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El inciso segundo del mismo artículo añade que “En el caso del número 1º, la
Cámara de origen enviará al Tribunal Constitucional el proyecto respectivo dentro de los
cinco días siguientes a aquél en que quede totalmente tramitado por el Congreso.”
El artículo 49, inciso final, y el artículo 50, inciso final, de dicho cuerpo legal se
refieren a los efectos que produce la declaración de inconstitucionalidad de una o más
normas del tratado sometido a este control preventivo de constitucionalidad:
El mismo artículo 93, inciso primero, número 3°, señala como atribución del
Tribunal Constitucional:
“3° Resolver las cuestiones sobre constitucionalidad que se susciten durante la
tramitación de los proyectos de ley o de reforma constitucional y de los tratados sometidos
a la aprobación del Congreso;”
fuente del derecho interno. En otros términos, son auto suficientes y entran a la legislación
nacional cuando el tratado que las contiene se incorpora al derecho vigente. Las segundas,
en cambio, son aquéllas que requieren para su entrada en vigencia de la dictación de leyes,
reglamentos o decretos que las implementen y, en tal evento, las haga aplicables como
fuente del derecho interno. En otras palabras, imponen la obligación al Estado para que, en
uso de sus potestades públicas, sancione la normativa necesaria para que por esa vía se dé
vigencia efectiva.
“Si bien resulta inconstitucional que el Estado, por ley, derogue las disposiciones de
un tratado -pues éste es un acuerdo entre dos Estados, a diferencia de la ley que es la
manifestación de soberanía de un solo Estado-, no lo es la declaración de inaplicabilidad de
un precepto de un tratado internacional, ya que éste sólo produce efectos particulares en la
gestión pendiente concreta en que incide, en la cual el Juez no podrá aplicar dicho precepto.
Marginar de requerimiento esta última opción sí es inconstitucional.” (STC 1288 cc. 55 a
72)
4
“a) se entiende por "tratado" un acuerdo internacional celebrado por escrito entre
Estados y regido por el derecho internacional, ya conste en un instrumento único o en dos o
más instrumentos conexos y cualquiera que sea su denominación particular;
“d) se entiende por "reserva" una declaración unilateral, cualquiera que sea su
enunciado o denominación, hecha por un Estado al firmar, ratificar, aceptar o aprobar un
tratado o al adherirse a él, con objeto de excluir o modificar los efectos jurídicos de ciertas
disposiciones del tratado en su aplicación a ese Estado”.1
1
Aprobada junto con su Anexo, suscritos en Viena el 23 de mayo de 1969, por el decreto ley N° 3633, de
1981, y promulgada mediante decreto supremo N° 381, de Relaciones Exteriores, de 1981.
5
determinado. Así se desprende de la frase “que le presentare”, la que, además, refleja que
no todos los tratados internacionales requieren pronunciamiento del Congreso
.
La exigencia de aprobación del Congreso implica que el tratado ha de ser aprobado
por cada una de las Cámaras, lo que hacen mediante un proyecto de acuerdo, que se somete
a los trámites básicos de un proyecto de ley, en el sentido de que es informado por la
Comisión respectiva y luego conocida por la Sala, en ambos trámites constitucionales. Ello,
porque el proyecto de acuerdo aprobatorio de un tratado, por regla muy general, tiene sólo
dos trámites constitucionales y las indicaciones, así como las observaciones o vetos de que
sea objeto no pueden afectar el texto del respectivo instrumento internacional.
De acuerdo al inciso final del artículo 54, número 1), “en el mismo acuerdo
aprobatorio de un tratado podrá el Congreso autorizar al Presidente de la República a fin de
que, durante la vigencia de aquél, dicte las disposiciones con fuerza de ley que estime
necesarias para su cabal cumplimiento, siendo en tal caso aplicable lo dispuesto en los
incisos segundo y siguientes del artículo 64”.
