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UNIVERSIDAD NACIONAL DE ASUNCIÓN

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS SOCIALES

DERECHO CIVIL

SUCESIONES

TRABAJO PRÁCTICO GRUPAL

TEMA: SUCESIÓN VACANTE

ESTUDIANTES:
 María José Ruffinelli Roa                 C.I. Nº 4.762.773
 Juan José Cristaldo González         C.I. Nº 5.010.903
 María Paz Corvalán Balbuena         C.I. Nº 5.552.038
 Maria Alejandra Sanabria Sanchez C.I. Nº 4.992.242
 Francisco Javier Acosta Orue          C.I. Nº 5.149.522
 Guido Daniel González Segovia      C.I. Nº 6.152.161

UNDÉCIMO SEMESTRE - TURNO NOCHE

ASUNCIÓN - PARAGUAY

2023
INTRODUCCIÓN

La figura de la sucesión vacante es un tema de gran importancia en el


ámbito del derecho sucesorio. Se refiere a la situación en la cual una persona
fallece sin dejar herederos conocidos o válidamente designados, lo que genera un
vacío legal respecto a quién debe recibir y administrar sus bienes. Ante esta
situación, se hace necesaria una investigación exhaustiva de las normas que rigen
esta figura, ya que su correcta aplicación es fundamental para asegurar una
adecuada administración de los bienes y garantizar la protección de los derechos
de posibles herederos legítimos.

La investigación de las normas que regulan la sucesión vacante implica


analizar el marco legal vigente en cada jurisdicción, así como los procedimientos y
requisitos establecidos para su declaración y administración. Es crucial tener en
cuenta que las leyes pueden variar de un país a otro, y dentro de un mismo país,
de una región a otra. Además, la legislación puede estar sujeta a cambios y
modificaciones a lo largo del tiempo, por lo que es fundamental examinar las
versiones más actualizadas y consultar la jurisprudencia relevante.

En este trabajo, se llevará a cabo una investigación exhaustiva sobre las


normas que rigen la figura de la sucesión vacante en un contexto específico,
centrándonos en el análisis de la legislación y jurisprudencia vigentes. Se
explorarán los procedimientos para la declaración de vacancia de la herencia, la
designación de administradores, la búsqueda de posibles herederos y la
distribución de los bienes. Asimismo, se examinarán las posibles implicaciones
legales y consecuencias de una sucesión vacante, tanto para los herederos como
para el Estado u otras entidades públicas designadas como beneficiarias.

En resumen, este trabajo de investigación tiene como objetivo profundizar


en las normas que rigen la figura de la sucesión vacante, entendiendo su
importancia en el ámbito del derecho sucesorio. A través del análisis de la
legislación y jurisprudencia relevante, se buscará comprender los procedimientos y
requisitos para la administración de las sucesiones vacantes, así como las
posibles implicaciones legales de esta situación. La investigación proporcionará
una base sólida para el desarrollo de mejores prácticas y posibles propuestas de
mejora en el manejo de las sucesiones vacantes, promoviendo una aplicación
justa y eficiente de las normas correspondientes.
DESARROLLO

La sucesión vacante significa que una sucesión se encuentra “vacía”. Esta


expresión sucesión vacante alude a que la sucesión se encuentra vacía de
herederos con derecho a la transmisión hereditaria que se vio ocasionada por la
muerte de una persona.

En el caso de que una persona fallezca y no tenga herederos, es decir,


ascendientes, descendientes y colaterales con vocación hereditaria o que, aunque
existan herederos estos no se presentan a la sucesión. Cabe destacar que puede
darse el caso de que estos herederos no tengan interés en la sucesión. Entonces,
vemos que se da el caso de la sucesión vacante cuando, ante el fallecimiento de
una persona, es decir el causante, ninguna persona con vocación hereditaria se
presenta a reclamar los derechos hereditarios. 

Esta vacancia, o vacío de herederos, ya sea por vocación legítima o


testamentaria, se da ante la inexistencia real de herederos que tengan vocación
hereditaria, o que en la sucesión se hayan presentado herederos y éstos hayan
renunciado a la herencia o hayan sido declarados indignos una vez abierto el
juicio. 

