principio de la inversión es algo que el líder cristiano debe practicar constantemente
y debe enseñarlo a quienes están bajo su liderazgo. Si queremos desarrollar un
liderazgo efectivo y productivo, el principio de la inversión es un factor clave para lograrlo.
6.7.1 Qué es la inversión.

- El principio de la inversión dice que si una persona invierte o da algo lo recibirá


multiplicado.

- La Bibia enseña este principio una y otra vez como parte normal en la vida del
cristiano: ver Lucas 6:31; 2 Corintios 9:6; Gálatas 6:7.

- El buen líder cristiano debe entender correctamente y poner en práctica el principio


de la inversión, sabiendo que lo que siembra, tarde o temparno cosechará.

- El líder debe enseñar y motivar con su propio ejemplo a los miembros de su grupo
para que también ellos aprendan a invertir en el reino de Dios su tiempo, sus
recursos, su dinero, sus dones, sus talentos, etc.

- Es muy importante que el líder tenga un espíritu que esté dispuesto a dar y que
desee ayudar a los demás. Esto hace que el practicar el principio de la inversión
se convierta en una costumbre natural.

6.7.2 El motivo adecuado para invertir.

- Hay varios motivos que se pueden señalar para la inversión o el dar, como la
obligación, la culpabilidad, el reconocimiento, la influencia de los demás, etc. Pero
el motivo que Jesús señaló es el motivo del propio interés; es decir, que el
obedecer el mandamiento es algo que a la postre beneficia a la persona (Mateo
6:19-20; 7:1; Lucas 6:38).

- El principio de la inversión es una ley inexorable, de la misma manera que lo es la


ley de la gravedad. El que invierte con generosidad cosechará para sí
grandemente.

- El líder honrará a Dios, beneficiará al mundo, traerá bendición sobre los suyos y
enriquecerá su propia vida dependiendo del grado de éxito que alcance
acostumbrando a su gente a invertir continuamente guiados por el motivo del
propio interés.

- El líder cristiano debe cuidarse a sí mismo y prevenir a su gente en contra de la


inquietud y la codicia (ver Mateo 4:4; 6:19; 1 Timoteo 6:10). Aquellos que han
hecho de las posesiones materiales el centro de su vida se dejan dominar por la
ansiedad y la codicia. Jesús nos enseña a tener cuidado y a hacer un buen uso
de las posesiones materiales (Mateo 6:24, 33).

6.7.3 Diez normas para aplicarlas a la inversión.

6.7.3.1 Reconocer que Dios es el que provee.

En Génesis 22, Abraham se refiere a Dios como “Jehová Jireh”, que significa “El Señor
proveerá”. La Biblia nos enseña en una manera clara y contundente que Dios es el que
provee para nuestras necesidades (Deuteronomio 8:11-20; Eclesiastés 5:18-20; etc).

6.7.3.2 Ser positivos y optimistas.

Debemos rechazar las actitudes e ideas pesimistas y negativas antes de iniciar alguna
acción o hacer alguna decisión. Muchas veces los pensamientos y temores negativos
llegan a convertirse en profecías que se hacen realidad.

6.7.3.3 Invertir lo que uno desea cosechar.

Las palabras de Jesús:”Dad y se os dará” pueden ser aplicadas a cualquier tipo de


inversión que uno quiera hacer: si se invierte dinero, vamos a recibir dinero como
resultado de esa inversión.
6.7.3.4 Invertir por adelantado.

No hay que esperar tener mucho para invertir. Nunca diga:”Cuando cambie mi suerte daré
dinero a la obra del Señor”. Hay que comenzar a invertir con lo que uno tenga en estos
momentos.

6.7.4.5 Tener paciencia.

Cuando se invierte hay que saber esperar con paciencia, pues es posible que los
resultados requieran de algún tiempo para poder verse. Es probable que uno tenga que
enfrentarse a muchos problemas y adversidades antes de la cosecha.

6.7.3.6 Persistir aunque algo salga mal.

Hay que tener en cuenta que en algunas oportunidades la cosecha puede fallar, pero eso
no debe desanimar al líder cristiano hasta el punto de ya no querer volver a invertir. El
líder debe ser perseverante ante los malos resultados.