6
Por último, completa este marco general el inciso quinto del artículo 54, número 1)
de la Constitución, el cual previene que: “Las disposiciones de un tratado sólo podrán ser
derogadas, modificadas o suspendidas en la forma prevista en los propios tratados o de
acuerdo a las normas generales de derecho internacional.”
Las reservas
Los incisos segundo y tercero del artículo 54, número 1), se refieren a ambos casos:
Por otra parte, las reservas a un tratado ya aprobado por el Congreso Nacional
pueden ser retiradas. El inciso octavo del artículo 54 número 1) así lo regula: “El retiro de
una reserva que haya formulado el Presidente de la República y que tuvo en consideración
el Congreso Nacional al momento de aprobar un tratado, requerirá previo acuerdo de éste,
de conformidad a lo establecido en la ley orgánica constitucional respectiva. El Congreso
Nacional deberá pronunciarse dentro del plazo de treinta días contados desde la recepción
del oficio en que se solicita el acuerdo pertinente. Si no se pronunciare dentro de este
término, se tendrá por aprobado el retiro de la reserva.”
La denuncia y el retiro
La Constitución, en el artículo 54, número 1), incisos sexto y séptimo, dispone sobre
el particular:
De acuerdo al artículo 54, número 1), inciso cuarto, de la Constitución, “las medidas
que el Presidente de la República adopte o los acuerdos que celebre para el cumplimiento
de un tratado en vigor no requerirán de nueva aprobación del Congreso, a menos que se
trate de materias propias de ley. No requerirán de aprobación del Congreso los tratados
celebrados por el Presidente de la República en el ejercicio de su potestad reglamentaria.”
Esta disposición contempla dos situaciones diferentes: la primera son las medidas
administrativas relativas a la ejecución de los tratados marco, que no recaigan sobre
materias propias de ley, y la segunda es la suscripción de tratados internacionales que se
celebren en forma simplificada, mediante el solo ejercicio de la potestad reglamentaria
2
En ejercicio de esta atribución, el 18 de abril de 2019, el Presidente de la República informó al Senado y a la
Cámara de Diputados que había decidido denunciar el "Tratado Constitutivo de la Unión de Naciones
Suramericanas", suscrito en Brasilia, República Federativa de Brasil, el 23 de mayo de 2008”. (Boletín del
Senado S 2.061-14).
8
I.- Para la resolución de una materia por las autoridades nacionales: el control
de convencionalidad
Concepto:
El concepto se ha ido construyendo desde 2003, año en que se hicieron las primeras
alusiones en el voto concurrente del juez García Ramírez en el caso Myrna Mack Chang vs.
Guatemala2, y luego comenzó a ocupar un lugar central en las sentencias de la Corte, desde
del fallo Almonacid Arellano y otros vs. Chile, de fecha 26 de septiembre de 2006.
El considerando 124 de ese fallo expresa: "La Corte es consciente que los jueces y
tribunales internos están sujetos al imperio de la ley y, por ello, están obligados a aplicar las
disposiciones vigentes en el ordenamiento jurídico. Pero cuando un Estado ha ratificado un
tratado internacional como la Convención Americana, sus jueces, como parte del aparato
del Estado, también están sometidos a ella, lo que les obliga a velar porque los efectos de
las disposiciones de la Convención no se vean mermados por la aplicación de leyes
contrarias a su objeto y fin, y que desde un inicio carecen de efectos jurídicos. En otras
palabras, el Poder Judicial debe ejercer una especie de control de convencionalidad entre
las normas jurídicas internas que aplican en los casos concretos y la Convención Americana
sobre Derechos Humanos. En esta tarea, el Poder Judicial debe tener en cuenta no
solamente el tratado, sino también la interpretación que del mismo ha hecho la Corte
Interamericana, intérprete última de la Convención Americana."
El año 2010, en el caso “Cabrera García y Montiel Flores vs. México”, incluyó
también entre los sujetos encargados de ejercer el control "a los órganos vinculados
a la administración de justicia en todos los niveles".
