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QUEJOSO: FAUSTO NICOLÁS GÓMEZ COLOR

AMPARO DIRECTO: INICIAL

C. MAGISTRADOS DEL TRIBUNAL COLEGIADO EN TURNO

EN MATERIA PENAL DEL _______________ CIRCUITO

CON RESIDENCIA EN _________________, ESTADO DE MÉXICO

FAUSTO NICOLÁS GÓMEZ COLOR, con la calidad de quejoso y por mi


propio derecho, y actualmente privado de mi libertad en el Centro de
Readaptación Social del Distrito Judicial de Texcoco, Estado de México, autorizo
en términos del artículo 27 de la Ley de Amparo a los Licenciados FRANCISCO
BAUTISTA RIVAS y JOSÉ LUIS ARRIAGA SANDOVAL con números de cedula
profesional ________________ y 8139060, respectivamente; señalando como
domicilio el ubicado en____________________, ante este honorable tribunal
comparezco y expongo:

Que, vengo a pedir el AMPARO Y PROTECCIÓN DE LA JUSTICIA FEDERAL, en


contra de la sentencia de segunda instancia, pronunciada el trece de julio del 2021,
dictada por Segundo Tribunal de Alzada en Materia Penal de Texcoco, Estado de
México, que actúa dentro del toca número 195/2021, por violaciones a mis
garantías constitucionales en sus artículos 1, 14, 16, 19 y 20.

Y a efecto de dar cumplimiento a lo dispuesto por el arto 166 de la Ley de Amparo,


manifiesto:

I.- NOMBRE Y DOMICILIO DEL QUEJOSO:

Ya han quedado expresados.

II.- NOMBRE Y DOMICILIO DEL TERCERO PERJUDICADO:

VICENTE RODRÍGUEZ MEJÍA con domicilio ubicado en __________________.

III. AUTORIDAD RESPONSABLE:


1. ORDENADORA:

a) El Segundo Tribunal de Alzada en Materia Penal de Texcoco, Estado de México,


que actúa dentro del toca número 195/2021.

2. EJECUTORAS:

a) Tribunal Unitario de Enjuiciamiento del Distrito Judicial de Texcoco, Estado de


México, actúa dentro del proceso número 110/2020.

b) Director del Centro de Readaptación Social del Distrito Judicial de Texcoco,


Estado de México

Todas éstas con domicilio oficial bien conocido en la Ciudad de Texcoco, Estado de
México.

IV. FUNDAMENTO DE LA DEMANDA:

Artículos 1, 5, 27,158, 166 y demás relativos de la Ley de Amparo.

V. SENTENCIA RECLAMADA Y VIOLACIONES AL PROCEDIMIENTO

a) Violación procesal consistente en resolución de fecha trece de julio del 2021,


dictada por el Segundo Tribunal de Alzada en Materia Penal de Texcoco, Estado de
México, dentro del toca penal número 195/2021; en la que me considera
responsable de la comisión del delito de robo equiparado, previsto por el artículo
292 fracción IV del Código Penal del Estado de México.

Además, reclamo los efectos y consecuencias legales que se deriven de la


ejecutoria de referencia: Del Tribunal Unitario de Enjuiciamiento dentro del
proceso penal 110/2020, y del director del Centro de Readaptación Social del
Distrito Judicial de Texcoco, Estado de México, ambos de Texcoco, Estado de
México; reclamo la EJECUCIÓN QUE PRETENDE DAR A LA
SENTENCIA pronunciada por la Autoridad de Segunda Instancia y demás efectos
y consecuencias legales que se deriven de la misma.

VI. FECHA DE NOTIFICACIÓN DE LA SENTENCIA:

El día ___________________________________.
VII. GARANTÍAS VIOLADAS:

Artículos 1, 14, 16, 19 y 20 de la Constitución Política de los Estados Unidos


Mexicanos.

VIII. LEY APLICADA INEXACTAMENTE:

Artículo 292 fracción IV del Código Penal en el Estado de México.

IX. PROTESTA:

Bajo protesta de decir verdad, manifiesto que los hechos y abstenciones que
constituyen los antecedentes de los actos reclama son ciertos.

ANTECEDENTES

1. El ministerio público del Distrito Judicial de Texcoco, Estado de México; formuló


imputación por el delito de robo equiparado previsto y sancionado por el artículo
292 fracción IV del código penal del Estado de México, y fui vinculado a proceso
por el mismo. Lo anterior, toda vez que el suscrito había sido detenido en
flagrancia.

2. Posterior a la investigación complementaria, el ministerio público del Distrito


Judicial de Texcoco, Estado de México; formuló acusación por el delito de robo
equiparado en su hipótesis de la fracción IV del código penal para el Estado de
México, por lo que con posterioridad se dictó auto de apertura a juicio oral.

3. Una vez desahogada la correspondiente audiencia de juicio oral, El Ministerio


Público del Distrito Judicial de Texcoco, Estado de México, solicitó que se dictara
fallo condenatorio por el delito de robo equiparado, y solicitó al Juez del Tribunal
Unitario de Enjuiciamiento dentro del proceso penal 110/2020 del Distrito del
Distrito Judicial de Texcoco, Estado de México.

4. Por lo que, la autoridad ejecutora dictó sentencia definitiva condenatoria, como


probable responsable del delito de Robo Equiparado, previsto y sancionado en el
artículo 292 Fracción IV del Código Penal Federal.