Dentro del juicio sucesorio declarado vacante existen dos etapas; la primera
etapa es la reputación de vacancia y es cuando una persona que tiene efectivo
interés en el juicio, lo abrió, ya sea porque es acreedor, cesionario o quiere el
reconocimiento de algún derecho y para eso necesita plantear una demanda
contra la sucesión. El requisito para plantear una demanda contra la sucesión, es
que esta sucesión tenga un representante y, al declararse vacante la sucesión,
esta no tiene ningún representante. 

Ante esta situación, y tratándose de un interés patrimonial en dicho juicio,


previa verificación del juez y vista del fiscal, el juzgado reputa la sucesión como
vacante y ante esta reputación de vacancia, se debe designar al Procurador del
General de la República como curador de los bienes de esa sucesión. El
Procurador General de la República es el encargado de ejercer la representación
del Estado ante los órganos jurisdiccionales en los casos en que exista un interés
patrimonial.

En una sucesión vacante en donde existan bienes, al no presentarse


herederos, los bienes existentes pasan a dominio del Estado, por ello, el curador
debe ser el curador del Estado, que según la constitución nacional debe ser el
Procurador General de la República. Ahora bien, notando que según el C.C. El
curador de la sucesión debe ser el fiscal en lo civil, pero esta norma del C.C. es
anterior a la Constitución Nacional (1992), que prevalece sobre cualquier ley de
menor jerarquía. Por lo tanto, en los casos en los que existan bienes dentro de la
sucesión, es mandatorio nombrar al Procurador General de la República como
curador de la misma. 

La función del curador dentro del juicio de sucesión es la de administrar los


bienes del causante, es decir, conservar los bienes y realizar las diligencias
correspondientes para la conservación de los mismos. Cuando el curador realiza
actos de conservación de los bienes no es necesaria la autorización del juez, en
cambio, los actos de disposición se deben realizar solamente con el
consentimiento del juez de la sucesión en todos los casos. 

Una vez realizadas todas las diligencias tendientes a los pagos de los
créditos y los demás juicios que refieren a la sucesión, se presenta el Procurador
ante el juez a realizar la manifestación y solicitar la segunda etapa de la sucesión,
que es la declaración de vacancia. En esta segunda etapa el juez ordena realizar
el control de los bienes denunciados, las deudas y cargas de la sucesión, el
excedente pasa al dominio privado del Estado. Estos bienes se adjudican al
Ministerio de Hacienda, órgano administrador del patrimonio del Estado.

En Argentina, la declaración de vacancia de una sucesión se realiza a través


de un proceso judicial. A continuación, se describen los pasos generales: 
1. Solicitud: Cualquier interesado, incluyendo herederos, legatarios,
acreedores o el Ministerio Público, puede presentar una solicitud ante el
juez competente solicitando la declaración de vacancia de la sucesión. Esta
solicitud debe estar respaldada por pruebas y fundamentos que demuestren
la ausencia de herederos o legatarios.

2. Proceso judicial: El juez analiza la solicitud y evalúa la evidencia


presentada. Puede requerir la realización de diligencias probatorias, como
la búsqueda de herederos o la verificación de la inexistencia de legatarios.
También puede solicitar informes de organismos estatales, como el
Registro Nacional de las Personas, para obtener información sobre posibles
herederos.

3. Designación de un curador: Si el juez considera que no existen herederos o


legatarios, procede a designar un curador de la sucesión vacante. El
curador será responsable de administrar y liquidar los bienes de la
herencia.

4. Liquidación de bienes: El curador tiene la tarea de realizar un inventario


detallado de los bienes de la sucesión, pagar las deudas y gastos
pendientes y realizar la liquidación de los activos restantes.

5. Publicación de edictos: Con el fin de notificar a posibles herederos


desconocidos, se publican edictos en diarios de circulación local y en el
Boletín Oficial, informando sobre la declaración de vacancia de la sucesión.
Esto permite que cualquier persona que se considere con derechos
hereditarios pueda presentarse en el proceso.

