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Derecho de las

sucesiones

Derecho
Privado VII

1
Sucesiones
Derecho de las sucesiones

Definición

Con la denominación “derecho de las sucesiones” o “derecho sucesorio”


se hace referencia a la rama del derecho privado que regula la sucesión a
título universal y las adquisiciones a título particular que se originan con la
muerte de una persona.

Es la sección del derecho privado constituida por un


conjunto de normas, que regulan el destino que ha de
darse a las relaciones jurídicas de una persona física
cuando ésta muere, y rige también la creación de
relaciones jurídicas nuevas, cuyo surgir está
subordinado a la muerte de dicha persona. (Arias
Ramos, como se cita en Pérez Lasala, 2014, p. 18).

Es dable señalar que el fenómeno sucesorio no sólo tiene un claro interés


familiar, sino también social; es decir, no sólo protege al individuo y a la
familia, sino que además el Estado resulta beneficiado por el estímulo que
el derecho sucesorio representa para el trabajo y la producción, pues el
derecho de propiedad constituye el presupuesto del derecho de
sucesiones, ya que para que éste exista, tiene que existir la propiedad
privada e individual.

Principios que lo rigen

El Código Civil y Comercial de la Nación se caracteriza por la


constitucionalización del derecho privado. Esto implica una arraigada
conexión entre la Constitución Nacional, los tratados internacionales y el
derecho privado; todo ello, con base en los aportes dados por la doctrina y
la jurisprudencia. Asimismo, se caracteriza por la recepción de grandes
paradigmas del derecho privado a través de principios que estructuran el
resto del ordenamiento. Tales principios cumplen dos funciones:

• como fuente, pues se debe recurrir a ellos a fin de resolver


aquellas cuestiones que no tienen solución en la ley ni en las
costumbres;
• y como elemento de interpretación de la ley.
“Fijan también un límite a su arbitrio, garantizando que la decisión no esté
en desacuerdo con el espíritu del ordenamiento jurídico” (Medina y
Miguez de Bruno, 2014, p. 2).
En el derecho sucesorio, debemos tener presentes los principios generales
contenidos en el Libro Primero del Código Civil y Comercial, los principios
sucesorios expuestos en el capítulo 1 del título 1 del Libro Quinto, y los
principios específicos de las partes generales de las distintas instituciones
sucesorias. A modo general, podemos señalar los siguientes:

La sucesión, en sentido técnico jurídico (sucesión del heredero), implica en


principio la subrogación en la posición jurídica del causante.

• La sucesión, en sentido técnico jurídico (sucesión del heredero),
implica en principio la subrogación en la posición jurídica del
causante.
• La responsabilidad del heredero por el pago de las deudas y
cargas de la herencia es limitada, salvo en determinadas
excepciones.
• Igualdad real (mejora para el heredero con discapacidad).
• La aceptación y renuncia de la herencia tiene sus
particularidades en la adquisición ipso iure y en la adquisición
por aceptación.
• Mayor autonomía de la voluntad del autor de la sucesión (se
aumenta la porción disponible y se regula la mejora a
determinados herederos que se encuentran en una situación de
vulnerabilidad).

Estructura en el Código Civil y Comercial de la Nación

La sucesión por causa de muerte se encuentra regulada en el Libro Quinto,


bajo el nombre de “Transmisión de derechos por causa de muerte”, desde
el art.

2277 al 2531. Este libro está integrado por once títulos, los que en su
mayoría se subdividen en capítulos, y algunos de éstos últimos, en
secciones.

De esta manera, el Libro Quinto presenta la siguiente organización:

Título 1: Sucesiones

• Capítulo 1: Disposiciones generales


• Capítulo 2: Indignidad

Título 2: Aceptación y renuncia de la herencia


• Capítulo 1: Derecho de opción
• Capítulo 2: Aceptación de la herencia
• Capítulo 3: Renuncia de la herencia

Título 3: Cesión de herencia

Título 4: Petición de herencia

Título 5: Responsabilidad de los herederos y legatarios. Liquidación del


pasivo.

Título 6: Estado de indivisión

• Capítulo 1: Administración extrajudicial


• Capítulo 2: Indivisión forzosa

Título 7: Proceso sucesorio

• Capítulo 1: Disposiciones generales


• Capítulo 2: Investidura de la calidad de heredero
• Capítulo 3: Inventario y avalúo
• Capítulo 4: Administración judicial de la sucesión

o Sección 1: Designación, derechos y deberes del


administrador o Sección 2: Funciones del administrador

• Capítulo 5: Pago de deudas y legados


• Capítulo 6: Conclusión de la administración judicial

Título 8: Partición

• Capítulo 1: Acción de partición


• Capítulo 2: Modos de hacer la partición
• Capítulo 3: Colación de donaciones
• Capítulo 4: Colación de deudas
• Capítulo 5: Efectos de la partición
• Capítulo 6: Nulidad y reforma de la partición
• Capítulo 7: Partición por los ascendientes

o Sección 1: Disposiciones generales


o Sección 2: Partición por donación
o Sección 3: Partición por testamento

Título 9: Sucesiones intestadas

• Capítulo 1: Disposiciones generales


• Capítulo 2: Sucesión de los descendientes


• Capítulo 3: Sucesión de los ascendientes
• Capítulo 4: Sucesión del cónyuge
• Capítulo 5: Sucesión de los colaterales
• Capítulo 6: Derechos del Estado

Título 10: Porción legítima

Título 11: Proceso sucesorio

• Capítulo 1: Disposiciones generales


• Capítulo 2: Forma de los testamentos

o Sección 1: Disposiciones generales o Sección 2: Testamento


ológrafo o Sección 3: Testamento por acto público

• Capítulo 3: Inhabilidad para suceder por testamento


• Capítulo 4: Institución y sustitución de herederos y legatarios
• Capítulo 5: Legados
• Capítulo 6: Revocación y caducidad de las disposiciones
• Capítulo 7: Albaceas

Sucesión: Definición. Por actos entre vivos. Por


mortis causa
Con el término sucesión se designan todos aquellos supuestos en que se
produce el cambio o sustitución de un sujeto por otro en la titularidad del
derecho sobre el objeto de una relación jurídica. En tal sentido, la sucesión
provoca una modificación subjetiva de la relación jurídica, aunque queda
inalterado –en principio– su contenido y objeto. De esta manera, se
produce una trasmisión, pues el derecho que pertenecía a un sujeto ha
pasado a otro. Dicha transmisión puede ser realizada por actos entre vivos
o por mortis causa. Por acto entre vivos, es cuando la transmisión de los
derechos y obligaciones patrimoniales se origina en un acto jurídico
manifestado en un negocio válido – compraventa, donación–. La sucesión
mortis causa tiene como presupuesto necesario y determinante la muerte
del sujeto a quien se habrá de suceder y comprende los siguientes
elementos:

1) el difunto, de quien dimana la sucesión;


2) el sucesor llamado por ley o por testamento, que puede ser universal
o particular;
3) y los derechos y obligaciones del causante que constituyen la
herencia.

Pérez Lasala (2014) expresa que “la sucesión en sentido técnico-jurídico no


es más que la sucesión universal mortis causa, es decir, la del heredero y
no la del legatario que es un simple adquirente” (p. 17). Por ello,
desagrega la sucesión para referirse a la de tipo universal por oposición a
las adquisiciones mortis causa, que son las particulares. Esta es una de las
posiciones doctrinarias; sin embargo, la mayoría de los autores utilizan el
término sucesión para referirse tanto a la universal como a la particular.