5. Inconforme de dicha resolución, el suscrito a través de mis defensores, interpuse


recurso de apelación en contra de dicha sentencia definitiva.
CONCEPTOS DE VIOLACIÓN

PRIMERO. Las responsables violan en mi perjuicio los derechos


fundamentales de: interpretación conforme a derechos humanos, legalidad,
seguridad, libertad y derechos consagradas en los artículos 1, 14, 16 y 20 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, porque tratan de privarme
de mi libertad personal y de mis derechos sin que en el juicio que se me siguió se
hayan cumplido las formalidades esenciales del procedimiento.

SEGUNDO. El Segundo Tribunal de Alzada en Materia Penal de Texcoco,


Estado de México, viola las garantías individuales señaladas, a través de sus puntos
resolutivos de la Sentencia de Segunda Instancia, pues erróneamente aprecia el
procedimiento del juicio penal seguido en mi contra, al resolver que soy
penalmente responsable de la comisión del delito de robo equiparado, por el que
me acusó la representación social de Texcoco, Estado de México; ilícito previsto y
sancionado por el artículo 292 fracción IV del Código Penal del Estado de México,
ya que en ningún momento realiza una interpretación conforme a derechos
humanos, funda y motiva su resolución, con las formalidades esenciales del
procedimiento, violentando con ello mis derechos consagrados en el artículo 20 de
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; todo ello, dentro de la
secuela procesal, del juicio penal seguido en mi contra.

TERCERO. Constituye una formalidad que deben acreditarse los elementos


del cuerpo del delito, y dar una interpretación conforme a derechos humanos bajo
el principio in dubio pro reo; lo que hace de manera inexacta a la aplicación de la
Ley penal, por lo que violan en mi perjuicio mis derechos fundamentales de
interpretación conforme, de seguridad y legalidad contenidas en los artículos 1 y
16 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; en virtud de que
me causan molestia en mi persona, sin que se funde ni motive la causa legal del
procedimiento, toda vez que no se acredita los elementos del tipo penal por el cual
se me acuso.

CUARTO. De todo lo anterior, se llega a la certeza de que existen


circunstancias de las cuales se les hizo caso omiso, tanto el a quo como el ad quem,
desprendiéndose que existe insuficiencia de la prueba para acreditar los elementos
del tipo penal por el cual se me acusó. Esto en razón de que la hipótesis del tipo
penal de robo equiparado, previsto y sancionado por el artículo 292 fracción IV del
código penal del Estado de México, establece que sancionara al que traslade un

vehículo robado a otra entidad federativa. Y como se argumentará a lo largo de la


presente demanda, la autoridad responsable, pasa por alto el sentido de la
preposición “a”, con lo que no toma en consideración el ámbito de aplicación de
legislación del Estado de México y no da una interpretación conforme a derechos
humanos bajo el principio in dubio pro reo a favor del suscrito.

QUINTO: Ya que tenemos que partir de que el ámbito de Aplicación de la


Ley hace referencia a la delimitación de validez de las leyes; es decir, nos dice
cuándo, dónde y sobre quién se aplicarán dichas leyes. Y por cuanto a su
clasificación podemos advertir que el ámbito espacial de validez hace referencia a
que las leyes penales tienen aplicación sobre el territorio y el espacio que
comprende la soberanía del Estado que la dicta. Es decir, el Estado a través de su
órgano legislativo crea su norma penal para regular y sancionar las conductas que
en él se realicen.

A manera de ejemplo: un homicidio acontecido dentro de los límites territoriales


del Estado de México, evidentemente será sancionado en los tribunales del mismo
Estado, bajo su legislación penal. Resultando que, si el mismo homicidio es
cometido dentro de los límites territoriales del Estado de México, nunca podría ser
sancionado por la legislación penal del Estado de Hidalgo (o diversa entidad
federativa).

Sirviendo el anterior ejemplo para vislumbrar la conducta que prevé y sanciona la


hipótesis de la fracción IV del artículo 292 del código penal para el Estado de
México. Es decir, dicha hipótesis regula la conducta que se origina dentro del
ámbito de aplicación espacial territorial del Estado de México, es decir, de un

a
traslado de un vehículo robado “ ” otra entidad federativa. Resultando
irrazonable que dicha legislación regule y sancione las conductas originadas en
diversa entidad federativa, es decir, que sancione un traslado de vehículo robado
de una entidad federativa diversa al Estado de México; ya que, de considerarse que
en éste último supuesto, sí se podría sancionar una conducta que se origina en otro
estado (robo de vehículo y que se traslade al Estado de México) resultaría evidente
que existiría una transgresión del ámbito de aplicación espacial territorial; pues la
legislación del Estado de México estaría regulando la conducta originada en
diversa entidad federativa. Y si bien es cierto a este caso en concreto, la conducta
por la cual fui sentenciado se materializó en el Estado de México, no menos cierto
es que la hipótesis prevista y sancionado en el artículo 292 Fracción IV del Código
Penal del Estado de México, no establece “El que traslade el vehículo robado a esta

entidad federativa” o en su caso “El que traslade el vehículo robado de otra


entidad federativa”; pues evidentemente en estos dos últimos supuestos la
conducta que se estaría sancionado sería la del ingreso de un vehículo robado, sin
embargo la conducta y la naturaleza de la hipótesis contemplada en la fracción IV
del artículo 292 del Código Penal del Estado de México, es sancionar la salida de un
vehículo robado del Estado de México, más no se establece que se sancione el
ingreso de un vehículo robado.