Finalmente, en 2011, en el caso “Gelman vs. Uruguay”, la Corte completó la
ampliación del sujeto destinatario expandiéndolo a toda autoridad pública.
En ocasiones, sin embargo, apunta que "no implica que ese control deba ejercerse
siempre, sin considerar otros presupuestos formales y materiales de admisibilidad y
procedencia de ese tipo de acciones." (caso citado “Trabajadores Cesados del
Congreso (Aguado Alfaro y otros) vs. Perú”, de 2006, párrafo 128)
c) Parámetro del control: en la primera etapa, iniciada en 2006 a partir del fallo
Almonacid, los parámetros de control fueron, por una parte, la Convención
Americana sobre Derechos Humanos y, por otra, la interpretación que de esta
efectúa la Corte.
Por otra parte, como se ha mencionado, la Corte ha sostenido desde el comienzo que
también formaría parte del parámetro de control la propia exégesis o interpretación
que ha hecho la propia Corte Interamericana de dichos tratados, en especial de la
Convención Americana.
10
Luego se amplió a las "normas contrarias a su objeto y fin", e incluso a las "normas
o prácticas internas contrarias al objeto y fin del instrumento internacional o del
estándar internacional de protección de los derechos humanos" (Sentencia
“Heliodoro Portugal vs. Panamá”, de 12 de agosto de 2008, párrafo 180)
Discusión doctrinaria:
Opiniones favorables
Además, tendría fundamento en los principios pacta sunt servanda y bona fide, que
en conjunto impedirían a los Estados invocar disposiciones de Derecho interno como razón
para dejar de cumplir dichos compromisos.
Algunas de las conclusiones compartidas por estos autores consisten en: a) entender
la naturaleza del control de convencionalidad como un ejercicio interpretativo; b)
considerar que la regla básica es la interpretación conforme al principio pro homine, al que
se le han atribuido distintos significados; c) rechazar el paradigma de jerarquía como
mecanismo que define la relación entre los ordenamientos interno e internacional; d)
11
valorar que la Constitución no es la norma suprema única, sino que comparte espacio en la
cúspide de la pirámide normativa otras disposiciones, por ejemplo con los tratados
internacionales; e) considerar a las distintas normas del derecho internacional público, del
orden supranacional o del derecho estatal como parte de un ordenamiento jurídico unitario,
y f) atribuir responsabilidad internacional del Estado, como consecuencia del no
acatamiento por un tribunal nacional de la norma internacional.
Opiniones restrictivas
Otros autores, con una perspectiva crítica de la anterior, cuestionan el hecho que la
Corte, por vía meramente jurisprudencial, asigne a los tratados rango supraconstitucional y
atribuya a la jurisprudencia el valor de fuente formal del Derecho, por estimar que ambas
son decisiones que deben adoptar las Constituciones de cada Estado. (Francisco Zúñiga,
Miriam Henríquez, entre otros)
Los autores deducen la aplicación del criterio jerárquico del efecto que la propia
Corte Interamericana, en el caso Almonacid, le otorga al supuesto de contradicción entre la
normativa interna y la normativa interamericana, cuando señala que "desde un inicio la
norma inconvencional carece de efectos jurídicos". Así la norma interna sería inválida por
contradecir a la Convención o a la jurisprudencia interamericana, puesto que la invalidez es
el efecto propio de la aplicación del criterio jerárquico.
Opiniones desfavorables
En una posición disidente más extrema, algunos autores expresan que el control de
convencionalidad no tiene siquiera fuente en la Convención Americana.
Por ejemplo, la profesora Ximena Fuentes señala a propósito del considerando 124
del fallo Almonacid:
"Es imposible no abrir los ojos con sorpresa al leer esta disposición. Una cosa es
que el estado pueda incurrir en responsabilidad internacional por el comportamiento de
12
cualquiera de sus órganos, incluido el poder judicial, pero otra cosa muy distinta es señalar
que los jueces chilenos tienen el deber de declarar tácitamente derogadas las disposiciones
del derecho interno incompatibles con los tratados internacionales ratificados por Chile.