6. Resolución judicial: Una vez finalizada la liquidación de los bienes y vencido


el plazo establecido en los edictos sin que aparezcan herederos, el juez
dicta una resolución declarando la vacancia de la sucesión.

7. Destino de los bienes: Los bienes de la sucesión vacante pasan al Estado


argentino y se consideran "bienes vacantes". Estos bienes son
administrados por la Dirección Nacional de Bienes del Estado, que decide
su destino, ya sea para obras de bien público, para el sostenimiento del
culto o para otros fines establecidos por la legislación correspondiente.

Es importante tener en cuenta que estos pasos son una descripción general
y que el proceso puede variar dependiendo de la jurisdicción y las circunstancias
específicas de cada caso.

En Paraguay, el Juicio de Sucesión Vacante se divide en dos periodos:  

En el primero se reputa vacante la sucesión; en el segundo se la declara


vacante. Una sucesión se reputa vacante cuando no existen herederos aceptantes
o cuando el causante no ha distribuido la totalidad de los bienes mediante
legados. La reputación de vacancia implica que la herencia queda sin un sucesor
determinado y los bienes correspondientes quedan sin dueño legal.

El proceso para declarar una sucesión vacante involucra los siguientes


pasos:

1. Inicio del proceso sucesorio: Cualquier persona interesada o el Ministerio


Público puede presentar una solicitud ante el juez competente (del último
domicilio del causante) a fin de que inicie el proceso sucesorio, se localice a
los herederos o en su defecto se declare la vacancia de la sucesión.

2. Designación de un curador de los bienes: Una vez que se declara la


vacancia, el juez designa a un curador de los bienes. El curador será el
encargado de administrar y representar los bienes de la sucesión vacante.

3. Inventario de los bienes: El curador realiza un inventario detallado de los


bienes que componen la sucesión vacante. Este inventario debe ser preciso
y completo, y debe incluir una descripción de los bienes y su valor
estimado.

4. Liquidación de deudas y legados: El curador tiene la obligación de pagar las


deudas pendientes de la sucesión vacante y cumplir con los legados
establecidos por el causante. Para esto, debe solicitar autorización judicial y
seguir las disposiciones legales correspondientes.

5. Registro de la declaración de vacancia: El juez emite una resolución


declarando la vacancia de la sucesión, la cual debe ser inscrita en los
registros correspondientes. Esta inscripción tiene por finalidad dar
publicidad y efectos legales a la declaración de vacancia.

6. Entrega de los bienes al Estado: Una vez que se ha realizado la liquidación


de deudas y legados, y se ha rendido cuentas al juez, se procede a la
entrega de los bienes al Estado paraguayo, que es el beneficiario de la
sucesión vacante.

En ese sentido, tanto la reputación de vacancia como la declaración de


vacancia de una sucesión, constituyen cosa juzgada formal, por lo que, si aparece
un sucesor una vez resueltas estas etapas dentro del juicio de la sucesión, puede
solicitar al juez la acción de petición de herencia para recuperar los bienes del
poder del Estado.

Podemos entender a la reputación de sucesión vacante, como la situación


legal en la que un individuo fallece sin dejar herederos legales o testamentarios
para recibir los bienes que en vida le pertenecieron, dejando así sus bienes a la
espera de ser diligenciados por un proceso judicial el cual determina finalmente
que ocurrirá con los mismos. En sí, la reputación de vacante no tiene implicancias
negativas ni positivas, es simplemente una forma de indicar que durante el
momento en el cual se está desarrollando el proceso de la sucesión, no cuenta
con beneficiarios con la capacidad de reclamarla o que los que sí cumplían con los
requisitos para solicitar ser parte de dicha sucesión, han renunciado a sus
derechos hereditarios, dejando así al proceso como vacante y en espera de ser
resuelto según criterio del juzgado pertinente.