6.7.3.7 Motivar el propio interés.

Jesús dijo que donde esté nuestro tesoro allí estará también nuestro corazón. Si el líder
cristiano invierte su dinero, su tiempo, sus energías, etc. en la obra de Dios, seguramente
que va a participar de ella por medio del interés propio.

6.7.3.8 Mantener una actitud de tranquilidad y gozo.

Hay que estar preparados para enfrentar con serenidad y regocijo todo tipo de pruebas.
Debemos recordar que un líder quejumbroso, ansioso y con el entrecejo fruncido, jamás
podrá ser positivo y dinámico; menos podrá ser un buen ejemplo e influencia positiva
para los demás.
6.7.3.9 Esperar con fe los resultados.

El líder debe confiar en Dios y sus promesas. Esta norma consiste en invertir creyendo
en Dios y esperando con mucha fe los resultados de nuestra inversión. Ser firme, creer,
perseverar y esperar los resultados ayudará al líder a proyectar una imagen que inspire
confianza y lealtad.

6.7.3.10 Dar la gloria a Dios.

Debemos recordar que Dios es el que provee y/o permite los resultados (1 Corintios 3:7).
Por tanto, a él debemos darle la gloria y todo el reconocimiento (2 Corintios 10:17). El
líder puede gozarse en las provisiones de Dios y vivir conforme a sus promesas, pero
nunca debe olvidar de agradecer y glorificar a Dios, ya que él es el que provee
(Deuteronomio 8:11-20).

6.8 LA OPORTUNIDAD

El principio de la oportunidad es también un principio de liderazgo cristiano de mucho


valor, ya que permite que los líderes no se detengan a pesar de los errores o fracasos que
se puedan cometer en el ejercicio del liderazgo o en el cumplimiento de la tarea.

6.8.1 Que es la oportunidad.

- Este principio consiste en reconocer que los problemas que enfrentamos son
oportunidades para mejorar las cosas. Este principio nos hace ver que la vida es
una serie de obstáculos, los cuales nos abren las puertas a las más grandes
oportunidades. Es necesario disciplinarnos para reconocer y revertir dichos
obstáculos en oportunidades para crecer.

- Toda crisis o problema es en sí un desafío a nuestra personalidad. Mucho


depende de la actitud que asumimos ante las situaciones adversas. Si la actitud es
negativa, pesimista o de incredulidad, habrá derrota. Pero si la actitud es positiva y
optimista, entonces habrá una magnífica oportunidad para avanzar y crecer.

- José es un ejemplo de la aplicación práctica de este principio. El no se dejó


vencer por las adversidades y la situación mala que le tocó vivir, sino que
confiando en Dios pudo convertir sus problemas en grandes oportunidades para
surgir. Llegó a ser segundo señor del reino egipcio; fue un líder que ejerció una
profunda influencia y tuvo gran poder.

5.8.2 Cómo aprovechar las oportunidades.

6.8.2.1 Admitir el error que se ha cometido.

- El líder debe reconocer y aceptar los errores que ha cometido.

- Nunca se podrá corregir un error si no se admite su existencia.

- Si no se solucionan los errores, éstos pueden multiplicarse y empeorar la situación.

6.8.2.2 Admitir la responsabilidad personal en el error.

- Esto es algo que pocos están dispuestos a hacer; pero el líder cristiano debe
aprender a no exculparse o excusarse, sino que debe reconocer su
responsabilidad en el error.

- El líder también deberá asumir la responsabilidad por los errores de las personas
de su grupo, así como también recibe el crédito y las felicitaciones por los éxitos
del grupo.

6.8.2.3 Evaluar el daño que ha ocasionado el error.


- Hay que evaluar el daño que ha ocasionado el error; no debemos restar
importancia, pero tampoco debemos exagerar las cosas.

- Debemos tomar medidas rápidas y eficaces para que el daño que hemos producido
no se haga peor aún.

6.8.2.4 Hay que precisar las posibles causas del error.

- Los errores pueden ser el resultado de (1) un error de juicio, (2) una planificación
pobre o defectuosa, (3) insuficiente o mala información, (4) un seguimiento
defectuoso.

- Es necesario hacer una evaluación profunda de todo lo que pudo haber dado lugar
a la equivocación o error. Cuando el líder no hace ésto, es posible que el error se
vuelva a repetir. El líder debe procurar que otros miembros del grupo le ayuden a
encontrar las causas del error.