De ahí la necesidad de que, tanto el tanto el a quo como el ad quem, debieron


haber realizado una interpretación conforme a derechos humanos de la hipótesis
antes enunciada, esto bajo el principio in dubio pro reo a favor del suscrito. Lo cual,
no aconteció violentando con ello mi derecho fundamental establecido en el
artículo 1° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, siendo
esto así ya que el Tribunal de Alzada resolutor, considera como argumento toral
que la hipótesis del artículo 292 en su fracción IV (del código penal del Estado de
México) no precisa una entidad de origen y una entidad de destino, considerando
que basta con que exista un traslado de una entidad a otra, y que termina
considerando que de no ser esto así: llevaría al absurdo de concluir que ingresar a
la entidad federativa del Estado de México vehículos robados, no sería delito. Por
lo que, el Tribunal de Alzada al observar que dicha hipótesis no contempla una
entidad de origen y una de destino, tenía que realizar una interpretación de la
norma, es decir, realizar una interpretación conforme a derechos humanos bajo en
principio in dubio pro reo, y no solo limitarse a decir que no se establecía entidad
de origen y entidad de destino. Ya que, como se viene argumentando y
considerando, de dicha hipótesis se puede advertir que lo que castiga es la salida
de un vehículo robado de la entidad del Estado de México (pues el legislador del
Estado de México crea la norma en el mismo Estado de México, para un ámbito de
aplicación territorial dentro de su mismo Estado, es decir: sancionar la conducta de

que un vehículo robado se traslade a diversa entidad federativa), y no


precisamente el ingreso de un vehículo robado al Estado de México. DE AHÍ LA
NECESIDAD DE REALIZAR UNA INTERPRETACIÓN DE LA NORMA
CONFORME A DERECHOS HUMANOS BAJO EL PRINCIPIO IN DUBIO PRO
REO QUE LE ASISTE AL DE LA VOZ.
Pues de ser correcta la apreciación y el argumento del Tribunal de Alzada, sí
llegaríamos al absurdo de que entonces la legislación penal del Estado de México
pueda sancionar el traslado de un vehículo robado del Estado de Hidalgo al Estado
de Querétaro, al no establecer una entidad de origen y una de destino. Lo cual sí
resulta meramente violatorio del ámbito de aplicación espacial territorial de la Ley.
Con lo que resulta evidente que el Tribunal de Alzada en ningún momento realizó
interpretación de la norma.

SEXTO. Apoyando mi anterior argumento en la tesis de KATE EB


SWARTLEY, denominada “LAS PREPOSICIONES A, DE, EN, PARA Y POR:
SUGERENCIAS PARA LA ENSEÑANZA”, ya que en sus páginas 35 y 36, nos
establece cuál es la diferencia de las preposiciones “a” y “de”; y en las que se
establece a la letra dice:

“También es posible utilizar preposiciones para señalar el espacio entre dos puntos,
utilizando un verbo de ubicación, la preposición a y finalmente un sustantivo de
unidad de espacio, como ´millas´ o kilómetros´. Así: ´Mi hermano vive a dos millas de
aquí´. Una estructura muy semejante es utilizada para medir la velocidad del
movimiento. Empieza con a, 36 seguida por el número cardinal, luego la preposición
por y un sustantivo de unidad de tiempo, como ´minuto´ u ´hora´, como ´Maneja a
100 kilómetros por hora´. (Cerrolaza Gili, 2005).

Para terminar esta sección, es adecuado aludir a la preposición opuesta de a. Si la

preposición “a”, con la cual se empezó esta sección, indica movimiento hacia un
punto, como ´Ve a la tienda´, la preposición “de” señala el origen de un
movimiento, es decir, el punto desde el cual empieza el movimiento, como
´Vengo de Guadalajara´. Por supuesto, es necesario emplear un verbo de
movimiento, luego la preposición, y después un sustantivo que hace referencia a un
lugar o un pronombre demostrativo (Cerrolaza Gili, 2005). 1

1. https://etd.ohiolink.edu/apexprod/rws_etd/send_file/send?
accession=bgsu1213981670&disposition=inline

Y en este caso en concreto es menester enunciar que la preposición “DE” nos


estaría señalando el origen de un movimiento, que, en este caso sería el lugar de
origen el Estado de Hidalgo, y el lugar de destino es el Estado de México. Y que es
evidente que con la prueba desahogada sí se pudiera actualizar y se acreditaría
plenamente que el vehículo robado se trasladó DE otra entidad federativa. Sin
embargo, la preposición enunciada en la hipótesis con la cual se les condenó a mis
representados es la de “A”, y que acorde a lo manifestado, se reitera que lo que
castiga es el TRASLADO y no el INGRESO.

Por lo que una vez analizada la naturaleza de dicha hipótesis IV contemplada en el


artículo 292 del código penal del Estado de México, es muy claro que la conducta

que castiga es aquella en la que se realiza un traslado de un vehículo robado A otra


entidad federativa. Razón por la cual, el suscrito considera que no quedó
plenamente acreditada la clasificación jurídica por la cual acusó el agente del
ministerio público, al no acreditarse que efectivamente el suscrito haya

trasladado un vehículo robado del Estado de México a otra entidad federativa.