Comparación legislativa
Las sucesiones vacantes tanto el Código Civil Paraguayo y el Código Civil y
Comercial Argentino están reguladas en menos de seis artículos, en la Legislación
Argentina lo encontramos en el Libro V Título IX Capítulo 6. Asimismo en la
Legislación Paraguaya las sucesiones vacantes al igual que en el vecino país se
encuentran regidas en el Libro V, Título IV, en ese sentido como encontramos la
reglamentación de las sucesiones vacantes en ambos cuerpos normativos,
realizaremos una comparación y breve estudio de cada uno de los artículos que
regulan la materia.

Observamos que en el artículo 2141 del Código Civil y Comercial Argentino


reglamenta la declaración de vacancia en la sucesión. Dispone que a solicitud de
cualquier interesado o del Ministerio Público, se debe declarar vacante la herencia
cuando no existan herederos aceptantes y el causante no ha distribuido todos los
bienes mediante legados. Al declarar la sucesión vacante, el juez debe designar a
un curador de los bienes. La declaración de sucesión vacante se registra en los
registros correspondientes, por medio de una comunicación judicial.

Anteriormente en el cuerpo normativo dispone "reputación de vacancia" sin


embargo se elimina mencionada frase y se deja establecido: a solicitud de
cualquier interesado o del Ministerio Público, se debe declarar vacante la herencia
cuando no existen herederos aceptantes y el causante no ha distribuido todos los
bienes mediante legados. Al declarar la sucesión vacante, el juez debe designar a
un curador de los bienes (art. 2441 CCyC).

En relación a la Legislación Paraguaya el artículo 2569 del Código Civil


Paraguayo establece: “Cuando después de citados durante el plazo establecido
por las leyes procesales los que se consideren con derecho a una sucesión,
ningún pretendiente se hubiere presentado, o hubieren renunciado todos los
herederos presuntos, la sucesión se reputará vacante, y será designado como
curador el representante del Ministerio Público. El Poder Ejecutivo podrá proponer
otra persona para desempeñar dicho cargo.”
El texto menciona que en el caso de que no existan parientes sucesivos del
causante o herederos testamentarios, o si existen pero no reclaman la herencia,
esta se considera vacante. En esos casos, la herencia pasa a manos del Estado.
Es importante destacar que no es necesario que no haya ningún heredero legítimo
o instituido, sino que basta con que ese heredero existente no reclame o renuncie
a la herencia para que se configure la herencia vacante.

Además, se aclara que el Estado no se convierte en heredero propiamente


dicho, sino que asume la responsabilidad de los bienes dejados por el causante
debido a su dominio eminente sobre todas las cosas sin dueño que se encuentren
en su territorio. En otras palabras, el Estado adquiere los bienes por su condición
de soberanía y no como resultado de una sucesión hereditaria tradicional.

Esto significa que el Estado toma posesión de los bienes que no tienen un titular
legal y se convierte en su administrador, siendo su función principal garantizar la
protección y correcta gestión de esos bienes en beneficio de la sociedad o de los
intereses estatales.

A partir de la vigencia de la Constitución de 1992 en Paraguay, los


Representantes del Ministerio Público transfieren su competencia a la
Procuraduría General de la República. Esto se debe a lo establecido en el artículo
246 de la Constitución Nacional, que establece que es deber y atribución del
Procurador General representar y defender los intereses patrimoniales de la
República, ya sea en el ámbito judicial o extrajudicial.

La Ley 1562 Orgánica del Ministerio Público no aborda el tema en estudio,


es decir, no ofrece detalles específicos sobre cómo se manejan las sucesiones
vacantes en relación a la Procuraduría General de la República.

En resumen, a partir de la Constitución de 1992, la responsabilidad de


representar y defender los intereses patrimoniales de la República en casos de
sucesiones vacantes recae en la Procuraduría General de la República. Sin
embargo, tanto la Procuraduría como la legislación vigente carecen de una
regulación precisa sobre este tema en particular.

