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Silvina Guevara

DERECHO DE LAS SUCESIONES


DR. POSCA
COMISIÒN JUEVES Y SÀBADOS
UNIDAD 1
1. Sucesión. Concepto. Fuentes de transmisión: Sucesión "inter vivos" y "mortis” causa. Clases de
sucesiones. Metodología del Código Civil y Comercial de La Nación. Eficacia temporal de la Ley.
2. Sucesión en la persona y en los bienes.
3. Sucesores mortis causa: Conceptos de Heredero y Legatario. Los Herederos de cuota.
4. Transmisión hereditaria. Caso de conmorencia. Ausencia con presunción de fallecimiento. Efectos de la
transmisión hereditaria.
5. Contenido de la sucesión.
6. Personas que pueden suceder. Concepto de declaración de vacancia.
7. Jurisprudencia temática aplicable.
Caso Nº1: “OLIVEIRA DE GIUFFRIDA, María Lujan y otros c/ Municipalidad de Morón s/ Demanda
Contencioso Administrativa”, (Contenido de la sucesión. Indemnización correspondiente al causante);
(SCBA LP B 58938 S 30/05/2012, JUBA 99361.).

Introducción- eficacia temporal de la ley

ARTICULO 3 del código de Vélez - De las leyes


A partir de su entrada en vigencia, las leyes se aplicarán aún a las consecuencias de las relaciones y
situaciones jurídicas existentes. No tienen efecto retroactivo, sean o no de orden público, salvo
disposición en contrario. La retroactividad establecida por la ley en ningún caso podrá afectar
derechos amparados por garantías constitucionales.
A los contratos en curso de ejecución no son aplicables las nuevas leyes supletorias.

Está relacionado con el art. 7 del ccc

Código Civil y Comercial Nacional


Artículo 7. Eficacia temporal
A partir de su entrada en vigencia, las leyes se aplican a las consecuencias de las relaciones y
situaciones jurídicas existentes.
La leyes no tienen efecto retroactivo, sean o no de orden público, excepto disposición en contrario.
La retroactividad establecida por la ley no puede afectar derechos amparados por garantías
constitucionales.
Las nuevas leyes supletorias no son aplicables a los contratos en curso de ejecución, con excepción
de las normas más favorables al consumidor en las relaciones de consumo.

Si el causante falleció luego del primero de agosto del 2015 lo regula el nuevo código sino tenemos
que recurrir a Vélez.
Si hay contradicción entre código civil y el de procedimiento se debe aplicar el ccc.

Títulos que nos tira el ccc en materia sucesoria, transmisión de derechos por causa de muerte:
1) Sucesiones
a. Disposiciones grales.
b. indignidad
2) Aceptación y renuncia de herencia
a. Derecho de opción
b. Aceptación de la herencia
c. Renuncia de la herencia
3) Cesión de herencia
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4) Petición de herencia
5) Responsabilidad de herederos y legatarios. Liquidación del pasivo.
6) Estado de indivisión
a. Administración extrajudicial
b. Indivisión forzosa
7) Partición de la herencia
a. Acción de partición
b. Modos de hacer la partición
c. Colación de donaciones
d. Colación de deudas
e. Efectos de la partición
f. Nulidad y reforma de la partición
g. Partición por los ascendientes
8) Sucesiones intestadas
a. Disposiciones grales.
b. Sucesión de los descendientes
c. Sucesión de los ascendientes
d. Sucesión del cónyuge
e. Sucesión de los colaterales
f. Derechos del estado
9) Porción legitima
10) Sucesiones testamentarias
a. Disposiciones grales.
b. Formas de los testamentos
c. Inhabilidad para suceder por testamento
d. Institución y sustitución de herederos y legatarios
e. Legados
f. Revocación y caducidad de las disposiciones testamentarias
g. albaceas

Los cambios relevantes- El derecho derogado


El Código Civil, que seguía la tradición romanística, concebía una sucesión universal y
predominantemente en la persona. Desde su sanción, en materia sucesoria, se ha seguido el
diagrama diseñado por Vélez Sarsfield. En 1968, las reformas de la ley 17.711 continuaron regidas
por los principios que caracterizan el sistema de la sucesión en la persona, con la morigeración
derivada de la presunción de aceptación de la herencia con beneficio de inventario como regla, que
importaba, en materia de responsabilidad de los herederos, la limitación de su respuesta por las
deudas del causante y las cargas, con los bienes recibidos de la herencia, salvo la pérdida de tal
beneficio.
El efecto sucesorio de la ley 23.264 de 1985 se centró en la nueva configuración de los
órdenes hereditarios —en lo interno de cada orden, en la nueva alineación—, resultado de la
igualdad de los hijos matrimoniales y extramatrimoniales que impuso la mencionada ley (art. 3545
CC).
La ley 23.515 de 1987 reformó el Título I, Del matrimonio, del Libro I, Sección 2ª CC, que
introdujo el divorcio vincular. A la par modificó, en el área del derecho de sucesiones,
principalmente los arts. 3574, 3575, 3576 bis CC.
El principio de igualdad y el principio de no discriminación, entre los fundamentales,
iluminan la reforma de la ley 26.618 del año 2010: los efectos atinentes al derecho sucesorio se
centran en que todas las personas pueden contraer matrimonio, reconociendo a los matrimonios
entre personas del mismo sexo iguales efectos que a las uniones heterosexuales, por lo que se
unifica la vocación sucesoria matrimonial, que se mantiene en el CCyC.
El derecho sucesorio en el CCyC
Entre los cambios relevantes del CCyC —según la exposición de motivos— se destaca:
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 distinción entre sucesores a los que se transmite una universalidad o una parte indivisa de
la herencia —heredero legítimo, testamentario y de cuota—y a los que se transmite un bien
particular o un conjunto de ellos, que son los legatarios;
 Precisiones en materia de aceptación y renuncia de la herencia;
 regulación de la cesión de herencia;
 determinación de la situación de los créditos y deudas del causante;
 inclusión de normas que regulan la indivisión hereditaria, el proceso sucesorio y la
administración de la herencia;
 ordenación de la partición de la herencia y modificaciones en la partición por ascendientes;
 disminución de las cuotas de legítima y la mejora al heredero con discapacidad; y
 precisión en la regulación de la sucesión testamentaria, la supresión de la desheredación y el
derecho hereditario de la nuera viuda.
Los principios del derecho sucesorio
Por su alto grado de abstracción, los principios generales no pueden suministrar la solución
exacta del caso. Pero ellos sirven para orientar la actividad creadora del juez, cuando exista una
laguna del derecho positivo. Como elemento de interpretación de la ley, los principios generales
sirven para solucionar las posibles contradicciones entre las disposiciones positivas concretas y
para inspirar frente a las dudas sobre interpretación de las normas.
Concepto de sucesión
Es la situación que se produce a la muerte de la persona.
El art. 398 del CCCN dispone al respecto: "Todos los derechos son transmisibles excepto
estipulación válida de las partes o que ello resulte de una prohibición legal o que importe
transgresión a la buena fe, a la moral o a las buenas costumbres". De esta norma surgen dos
consideraciones importantes a tener en cuenta.
Por una parte, es preciso remarcar que la transmisión de los derechos de una persona puede
producirse por actos jurídicos entre vivos o como consecuencia de un hecho jurídico como es el
fallecimiento de su titular, dando origen, en este último caso, a la transmisión de derechos por
causa de muerte que está contemplada en el Libro Quinto del Código Civil y Comercial.
En lo que atañe a nuestra materia, la limitación a la transmisibilidad de los derechos a raíz
de la muerte de una persona debe surgir de una disposición expresa de la ley aunque también sería
posible que esta restricción se genere por el acuerdo de voluntades como ocurre en un contrato
intuitu personae o bien que implique infringir los principios señalados de buena fe, la moral o las
buenas costumbres. Otra de las reglas esenciales en cuanto a la transmisibilidad de los derechos se
encuentra establecida en el art. 399 del CCCN: "Nadie puede transmitir a otro un derecho Mejor o
más extenso que el que tiene, sin perjuicio de las excepciones legalmente dispuestas". Como
consecuencia de esta norma, el derecho transmitido conserva los contenidos y alcances de los que
gozaba su titular.
El CCCN, con algunas diferencias con el anterior, ha defi n ido en el art. 400 los distintos
tipos de sucesores que se reconocen: "Sucesor universal es el que recibe todo o una parte indivisa
del patrimonio de otro; sucesor singular el que recibe un derecho en particular".
FUENTES DE TRANSMISIÒN
SUCESIÒN INTER VIVOS/MORTIS CAUSA
El criterio para efectuar esta distinción se encuentra en los hechos que causan esta transmisión.
La sucesión inter vivos es un acto jurídico realizado por el titular del derecho.
En la sucesión mortis causa el hecho jurídico generador de la transferencia de los derechos es la
muerte de su titular.
CLASES DE SUCESIONES
1. SEGÚN EL ORIGEN DE LA TRANSMISIÓN:
a. SUCESIÓN LEGAL
b. VOLUNTARIA
En este caso, la sucesión puede ser legal o voluntaria. Existen supuestos en los que la ley
determina la existencia de la sucesión. Por ejemplo, la sucesión mortis causa. En cambio, la
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sucesión también puede provenir de la voluntad del individuo en cuyos derechos se sucede. Por
ejemplo, el comprador que sucede en los derechos del vendedor.
2. SEGÚN LA EXTENSIÓN DE LA TRANSMISIÓN. Es decir en cuanto su
contenido:
a. SUCESIÓN UNIVERSAL
b. SUCESIÓN SINGULAR
Sucesor universal, es aquel a quien pasa todo, o una parte alícuota del patrimonio de otra
persona. Quien sucede a título universal, sucede, esencialmente, en la posición jurídica del
causante como titular del patrimonio.
Sucesor singular, es aquel al cual se transmite un objeto particular que sale de los bienes de otra
persona.
3. SEGÚN LA CAUSA FUENTE DE LA TRANSMISIÓN:
a. SUCESIÓN INTER VIVOS
b. MORTIS CAUSA
Son sucesiones inter vivos aquellas que reconocen su causa (fuente), directa o
indirectamente, en actos jurídicos cuya eficacia es contemporánea al otorgamiento, aunque sus
efectos puedan diferirse o subordinarse a condición o con otras modalidades.
En la sucesión mortis causa, el fallecimiento provoca la extinción de la personalidad, y ello
plantea el problema de la subsistencia o extinción del complejo de relaciones jurídicas existentes
en el momento de la desaparición física de la persona. La sucesión mortis causa involucra todo lo
atinente a la atribución de las relaciones jurídicas cuya titularidad será continuada por los
sucesores.
Sucesión por causa de muerte. Hechos que la producen:
La muerte: La muerte es un hecho de la naturaleza que produce consecuencias jurídicas y
encuadra dentro del concepto que trae el art. 257 del CCCN en tanto establece que "... es el
acontecimiento que, conforme al ordenamiento jurídico, produce el nacimiento, modificación o
extinción de relaciones o situaciones jurídicas"
Dos son las situaciones que producen, en nuestra materia, el traspaso de los derechos: una es la
muerte real y otra la muerte presunta, conforme resulta del art. 2277.

 La muerte real: La muerte no es definida en el CCCN, sino que se limita a


establecer que con ella termina la existencia de la persona humana (art. 93). El art. 23 de la
ley 24.193, act. por ley 25.281, dispone al respecto: "El fallecimiento de una persona se
considerará tal cuando se verifiquen de modo acumulativo los siguientes signos, que
deberán persistir ininterrumpidamente seis horas después de su constatación conjunta:
 Ausencia irreversible de respuesta cerebral, con pérdida absoluta de
conciencia.
 Ausencia de respiración espontánea.
 Ausencia de reflejos encefálicos y constatación de pupilas fijas no reactivas.
 Inactividad encefálica corroborada por medios técnicos y/o instrumentales
adecuados a las diversas situaciones clínicas, cuya nómina será
periódicamente actualizada por el Ministerio de Salud y Acción Social con el
asesoramiento del INCUCAI.
 La muerte presunta: El otro hecho que produce la apertura de la sucesión y la
consiguiente transmisión de los derechos es la declaración de muerte presunta. De acuerdo
a la regulación legal, la ausencia con presunción de fallecimiento puede ocasionarse por la
ausencia de una persona de su domicilio sin que se tengan noticias durante tres años (art.
85, CCM), o cuando se encontraba en el lugar de un incendio, terremoto, acción de guerra u
otro hecho semejante susceptible de ocasionar la muerte o participó de una actividad que
implique el mismo riesgo y no se tiene noticias de él por el término de dos años y si se
encontraba en un buque o aeronave naufragado o perdido y no se tuviera noticias de su
existencia por el término de seis meses (art. 86, incs. ay b, CCCN). Cumplidos los plazos
señalados y realizado el correspondiente juicio se declara el fallecimiento presunto y se fija
como día presuntivo del fallecimiento en el caso ordinario, el último día de primer año y
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medio de ausencia; en el primer caso extraordinario, el día del suceso o el día del término
medio de la época en que ocurrió o pudo haber ocurrido y en el segundo caso
extraordinario, el último día que se tuvo noticias de buque o aeronave perdidos (art. 90,
CCCN).

LOS DISTINTOS SISTEMAS SUCESORIOS. SUCESIÓN EN LA PERSONA Y EN LOS


BIENES
Hay dos sistemas denominados: sucesión en la persona o sistema romano, y sucesión en los bienes
o sistema germano.
 SUCESIÓN EN LA PERSONA O SISTEMA ROMANO: Esta concepción reconoce una
fundamentación religiosa, ya que el heredero pasaba a desempeñar la misión de
continuador de ministro del culto privado. De esa forma el heredero se convirtió en
continuador no sólo de la persona del causante sino también de su patrimonio. En la
sucesión de la persona el presupuesto de la sucesión es la supervivencia de la relación
jurídica en el sujeto o sujetos que subentran en aquélla, y que, para el derecho, son
considerados como el causante mismo (de ahí la idea de que el heredero continúa la
persona del causante).
 SUCESIÓN EN LOS BIENES O SISTEMA GERMANO: los germanos de los primeros
tiempos desconocieron la propiedad exclusiva, tal como se la concibe hoy, siendo más bien
aquélla una suerte de posesión combinada con dominio que a la muerte del jefe de familia
era continuada por sus herederos de sangre. El poder de jefe era una facultad de
administración de los bienes y de protección de los miembros de la familia.
En el sistema de la sucesión en los bienes, a la muerte del sujeto su patrimonio recibe la
consideración de un activo con un pasivo constituido por obligaciones que pesan como cargas a
liquidar. El heredero no subentra en la posición jurídica del causante, permanece ajeno a ella, y
recibe, una vez liquidadas las cargas, los bienes relictos.
El patrimonio trasmitido no se confunde con los bienes personales del heredero y, por tanto, él
no está obligado personalmente por el pasivo hereditario: su responsabilidad se reduce a
responder exclusivamente con lo que ha recibido.

ARTÍCULO 2277. Apertura de la sucesión


La muerte real o presunta de una persona causa la apertura de su sucesión y la transmisión de su
herencia a las personas llamadas a sucederle por el testamento o por la ley. Si el testamento
dispone sólo parcialmente de los bienes, el resto de la herencia se defiere por la ley. La herencia
comprende todos los derechos y obligaciones del causante que no se extinguen por su
fallecimiento.
El artículo prescribe lo referente a la apertura de la sucesión. Establece tres principios generales de
gran importancia para la interpretación y la aplicación del derecho hereditario:
A) la muerte determina la apertura de la sucesión;
B) el fallecimiento produce la transmisión inmediata de los bienes de la persona fallecida a sus
sucesores; y
C) se transmite la totalidad del patrimonio excepto los derechos en consideración a la persona
En líneas generales, se mantienen los ejes y los principios tradicionales del derecho argentino de
raíces romanísticas. La sucesión por causa de muerte es una sucesión universal y
predominantemente en la persona.
La muerte, la apertura de la sucesión y la transmisión de la herencia se producen en
el mismo momento, aun cuando los herederos o legatarios no supiesen de la muerte del
causante.
La transmisión de los derechos y obligaciones, desencadenada por la muerte del titular del
patrimonio por disposición de la ley, se produce de pleno derecho, en el mismo instante de su
muerte; desde ese momento el heredero adquiere la propiedad de la herencia, aun cuando fuese
incapaz o ignorase que la sucesión se le ha deferido. Ello implica que los derechos y los bienes del
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causante no quedan ni un solo momento sin titular; el difunto es reemplazado por los sucesores
universales en el mismo momento en que se produce su deceso, es decir, entre la muerte del
causante, la apertura de la sucesión y la transmisión de la herencia, no transcurre el menor
intervalo de tiempo, aunque en nuestro sistema sucesorio esta adquisición automática de la
herencia ministerio legis es provisoria y queda subordinada a la aceptación.

Origen del llamamiento (las dos fuentes): el testamento y la ley


La transmisión de la herencia a las personas llamadas a suceder al causante puede tener su
origen en el testamento o en las disposiciones legales. El CCyC, siguiendo una verdadera tradición
nacional, no se aparta del sistema sucesorio intestado de remoto origen romano, subjetivo,
manifestado en la sucesión por líneas y grados de parentesco, a los cuales se suma el consorte
sobreviviente. Por su parte, la persona humana puede disponer libremente de sus bienes y hacer
disposiciones extra patrimoniales para después de su muerte mediante un testamento otorgado
con las solemnidades legales. Este derecho solo se encuentra limitado a que la legítima de los
herederos forzosos no sea conculcada. Si el testamento dispone solo parcialmente de los bienes, el
resto de la herencia se defiere por la ley. O sea, la norma deja claro que ambos llamamientos
pueden coexistir.
El orden de los parientes es:
1º orden: descendientes son los legitimarios forzosos
2º orden: ascendientes
3º orden: cónyuge
Colaterales hasta el 4ºG: no son legítimos, no son forzosos. No participan de la legítima.
En nuestra legislación se admite parte testamentaria y parte ab intestato. La porción se divide en:
 porción disponible: el causante habiendo hecho testamento puede instituir heredero a otro
que no es el legítimo. Y se llama herencia instituida (art. 2486). El limite a los herederos
instituidos será las porción disponible.
 porción legítima: es aquella que pertenece a los herederos legítimos. Que siempre tienen
derecho a todo. Son universales.

Sucesores mortis causa:


ARTÍCULO 2278. Heredero y legatario. Concepto.
Se denomina heredero a la persona a quien se transmite la universalidad o una parte indivisa de la
herencia; legatario, al que recibe un bien particular o un conjunto de ellos.
Se distingue entre heredero —heredero y heredero de cuota— y legatario en relación al contenido
de la transmisión.
Las formas del llamamiento
Teniendo en cuenta el origen del llamamiento, el heredero puede ser legítimo o
testamentario. Por las formas de ser llamado puede ser heredero o legatario. El legislador define al
heredero y al legatario, teniendo en cuenta si el contenido del llamamiento abarca una
universalidad o una parte indivisa de la herencia, o si está llamado a recibir un bien particular o un
conjunto de bienes.
Heredero
Se denomina heredero a la persona a quien se transmite la universalidad o una parte
indivisa de la herencia. Bajo esta concepción el “heredero de cuota” es también considerado un
heredero universal. El heredero es quien ocupa la posición jurídica del causante, como
consecuencia, en principio, adquiere los bienes del causante, asume sus deudas y adquiere la
posesión de las cosas. Se afirma que en principio continúa las relaciones del causante dado que hay
posiciones jurídicas patrimoniales que no se trasmiten al heredero, mientras que otras se originan
por ser heredero y otras no son transmitidas por el difunto.
HEREDEROS INSTITUÌDOS
UNIVERSALES DE CUOTA
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ARTICULO 2486.- Herederos ARTICULO 2488.- Herederos de cuota.


universales. Los herederos instituidos sin Los herederos instituidos en una fracción de la
asignación de partes suceden al causante herencia no tienen vocación a todos los bienes
por partes iguales y tienen vocación a todos de ésta, excepto que deba entenderse que el
los bienes de la herencia a los que el testador ha querido conferirles ese llamado para
testador no haya dado un destino diferente. el supuesto de que no puedan cumplirse, por
Si el testamento instituye uno o varios cualquier causa, las demás disposiciones
herederos con asignación de partes y otro u testamentarias.
otros sin ella, a éstos corresponden el Si la adición de las fracciones consignadas en el
remanente de bienes después de haber sido testamento excede la unidad, se reducen
satisfechas las porciones atribuidas por el proporcionalmente hasta ese límite. Si la suma
testador. Si éstas absorben toda la herencia, de las fracciones no cubre todo el patrimonio, el
se reducen proporcionalmente, de manera remanente de los bienes corresponde a los
que cada heredero sin parte designada herederos legítimos y, a falta de ellos, a los
reciba tanto como el heredero instituido en herederos instituidos en proporción a sus
la fracción menor. cuotas.
(Los instituidos universales desplazan a los
colaterales)
Siguiendo la misma línea de pensamiento se distinguen dos especies de herederos: los
llamados herederos universales (simplemente herederos en el CC) y los herederos de cuota (los
antiguos legatarios de cuota). Se diferencian básicamente en que los herederos universales tienen
derecho de acrecer, es decir, vocación a todos los bienes de la herencia a los cuales el testador no
hubiese dado un destino diferente (art. 2486 CCyC), mientras que los herederos de cuota, carecen
de este derecho (art. 2488 CCyC).
ARTICULO 2489.- Derecho de acrecer.
Cuando el testador instituye a varios herederos en una misma cuota, o atribuye un bien
conjuntamente a varios legatarios, cada beneficiario aprovecha proporcionalmente de la parte
perteneciente al heredero o legatario cuyo derecho se frustra o caduca. Los favorecidos por el
acrecimiento quedan sujetos a las obligaciones y cargas que pesaban sobre la parte acrecida,
excepto que sean de carácter personal. El derecho de acrecer se transmite a los herederos.

Legatario
Legatario es el que recibe un bien particular o un conjunto de ellos. El legatario no sucede en la
posición jurídica del causante sino que efectúa esencial y directamente una adquisición, su género
próximo es el donatario, del que se distingue por adquirir por causa de muerte —mortis causa—.
ARTICULO 2494.- Norma aplicable. El heredero está obligado a cumplir los legados hechos por el
testador conforme a lo dispuesto en este Código sobre las obligaciones en general, excepto
disposición expresa en contrario de este Capítulo.