SÉPTIMO. Ahora bien, la responsable inaplicó adecuadamente el artículo


292, fracción IV del Código Penal para el Estado de México; contraviene los
principios de exacta aplicación de la ley y el principio “mullen crimen sine lege”,
consagrados en el artículo 14 de nuestra Carta Magna; esto en razón de que los
supuestos de este ilícito son diversos al del robo básico, pues en éste último el
objeto material es un bien ajeno y en el equiparado es el vehículo o vehículos
robados, en su conducta de “trasladar”, por lo que se le pretende sancionar por una
conducta que no se materializó, afirmando que el hacer acreditado en la causa
penal del que emanan los actos reclamados por parte del quejoso no constituye un
delito que se encuentra regulado por una ley aplicable al caso, por lo que se afirma
las responsables en los actos de estas reclamados realizan una interpretación
analógica prohibida por el artículo constitucional mencionado.

Se Sostiene que el artículo 292 del Código Penal para el Estado de México, en sus
hipótesis que sirvieron de fundamento para tener por acreditado el cuerpo del
delito de ROBO EQUIPARADO por el cual fue sentenciado el quejoso resulta
inaplicable, pues este no regula efectivamente la conducta desplegada por el
quejoso y que dicha conducta se actualice como delito, pues los supuestos del
ilícito equiparado son diversos al robo, en razón de que en el básico el objeto
material es un bien ajeno y en el equiparado es el vehículo o vehículos robados, en
sus respectivas conductas entre ellas “trasladar”; por tanto, se le sentencia
ilegalmente al tener por acreditado el cuerpo de un delito de una conducta, que no
se encuentra regulada por una ley aplicable al caso concreto, por lo que la Sala
responsable, realizó una interpretación analógica para tener por acreditado el
delito de ROBO EQUIPARADO, lo cual está prohibido por el artículo 14
constitucional, por lo que dicha determinación viola los derechos fundamentales,
por lo que debe concederse el amparo y protección de la justicia federal en el
sentido de que no se acreditan los elementos constitutivos del delito atribuido y
como consecuencia de ello dictarse sentencia absolutoria.

Lo anterior, ya que los artículos 14 y 16 de la Constitución Política Mexicana,


consagran el principio de legalidad, al ordenar que todo acto de molestia y de
privación a derechos de los gobernados, para ser válido constitucionalmente y
lícito en sus efectos, requiere estar en ley como atribución del órgano del Estado y
obligación del particular. En materia penal, el principio de legalidad es más
preciso; el artículo 14 de la Constitución, párrafo tercero, señala que la ley es el
único instrumento que puede facultar actos de afectación, al prohibir la
interpretación de la ley por analogía o por mayoría de razón; el mencionado
principio, crea las esferas jurídicas que son propias de gobernantes y de
gobernados.

El artículo 287 del Código Penal para el Estado de México abrogado, establece:

“Artículo 287. Comete el delito de robo, el que se apodera de un bien ajeno


mueble, sin derecho y sin consentimiento de la persona que pueda disponer de él,
conforme a ley.

El robo estará consumado desde el momento en que el ladrón tiene en su poder el


bien, aun cuando después lo abandone o lo desapoderen de él.

(…)”.

El artículo 292, párrafo primero, fracción IV del mencionado ordenamiento legal


establece:

“Artículo 292.- Se equipará al delito de robo y sancionará en los siguientes términos,


al que sabiendo de su procedencia ilícita:

(…)
IV. Traslade el o los vehículos robados a otra entidad federativa o al extranjero;

(…)”.