En relación a las responsabilidades del curador el artículo 2442 del Código


Civil y Comercial Argentino expresa: “Funciones del curador.El curador debe
recibir los bienes bajo inventario. Debe proceder al pago de las deudas y legados,
previa autorización judicial. A tal efecto, a falta de dinero suficiente en la herencia,
debe hacer tasar los bienes y liquidarlos en la medida necesaria. Debe rendición
de cuentas al Estado o a los Estados que reciben los bienes”

Entonces observamos que el curador designado tiene la obligación de:


recibir los bienes, pagar las deudas y entregar legados, afrontar las cargas de la
sucesión y rendir cuentas.

-  Recibir los bienes:

El curador de la herencia vacante tiene la responsabilidad de recibir los


bienes que componen la herencia, siguiendo un inventario detallado. Esto significa
que debe registrar y documentar todos los activos y propiedades pertenecientes a
la sucesión vacante. Esta función está establecida en el artículo 2341 del Código
Civil y Comercial.

-  Obligación de pagar deudas y entregar legados:

El curador también tiene la obligación de pagar las deudas pendientes de la


sucesión vacante y cumplir con los legados establecidos en el testamento del
causante. Sin embargo, para llevar a cabo estos pagos, el curador debe obtener
previamente la autorización del juez. Este proceso se rige por las disposiciones del
Libro Quinto, Título VII, Capítulo 5 del Código Civil y Comercial, que trata sobre el
pago de deudas y legados. Los artículos 2356 a 2360 del CCyC contienen más
información relevante sobre este tema.

-  Afrontar las cargas de la sucesión:


Si la herencia no cuenta con suficiente dinero para cubrir las obligaciones
económicas de la sucesión, el curador debe realizar una valuación de los bienes y
liquidarlos en la medida necesaria para hacer frente a esas cargas. Esta
disposición es similar a la norma que regula las funciones del administrador de la
sucesión, establecida en el artículo 2353 del Código Civil y Comercial.

En otras palabras, si los activos monetarios disponibles en la herencia no


son suficientes para cubrir las deudas y gastos relacionados con la sucesión, el
curador está autorizado a evaluar y vender los bienes necesarios para cumplir con
esas obligaciones. Esta facultad incluye la realización de acciones conservatorias,
de administración y disposición, en línea con las normas de la administración
judicial de la herencia.

-  Rendición de cuentas:

Como última etapa, el curador debe presentar un informe detallado de las


actividades y transacciones realizadas durante su gestión al Estado que recibirá
los bienes vacantes. En este sentido, se aplican las disposiciones pertinentes
sobre la conclusión de la administración judicial, que se encuentran en los
artículos 2361 y 2362 del Código Civil y Comercial.

En cuanto a la rendición de cuentas, el curador debe presentar el informe


ante el juez de la sucesión, quien actúa como su representante. El Estado receptor
de los bienes tiene la posibilidad de revisar el informe y, a través de su
representante, puede realizar observaciones o impugnaciones si considera que
son pertinentes.

En resumen, el curador de la herencia vacante tiene diversas


responsabilidades legales que deben llevarse a cabo bajo la supervisión y
autorización judicial para garantizar el correcto manejo de la sucesión vacante.

Ahora bien en la Legislación Paraguaya no ostentamos de un artículo donde se


desarrollen las funciones específicas del curador designado, sin embargo en el
artículo 2570 del Código Civil Paraguayo establece que queda sometido a las
normas que rigen para los herederos beneficiarios.

Cuando se designa a un curador para una sucesión o administración de


bienes, su primera tarea es recopilar información y hacer un registro detallado de
los activos y propiedades pertenecientes a esa sucesión. Para llevar a cabo esta
tarea, el curador debe seguir las pautas y regulaciones establecidas en los
artículos 758 y posteriores del Código Procesal Civil, que proporcionan
instrucciones y directrices sobre cómo realizar el inventario de manera adecuada y
precisa.

La norma establece que el curador debe seguir estrictamente las reglas y


obtener la aprobación judicial antes de realizar cualquier transacción financiera o
movimiento de fondos relacionados con la sucesión. Esto se hace para proteger
los derechos de los acreedores y garantizar que los bienes de la herencia sean
administrados de manera adecuada y en beneficio de las partes involucradas.