Diferencias entre heredero y legatario


El heredero responde por las deudas del El legatario no lo hace, a no ser que se trate de
causante (art. 2317 CCyC) un legado de universalidad (art. 2318 CCyC) o
se le imponga como carga del legado (art. 2496
CCyC) o se trate de un legado de cosa gravada
(art. 2500 CCyC).
El heredero forzoso queda investido de la El legatario debe siempre solicitar
calidad de heredero, sin intervención de los judicialmente la entrega del legado, al heredero
jueces desde el momento de la muerte del o al albacea o al administrador, aunque lo tenga
causante aunque ignore la apertura de la en su poder por cualquier título (arts. 2498 y
sucesión y su llamamiento a la herencia. Puede 2499 CCyC).
ejercer todas las acciones transmisibles que
correspondían al causante (art. 2337 CCyC).
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TRANSMISION HEREDITARIA. CASO DE CONMORIENCIA. Ausencia con


presunción de fallecimiento. Efectos de la transmisión hereditaria.
Fin de la existencia de las personas
ARTÍCULO 93.- Principio general. La existencia de la persona humana termina por su muerte.
ARTÍCULO 94.- Comprobación de la muerte. La comprobación de la muerte queda sujeta a los
estándares médicos aceptados, aplicándose la legislación especial en el caso de ablación de órganos
del cadáver.
CONMORIENCIA
ARTICULO 95.- Conmoriencia. Se presume que mueren al mismo tiempo las personas que
perecen en un desastre común o en cualquier otra circunstancia, si no puede determinarse lo
contrario.
La conmoriencia es: “la situación jurídica que se crea por la muerte de dos o más personas,
vinculadas entre sí por la posible adquisición recíproca o unilateral de un derecho, ya hayan
acaecido tales decesos en un mismo acontecimiento o evento, o no, resultándole consustancial la
proximidad cronológica de los fallecimientos, sin poderse determinar científicamente su prelación,
motivo por el cual el Derecho recurre a la presunción relativa (iuris tantum) de que las muertes
ocurrieron con carácter simultáneo, a menos que se pruebe lo contrario”.
Es posible que dos o más personas fallezcan en un mismo desastre común, como dice la
norma en análisis, como género de diferentes situaciones de extrema gravedad que pueden
ocasionar la muerte de dos o más personas (lo más común suelen ser los accidentes de tránsito). A
la vez, otro dato de relevancia, es que entre estas personas podría haber vínculo de parentesco,
causa fuente del derecho a heredar, o que exista transmisión de derechos hereditarios por
testamento. El CCyC —como su antecesor— resuelve este conflicto al disponer —salvo prueba en
contrario— que la muerte de todas las personas involucradas ocurrió en el mismo momento y, por
lo tanto, no hay transmisión hereditaria entre ellos.
Lo que interesa aquí es el supuesto particular de que el fallecimiento de dos o más personas
comprometa el derecho sucesorio de estos, ya que, de lo contrario, no sería relevante indagar quién
falleció primero y quién sobrevivió instantes más.
ENTONCES Cuando muchas personas, recíprocamente herederas, fallecen en un mismo
acontecimiento (terremoto, inundación, incendio, suicidio colectivo, u otro) o en circunstancias
independientes, pero sin que pueda precisarse quién falleció primero, se presume que todas las
personas fallecieron al mismo tiempo, sin que pueda alegarse transmisión alguna de derechos
entre ellas (art. 95 CCyC).
Presunción de fallecimiento
ARTÍCULO 85.- Caso ordinario. La ausencia de una persona de su domicilio sin que se tenga
noticia de ella por el término de tres años, causa la presunción de su fallecimiento aunque haya
dejado apoderado.
El plazo debe contarse desde la fecha de la última noticia del ausente.
El Código contiene la regulación de los efectos y las consecuencias patrimoniales y
extrapatrimoniales para los casos de personas ausentes. El concepto de ausencia (no presencia) de
una persona, en sentido técnico jurídico, incluye la incertidumbre acerca de su existencia con vida,
que se acentúa en la medida que transcurre mayor tiempo.
La ausencia de una persona puede ser simple o calificada. La ausencia simple consiste en la
desaparición de una persona de su domicilio, sin tener noticias de ella, ni haber dejado apoderado
o, en caso de existir apoderado, que aquel cuente con poder insuficiente o no desempeñe el
mandato convenientemente. La ausencia simple no debería generar, en principio, sospechas de
fallecimiento ni adoptar medidas sobre sus bienes en tanto la ausencia no se prolongue en el
tiempo.
En cambio, la ausencia calificada ocurre cuando, en virtud del transcurso prolongado del
tiempo (caso ordinario) o de las circunstancias de la desaparición —como un naufragio o un
accidente aéreo— (caso extraordinario), cabe presumir que la persona ausente se encuentra
fallecida. En estos últimos supuestos no hay certezas de la muerte de la persona ausente, por lo que
puede aparecer posteriormente con vida. Sin embargo, se le atribuye el efecto de la presunción de
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fallecimiento por reunir determinados elementos que revisten interés para el orden jurídico. En los
casos denominados “ordinarios”, la presunción de fallecimiento deriva del prolongado transcurso
del plazo o del término previsto por la ley.
Para que se configuren esos supuestos se requieren tres requisitos:
1) el hecho de que la persona se encuentre ausente de su domicilio;
2) la falta de noticias sobre la existencia de esa persona; y
3) el transcurso del término o plazo de tres años.
La finalidad del instituto es proteger los intereses pecuniarios del ausente, de su familia, de sus
eventuales herederos y de todos aquellos que tengan algún derecho sobre sus bienes supeditados a
la condición de su muerte.
ARTÍCULO 86.- Casos extraordinarios. Se presume también el fallecimiento de un ausente:
A) si por última vez se encontró en el lugar de un incendio, terremoto, acción de guerra u otro
suceso semejante, susceptible de ocasionar la muerte, o participó de una actividad que
implique el mismo riesgo, y no se tiene noticia de él por el término de dos años, contados
desde el día en que el suceso ocurrió o pudo haber ocurrido;
B) si encontrándose en un buque o aeronave naufragados o perdidos, no se tuviese noticia de
su existencia por el término de seis meses desde el día en que el suceso ocurrió o pudo haber
ocurrido.
El artículo regula los casos extraordinarios de ausencia con presunción de fallecimiento. Se
contemplan dos supuestos, el primero ocurre cuando la ausencia sucede en circunstancia de
encontrarse la persona en el lugar donde ocurrió un incendio, un terremoto, una acción de guerra
u otro suceso semejante. El segundo caso extraordinario se configura cuando la persona ausente se
hallaba en un buque o una aeronave naufragado o perdido. En ambos casos debe cumplirse con un
requisito temporal, que es menor al exigido para los casos ordinarios, por las circunstancias
fácticas en las que se encontraría la persona al momento de la última noticia de su existencia.
ARTICULO 87.- Legitimados. Cualquiera que tenga algún derecho subordinado a la muerte de la
persona de que se trate, puede pedir la declaración de fallecimiento presunto, justificando los
extremos legales y la realización de diligencias tendientes a la averiguación de la existencia del
ausente. Es competente el juez del domicilio del ausente.

ARTÍCULO 2279. Personas que pueden suceder


Pueden suceder al causante:
A) las personas humanas existentes al momento de su muerte;
B) las concebidas en ese momento que nazcan con vida;
C) las nacidas después de su muerte mediante técnicas de reproducción humana asistida, con
los requisitos previstos en el artículo 561;
D) las personas jurídicas existentes al tiempo de su muerte y las fundaciones creadas por su
testamento.
La capacidad para adquirir una sucesión debe tenerse al momento en que la sucesión se
defiere; debe ser capaz al momento de la muerte del causante.
INCISO A: Las personas humanas existentes al momento de su muerte. Toda persona humana
existente —con vida— en el momento de la muerte del causante adquiere la calidad de heredero del
causante si actualiza su vocación hereditaria de acuerdo al llamamiento legal o testamentario (art.
21 CCyC).
INCISO B: Las concebidas en ese momento que nazcan con vida. Siguiendo el criterio del Código
Civil, la persona concebida es capaz de suceder (art. 21 CCyC). El que no está concebido al tiempo
de la muerte del autor de la sucesión, no puede sucederle. El que estando concebido y naciere
muerto, tampoco puede sucederle.
INCISO C: Las nacidas después de su muerte mediante técnicas de reproducción humana asistida
con los requisitos previstos en el art. 561 CCyC. El art. 2279, inc. c, CCyC establece que tienen
derechos hereditarios las personas que nazcan de técnicas de fecundación con los requisitos
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previstos en el art. 561 CCyC. El art. 561 CCyC se refiere a la forma de prestar el consentimiento en
las técnicas de procreación asistida. Por lo tanto, debe entenderse que se le atribuye la paternidad
o maternidad, según el caso, al causante que prestó ese consentimiento con las formalidades
impuestas por ley, y el hijo nacido lo hereda si ha sido concebido antes de su muerte.
ARTICULO 560.- Consentimiento en las técnicas de reproducción humana asistida. El
centro de salud interviniente debe recabar el consentimiento previo, informado y libre de las
personas que se someten al uso de las técnicas de reproducción humana asistida. Este
consentimiento debe renovarse cada vez que se procede a la utilización de gametos o
embriones.
ARTÍCULO 561.- Forma y requisitos del consentimiento. La instrumentación de dicho
consentimiento debe contener los requisitos previstos en las disposiciones especiales, para su
posterior protocolización ante escribano público o certificación ante la autoridad sanitaria
correspondiente a la jurisdicción. El consentimiento es libremente revocable mientras no se
haya producido la concepción en la persona o la implantación del embrión.
INCISO D: Las personas jurídicas existentes al tiempo de su muerte y las fundaciones creadas por
su testamento Pueden heredar las personas jurídicas, o sea los entes a los cuales el ordenamiento
jurídico les confiere aptitud para adquirir derechos y contraer obligaciones para el cumplimiento
de su objeto y los fines de su creación.

ARTÍCULO 2280. Situación de los herederos


Desde la muerte del causante, los herederos tienen todos los derechos y acciones de aquél de
manera indivisa, con excepción de los que no son transmisibles por sucesión, y continúan en la
posesión de lo que el causante era poseedor. Si están instituidos bajo condición suspensiva, están
en esa situación a partir del cumplimiento de la condición, sin perjuicio de las medidas
conservatorias que corresponden. En principio, responden por las deudas del causante con los
bienes que reciben, o con su valor en caso de haber sido enajenados.
En principio, la herencia está compuesta por los derechos y obligaciones de carácter
patrimonial que se transmiten a los sucesores del causante. Cabe aclarar que la herencia no es
idéntica al patrimonio del causante, pues excepcionalmente hay derechos y obligaciones
patrimoniales que se extinguen con la muerte de su titular y otros derechos que nacen derivados de
la muerte pero que son independientes del fenómeno sucesorio.
En general todos los derechos patrimoniales que tenía el causante se transmiten a sus
herederos ello es claro en materia contractual donde los sucesores continúan con la posición
jurídica del causante, ya que específicamente el art. 1024 CCyC dice que los efectos del contrato se
extienden, activa y pasivamente, a los sucesores universales, a no ser que las obligaciones que de él
nacen sean inherentes a la persona, o que la transmisión sea incompatible con la naturaleza de la
obligación, o esté prohibida por una cláusula del contrato o la ley.
Principio general: los derechos reales y la posesión se transmiten por sucesión
Los derechos y acciones cuya titularidad correspondía al causante se transmiten a los herederos de
manera indivisa. La posesión se transmite con iguales características que tenía para el causante
(art. 2280 CCyC).
Los descendientes, ascendientes y cónyuge, tienen la investidura de pleno derecho para ejercer las
acciones pertinentes, mientras que los herederos colaterales requieren la investidura de los jueces
(art. 2338 CCyC), y los herederos testamentarios no legitimarios requieren la validez del
testamento (art. 2338 CCyC) para ejercer las acciones conectadas a las titularidades que se
transmiten.
 Derechos y obligaciones que nacen con motivo de la muerte, vinculados al fenómeno
sucesorio pero creando situaciones originarias en el heredero: Se trata de todas aquellas
acciones que se originan a raíz del fallecimiento del causante pero que no se transmiten por
sucesión sino que son originarias del heredero como lo es la acción de colación, la acción de
indignidad, las acciones de defensa de la legítima, entre otras.
 Derechos y obligaciones que, aunque nacen con ocasión de la muerte de una persona, están
desvinculadas del fenómeno sucesorio: No todas las relaciones jurídicas que nacen con
Silvina Guevara

motivo de la muerte provienen del causante, ni tienen relación con el fenómeno sucesorio,
ya que hay algunas relaciones que surgen motivadas por el fallecimiento pero son
independientes del fenómeno sucesorio, como lo son el derecho de pensión y la
indemnización por la muerte del trabajador, entre otras.
 Derechos y obligaciones de titularidad del causante que no se transmiten a sus herederos
sino que se extinguen o caducan a su muerte: En materia contractual, entre las situaciones
especiales en que la ley establece la intransmisibilidad mortis causa de las relaciones
patrimoniales cabe mencionar: al contrato de mandato que finaliza por muerte del
mandatario (art. 1329 CCyC); el pacto de preferencia en el contrato de compraventa que no
se transmite mortis causa a los herederos del vendedor pero sí a los del comprador (art.
1165 CCyC);ENTRE OTROS.
 En materia de derechos reales, la excepción a la transición mortis causa viene dada por el
derecho real de uso (art. 2154 CCyC) y el de habitación (art. 2158 CCyC).
 Algunos beneficios otorgados por leyes de la seguridad social, como las jubilaciones y
pensiones, e igualmente las pensiones, seguros y subsidios que pagan las mutualidades a
sus asociados, se extinguen con la muerte de su titular.
 El derecho y la obligación alimentaria también se extinguen con el fallecimiento del
alimentante o del alimentado (art. 554 CCyC).
 Los derechos personalísimos regulados en el Libro Primero, Capítulo 3, como regla, se
extinguen con la muerte; sin embargo, el derecho a la imagen previsto en el art. 53 CCyC,
dispone que en caso de personas fallecidas pueden prestar el consentimiento sus herederos
o el designado por el causante en una disposición de última voluntad. Si hay desacuerdo
entre los herederos de un mismo grado, resuelve el juez. Pasados veinte años desde la
muerte, la reproducción no ofensiva es libre.
Silvina Guevara

UNIDAD 2
1. Vocación sucesoria. Concepto. Causas de exclusión de la vocación sucesoria
2. Indignidad. Concepto y naturaleza. Fundamento. Momento en que debe existir la indignidad. Personas
que pueden ser declaradas indignas. Causales de indignidad. Perdón de la indignidad. Acción de indignidad.
Ejercicio de la acción. Caducidad. Efectos de la declaración de indignidad
3. Jurisprudencia temática aplicable:
Caso N°1: “R., M. A. y Otra c/ R., B. A.” – Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, Sala A – 16 de
Agosto de 1976. (Causal de Indignidad - Tentativa de homicidio - Perdón del causante). (ED, t.71, pág.
263/264);
Caso N°2: “L. G. D. c/ L. L. L.” – Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial del Departamento
Judicial de Morón, Sala I – 29 de mayo de 1997. (Causal de Indignidad - Denuncia Voluntaria). (LLBA –
1997, pág. 1420/1421).

Concepto de vocación sucesoria


Vélez no hablaba de vocación sucesoria, sino de una aptitud general que tenía una persona
para ser sucesor. El ccc reconoce los derechos que tiene una persona ya que no habla de capacidad
sino de una vocación sucesoria. Una vocación donde la persona puede o no aceptar una herencia.
Esta vocación opera de pleno derecho, es decir aún si ignora la muerte del causante.
La vocación sucesoria es el llamamiento hecho por la ley o por la voluntad del causante a
una persona para que reciba una herencia determinada. La diferencia que existe entre la capacidad
para suceder y la vocación hereditaria es clara; aquélla es general y ésta es específica para una
sucesión en particular. Una persona existe y por lo tanto tiene capacidad para suceder a cualquiera,
pero sólo tendrá Vocación hereditaria respecto de una persona determinada cuando cuente con un
llamamiento hecho por la ley o por el causante en su testamento. Las fuentes de la vocación
sucesoria son la voluntad del causante expresada en un testamento válido o el llamamiento que
hace la ley a determinados miembros de la familia del fallecido.
Es imprescindible que la vocación sucesoria no se encuentre contrariada, pudiendo esto
suceder por: (causas de extinción de la vocación)

 Voluntad del sucesible: Renuncia a la herencia. La exclusión por voluntad del llamado a
suceder se presenta cuando éste manifiesta de una manera expresa su voluntad de no
recibir la herencia. Por ello, la renuncia a la herencia contraría la vocación sucesoria,
provoca la exclusión total del sucesible y la sucesión se defiere como si el renunciante
nunca hubiese sido llamado a la herencia.
 por sentencia judicial: La exclusión por sentencia judicial tiene lugar cuando ha incurrido
en una causal de indignidad.
Silvina Guevara

 por disposición legal: La pérdida de la vocación sucesoria por disposición legal puede
originarse en diversas situaciones dadas en el ccc. Como por ej. Matrimonio «in extremis»,
Divorcio, La separación de hecho sin voluntad de unirse, Matrimonio extranjero…

Indignidad
En Vélez se preveía la desheredación por voluntad del causante. El Código Civil había
incorporado la mencionada sanción civil en los arts. 3291 a 3310 CC dentro de las incapacidades
para suceder. El ccc hizo desaparecer ese instituto. La indignidad acarrea la pérdida de la vocación
hereditaria, no siendo por lo tanto un supuesto de incapacidad; esta debe ser entendida como la
carencia de aptitud para ejercer determinados actos o ser titular de derechos hereditarios, y no la
pérdida del acceso a los mismos en virtud de una sanción legal como lo es el instituto de la
indignidad.
Naturaleza y Fundamento: La indignidad es una institución, no es una incapacidad, no es
una sanción jurídica. Es un reproche formulado por el ordenamiento hacia ciertas conductas
consideradas disvaliosas porque provocan menoscabo o agresiones a la integridad, al honor, a la
libertad, a la salud, o a la memoria del causante; que provocan que se excluya de la herencia al
heredero declarado indigno.
Concepto: La indignidad puede ser definida como la exclusión de la herencia decretada contra
un heredero o legatario por una sentencia judicial en virtud de una causa legal. Como se dijo, la
indignidad contraría la vocación sucesoria y, por lo tanto, resulta una causa que impide mantener
la herencia a la cual el heredero ha sido llamado por la ley o por el testador.
La indignidad puede ser decretada tanto respecto del heredero como de un legatario porque
el fundamento moral que la justifica posibilita ambos supuestos. La referencia al legatario surge de
lo dispuesto en forma expresa respecto de la caducidad del derecho que contempla el art. 2284 del
CCCN.
ARTICULO 2284.- Caducidad. Caduca el derecho de excluir al heredero indigno por el transcurso de
tres años desde la apertura de la sucesión, y al legatario indigno por igual plazo desde la entrega del
legado.
Sin embargo, el demandado por el indigno por reducción, colación o petición de herencia, puede
invocar la indignidad en todo tiempo.

Causales de indignidad
ARTÍCULO 2281. Causas de indignidad
Son indignos de suceder:
A) los autores, cómplices o partícipes de delito doloso contra la persona, el honor,
la integridad sexual, la libertad o la propiedad del causante, o de sus
descendientes, ascendientes, cónyuge, conviviente o hermanos. Esta causa de
indignidad no se cubre por la extinción de la acción penal ni por la de la pena;
(ya no se expresa la necesidad de condena en juicio para la configuración de esta
causal, y se añaden con amplitud otros delitos y personas como posibles víctimas)
B) los que hayan maltratado gravemente al causante, u ofendido gravemente su
memoria; (que el heredero ha inferido un maltrato grave de palabra o hechos
que menoscaben la dignidad. Se ha interpretado que este maltrato puede
materializarse por acciones u omisiones).
C) los que hayan acusado o denunciado al causante por un delito penado con
prisión o reclusión, excepto que la víctima del delito sea el acusador, su cónyuge
o conviviente, su descendiente, ascendiente o hermano, o haya obrado en
cumplimiento de un deber legal; (Quien formula una acusación o denuncia está
evidenciando animosidad o carencia de vínculos afectivos hacia el
denunciado).
D) los que omiten la denuncia de la muerte dolosa del causante, dentro de un mes
de ocurrida, excepto que antes de ese término la justicia proceda en razón de
Silvina Guevara

otra denuncia o de oficio. Esta causa de indignidad no alcanza a las personas


incapaces ni con capacidad restringida, ni a los descendientes, ascendientes,
cónyuge y hermanos del homicida o de su cómplice;
E) los parientes o el cónyuge que no hayan suministrado al causante los alimentos
debidos, o no lo hayan recogido en establecimiento adecuado si no podía valerse
por sí mismo;
F) el padre extramatrimonial que no haya reconocido voluntariamente al causante
durante su menor edad; (probando en juicio la falta de reconocimiento
voluntario en la menor edad. Basta que el reconocimiento sea forzado
judicialmente, o sea que la inscripción de la filiación sea resultado de una
orden judicial, o que se formule en la mayor edad del hijo para que se produzca
la sanción).
G) el padre o la madre del causante que haya sido privado de la responsabilidad
parental; (Las causales de privación de la responsabilidad parental son las
enunciadas en el art. 700 CCyC “Cualquiera de los progenitores queda privado
de la responsabilidad parental por:
a) ser condenado como autor, coautor, instigador o cómplice de un delito
doloso contra la persona o los bienes del hijo de que se trata;
b) abandono del hijo, dejándolo en un total estado de desprotección, aun
cuando quede bajo el cuidado del otro progenitor o la guarda de un tercero;
c) poner en peligro la seguridad, la salud física o psíquica del hijo;
d) haberse declarado el estado de adoptabilidad del hijo”.
H) los que hayan inducido o coartado la voluntad del causante para que otorgue
testamento o deje de hacerlo, o lo modifique, así como los que falsifiquen,
alteren, sustraigan, oculten o sustituyan el testamento; (También quedan
comprendidas en esta causal de indignidad las personas que falsifiquen,
alteren, sustraigan, oculten o sustituyan el testamento).
I) los que hayan incurrido en las demás causales de ingratitud que permiten
revocar las donaciones.
En todos los supuestos enunciados, basta la prueba de que al indigno le es imputable el hecho
lesivo, sin necesidad de condena penal.
Según el Diccionario de la lengua española de la RAE, es indigno quien “no tiene mérito ni
disposición para algo”, es decir que no tiene aptitud o no es merecedor de ello. La indignidad es el
instituto mediante el cual se resuelven los derechos sucesorios de quien hubiere ofendido al
causante mediante lo comisión de los hechos descriptos en la legislación, previa petición de parte
legitimada y con la consecuente pérdida de la vocación hereditaria respecto únicamente de la
herencia de la persona ofendida. La sanción de indignidad opera por las causales enumeradas en la
ley.
ARTÍCULO 2283. Ejercicio de la acción.
La exclusión del indigno sólo puede ser demandada después de abierta la sucesión, a instancia de
quien pretende los derechos atribuidos al indigno. También puede oponerla como excepción el
demandado por reducción, colación o petición de herencia. La acción puede ser dirigida contra los
sucesores a título gratuito del indigno y contra sus sucesores particulares a título oneroso de mala
fe. Se considera de mala fe a quien conoce la existencia de la causa de indignidad.
La indignidad debe ser decretada por sentencia judicial porque esta institución no se aplica de
oficio, debe ser demandada solamente por el legitimado para hacerlo. Por ello, nadie puede ser
reputado como indigno, aunque la causa se encuentre acreditada, si no media acción del
interesado y sentencia condenatoria. La acción de indignidad no puede ser planteada antes del
fallecimiento del causante; es decir que deberá haberse producido la apertura de la sucesión para
que aquélla pueda ser interpuesta.
Los elementos esenciales de la acción son: oportunidad de interposición, legitimados
activos y pasivos.
Silvina Guevara