Una decisión de esta naturaleza implica exigir una obligación de que los estados hagan
autoejecutables las cláusulas de los tratados y de que le den el poder al juez de declarar sin
efectos jurídicos las leyes contrarias a los tratados, incluso de oficio, en virtud de su
obligación de ejercer ese llamado "control de convencionalidad". ¿Dónde se encuentra tal
obligación en la Convención Americana? En ninguna parte. ¿Dónde se encuentra esa
obligación en el derecho internacional general? En ninguna parte, por ahora." 3
3
Ximena Fuentes Torrijo. Fuentes Torrijo, X.:"International and Domestic Law: Definitely an Odd Couple",
Revista Jurídica de la Universidad de Puerto Rico (2008), núm. 77, pp. 483-505).
CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS, Caso “La Última Tentación de Cristo”
(Olmedo Bustos y otros) vs. Chile (2001), párrafos 70 y 72.
13
1.1. Uno de ellos es el caso “La Última Tentación de Cristo” (Olmedo Bustos y otros)
vs. Chile, en el que advirtió que el artículo 19 número 12, párrafo final, de la Constitución
establecía la censura previa en la producción cinematográfica, en circunstancias que el
artículo 13.4 de la Convención la permite en el caso de los espectáculos públicos, pero
únicamente con el fin de regular el acceso a ellos, para la protección moral de la infancia y
la adolescencia. 4
El mencionado artículo 19 número 12, párrafo final, decía “La ley establecerá un
sistema de censura para la exhibición y publicidad de la producción cinematográfica y
fijará las normas generales que regirán la expresión pública de otras actividades
artísticas”.
1.2. Otro es el caso de “Norín Catrimán y otros (dirigentes, miembros y activista del
pueblo indígena mapuche) vs. Chile”, en el cual la Corte sostuvo que la sanción de
inhabilidad por el plazo de quince años para ejercer funciones o cargos públicos, sean o no
de elección popular, y desempeñar determinadas actividades que contempla el artículo 9°
de la Constitución Política para los responsables de delitos terroristas, por una parte supone
una restricción indebida al ejercicio del derecho a la libertad de pensamiento y expresión, y
por otra constituye una gravísima afectación de los derechos políticos, ya que afecta el
derecho al sufragio, la participación en la dirección de asuntos públicos y el acceso a las
funciones públicas, incluso con carácter absoluto y perpetuo o por un término fijo y
prolongado (quince años), por lo cual es contraria al principio de proporcionalidad de las
penas. 5
5
CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS: Caso “Norín Catrimán y otros (dirigentes,
miembros y activista del pueblo indígena mapuche) vs. Chile” (2014), párrafos 373, 374, 382 y 383
14
2.1. El primero de ellos fue justamente aquel en el cual la Corte Interamericana sentó
por primera vez su doctrina del control de convencionalidad, “Almonacid Arellano y otros
vs. Chile”, en que sostuvo que el decreto ley N° 2.191, de 1978, sobre amnistía, “carece de
efectos jurídicos”, ya que las leyes de amnistía con esas características conducen a la
indefensión de las víctimas y a la perpetuación de la impunidad de los crímenes de lesa
humanidad, por lo que son manifiestamente incompatibles con la letra y el espíritu de la
Convención Americana. Afirmó que “un Estado viola la Convención Americana cuando
dicta disposiciones que no están en conformidad con las obligaciones dentro de la misma;
el hecho de que esas normas se hayan adoptado de acuerdo con el ordenamiento jurídico
interno o contra él, es indiferente para estos efectos”. 6
2.2. Por otra parte, en el caso antes mencionado “Norín Catrimán y otros
(dirigentes, miembros y activista del pueblo indígena mapuche) vs. Chile”, la Corte
concluyó que la aplicación de la presunción de intención terrorista que contemplaba la ley
N° 18.314, que determina las conductas terroristas y fija su penalidad, antes de la reforma
que se le introdujo el año 2010, vulneró el principio de legalidad y el derecho a la
presunción de inocencia, previstos en los artículos 9 y 8.2 de la Convención Americana,
porque condicionaba la lógica de análisis con la que los tribunales internos se aproximaban
a confirmar en las causas penales la existencia de la intención.7
2.3. En el caso “Omar Humberto Maldonado Vargas y otros vs. Chile”, la Corte
Interamericana estimó que el Estado era responsable por la violación al deber de adoptar
disposiciones de derecho interno contenido en el artículo 2 de la Convención, en relación
con el artículo 25 del mismo instrumento, por la falta de un recurso que sea adecuado y
efectivo para revisar las sentencias de condenas emitidas por los Consejos de Guerra.