6.8.2.5 Hay que eliminar las causas del error.

- Cuando se han identificado las causas del error, el líder y su grupo deben proceder
de inmediato a hacer las correcciones pertinentes.

- Cualquier cosa que haya causado el error debe ser identificada, enfrentada y
eliminada.

6.8.2.6 Hay que recuperar lo que se pueda.

- Hasta donde sea posible, el líder y el grupo deben actuar sabiamente para analizar
también las cosas buenas y positivas que puedan verse en medio del error o
problema.
- Generalmente, en medio de todo problema o error, hay ciertas cosas que pueden
salvarse, pero es necesario que el líder y los miembros del grupo actuen con
sabiduría, prudencia y buena voluntad para salvar lo que se pueda.

6.8.2.7 Hay que hacer las enmiendas inmediatamente.

- El líder y el grupo deben hacer las correcciones necesarias en relación a las fallas
o errores que tiene su plan de trabajo.

- Al hacer estas enmiendas, es importante notar el progreso o desarrollo de las


actividades para saber con exactitud dónde se encuentra en cada una de las
etapas del programa.

- El líder o cualquiera de los miembros del grupo jamás deben tener la mentalidad
o prejuicio de que las acciones planificadas y las metas que se ha fijado son
intocables, sino que cuando es necesario y conveniente deben enmendarse.

6.8.2.8 Hay que procurar aprender de los errores.


- Lo que el líder aprenda gracias a los errores que comete o a los problemas que
debe enfrentar y superar, es algo que le ayudará a ser un mejor líder.

- El error, así visto, viene a ser como una señal en el camino de la vida, de modo
que el líder puede tener mucho cuidado de cómo actúa.

- Es preciso reconocer sinceramente los errores con el fin de aprender de ellos.

6.8.2.9 Hay que recordar que los obstáculos vencidos realzan el liderazgo.

- Cuando el líder logra vencer los obstáculos estará mejorando su capacidad de


liderazgo: alcanzará mayor credibilidad, condicionará mucho más su espíritu para
el servicio, y podrá demostrar su amor, su humildad, su energía, su perseverancia,
sus habilidades personales y el control de sí mismo. Todo ésto realmente hace
más relevante la imagen del líder cristiano.

- El líder cristiano que actúa bajo la dirección de Dios, llega a tener la práctica de
convertir los obstáculos en oportunidades. Esta práctica realzará su liderazgo e
inspirará a otros a que le sigan.

- Los obstáculos existen y Dios no promete que siempre nos vaya a librar de ellos,
pero siempre nos ayudará a convertir nuestros errores o problemas en
bendiciones. Bajo la dirección de Dios, cada obstáculo puede convertirse en una
maravillosa oportunidad.

6.9 LA ENERGIA

El principio de la energía es el principio que tiene que ver con la vitalidad que debe
caracterizar a todo líder cristiano y que le permitirá dedicarse enteramente a su tarea.

6.9.1 Qué es la energía.

La energía es la fuerza vigorosa y la capacidad de actuar del líder. La energía es algo


que atrae la atención y, además atrae seguidores. El líder que muestra energía y
entusiasmo ganará la aceptación y la confianza de otros. Un líder con energía proyecta
ante los demás una imagen de auténtica autoridad, de entusiasmo, de emoción, de éxito,
de seguridad, de confianza, de una vida y trabajo con propósito.

Un líder con energía trabaja durante más horas, lee de manera más abundante, pierde
menos tiempo y generalmente vive la vida de una manera óptima. Su energía es notoria y
eso le permite ser más activo, entusiasta, persistente y efectivo en todo lo que realiza.

6.9.2 Cómo se demuestra la energía.

6.9.2.1 Por medio de la vitalidad física.


La energía del líder produce un gran impacto en la vida de sus seguidores y causa mucho
ánimo a los demás. Un líder que se muestra débil, cansado, pesado o lento, difícilmente
ejercerá una influencia positiva en sus seguidores; más bien, es posible que llegue a
despertar lástima. Aunque sea una persona mayor o tenga un problema de salud o
defecto físico, el líder debe cuidarse y esforzarse para mostrar energía y desarrollar sus
actividades con mucho vigor físico. Si el líder pierde su vitalidad física, su liderazgo
declinará, ya que las personas normalmente no están dispuestas a seguir a un líder al
cual ven como un ser débil, cansado o demasiado lento.

