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La metacognición es la representación de la cognición. Implica evaluar el curso del pensamiento, ver si está orientado a la
meta hacia la que queremos llegar y reorientar la conducta en caso de ser necesario.
Es a partir de los 5 años, cuando los chicos dicen SE, PIENSO, RECUERDO O ADIVINO.
uno de los objetivos de la escuela debe ser el de ayudar a los alumnos a convertirse en aprendices autónomos. El logro
de este objetivo va acompañado de una nueva necesidad, la de “enseñar a aprender”.
Se trata de “aprender a aprender” facilitando la toma de conciencia de cuáles son los propios procesos de aprendizaje,
de cómo funcionan y de cómo optimizar su funcionamiento y el control de esos procesos. Lo que se desprende de esto
es que el aprendizaje se puede mejorar estimulando la reflexión de los alumnos sobre la forma en que aprenden, leen,
escriben o resuelven problemas
Para potenciar el desarrollo de la metacognición, es necesario formar alumnos más conscientes y autónomos en sus
aprendizajes, sin olvidar el aspecto motivacional y el contexto apropiado, en el desarrollo de las estrategias de
aprendizaje.
El uso de habilidades metacognitivas nos permite obtener la información que necesitamos, ser conscientes de nuestros
pasos durante el proceso de solución de problemas y evaluar la productividad de nuestro propio pensamiento.
Distintas técnicas:
1. veo- pienso- me pregunto
2. Algo q aprendi- algo q me sorprendió- una dida qje aun tengo del tema- algo que ya sabia del tema
3. Marque con una cruz. Participe...? Respondi...? comprendí....? Me gusto...?
La Teoría del Aprendizaje Significativo de Ausubel, señala que hay aprendizaje cuando hay relación con el medio y
aparece un nuevo conocimiento, es decir en el momento que hay relación con el nuevo aprendizaje. Este aprendizaje
ocurre cuando la nueva información se enlaza con las ideas que ya existen en la estructura cognoscitiva del que aprende.
Se opone al aprendizaje repetitivo, memorístico y mecánico. Propone una memorización comprensiva.
La comprensión lectora es una tarea de gran complejidad en la que están implicados procesos cognitivos de diferentes
niveles, que van desde la percepción visual de unos signos gráficos, hasta la construcción de una representación
semántica de su significado. Para construir esta representación de la situación a la que el texto evoca, se supone la
comprensión, el sujeto necesita activar sus conocimientos almacenados en la memoria a largo plazo, de forma que se
integre lo expresado en el texto y lo ya conocido por el sujeto.
Además de sus conocimientos, el lector deberá utilizar distintos tipos de conocimientos metacognitivos y estratégicos.
En el proceso de comprensión lectora existe un componente fundamental que favorece el reconocimiento de la palabra
escrita, el conocimiento fonológico. La conciencia fonológica es la habilidad para reconocer y usar los sonidos en el
lenguaje hablado. La conciencia fonológica es la base para aprender a leer. Algunos niños la entienden de manera natural
pero otros necesitan ser enseñados.
Para aprender el código alfabético es necesario haber desarrollado antes el lenguaje oral.
Conclusiones:
la comprensión implica aprehender el significado del discurso y hacerlo consciente en la mente del lector, lo que exige un
importante esfuerzo cognitivo.
Para lograr una interpretación adecuada del contenido del texto, el lector debe activar procesos de naturaleza
perceptiva, léxica, sintáctica y semántica que operan de manera interactiva y paralela, de modo que, a través de su
activación estratégica y autorregulada, pueda extraer el significado del discurso e integrarlo en su fondo de
conocimientos. Como resultado, construye una representación o modelo mental, coherente en el que integra las ideas
textuales explicitas con otras ideas inferidas a partir de su bagaje cultural previo, por lo que el contenido se percibe y se
representa en la memoria como una estructura coherente y no como una secuencia de unidades de información
inconexas. De ahí el fuerte componente inferencial, y no solo descodificador de la comprensión