Tiempo de interposición de la demanda: La exclusión del indigno solo puede ser


demandada después de abierta la sucesión, o sea, después de la muerte del causante.
El hecho configurativo de la causal de indignidad debe existir al tiempo del fallecimiento del
causante en concordancia con la regla general según la cual la capacidad para adquirir una
sucesión se debe tener al tiempo de la apertura. Sin embargo, hay supuestos de excepción en los
que los hechos son posteriores al fallecimiento del causante, como la sustracción del testamento, la
falta de denuncia de la muerte dolosa del causante, o la ofensa a su memoria.
Legitimación activa
Pueden interponer la acción de indignidad los parientes a quienes corresponde suceder en
lugar del excluido o en concurrencia con él, el cónyuge del causante, el heredero instituido y el de
cuota. No tienen legitimación los legatarios y acreedores del causante o de los herederos.
 Por vía de acción: puede interponer la acción de indignidad quien pretende los derechos
atribuidos al indigno; no puede ser demandada por quienes no les corresponde suceder a
falta del excluido de la herencia.
 Por vía de excepción: puede interponer la acción de indignidad el demandado por
reducción, colación o petición de herencia.
Legitimación pasiva
La acción puede ser dirigida contra los sucesores a título gratuito del indigno, herederos,
herederos instituidos y herederos de cuota. También contra sus sucesores particulares a título
oneroso de mala fe.
ARTÍCULO 2282. Perdón de la indignidad
El perdón del causante hace cesar la indignidad. El testamento en que se beneficia al
indigno, posterior a los hechos de indignidad, comporta el perdón, excepto que se pruebe el
desconocimiento de tales hechos por el testador.
El hecho de haber incurrido en una causa de indignidad no significa necesariamente que
queda excluido de la vocación hereditaria, ya que luego de ese hecho puede haber mediado el
perdón del ofendido. Se ha modificado el criterio El precepto alude al “perdón del causante” por el
cual se extinguen los efectos de la indignidad. Dicho perdón puede ser expreso o tácito, en cuyo
caso debe ser objeto de prueba de la legislación derogada, ya que antes el perdón sólo podía
instrumentarse en el testamento. La norma menciona el caso de perdón expreso, cuando el
causante en el testamento beneficia al indigno, si dicho instrumento fue realizado con
posterioridad a los hechos de indignidad.
ARTÍCULO 2284. Caducidad
Caduca el derecho de excluir al heredero indigno por el transcurso de tres años desde la apertura
de la sucesión, y al legatario indigno por igual plazo desde la entrega del legado. Sin embargo, el
demandado por el indigno por reducción, colación o petición de herencia, puede invocar la
indignidad en todo tiempo.
La acción de indignidad se extingue por el mero transcurso de un plazo configurado por la
ley como carga para su ejercicio. La caducidad de la acción de indignidad varía según quienes sean
los legitimados pasivos.
A) Heredero indigno: la acción caduca por el transcurso de tres años desde la apertura de la
sucesión.
B) legatario indigno: la acción caduca por el transcurso de tres años desde la entrega del
legado.
C) el demandado por el indigno por reducción, colación o petición de herencia: puede invocar
la indignidad en todo tiempo.
ARTÍCULO 2285. Efectos
Admitida judicialmente la exclusión, el indigno debe restituir los bienes recibidos, aplicándose lo
dispuesto para el poseedor de mala fe. Debe también pagar intereses de las sumas de dinero
recibidas, aunque no los haya percibido. Los derechos y obligaciones entre el indigno y el causante
renacen, así como las garantías que los aseguraban.
Silvina Guevara

JURISPRUDENCIA APLICABLE
Caso N°1: “R., M. A. y Otra c/ R., B. A.” – Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, Sala A –
16 de Agosto de 1976. (Causal de Indignidad - Tentativa de homicidio - Perdón del causante). (ED,
t.71, pág. 263/264);
Resumen del fallo:
Los actores demandan para que se excluya de la sucesión a la demandada, la cónyuge, por
indigna. La sentencia de primera instancia acoge la demanda declarando que pierde la vocación
sucesoria por razón de indignidad. La vencida apela. Se confirma la sentencia en recurso.
La demanda se fundó en la tentativa de homicidio de la demandada contra el causante. La
cual ha sido condenada a la pena de 10 años de prisión por ese mismo delito de tentativa. La
demandada invoca el perdón del causante. El cual no se halla en testamento pero puede probarse
con pruebas fehacientes. Del material probatorio que presento la demandada se encuentra un
convenio de alimentos agregado al juicio sucesorio, que se celebró luego de que ella recobró la
libertad. Se entiende que por temor a represalias y aún más luego de que saliera en libertad, y no
por perdón, el causante celebró ese acuerdo alimentario. Y habida cuenta de que la demandada y el
causante no reanudaron la vida en común, y que le pasara alimentos no es demostrativo de que la
hubiera perdonado sino que demuestra el temor que tenía el causante luego de lo vivido y que lo
hiciera nuevamente. Por eso se confirma la sentencia que la demandada apeló.

Caso N°2: “L. G. D. c/ L. L. L.” – Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial del


Departamento Judicial de Morón, Sala I – 29 de mayo de 1997. (Causal de Indignidad - Denuncia
Voluntaria). (LLBA – 1997, pág. 1420/1421).
Resumen:
La heredera efectuó denuncia de amenazas coactivas contra el difunto, si bien es cierto que
no tenía un deber legal de formularla, la actitud violenta del hoy fallecido -insultos, amenazas
reiteradas y uso de armas de fuego- justifica que la damnificada recurriera a la justicia para hacer
cesar esa permanente amenaza, por lo que es improcedente que se vea sancionada con la exclusión
por indignidad por el ejercicio regular de un derecho.
Una de las causales de indignidad hereditaria es el haber efectuado acusación o denuncia
penal contra el difunto, debiendo ser dicha denuncia por delito que conlleve pena de prisión por
cinco años o más y que la referida denuncia haya sido voluntaria, sin que exista deber legal para
formularla.
¿Es justa la sentencia apelada? 2ª ¿Qué pronunciamiento corresponde dictar?
La indignidad es una causal en virtud de la cual el heredero que ha incurrido en determinadas
ofensas contra el difunto queda privado de la herencia. Una de dichas ofensas es la acusación o la
denuncia criminal contra el difunto (art. 3293, Cód. Civil). Tal como lo señala el juez de grado, la
causal se configura cuando:
1. se haya realizado la acusación o denuncia contra el difunto, siendo indiferente que se lo
condene o no en razón de ella.
2. que la misma verse sobre un delito que posibilite una condena a prisión por 5 o más años.
3. que la denuncia sea voluntaria, o sea que no pese sobre el denunciante deber legal de
formularla
Analizando el caso de autos, tenemos que el primer requisito se halla configurado con la causa
penal Nº 21.268 tramitada ante el Juzgado en lo Criminal y Correccional.
Según surge del escrito de inicio de la causa penal, la parte demandada peticiona en base al art.
149 bis, última parte en función del art. 149 ter, inc. 1º del Cód. Penal. Dicha norma corresponde al
delito de amenazas coactivas y prevé una pena de 3 a 6 años de prisión o reclusión. En
consecuencia, el segundo requisito de la indignidad estaría también configurado.
Con respecto a si la denuncia fue voluntaria o no, debemos aceptar que no existía para L.L. un
deber legal de formular la acusación. Sin embargo, la conducta que se incrimina actuó en perjuicio
de la propia heredera y de su progenitora. Esa actitud violenta del causante se encuentra
acreditada. Justifica que la demandada recurriera a la justicia para hacer cegar esa permanente
amenaza hacia ella y su madre. De modo que si se hiciese lugar a la demanda la víctima del
Silvina Guevara

eventual delito, además de cargar con sus consecuencias sería sancionada con la exclusión por
indignidad por el ejercicio regular de un derecho. Coincido con el sentenciante que no se halla
configurada la causal de indignidad.

UNIDAD 3
ACEPTACION Y RENUNCIA DE LA HERENCIA.
Prohibición de pactos sobre la herencia futura
Como la transmisión hereditaria tiene lugar cuando se produce el fallecimiento del
causante, hasta ese momento no se pueden realizar actos jurídicos referidos a la herencia:
En tal sentido, el art. 1010 del CCCN sienta este principio, pero al mismo tiempo establece una
excepción:
ARTICULO 1010.- Herencia futura.
La herencia futura no puede ser objeto de los contratos ni tampoco pueden serlo los
derechos hereditarios eventuales sobre objetos particulares, excepto lo dispuesto en el párrafo
siguiente u otra disposición legal expresa.
Los pactos relativos a una explotación productiva o a participaciones societarias de
cualquier tipo, con miras a la conservación de la unidad de la gestión empresaria o a la prevención
o solución de conflictos, pueden incluir disposiciones referidas a futuros derechos hereditarios y
establecer compensaciones en favor de otros legitimarios. Estos pactos son válidos, sean o no parte
el futuro causante y su cónyuge, si no afectan la legítima hereditaria, los derechos del cónyuge, ni
los derechos de terceros.
En cuanto al principio general de la prohibición de hacer contratos sobre herencias futuras
se reitera la solución que traía el Código Civil derogado. Resulta importante la excepción que se
introduce porque se procura resguardar la integridad de la explotación productiva frente al
fallecimiento de uno de sus integrantes y la consiguiente incorporación de sus herederos. Es
posible que éstos no tengan conocimientos referidos a esa actividad, o no tengan interés en
participar, o bien, simplemente procuren liquidar la explotación para incorporar a su patrimonio
los bienes resultantes de ese proceso. Para evitar esos posibles conflictos, en el contrato se admite
incorporar previsiones que establezcan la forma de compensar a esos herederos ya la manera en
que deberán ser solucionados los conflictos que puedan presentarse. No puede resultar del
contrato una vulneración de normas de orden público del derecho sucesorio ni afectar los derechos
de las personas ajenas a ese conflicto.

Tiempo de la aceptación y la renuncia


Silvina Guevara

Como se acaba de señalar, en nuestra legislación no está permitido realizar actos jurídicos
sobre la posible herencia de una persona que todavía esté viva. Recién con el fallecimiento se abre
la posibilidad de expedirse sobre esa herencia.
ARTÍCULO 2286. Tiempo de la aceptación y la renuncia
Las herencias futuras no pueden ser aceptadas ni renunciadas.
El titular de la vocación hereditaria —a partir de la muerte del causante— puede consolidar
o resolver la vocación mediante la aceptación o la renuncia, respectivamente. Queda sentado un
principio: la aceptación y la renuncia no pueden hacerse sino después de la apertura de la
sucesión.
Derecho de opción
El derecho de opción es la facultad que tiene el sucesible de elegir entre la aceptación o la
renuncia de una herencia determinada. En realidad, al llamado a suceder se le presenta una
tercera alternativa, ya que además de aceptar o repudiar la herencia, puede guardar silencio.
ARTÍCULO 2287. Libertad de aceptar o renunciar
Todo heredero puede aceptar la herencia que le es deferida o renunciarla, pero no puede hacerlo
por una parte de la herencia ni sujetar su opción a modalidades. La aceptación parcial implica la
del todo; la aceptación bajo modalidades se tiene por no hecha.
La aceptación y la renuncia deben ser lisas y llanas, o sea no pueden ser hechas a término ni
bajo condición. La aceptación es indivisible, de manera que si es parcial se juzga que lo es por el
todo. La indivisibilidad se funda en la necesidad de brindar seguridad jurídica a terceros en
general y en particular a los acreedores.
ARTÍCULO 2288. Caducidad del derecho de opción
El derecho de aceptar la herencia caduca a los diez años de la apertura de la sucesión. El
heredero que no la haya aceptado en ese plazo es tenido por renunciante. El plazo para las
personas llamadas a suceder en defecto de un heredero preferente que acepta la herencia y luego
es excluido de ésta, corre a partir de la exclusión.

ARTÍCULO 2289. Intimación a aceptar o renunciar


Cualquier interesado puede solicitar judicialmente que el heredero sea intimado a aceptar o
renunciar la herencia en un plazo no menor de un mes ni mayor de tres meses, renovable una sola
vez por justa causa. Transcurrido el plazo sin haber respondido la intimación, se lo tiene por
aceptante. La intimación no puede ser hecha hasta pasados nueve días de la muerte del causante,
sin perjuicio de que los interesados soliciten las medidas necesarias para resguardar sus derechos.
Si el heredero ha sido instituido bajo condición suspensiva, la intimación sólo puede hacerse una
vez cumplida la condición.
Se determina que la intimación debe ser judicial. Están legitimados para realizar la intimación
judicial:
 Los acreedores del causante,
 Los legatarios y
 Los acreedores personales del heredero.
Los primeros tienen interés en el pago de sus acreencias; los segundos lo tienen en la entrega
de sus legados y los últimos porque generalmente la aceptación de la herencia importa un aumento
del patrimonio del deudor-heredero.
Cuando el heredero instituido lo ha sido bajo condición suspensiva, la intimación recién
puede hacerse cuando se cumpla la condición. Es la consecuencia de que el sucesible recién
adquiere la condición de tal cuando ocurre el acontecimiento futuro e incierto; es en esta
oportunidad que tiene lugar el nacimiento de su derecho.
ARTÍCULO 2290. Transmisión del derecho de opción
Si el heredero fallece sin haber aceptado ni renunciado la herencia, el derecho de hacerlo se
transmite a sus herederos.
Silvina Guevara

Si éstos no se ponen de acuerdo en aceptar o renunciar la herencia deferida a su causante,


los que la aceptan adquieren la totalidad de los derechos y obligaciones que corresponden a éste.
La renuncia de la herencia del causante fallecido sin aceptar ni renunciar una herencia a él
diferida, implica también la renuncia a ésta.
El derecho de opción es transmisible por causa de muerte. Esto significa que, ante el
fallecimiento de una persona, si muere su sucesible sin haberse expedido, los herederos de éste
tendrán el derecho de optar respecto de la primera herencia. Es una consecuencia directa de los
principios que rigen el llamamiento legal (art. 2424 CCyC y ss. Sucesiones intestadas).
El art. 2290, párr. 2, CCyC sienta la posibilidad de que si existe pluralidad de herederos —
del heredero fallecido que no ejerció el derecho de opción— pueden algunos aceptar y otros
renunciar a la herencia. Los que acepten deben hacerlo por la totalidad de la herencia, ya que no
puede haber aceptación parcial de ella No hay dificultades cuando todos los herederos están de
acuerdo acerca de la aceptación o renuncia de la herencia que le ha sido deferida a su causante. Lo
que se resuelve en forma expresa en la norma es lo que sucede cuando algunos llamados aceptan la
herencia y otros la renuncian. En tal supuesto, los que la aceptaron adquieren la totalidad de los
derechos y obligaciones que le correspondían al causante en la herencia que se le había deferido.
La norma concluye con una solución lógica, ya que si se renuncia a la herencia del causante no se
puede aceptar la herencia que se le había transmitido a éste.
El art. 2290, párr. 3, CCyC, permite advertir que la transmisión del derecho de opción de
quien aún no se ha pronunciado respecto a la herencia del primer causante obliga al sucesible de
aquel a aceptar su herencia, pues en caso contrario la renuncia a la herencia del segundo fallecido
—heredero que no ejerció el derecho de opción— importará también la renuncia a la herencia del
primer muerto.

ARTÍCULO 2291. Efectos


El ejercicio del derecho de opción tiene efecto retroactivo al día de la apertura de la sucesión.
Siguiendo el principio general de que la apertura y transmisión de la herencia se produce en
el mismo momento de la muerte, se fija el efecto retroactivo del derecho de opción. A nadie se le
impone la calidad de heredero, salvo el caso de que se oculten o sustraigan bienes de la herencia lo
que convierte al sucesible en aceptante con responsabilidad ilimitada (art. 2295 CCyC), siendo
entonces necesaria la aceptación. Como principio general, la herencia no queda vacante, por eso se
establece que la transmisión opera retroactivamente al momento de la muerte. El derecho a optar
entre aceptar o renunciar a la herencia se retrotrae a la muerte del causante, es decir a la apertura
de la sucesión.

ARTÍCULO 2292. Acción de los acreedores del heredero


Si el heredero renuncia a la herencia en perjuicio de sus acreedores, éstos pueden hacerse autorizar
judicialmente para aceptarla en su nombre. En tal caso, la aceptación sólo tiene lugar a favor de los
acreedores que la formulan y hasta la concurrencia del monto de sus créditos.
Los presupuestos de la acción otorgada a los acreedores del heredero renunciante son:
 Que el heredero haya renunciado a la herencia y
 que lo haya hecho en perjuicio de sus acreedores.
Los acreedores del heredero renunciante pueden hacerse autorizar judicialmente para aceptarla en
su nombre: Los acreedores deben hacerse autorizar judicialmente para realizar la aceptación en
nombre de su deudor mediante la acción subrogatoria u oblicua. La última parte del artículo sienta
un límite: los beneficiados por la aceptación son solamente los acreedores que ejercen la acción y
hasta el monto de sus acreencias.
Los efectos de la acción
Ni los acreedores autorizados judicialmente a aceptar la herencia renunciada son herederos
del difunto ni pueden ser demandados por otros acreedores de la sucesión. El renunciante sigue
siendo tal, es decir es como si nunca hubiese sido heredero, como si no hubiera existido (art. 2301
CCyC). Si eventualmente quedase algún remanente de la porción del renunciante, una vez pagados
sus acreedores, el mismo corresponde a sus coherederos o a los herederos de grado subsiguiente.
Silvina Guevara

Aceptación de la herencia
Concepto de aceptación de la herencia: La aceptación de la herencia es el acto voluntario
lícito por el cual una persona llamada a suceder asume de manera irrevocable los derechos y
obligaciones que corresponden a la calidad de heredero. Se dice que es un acto voluntario porque
tiene que haber sido ejecutado con discernimiento, intención y libertad.
Caracteres:
 acto voluntario
 irrevocable
 irretractable
 fija la posición de heredero
 se trata de actos unilaterales
Capacidad para aceptar la herencia y situaciones especiales
A diferencia de lo que se había dispuesto en el Código Civil derogado, no hay norma
específica que establezca la capacidad necesaria para aceptar una herencia. Debe diferenciarse la
capacidad para recibir una herencia de la capacidad para aceptarla, ya que para gozar de la
primera es suficiente existir al tiempo del fallecimiento, mientras que para la segunda se tiene que
encontrar en condiciones de ejercer por sí mismo ese derecho. Por lo tanto, la persona capaz podrá
aceptar la herencia por sí o por medio de un mandatario con facultades expresas para realizar
dicho acto. Mientras que el incapaz deberá hacerlo a través de su representante legal.
Las personas con capacidad restringida y los inhabilitados por prodigalidad podrán aceptar
la herencia en la medida en que en la resolución judicial se haya previsto expresamente esa
posibilidad y su voluntad deberá ser complementada con la intervención de los apoyos que se le
hayan impuesto.
ARTICULO 2297.- Aceptación por una persona incapaz o con capacidad
restringida.
La aceptación de la herencia por el representante legal de una persona incapaz nunca puede
obligar a éste al pago de las deudas de la sucesión más allá del valor de los bienes que le sean
atribuidos. Igual regla se aplica a la aceptación de la herencia por una persona con capacidad
restringida, aunque haya actuado con asistencia, o por su representante legal o convencional.
El art. 2297 CCyC, al referirse a la aceptación de la herencia por el representante legal de
una persona incapaz, establece que nunca puede obligar a este al pago de las deudas de la sucesión,
más allá del valor de los bienes que le sean atribuidos al incapaz. Por tanto, estas personas
incapaces tienen siempre responsabilidad intra vires pro viribus hereditatis, o sea una
responsabilidad limitada a los bienes de la herencia o a su valor en el caso de haber sido
enajenados y que corresponda. La aceptación de la herencia por el representante legal de una
persona incapaz nunca puede obligar a este al pago de las deudas de la sucesión más allá del valor
de los bienes que le sean atribuidos.
Se trata de una norma claramente proteccional de las personas que no gozande la plena
capacidad civil.
ARTÍCULO 2293. Formas de aceptación
La aceptación de la herencia puede ser expresa o tácita. Es expresa cuando el heredero toma
la calidad de tal en un acto otorgado por instrumento público o privado; es tácita si otorga un acto
que supone necesariamente su intención de aceptar y que no puede haber realizado sino en calidad
de heredero.
Esto significa que los casos de aceptación tácita encuadrarán dentro del concepto de simple
acto lícito, mientras que los casos de aceptación expresa serán concretamente actos jurídicos.
En ambos supuestos se trata de actos unilaterales porque se perfeccionan con la sola
voluntad del aceptante. Este concepto admite una excepción en los casos de aceptación forzada.
 Aceptación expresa: En la aceptación expresa el heredero toma la calidad de tal en forma
escrita, mediante instrumento público o privado.
Silvina Guevara

 Aceptación tácita: se exige que los actos impliquen necesariamente la intención de


aceptar, que son aquellos que el llamado a la sucesión no tiene derecho a realizar sino en
calidad de heredero; como tal, desde el momento en que el acto puede admitir otra
interpretación que esta, no lleva consigo la aceptación tácita.
Lo que se produce con la aceptación es la consolidación de la calidad de heredero del lla mado a
suceder.

ARTÍCULO 2294. Actos que implican aceptación


Implican aceptación de la herencia:
A) la iniciación del juicio sucesorio del causante o la presentación en un juicio en el cual se
pretende la calidad de heredero o derechos derivados de tal calidad;
B) la disposición a título oneroso o gratuito de un bien o el ejercicio de actos posesorios sobre
él;
C) la ocupación o habitación de inmuebles de los que el causante era dueño o condómino
después de transcurrido un año del deceso;
D) el hecho de no oponer la falta de aceptación de la herencia en caso de haber sido
demandado en calidad de heredero;
E) la cesión de los derechos hereditarios, sea a título oneroso o gratuito;
F) la renuncia de la herencia en favor de alguno o algunos de sus herederos, aunque sea
gratuita;
G) la renuncia de la herencia por un precio, aunque sea en favor de todos sus coherederos
No todo acto que guarde relación con los bienes hereditarios provoca la aceptación tácita de la
herencia, puesto que el art. 2296 del CCCN menciona expresamente distintos supuestos que no
traen aparejada la aceptación.
ARTÍCULO 2295. Aceptación forzada
El heredero que oculta o sustrae bienes de la herencia es considerado aceptante con
responsabilidad ilimitada, pierde el derecho de renunciar, y no tiene parte alguna en aquello que
ha sido objeto de su ocultamiento o sustracción. En el supuesto de que no pueda restituir la cosa,
debe restituir su valor, estimado al momento de la restitución.
En principio, los herederos responden por las deudas del causante con los bienes que
reciben, o con el valor de los bienes en caso de haber sido enajenados. Una de las excepciones a
esta responsabilidad limitada es el caso que contempla la norma en análisis.
Se ha definido la aceptación de la herencia como un acto voluntario, pero al mismo tiempo
se hizo la salvedad de un caso en que la calidad de aceptante era impuesta como sanción. Un deber
de lealtad que existe entre los coherederos impone la obligación de integrar los bienes hereditarios
en forma total. Cuando uno de ellos pretende disminuir el contenido de la herencia mediante el
ocultamiento o la sustracción de determinados bienes, es sancionado con la aceptación forzada de
la herencia. Es claro que para llegar a esa situación debe haberse demostrado en forma fehaciente
la conducta de quien ha incurrido en ese comportamiento. Probado el ocultamiento o la
sustracción, la norma impone la pérdida del derecho a renunciar a la herencia, por lo que queda en
la condición de aceptante. Se le impone también la responsabilidad ilimitada por las deudas del
causante, de tal manera que no sólo deberá afrontar su pago con los bienes hereditarios sino
también con su patrimonio personal. Además, resulta excluido de recibir los bienes que han sido
objeto de su ocultamiento o sustracción porque no podría beneficiarse con ellos luego de haber
sido descubierto su accionar malicioso. En el supuesto de que no pueda restituir la cosa, debe
restituir su valor estimado al momento de la restitución.
Obsérvese que no se distingue si hay pluralidad de herederos o si es un heredero único, pues
en este último caso los perjudicados pueden ser los acreedores hereditarios, legatarios y aun el
fisco.
ARTÍCULO 2296. Actos que no implican aceptación
Silvina Guevara

No implican aceptación de la herencia:


A) los actos puramente conservatorios, de supervisión o de administración provisional, así
como los que resultan necesarios por circunstancias excepcionales y son ejecutados en
interés de la sucesión;
B) el pago de los gastos funerarios y de la última enfermedad, los impuestos adeudados por el
difunto, los alquileres y otras deudas cuyo pago es urgente;
C) el reparto de ropas, documentos personales, condecoraciones y diplomas del difunto, o
recuerdos de familia, hecho con el acuerdo de todos los herederos;
D) el cobro de las rentas de los bienes de la herencia, si se emplean en los pagos a que se refiere
el inciso b) o se depositan en poder de un escribano;
E) la venta de bienes perecederos efectuada antes de la designación del administrador, si se da
al precio el destino dispuesto en el inciso d) de este artículo; en caso de no poderse hallar
comprador en tiempo útil, su donación a entidades de asistencia social o su reparto entre
todos los herederos;
F) la venta de bienes cuya conservación es dispendiosa o son susceptibles de desvalorizarse
rápidamente, si se da al precio el destino dispuesto en el inciso d).
En los tres últimos casos, el que ha percibido las rentas o el precio de las ventas queda sujeto a las
obligaciones y responsabilidad del administrador de bienes ajenos.