Sostuvo que, antes del año 2005, en que se aprobó la reforma constitucional que le
otorgó competencia a la Corte Suprema para conocer de sentencias relacionadas con
decisiones de los Consejos de Guerra, específicamente, el 2 de septiembre de 2002, la Corte
Suprema resolvió el que el recurso era inadmisible por carecer de competencia para ello, y
mantuvo igual conclusión el 9 de diciembre de 2002, al rechazar un recurso de reposición.
6
CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS: Caso “Almonacid Arellano y otros vs. Chile”
(2006), párrafos 119 y 120.
7
Fallo mencionado en nota 5, párrafos 173 y 174.
16
Entre las medidas de reparación, la Corte ordenó “adoptar las medidas legislativas
relacionadas con la tipificación de los delitos de injuria conforme a los parámetros
establecidos en la Sentencia”. El párrafo 175 del fallo, en su parte final, agrega: “En ese
sentido, mientras se adopta la normativa a la que hace referencia el párrafo anterior de la
presente sentencia, es necesario que las interpretaciones referidas a los casos que
involucren querellas por injuria, en aplicación de los artículos 12 numeral 13, 416, 417, 418
y 420 del Código Penal, así como del artículo 29 de la Ley N° 19.733, se adecuen a los
principios establecidos en la jurisprudencia de este Tribunal en materia de libertad de
expresión.”
8
CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS: Caso “Omar Humberto Maldonado Vargas y
otros vs. Chile” (2015), párrafos 126 a 132 y 135 a 142.
17
El profesor José Luis Cea define la potestad reglamentaria como “la facultad que la
Carta Fundamental otorga al Presidente de la República para manifestar su voluntad como
órgano estatal, con alcance general o particular, a fin de regular materias no comprendidas
en el ámbito reservado por la Constitución a la ley, o de ejecutar las disposiciones legales” 9
Añade que “dicha potestad se ejerce, genéricamente, mediante actos administrativos, esto
es, decisiones formales del Primer Mandatario, que constan por escrito, y a través de las
cuales declara su voluntad en las materias que le competen. Pueden ser reglamentos,
decretos supremos propiamente tales, resoluciones o instrucciones.”10
La ley N°19.880, sobre Bases de los Procedimientos Administrativos que rigen las
Actuaciones de la Administración Pública, en su artículo 3°, define el concepto de acto
administrativo y los clasifica, de la siguiente manera:
“Artículo 3º. Concepto de Acto administrativo. Las decisiones escritas que adopte
la Administración se expresarán por medio de actos administrativos.
Para efectos de esta ley se entenderá por acto administrativo las decisiones
formales que emitan los órganos de la Administración del Estado en las cuales se
contienen declaraciones de voluntad, realizadas en el ejercicio de una potestad pública.
Las resoluciones son los actos de análoga naturaleza que dictan las autoridades
administrativas dotadas de poder de decisión.