De lo dispuesto en los artículos mencionados, se desprende que el legislador


estableció dos delitos distintos, con características y elementos propios y diversos
entre sí, es decir, con independencia y autonomía en cuanto a su existencia, de
manera que el delito de robo genérico o principal previsto en el artículo 287 del
Código Penal para el Estado de México, abrogado difiere del equiparado contenido
en el artículo 292, fracción IV, del propio código, ya que para que se actualice este
último se requiere que alguien traslade el o los vehículos robados a otra entidad
federativa o al extranjero, a sabiendas de su procedencia ilícita; cosa que en el caso
concreto no se actualiza pues el ministerio público no acredito primeramente que
el quejoso sabía que el vehículo que manejaba al momento de su detención era
robado y tampoco que se trasladaba a otra entidad federativa, pues quedo
debidamente acreditado el lugar por el que transitaba cuando fue intervenido por
los policías que lo aseguraron y ya no se diga al extranjero, pues el verbo rector del
delito inadecuadamente aplicado en la sentencia que se recurre señala
puntualmente “Traslade el o los vehículos robados a otra entidad federativa o al
extranjero;”, afirmándose que al corresponder la carga de la prueba al órgano de
acusación, este no acredito de forma alguna ese “traslado” para que se actualice la
aplicación del precepto inadecuada e ilegalmente aplicado en la sentencia que se
recurre en esta instancia constitucional. Por tanto, en atención a lo establecido en
el párrafo tercero del artículo 14 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, en cuanto a que en los juicios del orden criminal queda prohibido
imponer por simple analogía, y aun por mayoría de razón, pena alguna que no esté
decretada por una ley exactamente aplicable al delito de que se trata, debe
estimarse en el caso concreto que el delito de robo equiparado, previsto en el
artículo 292, fracción IV, del ordenamiento legal en cita no se acredita de ninguna
manera pues lo acreditado según sucedió en el mundo factico respecto de la
conducta desplegada por el quejosos dista en gran medida de la descripción legal
de referencia, por ello se afirma que en la sentencia recurrida las responsables
varían sin fundamento y sin razón los elementos para su integración del delito
atribuido y a fin de dictar la sentencia combatida; De lo anterior, se observa y
afirma que la sentencia dictada en contra del quejoso, fue de manera analógica,
pues la conducta que este desplego no es punible o cuando menos no encuadra en
la atribuida, que quizá pueda encuadrar en otra pero en la atribuida no, pues la ley
de forma clara, definida e inequívoca y en manera clara, considerarse el arábigo
292, fracción IV, del Código Penal para el Estado de México los elementos típicos
del delito ilegalmente. Por ello se insiste que en la resolución recurrida se violan
los artículos 1°, 14, 16, 19, 20 y 21 de la Constitución, pues de las pruebas
desahogadas formalmente en la audiencia que ni de juicio oral no fueron
suficientes para establecer que se acreditaron los elementos del delito que se le
imputa ni la responsabilidad penal del sentenciado, hoy quejosos, ello por las
razones antes expuestas, a lo que me permito afirmar que para que en su caso se
actualizara la hipótesis aplicada ilegalmente por las responsables es que el quejoso
hubiese sido asegurado manejando el vehículo afecto a la causa penal de mérito
fuera de esta entidad federativa y que dicho vehículo en su caso si hubiese sido
robado en este estado, cosa que no sucedió así como se advierte de las resultas del
material probatorio desahogado en juicio oral, pues en todo caso si bien es cierto
que el quejoso fue asegurado en esta entidad federativa a bordo de un vehículo
con reporte de robo, es más que claro que se puede estar en presencia de un delito
pero no por el cual ha sido ilegalmente sentenciado; por ello, contrario a lo
sostenido en la resolución recurrida estamos a más de una aplicación análoga
estamos en presencia de una ausencia de pruebas que acrediten los elementos del
delito atribuido así como de su participación en el traslado que se le atribuye, lo
que trae como consecuencia que caiga la argumentación en la sentencia recurrida
a más de infundada e inmotivada en violaciones de garantías individuales y
derechos humanos del quejoso, pues solo lo que quedó acreditado es el lugar
donde fue asegurado el quejosos manejando un vehículo con reporte de robo ello
en Texcoco de Mora estado de México y dada la notoria ausencia de pruebas
directas que acrediten el traslado del vehículo a otra entidad federativa, es por lo
que se afirma lo anterior, esto es que las responsables en la resolución recurrida
violan la garantía de seguridad jurídica contenida en el artículo 14 constitucional, la
cual establece que en los juicios del orden criminal, queda prohibido imponer por
analogía y aún por mayoría de razón pena alguna que no esté decretada por una
ley exactamente aplicable el delito de que se trata, como en el caso concreto
acontece, pues se afirma que el juez natural y el ad quem abusaron al aplicar
indebidamente la analogía y de la mayoría de razón como se aprecia en la
sentencia recurrida, pues lejos de aplicar tales principios debieron ceñirse al
principio de presunción de inocencia consagrado en nuestra carta magna
establecido el cual es reconocido en el Tratado Internacional de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos y conforme al 133 de la Constitución, su
aplicación es obligatoria y no suplir la deficiente investigación y aporte de pruebas
del órgano de acusación.

A fin de poner de manifiesto lo anterior es menester en primer lugar precisar el


significado, el alcance y el sentido de la garantía de exacta aplicación de la ley en
materia penal.

La citada prerrogativa se encuentra contemplada en el artículo 14, tercer párrafo,


de la Constitución Federal en los términos siguientes:

“ARTÍCULO 14.- (…) En los juicios del orden criminal queda prohibido imponer, por
simple analogía, y aún por mayoría de razón, pena alguna que no esté decretada
por “una ley exactamente aplicable al delito de que se trata. (…)”

De conformidad con el texto reproducido de esa norma constitucional, la citada


garantía consiste en que cualquier pena que se imponga por la comisión de un
delito debe estar incluida en la ley que sea aplicable, y señalarse con precisión la
descripción del tipo penal y la sanción que corresponda estrictamente al delito de
que se trate, a fin de que no sea sancionado el inculpado por razón de semejanzas
legales, por analogía ni por mayoría de razón, como lo confirma la siguiente tesis:

“PENAS. Como el derecho penal es de aplicación estricta, las penas no pueden


aplicarse por analogía ni por mayoría de razón. AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN
3671/2012”

20

Quinta Época, Instancia: Primera Sala, Semanario Judicial de la Federación, Tomo:


XXVIII, Página: 276

Es decir, del texto transcrito se advierte que el principio de legalidad impone bajo
el derecho fundamental de exacta aplicación de la ley en materia penal (legalidad),
la protección del inculpado para que en el juicio penal que se le siga no le sea
impuesta, por analogía o por mayoría de razón, pena que no establezca la ley para
la conducta que se ha cometido.

Este derecho constitucionalmente protegido exige que la materia de la prohibición


contenida en los tipos penales deba ser precisa y no contener ambigüedades; de
tal suerte que se advierta cuál es la conducta sancionable para que el particular no
quede sujeto a la discrecionalidad del juzgador al aplicar la ley.

La exacta aplicación de la ley en materia penal, contenida en el tercer párrafo del


artículo invocado, deriva de los principios mullen crimen sine lege y nulla poena
sine lege, que son aceptados y recogidos en nuestra Carta Magna, al igual que en
el contexto internacional de protección de derechos humanos, con el objeto de dar
seguridad jurídica a los gobernados y evitar arbitrariedades gubernamentales.

