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PARALISIS FACIAL

APELLIDOS Y NOMRES: Fernandez Sahonero Natalia M.


MATERIA: Anatomia Humana.
DOCENTE: Dr. Omar Lopez.
GRUPO: 1J
La parálisis facial (PF) consiste en la incapacidad parcial o total de realizar movimientos musculares voluntarios en un lado
de la cara. Se produce por una alteración en el nervio facial, que no transmite las órdenes nerviosas a la musculatura facial
afectada.

Hay dos nervios faciales; uno a cada lado de la cara. El nervio facial sale de la base del cráneo, atraviesa el oído medio y la
glándula parótida, donde se divide en sus cinco ramas, (temporal, cigomática, bucal, mandibular y cervical). Estas ramas
permiten la función motora de los diferentes músculos faciales. Según la localización de la lesión nos encontraremos con dos
tipos de parálisis faciales:

La PF puede ser central (PFC) o periférica (PFP). La primera se produce por una afectación del sistema nervioso central y
suele aparecer en pacientes con factores de riesgo cardiovasculares o edad avanzada. Provocará dificultades del movimiento
solo a la mitad inferior de la cara (sin alterar la movilidad del ojo ni la ceja) por afectación del núcleo facial inferior del
sistema nervioso central en el lado contrario de la lesión, quedando respetados o con una mínima afectación los músculos
frontales y orbiculares de los párpados.

Mientras que la parálisis facial periférica, más conocida como parálisis de Bell, altera el movimiento de los músculos faciales
en toda la hemicara, constituyendo un cuadro clínico característico en el que se produce un borramiento del surco nasolabial
del lado patológico, una desviación de la comisura labial hacia el lado sano, una alteración en el cierre del ojo del lado
afectado y una caída del párpado inferior.

Además, se pueden añadir consecuencias psicológicas, ya que el cambio de la expresión facial origina en el paciente una
sensación de pérdida de personalidad, frustración y en ocasiones angustia y depresión. Por todo ello es fundamental un
conocimiento adecuado de esta patología y de su tratamiento.

El origen de la parálisis, en la mayoría de los casos, es desconocido. El más común parece ser el de una infección vírica, por
ejemplo, el herpes simple o el virus herpes zoster. En estos casos, se cree que el nervio facial se inflama como reacción a la
infección. Otras causas que pueden derivar en esta patología son los tumores, infarto, malformaciones vasculares cerebrales,
al igual que los traumatismos craneales con fractura del hueso temporal.

des del organismo que puedan afectar de forma secundaria al nervio facial, como la enfermedad de Lyme o la sarcoidosis. .

La parálisis facial consiste en la pérdida total o parcial de movimiento muscular voluntario en un lado de la cara. Se produce
por un fallo en el nervio facial, que no lleva las órdenes nerviosas a los principales músculos de la cara.

Se manifiesta clínicamente por la imposibilidad para levantar la ceja, cerrar el ojo, incapacidad para sonreír, alteraciones en el
habla, etc.

La parálisis facial central es aquella que se produce por una lesión a nivel cerebral (no a nivel del nervio). En este caso, la
parálisis afectará solo a la mitad inferior de la cara (no habrá dificultad para cerrar el ojo ni levantar la ceja).

La parálisis facial central puede ser consecuencia de un infarto cerebral, un tumor cerebral o una malformación vascular
cerebral, entre otras causas. El manejo y pronóstico de la parálisis facial central es diferente, por lo que ante dudas
diagnósticas, la valoración por parte de un especialista en Neurología es fundamental.

La parálisis facial periférica es relativamente frecuente y, en general, tiene buen pronóstico con tratamiento conservador. Sin
embargo, el resultado final de una parálisis puede ser, en algunos casos, una paresia facial o una parálisis completa,
dependiendo de las causas.

¿Cuáles son los síntomas de la parálisis facial?


Los síntomas de la parálisis facial pueden variar mucho dependiendo de las características de la persona y del alcance de la
lesión y pueden ir desde una manifestación débil a una total, llegando a producir graves alteraciones de la calidad de vida del
paciente (dificultad para comer, beber, hablar o expresar sus emociones).

Los principales, entre otros, son:

Pérdida o disminución de movilidad voluntaria de los músculos faciales que puede ocurrir en cuestión de horas o días.

Ausencia de expresiones faciales: el paciente no puede subir las cejas, arrugar la frente o sonreír.

Dolor facial.

Dolor en el oído y presencia de ruidos fuertes.

Dolor de cabeza.

Ausencia de sensibilidad auditiva.

Pérdida o disminución del sentido del gusto.

Ausencia de saliva o babeo.

Síntomas oculares

Desde el punto de vista oftalmológico, la parálisis facial puede provocar diferentes síntomas, todos ellos relacionados con la
incapacidad del paciente para realizar movimientos voluntarios de los párpados:

Logoftalmos. Se trata del cierre incompleto de los párpados lo que provoca la sobreexposición del ojo al aire y la falta de
hidratación de la superficie ocular. Puede derivar en úlceras corneales.

Ectropión. Se produce cuando el párpado inferior desciende debido a la falta de tono muscular.

Cambios en la cantidad de lágrimas: epífora o lagrimeo.

Ojo seco provocado porque el paciente no puede cerrar el ojo.

Los síntomas más frecuentemente asociados a una parálisis facial periférica son diversos. Antes de la parálisis puede
presentarse un cuadro catarral banal y dolor más o menos intenso en la región retroauricular.

