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Perforación Timpánica y Neuritis Vestibular

Adrián Mogolló: CI. V- 28.249.418

República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria

Universidad de las Ciencias de la Salud “Hugo Chávez Frías”

PNF – Terapia Ocupacional, Cohorte I – Trayecto II – Tramo II

Prof. (a): Blanca Arjona

Febrero del 2024.


Introducción.

La perforación timpánica y la neuritis vestibular son dos condiciones que afectan el

sistema auditivo y de equilibrio. La perforación timpánica puede ser causada por lesiones

o infecciones, y puede presentar síntomas como dolor, hemorragia, hipoacusia, acúfenos

y vértigo. Por otro lado, la neuritis vestibular implica la inflamación del nervio vestibular,

provocando síntomas como vértigo intenso, náuseas, vómitos y nistagmo. Ambas

condiciones requieren un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado para preservar la

función auditiva y vestibular.


La perforación de la membrana timpánica puede ser la consecuencia de una

infección, de un traumatismo o incluso ser parte de un procedimiento medico. Las

perforaciones pueden ser temporales o permanentes y sus efectos van a variar de acuerdo

al tamaño, la localización y las condiciones patológicas asociadas.

El tímpano es una membrana situada al principio del oído medio. Es un tejido fino y

tenso, vibra al recibir las ondas sonoras y transmite el sonido al oído medio. En ocasiones,

una fuerte presión o un objeto pueden dañarlo, dando lugar al tímpano perforado. El

problema puede resultar doloroso, pero has de saber que tiene solución en la mayoría de

los casos.

Una rotura de tímpano es un desgarro del tejido que separa el conducto auditivo del

oído medio. Esta rotura o perforación puede tener varias causas, síntomas y

consecuencias, y aunque por lo general se cura en pocas semanas sin necesidad de

tratamiento, existen algunas situaciones que pueden llegar a requerir una intervención

quirúrgica.
La infección es la principal causa de perforación timpánica. La infección aguda del

oído medio puede generar relativa isquemia de la membrana timpánica que asociado al

aumento de presión en el espacio del oído medio lleva al desgarro o ruptura en la

membrana timpánica. Se producen por golpes en el oído (por ejemplo ser golpeados con

la palma de la mano o impactados contra una ola en la playa). La exposición a un exceso

de presión atmosférica como en el caso de una explosión también puede romper la

membrana timpánica.

Las personas que practican buceo al estar expuestas a la presión del agua son

susceptibles a las perforaciones, especialmente si tienen antecedente de enfermedad

timpánica previa. Los intentos de extracción de cera o limpieza de oídos con irrigación

de agua por personas no entrenadas pueden traer como consecuencia una perforación

timpánica.

Tiene solución en la mayoría de los casos, aunque dependiendo de la gravedad es

posible que quede alguna secuela. En estos casos es posible que necesites audífonos. Lo

habitual es que la membrana se recomponga por sí misma con un simple tratamiento

impuesto por un otorrino experto. Si el problema es especialmente grave será necesaria la

cirugía.

Si bien la mayoría de situaciones de ruptura del tímpano se curan solas al cabo de unas

semanas, algunos casos pueden complicarse, por ejemplo si existe una infección de por

medio. El médico especialista puede recetarte gotas antibióticas para detener esta

infección.

En caso de que esta ruptura en el tímpano no se cure sola, se deberá seguir un

tratamiento que proceda a cerrar este agujero. Un tratamiento habitual es la aplicación de

un parche para sellar el agujero del tímpano. En caso de que este tratamiento falle, la

siguiente opción acostumbra a ser una intervención quirúrgica. Si bien pasar por el
quirófano puede asustar, no es una operación compleja, y la mayoría de pacientes pueden

ir volver a casa el mismo día de la operación.

La neuronitis vestibular es un trastorno caracterizado por una crisis de vértigo brusca

e intensa (falsa sensación de movimiento o de rotación), causado por la inflamación del

nervio vestibular, la rama del 8º nervio craneal que contribuye a controlar el equilibrio.