En definitiva, la sucesión entre vivos es aquella en la que la fuente de la


transmisión es un acto jurídico realizado por el titular del derecho,
mientras que en la sucesión por causa de muerte, el hecho jurídico
generador de la transferencia de los derechos es la muerte de su titular.

Sucesión por causa de muerte: universal y a título


particular. Definiciones. Fundamentos
Como expresáramos con anterioridad, la sucesión mortis causa puede ser
universal o particular.

La sucesión por causa de muerte opera por la concurrencia de tres


elementos:

1) apertura de la
sucesión; 2) la
vocación del sucesor;
3) la aceptación.

La sucesión universal supone la subrogación en la posición jurídica del


causante, pues el sucesor ocupa el lugar del difunto en las relaciones
jurídicas de las que era titular y que no se extinguieron con su muerte. Es
decir, el sucesor ocupa la posición jurídica del causante en los derechos
transmisibles; en consecuencia, en principio, adquiere sus bienes y asume
sus deudas.

Esta regla general contiene excepciones, pues hay posiciones jurídicas


patrimoniales que no se transmiten al heredero y hay otras que nacen en
cabeza de éste con motivo de la muerte del autor de la sucesión.

En tal sentido, el art. 2280 prescribe que “desde la muerte del causante,
los herederos tienen todos los derechos y acciones de aquél de manera
indivisa, con excepción de los que no son transmisibles por sucesión, y
continúan en la posesión de lo que el causante era poseedor” 1.

Conforme a ello, la sucesión universal presenta dos características:

• el cambio de sujetos no implica la extinción de las relaciones


jurídicas existentes en vida del causante ni la creación de otras
nuevas;
• se mantienen inalterados los títulos constitutivos de las
relaciones jurídicas.

Una consecuencia del principio que el sucesor asume la posición jurídica


del causante es que en la adquisición de la herencia no se altera el título
por el cual es recibida. Esto significa que el heredero sigue siendo
comprador, permutante, etcétera, del derecho que le transfirió el difunto.

En la sucesión universal, se transmite la universalidad o una parte indivisa


de la herencia. Así, podemos distinguir dos aspectos en esta sucesión:

• el sustantivo: dado por la sucesión en la posición jurídica del


causante, que justifica la continuación de las relaciones jurídicas
del causante,
con las consecuencias descriptas precedentemente;
• el adquisitivo: que se refiere a que el heredero adquiere la
universalidad o parte alícuota de la herencia2.

Por su parte, la sucesión particular procede cuando se transmite un bien


particular o un conjunto de bienes que integran la herencia.

El sucesor particular no ocupa la posición del causante, ni responde por las


deudas de éste, salvo que no haya bienes suficientes en la herencia, en

1 Art. 2280, relativo a la situación de los herederos. Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro
Quinto, Título I. Código Civil y Comercial de la Nación.
2 Art. 2278, relativo al heredero y al legatario. Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro
Quinto, Título I. Código Civil y Comercial de la Nación.
cuyo caso su responsabilidad se limita al valor de lo que recibe 3; asimismo,
responde por ellas en el supuesto que le sean atribuidas como carga del
legado.

Un sector de la doctrina, al que adhiere Pérez Lasala (2014), sostiene que


en la adquisición a título particular no sólo cambia el sujeto de la relación
jurídica, sino también “el título constitutivo, que es el acto que sirve para
transmitir el derecho” (p. 400). Es decir, el legatario adquiere el derecho
de un acto diferente del realizado entre el causante y el causahabiente.

Sistemas: Sucesión en la persona y en los bienes.


Orígenes y consecuencias. Sistema seguido por el Código
Civil y Comercial de la Nación

Entre los sistemas sucesorios, podemos señalar dos formas básicas para
estructurar la transmisión sucesoria:

• Sucesión en la persona o sistema romano


• Sucesión en los bienes o sistema germano

El primero establece que la sucesión implica que el heredero continúa la


persona del difunto, en tanto que el segundo se basa en la sucesión en los
bienes (Borda, 1994).

La sucesión en la persona tenía antiguamente un fundamento religioso,


pues ante la muerte de un sujeto, era indispensable que alguien ocupara
inmediatamente su lugar para que el culto familiar no se interrumpiese.
Además, era fundamental que alguien ejerciera la autoridad del difunto
dentro de la familia.

En los primeros tiempos, los herederos afrontaban esta carga como un


deber moral y religioso. Pero cuando decayó el culto familiar, la
repudiación de la herencia o la aceptación con beneficio de inventario se
hicieron comunes. A raíz de ello, diversas leyes se dictaron para remediar
la injusta situación del heredero, quien sólo recibía cargas.

Cuando fue perdiendo su influencia el sentimiento religioso, la idea de la


continuación de la persona subsistió por una razón de tradición jurídica y
también porque así se explicaba cómo las deudas del causante pasaban a
gravitar sobre el heredero.
3 Art. 2319, relativo a la acción contra los legatarios. Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro
Quinto, Título V. Código Civil y Comercial de la Nación.
El sistema romano adquirió un renovado impulso con el aporte de Aubry y
Rau. Estos autores sostuvieron que el patrimonio es un atributo de la
personalidad, una universalidad de derecho independiente de los
elementos concretos que lo integran (como se cita en Borda, 1994,
1119/10 y ss.).

No se concibe hoy, por lo tanto, persona sin patrimonio, y este no es


susceptible de alienación total o parcial. Por tal razón, no puede
concebirse la transmisión del patrimonio a los herederos sino mediante la
ficción de que éstos continúan la persona del causante. El sistema romano
viene así a dar explicación de la transmisión de los derechos y deudas.

Las consecuencias de este sistema pueden sintetizarse en que:

• se opera la confusión de patrimonios del causante y del


heredero: el heredero responde ultra vires, es decir, con sus
propios bienes si los dejados por el causante no alcanzan a cubrir
sus deudas, y los acreedores del causante concurren en igualdad
de derecho con los del heredero a cobrarse sus créditos de la
masa de bienes formada después de la transmisión;
• el heredero continúa la posesión del causante en el mismo
carácter que aquel;
• la sucesión debe ser única y estar sujeta a una sola ley, puesto
que se trata de la transmisión de una universalidad indivisible.

Cabe aclarar que la idea de la continuación de la persona es ante todo una


ficción.

Con relación a la idea romana, el concepto germano de la transmisión


hereditaria era muy distinto. Cuando el jefe de la familia fallecía, la
asamblea de la tribu le entregaba los bienes; el heredero pagaba entonces
todas las deudas y se quedaba con el remanente. Entre sus consecuencias,
se destacaba que no había confusión de patrimonio y que las deudas del
difunto no pesaban sobre los bienes del heredero. Es decir, de acuerdo a
este sistema, el heredero sucedía al causante únicamente en sus bienes y
debía pagar las deudas hasta tanto aquellos bienes alcanzaran a cubrirlas,
pero para ello no era necesario recurrir a la ficción de la continuación de la
persona. Por lo tanto, en el sistema de la sucesión de los bienes, el
heredero no ocupaba el lugar del difunto.