Es menester traer a colación lo establecido en el artículo 2171 del C.C. que


copiado dice: “Designado el curador, los que después vengan a reclamar
derechos hereditarios recibirán los bienes en el estado en que se encontraren, por
efecto de las operaciones regulares de aquél.”

Esto implica que si alguien se presenta más tarde y alega tener derechos
sobre la herencia, no recibirán los bienes en su estado original, sino en el estado
en el que se encuentren después de las acciones y decisiones tomadas por el
curador. El curador tiene la responsabilidad de administrar la herencia, lo cual
puede incluir la liquidación, tasación y distribución de los bienes de acuerdo con
las normas legales correspondientes.

Esta disposición busca evitar posibles perjuicios o desviaciones en la


gestión de la herencia. Al recibir los bienes en el estado en que se encuentren, los
reclamantes posteriores deben aceptar las decisiones y acciones tomadas por el
curador, quien actúa en beneficio de la sucesión y sus interesados, como los
acreedores y el Estado.

En cuanto a la enajenación de los bienes establece el artículo 2572 del


Código Civil Paraguayo “Los bienes serán enajenados sólo en cuanto fuere
necesario para el cumplimiento de las cargas, legados o deudas de la sucesión.
Una vez satisfechos éstos, el juez, de oficio, declarará vacante la sucesión y los
bienes pasarán bajo inventario al dominio del Estado.”

En el proceso de administración de una sucesión, es posible que existan


deudas pendientes que deban ser pagadas, así como legados o disposiciones
específicas que deban cumplirse. Estas obligaciones requieren recursos
económicos para su cumplimiento.

Sin embargo, la venta de los bienes de la sucesión no es automática ni


arbitraria. Solo se realizará cuando sea estrictamente necesario para cubrir las
cargas, legados o deudas de la sucesión. Esto significa que se buscará agotar
otras opciones antes de recurrir a la venta de los bienes, como la utilización de los
activos líquidos o la negociación de acuerdos con los acreedores.

El objetivo principal es preservar los bienes de la sucesión en la medida de


lo posible y utilizarlos de manera adecuada para cumplir con las obligaciones y
disposiciones establecidas por el fallecido. La venta de los bienes solo se llevará a
cabo cuando sea la única opción viable para garantizar el cumplimiento de dichas
obligaciones.

La liquidación de una herencia implica la evaluación, administración y


distribución de los bienes pertenecientes al fallecido. Durante este proceso, se
determina cómo se repartirán los activos y se pagan las deudas y obligaciones
pendientes.

Una vez que se haya realizado la liquidación y se hayan cumplido todas las
formalidades legales, el juez debe emitir una orden para que los bienes de la
herencia sean entregados al Estado. Esta entrega implica transferir la propiedad
de los bienes al Estado, convirtiéndose en el titular legal de los mismos.

El último artículo que regula las sucesiones vacantes en la normativa


Argentina es el artículo 2443 del Código Civil y Comercial que dispone:
“Conclusión de la liquidación. Concluida la liquidación, el juez debe mandar
entregar los bienes al Estado que corresponde.Quien reclama posteriormente
derechos hereditarios debe promover la petición de herencia. En tal caso, debe
tomar los bienes en la situación en que se encuentran, y se considera al Estado
como poseedor de buena fe”. 

Después de que se aprueba la rendición de cuentas, el juez tiene la


responsabilidad de ordenar la entrega de los bienes al Estado correspondiente. La
norma establece que aquel que reclama derechos hereditarios posteriormente
debe iniciar una acción legal de petición de herencia (artículo 2310 CCyC). En
este caso, debe recibir los bienes en el estado en que se encuentren, y se
considera que el Estado actúa como poseedor de buena fe.

Cuando una persona se presenta alegando derechos hereditarios y


presenta una demanda de petición de herencia, se aplican las consecuencias y
efectos del poseedor de buena o mala fe, según corresponda, de acuerdo con los
artículos 2313 y 1918 del CCyC y siguientes.