Nulidad de la aceptación
A diferencia de lo que se regulaba en el Código Civil derogado, en la nueva legislacion no se
han previsto normas específicas para la nulidad de la aceptación y por ello resultan de aplicación
las normas referidas a las nulidades de los actos jurídicos.
 Una causa de nulidad, por cierto muy poco posible, es que se haya pretendido efectuar una
aceptación en forma verbal, ya que el art. 2293 del CCCN exige la forma escrita para la
aceptación expresa y los actos que significan la aceptación tácita también resultan de una
expresión escrita, conforme lo establece el art. 2294.
 También puede haber una causa de nulidad cuando no se ha suplido la incapacidad del
heredero al no actuar a través de su representante legal o con la asistencia del apoyo que se
le hubiera impuesto a quien tiene capacidad restringida o al inhabilitado por prodigalidad.
 Otra causa de nulidad se encuentra en la realización del acto de aceptación expresa o del
acto del que se infiere la aceptación tácita existiendo los vicios de error, dolo o violencia.
Personas interesadas en pedir la nulidad: La nulidad de la aceptación puede ser planteada
por el propio aceptante que es quien tiene interés en dejar sin efecto el acto viciado. En el caso de
que el vicio se encuentre manifiesto en el acto podría ser declarada de oficio por el juez por tratarse
de un caso de nulidad absoluta, como sería un caso de aceptación verbal. No se ha previsto que
pueda ser solicitada por un acreedor del aceptante, tal como se contemplaba anteriormente,
aunque la posibilidad de que actúe en virtud de la acción subrogatoria no puede descartarse.
Efectos de la nulidad: De prosperar la acción de nulidad de la aceptación, cesan todos sus
efectos y las cosas vuelven al estado anterior y en consecuencia podrá nuevamente ejercer su
opción entre aceptar, renunciar o guardar silencio.
Renuncia de la herencia
ARTÍCULO 2298. Facultad de renunciar
El heredero puede renunciar a la herencia en tanto no haya mediado acto de aceptación.
La renuncia a la herencia es el acto expreso mediante el cual una persona renuncia a la herencia,
mediante declaración formal manifiesta su voluntad de no ser heredero. Frente a este repudio se
juzga al renunciante como si nunca hubiere sido heredero y la sucesión se defiere como si el
renunciante no hubiese existido.
Caracteres:
 Se trata de un acto jurídico porque tiene por fin extinguir derechos.
 Es un acto unilateral porque se perfecciona con la sola voluntad del renunciante, sin que se
requiera que esa renuncia sea aceptada por los que van a ocupar su lugar en la herencia.
Silvina Guevara

 es expresa: no se presume, salvo la relación con lo expresado en el derecho de opción


 es formal (por lo que dice el art. 2299 ccc)
 es lisa y llana
 no puede ser parcial porque no se puede ostentar al mismo tiempo esa condición y la de
aceptante por otra parte de la herencia.
 Incondicionada: la renuncia tampoco puede ser sometida a modalidades.
 La renuncia debe ser gratuita porque si recibiera una contraprestación habría aceptación
tácita y cesión derechos hereditarios.
Momento de la renuncia
La renuncia debe ser efectuada a partir de la muerte del causante porque las herencias
futuras no pueden ser aceptadas ni renunciadas conforme lo dispone el art. 2286 del CCCN
Desde el fallecimiento, el sucesible puede expedirse sobre la herencia que le ha sido deferida
y podrá renunciar en forma expresa siempre que no hayan transcurridos diez años desde ese
momento. De lo contrario, si ha guardado silencio, será tenido como renunciante tal como lo
dispone el art. 2288 del CCCN. Como la aceptación es irrevocable, una vez que se ha efectuado ya
quedó con solidada en cabeza del aceptante la condición de heredero y luego no podrá ya
renunciara la herencia.
ARTÍCULO 2299. Forma de la renuncia
La renuncia de la herencia debe ser expresada en escritura pública; también puede ser hecha en
acta judicial incorporada al expediente judicial, siempre que el sistema informático asegure la
inalterabilidad del instrumento.
La renuncia de la herencia debe ser expresada en escritura pública, como primer supuesto
(art. 299 CCyC y ss.). Se admite, además, que sea realizada en acta judicial, glosada al expediente
sucesorio, siempre que el sistema informático asegure la inalterabilidad del instrumento (ver art.
286 CCyC).

ARTÍCULO 2300. Retractación de la renuncia


El heredero renunciante puede retractar su renuncia en tanto no haya caducado su derecho
de opción, si la herencia no ha sido aceptada por otros herederos ni se ha puesto al Estado en
posesión de los bienes. La retractación no afecta los derechos adquiridos por terceros sobre los
bienes de la herencia.
A diferencia de lo que sucede con la aceptación, la renuncia puede ser dejada sin efecto por la sola
voluntad del renunciante, quedando emplazado como aceptante. La norma sienta un atenuante al
principio de irrevocabilidad de la renuncia. La finalidad perseguida es evitar las herencias vacantes
y facilitar siempre la aceptación.
El heredero que ha renunciado a la herencia puede retractarse siempre que se cumplan las
condiciones fijadas por la norma:
 que no haya caducado el derecho de opción —diez años de la apertura de la sucesión, art.
2288 CCyC—;
 que la herencia no haya sido aceptada por otros herederos ni se haya puesto al Estado en
posesión de los bienes.

ARTÍCULO 2301. Efectos de la renuncia


El heredero renunciante es considerado como si nunca hubiese sido llamado a la herencia,
sin perjuicio de la apertura del derecho de representación en los casos en que por este Código tiene
lugar
Como consecuencia de este enunciado, el renunciante no tiene ningún derecho sobre los
bienes hereditarios que tenga su causa en la transmisión producida por el fallecimiento del
causante.
Silvina Guevara

Esto significa que si hay coherederos del renunciante, éstos verán acrecida su porción
hereditaria y si fueran llamados herederos de un grado posterior, verán actualizado su derecho a la
herencia.
Acción de los acreedores del heredero renunciante
Cuando el heredero es insolvente y renuncia a una herencia de la que puede resultar un
incremento patrimonial, se produce un evidente perjuicio a sus acreedores personales. Ubicado
dentro del capítulo referido al derecho de opción, se encuentra el art. 2292 del CCCN que concede
la acción antes llamada de revocación de la renuncia en los siguientes términos: "Si el heredero
renuncia a la herencia en perjuicio de sus acreedores, éstos pueden hacerse autorizar judicialmente
para aceptarla en su nombre.
Aunque la norma no lo específica, es indudable que tiene que tratarse de un acreedor
anterior a la renuncia, puesto que si es posterior no ha sufrido un perjuicio por ese acto. La acción
es concedida al acreedor del renunciante y sólo beneficia a quienes la intentan y en la medida de su
interés.
No significa que el renunciante queda como aceptante ni que asume otros derechos y
deberes inherentes a la herencia. Los restantes bienes que queden después de pagados los créditos
de los acreedores del renunciante corresponden a los herederos llamados en lugar de éste.
Nulidad de la renuncia

Ya no hay normas específicas sobre la nulidad de la renuncia, por lo que se aplicarán las
disposiciones generales referidas a la nulidad de los actos jurídicos. En consecuencia, podrá haber
nulidad de la renuncia:
 Porque no se instrumentó en escritura pública y cuando se den las condiciones establecidas
en el art. 2299 del CCCN,
 cuando no se haya instrumentado en el expediente judicial.
 Podrá haber nulidad por incapacidad del renunciante y
 también por haber existido vicios del consentimiento.
La nulidad de la renuncia coloca al sucesible en condiciones de expedirse nuevamente sobre la
herencia que le ha sido deferida.
JURISPRUDENCIA APLICADA A ESTA UNIDAD:
Caso N°1: “Z., M. V. s/ Sucesión” – Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, Sala M - 19 de
septiembre de 1994. (Renuncia a una herencia - Forma) – Comentario de Delia B. IÑIGO –
“Aspectos formales de la renuncia de la herencia (Una cuestión controvertida). (La Ley, 1995 - C,
pág. 115/118).
RESUMEN:
Recurso de apelación interpuesto por la madre del causante contra la resolución que
desestimó el pedido de rectificación de la declaratoria de herederos, excluyéndose de la misma al
padre del causante. Ahora bien, en el escrito de inicio del sucesorio, el padre del causante renunció
a los derechos hereditarios que le pudieran corresponder. Los términos de la renuncia que
contiene el escrito son claros y precisos en cuanto a lo manifestado por V. S. Z., que renuncia a los
derechos a que hubiere lugar en el presente sucesorio. La renuncia es gratuita y no existe
condición, ni reserva, ni alteración de las porciones hereditarias, ni ningún término que pueda
interpretarse como encubridor de una aceptación de la herencia. Por otra parte, si bien el padre del
causante no ratificó su renuncia ante el actuario, conforme lo peticionado por la Fiscalía porque
falleció poco tiempo después, se encuentra abonada su firma por la declaración testimonial
obrante.
En primer término, cabe señalar que sólo el que tiene un llamado a una sucesión y a quien le
corresponde una herencia puede renunciar o aceptar. La condición hereditaria no es impuesta a
nadie: el heredero electo o provisional puede aceptar la herencia ya adquirida o repudiarla. El
aceptante ya es titular de la herencia, la aceptación no hace más que reafirmar esa condición. La
renuncia de la herencia es una declaración expresa de voluntad en la cual el heredero llamado a la
herencia manifiesta en la forma dispuesta por la ley no querer asumir los derechos y obligaciones
hereditarios. El problema se plantea cuando se debe determinar en qué casos existe aceptación
tácita de la herencia o configura una verdadera renuncia a los derechos hereditarios.
Silvina Guevara

Teniendo en cuenta lo expuesto, la conformidad prestada por el Fiscal de Cámara y lo


prescripto por los arts. 3346, 3349 y 3353, el tribunal resuelve: Rectificar la declaratoria de
herederos dictada con fecha 24 de agosto de 1990 y 8 de noviembre de 1990 --punto I--,
excluyéndose a V. S. Z.

UNIDAD IV
CESIÓN DE HERENCIA. PETICIÓN DE HERENCIA. HEREDERO
APARENTE
Es sabido que el Código Civil de Vélez Sarsfield no reguló la cesión de la herencia sino que
sólo tenía algunas disposiciones aisladas en la parte dedicada al contrato de cesión de derechos.
Esta omisión ha sido subsanada por la legislación actual que regula los aspectos más importantes
de la cesión de la herencia.
El contrato de cesión de herencia puede ser definido como aquel por el cual el
heredero, cedente, transmite a un coheredero o a un tercero, cesionario, la
universalidad jurídica, herencia, o una cuota parte de ella, sin consideración
especial de los elementos singulares que la componen. El art. 1614 del CCCN al definir el
contrato de cesión de derechos dispone: "Hay contrato de cesión cuando una de las partes
transfiere a la otra un derecho...", por lo que se encuadra perfectamente la cesión de la herencia
como un caso particular de cesión de derechos.
De este concepto surge que la cesión de la herencia es un contrato bilateral, lo que implica
un acuerdo de voluntades entre el cedente y el cesionario. Hay que tener en cuenta que nunca
podrá tener lugar antes de la muerte del causante, por la prohibición existente de realizar
contratos sobre herencias futuras. Por lo tanto, el tiempo oportuno para hacer el contrato de cesión
de la herencia comienza a partir de la muerte del causante.
El otro tema a dilucidar es hasta qué momento puede otorgarse este contrato y ello podrá
ocurrir mientras los bienes hereditarios se encuentren indivisos; es decir que luego de la partición
ya no podrá celebrarse la cesión de la herencia.
Silvina Guevara

Caracteres del contrato de cesión de herencia


♪ Es un contrato consensual porque resulta suficiente el acuerdo de voluntades sin que se
requiera la tradición de los bienes para su perfeccionamiento.
♪ Es traslativo de derechos porque los derechos sobre la herencia pasan del cedente al
cesionario.
♪ Es formal porque, corno se verá, se requiere su instrumentación mediante escritura pública.
♪ Puede ser oneroso o gratuito según que se perciba una contraprestación o se trate de una
liberalidad.
♪ Es un contrato aleatorio porque no se hace un detalle de los bienes, derechos y obligaciones
que se ceden y la incertidumbre acerca de su contenido es el riesgo que se asume al
contratar, tal como se explícita más adelante.

Forma de la cesión de la herencia


Se ha especificado de manera expresa la forma en que debe ser realizada la cesión de la
herencia aunque ello resulta de las normas generales del contrato de cesión de derechos. En efecto,
el art. 1618 del CCCN referido a la cesión de derechos exige en su inc. a) que se haga por escritura
pública la cesión de derechos hereditarios. Corrobora lo expuesto el art. 2302 del CCCN en su inc.
b), que da por sentado que se debe hacer por escritura pública al sostener que la cesión tiene
efectos respecto de otros herederos, legatarios y acreedores del cedente, desde que la escritura
pública se incorpora al expediente sucesorio.
ARTICULO 1618.- Forma.
La cesión debe hacerse por escrito, sin perjuicio de los casos en que se admite la transmisión del
título por endoso o por entrega manual.
Deben otorgarse por escritura pública:
A) la cesión de derechos hereditarios;
B) la cesión de derechos litigiosos. Si no involucran derechos reales sobre inmuebles,
también puede hacerse por acta judicial, siempre que el sistema informático asegure
la inalterabilidad del instrumento;
C) la cesión de derechos derivados de un acto instrumentado por escritura pública.

Contenido
La cesión de la herencia se refiere a un contenido patrimonial y no implica en ningún caso la
transmisión de la calidad de heredero. Este contenido patrimonial está formado por la herencia o
por una parte indivisa de ella.
ARTÍCULO 2303. Extensión y exclusiones
La cesión de herencia comprende las ventajas que pueden resultar ulteriormente por
colación, por la renuncia a disposiciones particulares del testamento, o por la caducidad de éstas.
No comprende, excepto pacto en contrario:
A) lo acrecido con posterioridad en razón de una causa diversa de las expresadas,
como la renuncia o la exclusión de un coheredero;
B) lo acrecido anteriormente por una causa desconocida al tiempo de la cesión;
C) los derechos sobre los sepulcros, los documentos privados del causante,
distinciones honoríficas, retratos y recuerdos de familia.
Queda claro que la doctrina ha interpretado que el contrato de cesión de derechos
hereditarios comprende la universalidad de bienes que le corresponden a una persona en su
carácter de heredera, con prescindencia de esa calidad —que no es cesible—, y que el cesionario
adquiere de esa forma la totalidad o la parte indivisa de la herencia. Es decir, el cesionario asume
la posición del cedente y adquiere, en el espectro patrimonial, todos los derechos y obligaciones
que el cedente tenía respecto de sus coherederos. Este artículo, al definir la extensión de la cesión
de derechos hereditarios, rige en tanto no exista un pacto que especifique el alcance de ella.
Silvina Guevara

Ω Inclusión: Corresponde incluir o comprender en la cesión de herencia a aquellas ventajas


que pueden resultar ulteriormente por efectos de la colación, por la renuncia a disposiciones
particulares del testamento, o por la caducidad de las disposiciones testamentarias. Los
efectos de la colación, de la renuncia o caducidad de disposiciones testamentarias, no
previstos por el cedente al momento de suscribir o celebrar la cesión de derechos
hereditarios, pueden importar un acrecentamiento de la herencia cedida, decidiendo la
norma que corresponde el beneficio al cesionario.
Ω Exclusión: lo que dice el art. 2303 ccc.
Efectos de la cesión
Se ha distinguido el momento en que los efectos de la cesión de la herencia se producen entre las
partes y respecto de terceros.
ARTICULO 2302.- Momento a partir del cual produce efectos.
La cesión del derecho a una herencia ya deferida o a una parte indivisa de ella tiene efectos:
A) entre los contratantes, desde su celebración;
B) respecto de otros herederos, legatarios y acreedores del cedente, desde que la
escritura pública se incorpora al expediente sucesorio;
C) respecto al deudor de un crédito de la herencia, desde que se le notifica la cesión.
¶ Inc.1: Al tratarse de un contrato que se perfecciona con el acuerdo de voluntades el efecto
inmediato entre las partes es innegable. El cedente debe entregar al cesionario los bienes
hereditarios que se encuentren en su poder en la medida del derecho cedido. Además, si la
cesión ha sido onerosa, el cedente responde por la evicción respecto de su calidad de heredero y
la parte indivisa que le corresponde en la herencia. Si la cesión ha sido gratuita, el cedente sólo
responde en los casos en que el donante es responsable.
¶ Inc.2: produce efectos desde la presentación de la escritura pública que la instrumenta en el
juicio sucesorio. Este hecho garantiza la suficiente publicidad para cualquier persona que
pretenda realizar algún acto referido a los bienes hereditarios; en particular con relación a los
coherederos, a los legatarios y a los acreedores del causante.
¶ Inc.3: Diferente es la situación que se presenta respecto de un deudor de la herencia; es decir,
cuando el causante era acreedor de un tercero. El deudor debe abonar a los herederos y por
ello, cuando uno de éstos ha cedido su derecho a la parte indivisa de la herencia, para que le sea
oponible al deudor, tal cesión debe serie notificada.

ARTÍCULO 2305.- Garantía por evicción.


Si la cesión es onerosa, el cedente garantiza al cesionario su calidad de heredero y la parte indivisa
que le corresponde en la herencia, excepto que sus derechos hayan sido cedidos como litigiosos o
dudosos, sin dolo de su parte. No responde por la evicción ni por los vicios de los bienes de la
herencia, excepto pacto en contrario. En lo demás, su responsabilidad se rige por las normas
relativas a la cesión de derechos. Si la cesión es gratuita, el cedente sólo responde en los casos en
que el donante es responsable. Su responsabilidad se limita al daño causado de mala fe.
 Si la cesión es onerosa, el cedente garantiza al cesionario su calidad de heredero y la
parte indivisa que le corresponde en la herencia (por ejemplo, si en lugar de un medio,
recibe un tercio), excepto que sus derechos hayan sido cedidos como litigiosos o dudosos,
sin dolo de su parte. No transmite la calidad de heredero pero la garantiza. No responde por
la evicción ni por los vicios de los bienes de la herencia, excepto pacto en contrario. En lo
demás, su responsabilidad se rige por las normas relativas a la cesión de derechos. El
cedente debe entregar al cesionario los bienes que componen la herencia, en la medida del
derecho cedido. Hay que tener en cuenta que se trata de un contrato aleatorio, cuyo carácter
está dado por el objeto del contrato, ya que no se transmiten bienes específicamente
individualizados, sino el derecho hereditario que puede variar en su extensión. El cedente
debe responder por la evicción que excluye su calidad de heredero y no por la de los bienes
de que la herencia se compone. Por ende, si resulta vencido en una acción de petición de
Silvina Guevara

herencia, el cedente debe resarcir los daños y perjuicios ocasionados al cesionario. En


cambio, si el cedente cede su derecho como “litigioso o dudoso” en ese caso no responde por
evicción. Si se pacta excluir la garantía de evicción y el cedente es de buena fe, este no
respondería por daños y perjuicios pero debería restituir el precio que recibió del
cesionario.
 Si la cesión es gratuita, el cedente solo responde en los casos en que el donante es
responsable. Su responsabilidad se limita al daño causado de mala fe.

Cesión de los derechos en la indivisión postcomunitaria


ARTÍCULO 2308. Indivisión postcomunitaria.
Las disposiciones de este título se aplican a la cesión de los derechos que corresponden a un
cónyuge en la indivisión postcomunitaria que acaece por muerte del otro cónyuge.
Muchas veces sucede que el causante era de estado civil casado y regía entre los cónyuges el
régimen de comunidad. Al fallecimiento, el cónyuge supérstite pretende ceder los derechos que le
corresponden como consecuencia de la disolución de dicho régimen producida a raíz de la muerte
de uno de los cónyuges. Como efecto de esa disolución al cónyuge supérstite se le atribuyen la
mitad de los bienes gananciales y la otra mitad integra la herencia del cónyuge fallecido.
Respecto de la mitad que corresponde al causante habrá que yergue miembros de su familia
son llamados a sucederlo porque si concurren los descendientes el cónyuge supérstite es excluido
por éstos en la parte de gananciales que le correspondía al fallecido (art. 2433, parte 2°, CCCN).
En caso de concurrir el cónyuge sobreviviente con los ascendientes del causante en la mitad
de bienes gananciales que integran la herencia participará en la mitad; además de recibir su mitad
como supérstite del régimen de comunidad y no como heredero (art. 2434, CCCN). Por lo tanto, no
hay que confundir la cesión de la porción indivisa postcomunitaria con la cesión de la herencia que
le corresponde al cónyuge, ya que se trata de masas de bienes diferentes.
En caso de concurrir con descendientes, podrá hacer la cesión de la parte indivisa de la
herencia que le corresponde sobre los bienes propios del causante.
Cuando concurra con los ascendientes del cónyuge fallecido también podrá hacer la cesión
de la mitad de la herencia que le corresponda y que se integra con la mitad de gananciales del
muerto y la mitad de los bienes propios de éste.
Podrían presentarse diferentes supuestos en los que siempre se ha debatido el alcance de los
derechos cedidos, distinguiéndose si el cónyuge actualiza solo su vocación hereditaria o si el
cónyuge concurre con descendientes o con ascendientes:
A) El cónyuge solo. Es una situación en la que no opera la indivisión hereditaria (art.
2323 CCyC). El cónyuge puede celebrar los contratos que estime pertinentes.
B) El cónyuge concurre con el orden hereditario de los descendientes. El
cónyuge supérstite ostenta un derecho indiviso a la extinción de la comunidad de
ganancias según los arts. 475, inc. a, 481 (con remisión al art. 2323 CCyC y ss.), 498 y
conc., 2433 CCyC, que puede ceder. La mitad de gananciales que correspondan al
supérstite pueden cederse, y ese contrato se rige por la cesión de herencia, conforme al
art. 2308 CCyC.
C) El cónyuge concurre con el orden hereditario de los ascendientes. El cónyuge
supérstite ostenta un derecho indiviso a la extinción de la comunidad de ganancias
según los arts. 475 inc. a, 481 (con remisión al art. 2323 CCyC y ss.), 498 y concs., 2434
CCyC que puede ceder. La mitad de gananciales que correspondan al supérstite pueden
cederse, y comprenden la indivisión postcomuntaria del régimen de comunidad. El
contrato por el que cede estos derechos se rige por la cesión de herencia, conforme al art.
2308 CCyC. Quede claro que de la porción de gananciales del causante, recibe a título
hereditario la mitad (art. 2434), que comparte con el orden de los ascendientes, al igual
que los bienes propios. Estos escapan a la previsión del art. 2308 CCyC, en caso de ser
cedidos.
ARTICULO 2309.- Cesión de bienes determinados.
Silvina Guevara

La cesión de derechos sobre bienes determinados que forman parte de una herencia no se
rige por las reglas de este Título, sino por las del contrato que corresponde, y su eficacia está sujeta
a que el bien sea atribuido al cedente en la partición.
La doctrina ha interpretado que el contrato de cesión de derechos hereditarios comprende
la universalidad de bienes que le corresponden a una persona en su carácter de heredera, con
prescindencia de la calidad de heredero que no es cesible. El cesionario adquiere de esa forma la
totalidad o la parte alícuota del acervo sucesorio que le corresponde cuando el cedente integra la
comunidad hereditaria con otros coherederos.