En nuestro derecho, el sistema del Código de Vélez recibió la influencia de


Aubry y Rau y siguió su teoría con todas sus consecuencias. En el artículo
3281, regulaba que la sucesión a título universal era la que tenía por
objeto un ideal, sin consideración a su contenido especial ni a los objetos
de esos derechos. En el artículo 3417 establecía el sistema de la
continuación de la persona. De todo ello resultaba la confusión del
patrimonio del heredero con el del causante.

El Código Civil y Comercial de la Nación –afirma Pérez Lasala (2014) –ha


aceptado implícitamente la teoría de la sucesión en la posición jurídica del
causante, y explícitamente, la teoría de la adquisición de la totalidad o de
una parte indivisa de los bienes hereditarios. De este modo, el heredero
ocupa la posición jurídica del causante en las relaciones transmisibles; por
lo tanto, se le transmiten los bienes y asume las deudas. Es decir, hay
posiciones jurídicas que pasan del causante al heredero de manera
objetivamente idénticas. Son estas en las que se da realmente la sucesión,
porque el heredero ocupa el lugar del autor de la sucesión. Sin embargo,
también hay relaciones jurídicas que no se transmiten al heredero.

Por último, hay posiciones jurídicas que adquiere el heredero que no


existían en el causante, pero que nacen con motivo de su muerte.

Sucesión intestada y testamentaria. Caracterización

La sucesión mortis causa puede ser legítima (intestada, legal) o


testamentaria, según la naturaleza de la fuente del llamamiento, es decir,
según si la sucesión proviene de la ley o de la voluntad del sujeto
expresada en testamento.

Nuestro sistema legal recepta ambas categorías. Así, el art. 2277 del
Código establece que “la muerte real o presunta de una persona causa la
apertura de su sucesión y la transmisión de su herencia a las personas
llamadas a sucederle por el testamento o por la ley 4.

La sucesión intestada es la deferida por la ley al cónyuge y a los parientes


más próximos del causante, conforme a un determinado orden
establecido por la misma ley; la testamentaria, en cambio, responde a la
voluntad del causante manifestada en el testamento.

El art. 2424 del Código, cuando define a los herederos legítimos, prescribe
que “las sucesiones intestadas se defieren a los descendientes del
causante, a sus ascendientes, al cónyuge supérstite, y a los parientes
colaterales dentro del cuarto grado inclusive, en el orden y según las reglas
establecidas en este Código”5. El fundamento de este tipo de sucesión está
basado en el respeto a la voluntad presunta del difunto, dado por el
reconocimiento del orden natural de sus afectos y la protección del interés
familiar.
4 Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Quinto, Título I. Código Civil y Comercial de la
Nación.
5 Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Quinto, Título IX. Código Civil y Comercial de la
Nación. 6 Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Quinto, Título XI. Código Civil y
Comercial de la Nación.
Respecto a las sucesiones testamentarias, el art. 2462 establece que “las
personas humanas pueden disponer libremente de sus bienes para
después de su muerte, respetando las porciones legítimas…” 6. Su
fundamento reposa en el respeto a la libre voluntad del causante
expresada en su testamento, que en nuestro ordenamiento jurídico se
encuentra limitada en caso de existir legitimarios, pero que alcanza su
plena expresión a falta de éstos.

En consecuencia, los sucesores pueden ser llamados por la ley, por la


voluntad del causante o en parte por la ley y en parte por voluntad del
causante. Esta compatibilidad entre ambos tipos de sucesiones ha sido
receptada por el art. 2277, que establece: “Si el testamento dispone sólo
parcialmente de los bienes, el resto de la herencia se defiere por la ley…” 6.

La primera hipótesis procede cuando el causante tuviere herederos y no


hubiere testado; en este caso, la sucesión será en su totalidad deferida por
la ley. En el segundo supuesto, el testador no tiene legitimarios; por lo
tanto, por medio del testamento, determina quienes van a sucederlo. Por
último, la tercera hipótesis es aquella en la que el causante, si bien posee
legitimarios, dispone libremente de la porción disponible de la herencia.

Nuestro sistema legal contempla la libertad del autor de la sucesión de


disponer de su patrimonio, siempre que respete las porciones legítimas, si
existiesen legitimarios.

En definitiva, cuando no hay legitimarios, el causante tiene libertad para


distribuir sus bienes como estime conveniente. Si, en cambio, el causante
decide no testar o las disposiciones testamentarias fueren ineficaces y
tiene herederos, la misma ley adjudica su patrimonio a sus parientes y
cónyuge en determinado orden.

De allí la íntima vinculación con el derecho de familia, porque la


estructuración de ella repercutirá en el derecho sucesorio, y viceversa.

Dentro del llamamiento hecho por la ley, hay que hacer una distinción, a
saber:

• Existe un llamamiento imperativo que corresponde a aquellos


miembros de la familia a los que la ley les atribuye una porción
de la herencia – legítima– de la cual no pueden ser privados;
estos son los legitimarios.
• Existe también un llamamiento supletorio que tendrá vigencia a
falta de legitimarios y a falta de herederos instituidos por el

6 Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Quinto, Título I. Código Civil y Comercial de la
Nación.
causante en su testamento. Los herederos llamados
supletoriamente se denominan legítimos; de allí la posible
confusión, ya que se designa legítimo al heredero llamado a la
sucesión por la ley -que constituye el género- y asimismo, una
especie dentro de ellos recibe el mismo nombre.

Para clarificar la situación, se indicará cómo funcionan estos llamamientos.

En primer lugar, hay que verificar si existen herederos designados por la


ley que tengan un llamamiento imperativo, es decir, que existan
legitimarios, pues de ser así, el causante sólo podrá testar sobre la porción
disponible. A falta de legitimarios, el causante podrá designar como
heredero a quien quiera, y entonces se encuadrará dentro de la sucesión
testamentaria. Luego, a falta de legitimarios y testamentarios, volverá a
aplicarse el llamamiento deferido por la ley en forma supletoria y recibirán
la herencia los parientes colaterales hasta el cuarto grado.

Pactos sucesorios. Definición. Regulación legal

El pacto sucesorio es el contrato cuyo objeto es todo o la parte de una


herencia futura y cuyo contenido concierne a su organización o a un
aspecto de esa organización por referirse a disposiciones o transferencia
de derechos sucesorios eventuales, a reglas de distribución de la herencia
o a otras cuestiones sucesorias.

El Código Civil y Comercial, manteniendo el régimen del Código de Vélez,


no admite la sucesión contractual. Expresamente, establece en el art. 1010
que:

La herencia futura no puede ser objeto de los


contratos ni tampoco pueden serlo los derechos
eventuales sobre objetos, excepto lo dispuesto en el
párrafo siguiente u otra disposición legal expresa. Los
pactos relativos a una explotación productiva o a
participaciones societarias de cualquier tipo, con
miras a la conservación de la unidad de la gestión
empresaria o a la prevención o solución de conflictos,
pueden incluir disposiciones referidas a futuros
derechos hereditarios y establecer compensaciones a
favor de otros legitimarios. Estos pactos son válidos,
sean o no parte el futuro causante y su cónyuge, si no
afectan la legítima hereditaria, los derechos del
cónyuge, ni los derechos de terceros7.