El vestíbulo es una parte del oído interno. Contiene órganos que controlan el equilibrio

(véase también Introducción al oído interno). Está conectado al cerebro por el nervio

vestibular. Probablemente, la neuronitis vestibular está causada por un virus.

La neuronitis vestibular puede aparecer como una única crisis aislada

de vértigo intenso que dure entre 7 y 10 días, pero muchas personas sufren crisis leves

adicionales durante varias semanas después de la primera. La primera crisis de vértigo

suele ser la más intensa.

El vértigo es una sensación (que no se corresponde con la realidad) de que uno mismo,

el entorno o ambos se están moviendo o girando. La mayoría de las personas describen

esta sensación desagradable como "mareos", aunque la palabra "mareo" también suele

utilizarse para otras sensaciones, tales como la sensación de aturdimiento.


El ataque de vértigo va acompañado de náuseas, vómitos y nistagmo (sacudidas

rápidas de los ojos en una dirección, alternando con un lento retorno a la posición

original). El vértigo es grave al principio, y gradualmente disminuye a lo largo de varios

días; el desequilibrio residual dura hasta varios meses. La persona afectada no sufre

tinnitus (zumbido en los oídos), y la audición no suele resultar afectada.

El diagnóstico de neuronitis vestibular consiste en pruebas auditivas y pruebas para

detectar el nistagmo, que ayudan al médico a diagnosticar la causa del vértigo. Debe

realizarse una resonancia magnética nuclear (RMN) con gadolinio de la cabeza para

asegurarse de que los síntomas no estén causados por otro trastorno, como un tumor.

El tratamiento del vértigo en las personas con neuronitis vestibular consiste

exclusivamente en aliviar los síntomas, e incluye fármacos como meclizina o lorazepam.

Las náuseas y los vómitos pueden aliviarse con píldoras o supositorios que contengan

medicamentos para aliviar las náuseas (como la proclorperazina).

Estos medicamentos deben usarse solo durante un breve periodo de tiempo, ya que su

uso prolongado puede alargar la duración de los síntomas, sobre todo en las personas

mayores. Además, los corticosteroides se usan durante poco tiempo. Si los vómitos

continúan durante mucho tiempo, puede ser necesario administrar líquidos y electrólitos

por vía intravenosa.


Aunque el vértigo desaparece a menudo con relativa rapidez (en el transcurso de

varios días), la sensación de mareo puede durar entre varias semanas y algunos meses.

Durante este tiempo, el médico anima al afectado a mantenerse activo. Una forma

especializada de terapia física, llamada terapia vestibular, puede ser útil.

1. Etiopatogenia.

Las causas de la ruptura (perforación) del tímpano pueden incluir:

 Infección del oído medio (otitis media). Una infección del oído medio a menudo

provoca la acumulación de líquidos en el oído medio. La presión de estos líquidos

puede hacer que el tímpano se rompa.

 Barotraumatismo. El barotraumatismo es el estrés que se ejerce sobre el tímpano

cuando la presión del aire en el oído medio y la presión del aire en el ambiente

están desequilibradas. Si la presión es intensa, el tímpano puede romperse. El

barotraumatismo se debe con más frecuencia a los cambios en la presión del aire

asociados con los viajes en avión.

Otros eventos que pueden causar cambios repentinos en la presión (y posiblemente

una ruptura del tímpano) incluyen el buceo y un golpe directo en el oído, como el

impacto de una bolsa de aire del automóvil.

 Sonidos fuertes o explosiones (traumatismo acústico). Un sonido fuerte o una

onda expansiva, como una explosión o un disparo (básicamente una onda sonora

muy fuerte) rara vez puede causar un desgarro en el tímpano.


 Objetos extraños en el oído. Los objetos pequeños, como un hisopo de algodón o

una horquilla, pueden perforar o desgarrar el tímpano.