Por virtud de dichos principios, cualquier hecho que no esté señalado por la ley
como delito, no podrá tildarse de delictuoso y, por tanto, no es susceptible de
acarrear la imposición de una pena; y, por otra parte, para todo hecho catalogado
como delito, la ley debe prever expresamente la pena que le corresponda.

Este requisito de aplicación exacta de la ley penal se traduce en la tipificación


previa de la conducta o hecho que se reputen como ilícitos y que el señalamiento
de las sanciones, también estén consignados con anterioridad al comportamiento
incriminatorio.

La imposición por analogía de una pena, implica también, la aplicación por


analogía de una norma que contiene una determinada sanción penal, a un caso
que no está expresamente castigado por ésta. Esta imposición y aplicación por
analogía, es la que proscribe el derecho fundamental de exacta aplicación de la ley
penal, ya que la pena que se pretendiera imponer al hecho no penado en la ley, no
tendría una existencia legal previa, violándose con ello el principio nullum poena,
nullum delictum sine lege.

Asimismo, cabe señalar que el significado y el alcance de dicha garantía no se


limita a constreñir a la autoridad jurisdiccional a que se abstenga de imponer por
simple analogía o por mayoría de razón pena alguna que no esté decretada por
una ley exactamente aplicable al hecho delictivo de que se trata, según se detalla a
continuación:

La garantía de referencia va más allá, pues también obliga a la autoridad legislativa


a emitir normas claras en las que se precise la conducta reprochable y la
consecuencia jurídica de la comisión de un ilícito penal, a fin de que la pena se
aplique con estricta objetividad y justicia; que no se desvíe ese fin con una
actuación arbitraria del juzgador, ni se cause un estado de incertidumbre jurídica al
gobernado a quien se le aplique la norma, con el desconocimiento de la conducta
que constituya el ilícito penal, así como de la duración mínima y máxima de
determinada sanción, por falta de disposición legal expresa.

Es decir, la garantía constitucional de exacta aplicación de la ley en materia penal,


se traduce en la prohibición de la imposición de penas por analogía o por mayoría
de razón, tal y como lo prescribe el párrafo tercero del artículo 14 de nuestra Carta
Magna.

Por consiguiente, el requisito de aplicación exacta de la ley penal se actualiza en la


tipificación previa de la conducta o hecho que se reputen como ilícitos y que el
señalamiento de las sanciones también esté consignado al comportamiento
incriminatorio.

Por lo tanto, el precepto constitucional antes precisado al referirse a la analogía, la


misma se sustenta en la razón de que cuando la ley quiere castigar una conducta
concreta la describe en su texto, por ende, los casos ausentes no lo están, no sólo
porque no se hayan previsto como delitos, sino que se supone que la ley no quiere
sancionarlos.

En consecuencia, la analogía consiste en la decisión de un caso penal no contenido


por la ley, apoyándose en el espíritu latente de ésta y en la semejanza del caso
planteado con otro que la ley ha definido en su texto. En la analogía se aplica a un
caso concreto una regla que disciplina un caso semejante.

Efectivamente, el procedimiento analógico trata de determinar una voluntad


inexistente en la ley y que el legislador, si hubiere podido tener en cuenta la
situación que el Juez debe juzgar, lo hubiere manifestado en la ley.

Igualmente, es conveniente precisar que el principio de legalidad en materia penal,


no sólo obliga al legislador a declarar que un hecho es delictivo, sino también a
describir con claridad y precisión el hecho o la conducta que se considera ilícito
penal; esta descripción no es otra cosa que el tipo penal, el cual debe estar
claramente formulado. Lo anterior es así, porque la máxima “nullum crimen sine
lege” comprende necesariamente la preconcepción de las figuras típicas, ya que no
puede ser respetado si previamente no existe una delimitación del contenido,
esencia, alcance y límites de los tipos penales.
Las figuras típicas positivizadas son las que delimitan los hechos punibles, razón
por la que, en las descripciones del injusto que acotan y recogen, el legislador debe
armonizar la seguridad jurídica y la tutela de los intereses vitales que hacen posible
la justicia y la paz social, para lo cual puede integrar aquéllas con elementos
externos, subjetivos y normativos inherentes a las conductas antijurídicas; que de
realizarse funden los juicios de reproche sobre sus autores y la imposición de
penas, previa y especialmente establecidas, por tanto, el tipo penal es un
instrumento legal necesario que es de naturaleza predominantemente descriptiva,
cuya función es la individualización de conductas humanas penalmente
sancionables.