6.9.2.2 Por medio de mantener una mente alerta.

El líder debe desarrollar y usar correctamente su capacidad mental. La capacidad


intelectual se puede desarrollar aun más a través de la disciplina de la lectura, el estudio,
la meditación y la memorización. Aunque el líder no se destaque por su intelectualidad,
debe hacer uso de su mente para observar, para ser previsor, para reflexionar y para
razonar. El buen liderazgo requiere que el líder sea una persona con un desarrollo
intelectual por encima del promedio de la gente que está dirigiendo; de lo contrario, tendrá
problemas para dirigir con eficacia.

6.9.2.3 Por medio de su arduo trabajo.

El trabajo es la expresión más común de la energía humana. El líder cristiano debe


dedicarse a un trabajo constante, arduo y concienzudo, ya que no es posible alcanzar el
éxito sin trabajar duro y a conciencia. Normalmente, cuando un líder está lleno de
energía y de buena salud, realiza su labor de una manera denodada e incansable.
Cuando el líder pierde su vitalidad, entonces su trabajo se hace más lento, menos eficaz y
dinámico. Es muy importante que el líder sea sumamente disciplinado en el cuidado de
su salud física, mental y espiritual con la finalidad de mostrar siempre su energía en las
cosas que realiza.

6.9.2.4 Por medio de su entrega y persistencia.


La entrega y la persistencia requieren mucha energía física, intelectual y emocional,
porque significa creer en y esforzarse por llegar a una meta en contra de todo obstáculo.
Es difícil mantenernos firmes en nuestras convicciones cuando aquellos más cercanos a
nosotros se oponen a toda costa; pero el líder cristiano debe ser persistente en ello, y
para eso requiere de energía. La entrega y la persistencia le permitirán al líder vencer la
oposición y la persecución.

6.9.2.5 Por medio de atender los detalles.

Una actitud descuidada respecto a las cosas pequeñas puede ser peligrosa para el
liderazgo. Un líder que posee energía es el que se esfuerza por prestar atención
también a las cosas pequeñas. Hay que tener en cuenta que los pequeños detalles
tienen una gran importancia para determinar la efectividad del liderazgo. Una palabra,
una mirada, un acento, etc., pueden afectar el destino no sólo de una persona sino
también de un grupo mayor.

6.9.3 Cómo se eleva el nivel de energía.

El líder debe cuidarse de aquello que mina su fuerza y agota su energía. La mala
alimentación, la falta de ejercicio, dormir inadecuadamente, la depresión, la tensión, etc.,
son algunos factores que hacen que el líder reduzca sus energías y sea menos efectivo
en su labor. Vamos a considerar los factores que ayudan al líder a mantener su energía
en el máximo potencial posible.

6.9.3.1 Mantener una adecuada alimentación.

La clave para una adecuada alimentación es mantener el equilibrio en cuanto a las horas
de comer y a lo que se come. Es necesario que el líder aprenda a tener mucho cuidado
con aquellas comidas que él sabe que le hacen daño. Es recomendable consultar a un
nutricionista y adoptar un régimen de alimentación apropiado para su organismo. La
buena alimentación nos permitirá estar más sanos, tener mejor disposición para la
actividad, tener mejor aspecto, tener más energía y sentirnos mejor al realizar nuestras
labores.

5.9.3.2 Mantener un adecuado programa de ejercicio físico.

El líder tiene a su disposición una gran variedad de ejercicios físicos que puede practicar
regularmente. Caminar, correr y nadar son ejercicios excelentes, que el líder debería
practicar en una manera disciplinada. Realmente, lo más importante acerca del ejercicio
físico es que el líder debería practicarlo con bastante regularidad, sin abusar de él pero
tampoco siendo flojo. El ejercicio físico es algo que debe estar planificado dentro de las
actividades diarias de todo líder. El líder también debe dedicar tiempo prudencial al
descanso y la recreación sana.

6.9.3.3 Mantener la debida actitud mental.

El líder debe acondicionar su mente por medio del desarrollo de actitudes positivas y
eliminar emociones negativas. La salud mental del líder es importante, ya que sin ella
puede cometer una serie de barbaridades y atropellos contra los demás y contra la misma
obra que realizar.