9
José Luis Cea Egaña. “Derecho Constitucional Chileno”, Tomo III, Ediciones Universidad Católica de
Chile, 2013, página 117.
10
Idem.
18
El decreto supremo, así definido en el inciso cuarto de ese precepto, puede ser un
reglamento o un simple decreto. La diferencia entre ambos radica esencialmente en el
carácter general, permanente y orgánico que caracteriza al reglamento, a diferencia del
simple decreto, que regula situaciones concretas y específicas.
Así lo ha señalado la Excma. Corte Suprema, al declarar que “el acto impugnado en
la especie, vale decir, la Resolución Exenta N° 2.234, no puede ser calificada como un
Reglamento, puesto que si bien corresponde a un acto plural, en cuanto afecta a un grupo de
administrados y no a una persona en particular, no es menos cierto que la misma carece del
carácter impersonal propio de esta clase de actos y, además, no tiene aplicación general ni
permanente, características esenciales del reglamento.”11
De acuerdo al mismo profesor Cea, el reglamento “es una decisión formal y escrita
del Presidente de la República, de jerarquía infralegal, mediante la cual dicta una normativa
general y permanente que regula el funcionamiento de una institución o un conjunto de
materias conexas o relacionadas entre sí”. 12
“Las instrucciones, por último, son órdenes o mandatos escritos del Presidente de la
República, dirigidos a funcionarios de la Administración Estatal, explicándoles las leyes, e
impartiéndoles directivas acerca de su interpretación y aplicación, o del comportamiento
que deben seguir como tales.”13
Los decretos e instrucciones podrán expedirse con la sola firma del Ministro
respectivo, por orden del Presidente de la República, en conformidad a las normas que al
efecto establezca la ley.”
Desde hace años, la doctrina está conteste en este punto. Por ejemplo, el profesor
don Mario Bernaschina enseñaba: “El reglamento, por ser decreto, puede ser modificado
por el Presidente de la República, cuantas veces lo estime necesario o conveniente, como lo
dice la Constitución Política, por medio de otro decreto reglamentario; pero no puede
dictarse un simple decreto o una instrucción contraria al reglamento.”14
11
Sentencia de 17 de mayo de 2016, Rol 4241-2016, apelación protección, considerando 7°
12
Obra citada, página 119.
13
Obra citada, página 120.
19
cuentas del Congreso Nacional, que serán juzgadas de acuerdo con sus reglamentos
internos.” La segunda, en el artículo 51, dispuso que “Los Reglamentos de las Cámaras
podrán establecer que se constituyan también Comisiones Mixtas de igual número de
Diputados y Senadores, en cualquier trámite constitucional para el estudio de proyectos de
ley cuya complejidad o importancia haga necesario un sistema excepcional de discusión o
aprobación” y agregó que “Asimismo, podrán establecerse en dichos Reglamentos normas
en virtud de las cuales la discusión y votación en particular de proyectos ya aprobados en
general por la respectiva Cámara, queden entregadas a sus Comisiones, entendiéndose
aprobados los acuerdos de las mismas por la respectiva Corporación luego de transcurridos
cinco días de la fecha en que se dé cuenta del informe respectivo.”
Se refiere a la aprobación del reglamento que rige a los tres órganos creados para
intervenir en dicha función constituyente, esto es, el Consejo Constitucional, la Comisión
Experta y el Comité Técnico de Admisibilidad.