Lo que se persigue con la excepción prevista en la norma es la protección


de una unidad de negocios, especialmente, la familiar.

Una especie dentro de la prohibición genérica receptada por este artículo,


corresponde a la imposibilidad de aceptar o renunciar a la herencia antes
de la muerte del autor de la sucesión, aun cuando se hicieran
condicionadas al hecho de la muerte. Así, el art. 2286 establece el “tiempo
de la aceptación y la renuncia. Las herencias futuras no pueden ser
aceptadas ni renunciadas”8.

Maximiliano Flammá (2014, p. 40) sostiene que desde un aspecto


eminentemente técnico, la prohibición de aceptar o repudiar una herencia
futura es el corolario lógico del principio dispuesto por el art. 2277, pues
antes de la muerte del causante, no hay sucesor mortis causa ni se es
titular de derecho alguno que resulte susceptible de ser aceptado o
repudiado.

Encontramos otra especificación con respecto a esta regla en el art. 2302,


que regula el momento a partir del cual produce efectos la cesión de
herencia9.

No obstante, existen supuestos excepcionales de sucesión contractual


mortis causa. Entre ellos, podemos mencionar:

• Partición de bienes por parte del ascendiente: el art. 2411 del


Código
Civil y Comercial autoriza a la persona que tiene descendientes
a
• efectuar la partición de sus bienes entre ellos por medio de la
donación o testamento10.
Transmisión de bienes a legitimarios: el art. 2461 prescribe que
si por acto entre vivos a título oneroso, el causante transmite a
alguno de los legitimarios la propiedad de algunos de sus bienes

7 Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Tercero, Título II. Código Civil y Comercial de la
Nación.

8 Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Quinto, Título II. Código Civil y Comercial de la
Nación.
9 Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Quinto, Título III. Código Civil y Comercial de la
Nación.
10 Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Quinto, Título VIII. Código Civil y Comercial de la
Nación.
bajo reserva de usufructo, uso, habitación o bajo renta vitalicia,
se presume iuris et de iure la gratuidad del acto y la intención de
mejorar al beneficiario. El valor de los bienes debe ser imputado
a la porción disponible y el exceso debe ser colacionado11.

Si la donación o el testamento otorgara dispensa o estableciera una
cláusula de mejora, el cónyuge y los descendientes del causante están
exentos del deber de colacionar el valor de los bienes recibidos 13.

Referencias
Borda, G. (1994). Tratado de Derecho Civil – Sucesiones, Tomo I. Buenos
Aires: Abeledo Perrot.

Flammá, M. (2014). Título II. Aceptación y renuncia de la herencia –


Capítulo 1 Derecho de opción. En J. C. Rivera y G. Medina (Dirs.), Código
Civil y Comercial de la Nación Comentado. Buenos Aires: Thomson Reuters
– La Ley.

González Magaña, I. (2014). Título VII. Proceso Sucesorio – Capítulo 1


Disposiciones generales. En J. C. Rivera y G. Medina (Dirs.), Código Civil y
Comercial de la Nación Comentado. Buenos Aires: Thomson Reuters – La
Ley.

Medina, G., y Miguez de Bruno, M. S. (2014). Principios generales


sucesorios y los principios generales de la sucesión intestada en particular.
Revista Derecho de Familia y de las personas (109). Buenos Aires: La Ley.

Pérez Lasala, J. L. (2014), Tratado de Sucesiones. Santa Fe: Rubinzal


Culzoni, Tomo 1.

11 Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Quinto, Título X. Código Civil y Comercial de la
Nación. 13 Art. 2385, párr. 1. Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Quinto, Título VIII.
Código Civil y Comercial de la Nación.
Sucesores

Derecho
Privado VII
Sucesores
Dentro de los sucesores mortis causa, nuestro Código distingue a los
herederos y a los legatarios. A su vez, los primeros pueden ser
universales o de cuota. Ambas categorías de sucesores son
conceptualizadas por el art. 2278 del Código Civil y Comercial en
cuanto establece que “se denomina heredero a la persona a quien
se transmite la universalidad o una parte indivisa de la herencia;
legatario, al que recibe un bien particular o un conjunto de ellos”12.

Heredero: Universal y de cuota

El heredero se subroga en la posición jurídica del causante y así


recibe los bienes del causante y asume las deudas. Ello se debe a
que la figura del heredero responde a una exigencia social que
consiste en poner en el puesto del difunto a una persona para que
continúe sus relaciones jurídicas.

Sin embargo, el heredero ocupa una posición compleja que no es


coincidente en su totalidad con la del causante, pues hay relaciones
jurídicas de este que le son sustraídas a aquel, ya que muchos de los
derechos y obligaciones del causante desaparecen con él (derechos
y obligaciones intransmisibles), así como dentro de los derechos
transmisibles, algunos se destinan a los legatarios y se sustraen de la
esfera patrimonial del heredero.

Asimismo, hay derechos y obligaciones que nacen en cabeza del


heredero de manera originaria, pero con motivo de la muerte del
autor de la sucesión (derecho de colacionar, cumplir con los legados,
etc.).

En las posiciones derivadas es donde realmente se da la sucesión,


pues son aquellas posiciones jurídicas que pasan del causante al
heredero permaneciendo objetivamente idénticas.

La ocupación, por parte del heredero, de la posición jurídica del


causante que le otorga la calidad de tal y la adquisición de la
propiedad de los bienes de aquel se producen de manera

12 Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Quinto, Título I.


simultánea. La asunción de las deudas del causante se limita a los
bienes o a su valor.

El heredero se encuentra habilitado a ejercer las acciones posesorias


que le hubieren pertenecido al causante. Excepcionalmente, puede
ejercer acciones o excepciones tendientes a reclamar o impugnar
determinadas situaciones jurídico-familiares del difunto.

El Código de Vélez receptaba la figura del legatario de parte alícuota,


lo que traía consecuencias complejas en la práctica y generaba una
gran discusión doctrinaria respecto a si se trataba de un sucesor
universal o particular. Pero el nuevo código ha puesto fin a este
debate y define claramente a los herederos universales y de cuota.
En el art. 2486, establece: “Herederos universales. Los herederos
instituidos sin asignación de partes suceden al causante por partes
iguales y tienen vocación a todos los bienes de la herencia a los que
el testador no haya dado un destino diferente…”13; luego, el art.
2488 instituye:

Herederos de cuota. Los herederos instituidos en una


fracción de la herencia no tienen vocación a todos los
bienes de ésta, excepto que deba entenderse que el
testador ha querido conferirles ese llamado para el
supuesto de que no puedan cumplirse, por cualquier
causa, las demás disposiciones testamentarias3.

La diferencia entre ambas categorías de herederos está dada porque


los universales tienen derecho a acrecer, esto es, vocación a
heredar todos los bienes de la herencia a los que no les hubiesen
asignado un destino distinto; mientras que los de cuota carecen de
tal derecho, salvo en los casos que la ley o el testamento lo
determine.

Legatario

Luego de haber realizado una breve descripción de los herederos


universales y de cuota, analizaremos la figura del legatario.

El legatario es aquel que recibe un bien particular o un conjunto de


bienes que componen la herencia.

