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Objetivos

Tras realizar esta unidad el alumno será capaz de:


Promover el lenguaje oral como precursor de la
lectura.
Comprender y valorar el rol del lenguaje oral
como precursor de la lectura.
Comprender y aplicar conceptos básicos para
promover el desarrollo de la comprensión
auditiva.
Utilizar un entorno letrado para promover el
desarrollo del lenguaje y la alfabetización.
Si bien la comprensión del lenguaje es un eje
principal de la educación preescolar y una
“antesala” de la comprensión lectora, no
debemos olvidar que debe trabajarse a lo
largo de toda la escolaridad y en la educación
superior. Es el medio por el cual expresamos
ideas, argumentamos, incrementamos
nuestro conocimiento y facilitamos nuestra
comprensión textual.
A medida que los niños adquieren mayor
dominio de la decodificación la comprensión
lectora y auditiva están cada vez más
alineadas. Muchos estudios dan cuenta de
importantes correlaciones entre buena
decodificación y comprensión auditiva o
lectora (Adlof, Catts, & Little, 2006; Tilsa,
McMaster, Van den Broek, Kendeou, & Rapp,
2009).
la comprensión del lenguaje no es solo el
lenguaje expresivo o el repertorio léxico
que un lector conoce. Incluye
subprocesos lectores, tales como: el
vocabulario y el conocimiento previo o
del mundo.
Si la comprensión lectora es el resultado del producto entre
reconocimiento de palabras (o decodificación) y comprensión
del lenguaje, un déficit en cualquiera de estas dos variables
indicaría una dificultad de lectura. Si el déficit está en la
decodificación, esto se relaciona con la dificultad que el
estudiante tendría para leer las palabras impresas con precisión
y velocidad.

Un déficit en comprensión del lenguaje no es específico a la


lectura, pero se relaciona con algún dominio del conocimiento,
o bien a habilidades de pensamiento superior, como son el
razonamiento, la interpretación o la visualización.
De hecho, existen personas con excelentes
habilidades de decodificación y severos problemas de
comprensión del lenguaje.

A éstos se les denomina “hiperléxicos”. Lo contrario,


un estudiante con dificultades extremas en la
decodificación y buen desarrollo de la comprensión
del lenguaje se denomina “disléxico”.
¿Qué podemos hacer para potenciar esta comprensión en el aula? A
continuación, presentamos algunas actividades:

Trabajar la oralidad de manera sistemática e intencionada durante la lectura de textos.


No hay que olvidar que la comprensión lectora es una habilidad que se desarrolla con
la ejercitación permanente. Pues bien, una buena proporción de esa ejercitación puede
darse de manera oral.

En lugar de entregar guías de lectura a los alumnos, dedique tiempo a leer un texto
con ellos. Use preguntas abiertas como “¿Qué saben ustedes acerca de…?” “¿Cómo
se imaginan esto que el autor/narrador/escritor describe en el texto?” “¿A qué se
refiere el autor cuando dice…?

Recuérdeles que para intervenir deben siempre fundamentar sus opiniones.


En lo posible, pida a los alumnos usar referencias al texto como fundamento
de lo que dicen.

Invite a los estudiantes a no estar de acuerdo con lo que dice el autor o dice
un compañero, para generar una discusión más profunda.

Use preguntas como “¿Cómo sabes eso?” “¿En qué parte del texto se dice
eso?” “¿podrías dar un ejemplo de lo que estás diciendo?” “¿Qué pasaría
si…?”

Trabaje el vocabulario todos los días. Por ejemplo, en la sala de clases y en el colegio
hay muchos objetos cuyos nombres los alumnos no conocen: bisagra, archivo,
interruptor, respaldo de la silla, canto de la puerta, etc. Y cuando se desplace de un
lugar a otro con los alumnos, mencione el nombre de objetos que van observando,
como, por ejemplo, árboles o plantas del jardín.
Incremente el entorno letrado de su sala usando libros, muros
de palabras, exhibición de trabajos escritos de los estudiantes,
espacios para la lectura y la escritura, posters, etc. Hablaremos
más acerca de este tema en la tercera parte de esta unidad. Es
evidente que en la comprensión lectora intervienen
numerosos factores, como lo hemos ido discutiendo a lo largo
de este curso.