Lo anterior encuentra apoyo en la tesis del Pleno de este Alto Tribunal, que es del
texto literal siguiente:

“EXACTA APLICACIÓN DE LA LEY EN MATERIA PENAL, GARANTÍA DE. SU


CONTENIDO Y ALCANCE ABARCA TAMBIÉN A LA LEY MISMA. La interpretación
del tercer párrafo del artículo 14 constitucional, que prevé como garantía la exacta
aplicación de la ley en materia penal, no se circunscribe a los meros actos de
aplicación, sino que abarca también a la propia ley que se aplica, la que debe estar
redactada de tal forma, que los términos mediante los cuales especifique los
elementos respectivos sean claros, precisos y exactos. La autoridad legislativa no
puede sustraerse al deber de consignar en las leyes penales que expida,
expresiones y conceptos claros, precisos y exactos, al prever las penas y describir
las conductas que señalen como típicas, incluyendo todos sus elementos,
características, condiciones, términos y plazos, cuando ello sea necesario para
evitar confusiones en su aplicación o demérito en la defensa del procesado. Por
tanto, la ley que carezca de tales requisitos de certeza, resulta violatoria de la
garantía indicada prevista AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3671/2012”

Así, el artículo 292, párrafo primero, fracción IV del mencionado ordenamiento


legal, abrogado, que al caso interesa, establecía:

‘Artículo 292.- Se equipará al delito de robo y sancionará en los siguientes


términos, al que sabiendo de su procedencia ilícita:

(…)

IV. Traslade el o los vehículos robados a otra entidad federativa o al extranjero;


(…)

En estos casos, se impondrá de cinco a veinte años de prisión y de uno a tres veces
el valor del vehículo robado.

(…)’.

De la transcripción anterior, se obtiene que el tipo penal previsto en la fracción IV


del artículo citado contiene los elementos que integran el delito en análisis y que a
saber son los siguientes:

a) la existencia del elemento objetivo consistente en la realización de una acción


con la que cualquier persona (el tipo penal no requiere una calidad específica del
sujeto activo);

b) a sabiendas, es decir, que tenga conocimiento específico sobre la procedencia


ilícita (elemento subjetivo específico);

c) que traslade (verbo rector del tipo o conducta que se prohíbe);

d) el vehículo o vehículos (objeto material del delito);

e) robados, se refiere a una característica específica que debe tener el vehículo en


cuestión (elemento normativo);

f) a otra entidad federativa o al extranjero (modalidades del objeto


material);

g) la lesión al bien jurídico protegido es el patrimonio de las personas;

h) el contenido doloso de la conducta (este delito no admite la forma de comisión


culposa); y

i) establece una penalidad específica que consiste de cinco a veinte años de prisión
y de uno a tres veces el valor del vehículo robado.

Con apoyo en el desglose de los anteriores elementos, se está en posibilidad de


establecer que el delito que se denomina robo equiparado, en su hipótesis prevista
en la fracción IV, del artículo 292 del Código Penal para el Estado de México, es
claro y preciso, ya que en el mismo se contienen todos los elementos necesarios
para su acreditación, con lo que se dota de certeza jurídica a los gobernados, en la
medida de que tienen la posibilidad de conocer de manera específica la conducta
que pretendió prohibir el legislador con la creación de dicho tipo penal, o
entendido a contrario sensu, que de realizarse la conducta prohibida en dicha
hipótesis legal, se considerará como delictiva dicha acción, con la consecuente

sanción que le corresponda. Siendo en específico que la conducta en


caso concreto es la del traslado de un vehículo robado a otra
entidad federativa, y no la del ingreso de un vehículo robado a la
entidad federativa del Estado de México.

Pues ya que incluso por semántica, estamos ante dos verbos rectores
completamente diferentes; ya que el trasladar acorde a la Real Academia de la
Lengua Española significa “llevar a alguien o algo de un lugar a otro” (es decir, nos
indica que una cosa sale del lugar de origen y se lleva a un lugar de destino); e
ingresar acorde a la Real Academia de la Lengua Española significa “Espacio por
donde se entra” (es decir, una cosa entra al lugar de destino); resultando acciones
completamente diferentes.

En consecuencia, la descripción del tipo penal que nos ocupa establece, como la
Constitución lo exige que la conducta esté previamente sancionada en la ley, y
como la descripción de la conducta delictiva está en el tipo, ello hace que el
precepto combatido cumpla con el mandato de la norma suprema, esto es, con la
garantía de exacta aplicación de la ley, pues se insiste, se señala con precisión la
descripción del tipo penal y la sanción que corresponde al delito de que se trata, sin
que sea sancionado por razón de semejanzas legales o analogía ni por mayoría de
razón. De ahí que al no haberlo estimado así las responsables no fueron correcta su
conclusión; Pues en el artículo 292, fracción IV, mencionado, contienen todos los
elementos necesarios para su acreditación, pues con certeza se puede conocer
cuál es la conducta que se prohíbe, de ahí se advierte que la desplegada por el
quejoso no es la atribuida. Y que, en este caso, la hipótesis antes enunciada no
establece que se sancione la conducta del ingreso de un vehículo robado a la
entidad federativa del Estado de México.

OCTAVO. Considerando que el Tribunal de Alzada, violenta mi derecho


fundamental a que se me sentencie debidamente fundamentando su resolución,
ya que para dicho tribunal no tomó en consideración el elemento subjetivo del
apoderamiento del delito de robo; ya que es importante analizar de igual manera
cuál es la conducta que origina la hipótesis contemplada en la fracción IV del
artículo 292 del código penal del Estado de México, así como sus elementos
objetivos y subjetivos de la misma. Siendo que esta deviene de lo establecido en el
artículo 287 del mismo ordenamiento legal y que a la letra dice:

“Comete el delito de robo, el que se apodera de un bien ajeno mueble, sin


derecho y sin consentimiento de la persona que pueda disponer de él,
conforme a la ley.

El robo estará consumado desde el momento en que el ladrón tiene en su


poder el bien, aun cuando después lo abandone o lo desapoderen de él.”