Petición de herencia
Concepto de petición de herencia: Como en nuestro derecho son llamados a suceder por la
ley diversos miembros de la familia del causante, o bien por la voluntad de éste expresada en su
testamento, es posible que existan conflictos acerca de la determinación del verdadero heredero de
la persona fallecida. Esta controversia se plantea en forma judicial a través de la acción de petición
de herencia.
Doctrinariamente se puede definir de la siguiente manera: la acción de petición de herencia
es la acción que tiene un heredero para desplazar a otra persona que también invoca la calidad de
heredero o para concurrir con ella en la sucesión del causante y obtener la entrega de la herencia.
ARTÍCULO 2310.- Procedencia.
La petición de herencia procede para obtener la entrega total o parcial de la herencia, sobre
la base del reconocimiento de la calidad del heredero del actor, contra el que está en posesión
material de la herencia, e invoca el título de heredero.
La petición de herencia procede para obtener la entrega total o parcial de la herencia, sobre
la base del reconocimiento de la calidad del heredero del actor, contra el que está en posesión
material de la herencia, e invoca el título de heredero —sin mencionar alguna probable excepción.
 La legitimación activa: La legitimación activa corresponde a las personas que tiene igual o
mejor derecho que quien ostenta hasta el momento la calidad de heredero.
 La legitimación pasiva: La acción se dirige contra quien se encuentra ostentando la calidad
de heredero y controvierte el derecho del accionante.
ARTÍCULO 2311.- Imprescriptibilidad.
La petición de herencia es imprescriptible, sin perjuicio de la prescripción adquisitiva que puede
operar con relación a cosas singulares.
El fundamento de la imprescriptibilidad de la acción de petición de herencia radica en que las
acciones de estado de familia no admiten la posibilidad de prescripción como regla general.
Competencia
Resulta incuestionable que el proceso en el que se discuta la petición de herencia del que
resultará la calidad de heredero debe tramitar ante el juez que interviene en el proceso sucesorio.
Así surge de lo establecido en el segundo párrafo del art. 2336 del CCCNque impone la
competencia del juez de la sucesión a la acción de petición de herencia, entre otros supuestos.
Como el proceso sucesorio no es un trámite controversial, la petición de herencia debe tramitarse
por un juicio separado e independiente, pero ante el mismo juez que entiende en la sucesión. La
necesidad de un amplio debate y prueba de la calidad de heredero y la entrega de los bienes hace
que el tema sea ajeno al juicio sucesorio en sí mismo. Además, la acción de petición de herencia
puede acumularse a otros procesos que sean necesarios para la determinación de la calidad de
heredero, como por ejemplo, una acción de reclamación de la filiación o una acción de
impugnación.
ARTICULO 2336.- Competencia.
La competencia para entender en el juicio sucesorio corresponde al juez del último
domicilio del causante, sin perjuicio de lo dispuesto en la Sección 9a, Capítulo 3, Título IV del
Libro Sexto.
El mismo juez conoce de las acciones de petición de herencia, nulidad de testamento, de los
demás litigios que tienen lugar con motivo de la administración y liquidación de la herencia, de la
Silvina Guevara

ejecución de las disposiciones testamentarias, del mantenimiento de la indivisión, de las


operaciones de partición, de la garantía de los lotes entre los copartícipes y de la reforma y nulidad
de la partición.
Si el causante deja sólo un heredero, las acciones personales de los acreedores del causante
pueden dirigirse, a su opción, ante el juez del último domicilio del causante o ante el que
corresponde al domicilio del heredero único.
Medidas cautelares
El heredero ha recibido la transmisión de los derechos sobre la herencia desde la misma
muerte del causante y puede disponer de ellos sin ninguna limitación.
Para evitar ese riesgo, es necesario requerir al iniciar la acción de petición de herencia la
adopción de medidas cautelares que tiendan a impedir losados de disposición del accionado
respecto de los bienes hereditarios.
En tal sentido, el Código Procesal Civil y Comercial de la Nación ha admitido expresamente
la procedencia del embargo preventivo para la acción de petición de herencia, conforme resulta del
ad: 210, inc. 4°.
La procedencia de esta medida cautelar está supeditada a la acreditación de la verosimilitud
de la pretensión deducida y del peligro en la demora, como ocurre en todos los casos de
restricciones precautorias que se adoptan al inicio de un proceso.
Efectos
El efecto inicial de la sentencia que hace lugar a la acción de petición de herencia es la
determinación de la persona que tiene el carácter de heredero del causante. El efecto siguiente es
la restitución de los bienes que integran la herencia al heredero declarado en la sentencia.
ARTÍCULO 2312.- Restitución de los bienes.
Admitida la petición de herencia, el heredero aparente debe restituir lo que recibió sin
derecho en la sucesión, inclusive las cosas de las que el causante era poseedor y aquellas sobre las
cuales ejercía el derecho de retención.
Si no es posible la restitución en especie, debe indemnización de los daños.
El cesionario de los derechos hereditarios del heredero aparente está equiparado a éste en
las relaciones con el demandante.

Heredero aparente
Concepto: El heredero aparente es aquel que, ostentando tal calidad, resulta vencido en una
acción de petición de herencia.
También hay que tener en cuenta que existe el heredero aparente aunque no haya conflicto porque
si éste reconoce voluntariamente al que ostenta un mejor o igual derecho la acción de petición de
herencia resulta innecesaria, pero ello no impide considerar al que ha perdido su condición como
heredero aparente.
Efectos de los actos de administración realizados por el heredero aparente
Debe recordarse que, de acuerdo al art. 399 del CCCN, nadie puede transmitir a otro un
derecho mejor o más extenso que el que tiene, sin perjuicio de las excepciones legalmente
dispuestas. La situación del heredero aparente es, precisamente, uno de los casos de excepción, ya
que puede haber realizado actos de administración y eventualmente de disposición sobre bienes de
la herencia sin haber tenido en definitiva derecho para efectuarlo porque no se trataba del
heredero real.
 Los actos de administración: son aquellos que implican la conservación del capital de
un patrimonio haciéndole producir los beneficios de que ellos san súsceptibles de acuerdo
con su naturaleza y destino.
 Por el contrario, los actos de disposición son los que alteran fundamentalmente los
elementos que constituyen el capital del patrimonio
ARTÍCULO 2315.- Actos del heredero aparente.
Son válidos los actos de administración del heredero aparente realizados hasta la
notificación de la demanda de petición de herencia, excepto que haya habido mala fe suya y del
tercero con quien contrató.
Silvina Guevara

Son también válidos los actos de disposición a título oneroso en favor de terceros que
ignoran la existencia de herederos de mejor o igual derecho que el heredero aparente, o que los
derechos de éste están judicialmente controvertidos.
El heredero aparente de buena fe debe restituir al heredero el precio recibido; el de mala fe debe
indemnizar todo perjuicio que le haya causado.
Efectos de los actos realizados por el heredero aparente: La buena o mala fe del heredero
aparente es determinante en relación al alcance de la restitución que el vencido deba realizar al
heredero real, ya sea que lo excluya o concurra con él.
Actos de disposición: En cuanto a los actos de disposición es preciso distinguir los realizados a
título gratuito de los onerosos.
Cualquier acto de disposición a título gratuito realizado por el heredero aparente, ya sea
sobre bienes muebles o inmuebles, no es válido y puede ser cuestionarlo por el heredero real.
Los actos de disposición a título oneroso que realiza el heredero aparente tienen varios
condicionantes para que sean válidos. En principio, los actos de disposición serán válidos si el
tercer contratante es de buena fe porque no conocía que el heredero aparente podía perder esa
condición.
En definitiva, para que el acto de disposición sobre bienes registrables sea válido tiene que
haber sido oneroso, el heredero aparente tiene que haber obtenido una declaratoria de herederos a
su favor o la aprobación formal del testamento en el que fue instituido y el tercer adquirente tiene
que ser de buena fe.
Como se puede apreciar, la buena o mala fe del heredero aparente no es un requisito para la
validez del acto de disposición, sino que tendrá trascendencia respecto de la responsabilidad que le
cabe frente al heredero real.
Jurisprudencia temática aplicable:
CASO 2: “SCANDAR, Héctor Antonio s/ Sucesión Ab Intestato”
Tema relacionado: forma de la cesión de herencia
RELACIONADO CON EL ART. 2309 CESION DE BIENES DETERMINADOS
DIJO EL Dr. En clase: 2302/2309
398/399/400
969/1017/1618
✿ Hechos: se trata acerca de una cesión de derechos hereditarios que tiene por beneficiaria a
la recurrente (viuda del causante), siendo la parte cedente Federico Scandar (hijo del
causante en un matrimonio anterior)
El objeto del acto es un automóvil Fiat Duna (la totalidad del acervo hereditario). El acto se
concretó mediante un convenio por el cual hubo una contraprestación de $700. La cesionaria y
recurrente solicita que se homologue lo expresado y se cite a primera audiencia a ratificar.
La sentencia recurrida resuelve no hacer lugar a lo peticionado entendiendo que por regla, el acto
debe ser efectuado por escritura pública.
Cuestión: ¿Es arreglada a derecho la resolución apelada?
Votación:
Dr. Posca: las cesiones por las que se atribuyen a favor de un solo heredero los derechos sobre el
único automotor del sucesorio, constituyen una forma de acordar una partición.
En este contexto resultan aplicables las reglas de la partición judicial que no requiere la
forma de escritura pública para su perfeccionamiento.
En consecuencia puede realizarse en instrumento privado la cesión a un coheredero,
efectuada por un precio en dinero, como también los derechos y acciones hereditarias sobre el
automotor, efectuadas en favor de otro coheredero, puesto que en definitiva esta cesión constituye
un convenio sobre la partición. Voto por la negativa.
Los demás jueces adhirieron a los fundamentos y votan por la negativa
Sentencia: se revoca la resolución, debiendo previamente citarse a las partes intervinientes a la
ratificación del convenio a efectos de proseguir los tramites de estilo, sin costas.
Silvina Guevara

UNIDAD 5
RESPONSABILIDAD DE LOS HEREDEROS Y LEGATARIOS
Liquidación del pasivo
Lo que en el Código Civil derogado se denominaba erróneamente separación de
patrimonios, ahora es regulado bajo el correcto nombre de la preferencia que existe entre los
acreedores del causante y los legatarios para cobrarse sobre los bienes de la herencia antes que los
acreedores de los herederos
ARTÍCULO 2316.- Preferencia.
Silvina Guevara

Los acreedores por deudas del causante y por cargas de la sucesión, y los legatarios tienen
derecho al cobro de sus créditos y legados sobre los bienes de la herencia, con preferencia sobre los
acreedores de los herederos.
El art. 2316 CCyC otorga el derecho preferente a los acreedores y a los legatarios del
causante para cobrarse sus créditos y legados sobre los bienes de la herencia, con preferencia sobre
los acreedores de los herederos. Se trata de una consecuencia de la responsabilidad limitada del
heredero a los bienes recibidos, y la separación de los bienes “personales”. El fundamento reside
en el reconocimiento del carácter preferente del título del acreedor hereditario sobre el acreedor
personal del heredero.
ARTICULO 2359.- Garantía de los acreedores y legatarios de la sucesión.
Los acreedores del causante, los acreedores por cargas de la masa y los legatarios pueden
oponerse a la entrega de los bienes a los herederos hasta el pago de sus créditos o legados.

Limitación de la responsabilidad de los herederos


Se ha establecido como regla la limitación de la responsabilidad del heredero por
las deudas del causante y por el cumplimiento de los legados. Se trata de una responsabilidad
intra vires, de la que sólo es posible apartarse en casos de excepción taxativamente mencionados
en la ley.
ARTÍCULO 2317.- Responsabilidad del heredero.
El heredero queda obligado por las deudas y legados de la sucesión sólo hasta la concurrencia del
valor de los bienes hereditarios recibidos. En caso de pluralidad de herederos, éstos responden con
la masa hereditaria indivisa.

ARTÍCULO 2318.- Legado de universalidad.


Si el legado es de una universalidad de bienes y deudas, el legatario sólo queda obligado al
pago de las deudas comprendidas en aquélla hasta el valor de los bienes recibidos, sin perjuicio de
la acción subsidiaria de los acreedores contra los herederos y los otros legatarios en caso de
insuficiencia de los bienes de la universalidad.

Preferencia de los acreedores sobre los legatarios


Si bien los acreedores del causante, los acreedores por cargas de la sucesión y los legatarios
tienen preferencia de cobro antes que los acreedores personales del heredero sobre los bienes
hereditarios, esto no significa que se encuentren en un pie de igualdad entre ellos. En este sentido,
el CCCN mantiene el criterio anterior, estableciendo que primero cobran los acreedores del
causante y luego los legatarios. Esta prioridad se concreta en la acción que se les confiere contra
los legatarios cuando éstos han cobrado sus legados antes de que se hayan cancelado las deudas
del causante.
ARTÍCULO 2319.- Acción contra los legatarios.
Los acreedores del causante tienen acción contra los legatarios hasta el valor de lo que reciben;
esta acción caduca al año contado desde el día en que cobran sus legados.

ARTÍCULO 2321.- Responsabilidad con los propios bienes.


Responde con sus propios bienes por el pago de las deudas del causante y cargas de la herencia, el
heredero que:
A) no hace el inventario en el plazo de tres meses desde que los acreedores o legatarios lo
intiman judicialmente a su realización;
B) oculta fraudulentamente los bienes de la sucesión omitiendo su inclusión en el inventario;
C) exagera dolosamente el pasivo sucesorio;
Silvina Guevara

D) enajena bienes de la sucesión, excepto que el acto sea conveniente y el precio obtenido
ingrese a la masa.

ARTÍCULO 2322.- Prioridad de los acreedores del heredero sobre los bienes del
heredero.
En los casos previstos en el artículo 2321, sobre los bienes del heredero, los acreedores del
heredero cobran según el siguiente rango:
A) por los créditos originados antes de la apertura de la sucesión, con preferencia respecto de
los acreedores del causante y de los legatarios;
B) por créditos originados después de la apertura de la sucesión concurren a prorrata con los
acreedores del causante.

UNIDAD 6
INDIVISION HEREDITARIA
Silvina Guevara

La indivisión hereditaria es el estado de la herencia que se configura cuando existe más


de un heredero. Esta situación comienza con la muerte del causante y finaliza con la partición de
la herencia.
La característica esencial para la existencia de la indivisión hereditaria es que 1a la herencia
sea llamado más de un heredero. Si queda un solo heredero, éste es el único y exclusivo propietario
de todos los bienes dejados por el causante a su muerte y, en tal caso, no existe la comunidad
hereditaria.
Por lo tanto, la indivisión hereditaria es el estado de la herencia que se configura cuando
existe más de un heredero.
LA MASA HEREDITARIA: El objeto de la comunidad hereditaria es una universalidad jurídica
conformada por todos los bienes, derechos y créditos de los que era propietario el causante y
susceptibles de transmisión por causa de muerte.
Administración extrajudicial
ARTÍCULO 2323.- Aplicabilidad.
Las disposiciones de este Título se aplican en toda sucesión en la que hay más de un heredero,
desde la muerte del causante hasta la partición, si no hay administrador designado.
La indivisión es la coexistencia simultánea de varios sujetos que ostentan derechos de la
misma naturaleza sobre un mismo bien o sobre un conjunto de bienes, sin que haya división
material de las partes. Cuando existe más de un heredero, la muerte de una persona da lugar a un
fenómeno de indivisión.
Se constata, claro, una división abstracta, intelectual, del derecho que se expresa por una
fracción aritmética (un quebrado), cuyo numerador es la unidad y el denominador la fracción
respectiva que corresponde al titular, cuya fracción se la llama “cuota parte indivisa o ideal” o
“parte alícuota”. La cuota representa la medida aritmética de su participación en el derecho sobre
el bien común; es una fracción ideal del todo.
Durante el estado de indivisión el conjunto de la herencia pertenece a todos los herederos
sin que ninguno de ellos pueda atribuirse el derecho exclusivo sobre alguno de esos bienes. Cada
heredero resulta ser propietario de una porción ideal sobre la totalidad de los bienes indivisos y es
llamada su cuota hereditaria.
Cada titular puede disponer independientemente de esa cuota, sin el consentimiento de los
demás, pues tiene sobre su cuota un verdadero derecho de propiedad: puede enajenarla, sus
acreedores pueden embargarla y venderla forzadamente. La figura contempla una situación
transitoria llamada a desaparecer por la partición. El acto que regularmente pone fin a la
indivisión es la partición por la que, con efecto retroactivo, se dividen y adjudican los bienes a
título singular y exclusivo a cada indivisario o copartícipe.
NATURALEZA JURÍDICA DEL ESTADO DE INDIVISIÓN (TEORÍAS):

 El estado de indivisión es una persona jurídica distinta de los herederos: es posible objetar
que no hay tal entidad diferenciada porque no es sujeto de derechos y obligaciones y no
tiene un patrimonio propio porque los bienes de la herencia pertenecen a los herederos
desde la misma muerte del causante.
 El estado de indivisión es un condominio: tampoco tiene hoy asidero porque las normas que
regulan su administración, el uso y goce y los frutos son diferentes.

Luego de reglar que los artículos de este Capítulo se aplican a las sucesiones en que concurran
más de un heredero, desde la muerte del causante hasta la partición, cuando no haya
administrador designado judicialmente, se procede por el legislador a analizar los actos que deben
o pueden ser realizados u otorgados durante la indivisión:
A) En el art. 2324 CCyC se regulan los actos conservatorios;
B) en el 2327 CCyC , las medidas urgentes;
C) en el art. 2325 CCyC se contemplan los actos de administración y de
disposición durante la indivisión.
Silvina Guevara

ARTÍCULO 2324.- Actos conservatorios y medidas urgentes .


Cualquiera de los herederos puede tomar las medidas necesarias para la conservación de los
bienes indivisos, empleando a tal fin los fondos indivisos que se encuentran en su poder. A falta de
ellos, puede obligar a los coherederos a contribuir al pago de los gastos necesarios.
El heredero está facultado para emplear los fondos indivisos que obren en su poder, lo que
se explica claramente: se conservan los bienes indivisos, con fondos indivisos, que obran en poder
del heredero que otorga o realiza el acto conservatorio, en la administración extrajudicial. Puede
acontecer que el heredero no cuente con fondos indivisos, en cuyo caso, si es necesario conservar
bienes indivisos, puede obligar a los coherederos a contribuir al pago de tales erogaciones
necesarias.
ARTÍCULO 2325.- Actos de administración y de disposición.
Los actos de administración y de disposición requieren el consentimiento de todos los
coherederos, quienes pueden dar a uno o varios de ellos o a terceros un mandato general de
administración.
Son necesarias facultades expresas para todo acto que excede la explotación normal de los
bienes indivisos y para la contratación y renovación de locaciones.
Si uno de los coherederos toma a su cargo la administración con conocimiento de los otros y
sin oposición de ellos, se considera que hay un mandato tácito para los actos de administración
que no requieren facultades expresas en los términos del párrafo anterior.
El artículo contempla quien puede otorgar los actos de administración y de disposición, en
la indivisión, no habiendo designado administrador judicial en el proceso. Debemos distinguir los
actos ordinarios de administración de los actos que exceden la explotación normal de los bienes
indivisos.
La regla general para otorgar actos de administración y actos de disposición,
durante la indivisión, en la etapa de administración extrajudicial, es el consentimiento de todos los
coherederos.
Los herederos quedan facultados a otorgar a su o sus coherederos y/o a terceros un
mandato general de administración (ver mandato, art. 1319 CCyC y ss.).
Mandato ARTICULO 1319.- Definición.
Hay contrato de mandato cuando una parte se obliga a realizar uno o más actos jurídicos en
interés de otra.
El mandato puede ser conferido y aceptado expresa o tácitamente. Si una persona sabe que
alguien está haciendo algo en su interés, y no lo impide, pudiendo hacerlo, se entiende que ha
conferido tácitamente mandato. La ejecución del mandato implica su aceptación aun sin mediar
declaración expresa sobre ella.
Se exigen facultades expresas para todo acto que exceda la explotación normal de los bienes
indivisos, y para la contratación y renovación de locaciones. Si uno de los coherederos asume la
administración con conocimiento de los otros y sin oposición de ellos, se reputa que hay un
mandato tácito para los actos de administración que no requieren facultades expresas —actos que
exceden la explotación normal y locación—.
Existe la posibilidad de que un heredero tome a su cargo la administración de la herencia
sin conocimiento de los restantes, en cuyo caso debe aplicarse la del gestor de negocios (art. 2326
CCyC).
Gestión de negocios. ARTICULO 1781.- Definición.
Hay gestión de negocios cuando una persona asume oficiosamente la gestión de un negocio
ajeno por un motivo razonable, sin intención de hacer una liberalidad y sin estar autorizada ni
obligada, convencional o legalmente.

ARTÍCULO 2326.- Ausencia o impedimento.