13 Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Quinto,


Título XI. 3 Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro
Quinto, Título XI.
El legado responde a la facultad otorgada al testador para atribuir a
alguna persona ventajas patrimoniales determinadas, en virtud de
afectos familiares, de amistad o de gratitud, entre otros. Puede
consistir en una atribución patrimonial, es decir, en una transmisión
de derechos (legado de cosa cierta, de suma de dinero, etc.).
También encontramos legados que no suponen una atribución
patrimonial; estos son, en los que no se produce adquisición alguna
de derechos, por ejemplo, el legado de reconocimiento de deuda.
En este último caso, no es exacto hablar de sucesión, pues no se
transmite derecho alguno.

Un aspecto muy importante con respecto al legatario es que no


sucede en la posición jurídica del causante, por el contrario, sólo se
trata de una adquisición (cuando se transmiten derechos, pues hay
legados que no suponen atribución patrimonial –como dijimos en el
párrafo anterior–) y allí se agota la relación con el heredero o la
sucesión del causante.

Una de las diferencias entre el heredero y el legatario está dada por


el modo de adquirir los bienes, pues el primero recibe la
universalidad de los bienes del causante o una parte alícuota, en
tanto que el segundo recibe bienes concretos. Desde otro costado,
el primero responde por las deudas del causante y su
responsabilidad es intra vires (art. 2280: con los bienes que recibe o
con su valor si los enajenó), la que puede convertirse en ultra vires
en determinados casos (art. 2321); por el contrario, el legatario no
responde por las deudas del difunto, a no ser que se le impongan
como cargas que acompañan la atribución del legado, no haya
bienes suficientes en la herencia o se trate del legado particular de
una universalidad (arts.2318, 2319, 2500) y hasta el valor de lo
recibido14.

Por último, el legatario sólo obtiene la posesión material del objeto


de su legado en virtud de la entrega que efectúa el heredero, el
administrador de la herencia o albacea.

A lo largo de la materia desarrollaremos estos aspectos con mayor


profundidad.

Contenido de la herencia

El artículo 2280 prescribe que:

14 Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014. Código Civil y Comercial de la Nación.
Desde la muerte del causante, los herederos tienen
todos los derechos y acciones de aquél de manera
indivisa, con excepción de los que no son
transmisibles por sucesión, y continúan en la
posesión de lo que el causante era poseedor. Si están
instituidos bajo condición suspensiva, están en esa
situación a partir del cumplimiento de la condición,
sin perjuicio de las medidas conservatorias que
corresponden15.

Conforme a ello, la herencia está compuesta por los derechos y


obligaciones de carácter patrimonial que se transmiten a los
sucesores del causante, pero la herencia no es idéntica al
patrimonio del difunto, pues excepcionalmente hay derechos y
obligaciones patrimoniales que se extinguen con la muerte de su
titular y otros derechos que nacen derivados de la muerte, pero de
manera originaria en el heredero.

Esto nos lleva a considerar que si bien muchas veces herencia y


patrimonio son usados como sinónimos, desde el punto de vista
técnico jurídico no son equivalentes. La herencia tiene un contenido
necesariamente menor que el patrimonio, porque aquella es el
conjunto de bienes que se transmiten por causa de muerte.

La herencia tiene dos acepciones:

1) subjetiva: se refiere a la situación subjetiva del heredero,


esto es, a las posiciones derivadas y originarias.

2) objetiva: indica el conjunto de relaciones jurídicas


(derivadas y originarias) que son objeto del fenómeno sucesorio.

Todos los derechos activos y pasivos de contenido patrimonial de los


que era titular el causante y que se trasmiten por sucesión
hereditaria forman el “caudal relicto”, que es el objeto de la
trasmisión.

Derechos y obligaciones que componen la


herencia.

15 Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Quinto, Título I. Código Civil y Comercial de la
Nación.
Componen el caudal relicto los derechos y obligaciones que integran
una situación jurídica derivada del causante. Por regla general, todo
derecho patrimonial es transmisible, mientras que no todo derecho
extrapatrimonial lo es. De igual manera se transmite la posesión que
tenía el difunto.

El art. 2277 del Código Civil y Comercial, en su último párrafo,


expresa que “a herencia comprende todos los derechos y
obligaciones del causante que no se extinguen con la muerte”.

Los herederos legitimarios –ascendientes, descendientes, cónyuge–


son investidos de pleno derecho, pues alcanzan la calidad de tales
desde el día de la muerte del causante, sin formalidad alguna y aun
cuando ignoren la apertura de la sucesión; salvo para los derechos
registrales en los que se exige que para transferirlos les haya sido
reconocida su investidura por medio de la declaratoria judicial de
herederos16. En cuanto a los colaterales, deben ser investidos de su
calidad de herederos por el juez del proceso sucesorio. En las
sucesiones testamentarias, la calidad de heredero “resulta de la
declaración de validez formal del testamento” 17.

Realizadas estas aclaraciones, podemos señalar:

Derechos reales:

• En principio y salvo disposición legal en contrario, todos


los derechos reales se transmiten por herencia18.
• También se transmite el aspecto patrimonial de la
propiedad intelectual.
• En cuanto a la posesión, el heredero continúa la del
causante con las mismas características que tenía.
• Así, para ejercer la acción por prescripción adquisitiva del
inmueble habitado por el autor de la sucesión, si existen
varios herederos, debe ser promovida por todos, pues cada
uno tiene derechos del difunto de manera indivisible.

Derechos y obligaciones derivados del contrato:

16 Art. 2337. Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Quinto, Título VII. Código Civil y
Comercial de la Nación.
17 Art. 2338. Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Quinto, Título VII. Código Civil y
Comercial de la Nación.
18 Art.1906. Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Cuarto, Título I. Código Civil y Comercial
de la Nación.
• En materia contractual, los sucesores continúan la
posición jurídica del causante, salvo que las obligaciones sean
inherentes a la persona, la
• transmisión resulte incompatible con la naturaleza de la
obligación o se encuentre prohibido por el contrato o por
ley19.
• El contrato de obra o servicio no se resuelve por la
muerte del comitente, salvo que se haga imposible o inútil la
ejecución20.
• En cuanto a la locación de inmuebles, se admite la
transmisibilidad
• activa y pasiva del contrato de locación por causa de
muerte, salvo pacto en contrario21.

Obligaciones y derechos derivados de fuente extracontractual

• Las consecuencias patrimoniales de un hecho ilícito, en


principio, se transmiten a los herederos del responsable
(legitimación pasiva). También se transmiten los derechos
nacidos con ocasión del ilícito
(legitimación activa).

Estado de familia y acciones que la protegen

• Sólo pasan a los herederos ciertas acciones de filiación.


Los legitimados para actuar son aquellos que tienen vocación
hereditaria actual o eventual, es decir, que concurren a la
herencia con el presunto hijo o resultan desplazados o traídos
a la herencia por él.
• Los recuerdos de familia (retratos, diplomas) que no
tienen prácticamente valor económico, pero pueden tener un
importante valor afectivo, son objeto de transmisión
hereditaria.
• En cuanto a los sepulcros, forman parte del caudal relicto
y son transmisibles mortis causa.

19 Art.1024. Le y 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Tercero, Título II. Código Civil y
Comercial de la Nación.

