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Desarrollo:
¿Qué es el liderazgo cristiano?: Es la cualidad de asumir, mantener y
desarrollar una responsabilidad en el entorno en el que nos desenvolvemos como
cristianos.
a. Asumir: Esto tiene que ver con aceptar la responsabilidad o llamamiento que
se nos es encargado.
i. Sin duda, este primer paso implica aceptación ante el llamamiento. Pensemos
en Jesús y hallaremos todas las cualidades de un líder.
iv. La confianza es lo que inspira un líder cristiana a la comunidad con la que está
a cargo.
vi. La autoridad no significa tiranía o autoritarismo, sino todo lo contrario, tiene que
ver con la convicción plena para hacer cumplir la palabra de Dios a través de una
actitud estricta, organizada,
b. Mantener: Lo cual tiene que ver con mantener en el tiempo la tarea conferida.
O sea, ser capaces de que salvaguardar “con vida” aquello que nos ha sido
confiado dentro de nuestra comunidad cristiana.
i. Si portamos algún ministerio, llevamos el liderazgo siendo responsables y
santificados con nuestras prédicas, escudriñando con denuedo las escrituras,
asistiendo a los hermanos que mayor atención precisan, instruyendo a siervos
jóvenes, y esforzándonos en ser un ejemplo para la comunidad. Pablo y Pedro
eran un ejemplo altísimo de gran entrega en su ministerio, pues en sus epístolas
se puede percibir el grado de profundidad de su conocimiento, convencimiento y
entendimiento de la palabra de Dios la cual compartían con las comunidades a las
que habían instituido. Además, tenían hermanos en la fe que los instituía como
líderes de sus comunidades como Timoteo, Silas, Bernabé, Aquila, Priscila. Por su
parte, Pedro contaba con Marcos o Lucas, ambos destacadísimos por haber
escrito dos evangelios.
c. Desarrollar
i. Llevar nuestro ministerio tiene que ver con el crecimiento (no necesariamente
cuantitativo). Porque donde está Dios, hay vida, y la vida denota crecimiento.
Entonces, si nuestro liderazgo se destaca por un buen manejo de nuestras
responsabilidades y funciones podremos, con certeza, hallar desarrollo espiritual
primero en nosotros mismos, luego nuestros hermanos, consiervos
iii. Una comunidad unida puede también inspirar el crecimiento cuantitativo: Este
también es el trabajo de los líderes. Si existe una organización adecuada para
poder en marcha un trabajo de testificación a personas en busca de la palabra de
Dios, con siervos altamente cimentados en la fe y afianzados en el conocimiento
de la palabra de Dios, y rogando en todo momento por la bendición de Dios en
este cometido, entonces se puede conseguir un crecimiento cuantitativo de
miembros, para la gloria del todopoderoso por su gracia infinita para las nuevas
almas.
Conclusión:
El liderazgo cristiano se destaca por un sinfín de características. En este bosquejo
de predicación se expone tres importantes cualidades como el aceptar el
llamamiento del señor cuando él nos quiere confiar una tarea de servicio a su
pueblo. Seguidamente está el mantener en unidad, amor y fe a la comunidad, lo
cual se consigue a través de cuidados espirituales comenzando con una prédica
sustanciosa de la palabra de Dios, asistiendo a los hermanos con estudios
bíblicos, visitas a sus hogares y oraciones constantes por todos ellos.
El liderazgo no solo atañe a los hermanos que llevan un ministerio en ellos, pero
en cierta forma a cada uno de los que integra la comunidad. Así, los que se
encargan de enseñar a los niños, o los que limpian y adornan el lugar de
congregación o aquel hermano o hermana que intenta vivir y transmitir su fe ya
está aprovechando esta oportunidad del padre para crecer en su liderazgo.
Por otra parte, como líderes cristianos tenemos la misión llegar a más personas a
través de la testificación (pero a no confundir esto con solo querer llenar capillas
olvidando lo espiritual). De cualquier forma, donde hay un liderazgo responsable,
constante, organizado, honesto, desprendido y bendecido, seguramente está Dios
utilizando a uno y varios de sus hijos como sus instrumentos.