Los actos otorgados por un coheredero en representación de otro que está ausente, o
impedido transitoriamente, se rigen por las normas de la gestión de negocios.
Silvina Guevara

El impedimento del coheredero puede ser circunstancial —como un viaje, enfermedad,


realización de un trabajo en el extranjero, etc. — y en el supuesto de la ausencia, no se exige que se
haya dictado declaración judicial alguna a su respecto.
ARTÍCULO 2327.- Medidas urgentes.
Aun antes de la apertura del proceso judicial sucesorio, a pedido de un coheredero, el juez
puede ordenar todas las medidas urgentes que requiere el interés común, entre ellas, autorizar el
ejercicio de derechos derivados de títulos valores, acciones o cuotas societarias, la percepción de
fondos indivisos, o el otorgamiento de actos para los cuales es necesario el consentimiento de los
demás sucesores, si la negativa de éstos pone en peligro el interés común.
Asimismo, puede designar un administrador provisorio, prohibir el desplazamiento de
cosas muebles, y atribuir a uno u otro de los coherederos el uso personal de éstas.
Estas medidas pueden ser peticionadas por el o los herederos, antes del inicio judicial del
proceso sucesorio —y obviamente— durante el proceso; y deben ser admitidas por el juez.
Siempre bajo la cláusula del interés común, tales medidas urgentes pueden ser,
conforme al art. 2327 CCyC:
 autorizar el ejercicio de derechos derivados de títulos valores;
 autorizar el ejercicio de derechos derivados de acciones;
 autorizar el ejercicio de derechos derivados de las cuotas societarias;
 la percepción de fondos indivisos;
 el otorgamiento de actos para los cuales es necesario el consentimiento de los demás
sucesores, si la negativa de éstos pone en peligro el interés común
Al consagrar el art. 2327 CCyC como medida urgente la facultad de otorgar actos para los
cuales es necesario el consentimiento de los demás sucesores, ante la oposición a otorgar ese
consentimiento se entiende que el juez queda facultado para otorgar la venia supletoria a fin de
realizar el acto.
También se contempla:
A) la posibilidad de designar un administrador provisorio;
B) prohibir el desplazamiento de cosas muebles;
C) atribuir a uno u otro de los coherederos el uso personal de estas.
ARTÍCULO 2328.- Uso y goce de los bienes.
El heredero puede usar y disfrutar de la cosa indivisa conforme a su destino, en la medida
compatible con el derecho de los otros copartícipes. Si no hay acuerdo entre los interesados, el
ejercicio de este derecho debe ser regulado, de manera provisional, por el juez.
El copartícipe que usa privativamente de la cosa indivisa está obligado, excepto pacto en
contrario, a satisfacer una indemnización, desde que le es requerida.
El uso y goce de la cosa indivisa, en la indivisión, se regula en los términos de esta norma,
que prevé una solución para la hipótesis de desacuerdo entre los copartícipes.
El derecho de usar y gozar de la cosa indivisa corresponde a todos los copartícipes. Si el
heredero usa y goza de la cosa indivisa, con exclusividad, debe regirse por el principio general de la
compatibilidad de su derecho con el derecho de los demás copartícipes.
Puede configurarse un desacuerdo entre los interesados, respecto al uso y goce de la cosa,
por solo uno o alguno de ellos. Frente a la desavenencia de los copartícipes, el uso y goce de la cosa
indivisa debe ser resuelto provisoriamente por el juez.
Uso privativo de la cosa indivisa e indemnización
El uso privativo de un bien indiviso por uno o varios coherederos no exhibe problemas en
orden al resarcimiento, cuando se registra algún acuerdo entre todos los copartícipes en que el
mismo no se exige. Si no hay tal acuerdo sobre el uso privativo, surge la obligación de indemnizar a
los copartícipes, por parte de quien ejerce el uso y goce de la cosa indivisa.
La doctrina y la jurisprudencia entienden de manera coincidente que el uso exclusivo y
excluyente de un bien hereditario por parte de uno de los coherederos exige el pago a los otros de
una indemnización, en algunas oportunidades nominada “compensatoria” por la exclusión que
sufren.
Silvina Guevara

ARTÍCULO 2329.- Frutos.


Los frutos de los bienes indivisos acrecen a la indivisión, excepto que medie partición
provisional. Cada uno de los herederos tiene derecho a los beneficios y soporta las pérdidas
proporcionalmente a su parte en la indivisión.
La regla establece que los frutos aumentan siempre la herencia, y por consiguiente a la indivisión,
que a su finalización exige la partición del “todo”.
ARTÍCULO 754.- Frutos. Hasta el día de la tradición los frutos percibidos le pertenecen al
deudor; a partir de esa fecha, los frutos devengados y los no percibidos le corresponden al
acreedor.
La excepción a esta regla del art. 2329 CCyC en examen es que frente a la partición
provisional prevista en el art. 2370 CCyC, que autoriza la división solo del uso y goce de los bienes
de la herencia, dejando indivisa la propiedad, los frutos no acrecen a la indivisión: es que se ha
dividido el uso y goce de los bienes, correspondiendo percibir los frutos a los partícipes que
detentan el uso y goce de los bienes.
Pérdidas
El art. 2329, párr. 2, CCyC trata un supuesto que equilibra el estado de indivisión: así como
los frutos acrecen a la indivisión, beneficiando a los copartícipes, las pérdidas deben soportadas en
forma proporcional por ellos.
El equilibrio se constata en que cada uno de los herederos tiene derecho a los beneficios y
carga equitativamente con las pérdidas sufridas.
DIVISIÓN DE LOS CRÉDITOS

 NO INTEGRAN LA MASA INDIVISA: en el sistema de nuestra ley quedan excluidos de la


comunidad hereditaria y, por ende, no están sujetos a esta indivisión, los créditos y las deudas
divisibles que forman parte del caudal relicto.
 DIVISIÓN IPSO IURE DE LOS CRÉDITOS: los créditos divisibles que hacen parte del
activo hereditario, se dividen entre los herederos en proporción de la parte por la cual uno de
ellos es llamado a la herencia. Los créditos que el causante tenía, siendo divisibles, es decir,
aquellos cuyo objeto lo constituye una prestación susceptible de cumplimiento parcial (Ej:
sumas de dinero) se atribuyen en cabeza de los herederos en proporción a su parte, y por ello
en esa proporción, cada heredero está autorizado para exigir, como tal, su pago. Lo mismo
ocurre con las deudas.
 DIVISIÓN DE LAS DEUDAS: Si los acreedores no hubieren sido pagados, por cualquiera
causa que sea, antes de la entrega a los herederos de sus partes hereditarias, las deudas del
difunto se dividen y fraccionan en tantas deudas separadas cuantos herederos dejó, en la
proporción de la parte de cada uno.
El acreedor de una deuda del causante, que, con su fallecimiento, se divide de pleno derecho entre
sus coherederos, está obligado a recibir el pago parcial de cada uno de éstos por la parte
hereditaria en que se halla obligado. Porque cada uno de los herederos puede librarse de toda
obligación pagando su parte en la deuda.
Posesión y reivindicación
 Posesión
De acuerdo al concepto que trae el a rt.1909 del CCCN, hay posesión cuando una persona, por sí o
por medio de otra, ejerce un poder de hecho sobre una cosa, comportándose como titular de un
derecho real, lo sea o no. La posesión que tenía el causante sobre determinados bienes es
continuada por los coherederos durante la indivisión.
Silvina Guevara

Así resulta del art. 2280 del CCCN: "Desde la muerte del causante, los herederos tienen
todos los derechos y acciones de aquél de manera indivisa, con excepción de los que, no son
transmisibles por sucesión, y continúan erija posesión de lo que el causante era poseedor...".
No puede existir la posesión material por cuotas ideales, ya que se trata de un hecho; es
decir que cada heredero se comporta como poseedor de todo el bien. Esto no significa que en las
relaciones entre ellos se reconozca que cada uno tiene una parte indivisa.
En este entendimiento, cuando un heredero ejerce la posesión de un bien cuya posesión
ejercía el causante, no está actuando como su único dueño sino como un comunero sobre la cosa
que pertenece a todos.
Como consecuencia de esto, cualquiera de los coherederos puede oponer a terceros la
posesión que tenía el causante y que es continuada por ellos.
 Reivindicación
Del mismo art. 2280 del CCCN surge que los coherederos tienen las acciones que tenía el causante
y, por esa razón, podrán ejercer la acción reivindicatoria cuando un bien que perteneciera al
fallecido se encontrase en poder de un tercero.
En el Código civil anterior existía una norma expresa, el art. 3450, que contemplaba esta
posibilidad, pero no ha sido reproducida sino que se ha derivado al artículo mencionado. Como la
reivindicación no puede ser ejercida por partes indivisas sino sobre la totalidad de los bienes que
se encuentren en poder de terceros, cualquiera de los copartícipes puede ejercer esta acción
contemplada en el art. 2252 del CCCN.
El resultado de esta acción provocará que el bien reivindicado se incorpore a la masa
hereditaria indivisa y su destino final se determinará en la partición.
Indivisión forzosa
Si bien el destino final de la masa indivisa será la partición, puede suceder que, por diversos
motivos, esta división no se pueda realizar sobre toda esa masa o sobre alguno de los bienes que la
integran. Una de esas causas es la indivisión forzosa que puede ser impuesta por el testador,
acordada por los coherederos, o resultar de la oposición a la partición por parte del cónyuge
supérstite o de un heredero.
Distintos supuestos

ARTÍCULO 2330.- Indivisión impuesta por el testador .


El testador puede imponer a sus herederos, aun legitimarios, la indivisión de la herencia por
un plazo no mayor de diez años. Puede también disponer que se mantenga indiviso por ese plazo o,
en caso de haber herederos menores de edad, hasta que todos ellos lleguen a la mayoría de edad:
A) un bien determinado;
B) un establecimiento comercial, industrial, agrícola, ganadero, minero, o cualquier otro
que constituye una unidad económica;
C) las partes sociales, cuotas o acciones de la sociedad de la cual es principal socio o
accionista.
En todos los casos, cualquier plazo superior al máximo permitido se entiende reducido a éste.
El juez puede autorizar la división total o parcial antes de vencer el plazo, a pedido de un
coheredero, cuando concurren circunstancias graves o razones de manifiesta utilidad.
El testador puede imponer la indivisión de la herencia, o la indivisión de un bien singular,
de un establecimiento o de los títulos representativos de la participación en una sociedad
comercial.
Plazo de indivisión
Se mantiene el plazo de indivisión por diez (10) años ya contemplado en la ley 14.394. Debemos
distinguir dos hipótesis:
A) El testador puede imponer a sus herederos la indivisión por un plazo no mayor de 10
años. En este supuesto cualquier plazo mayor que se estipulase se entiende reducido
a los 10 años.
Silvina Guevara

B) Si existen herederos menores de edad, la indivisión puede extenderse hasta que todos
estos herederos cumplan la mayoría de edad (18 años, art. 25 CCyC). Es decir que en
este supuesto puede exceder los 10 años.
ARTÍCULO 2331.- Pacto de indivisión
Los herederos pueden convenir que la indivisión entre ellos perdure total o parcialmente
por un plazo que no exceda de diez años, sin perjuicio de la partición provisional de uso y goce de
los bienes entre los copartícipes. Si hay herederos incapaces o con capacidad restringida, el
convenio concluido por sus representantes legales o con la participación de las personas que los
asisten requiere aprobación judicial.
Estos convenios pueden ser renovados por igual plazo al término del anteriormente
establecido.
Cualquiera de los coherederos puede pedir la división antes del vencimiento del plazo,
siempre que medien causas justificadas.
Puede pactarse por los coherederos la indivisión de los bienes, total o parcial, por un plazo
máximo de diez (10) años.
Herederos incapaces o con capacidad restringida
El pacto de indivisión puede celebrarse entre coherederos mayores y capaces,
entendiéndose que debe contarse con la unanimidad de todos.
Pero puede acaecer que existan herederos incapaces o con capacidad restringida (arts. 24,
32 CCyC), en cuyo caso el convenio concluido por sus representantes legales o con la participación
de los apoyos (art. 102 CCyC) requiere siempre aprobación judicial.
ARTÍCULO 102.- Asistencia. Las personas con capacidad restringida y las inhabilitadas son
asistidas por los apoyos designados en la sentencia respectiva y en otras leyes especiales.
Cuando se presenta en sede judicial el acto de indivisión que incluye herederos incapaces o
con capacidad restringida, para su homologación, se requiere la intervención del defensor y/o
asesor de menores e incapaces por recaer en él la representación promiscua (art. 103 CCyC).
ARTÍCULO 103.- Actuación del Ministerio Público.
La actuación del Ministerio Público respecto de personas menores de edad, incapaces y con
capacidad restringida, y de aquellas cuyo ejercicio de capacidad requiera de un sistema de apoyos
puede ser, en el ámbito judicial, complementaria o principal.
a) Es complementaria en todos los procesos en los que se encuentran involucrados
intereses de personas menores de edad, incapaces y con capacidad restringida; la
falta de intervención causa la nulidad relativa del acto.
b) Es principal:
1. cuando los derechos de los representados están comprometidos, y existe
inacción de los representantes;
2. cuando el objeto del proceso es exigir el cumplimiento de los deberes a
cargo de los representantes;
3. cuando carecen de representante legal y es necesario proveer la
representación.
En el ámbito extrajudicial, el Ministerio Público actúa ante la ausencia, carencia o inacción
de los representantes legales, cuando están comprometidos los derechos sociales, económicos y
culturales.

ARTÍCULO 2332.- Oposición del cónyuge.


Si en el acervo hereditario existe un establecimiento comercial, industrial, agrícola,
ganadero, minero o de otra índole que constituye una unidad económica, o partes sociales, cuotas
o acciones de una sociedad, el cónyuge supérstite que ha adquirido o constituido en todo o en parte
el establecimiento o que es el principal socio o accionista de la sociedad, puede oponerse a que se
incluyan en la partición, excepto que puedan serle adjudicados en su lote.
Tiene el mismo derecho el cónyuge que no adquirió ni constituyó el establecimiento pero
que participa activamente en su explotación.
Silvina Guevara

En estos casos, la indivisión se mantiene hasta diez años a partir de la muerte del causante,
pero puede ser prorrogada judicialmente a pedido del cónyuge sobreviviente hasta su
fallecimiento.
Durante la indivisión, la administración del establecimiento, de las partes sociales, cuotas o
acciones corresponde al cónyuge sobreviviente.
A instancia de cualquiera de los herederos, el juez puede autorizar el cese de la indivisión
antes del plazo fijado, si concurren causas graves o de manifiesta utilidad económica que justifican
la decisión.
El cónyuge supérstite también puede oponerse a que la vivienda que ha sido residencia
habitual de los cónyuges al tiempo de fallecer el causante y que ha sido adquirida o construida total
o parcialmente con fondos gananciales, con sus muebles, sea incluida en la partición, mientras él
sobreviva, excepto que pueda serle adjudicada en su lote. Los herederos sólo pueden pedir el cese
de la indivisión si el cónyuge supérstite tiene bienes que le permiten procurarse otra vivienda
suficiente para sus necesidades.
Oposición a la inclusión de la vivienda en la partición
En cuanto al derecho que se adjudica al cónyuge sobreviviente de imponer, al tiempo de la
muerte del causante, la indivisión sobre los muebles y la vivienda que haya sido residencia habitual
de los esposos y que haya sido adquirida o construida —total o parcialmente— con fondos
gananciales, hay que destacar dos aspectos: a) se faculta al cónyuge a oponerse a la partición
mientras él sobreviva, o sea, es vitalicio en este sentido, innovando respecto de la derogada ley
14.394 —esta solo concedía el derecho a oponerse a la partición por un máximo de diez años (art.
53, párr. 4°)—; y, b) este beneficio es independiente del derecho real de habitación del cónyuge
supérstite vitalicio y gratuito, que funciona de pleno derecho sobre el inmueble propiedad del
causante, que no se encuentra en condominio con otras personas (art. 2383 CCyC).
ARTÍCULO 2333.- Oposición de un heredero.
En las mismas circunstancias que las establecidas en el artículo 2332, un heredero puede
oponerse a la inclusión en la partición del establecimiento que constituye una unidad económica
si, antes de la muerte del causante, ha participado activamente en la explotación de la empresa.
El heredero se puede oponer a la partición de un establecimiento comercial, industrial,
agrícola, ganadero, minero o de otra índole que constituye una unidad económica, si ha
participado activamente antes de la muerte del causante en la explotación de la empresa.
ARTÍCULO 2334.- Oponibilidad frente a terceros.
Derechos de los acreedores. Para ser oponible a terceros, la indivisión autorizada por los
artículos 2330 a 2333 que incluye bienes registrables debe ser inscripta en los registros
respectivos.
Durante la indivisión, los acreedores de los coherederos no pueden ejecutar el bien indiviso
ni una porción ideal de éste, pero pueden cobrar sus créditos con las utilidades de la explotación
correspondientes a su deudor.
Las indivisiones no impiden el derecho de los acreedores del causante al cobro de sus
créditos sobre los bienes indivisos.
Se distinguen los acreedores de los coherederos y los acreedores del causante.
A) En orden a los acreedores de los coherederos, la indivisión impide la ejecución del
bien indiviso o de una porción ideal de este, pero pueden percibir sus créditos con las
utilidades de la explotación que obtenga su deudor-heredero.
B) En cuanto a los derechos de los acreedores del causante, la indivisión no impide el
cobro de sus créditos sobre los bienes indivisos.
Respecto de estos acreedores del causante, resulta fundado que no puedan verse afectados en la
satisfacción de sus respectivos créditos, en tanto encuentran su fuente en un vínculo nacido en
vida del causante y sobre cuyo patrimonio depositaron su expectativa de cumplimiento. Desde esta
perspectiva, los efectos propios de la indivisión no se extenderán a ellos.
Jurisprudencia temática aplicable:
Silvina Guevara

Caso N° 1: “Ruggiero, Francisco Juan c/ Ruggiero, Miguel Ángel s/ Fijación de Precio


de Alquileres”, Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires, 23/11/2016. (Fijación de canon
locativo y aplicación del Código Civil y Comercial, a partir de su entrada en vigencia). (Publicado
en Sentencias destacadas SCBA, JUBA)
Resumen:
ACUERDO
En La Plata, 2016, se reúnen los señores jueces de la Suprema Corte de Justicia en acuerdo
ordinario para pronunciar sentencia definitiva en la causa C. 119.829, "Ruggiero, Francisco Juan
contra Ruggiero, Miguel Ángel. Fijación precio alquileres".

ANTECEDENTES
La Sala Segunda de la Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial de Lomas de Zamora revocó
la sentencia de primera instancia, y en consecuencia, rechazó la demanda entablada. La parte
actora interpuso recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley.
CUESTIÓN
¿Es fundado el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley?
VOTACIÓN
En el marco del proceso sucesorio de sus progenitores, uno de los hijos inició las presentes
actuaciones incidentales contra su hermano coheredero con el objeto de obtener el pago de un
canon locativo por el alegado uso exclusivo del único inmueble perteneciente al acervo, reclamo
que fue acogido en primera instancia.
La Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial de Lomas de Zamora hizo lugar al recurso
de apelación interpuesto por la parte demandada y, en consecuencia, rechazó la pretensión.
Fundamentó su decisión en que si bien se encontraba fuera de discusión la copropiedad del
inmueble en cabeza de ambas partes, así como que el demandado había venido habitando una
porción de él (la parte trasera alta, no ocupándolo en su totalidad) y que el accionante
oportunamente había exteriorizado su falta de consentimiento con tal situación, de todos modos
en autos no se había demostrado una utilización del bien común de manera exclusiva, ni una
exclusión de hecho de su copartícipe (no surgía de la prueba que el acceso al inmueble le hubiera
sido impedido al actor, ni que se le hubiera vedado su uso en forma igualitaria al ejercido por la
demandada), por lo que no cabía hallar caracterizada la figura que autorizaba la fijación del
pretendido canon locativo. El hecho de que el demandado circunscribiera su habitación a la parte
trasera de la casa no importaba un empleo del inmueble más allá de las facultades que como
cotitular le estaba permitido ejercer.
Agregó además, que el haber efectuado erogaciones por arreglos en toda la propiedad, o el
haber pagado la totalidad de los impuestos de la misma (admitidos por el demandado) no
constituían sino actos de conservación del inmueble y en beneficio de todos los coherederos, razón
por la cual no podían ser opuestos en contra de aquél.
Ahora se alza la parte actora mediante recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley en el
que alega errónea aplicación tanto de los arts. 2676, 2680, 2684, 2691 y 2699 del Código Civil,
como del art. 375 del Código Procesal Civil y Comercial, y de la doctrina legal de esta Suprema
Corte.
En síntesis, objeta que el tribunal a quo creó -aplicando erróneamente la ley- un nuevo
requisito para la procedencia del reclamo de canon locativo a cargo del condómino que ocupa un
bien del acervo hereditario, esto es, la existencia de una conducta privativa por parte del
coheredero ocupante, tendiente a impedir o privar de hecho a los restantes condóminos el ejercicio
de iguales derechos (en el caso, el acceso y uso de la parte desocupada del inmueble.)
Reputa improcedente tal adicional recaudo y sostiene que resulta absurda la argumentación
de la alzada que arriba a dicha conclusión a partir de citas jurisprudenciales parcializadas y
descontextualizadas, conducentes a una errónea interpretación de los arts. 2680 y 2684 del Código
Civil (fs. 490/9).
Remarca que empíricamente el sólo hecho de ocupar la vivienda, aunque sea en una parte
determinada, importa la automática exclusión de hecho de terceros comuneros (en donde uso
Silvina Guevara