Anteriormente, la doctrina y la jurisprudencia no habían llegado a un


consenso sobre la procedencia de la acción de petición de herencia contra el
Estado, ya que este último no adquiere los bienes como heredero, sino como
resultado de su poder eminente (soberanía). Se sostenía que la acción de petición
de herencia es una acción típicamente sucesoria que tiene como objetivos
principales el reconocimiento de la calidad de heredero del demandante y, en
consecuencia, la entrega de los bienes hereditarios correspondientes a través de
su vocación hereditaria, que puede ser excluyente o concurrente con la de otros
demandados.
Desde esta perspectiva, se argumenta que el Estado no era un poseedor
"pro herede", sino "pro possessore", y que serían más adecuadas las acciones
reivindicatorias o posesorias en su contra, pero no la acción de petición de
herencia.

Sin embargo, en el CCyC, el artículo 2443 toma una decisión que pretende
superar este debate. Establece que aquel que reclama derechos hereditarios
después de la liquidación y entrega de los bienes al Estado debe iniciar una acción
de petición de herencia contra el Estado, que siempre se considera como
poseedor de buena fe según la regulación.

Por último en el artículo 2573 del Código Civil Paraguayo expresa: “Si
posteriormente se presentare alguna persona a reclamar la sucesión declarada
vacante, se procederá como en el caso de petición de herencia contra un
heredero aparente de buena fe.”

Cuando se declara una sucesión como vacante, significa que no hay


herederos legítimos o que los existentes no se presentaron a reclamar sus
derechos hereditarios. Sin embargo, en ocasiones puede ocurrir que más adelante
aparezca alguien que afirme tener derechos sobre esa sucesión.

En ese caso, se establece que se aplicará el mismo procedimiento que se


sigue cuando se presenta una petición de herencia contra un aparente heredero
de buena fe. Esto implica que se abrirá un proceso legal en el cual se evaluará la
validez de los reclamos y se determinará si la persona que se presenta tiene
derechos legítimos sobre la sucesión.

La referencia a un heredero aparente de buena fe implica que se considera


que la persona que reclama la sucesión lo hace de buena fe, es decir, de manera
honesta y legítima, sin conocimiento de que existen otros herederos o disputas
sobre la propiedad de los bienes. En este caso, se seguirán los pasos legales
correspondientes para resolver la situación y determinar quién tiene derecho a la
sucesión.
Ahora bien, haciendo una comparación con la legislación argentina, vemos
en este estado que, cualquier persona que tenga conocimiento que el dueño de
bienes muebles y/o inmuebles ubicados en territorio de la Provincia de Buenos
Aires ha fallecido sin dejar herederos, puede denunciarlo ante la Fiscalía de
Estado, tanto en La Plata como en las dieciocho delegaciones ubicadas en
distintos puntos del interior de la provincia. Así, y tal como lo establece la Ley 7322
de Herencias Vacantes, tendrá como beneficio el reconocimiento del treinta por
ciento (30%) de los bienes efectivamente ingresados al patrimonio fiscal. Para ello,
la legislación establece los pasos a seguir y documentación requerida.

Referente al destino de los bienes de la sucesión vacante, tenemos la


legislación Argentina que reza cuanto sigue; Código Civil y Comercial Nacional.
Artículo 2648. Herencia vacante. “Si el derecho aplicable a la sucesión, en el caso
de ausencia de herederos, no atribuye la sucesión al Estado del lugar de situación
de los bienes, los bienes relictos ubicados en la Argentina, pasan a ser propiedad
del Estado Argentino, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires o de la provincia
donde estén situados”. Conforme al art. de referencia, vemos una similitud en
nuestra legislación, ya que una vez terminado el juicio de sucesión, el excedente
de la misma pasa al dominio privado del Estado Paraguayo.