Muchos factores son cognitivos, otros lingüísticos,


motivacionales, culturales y metacognitivos. Usando el
Modelo Simple de Lectura, es posible comprender el papel
que cumple el lenguaje oral como componente esencial de la
comprensión lectora.
La comprensión es el producto entre
decodificación y comprensión del lenguaje. El
concepto de comprensión del lenguaje incluye
diversos componentes, entre ellos el
vocabulario, la sintaxis, los conocimientos
previos, y el conocimiento del mundo.
En este primer artículo explicamos la
importancia de la comprensión del lenguaje
para la comprensión lectora y describimos
algunas maneras de potenciarlo en el aula.
Muchas veces hemos escuchado que el lenguaje es
el vehículo del pensamiento. Desde la filosofía
autores como Arregui y Choza (2002) plantean que
la relación entre lenguaje y pensamiento es de tipo
intrínseco (Que es propio o característico de la cosa
que se expresa por sí misma y no depende de las
circunstancias)
, porque el lenguaje no solo expresa un
pensamiento, sino que contiene lo pensado.
El lenguaje no es solo un código, nos sirve para expresar desde
fuera lo una idea o pensamiento. Arregui y Choza explican que
en la verbalización del pensamiento está tanto la expresión
como el pensamiento en sí, sino lo contenido. No se trata de un
pensamiento “visualizado” en mi mente y luego traducido en
palabras, sino más bien que el pensamiento en sí está contenido
en mi expresión de la idea. Si yo digo “El día está soleado” esas
palabras no son la traducción de la imagen mental de un día
soleado, sino que contienen ese mismo pensamiento.

El lenguaje permite al ser humano construir ideas y expresarlas,


pero expresarlas no es una mera traducción de una imagen
mental, sino que es el pensamiento materializado. Es por tanto
difícil suponer que se pueda pensar sin el lenguaje.
La comprensión auditiva y su importancia
Cuando los niños aún no decodifican, la
comprensión auditiva es el medio con el cual los
docentes podemos saber si los niños
comprenden o no lo que escuchan o ven.
Curiosamente, la comprensión auditiva es una
habilidad poco estudiada y poco tomada en
cuenta.

Mediante la comprensión auditiva los alumnos:


El lenguaje oral no solo implica la comprensión y
producción del lenguaje, como afirmamos
anteriormente, es el medio por el cual los estudiantes
se van apropiando del vocabulario expresivo y
receptivo, del conocimiento sintáctico y semántico, y
de los procesos discursivos narrativos (la memoria, la
comprensión, y el recuento). Estos dos dominios son
inseparables y se relacionan con la lectura en la
adolescencia de manera innegable. Por otra parte, se
demuestra que, el acceso a ideas complejas, durante
muchos años de la etapa escolar del Psicología de la
lectura estudiante, dependen de insumos orales más
que escritos.
La comprensión auditiva es mucho más sofisticada que
la lectora. De hecho, cuando uno lee un cuento a niños
pequeños de 4 o 5 años, y sin querer se salta una
página, el niño inmediatamente se da cuenta, y pide al
adulto que relea la historia desde el comienzo.

Ello demuestra que, mientras escuchan, los niños


pequeños van comprendiendo un texto y comparándolo
con sus expectativas de cómo está construido este tipo
de narración
De lo anterior se desprende también que es
importante leerles muchos textos a los
estudiantes en voz alta en los cursos
superiores. La evidencia muestra que los
niños mayores también disfrutan de
escuchar al profesor leerles en voz alta, pero
lamentablemente hemos descartado
muchas veces esta práctica de nuestro
repertorio pedagógico y dedicamos
mayormente el tiempo a la lectura silenciosa
independiente.
La lectura en voz alta no solo modela el
cómo debe leerse: con fluidez, prosodia, y
precisión. También provee al que escucha
de pistas que le permiten ampliar su
comprensión. Por ejemplo, las pausas, la
entonación, el ritmo de la lectura son
maneras de agregar significado al texto
que ayudan a comprender ideas,
motivaciones, acciones en el texto
narrado
Además, es importante resaltar que la
comprensión auditiva depende de aspectos
sociales y de interacción. Para escuchar se
necesitan dos: el que habla (o lee) y el que
escucha. Aprender a escuchar de manera
activa es una habilidad que se desarrolla poco
o nada en la escuela, y, sin embargo, puede ser
considerada como evidencia de desarrollo
intelectual. Desarrollar una buena
comprensión auditiva depende también de ser
capaz de formular preguntas
En la comprensión lectora el foco está puesto en
procesos de decodificación para poder acceder al
mensaje. Dicho de otro modo, el lector necesita
manejar el código con bastante nivel de experticia
para hacer sentido de lo que dice. La comprensión
oral o auditiva requiere de otro tipo de procesamiento
que se da más bien a nivel auditivo. En él intervienen
de manera prominente la memoria de trabajo y la
atención, pues el que escucha no tiene acceso al
registro escrito del texto. Depende de su capacidad de
recordar lo que escucha, pero de irlo procesando a
medida que lo oye.
En los niños pequeños, la comprensión auditiva
es fundamental para preparar la comprensión
lectora. De ahí que numerosos estudios hayan
validado su importancia y correlación
(Senechal & Lefevre, 2002; Tunmer &
Chapman, 2012, entre otros).
La comprensión oral precede a la lectora,
pero constituye además un fundamento
para ella. A través de la comprensión oral
es posible desarrollar habilidades tales
como la formulación de inferencias o
predicciones aún cuando los estudiantes
aún no hayan adquirido la decodificación.
El entorno letrado como promotor de la comprensión y el
lenguaje

ACTIVIDADES, VER

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