20 Art.1259. Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Tercero, Título IV. Código Civil y
Comercial de la Nación.
21 Art.1189. Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Tercero, Título IV. Código Civil y
Comercial de la Nación.
Derechos y obligaciones que no se trasmiten por
causa de muerte

En primer lugar, es dable señalar que los derechos de la


personalidad y atributos de la persona concluyen con la muerte de
su titular. Igualmente todos los derechos y obligaciones que resultan
del emplazamiento en el estado de familia son inherentes a la
persona e intrasmisibles por causa de muerte (no se puede heredar
o legar el carácter de padre o hijo).

En cuanto a los derechos reales:

• No se transmite el derecho de usufructo, uso y


habitación; tampoco las servidumbres personales.

En materia contractual:


No se transmiten las obligaciones que sean inherentes a la
persona, ni tampoco cuando la transmisión resulte
incompatible con la naturaleza de la obligación o se
encuentre prohibida por el contrato o por ley22.
• En cuanto al punto de vista del sujeto activo, los derechos
se extinguen por fallecimiento del acreedor si así lo estipula el
contrato o cuando se otorgan en atención a las cualidades
que tiene determinada persona (muerte del mandante) o por
disposición de la ley (renta vitalicia).
• El pacto de preferencia en el contrato de compraventa no
se transmite a los herederos del vendedor pero sí a los del
comprador23.
• La reversión de donaciones solo es válida a favor del
donante y no se transmite al donatario.
• Se establece la intransmisibilidad a los herederos de la
continuación al contrato de locación de inmuebles que es
independiente de la sucesión. Así lo determina expresamente
el art.1190 del Código Civil y Comercial:

22 Art.1024. Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Tercero, Título II. Código Civil y
Comercial de la Nación.
23 Art.1165. Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Tercero, Título IV. Código Civil y
Comercial de la Nación.
Si la cosa locada es inmueble, o parte material de un
inmueble, destinado a habitación, en caso de
abandono o fallecimiento del locatario, la locación
puede ser continuada en las mismas condiciones
pactadas, y hasta el vencimiento del plazo
contractual, por quien lo habite y acredite haber
recibido del locatario ostensible trato familiar durante
el año previo al abandono o fallecimiento. El derecho
del continuador en la locación prevalece sobre el del
heredero del locatario24.

• El contrato de obra o servicio se resuelve ante la muerte


del contratista o prestador salvo que se acepte continuarla
con los herederos25.

Respecto a las sociedades de personas:

• La muerte de uno de los socios, a falta de convenio


expreso en contrario, implica la resolución parcial del
contrato de sociedad. Por otra parte, resultan obligatorias
para herederos y socios las cláusulas por al que se establece
la continuación de la sociedad con los herederos del socio
fallecido.

Seguridad social:

• Se extinguen los beneficios otorgados, como jubilaciones


y pensiones.

24 Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Tercero, Título IV. Código Civil y Comercial de la
Nación.

25 Art.1261. Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Tercero, Título IV. Código Civil y
Comercial de la Nación.
Derechos y obligaciones que nacen con motivo de
la muerte pero de manera originaria en los
herederos

Se refiere a las situaciones jurídicas que no existían en cabeza del


causante, sino que nacen originariamente en el heredero, como
consecuencia de su condición de tal. Estas no integran el caudal
relicto, ya que no estaban en el patrimonio del causante. En otras
palabras, son aquellas que nacen con motivo de la muerte, están
vinculadas al fenómeno sucesorio, pero crean situaciones originarias
en el heredero. Entre ellas, se pueden mencionar, desde el punto de
vista de los derechos (aspecto activo) que los sucesores pueden
ejercer:

• acción de colación;
• acción de indignidad;
• acciones de protección de la legítima;
• acción de partición;
• acción de petición de herencia.

Desde el punto de vista de obligaciones (aspecto pasivo):

• deben responder por las cargas de la herencia;


• tienen la obligación de la entrega de los legados.

También hay derechos y obligaciones que nacen con ocasión de la


muerte de una persona, pero que están desvinculados del
fenómeno sucesorio; entre ellos, podemos mencionar: el derecho
de pensión, la indemnización por la muerte del trabajador, seguro
de vida, derecho real de habitación del cónyuge supérstite y la
atribución de la vivienda en caso de muerte de uno de los
convivientes.

Referencias
González Magaña, I. (2014). Título VII. Proceso Sucesorio – Capítulo 1
Disposiciones generales. En J. C. Rivera y G. Medina (Dirs.), Código Civil y
Comercial de la Nación Comentado. Buenos Aires: Thomson Reuters – La
Ley.
Apertura de la
sucesión.
Transmisión de
la herencia

Derecho
Privado VII
Apertura de la sucesión.
Transmisión de la herencia.
El art. 2277 expresa que “la muerte real o presunta de una persona
causa la apertura de su sucesión y la transmisión de su herencia a
las personas llamadas a sucederle por el testamento o por la
ley…”26.

Este artículo tiene especial importancia, ya que consagra tres


principios generales del derecho hereditario:

La muerte:

• determina la apertura de la sucesión;


• transmite de manera inmediata los bienes de la persona
fallecida a sus sucesores;
• transmite la totalidad del patrimonio, excepto los
derechos inherentes a la persona.

Como la ley no quiere que la herencia quede vacante, estatuye que


la transmisión se opera en el momento de la muerte; la herencia se
adquiere ipso iure al momento de la apertura de la sucesión. Pero
como tampoco se impone la aceptación, se condiciona esa
transmisión a que sea aceptada.

En el fenómeno sucesorio hasta la adquisición definitiva de la


herencia, podemos indicar ciertos momentos, algunos de los cuales
coinciden cronológicamente. Tales momentos tienen vigencia
siempre que el heredero adquiera de manera definitiva la herencia
por medio de la aceptación. Si ello no sucede, se considera que
estos momentos no han existido.

26 Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Quinto, Título I. Código Civil y Comercial de la
Nación.
Tabla 1

Apertura de la sucesión La sucesión de una persona se abre


siempre y forzosamente en el
momento de su muerte.
Vocación a la herencia Es un llamamiento en abstracto
realizado en el momento de la
muerte del causante.
Se dirige a todos los posibles
herederos. Puede ser efectuado
por la voluntad o por la ley.
Delación de la herencia Es el llamamiento concreto y
efectivo a los herederos que no
tienen obstáculo para adquirir la
herencia.
Se produce una adquisición
provisional.
Adquisición de la herencia La adquisición provisional se
consolida con la aceptación de la
herencia efectuada por el heredero
ya sea de manera expresa o tácita.

Fuente: elaboración propia

Detallados tales momentos, es necesario precisar que en nuestro


derecho –en principio– no se produce la herencia yacente. Ésta se
configura en aquellos ordenamientos jurídicos en los que la
herencia se adquiere mediante aceptación y, por lo tanto, existe un
período de tiempo que va desde la apertura de la sucesión hasta la
aceptación, durante el cual la herencia carece de titular actual. En
cambio, en los ordenamientos jurídicos –como el nuestro– la
herencia se adquiere ipso iure al momento de la apertura de la
sucesión. Sin embargo, la regla no es absoluta, pues existen algunos
supuestos excepcionales que se producen por la vacancia actual de
la titularidad hereditaria o por el estado de hecho de incertidumbre
sobre la identidad del heredero, a saber:
• El heredero instituido bajo condición suspensiva: no
tiene vocación actual durante el tiempo que transcurre
desde la muerte del causante y hasta el cumplimiento de la
condición, período en el cual la herencia no pertenece al
causante ni al instituido bajo condición.