"exclusivo" o "excluyente" del bien representan la misma situación), pues no resulta factible
disponer materialmente de una parte indivisa, sino sobre la totalidad de la cosa.
Por lo que finalmente insiste en que en el caso se encuentran presentes todos los elementos
necesarios para la procedencia de la fijación del canon locativo pretendido:
 que se trate de condóminos,
 de un bien común,
 que un coheredero ocupe exclusivamente el bien (el demandado, aun no habitando
en la totalidad del inmueble)
 que otro de los condóminos manifieste su disconformidad u oposición; por lo que
solicita se case la sentencia impugnada.
El recurso merece favorable acogida. Vigente el estado de indivisión hereditaria, considero que el
derecho de un coheredero tendiente a obtener un resarcimiento por el uso y disfrute de la cosa
indivisa (uno de los bienes del acervo) que otro condómino ejerza privativamente, dado que debe
ser expresamente requerido (exteriorización del ius prohibiendi que revierte la reconocida
presunción de tácita autorización de uso exclusivo entre comuneros), surge a partir de este hito, de
modo que la ley aplicable vigente en dicho momento será la que regule su procedencia (doctr. arts.
7º, 2328 y ccdtes., Cód. Civ. y Com.).
Ahora bien, atento a que el derecho a la percepción de un canon locativo como
compensación por el uso exclusivo del inmueble del acervo se devenga mensualmente mientras la
ocupación del bien se mantenga y no se concrete la partición, las nuevas leyes regulatorias -salvo
que hubiera mediado un acuerdo sobre el ejercicio de tal derecho por los coherederos- poseen
aplicación inmediata respecto de aquéllos períodos posteriores a su entrada en vigencia, por
alcanzar las consecuencias no producidas de relaciones nacidas bajo el régimen anterior (doctr.
arts. 7º, 2328 y ccdtes., Cód. Civ. y Com.).
Habida cuenta de lo expuesto, considerando tanto el aspecto temporal de la pretensión
contenida en la demanda (fs. 19/22 y 427/33) como la entrada en vigor del Código Civil y
Comercial de la Nación a partir del 1º de agosto de 2015 (conf. art. 7º, ley 26.994, texto según ley
27.077), corresponde resolver los agravios aquí traídos a la luz de las normas y doctrina legal
aplicables al caso; por los períodos anteriores a la fecha referida, a la luz del Código Civil y su
doctrina legal y por los periodos posteriores a aquélla, a la luz del Código Civil y Comercial de la
Nación (doctr. art. 7º y ccdtes., Cód. Civ. y Com.).
Así, normalmente, serían los comuneros quienes acordarían entre sí durante el estado de
indivisión el modo de utilización de la propiedad común: manteniéndola deshabitada; poniéndola
bajo administración, locación o renta; compartiéndola simultáneamente si por sus características
fuera posible; pactando su uso sucesivo en distintas épocas del año; o directamente atribuyéndola
exclusivamente a uno de los cotitulares (a través de la partición provisoria contemplada por el art.
3464, Cód. Civil). Pero cuando nada se hubiera convenido entre éstos, el uso y goce del bien que
uno de ellos realizara en forma exclusiva se encontraba limitado asimismo por el derecho igual de
los demás.
Siendo condóminos, tiene dicho esta Suprema Corte que cada uno gozaba, respecto de su
parte indivisa, de los derechos inherentes a la propiedad, compatibles con la naturaleza de ella, y
podía ejercerlos sin el consentimiento de los demás copropietarios (conf. art. 2676, Cód. Civ.). En
tal sentido, el art. 2684 del Código Civil establecía que todo condómino podía usar y gozar de la
cosa común conforme el destino de ella, con tal de que no la deteriorase en su interés particular.
Ahora bien, teniendo en consideración que cada uno de ellos además era deudor a los otros,
según sus respectivas partes, tanto de las rentas o frutos que hubiera percibido de la cosa común,
como del valor del daño que les hubiese causado (conf. art. 2691, Cód. Civ.), resultaba asimismo
legítimo que, aún uno solo de ellos, sin necesidad de consulta o acuerdo previo con los otros,
pudiera hacerse indemnizar "el valor del daño" que le significaba no percibir las "rentas o frutos"
que el bien podía producir si no lo estuviera ocupando su condómino, pues para el caso, lo mismo
era el cobro indebido de "rentas o frutos" (art. 2691, Cód. Civ.) que disfrutar de la cosa en provecho
propio y sin contraprestación alguna (conf. Ac. 57.020, cit.).
Así, el derecho de uso y goce sobre el bien común que poseía todo condómino no se
respetaba cuando uno de ellos lo ejercía gratuitamente con exclusión de esa misma prerrogativa
Silvina Guevara

para los restantes comuneros. Ello importaba "el ejercicio actual e inmediato del derecho de
propiedad" prohibido por el art. 2680 del Código Civil. De modo que si otro condómino reclamaba
un derecho igual (o exigía que la cosa se diera en locación), tenía derecho a la percepción de una
renta a partir de efectuada la pertinente oposición al uso y goce exclusivo (conf. Ac. 57.020, cit.).
Emana así que la doctrina legal de esta Suprema Corte, elaborada a partir de la
hermenéutica de los preceptos legales actuados por la alzada requería, para la procedencia de la
fijación de un canon locativo en estos casos y bajo el amparo de la normativa del derogado Código
Civil (i), que la ocupación del bien común por parte de uno de sus cotitulares excluyera el posible
ejercicio de igual derecho por otro (ii), así como que éste se hubiera opuesto a dicho uso y goce
gratuito.
A partir de ello cabe observar que la alzada consideró que no se verificaba en autos la nota
característica de la exclusividad en la ocupación del inmueble común (fs. 469 in fine), pues el uso y
goce que el demandado hacía de la vivienda existente no resultaba excluyen te de su coheredero, en
tanto no impedía que éste pudiera valerse de igual derecho (fs. 469 vta.), es decir, que no se había
demostrado que el ingreso a la finca comunitaria hubiera sido impedido o se vedara su uso en
forma igualitaria al ejercido por el demandado.
Fue la circunstancia de que el demandado ocupara sólo la parte trasera (y alta) de la casa la
que llevó al a quo a concluir que ello no importaba un impedimento al accionante para que éste
ejerciera, en igualdad de condiciones, sus derechos. Si bien no lo especificó, sólo cabe entender que
tales derechos del accionante se traducirían en su posible ocupación, uso y goce, de la parte
delantera y baja del mismo inmueble, cuyo acceso no se había demostrado impedido (conf. art.
384, C.P.C.C.).
Ello así incluso a partir de la propia postulación efectuada por el demandado en su contestación
de demanda, cuando sostuvo que el inmueble se encontraba dividido en dos unidades funcionales,
ocupando éste y su familia -desde hacía 20 años, en forma exclusiva y con carácter de vivienda
permanente- una de ellas, que representaba alrededor de un cuarto de la superficie total del lote
(fs. 166 y vta.), por lo que para el actor resultaba de libre acceso y disposición el resto del bien (fs.
168 y 252; conf. arts. 34 inc. 4, 163 inc. 6, 272 y ccdtes., C.P.C.C.).
Pero el recurrente insiste en que el hecho no controvertido de la ocupación de la vivienda por
parte del demandado, aunque fuera en forma exclusiva sólo sobre una parte de ella, importó su
exclusión de hecho, en tanto no resultaba posible a su coheredero disponer materialmente sobre
una parte indivisa de la cosa común (fs. 494 y vta.).
He aquí la errónea aplicación de la ley en la que incurrió la alzada al asumir que la
hermenéutica sobre el juego armónico de los arts. 2680 y 2684 del Código Civil autorizaba la
ocupación en forma exclusiva de una parte de un inmueble del acervo por un coheredero en tanto
al mismo tiempo éste garantizase a los restantes coherederos el ejercicio de semejante derecho en
la restante parcela desocupada del bien. Tal tesitura resulta errada por un triple orden de razones.
 Por un lado, pues omite considerar que no devenía exigible que mediara un concreto interés
de ejercer la facultad de gozar del bien común por parte del restante coheredero. En efecto,
el reclamo compensatorio podía ser formulado aún por el comunero que no poseía la
intención de ocupar el bien integrante del acervo, ya que su pretensión se sustenta en una
circunstancia objetiva, como lo es el no consentido aprovechamiento del bien por uno sólo
de los condóminos.
 Por otro lado, pues el bien del acervo hereditario en cuestión está constituido por una única
vivienda edificada sobre lote propio, con ingreso por una puerta principal y por un portón a
través de los cuales se accede a una única construcción de dos plantas: una planta baja (hall,
pasillo, comedor, varios dormitorios, baños, cocina, cocina comedor, comedor diario) y otra
planta alta (dormitorios y sala de estar), ambas comunicadas por una escalera caracol
interna (conf. descripción del inmueble y tasación de fs. 254/8, 379/80, 398, 420), de lo
que resulta su insusceptible divisibilidad material (fs. 420, conf. arts. 384, 456 y 474,
C.P.C.C.).
 Y finalmente, pues lo sostenido por la alzada -aún si la vivienda pudiera ser funcionalmente
escindible- importaría otorgar al coheredero en uso y goce del bien común su sola autoridad
para forzar una partición provisional del acervo hereditario entre los comuneros con
Silvina Guevara

prescindencia de la voluntad de los demás condóminos, en violación de lo que preveían los


arts. 3464 y 3465 del Código Civil.
De esta forma, reconocida la ocupación exclusiva de una parte del bien por parte del
demandado (fs. 166 y ss., 252, 254/8), su deber de compensación no exigía ninguna adicional
acreditación de impedimento de acceso por los demás comuneros a la parte restante -no ocupada-
del mismo (conf. arts. 2680, 2684 y ccdtes., Cód. Civil), conclusión que torna procedente el embate
traído (conf. art. 289, C.P.C.C.).
Por lo demás, el análisis precedentemente expuesto deviene asimismo predicable respecto
de lo establecido ahora por el art. 2328 del Código Civil y Comercial cuando expresamente dispone
que el coheredero que usa privativamente la cosa indivisa durante el estado de indivisión está
obligado, salvo pacto en contrario (incluida la partición provisional, conf. art. 2370), a satisfacer
una indemnización desde que le es requerida.
Por un lado, el demandado (i) objetó la procedencia de la pretensión negando la ocupación
exclusiva de la totalidad del inmueble (fs. 457 vta./9), así como -en subsidio- (ii) imputó al juez de
origen una errónea determinación del importe locativo, tanto (a) por haber tomado una incorrecta
estimación del perito tasador, (b) como por haberlo fijado en un valor superior al solicitado por el
propio actor en su presentación de fs. 202 (en ocasión de determinar el monto de su reclamo
producto de la excepción de defecto legal oportunamente acogida por la alzada, fs. 199) en
violación del principio de congruencia, (c) así como por haberlo justipreciado conforme tasación al
mes de marzo de 2013 disponiendo asimismo el cómputo de intereses desde el año 2008, ecuación
que impugnó por confiscatoria y violatoria de su derecho de propiedad, sosteniendo la
improcedencia del cómputo de intereses desde la mora (fs. 459 vta./60).
SENTENCIA
Por lo expuesto en el acuerdo que antecede, se hace lugar al recurso extraordinario interpuesto y
se revoca el pronunciamiento impugnado, manteniéndose lo decidido en primera instancia.
Silvina Guevara

UNIDAD 7
PROCESO SUCESORIO
El proceso sucesorio es el ámbito donde se materializan —en lo posible— las transmisiones
de las relaciones jurídicas del causante, mutando el elemento subjetivo de ellas: las relaciones
jurídicas cuya titularidad correspondían al causante pasan a aquellos llamados por la ley o el
testador a recibir la herencia.
De este modo, el proceso sucesorio constituye, fundamentalmente, el medio realizador del
derecho hereditario, siendo un proceso judicial cuyo fin es asegurar que la transmisión o
adquisición hereditaria se opere a la persona o personas cuya vocación resulta de la ley o del
testamento válido.
Se trata de un proceso que integra el elenco de los denominados “de jurisdicción
voluntaria”, y por ello se encuentra direccionado a la determinación objetiva de los sucesores, los
bienes que integran la herencia, y el modo de partirlos.
Este proceso tiene como características:
 Judicial: Esta tramitación judicial es necesaria porque la determinación de los herederos
debe ser realizada por los jueces, ya sea en la declaratoria de herederos o mediante la
aprobación formal del testamento. Es necesaria también la intervención judicial para que se
pueda proceder a inscribir los bienes registrables a nombre de cada uno de los herederos.
 Voluntario: Se trata de un proceso voluntario por cuanto la función jurisdiccional se limita
a constatar la existencia de herederos, ya sean éstos llamados por la ley o por la voluntad del
causante instrumentada en un testamento válido. No obstante pueden suscitarse
controversias que deberán dilucidarse mediante expedientes por separado.
 Universal: Dentro del proceso sucesorio tienen que quedar incluidos todos los bienes que
sean objeto de la transmisión por causa de muerte y de allí es que sólo puede haber un juicio
sucesorio de la persona fallecida y si se hubieran iniciado más de uno, deberán acumularse
siguiendo las reglas que resultan de las normas procesales.
ARTÍCULO 2335.- Objeto.
El proceso sucesorio tiene por objeto identificar a los sucesores, determinar el contenido de
la herencia, cobrar los créditos, pagar las deudas, legados y cargas, rendir cuentas y entregar los
bienes.
Queda así delimitado el objeto, y entonces, el proceso sucesorio no debe ser considerado
como un espacio de gran concentración de pleitos y procesos tendientes a dilucidar toda
Silvina Guevara

controversia en que el causante o sus herederos aparezcan involucrados, ya que se resolverán solo
las que resulten pertinentes.
ARTÍCULO 2336.- Competencia.
La competencia para entender en el juicio sucesorio corresponde al juez del último
domicilio del causante, sin perjuicio de lo dispuesto en la Sección 9ª, Capítulo 3, Título IV del
Libro Sexto.
El mismo juez conoce de las acciones de petición de herencia, nulidad de testamento, de los
demás litigios que tienen lugar con motivo de la administración y liquidación de la herencia, de la
ejecución de las disposiciones testamentarias, del mantenimiento de la indivisión, de las
operaciones de partición, de la garantía de los lotes entre los copartícipes y de la reforma y nulidad
de la partición.
Si el causante deja sólo un heredero, las acciones personales de los acreedores del causante
pueden dirigirse, a su opción, ante el juez del último domicilio del causante o ante el que
corresponde al domicilio del heredero único.
EL DOMICILIO: la determinación del último domicilio del causante se relaciona con el lugar de su
residencia habitual o el del ejercicio de su actividad profesional, es decir, el domicilio que servirá
para determinar la competencia territorial del juicio sucesorio es el del lugar donde residía con
ánimo de permanecer allí.
PRUEBA DEL DOMICILIO: no existen reglas específicas en materia de prueba del domicilio de
las personas, y cualquier medio de prueba puede ser utilizado para acreditar los recaudos
legalmente exigidos. Solo en supuestos dudosos sobre el último domicilio del causante, habrá
que diligenciar la prueba pertinente a los fines de la determinación del último domicilio que fija la
competencia sucesoria.
PRÓRROGA TERRITORIAL DE LA COMPETENCIA: (Art. 2 CPCCPBA): “Prórroga expresa o
tácita. La prórroga se operará si surgiere de convenio escrito mediante el cual los interesados
manifiesten explícitamente su decisión de someterse a la competencia del juez a quien acuden.
Asimismo, para el actor, por el hecho de entablar la demanda; y respecto del demandado, cuando
la contestare, dejare de hacerlo u opusiere excepciones previas sin articular la declinatoria.”
LA SUCESIÓN INTERNACIONAL: son competentes para entender en la sucesión por causa de
muerte, los jueces del último domicilio del causante o los del lugar de situación de los bienes
inmuebles en el país respecto de estos.
En el caso de que dentro del acervo hereditario existieran bienes inmuebles que estuvieran
situados en otro país, el juicio sucesorio que deberá ser realizado para perfeccionar su
transmisión tendrá que ser planteado ante el juez que corresponda al lugar donde se encuentren
dichos bienes. Esto significa que si el causante fallece en el extranjero y quedan bienes
inmuebles en la República Argentina, la competencia para la transmisión de estos últimos será la
de nuestro país.
Jurisdicción: (Art. 2643) “Son competentes para entender en la sucesión por causa de muerte,
los jueces del último domicilio del causante o los del lugar de situación de los bienes inmuebles
en el país respecto de éstos.”
FUERO DE ATRACCIÓN DE LAS CUESTIONES CONEXAS: el mismo juez del último domicilio
del causante debe conocer acerca de las acciones de petición de herencia, nulidad de
testamento, de los demás litigios que tienen lugar con motivo de la administración y liquidación de
la herencia, de la ejecución de las disposiciones testamentarias, del mantenimiento de la
indivisión, de las operaciones de partición, de la garantía de los lotes entre los copartícipes y de la
reforma y nulidad de la partición. El fundamento del fuero de atracción de las cuestiones conexas
al proceso sucesorio obedece a razones de orden jurídico, economía procesal y seguridad
jurídica.
EL CASO DEL HEREDERO ÚNICO: si el causante deja solo un heredero, las acciones
personales de los acreedores del causante pueden dirigirse, a su opción, ante el juez del último
domicilio del causante o ante el que corresponde al domicilio del heredero único.
I. DERECHO APLICABLE
Silvina Guevara

(Art. 2644): "La sucesión por causa de muerte se rige por el derecho del domicilio del causante al
tiempo de su fallecimiento. Respecto de los bienes inmuebles situados en el país, se aplica el
derecho argentino”.
Como consecuencia de esta disposición, el último domicilio del causante también determina el
derecho aplicable para la transmisión hereditaria, en forma coincidente con la competencia
territorial para tramitar el juicio sucesorio.
Existen dos sistemas para determinar el derecho aplicable a la transmisión hereditaria:
1) el de unidad de ley: se regirá por una única ley, ya que se trata de la transmisión de la
herencia que es una universalidad sin tomar en cuenta los bienes que la componen. Esta
ley única puede ser la del último domicilio del causante o la de su nacionalidad.
2) el de pluralidad de leyes: establece que se aplicarán las leyes locales de los lugares
donde se encuentren situados los bienes, sin que tenga trascendencia si se trata de bienes
muebles o inmuebles.
Hay en principio un sistema de unidad que corresponde al derecho del último domicilio del
causante. Cuando ese domicilio hubiera estado en el extranjero será esa ley la que regirá la
transmisión hereditaria de todos los bienes que se encuentren fuera del país y también sobre los
bienes muebles registrables que carecen de situación permanente aunque estén en la República
Argentina. Pero respecto de los bienes inmuebles situados en el país se aplica el derecho
argentino.
FORMA: (Art. 2645): “El testamento otorgado en el extranjero es válido en la República según las
formas exigidas por la ley del lugar de su otorgamiento, por la ley del domicilio, de la residencia
habitual, o de la nacionalidad del testador al momento de testar o por las formas legales
argentinas.”.
La norma de derecho internacional permite la forma testamentaria si responde a:
a) formas exigidas por la ley del lugar de su otorgamiento;
b) por la ley del domicilio, de la residencia habitual, o de la nacionalidad del testador al
momento de testar; o
c) por las formas legales argentinas.
LEGITIMACIÓN PARA PROMOVER LA SUCESIÓN Y PARA INTERVENIR EN SU
TRAMITACIÓN
LEGITIMADOS:
1. Herederos
2. Acreedores
3. Legatarios
4. Albaceas
5. Cesionarios
6. Cónsules extranjeros
7. Ministerio Público
8. Tutores ad litem
9. Organismo fiscal
10. Defensor de ausentes

INTERVENCIÓN DE INTERESADOS: (Art. 728 CPCCPBA): “La actuación de las personas y


funcionarios que pueden promover el proceso sucesorio o intervenir en él, tendrá las siguientes
limitaciones:
1: El ministerio público cesará de intervenir una vez aprobado el testamento, dictada la
declaratoria de herederos, o reputada vacante la herencia;
2: Los tutores ad litem cesarán de intervenir cuando a sus pupilos se les designe representante
legal definitivo, o desaparezca la incapacidad o la oposición de intereses que dio motivo a su
designación;
3: El organismo recaudador fiscal, en la forma y a los efectos que se establecen en el Código
Fiscal, y en cuanto concierne a la determinación y percepción del impuesto a la transmisión
gratuita de bienes.
Silvina Guevara

INTERVENCIÓN DE LOS ACREEDORES: (Art. 729 CPCCPBA): “Sin perjuicio de lo dispuesto en


el artículo 3.314° del Código Civil, los acreedores sólo podrán iniciar el proceso sucesorio
después de transcurridos cuatro meses desde el fallecimiento del causante. Sin embargo, el juez
podrá ampliar o reducir ese plazo cuando las circunstancias así lo aconsejaren. Su intervención
cesará cuando se presente al juicio algún heredero o se provea a su representación en forma
legal, salvo inacción manifiesta de éstos, en cuyo supuesto los acreedores podrán activar el
procedimiento.”
REQUISITOS DE LA INICIACIÓN: (Art. 724 CPCCPBA): “Quien solicitare la apertura del proceso
sucesorio, deberá justificar, “prima facie”, su carácter de parte legítima y acompañar la partida d e
defunción del causante, denunciando el nombre y domicilio de los herederos o representantes
legales conocidos.
Si el causante hubiere hecho testamento y el solicitante conociere su existencia, deberá
presentarlo, cuando estuviese en su poder, o indicar el lugar donde se encontrare, si lo supiere.
En todos los casos se oficiará al Registro de Testamentos de Colegio de Escribano de la
Provincia, quién deberá informar sobre la existencia de testamento u otra disposición de última
voluntad. Si el informe resultare positivo, el Juez requerirá del Notario testimonio de la escritura, si
aquél hubiese sido otorgado por acto público, o la entrega del original en caso contrario.”
MEDIDAS PRELIMINARES Y DE SEGURIDAD: (Art. 725 CPCCPBA): “El juez hará lugar o
denegará la apertura del proceso, previo examen de su competencia y recepción de la prueba
que resultare necesaria.
A petición de parte interesada, o de oficio, en su caso, el juez dispondrá las medidas que
considere convenientes para la seguridad de los bienes y documentación del causante.
El dinero, los títulos, acciones y alhajas se depositarán en el Banco de la Provincia de Buenos
Aires; respecto de las alhajas se adoptará la misma medida, salvo que los herederos decidieren
que quedaren bajo su custodia.”
ADMINISTRADOR PROVISIONAL: (Art. 727 CPCCPBA): “A pedido de parte, el juez podrá fijar
una audiencia para designar administrador provisional. El nombramiento recaerá en el cónyuge
supérstite o en el heredero que, prima facie, hubiere acreditado mayor aptitud para el desempeño
del cargo. El juez sólo podrá nombrar a un tercero cuando no concurrieren estas circunstancias.”
ACUMULACIÓN: (Art. 731 CPCCPBA): “Cuando se hubiesen iniciado dos juicios sucesorios, un
testamentario y otro ab intestato, para su acumulación prevalecerá, en principio, el primero.
Quedará a criterio del juez la aplicación de esta regla, teniendo en cuenta el grado de adelanto de
los trámites realizados y las medidas útiles cumplidas en cada caso, siempre que la promoción
del proceso o su sustanciación no revelaren el propósito de obtener una prioridad indebida. El
mismo criterio se aplicará en caso de coexistencia de juicios testamentarios o ab intestato.”
SUCESIÓN EXTRAJUDICIAL: (Art. 733 CPCCPBA): “Aprobado el testamento o dictada la
declaratoria de herederos, en su caso, si todos los herederos fueren capaces y hubiere
conformidad entre ellos, los ulteriores trámites del proceso sucesorio podrán continuar
extrajudicialmente a cargo del o de los profesionales intervinientes.
En este supuesto, las operaciones de inventario, avalúo, partición y adjudicación, deberán
efectuarse con la intervención y conformidad de los organismos administrativos que
correspondan.
Cumplidos estos recaudos los letrados podrán solicitar directamente la inscripción de l os bienes
registrables y entregar las hijuelas a los herederos.
Si durante la tramitación extrajudicial se suscitasen desinteligencias entre los herederos, o entre
éstos y los organismos administrativos, aquéllas deberán someterse a la decisión del juez del
proceso sucesorio.
El monto de los honorarios por los trabajos efectuados será el que correspondería si aquellos se
hubiesen realizado judicialmente. No se regularán dichos honorarios hasta tanto los profesionales
que hubiesen tenido a su cargo el trámite extrajudicial presenten al juzgado copia de las
actuaciones cumplidas, para su agregación al expediente.
Tampoco podrán inscribirse los bienes registrables sin el certificado expedido por el secretario en
el que conste que se han agregado las copias a que se refiere el párrafo anterior.”
Silvina Guevara