Bajo ese tenor de ideas, luego entonces tenemos que el elemento principal del
ilícito de robo es el apoderamiento, cuyo significado de acuerdo al diccionario de la
Real Academia de la Lengua Española, significa: “Hacerse dueño de algo, ocuparlo,

ponerlo bajo su poder.” De ahí entonces que el elemento subjetivo


del tipo penal de robo es el de disponer de un bien mueble ajeno .
Por lo que es importante cuestionar si el traslado del vehículo robado (por el cual
fue condenado) forma parte del elemento subjetivo de apoderamiento del tipo
penal de robo o si es una conducta diversa, pues estamos bajo la hipótesis de que
sin conceder, como activos del delito nos apoderamos del vehículo (en entidad
federativa diversa) fue con la finalidad de disponer de dicho vehículo, y por ello es
importante hacerse la pregunta si dicho traslado es una conducta diversa o
forma parte de la misma disposición que tuviera como activo del delito sobre el
bien mueble desapoderado; resultando más certera la segunda hipótesis, pues
considerar que es el traslado es una conducta diversa se estaría recalificando la
conducta del robo, es decir, se estaría castigando dos veces un mismo hecho, pues
es evidente que en todos los robos se trasladan de un lugar a otro los bienes
muebles materia del ilícito, esto por el ánimo de apoderamiento de los mismos,
y con esto denota la naturaleza del tipo penal de robo, que es disponer (aún con su
traslado) de los bienes muebles desapoderados.
Sirviendo como base la tesis con número de registro digital 191172, que establece:

“ROBO DE VEHÍCULO Y TRASLADO DEL MISMO A OTRA ENTIDAD


FEDERATIVA. NO COEXISTEN AMBOS DELITOS CUANDO DICHAS
CONDUCTAS LAS REALIZA LA MISMA PERSONA.

Si de autos se advierte que el quejoso se apoderó de un vehículo, sin


consentimiento de quien podía darlo y lo trasladó a otra entidad federativa,
donde fue detenido, no puede considerarse que cometió dos delitos
diversos, pues estimarlo así, implicaría recalificar una misma conducta.
Ello, porque el comportamiento posterior que realizó el quejoso, lo llevó a
cabo con motivo del elemento subjetivo específico del delito de robo, pues
es necesario que la conducta la cometa un sujeto diferente de aquel que se
apoderó de dicho vehículo, a sabiendas de que fue objeto de robo, y en el caso,
el quejoso realizó ambas conductas.”

Por lo que en ese tenor de ideas, me violenta mi derecho fundamental el Tribunal


de Alzada, por cuando hace a que no se me castigue dos veces por la misma
conducta; ya que dicho tribunal de alzada insiste en que no se recalifica la
conducta del traslado del vehículo robado y la del robo del vehículo como tal, esto
a pesar de que el hecho materia de acusación también incluía el robo de vehículo y
que en el juicio versó sobre dicho apoderamiento de vehículo y se me señaló como
las personas que se habían apoderado del vehículo y como uno de las personas a
las que se les encontró el vehículo robado en la ciudad de Texcoco; pues como se
enunció en un principio, el apoderamiento de dicho vehículo se dio en la ciudad de
Pachuca de Soto, Estado de Hidalgo, ya que acorde a las constancias de audio y
video de la audiencia de debate, incluso a preguntas que contestó RODRIGO
PÉREZ BARAJAS una vez que se apoderan del citado vehículo, él ya no tienen
disposición de él, pues contesta que él en ningún momento ya no pudo manejarlo;
luego entonces es evidente que el ánimo de apoderamiento se ve reflejado en el
traslado que se hace del vehículo de un lugar a otro, pues como ya se ha
argumentado es mismo hecho y por ende una misma conducta cuando se
materializa el ánimo de apoderamiento y con ello el traslado del vehículo.

Recalcando, que acorde a las consideraciones que realiza el Tribunal de Alzada


deja en posibilidad de que se recalifique la conducta, y se me siga un segundo
proceso penal por el hecho, al momento de que dejan a salvo los derechos de la
parte ofendida para que en su caso dé continuidad en Pachuca de Soto por cuanto
hace al apoderamiento del vehículo robado. Lo cual evidentemente es violatorio
de mi derecho fundamental a no se me juzgue dos veces por el mismo delito,
contemplado en el artículo 23 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos; esto bajo el principio “El non bis in ídem”.

X. SUSPENSIÓN PROVISIONAL Y DEFINITIVA

Solicito que se me conceda la suspensión provisional y en su oportunidad la


definitiva de los actos reclamados, para el efecto de que las cosas se mantengan
en el estado en que se encuentran, hasta que se dicte la resolución
correspondiente en el presente juicio de garantías.

Por lo expuesto y con fundamento además en los artículos 167,168, 169 Y


demás relativos de la Ley de Amparo, a este honorable TRIBUNAL COLEGIADO
DEL _______________________________ CIRCUITO CON SEDE EN
________________, ESTADO DE MÉXICO, atentamente pido se sirva:

PRIMERO. Proveer conforme a derecho.

SEGUNDO. Suplir la deficiencia de los conceptos de violación de esta


demanda, así como los agravios formulados en términos del arto 76 bis de la Ley
de Amparo, en relación con el arto 107, fracción II, de nuestra Carta Magna.

TERCERO. Concederme el amparo y protección de la Justicia Federal.

ATENTAMENTE

FAUSTO NICOLÁS GÓMEZ COLOR

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