La parálisis se establece en unas pocas horas y puede empeorar en algunas ocasiones durante 24 o máximo 48 horas más.

La falta de movilidad en un lado de cara produce una asimetría evidente en reposo y al hacer gestos. Igualmente, conlleva la
imposibilidad para sonreír y la dificultad para cerrar los párpados, con alteraciones en el lagrimeo y, a veces, también en el
sentido del gusto.

También se presenta con bastante frecuencia una dificultad para subir la ceja, frente lisa, alteraciones en la respiración nasal,
mordida de la mucosa bucal, acúmulo de los alimentos en la parte posterior de la boca y caída de la saliva.

¿Cuáles son las causas de la parálisis facial?


Existen múltiples causas que pueden provocar una alteración del nervio facial a lo largo de su recorrido provocando una
parálisis facial. La causa más frecuente (en el 80%) es la parálisis facial idiopática, también conocida como parálisis facial de
Bell. Aunque la causa exacta es desconocida, se piensa que puede deberse a una inflamación del nervio producida por virus
de la familia herpes simple.
Otras causas menos frecuentes de parálisis facial periférica son la inflamación del nervio por el virus varicela zóster, o
lesiones en el trayecto del nervio por tumores a nivel del ángulo pontocerebeloso (neurinoma del acústico), tumores del oído
medio o tumores de la parótida.

Igualmente, pueden provocar una parálisis facial periférica los traumatismos craneales con fractura del hueso temporal,
ciertos agentes tóxicos y enfermedades autoinmunes o la yatrogenia (accidente quirúrgico).

Finalmente, puede producirse una parálisis facial de forma congénita (Síndrome de Moebius).

¿Cuál es su pronóstico?
La parálisis facial idiopática (de Bell) tiene un pronóstico benigno. En un porcentaje de los casos se consigue una
recuperación total de la función del nervio. El tiempo medio suele ser entre 4-6 semanas, llegando hasta los 6 meses para la
recuperación completa.

La secuela más frecuente es un leve grado de parálisis de los músculos que se afectaron.

Los factores que peor pronóstico presentan son:

Presencia de una parálisis completa.

Hiperacusia.

Dolor.

Edad mayor de 55 años.

Hipertensión arterial.

Diagnóstico
El diagnóstico de la parálisis facial suele realizarlo el neurólogo o el otorrinolaringólogo después de que el paciente haya
recibido una atención médica de urgencia.

Para ello se pueden realizar diferentes pruebas:

Pruebas para medir la afectación del nervio facial.

Pruebas auditivas.

Prueba de salivación.

Test de Schimer, para medir la cantidad de lágrimas que producen ambos ojos.

Estudio radiológico de imagen del cerebro mediante un TAC o una resonancia magnética nuclear (RMN)

En este caso, el oftalmólogo realizará el seguimiento y el tratamiento a nivel ocular del problema adaptando el procedimiento
médico o el tratamiento quirúrgico a las manifestaciones oculares del problema que puedan ir surgiendo.

Por lo tanto, el tratamiento oftalmológico de la parálisis facial debe ser complementario al resto de procedimientos indicados
por el neurólogo y puede ir desde el uso de lágrimas artificiales para lubricar el ojo hasta una cirugía sobre los párpados, el
uso de gafas de sol, pomadas epitelizantes, parches o la colocación de una pesa en el párpado superior.

La exploración física comienza por la inspección del lado afectado, que va a indicar el grado de PF, fijándose en la movilidad
de la musculatura asociada a cada rama del nervio facial. Además, permite valorar el nivel de cierre ocular y si existe signo
de Bell.

Siguiendo con la exploración física, se debe incluir la palpación parotídea bilateral y una otoscopia que indique si existen
vesículas en el pabellón auricular o en el conducto auditivo externoo si hay patología en el oído medio. Si en la otoscopia
aparecen vesículas, se considerará el caso como un síndrome de Ramsay-Hunt, causado por el virus herpes zoster. Si en la
otoscopia existe una patología del oído medio, se ingresará al paciente y se ampliará el estudio para conocer la causa y aplicar
el tratamiento correspondiente. Si la otoscopia es normal y la evolución es compatible, se considerará una parálisis de Bell.

En algunos de parálisis facial se deben realizar pruebas complementarias, como electroneurografia, electromiografía o
estudios radiológicos. Estas pruebas permiten valorar la gravedad de la lesión, el pronótico de recuperación, y descartar la
presencia de tumores o lesiones en el trayecto del nervio.

Tipos de parálisis facial


Existen dos tipos de parálisis facial que se clasifican en función de si el nervio facial se ha visto afectado directa o
indirectamente:

Parálisis facial periférica. Se produce cuando la lesión afecta directamente al nervio facial y se manifiesta en todos los
músculos de la cara en el mismo lado donde se encuentra la lesión (músculos orbiculares, de la boca y mejilla?). La más
habitual es la parálisis periférica idiopática, primaria o de Bell.

Parálisis facial central. Afecta a las fibras que unen la corteza cerebral con el nervio facial. Se manifiesta en síntomas que
afectan a los músculos de la parte inferior de la cara (boca y mejilla) en el lado contrario a donde está la lesión y no suele
tener consecuencias sobre el sistema visual, ya que el paciente no tiene dificultades para cerrar el ojo o para levantar la ceja.

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