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1.1.

Lesiones de nervios
1.1.1. Parestesia
1.1.1.1. Definición
1.1.1.2. Signos
1.1.1.3. Síntomas
1.1.1.4. Tratamiento
1.1.2. Parálisis facial
1.1.2.1. Definición
1.1.2.2. Signos
1.1.2.3. Síntomas
1.1.2.4. Tratamiento
Lesiones de nervios

Parálisis facial

Definición
La parálisis facial se define como la pérdida de la función contráctil de la
musculatura estriada de la cara, conocida como la musculatura mímica. Ésta
puede ser parcial o total y es causada por daños en cualquier porción del
recorrido periférico del nervio facial (VII par craneal). Se clasifican en parálisis
centrales con daño a la corteza cerebral o vías corticobulbares y/o
corticorreticulares o daños a nivel de la protuberancia y parálisis periféricas con
daños a nivel intracraneales o daños extracraneales.
La parálisis facial periférica se produce por lesión directa sobre el tronco
nervioso o sobre sus ramas terminales. Es la parálisis que se presenta más
frecuentemente. Se relaciona con diversos factores etiológicos como:
traumáticos, neoplásicos, infecciosos, congénitos, neurológicos, metabólicos,
vasculares, enfermedades del colágeno, enfermedad de Adams, tóxicos con el
uso de talidomida, difteria, tétanos y alcoholismo. Sin embargo, una gran
mayoría de casos permanece sin un factor etiológico identificado,
diagnosticados como parálisis facial periférica idiopática.
Así mismo, la parálisis facial periférica, después del tratamiento dental o de
cirugía oral, es extremadamente rara. Se ha documentado y reportado la
posibilidad de producirse una parálisis facial por una técnica anestésica
inadecuada al foramen dentario inferior al penetrar la aguja más allá del borde
posterior de la rama ascendente mandibular, infiltrando el tejido parotídeo.
Pudiendo presentarse de forma inmediata o tardía. En el tipo inmediato, la
parálisis ocurre dentro de los primeros minutos de la infiltración y desaparece
una vez terminado el efecto anestésico. Mientras que, en el tipo tardío, la
parálisis ocurre de varias horas a varios días después a la inyección. La
recuperación puede establecerse desde las 24 horas hasta 6 semanas,
dependiendo del grado de daño al nervio.
Sin embargo, en el tipo tardío su etiología no es muy clara y algunos autores le
han atribuido un sinnúmero de factores potenciales, como una reactivación de
los virus de la varicela-zoster o del herpes simple. La parálisis facial periférica
debe ser tratada con premura, subsanando la causa que la originó. (1)
La parálisis puede ser inmediata y diferida.
Parálisis inmediata
La solución anestésica afecta al nervio facial en el espacio retromandibular o
bien dentro de la fascia parotídea. La afectación del nervio por la solución
anestésica es excepcional y solo se explica por variaciones anatómicas
individuales. No obstante, el nervio facial está fuera del alcance de la aguja
más larga, por lo que este accidente, se atribuye a la penetración del líquido en
el interior de la glándula, afectándose el nervio por difusión.
La parálisis ocurre en los primeros minutos después de la inyección,
recuperándose la función cuando han desaparecido los efectos anestésicos,
aproximadamente a las 3 horas o menos. (2)
Parálisis diferida
La solución probablemente estimula el plexo simpático conectado con la arteria
carótida externa, la cual, a su vez, tiene comunicación con el plexo que recubre
la arteria estilomastoídea. Esta estimulación simpática causa un espasmo
reflejo del nervio facial, conduciendo a una neuritis isquémica y edema
secundario.
La parálisis puede aparecer varias horas o varios días después de la inyección.
La recuperación puede suceder después de 24 horas a 6 semanas
dependiendo del grado de daño del nervio. Parece que la causa de la parálisis
es la misma solución anestésica. (2)

Causa
Cuando en la anestesia del nervio dentario inferior se ha penetrado con la
aguja por detrás de la rama ascendente, se inyecta la solución en la glándula
parótida. Con esto aparece una parálisis facial que durará tanto como la
anestesia dure, aunque sin duda es un accidente alarmante para el paciente.
La parálisis facial ocasionada por anestesia presenta una experiencia
alarmante para el paciente. (2)

Signos y síntomas
La parálisis del nervio facial puede generar los siguientes problemas: (2)
Imposibilidad de usar los músculos por parálisis de estos.
Incapacidad del paciente de cerrar voluntariamente un ojo, por abolición del
reflejo palpebral.
Problemas estéticos (la cara del paciente se encuentra ladeada).
Desaparición surco nasogeniano.
Signo de Bell.
Lagoftalmia.
Xenoftalmia.
Xerostomía unilateral.
Caída del párpado y comisura.
Disgeusia.