• La institución de heredero a favor de la persona jurídica a
fundarse hasta tanto no se haya constituido.
• Cuando no hay herederos testamentarios o legítimos, o
los existentes han renunciado a la herencia y corresponde
iniciar el trámite de vacancia a favor del fisco.
• Cuando el heredero no es conocido.

Ingresando al análisis de la transmisión hereditaria, podemos


individualizar cuatro elementos:

• Transmisor: Es el causante, que debe ser una persona


física, pues el derecho de familia estudia las relaciones entre
personas físicas.
• Receptor: herederos y legatarios.
• Objeto: son todos los derechos transmisibles. Los no
transmisibles no forman parte del caudal relicto (que son los
bienes del causante al momento de morir). Los derechos
extrapatrimoniales se extinguen con la muerte de su titular,
mientras que los derechos patrimoniales –en principio– se
transmiten a los herederos, pues hay derechos inherentes al
patrimonio que no son susceptibles de transmisión.
• Título o causa: esta trasmisión de derechos se opera en
virtud de la ley (lo que da origen a la sucesión legítima, ab
intestado o intestada) o por un llamado hecho por el
causante por medio de un testamento
(lo que da origen a la sucesión testamentaria).

Apertura de la sucesión. Momento en que opera

La muerte real o presunta es el hecho jurídico que causa de manera


simultánea la apertura de la sucesión de la persona fallecida y la
transmisión de la herencia a los llamados a recibirla por ley o por
testamento. Una vez sucedida la muerte, la ley o la voluntad del
causante producirán el llamamiento a una o más personas para que
reciban la herencia.
La muerte real se produce con el fallecimiento de una persona,
mientras que la muerte presunta procede en el supuesto de
ausencia de una persona sin que se tenga noticias de ella durante el
tiempo establecido por la ley. En este supuesto, se requiere que sea
declarada por el juez.

La determinación del momento preciso de la muerte puede tener


gran trascendencia en materia hereditaria si entre quienes mueren
casi al mismo momento, existen derechos sucesorios.

Supuesto de conmoriencia

Se refiere al caso en que dos o más personas que tienen derechos


hereditarios entre sí fallecen en un mismo desastre o
acontecimiento (terremoto, incendio, etc.) o en cualquier otra
circunstancia (p. ej.: dos personas fallecen en lugares diferentes sin
poder determinarse quién murió primero).

El Código Civil y Comercial, en su art. 95, presume la


contemporaneidad de los fallecimientos; esto es, que se considera
que todas murieron en el mismo instante si no es posible precisar
quién falleció primero; en consecuencia, no se puede alegar
transmisión alguna de derechos entre ellos.

Supuesto de ausencia con presunción de


fallecimiento

Nuestro Código, en el capítulo 7 del título 1 del libro primero, regula


lo relativo a la presunción de fallecimiento. Tal presunción procede
cuando una persona se ausenta de su domicilio sin que se tenga
noticia de ella por el término de tres años. El plazo se cuenta desde
la fecha que se tuvo la última noticia del ausente.

En este caso, la declaración judicial del fallecimiento presunto se


asimila a la muerte comprobada. La sentencia debe contener el día
presuntivo de la muerte y, si es posible, la hora; de lo contrario, se
tiene por sucedida la expiración ese día.
La determinación de dicho día tiene gran importancia, ya que la
sucesión se considera abierta en ese momento y determinará
quiénes tienen vocación y delación hereditarias.

Respecto a la entrega de los bienes a los herederos y legatarios, el


art. 91 del Código Civil y Comercial señala que recibirán los bienes
del declarado presuntamente fallecido, previa formación de
inventario. Asimismo, se dispone que el dominio debe inscribirse en
el registro correspondiente con la prenotación del caso. Entre sus
facultades, pueden hacer la partición de los bienes, pero no
enajenarlos ni gravarlos sin autorización judicial.

Si una vez entregados los bienes se presenta el ausente o se tiene


noticia cierta de su existencia, queda sin efecto la declaración de
fallecimiento, procediéndose a la devolución de tales bienes a
petición del interesado.

Por su parte, el art. 92 preceptúa que la prenotación queda sin


efecto luego de transcurridos cinco años desde la fecha presuntiva
del fallecimiento u ochenta años desde el nacimiento de la persona.
Desde ese momento, puede disponerse libremente de los bienes, y
si sucediera que el ausente reaparece, éste podrá reclamar:

a) “la entrega de los bienes que existen en el estado en que


se encuentran;
b) los adquiridos con el valor de los que faltan;
c) el precio adeudado de los enajenados;
d) los frutos no consumidos”27.

Delación de la herencia

La delación supone un llamamiento concreto a determinados


herederos y efectivo, porque con ella se adquiere la herencia, en
virtud de que los llamados carecen de obstáculos para adquirirla.

Es importante distinguir la delación de la figura de la vocación. Esta


última es un llamamiento a todos los posibles herederos, efectuado
por la ley o la voluntad del difunto. Dentro de este llamamiento,
pueden existir herederos llamados subsidiariamente o afectados
por alguna inhabilidad o ser indignos; por lo tanto, la delación
presupone la vocación.
27 Art. 92. Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Primero, Título I. Código Civil y Comercial
de la Nación.
En nuestro derecho, desde la delación hay heredero, con la
salvedad de que puede dejar de serlo si renuncia a la herencia, pues
se trata de un adquirente provisional. De allí, que la delación y la
adquisición provisional se producen siempre en el mismo instante.

En conclusión, se adquiere provisionalmente la herencia como


consecuencia del llamamiento concreto y efectivo, que es la
delación. Tal adquisición no requiere la intervención de la voluntad
del tercero.

Adquisición

Nuestro Código recepta el sistema de la adquisición ipso iure de la


herencia. En consecuencia, el heredero a quien se ha deferido la
herencia se hace titular de ella desde el momento de la apertura de
la sucesión. Es decir, entre la apertura de la sucesión y la
adquisición no media intervalo de tiempo alguno. Así lo determina
el art. 2280 del Código Civil y Comercial, cuando prescribe que
“desde la muerte del causante, los herederos tienen todos los
derechos y acciones de aquél de manera indivisa, con excepción de
los que no son transmisibles por sucesión…”28.

Como ya mencionamos, se trata de una adquisición provisional,


pues el heredero tiene la facultad de renunciar a la herencia, lo que
tendrá efecto retroactivo y, por lo tanto, se considerará que nunca
ha sido heredero. Asimismo, puede consolidar su adquisición por
medio de la aceptación de la herencia, que constituiría la
aceptación definitiva, que puede ser expresa o tácita4.