 Traumatismo craneal grave. Una lesión grave, como una fractura de la base del

cráneo, puede causar daño o la dislocación de las estructuras del oído medio e

interno, incluido el tímpano.

Normalmente el síndrome vestibular es la consecuencia de disfunciones en los

canales semicirculares, en el vestíbulo o en el nervio vestibular. Puede aparecer como

consecuencia de un trauma craneal, por ejemplo, pero también después de la enfermedad

de Ménière o el vértigo postural paroxístico benigno (VPPB)

Tiene como consecuencia disfunciones a nivel de los centros de equilibrio del sistema

nervioso central (SNC). Esto puede depender de las siguientes causas: daños en el tronco

cerebral o en el cerebelo por esclerosis múltiple, tumor cerebral, malformación de

Arnold-Chiari o síndrome de Wallenberg.

El diagnóstico de neuritis vestibular puede realizarse con una visita ambulatoria a un

especialista vestibular. Estos especialistas incluyen un otólogo (otorrino) o un

neurotólogo (médico especializado en el sistema nervioso relacionado con la oreja). Se

puede pedir una consulta a un audiólogo para efectuar pruebas a través de las cuales se

valorará ulteriormente el daño auditivo y vestibular.

Las pruebas para ayudar a determinar si los síntomas podrían estar provocados por la

neuritis vestibular incluyen la prueba de audición, pruebas vestibulares (equilibrio) y una

prueba para saber si alguna parte del nervio vestibulococlear está dañada. La presencia de

nistagmo, esto es, un rápido movimiento incontrolable de los ojos, es signo de neuritis

vestibular.
Si los síntomas permanecen durante más semanas o empeoran, se realizan otras

pruebas para determinar si están provocados por otras enfermedades o trastornos.

Algunos de estos posibles problemas de salud incluyen el ictus, trauma craneal, tumor en

el cerebro o hemicránea. Para excluir algunos de los trastornos del cerebro, puede

solicitarse una resonancia magnética con un colorante llamado agente de contraste.

Si los problemas de equilibrio y los vértigos duran más de algunas semanas, puede

recomendarse un programa de rehabilitación vestibular. El objetivo de este programa es

efectuar una rehabilitación del cerebro para que se adapte a los cambios de equilibrio que

un paciente experimenta.

Tiene incidencia epidémica en determinados periodos del año (primavera y verano), y

aproximadamente, en el 50% de los casos hay relación entre su aparición y ciertos

procesos respiratorios de vías altas. El paciente refiere la aparición brusca de vértigo con

intensa sensación de giro de los objetos con prominente sintomatología vegetativa:

náuseas, vómitos, sudoración fría, palpitaciones.

Este cuadro no cede a corto plazo y le obliga a permanecer en cama, inmovilizado

sobre el lado sano, puesto que cualquier cambio postural exacerba los síntomas; el

paciente es incapaz además de fijar la vista, debido a la presencia de un movimiento

ocular rítmico (nistagmo). El pico de máxima intensidad del vértigo ocurre dentro de las

primeras veinticuatro horas. Pasado este primer período va disminuyendo la sensación

vertiginosa cediendo los síntomas vegetativos comenzando a incorporarse y caminar.

Es entonces cuando resulta más evidente una gran inestabilidad postural que le impide

la deambulación. Transcurrido un mes se aprecia la mejoría progresiva: desaparición del

vértigo en la primera semana, desaparición del nistagmo y postural (recuperación de la


estabilidad) la mayoría de los pacientes (50-72 %), habrán resuelto su cuadro

espontáneamente y se encuentran en una fase de compensación vestibular.

2. Clasificación.

Perforación Timpánica:

Normalmente se mide por la localización de la perforación, ya que de esta depende la

magnitud de la pérdida conductiva; por ejemplo, Las perforaciones de gran tamaño así

como las de localización periférica presentan menos posibilidades de cierre espontáneo,

incluso en ocasiones el cierre espontáneo es poco probable a pesar de recibir tratamiento

antibiótico ototópico e indicaciones de oído seco por largos periodos de hasta 2 años.

