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Desarrollando lideres.

Los líderes cristianos deben ser personas con un amor profundo por
Jesucristo. Deben esforzarse por lograr un crecimiento integral en sus vidas
por medio de la práctica de disciplinas espirituales y medios de gracia,
además del cuidado físico y mental. Esto es crucial, ya que líderes
saludables habrán de desarrollar ministerios e iglesias saludables.

Un buen líder cristiano debe tener visión. Muchas veces nuestros


ministerios se estancan por la falta de gente con visión que ayude al pueblo
a establecer metas y objetivos de ministerio a largo plazo, que ayude a la
congregación a encaminar programas e iniciativas que encarnen el sueño
de Dios para sus comunidades. Aun cuando somos llamados a vivir el
presente, los buenos líderes también dedican tiempo a mirar hacia el futuro
y capturar la visión de Dios para las comunidades en las que son llamados a
servir.

En un tiempo de tantas oportunidades, nuestro líderes tienen que


procurar ser personas multifacéticas. Los tiempos en que el pastor o
la pastora se limitaba a sólo predicar el domingo por la mañana son
cosa del pasado. Nuestros líderes tienen que estar dispuestos/as a
asumir funciones no convencionales que les ayuden a conectarse y
tener un mayor impacto en la comunidad local. Recientemente,
acepté una invitación a participar en la junta de directores de una
clínica comunitaria, lo que me permitió traer la perspectiva del
pueblo inmigrante a la mesa, y así ayudar a mejorar los servicios
que esta entidad ofrece a la comunidad.

Un buen líder busca constantemente nuevas maneras de


empoderar al pueblo para servir a la comunidad. Almacenes de
comida, centros de servicios a los inmigrantes, programas
recreativos para la niñez y la juventud, distribución de alimentos
calientes, clases de nutrición, y grupos de apoyo a madres/padres
con niños en edad pre-escolar, son tan solo algunas de las iniciativas
que le permiten a la iglesia ser un agente de transformación en la
comunidad local. Para que esto sea posible, es crucial que nuestros
líderes sean personas con mentes abiertas y flexibles, para que la
iglesia pueda responder positivamente a las necesidades tan
complejas que existen en nuestras comunidades
Finalmente, un buen líder tiene que estar dispuesto/a a correr riesgos y no
temer al fracaso. Jesús nunca dijo que sería fácil, o que no encontraríamos
resistencia en el camino. No todo lo que hagamos saldrá como
esperábamos. Pero si realmente deseamos encaminar a nuestras iglesias
hacia una experiencia de renovación y crecimiento, tendremos que estar
dispuestos a correr riesgos calculados y tratar cosas nuevas, aun cuando el
fracaso sea una posibilidad.

IDENTIFICAR El primer paso que debemos tomar al desarrollar el


liderazgo es identificar a las personas que Dios ha bendecido con el
don de liderazgo. ¿Cómo identificamos líderes potenciales del
ministerio de niños? • A través de la oración. Así como Jesús pasó
una noche en oración antes de nombrar Sus doce discípulos como
apóstoles (los líderes de la iglesia primitiva), también debemos
buscar el deseo de Dios con respecto al liderazgo del ministerio de
niños ahora y en el futuro. La oración es el primer paso que uno
debe tomar para discernir a quiénes Él está preparando para el
liderazgo. • Conocimiento sólido de las características de un líder.
Un líder del ministerio de niños efectivo no siempre es la persona
más amigable con los niños, ni tampoco la más talentosa para
organizar eventos. Un líder ve el panorama completo para su
ministerio en lugar de solo ver una pequeña parte de la imagen. Un
líder tiene influencia; los demás siguen su dirección; tiene un
impacto en sus pensamientos y acciones. Un líder toma la iniciativa;
no se conforma con el orden establecido, sino que inicia programas,
recauda fondos, edifica equipos o hace lo necesario por desarrollar
el ministerio. • Comprender que el llamado de Dios al liderazgo no
es solo para los adultos. Muchos de los niños y jóvenes en nuestras
congregaciones tienen el don de líder. No hay mejor momento que
el presente para comenzar a desarrollar este don y las cualidades
necesarias para dirigir efectivamente. 2 ENFOCARNOS No basta con
reconocer que Dios ha llamado a una persona al ministerio de
niños. Debemos enfocarnos en que reciban capacitación intensiva
en las áreas del carácter cristiano, una teología bíblica sana, así
como habilidades ministeriales y de liderazgo. Tengo la fiel
convicción de que esto es bíblico. Pablo se enfocó en Tito, Timoteo
y otros jóvenes líderes de la iglesia primitiva para darles mentoría
intensiva. No solo se enfocó en ayudarlos a convertirse en
excelentes predicadores de la Palabra; él los desafió
constantemente en las áreas del carácter cristiano, la teología sana
y el liderazgo. Él fue su padre espiritual y un ejemplo a seguir en
cuanto a cómo vivir la vida cristiana. Los líderes no pueden alcanzar
su máximo potencial sin personas que inviertan personalmente en
su desarrollo. Todo líder cristiano que ha sido llamado por Dios para
dirigir necesita personas a su lado motivando y desafiándolo a
mantener la integridad en su ministerio y vida personal. ENTRENAR
Finalmente, los líderes del ministerio de niños necesitan desarrollar
las destrezas del liderazgo que todo líder posee. También necesitan
una serie de destrezas especiales para dirigir y ministrarles a los
niños y a sus familias. El entrenamiento no debe estar limitado
solamente a la instrucción en el salón, sino que se debe impartir en
una variedad de ambientes: leyendo artículos y libros, observando a
otros líderes y ministros de niños, sirviendo a lado de personas
dotadas en el liderazgo, el ministerio de niños y la instrucción. El
entrenamiento es más efectivo cuando los estudiantes entienden
cómo el entrenamiento los impactó personalmente y qué pasos
pueden tomar para implementar lo que aprendieron. Nuestra visión
es proveer el desarrollo de un excelente ministerio de niños en cada
congregación y comunidad en el mundo. Sabemos que no podemos
cumplir esto “un niño a la vez”, pero podemos lograrlo al desarrollar
líderes que impactarán a los niños de sus congregaciones,
comunidades y naciones

Primordialmente la condición que se busca en los posibles líderes es que sea alguien que

ame a Dios y ame a las personas. Marcos 12:30-31 “Amarás pues al Señor tu Dios de todo

tu corazón, y de toda tu alma, y de todo tu pensamiento, y de todas tus fuerzas: éste es el

principal mandamiento. Y el segundo es semejante a él: Amarás a tu prójimo como a ti

mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos”.

El carácter fluye del corazón, y lo siguiente que observaremos para identificar posibles

líderes es su carácter. Buscamos un servidor que:

● Lidera con el ejemplo y con integridad: 1 Pedro 3:16

● Es enseñable y está dispuesto a aprender: 1 Pedro 5:5

● Es responsable y accesible: Santiago 5:16

● Está orientado al trabajo en equipo y ama a las personas con las que sirve: Eclesiastés

4:9.

Es posible que nuestros líderes potenciales, siendo aún niños y /o jóvenes,  todavía tengan

mucho que aprender, y no cuenten con todas las características que hemos mencionado,

pero deben liderar con el ejemplo y estar dispuestos a trabajar con otros.

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