6.9.3.4 Eliminar las emociones negativas.

Hay muchas emociones negativas que los líderes deberían reconocer y expulsar de sus
vidas, y no tratar simplemente de negarlas o reprimirlas. Por ejemplo, la ira es una
emoción común que con frecuencia se niega o se reprime, a pesar de los daños que
ocasiona a la salud y ánimno del líder. Otras emociones negativas son la amargura, el
odio, la ansiedad, el temor, la culpabilidad, la preocupación, las dudas, la soledad, los
celos y la depresión.

6.9.3.5 Mantener la comunión con Dios.

Debemos reconocer que Dios es la fuente inagotable de la energía que el líder necesita;
pero para ello es necesario que el líder mantenga una correcta relación con Dios. Por
otro lado, la auténtica comunión con Dios nos permite eliminar aquellos sentimientos
negativos que debilitan nuestra energía.

6.10 LA PERSEVERANCIA

El principio de la perseverancia también es clave para el ejercicio de un buen liderazgo


cristiano. Sin la perseverancia, será muy difícil que las metas y objetivos se puedan
alcanzar. Muchos ministerios, planes, metas y proyectos han quedado sin concluir por
falta de perseverancia. El líder cristiano debe aprender a ser perseverante a pesar de las
circunsatancias que le toque enfrentar. En este punto, vamos a ver algunos aspectos
importantes sobre la perseverancia como principio básico de liderazgo cristiano.

6.10.1 Qué es la perseverancia.

La perseverancia es la capacidad que tiene el individuo para permanecer firme y con el


ánimo de seguir adelante en pos de alcanzar sus metas y objetivos, a pesar de los
múltiples obstáculos o adversidades que pueda enfrentar. El líder cristiano reconoce que
Dios nos presenta muchas oportunidades para practicar la perseverancia, de manera que
nos fortalezcamos y podamos vencer más adelante problemas y dificultades mayores.

Este principio nos recuerda que la vida trae dificultades y problemas que cada día hay que
enfrentar y que hacen que el líder tienda a desanimarse y a abandonar la obra que está
haciando. Asimismo, este principio nos recuerda que Dios espera que el líder se esfuerce
constantemente para poder ser firme y tenaz en el objetivo de cumplir con la visión que él
le ha dado.

El principio de la perseverancia nos enseña que los problemas y dificultades pueden


vencerse, pero es necesario que el líder tenga que permanecer firme, con el poder de la
perseverancia. Cada problema tiene su propia solución y aunque las soluciones sean
diferentes, la perseverancia es la clave para cada una de ellas.

6.10.2 La importancia de la perseverancia.


6.10.2.1 Ayuda a vencer la enfermedad.

Una enfermedad grave o persistente puede ser uno de los obstáculos que más nos
desanimen y con el cual tengamos que enfrentar para llevar a cabo nuestras metas.
Pero a pesar de ello, la perseverancia nos ayuda a vencer el desánimo que puede
producir cualquier enfermedad.

6.10.2.2 Ayuda a vencer los deseos naturales.

A veces el líder tendrá deseos personales, que de pronto no son malos en sí pero que
podrían interferir con llevar a cabo la visión y la misión de Dios; entonces, el líder deberá
perseverar en la voluntad de Dios renunciando a sus deseos personales. El líder tendrá
que ser consistente y firme en el llamado de Dios para cumplir con su voluntad, y deberá
renunciar a cualquier deseo o interés personal que no tenga nada que ver con el
cumplimiento de la visión y misión de Dios.

6.10.2.3 Ayuda a vencer las limitaciones económicas.

La perseverancia ayuda al líder a vencer la limitación económica en el ejercicio de su


labor; sobre todo, si persevera en un espíritu de oración y fe en Dios. Es posible que los
líderes tengan que enfrentar serias dificultades económicas en el ejercicio de su labor,
pero la perseverancia les ayudará a alcanzar sus metas y objetivos, muy a pesar de estas
diicultades.