Estima el profesor Cea que “los autos acordados de los tribunales colegiados
revisten la cualidad de fuentes directas. Así ocurre con la tramitación y fallo de las acciones
y recursos de amparo y protección, o con el procedimiento aplicable a la tramitación de la
acción indemnizatoria por error judicial; o con la regulación del nombramiento, por parte
de la Corte Suprema, de tres Ministros del Tribunal Constitucional. En todas las materias
mencionadas, y muchas otras, la regulación se encuentra en disposiciones de rango
reglamentario. En lo pertinente a su competencia, tanto el Tribunal Constitucional como el
Tribunal Calificador de Elecciones han dictado también importantes regulaciones de esa
naturaleza.” 18
Estima que “la facultad de la Corte Suprema de dictar autos acordados arranca del
artículo 82, inciso primero, respecto a la superintendencia directiva, correccional y
económica sobre todos los Tribunales del país. La referida superintendencia se relaciona,
naturalmente, con la independencia de los tribunales en el cumplimiento de los cometidos
que la misma Constitución les ha asignado, principio que se encuentra recogido en el
artículo 76 de la Carta Fundamental. (STC 1557 cc. 8 a 10) (En el mismo sentido, STC
1812 c. 8)
No obstante aquella sumisión a la ley, ha hecho una salvedad: “las materias que
pueden regular los autos acordados excluyen aquellas que constitucionalmente son
reservadas a la ley, sin embargo, pueden precisar aspectos no sustanciales de las mismas”
(STC 783 cc. 25 y 29) (En el mismo sentido, STC 3056 c. 2)
18
Cea, obra citada, Tomo I, página 183.
22
4.- Ante tal proceder surge con toda su fuerza el mandato del Artículo 8.2 letra h) de
la Convención Americana de Derechos Humanos que dispone el derecho al recurso judicial
ante un tribunal superior, como lo normado en el artículo 2.3 letra a) del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos que reconoce el derecho a una acción efectiva
ante los tribunales a las personas cuyos derechos y libertades hayan sido violados;
5.- Es por lo anterior que, en tanto esta situación se mantenga, quien suscribe este
parecer particular considera que no puede restringir el acceso a la justicia de quienes
recurren a los tribunales, por así disponerlo una determinación de la Corte Suprema, puesto
que entiende que el principio de igualdad ante la ley y la justicia, el de no discriminación y
el de dignidad de todas las personas así se lo impone, por lo cual, en tales casos, se
abstendrá de reconocer aplicación a dicha normativa.
24
Dicha atribución es desarrollada en los artículos 24, letra g), que le entrega al
gobernador regional la facultad de “Proponer al consejo regional los proyectos de
reglamentos regionales que regulen materias propias de la competencia del gobierno
regional, en conformidad a las leyes y a los reglamentos supremos correspondientes”, y 25,
inciso segundo, conforme al cual, si el gobernador regional desaprobare las modificaciones
introducidas por el consejo “a los proyectos de reglamentos a que se refiere la letra g) del
artículo precedente, podrá deducir las observaciones que estime pertinentes dentro del
término de diez días, acompañando los elementos de juicio que las fundamenten.
Transcurrido este plazo sin que se formulen dichas observaciones, regirá lo sancionado por
el consejo. En caso contrario, el consejo sólo podrá desecharlas con el voto conforme de la
mayoría absoluta más uno de sus miembros en ejercicio.”
19
Voto disidente en sentencia de 12 de marzo de 2019, Rol N° 324-2019.
25
Se trata de una norma que rige un supuesto especial y que tiene como finalidad la
evitación de vistas y decisiones sucesivas de un mismo tema.
3.- ¿Qué importancia tiene distinguir entre tipos de normas legales en lugar de diferenciar
entre tipos de leyes?
4.- Indique las distintas modalidades conforme a las cuales la Constitución extiende las
materias propias del dominio legal, de forma tal que restringe o condiciona el ejercicio de la
potestad reglamentaria del Presidente de la República.
6.- ¿Qué principio parece más adecuado para explicar la relación que existe entre los
distintos tipos de leyes o de normas legales que contempla la Constitución?
7.- ¿Es correcto decir que las normas que regulan la competencia del Tribunal
Constitucional establecen el rango infraconstitucional de los tratados internacionales?
27
11.- ¿Qué caracteriza el reglamento? ¿Qué exigencia constitucional se aplica a los que
emite el Presidente de la República?