INVESTIDURA DE LA CALIDAD DE HEREDERO


INVESTIDURA DE PLENO DERECHO: (Art. 2337): “Si la sucesión tiene lugar entre
ascendientes, descendientes y cónyuge, el heredero queda investido de su calidad de tal desde el
día de la muerte del causante, sin ninguna formalidad o intervención de los jueces, aunque ignore
la apertura de la sucesión y su llamamiento a la herencia. Puede ejercer todas las acciones
transmisibles que correspondían al causante. No obstante, a los fines de la transferencia de los
bienes registrables, su investidura debe ser reconocida mediante la declaratoria judicial de
herederos.”
CONCEPTO: La adquisición de pleno derecho implica que la investidura se transmite al heredero
desde el momento de la muerte del causante, sin necesidad de formalidad alguna. El heredero de
pleno derecho desde la muerte del causante puede ejercitar sus derechos y asumir obligaciones
sin necesidad de otro título que el vínculo con el causante.
FACULTADES JUDICIALES: (Art. 2338): “En la sucesión de los colaterales, corresponde al juez
del juicio sucesorio investir a los herederos de su carácter de tales, previa justificación del
fallecimiento del causante y del título hereditario invocado.
En las sucesiones testamentarias, la investidura resulta de la declaración de validez formal del
testamento, excepto para los herederos enumerados en el primer párrafo del artículo 2337.”
SUCESIÓN TESTAMENTARIA: (Art. 2339): “Si el causante ha dejado testamento por acto
público, debe presentárselo o indicarse el lugar donde se encuentre.
Si el testamento es ológrafo, debe ser presentado judicialmente para que se proceda, previa
apertura si estuviese cerrado, a dejar constancia del estado del documento, y a la comprobación
de la autenticidad de la escritura y la firma del testador, mediante pericia caligráfica. Cumplidos
estos trámites, el juez debe rubricar el principio y fin de cada una de sus páginas y mandar a
protocolizarlo. Asimismo, si algún interesado lo pide, se le debe dar copia certificada del
testamento. La protocolización no impide que sean impugnadas la autenticidad ni la validez del
testamento mediante proceso contencioso.”
SUCESIÓN INTESTADA: (Art. 2340): “Si no hay testamento, o éste no dispone de la totalidad de
los bienes, el interesado debe expresar si el derecho que pretende es exclusivo, o si concurren
otros herederos.
Justificado el fallecimiento, se notifica a los herederos denunciados en el expediente, y se dispone
la citación de herederos, acreedores y de todos los que se consideren con derecho a los bienes
dejados por el causante, por edicto publicado por un día en el diario de publicaciones oficiales,
para que lo acrediten dentro de los treinta días.”
DECLARATORIA DE HEREDEROS
Concepto: es el instrumento público por el cual el magistrado competente reconoce en
determinadas personas físicas, en virtud de las probanzas rendidas, la calidad de herederos y
sucesores de otra persona fallecida o declarada presuntamente fallecida.
Esta declaración de herederos importa un instrumento jurisdiccional por el que provisoriamente se
comprueba y se reconoce el carácter de sucesor a las personas pertinentes y se les otorga la
investidura hereditaria.
Se hace en aquellos supuestos en donde el causante no haya dejado testamento, o bien que en
el otorgado no haya dispuesto de la totalidad de sus bienes. En estos supuestos el interesado
debe peticionar judicialmente la declaratoria de herederos.
Diligencias previas. Forma: Los legitimados (descendientes, ascendientes, cónyuge, parientes
colaterales dentro del cuarto grado inclusive) deberán presentar el pertinente escrito judicial ante
el juez competente solicitando la declaratoria de herederos del causante y manifestando si el
derecho que se pretende es exclusivo, o si concurren otros herederos, en ese caso, procediendo
a su denuncia.
Asimismo, deberán justificar el título hereditario invocado y el fallecimiento del causante,
acompañando la documentación que acredite esos extremos (partidas registrales).
Iniciado el trámite, hay que cumplir con lo dispuesto en las respectivas regulaciones provinciales y
comunicar al Registro de Juicios Universales, en el cual deberán inscribirse todos los procesos de
Silvina Guevara

ese tipo que se tramiten en su territorio, a los efectos de la certificación sobre la existencia de
cualquier otro juicio similar con relación al mismo causante.
Una vez justificado el fallecimiento, se debe notificar a los herederos denunciados en el
expediente y disponer la citación de los herederos, acreedores y de todos los que se consideren
con derecho a los bienes dejados por el causante, por medio de edicto publicado por un día en el
diario de publicaciones oficiales, para que lo acrediten dentro de los treinta días.
La publicación de edictos se reduce a un día, y solamente en el diario de publicaciones oficiales.
Alcance y efectos: La declaratoria de herederos solo puede dictarse a favor de quienes se
hayan presentado oportunamente en el proceso acreditando adecuadamente el vínculo y la
consecuente vocación hereditaria o, en su defecto, hayan sido reconocidos, debiendo por lo tanto
excluirse a aquellos que en ningún momento expresaron su voluntad de ser considerados como
herederos, ya que los jueces no pueden suplir de oficio la inactividad de los interesados.
En tanto el juez se limita a verificar formalmente la calidad hereditaria, la resolución no causa
estado ni adquiere eficacia de cosa juzgada, pues no configura una sentencia que ponga fin a una
controversia entre partes, razón por la cual no descarta la posibilidad de que, con posterioridad a
su dictado, se incluyan nuevos herederos o se excluyan los que ella menciona.
INVENTARIO Y AVALÚO
INVENTARIO: (Art. 2341): “El inventario debe hacerse con citación de los herederos, acreedores
y legatarios cuyo domicilio sea conocido.
El inventario debe ser realizado en un plazo de tres meses desde que los acreedores o legatarios
hayan intimado judicialmente a los herederos a su realización.”
Concepto: Las operaciones de inventario son aquellas tendientes a la determinación precisa de la
composición del patrimonio del causante, en su faz activa y en su faz pasiva.
DENUNCIA DE BIENES: (Art. 2342): “Por la voluntad unánime de los copropietarios de la masa
indivisa, el inventario puede ser sustituido por la denuncia de bienes, excepto que el inventario
haya sido pedido por acreedores o lo imponga otra disposición de la ley.”
Habrá denuncia de bienes cuando exista acuerdo unánime de los copropietarios indivisos; y no
podrá efectuarse la denuncia de bienes cuando existen copartícipes incapaces, con capacidad
restringida o ausentes, o si los terceros con interés legítimo se oponen, debiendo en estos últimos
casos procederse a la realización del inventario.
AVALÚO: (Art. 2343): “La valuación debe hacerse por quien designen los copropietarios de la
masa indivisa, si están de acuerdo y son todos plenamente capaces o, en caso contrario, por
quien designa el juez, de acuerdo a la ley local. El valor de los bienes se debe fijar a la época más
próxima posible al acto de partición.”
El avalúo constituye la diligencia complementaria a la operación de realización del inventario,
mediante la cual se determina el valor de cada uno de los bienes que lo componen.
El avalúo implica atribuir un valor económico a ese activo y a ese pasivo que el inventario ha
consignado o descripto, a los fines de la conformación de las hijuelas, que harán tangible el fin de
la indivisión y la adjudicación en especie, en cabeza de cada sucesor o heredero, de lo
transmitido a título individual.
IMPUGNACIONES: (Art. 2344): “Los copropietarios de la masa indivisa, los acreedores y
legatarios pueden impugnar total o parcialmente el inventario y el avalúo o la denuncia de bienes.
Si se demuestra que no es conforme al valor de los bienes, se ordena la retasa total o parcial de
éstos.”

ADMINISTRACIÓN JUDICIAL DE LA SUCESIÓN


CAPACIDAD: (Art. 2345): “Las personas humanas plenamente capaces, y las personas jurídicas
autorizadas por la ley o los estatutos para administrar bienes ajenos, pueden ejercer el cargo de
administrador.”
DESIGNACIÓN DE ADMINISTRADOR: (Art. 2346): “Los copropietarios de la masa indivisa
pueden designar administrador de la herencia y proveer el modo de reemplazarlo. A falta de
mayoría, cualquiera de las partes puede solicitar judicialmente su designación, la que debe recaer
preferentemente, de no haber motivos que justifiquen otra decisión, sobre el cónyuge
Silvina Guevara

sobreviviente y, a falta, renuncia o carencia de idoneidad de éste, en alguno de los herederos,


excepto que haya razones especiales que lo hagan inconveniente, caso en el cual puede
designar a un extraño.”
DESIGNACIÓN POR EL TESTADOR: (Art. 2347): “El testador puede designar uno o varios
administradores y establecer el modo de su reemplazo.
Se considera nombrado administrador a quien el testador haya señalado expresamente como tal,
o lo haya designado como liquidador de la sucesión, albacea, ejecutor testamentario o de otra
manera similar.”
PLURALIDAD DE ADMINISTRADORES: (Art. 2348): “En caso de pluralidad de administradores,
el cargo es ejercido por cada uno de los nombrados en el orden en que están designados,
excepto que en la designación se haya dispuesto que deben actuar conjuntamente.
En caso de designación conjunta, si media impedimento de alguno de ellos, los otros pueden
actuar solos para los actos conservatorios y urgentes.”
REMUNERACIÓN Y GASTOS: (Art. 2349): “El administrador tiene derecho a que se le
reembolsen los gastos necesarios y útiles realizados en el cumplimiento de su función.
También tiene derecho a remuneración. Si no ha sido fijada por el testador, ni hay acuerdo entre
el administrador y los copropietarios de la masa indivisa, debe ser determinada por el juez.”
GARANTÍAS: (Art. 2350): “El administrador no está obligado a garantizar el cumplimiento de sus
obligaciones, excepto que el testador o la mayoría de los copropietarios de la masa indivisa lo
exija, o que lo ordene el juez a pedido de interesado que demuestre la necesidad de la medida.
Si requerida la garantía, el administrador omite constituirla o se rehúsa a hacerlo en el plazo fijado
por el juez, debe ser removido del cargo.”
REMOCIÓN: (Art. 2351): “Todo interesado puede solicitar al juez la remoción del administrador si
existe imposibilidad de ejercer el cargo o mal desempeño de éste.
Mientras tramite el pedido, que se sustancia por la vía más breve que permite la legislación
procesal, continúa en el ejercicio de sus funciones si el juez no resuelve designar un
administrador provisional.”
MEDIDAS URGENTES: (Art. 2352): “Si el administrador no ha sido aún designado, rehúsa el
cargo, demora en aceptarlo o debe ser reemplazado, cualquier interesado puede solicitar
medidas urgentes tendientes a asegurar sus derechos, como la facción de inventario, el depósito
de bienes, y toda otra medida que el juez considere conveniente para la seguridad de éstos o la
designación de administrador provisional. Los gastos que ocasionan estas medidas están a cargo
de la masa indivisa.”
FUNCIONES DEL ADMINISTRADOR
ADMINISTRACIÓN DE LOS BIENES: (Art. 2353): “El administrador debe realizar los actos
conservatorios de los bienes y continuar el giro normal de los negocios del causante.
Puede, por sí solo, enajenar las cosas muebles susceptibles de perecer, depreciarse rápidamente
o cuya conservación es manifiestamente onerosa. Para la enajenación de otros bienes, necesita
acuerdo unánime de los herederos o, en su defecto, autorización judicial.
Además de gestionar los bienes de la herencia, debe promover su realización en la medida
necesaria para el pago de las deudas y legados.”
COBRO DE CRÉDITOS Y ACCIONES JUDICIALES: (Art. 2354): “Previa autorización judicial o
de los copartícipes si son plenamente capaces y están presentes, el administrador debe cobrar
los créditos del causante, continuar las acciones promovidas por éste, iniciar las que son
necesarias para hacer efectivos sus derechos, y presentarse en los procesos en los cuales el
causante fue demandado.
En ningún caso puede realizar actos que importan disposición de los derechos del causante.”
RENDICIÓN DE CUENTAS: (Art. 2355): “Excepto que la mayoría de los copropietarios de la
masa indivisa haya acordado otro plazo, el administrador de la herencia debe rendir cuentas de
su administración trimestralmente, o con la periodicidad que el juez establezca.”
PAGO DE DEUDAS Y LEGADOS
PRESENTACIÓN DE LOS ACREEDORES: (Art. 2356): “Los acreedores hereditarios que no son
titulares de garantías reales deben presentarse a la sucesión y denunciar sus créditos a fin de ser
Silvina Guevara

pagados. Los créditos cuyos montos no se encuentran definitivamente fijados se denuncian a


título provisorio sobre la base de una estimación.”
DECLARACIÓN DE LEGÍTIMO ABONO: (Art. 2357): “Los herederos pueden reconocer a los
acreedores del causante que solicitan la declaración de legítimo abono de sus créditos. Emitida
tal declaración por el juez, el acreedor reconocido debe ser pagado según el orden establecido
por el artículo siguiente. A falta de reconocimiento expreso y unánime de los herederos, el
acreedor está facultado para deducir las acciones que le corresponden.”
PROCEDIMIENTO DE PAGO: (Art. 2358): “El administrador debe pagar a los acreedores
presentados según el rango de preferencia de cada crédito establecido en la ley de concursos.
Pagados los acreedores, los legados se cumplen, en los límites de la porción disponible, en el
siguiente orden:
a. los que tienen preferencia otorgada por el testamento;
b. los de cosa cierta y determinada;
c. los demás legados. Si hay varios de la misma categoría, se pagan a prorrata.”
GARANTÍA DE LOS ACREEDORES Y LEGATARIOS DE LA SUCESIÓN: (Art. 2359): Los
acreedores del causante, los acreedores por cargas de la masa y los legatarios pueden oponerse
a la entrega de los bienes a los herederos hasta el pago de sus créditos o legados.”
MASA INDIVISA INSOLVENTE: (Art. 2360): “En caso de desequilibrio patrimonial o insuficiencia
del activo hereditario, los copropietarios de la masa pueden peticionar la apertura del concurso
preventivo o la declaración de quiebra de la masa indivisa, conforme a las disposiciones de la
legislación concursal. Igual derecho, y de acuerdo a la misma normativa, compete a los
acreedores.”
CONCLUSIÓN DE LA ADMINISTRACIÓN JUDICIAL
CUENTA DEFINITIVA: (Art. 2361): “Concluida la administración, el administrador debe presentar
la cuenta definitiva.”
La partición provoca el cese de la indivisión hereditaria, y con ello la adjudicación a cada heredero
de los bienes que singularmente componen su concreto derecho hereditario o parte en la
sucesión.
Acaecida esta instancia de partición, el administrador cesa en sus funciones. Es decir que la
partición va de la mano con la finalización de la función de administrador, ya que siempre supone
gestionar cosa o patrimonio ajeno, y justamente la partición titulariza individualmente los bienes
de cada heredero.
FORMA DE LA CUENTA: (Art. 2362): “Si todos los copropietarios de la masa indivisa son
plenamente capaces y están de acuerdo, la rendición de cuentas se hace privadamente,
quedando los gastos a cargo de la masa indivisa.
En caso contrario, debe hacerse judicialmente. De ella se debe dar vista a los copropietarios de la
masa indivisa, quienes pueden impugnarla.”
JURISPRUDENCIA
CASO 1: “LAVRIH Juan s/ Sucesión Ab Intestato”
Tema relacionado: legitimación para pedir la apertura del proceso sucesorio
Hechos: el juez de primera instancia rechazó el pedido de apertura de la sucesión peticionada
por los ahora apelantes.
Se agravia el recurrente exponiendo que tras una errónea interpretación del artículo 3279 del CC
se excluiría de la órbita de legitimados para la apertura del proceso sucesorio a figuras aceptadas
por la jurisprudencia: los acreedores, el cónsul extranjero, los cesionarios. Sostiene por el artículo
3452, que todos los que tengan en la sucesión algún derecho declarado por las leyes pueden
pedir la partición de la herencia.
El juez sentenciante señaló que el referido inmueble no integra el patrimonio del causante desde
el momento real de la transmisión de la propiedad del donante al donatario. El apelante dice que
tal concepción le causa gravamen, pues, al donante (luego causante) le asistió al otorgar el acto
la intención de proveer a los donatarios el poder de disponer del objeto en forma plena y sin
limitaciones, lo que debería ser motivo suficiente para dar lugar a la apertura del proceso
sucesorio.
Silvina Guevara

Cuestiones:
1) ¿Es arreglada a derecho la resolución apelada?
2) ¿Qué pronunciamiento corresponde dictar?
Fundamentos: el título del donatario solo se perfeccionará cuando venza el plazo de prescripción
de las acciones con las que cuente el heredero en protección de su legítima. En este caso, los
donatarios no son herederos del donante, de modo que al limitar sus agravios a la petición de
apertura de la sucesión del causante, su acción tiende a clarificar la inexistencia de herederos
forzosos legitimados para interponer acciones de reducción y complemento de la legítima.
La donación es siempre un título imperfecto de dominio. La registración inmobiliaria de la
declaratoria de herederos tiene por efecto la convalidación perfeccionante del título. En sus
finalidades no se cuenta la del perfeccionamiento de aquellos títulos que por derivar de una
donación son imperfectos.
Para nuestro ordenamiento es el donatario quien asume todos los riesgos que implica un contrato
a título gratuito.
Sentencia: se confirma la sentencia apelada por la cual se niega la apertura del sucesorio. No se
efectúa imposición de costas ante la falta de contradictor.
CASO 2: “MOLINARI, Horacio E. s/ Sucesión”
Tema relacionado: legitimación activa de acreedores para promover proceso sucesorio
Hechos: la acreedora del causante inició el juicio sucesorio de aquel y cito judicialmente a los
herederos. La heredera apeló la sentencia del a quo que tuvo por legitimada a la acreedora
alegando el incumplimiento de los requisitos. La Cámara confirmó el decisorio.
La jueza de primera instancia consideró que la señora Echenique tiene legitimación para el inicio
del sucesorio y que dado la presentación de la señora Croft ha cesado la intervención de la
señora Echenique.
La recurrente se agravia en que se haya reconocido legitimidad a Echenique para promover el
sucesorio. Alega que, habiéndose presentado en calidad de acreedora del causante, no probó
esa calidad y además efectuó la presentación antes de los 4 meses desde el fallecimiento del
causante.
La señora Echenique inició el juicio sucesorio de Horacio Molinari (de quien se divorció en el año
1997). Invocó razones de “urgencia y necesidad” y manifestó estar legitimada para iniciar el
presente proceso por ser acreedora del causante ya que éste se habría obligado a darle una
renta mensual luego del divorcio y sería beneficiaria de un seguro de vida.
Cuestión: ¿Es justa la resolución apelada?
Fundamentos: los acreedores del causante que sean titulares de un crédito legítimo están
legitimados para iniciar el juicio sucesorio del mismo. Para su presentación deben:
a) Demostrar su calidad de acreedor
b) Haber intimado a los herederos a iniciar el juicio sucesorio
A su vez, los terceros interesados pueden exigir que el heredero acepte o repudie la herencia en
un término que no pase de 30 días. Esto sucedió en el caso por lo tanto nada puede reprocharse
sobre el punto.
En cuanto al plazo de 4 meses, la ley deja al juez la posibilidad que lo amplíe o lo reduzca cuando
las circunstancias del caso lo aconsejen. La sentenciante, consideró que la señora Echenique
está legitimada para iniciar el sucesorio. Consideró que el tiempo transcurrido desde el
fallecimiento del causante (dos meses), sumado a las razones de necesidad y urgencia
denunciadas por la accionante, llevan al convencimiento de que el sucesorio ha sido iniciado sin
violar precepto alguno.
Sentencia: se confirma la resolución apelada con costas a la vencida.
CASO 3: “MARTÍNEZ DE RODRÍGUEZ Nieves Elvira s/ Sucesión Ab Intestato”
Tema relacionado: Acumulación de procesos sucesorios del mismo carácter.
Hechos: los señores Alberto Rodríguez y Manuel Rodríguez Martínez, recurren la resolución en
virtud de la cual el juez de primera instancia se declara incompetente para entender en este caso,
ordenando su remisión a otro juzgado dada la radicación de un expediente sucesorio.
Silvina Guevara

Los recurrentes denuncian con sorpresa la existencia de un juicio similar ante el juzgado de
Moreno iniciado por el padre de los recurrentes y en el que no existe denuncia del nacimiento de
los hijos con evidente fraude en perjuicio de éstos.
Cuestiones:
1) ¿Es justa la sentencia apelada?
2) ¿Qué pronunciamiento corresponde dictar?
Fundamentos: el tema principal es el de la competencia del Juez de esta jurisdicción para seguir
interviniendo en este expediente, o la remisión de las actuaciones al Juzgado de Moreno, donde
tramita la otra sucesión
No sólo se ha violado la regla del último domicilio del causante, sino que se ha obviado la
conformidad necesaria de los restantes “presuntos herederos” que se trata de los propios hijos.
A su vez, la prórroga de jurisdicción respecto de los juicios sucesorios, es procedente en a
medida que exista conformidad de todos los herederos, y ese pacto de prórroga de jurisdicción no
resulta aquí acreditado.
La declaratoria de herederos dictada por el juzgado de Moreno declara como heredero al cónyuge
Manuel Rodríguez Chacón, mencionándose que de la unión con la causante no hubo
descendencia.
Lo primero que se debe analizar en caso de coexistencia de dos sucesorios del mismo carácter
es el grado de avance procesal de cada uno y los trámites útiles realizados. En caso de que
ambos procesos tengan un avance similar, la preferencia deberá acordarse al que se inició
primero.
Se vota la primera cuestión por la negativa.
Sentencia: se resuelve revocar la declaración de incompetencia debiendo el Juez del Juzgado de
Primera Instancia en lo Civil y Comercial de esta jurisdicción continuar con la tramitación de las
presentes actuaciones.
CASO 4: “PÉREZ, CARLOS s/ Sucesión”
Tema relacionado:
Hechos: contra la resolución deduce el peticionante recurso de apelación, limitando su recurso a
la imposición de las costas derivadas de su pedido de declaración de legitimo abono a su cargo.
Cuestiones:
1) ¿Se ajusta a derecho la resolución apelada?
2) ¿Qué pronunciamiento corresponde dictar?
Fundamentos: el pedido que formula un acreedor para que se declare su crédito contra el
causante como de legítimo abono y que se le abone de inmediato no tiene mas valla que la
voluntad de los herederos, que pueden aceptarlo o no.
Las costas en tal tipo de incidente cabe imponerlas en el orden causado cuando media
disconformidad de algún heredero con la petición del acreedor.
En este caso, el pedido de la declaración de legitimo abono fue desestimado como consecuencia
de la manifestación contraria formulada por el heredero debiéndose imponer las costas deri vadas
de la cuestión.
Sentencia: corresponde revocar la resolución apelada y en consecuencia imponer las costas
devengadas con motivo de la petición de legitimo abono formulada en el orden causado.
CASO 6: “NARDI, Juan Carlos s/ Sucesión”
Tema relacionado: competencia. Sucesiones internacionales
Hechos: interponen recurso la cónyuge e hija del causante invocando la situación del inmueble
relicto, respecto de la declaración de incompetencia decidida sobre la base de que el domicilio al
fallecimiento del causante estaba en Brasil.
Fundamentos: son competentes para entender en la sucesión por causa de muerte los jueces
del último domicilio del causante o los del lugar de situación de los bienes inmuebles en el país
respecto de éstos.
Habiendo en la Argentina bienes relictos, aunque no hubiese habido en ella el último domicilio del
causante ni tampoco hubiere en la República el domicilio del único heredero, se da jurisdicción
internacional argentina.
Silvina Guevara

La jurisdicción internacional del juez del ultimo domicilio del causante no puede concebirse como
exclusiva y excluyente de toda otra. Según las normas de jurisdicción internacional relativas a
procesos sucesorios establecen que se deberán abrir tantos foros sucesorios cuantos lugares de
radicación de bienes hereditarios existan.
Sentencia: se decide revocar la incompetencia decidida y ordenar la apertura del sucesorio.
CASO 7: “GRASSI, Juan Cesar s/ Sucesión Ab Intestato”
Tema relacionado: Competencia. Sucesiones internacionales
Hechos: el juez de primera instancia rechaza la apertura del proceso sucesorio del Sr. Cesar
Grassi en virtud de que el mismo residía en Brasil.
La apelante centra sus agravios en el hecho de que el último domicilio del causante se sitúa en la
ciudad de Tandil, encontrándose al momento de su fallecimiento en Brasil de visita en el domicilio
de su hija. Agrega que aun en el supuesto de que se considerase dicho domicilio el que resulta
del certificado de defunción, igualmente sería competente el a quo por existir bienes relictos en
nuestro país.
Fundamentos: este Tribunal puede corroborar que efectivamente el causante es heredero de
quien figura como cotitular dominial, es así que ya no resulta gravitante en este caso el último
domicilio del causante, sino los bienes relictos dejados en la República, lo que determina que
resulte competente para entender el juez a quo.
Sentencia: se hace lugar al recurso de apelación y se revoca la resolución. Se devuelven los
autos a la instancia de origen para que continúe su trámite, sin costas.

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