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lado de la cara. Se produce por un fallo en el nervio facial, que no lleva las órdenes nerviosas a los
principales músculos de la cara.
Se manifiesta clínicamente por la imposibilidad para levantar la ceja, cerrar el ojo, incapacidad
para sonreír, alteraciones en el habla, etc.
La parálisis facial central es aquella que se produce por una lesión a nivel cerebral (no a nivel del
nervio). En este caso, la parálisis afectará solo a la mitad inferior de la cara (no habrá dificultad
para cerrar el ojo ni levantar la ceja).
La parálisis facial central puede ser consecuencia de un infarto cerebral, un tumor cerebral o una
malformación vascular cerebral, entre otras causas. El manejo y pronóstico de la parálisis facial
central es diferente, por lo que ante dudas diagnósticas, la valoración por parte de un especialista
en Neurología es fundamental.
La parálisis facial periférica es relativamente frecuente y, en general, tiene buen pronóstico con
tratamiento conservador. Sin embargo, el resultado final de una parálisis puede ser, en algunos
casos, una paresia facial o una parálisis completa, dependiendo de las causas.
Nuestros profesionales le harán una valoración médica sin que tenga que moverse de casa.
Los síntomas más frecuentemente asociados a una parálisis facial periférica son diversos. Antes de
la parálisis puede presentarse un cuadro catarral banal y dolor más o menos intenso en la región
retroauricular.
La parálisis se establece en unas pocas horas y puede empeorar en algunas ocasiones durante 24 o
máximo 48 horas más.
La falta de movilidad en un lado de cara produce una asimetría evidente en reposo y al hacer
gestos. Igualmente, conlleva la imposibilidad para sonreír y la dificultad para cerrar los párpados,
con alteraciones en el lagrimeo y, a veces, también en el sentido del gusto.
También se presenta con bastante frecuencia una dificultad para subir la ceja, frente lisa,
alteraciones en la respiración nasal, mordida de la mucosa bucal, acúmulo de los alimentos en la
parte posterior de la boca y caída de la saliva.
Existen múltiples causas que pueden provocar una alteración del nervio facial a lo largo de su
recorrido provocando una parálisis facial. La causa más frecuente (en el 80%) es la parálisis facial
idiopática, también conocida como parálisis facial de Bell. Aunque la causa exacta es desconocida,
se piensa que puede deberse a una inflamación del nervio producida por virus de la familia herpes
simple.
Otras causas menos frecuentes de parálisis facial periférica son la inflamación del nervio por el
virus varicela zóster, o lesiones en el trayecto del nervio por tumores a nivel del ángulo
pontocerebeloso (neurinoma del acústico), tumores del oído medio o tumores de la parótida.
Igualmente, pueden provocar una parálisis facial periférica los traumatismos craneales con
fractura del hueso temporal, ciertos agentes tóxicos y enfermedades autoinmunes o la yatrogenia
(accidente quirúrgico).
Finalmente, puede producirse una parálisis facial de forma congénita (Síndrome de Moebius).
¿Cuál es su pronóstico?
La parálisis facial idiopática (de Bell) tiene un pronóstico benigno. En un porcentaje de los casos se
consigue una recuperación total de la función del nervio. El tiempo medio suele ser entre 4-6
semanas, llegando hasta los 6 meses para la recuperación completa.
La secuela más frecuente es un leve grado de parálisis de los músculos que se afectaron.
Hiperacusia.
Dolor.
Hipertensión arterial.
<p>Imagen Radiología </p>
Test de Schirmer, para medir la cantidad de lagrimas que producen ambos ojos.
Prueba de salivación.
Pruebas auditivas.
Además, el médico puede realizar un estudio radiológico de imagen de cerebro, mediante un TAC
o una resonancia magnética nuclear (RMN).
Tratamiento conservador
Tratamiento quirúrgico
Cómo es la recuperación
Por otro lado, como el párpado no se cierra, es necesaria la protección ocular. Para ello se utilizan
gafas de sol, lágrimas artificiales, pomadas epitelizantes y se cierra con un parche durante el
sueño, o la colocación de una pesa en el párpado superior.