Así como está la perforación timpánica anterosuperior, anteroinferior, subtotal, en los

cuadrantes superiores e inferiores, posteroinferiores y en los cuadrantes inferiores.

Neuritis Vestibular:

Según las investigaciones histopatológicas de Schuknecht y Kitamura, podría haber

una degeneración parcial o total del nervio vestibular, pero con las estructuras ductales y

utriculares del oído interno normales.

Alrededor del 50°/ de los casos, la etiología es desconocida. Muchos factores

etiológicos como la exposición a sustancias neurotóxicas, enfermedades immunólogicas,

( hipertensión arterial, diabetes, hipotiroidismo) podrían tener una influencia en la llegada

de une vestibulopatía de inmediatamente bilateral .


3. Introducción a la Terapéutica.

Perforación Timpánica:

El tratamiento médico está dirigido al control de la supuración, lo que se hace a través

de gotas antibióticas y según sea el caso, también se asociarán antibióticos orales. El

tratamiento quirúrgico está indicado en casos de pacientes muy sintomáticos y/o

nadadores.

La mayoría de las perforaciones del tímpano sanan sin tratamiento en unas

semanas. Sin embargo, es posible que el proveedor de atención médica recete gotas

antibióticas si hay evidencia de infección.

Las perforaciones del tímpano pueden ser causadas por:

 Infecciones.

 Lesiones del oído medio.

 Traumatismo.

 Procedimientos médicos.

Los síntomas de una perforación del tímpano incluyen: Dolor, Sangrado, Pérdida

auditiva, Ruido en el oído, Vértigo. Las perforaciones que no cierran espontáneamente o

que no van a cerrar, requerirán cirugía para su corrección.

Neuritis Vestibular:

El tratamiento del vértigo en las personas con neuronitis vestibular consiste

exclusivamente en aliviar los síntomas, e incluye fármacos como meclizina o lorazepam.


Las náuseas y los vómitos pueden aliviarse con píldoras o supositorios que contengan

medicamentos para aliviar las náuseas (como la proclorperazina).

El tratamiento de la neuritis vestibular puede incluir:

 Rehabilitación vestibular, que debe ser realizada por un fisioterapeuta

vestibular. La rehabilitación vestibular incluye un conjunto de técnicas y

programas de ejercicios diseñados para mejorar los síntomas de inestabilidad,

visión borrosa y desequilibrios provocados por un episodio de vértigo.

 Procedimientos de posicionamiento.

 Dieta y cambios en el estilo de vida.

 Medicamentos.

 Cirugía para cortar el nervio vestibular o eliminar los receptores vestibulares.

También la rehabilitación vestibular que debe ser realizada por un fisioterapeuta

vestibular. Finalmente, otra solución es recurrir a la cirugía para cortar el nervio

vestibular o eliminar los receptores vestibulares.

Está rehabilitación engloba un conjunto de técnicas y programas de ejercicios

diseñados para mejorar los síntomas de inestabilidad, visión borrosa y desequilibrios

provocados por un episodio de vértigo.


Conclusión.

La perforación timpánica y la neuritis vestibular son afecciones que pueden tener un

impacto significativo en la salud auditiva y el equilibrio. El diagnóstico preciso y el

tratamiento adecuado son fundamentales para abordar estas condiciones de manera

efectiva y preservar la función auditiva y vestibular de los pacientes. La comprensión de

la etiopatogenia, clasificación y opciones terapéuticas es esencial para brindar la atención

médica necesaria a los pacientes afectados por estas condiciones.


Bibliografía.

www.vestib.org

www.salud.mapfre.es

www.mayoclinic.org

www.hospitalreyjuancarlos.es

Laberintitis.com

Otorrinolaringología 6ta edición por Claudia Camacho.

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