6.10.2.4 Ayuda a vencer el peligro del amor al dinero.

El líder que persevera en la voluntad del Señor podrá vencer el peligro de caer en el
pecado de las ganacias deshonestas, de la vida fácil, de la avaricia o del amor al dinero.
El afán por los bienes materiales es uno de los desafíos más grandes contra la
perseverancia del líder. Hay muchos líderes que han claudicado debido a que cayeron en
este pecado del amor al dinero.
6.10.2.5 Ayuda a vencer la oposición de la familia.

El líder fija su vista en su misión y no permite que la oposición, ni siquiera de su propia


familia, le aleje del camino ni de la misión que se ha propuesto realizar (ver Lucas 14:26).
A veces, la familia se puede convertir en un obstáculo, pero el líder, sin descuidar sus
responsabilidades familiares, tendrá que asumir una actitud decidida en contra de
cualquier tipo de oposición familiar.

6.10.2.6 Ayuda a vencer las traiciones y persecuciones.

La traición y la persecución pueden adoptar muchas y diferentes formas, pero el líder


perseverante aunque lo traicionen o se opongan a él, seguirá firme y no se desviará de
su visión ni de sus metas. A veces existe la tendencia en algunos líderes a desanimarse
y abandonar la tarea que están realizando debido a que han sido víctimas de la traición o
acoso de ciertas personas. El líder debe buscar la fortaleza y dirección de Dios para no
declinar ante situaciones como éstas.

6.10.2.7 Ayuda a vencer las malas interpretaciones.

Es posible que algunas personas no entiendan bien o mal interpreten la misión del líder, y
por eso tiendan a rechazarlo y no brindarle su apoyo. Ante una situación de
incomprensión y malentendimiento, el líder que persevera sigue adelante con confianza,
y se esfuerza por aclarar la visión o cualquier otra situación, pero lo hará con el amor , la
paciencia y la sabiduría que vienen de Dios.

6.10.2.8 Ayuda a vencer las dificultades.

Si el líder se da por vencido ante cualquier dificultad, ya ha fracasado, pero si persevera,


con la ayuda de Dios encontrará la solución. La perseverancia asegura el éxito cuando
todas las circunstancias parecen pronosticar el fracaso. Sea cual fuere la dificultad con la
que el líder se enfrente, debe tener fe en Dios y él le dará la perseverancia para llegar
hasta el fin.
6.10.3 Cómo mantener la perseverancia.

5.10.3.1 Recordar siempre la visión.

Cuando uno recuerda la visión que Dios le ha dado, se sentirá motivado a perseverar.

6.10.3.2 Fijar la atención en las metas.

Fijar la atención en la realización de las metas será un aliento especial para perseverar.

6.10.3.3 Aprovechar el tiempo para relajarse apropiadamente.

Relajarse, descansar y recrearse sanamente ayudan mucho al líder a perseverar.

6.10.3.4 Leer biografías de grandes personajes.

Leer biografías de grandes personajes ayudará a que el líder fortalezca su perseverancia,


ya que nos permite ver de qué manera Dios ha obrado en la vida de estas personas.

6.10.3.5 Mantener la comunión con Dios.

Cuando mantenemos nuestra comunión con Dios, él nos da la fuerza suficiente para
perseverar. La comunión con Dios nos permite visualizar las cosas bajo la perspectiva de
Dios y confiar en que él nos ayudará y sostendrá, de modo que realicemos la visión que
nos dio.

6.11 LA AUTORIDAD

El principio de la autoridad es uno de los principios bíblicos básicos para el buen ejercicio
del liderazgo cristiano. Es necesario que el líder cristiano entienda bien este principio, de
modo que pueda servir a Dios y a su pueblo con autoridad espiritual y moral, como lo hizo
el Señor Jesucristo durante su ministerio terrenal.

Los líderes cristianos debemos tener presente que la autoridad moral y espiritual le
permite al líder ganarse la confianza, la credibilidad y el respeto de sus seguidores;
además le da oportunidad para ejercer una fuerte influencia sobre ellos. En este capítulo
vamos estudiar este principio de liderazgo cristiano, haciendo énfasis en el tipo de
autoridad interna del líder.

6.11.1 Qué es la autoridad.

- El principio de autoridad del liderazgo reconoce que todo líder ha sido dotado de un
poder y facultad legítimos con la finalidad de que pueda estar a la vanguardia en la
ejecución de los planes, metas y objetivos del grupo.

- Es de vital importancia que el líder sea consciente de la autoridad que ha recibido y


que aprenda a usarla con mucha sabiduría.