Tratamiento
Tranquilizar al paciente dando toda la información pertinente y respuestas
claras.
Si tiene lentes de contacto, retirarlos.
Colocar un parche en el ojo afectado.
Registre el incidente en la historia dental del paciente.
Retrasar otros tratamientos odontológicos.
No hay tratamiento alguno para la parálisis originada por infiltración inadecuada
de anestésico local, solo esperar que el efecto anestésico se acabe. (2)

Prevención
Casi siempre prevenible.
Conocer la técnica anestésica.
Aspirar antes de infiltrar.
Inyección lenta.
Observación continua del paciente. (2)

Parestesia
Definición
Consiste en la sensación sobre la piel de adormecimiento parcial, pinchazos o
ardor. También de hormigueo o de algo que se arrastra por la piel de la cara.
Puede tener su origen en una parestesia general de carácter agudo o crónico.
Esta dolencia puede ser de naturaleza aguda o crónica, produciendo cambios
de sensibilidad desagradables. En ocasiones, incluso con dolores.
Su causa puede ser la presión sobre un nervio en concreto. También por la
manipulación cercana al mismo nervio. Esta situación suele ser una
consecuencia a corto plazo, pero también puede resultar una secuela
permanente. (3)

Causas
La parestesia en la zona facial, concretamente, puede producirse por causas
más específicas:
Por fractura de la nariz y otros huesos faciales.
En odontología, la parestesia dental suele estar relacionada con las tareas
propias del dentista:
Por presiones sobre nervios concretos de la cara.
Por operaciones en zonas cercanas al nervio.
Incluso puede darse por intolerancia a ciertos tipos de anestesia o
medicamentos. La causa más común de esta complicación es la extracción de
algún tercer molar inferior. (3)

Signos y síntomas
Los síntomas pueden cursar como un hormigueo y pasar al adormecimiento.
También puede constituir una combinación de pérdida de la sensibilidad con
repentinos incrementos de las sensaciones. Algo que puede darse en
momentos concretos o por alguna estimulación. Hormigueo, ardor o
adormecimiento están con frecuencia relacionados con un nervio dañado,
lesionado o enfermo.
Las causas dependen del lugar exacto de la parestesia. Frecuentemente,
incluyen lesión física del nervio en cuestión, o una enfermedad que afecta los
nervios.
Durante la colocación de algún implante dental, pueden darse dolores de
cabeza con sensación de presión. La parestesia facial dependerá entonces del
grado en que se haya afectado el nervio dentario.
Es importante que un médico valore el historial previo del paciente para
descartar causas ajenas al tratamiento odontológico. Estos síntomas pueden
resultar mucho más que una simple molestia. Existe la posibilidad de una
condición médica grave, que debe contemplarse a fin de realizar el diagnóstico
adecuado. (3)

Tratamiento
La parestesia bucal o dental suele estar relacionada con el nervio dentario
inferior. Sus síntomas pueden manifestarse como parestesia de la zona labio-
mandibular. El paciente suele quejarse de una sensación anormal cercana al
labio. Ésta puede consistir en impresión de quemazón, pinchazo, zumbido,
prurito, entumecimiento o frío.
En los casos en que la parestesia afecte a la mucosa oral, puede producir una
disminución de la secreción de saliva, o xerostomía.
Por lo tanto, el tratamiento más indicado para evitar la parestesia dental
consiste en la prevención. Junto al tratamiento radiográfico previo, se puede
intervenir conjuntamente con una precisa técnica quirúrgica. Esto debería servir
para evitar la mayoría de los casos de parestesia bucal.
La parestesia suele remitir y permitir la recuperación de la sensibilidad con el
paso del tiempo. Los complejos vitamínicos de vitamina B han resultado con
anterioridad favorecedores en algunos pacientes. Sin embargo, esta solución
requiere de mayor tiempo de investigación odontológica.
Para los casos en que el nervio lingual es el afectado, está indicado el uso de
microcirugía tras un periodo de observación de 4 a 6 meses.
Independientemente del caso se deben realizar controles periódicos, de entre
uno y tres meses.
Sin embargo, está la consideración de que las lesiones que no se recuperan
entre los tres y los seis meses, no acaban por resolverse del todo.
Además de estas causas tratables puede llevarse a cabo tratamientos
sintomáticos como los tratamientos con cortisona para los casos de los brotes
de la esclerosis en placas.
Para el algia de tipo vascular en la cara el uso de la molécula sumatriptán tiene
habitualmente un alto éxito en los momentos de crisis. Entre las mismas crisis
es habitual prescribir un tratamiento de fondo. (3)

REFERENCIA

1. Fernández López Rocio y colaboradores. Parálisis facial periférica, después


de una cirugía quirúrgica del tercer molar inferior.
Disponible en: https://www.medigraphic.com/pdfs/odon/uo-2009/uo094g.pdf
2. Gay Escoda Berini. Manual de anestesia local, complicaciones locales.
Capítulo 17.
3. Díaz Rodríguez M. Parestesia dental y sus síntomas. Rev. Med. Athenea
dental Institute.

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