Las adaptaciones e implementaciones que la legislación paraguaya podría


considerar para mejorar en cuanto a las sucesiones vacantes, utilizando el Código
Civil argentino como base:

Definición clara de sucesión vacante: Se sugiere que la legislación


paraguaya establezca una definición precisa y detallada de lo que se entiende por
sucesión vacante. Esto implicaría definir los supuestos en los cuales se configura
una sucesión vacante, como por ejemplo, cuando no se presentan herederos
conocidos o cuando los herederos renuncian a la herencia. Una definición clara
permitiría una aplicación más uniforme de la normativa y evitaría interpretaciones
ambiguas.
Procedimiento expedito de declaración de vacancia: La legislación
paraguaya podría establecer un procedimiento ágil y eficiente para la declaración
de la vacancia de una sucesión. Esto implica fijar plazos definidos y breves para
que los interesados puedan presentar los trámites y pruebas necesarias. Un
procedimiento expedito permitiría evitar dilaciones innecesarias y agilizar la
administración de la sucesión, garantizando así una resolución más rápida y
eficiente.

Búsqueda activa de herederos: Paraguay podría implementar


mecanismos para la búsqueda activa de herederos en las sucesiones vacantes.
Esto podría involucrar la colaboración con instituciones como el Registro Civil, que
podrían tener acceso a información relevante para la identificación de posibles
herederos desconocidos. Asimismo, se podrían establecer procedimientos para la
publicación de avisos en medios de comunicación y la utilización de tecnologías,
como bases de datos, para facilitar la localización de herederos.

Nombramiento de administradores especializados: Se sugiere


contemplar el nombramiento de administradores especializados en sucesiones
vacantes. Estos administradores tendrían la responsabilidad de gestionar los
bienes de la sucesión y llevar a cabo las actuaciones necesarias para su
administración y liquidación. Sería importante establecer requisitos específicos
para su designación, como contar con conocimientos y experiencia en derecho
sucesorio y administración de patrimonios, con el fin de asegurar una gestión
eficiente y transparente.

Protección de los derechos de los herederos desconocidos: Paraguay


podría establecer medidas para proteger los derechos de los herederos
desconocidos en las sucesiones vacantes. Esto implicaría fijar plazos razonables
para que los herederos puedan presentarse y reclamar su parte correspondiente
de la herencia, incluso después de la declaración de vacancia. Además, se
podrían establecer mecanismos que garanticen su participación en el proceso y la
distribución justa de los bienes, evitando así posibles perjuicios o exclusiones
injustas.
Gestión eficiente de los bienes: Paraguay podría establecer
disposiciones claras para la gestión eficiente de los bienes en las sucesiones
vacantes. Esto incluiría establecer pautas para la evaluación, custodia,
conservación y, en su caso, venta de los bienes hereditarios. Se podría requerir la
intervención de profesionales especializados, como tasadores y peritos, para
determinar el valor de los activos y garantizar una gestión adecuada de los
mismos. El objetivo sería evitar la depreciación de los bienes y maximizar su valor
para los herederos.

Participación de entidades especializadas: Se podría fomentar la


participación de entidades públicas o privadas especializadas en la administración
de sucesiones vacantes. Estas entidades podrían ofrecer servicios profesionales
en la búsqueda de herederos, gestión de activos y distribución de la herencia.
Contar con la colaboración de expertos en la materia facilita la identificación de
herederos desconocidos, la administración adecuada de los bienes y la
distribución justa de la herencia.

Mecanismos de resolución alternativa de conflictos: Paraguay podría


considerar la implementación de mecanismos de resolución alternativa de
conflictos en las sucesiones vacantes. La mediación y el arbitraje podrían utilizarse
como opciones para resolver disputas o controversias que surjan durante la
administración de la sucesión. Estos mecanismos podrían agilizar la resolución de
conflictos, evitando la prolongación innecesaria de los procedimientos judiciales y
promoviendo acuerdos consensuados entre las partes involucradas.

Registro de sucesiones vacantes: Se podría considerar la creación de un


registro específico de sucesiones vacantes en Paraguay. Este registro
centralizado contendría información relevante sobre las sucesiones vacantes,
como la identidad del causante, los bienes involucrados y el estado del proceso de
administración. Un registro de este tipo facilitaría el seguimiento de las sucesiones
vacantes, permitiría un acceso más rápido a la información y promovería la
colaboración entre las instituciones encargadas de su administración.

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