- El principio de autoridad también nos ayuda a reconocer que el líder puede tener
dos tipos de autoridad: la autoridad interna y la autoridad externa.

- Entre estas dos clases de autoridad hay una distinción clara que debe reconocerse
y recordarse siempre.

- Por su parte, el líder deberá esforzarse por desarrollar y reforzar principalmente su


autoridad interior, sin descuidar su autoridad exterior.

6.11.2 Qué es la autoridad interior.

- La autoridad interna es la que hace que el líder se gane el respeto de los demás y
por medio de ella el líder puede ejercer una poderosa influencia sobre otros en
virtud de su propio encanto y su personalidad.

- La autoridad interna del líder depende de su madurez espiritual, mental, emocional


y moral, caracterizada por la práctica de los principios bíblicos.

- La autoridad interna es algo visible en la persona del líder y no depende de su


posición social, de sus características físicas, de su riqueza, de su éxito o del
puesto de liderazgo que ocupa.
- La capacidad del líder para captar la visión de Dios y consagrarse a ella para su
cumplimiento, para amar, para tener control de sí mismo, para ser perseverante,
para servir en humildad, etc. es lo que revela la autoridad interior del líder.

- El ejemplo perfecto de la práctica de este principio de liderazgo es Jesús, quin sin


tener títulos académicos, ni grandes cargos religiosos, ni lugar entre la aristocracia
de su época, fue reconocido por su autoridad (Marcos 1:22, 27; Lucas 4:32)

6.11.3 Qué es la autoridad externa.

- La autoridad externa deriva su influencia no de la fortaleza ni de la madurez


espiritual y moral, como sucede con la autoridad interna, sino de las señales, de los
símbolos y de las manipulaciones exteriores.

- Por ejemplo, en el ejército la autoridad relativa de cada persona aparece


claramente marcada en la manga o en el pecho, para que todos puedan verla. La
autoridad de cada militar depende de su rango, el cual se refleja en su uniforme.

- La autoridad externa es algo de lo cual se le puede privar a la persona, pero la


autoridad interna es algo que no se le puede quitar.

- La autoridad exterior puede impresionar a otros, pero no hará que la persona se


gane el respeto de otros ni ejerza una especial influencia como para conseguir que
un grupo se esfuerce para suplir sus necesidades.

- El respeto que el líder ganará de parte de los demás y la influencia que ejercerá
sobre los demás radica especialmente en su autoridad interna.

- El líder cristiano que quiera semejarse a Jesús se esforzará por desarrollar su


autoridad interna, que es poderosa y permanente, aun cuando hay que reconocer
que la autoridad externa también es necesario mantenerla en una correcta
perspectiva.
6.11.4 Cómo desarrollar la autoridad interna.
- Es difícil que alguien quiera ejercitar la autoridad sobre otros si antes no ha
aprendido a aceptar la autoridad sobre su propia persona.

- El líder cristiano tiene una autoridad interna que debe desarrollar y saber usar con
propiedad. A continuación se darán algunas recomendaciones respecto a cómo
puede el líder desarrollar su autoridad interna.

º Tener un conocimiento adecuado de sí mismo. Es necesario que el líder tenga


pleno conocimiento de su personalidad, que se conozca a sí mismo tal y como es, y no
que se oculte detrás de imágenes inventadas.

º Tener un buen concepto de sí mismo. Si el líder tiene un mal concepto de sí


mismo, su autoridad interna se debilitará considerablemente.

º Aprender a confiar en sí mismo. El líder debe eleiminar de su vida, con la ayuda


de Dios, todo aquello que le haga perder su confianza en sí mismo.

º Seguir adelante con la misión. El líder que persevera llevando a cabo su misión
revela una autoridad interna que lo tiene quien se desanima y renuncia a seguir
adelante.
º Cuidar la relación con otros. El líder debe cuidar la forma cómo se relaciona con
los demás, ya que si lo hace mal puede debilitar su autoridad.

º Hacer todo con excelencia. Cuando el líder hace su tarea lo mejor que puede
aspirando a la excelencia, esto reforzará su autoridad delante de los demás.

º Mantener la comunión con Dios. La comunión con Dios es sumamente


importante para que el líder pueda mantener siempre fuerte su autoridad interna.

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