Efectos de la transmisión

La muerte, la apertura y la transmisión se producen en el mismo


instante del fallecimiento. En consecuencia:

• En ese momento debe verificarse el requisito de la


existencia del sucesor y su habilidad para suceder29. La

28 Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Quinto, Título I. Código Civil y Comercial de la
Nación. 4 Art.2293. Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Quinto, Título II. Código Civil y
Comercial de la Nación.
29 Art.2279. Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Quinto, Título I. Código Civil y
Comercial de la Nación.
indignidad para suceder también se entiende referida al
momento del fallecimiento.
• Los sucesores a título universal adquieren la propiedad
de los bienes hereditarios30.
• Los herederos legitimarios quedan investidos de la
calidad de herederos31.
• Nace la comunidad hereditaria, si hubiese más de un
heredero.  A partir de allí, los herederos pueden aceptar o
repudiar la herencia. Comienza a correr el plazo de veinte
años para aceptarla o repudiarla32.
• A ese instante se retrotrae el efecto declarativo de la
partición33.
• Comienza a correr el curso de prescripción de las
acciones sucesorias.
• La ley que rige la sucesión es la vigente al tiempo del
fallecimiento del causante, correspondiente a su último
domicilio34.
• La competencia: juez del último domicilio al producirse el
fallecimiento – fuero de atracción–. En caso de un heredero
único, las acciones personales de los acreedores del causante
pueden dirigirse, a su opción, ante el juez del último
domicilio del causante o ante el que corresponde al domicilio
del heredero único.

Personas que pueden suceder

El Código Civil y Comercial, en su terminología, no habla de


capacidad o incapacidad para suceder, sino que se refiere a las
personas que pueden suceder y las que son inhábiles para ello. Sin
embargo, esto no implica que desaparezca la noción de capacidad,
que es la causa por la cual se puede o no suceder.

30 Art.2279. Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Quinto, Título I. Código Civil y
Comercial de la Nación.
31 Art.2337. Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Quinto, Título VII. Código Civil y
Comercial de la Nación.
32 Arts.2287 y 2289. Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Quinto, Título II. Código Civil y
Comercial de la Nación.

33 Art.2403. Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Quinto, Título III. Código Civil y
Comercial de la Nación.
34 Arts.2644 y 2466. Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Sexto, Título IV, y Libro Quinto,
Título XI, respectivamente. Código Civil y Comercial de la Nación.
La capacidad es la aptitud legal para ser titular del derecho a recibir
por sucesión los derechos activos y pasivos transmisibles del
causante. Tal capacidad es la de derecho y debe acreditarse al
momento de la muerte del autor de la sucesión, salvo en el caso de
las fundaciones creadas por testamento que obtengan la
autorización del Estado para funcionar.

La capacidad para suceder ser rige por la ley del domicilio del
causante al tiempo de su fallecimiento.

Debemos distinguir la capacidad, de la vocación y la delación


hereditaria. La vocación implica un llamamiento virtual de todos los
posibles herederos, hecho por la ley o por el testador; la delación es
el llamamiento concreto de quien no tiene impedimento para
adquirir la herencia; por ello, la capacidad es un presupuesto
subjetivo de la delación.

Para que el heredero con vocación tenga delación, es decir, el


concreto y efectivo llamamiento de la herencia y pueda adquirirla,
debe ser una de las personas autorizadas por la ley para suceder.

El art. 2279 del Código Civil y Comercial establece que:

Pueden suceder al causante:

• las personas humanas existentes al momento de su


muerte;
• las concebidas en ese momento que nazcan con vida;

• las nacidas después de su muerte mediante técnicas de


reproducción humana asistida, con los requisitos previstos en
el artículo 561;
• las personas jurídicas existentes al tiempo de su muerte y
las fundaciones creadas por su testamento 35.

En cuanto al inciso b), la persona humana debe estar concebida y


nacer con vida. Si no naciere con vida, se considera que nunca
existió.

35 Art. 2279. Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Quinto, Título I. Código Civil y
Comercial de la Nación.
Respecto al inciso c), es dable señalar que, en un primer momento,
el Proyecto de Código hacía una remisión al art. 563, lo que
implicaba reconocer que las personas concebidas por las técnicas
de reproducción humana asistida –TRHA– luego de la muerte del
causante podían sucederlo; luego esto fue suprimido. Sólo pueden
sucederlo las nacidas luego de la muerte del causante habiendo
utilizado estas técnicas y siempre que se cumplimenten los
requisitos establecidos sobre el consentimiento informado.

La persona concebida tiene capacidad hereditaria; sus


representantes legales administran sus bienes y esos actos son
válidos respecto del heredero que resulte ulteriormente; solo que la
muerte antes del nacimiento opera una extinción retroactiva de
todos sus derechos, al punto que la ley la reputa como si nunca
hubiera existido.

Con relación al inciso d), se establece que pueden suceder las


fundaciones creadas por testamento. A esto hay que relacionarlo
con el art. 193 del Código Civil y Comercial, en cuanto establece que
si el fundador es una persona humana, puede disponer su
constitución por acto de última voluntad. Como ya dijimos
precedentemente, la fundación debe obtener la autorización del
Estado para poder funcionar.

Indignidad

Noción. Fundamento

La indignidad es una sanción legal impuesta en una sentencia


judicial, en virtud de la cual el heredero o legatario que ha incurrido
en determinadas ofensas contra el difunto tipificadas por la ley,
queda privado de la herencia. Por ello, no es indigno frente a
cualquier sucesión, sino frente a determinada sucesión.

El fundamento de la sanción reside en:

1) la presunta voluntad del causante de excluir al indigno de la


sucesión, pues se regula la posibilidad del perdón; 2) el
sentimiento de moral social.

En cuanto a la relación de la delación y la indignidad, cabe destacar


que la indignidad actúa como presupuesto de la delación, pues el
declarado indigno carece de llamamiento efectivo y, por lo tanto, no
se lo puede considerar heredero por el lapso que va desde la
apertura de la sucesión hasta la declaración de la indignidad.

Respecto a quienes pueden ejercer la acción, el art. 2283 prescribe:

La exclusión del indigno sólo puede ser demandada


después de abierta la sucesión, a instancia de quien
pretende los derechos atribuidos al indigno. También
puede oponerla como excepción el demandado por
reducción, colación o petición de herencia. La acción
puede ser dirigida contra los sucesores a título
gratuito del indigno y contra sus sucesores
particulares a título oneroso de mala fe. Se considera
de mala fe a quien conoce la existencia de la causa
de indignidad36.

La acción de indignidad tiene por finalidad obtener la declaración


de indignidad, cuya consecuencia inmediata es la exclusión del
heredero, al que se considera que nunca ha sido tal. Se trata de una
acción personal que persigue la declaración de indignidad sin incluir
lo relativo a transferencia de los bienes al demandante. Por ello,
cuando el demandado se encuentra en posesión de los bienes, es
conveniente ejercer también la acción de petición de herencia a fin
de que se le entreguen los bienes hereditarios.

Esta declaración de indignidad puede entablarse como acción o


excepción. Lo primero corresponde cuando se entabla contra el
indigno que se encuentra en posesión material de la herencia; lo
segundo, cuando el poseedor material de la herencia es el heredero
real, entonces éste opone excepción por indignidad.

Los legitimados activos para plantear la acción son:

• los descendientes;
• los ascendientes;
• el cónyuge;
• los herederos instituidos a fin de proteger la porción que
pudiese corresponderles;
• el fisco, si por falta del indigno tiene que recibir los
bienes hereditarios.
36 Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Quinto, Título I. Código Civil y Comercial de la
Nación.
Respecto a los legatarios, no hay una posición unánime en la
doctrina: una parte considera que los legatarios no pueden ejercer
la acción (Pérez Lasala, 2014, p. 432); otros sí le reconocen esta
acción cuando se pretende evitar la reducción de la liberalidad
(Rolleri, Pagotto y Dangeli, 2014, p. 32).

Con relación a la legitimación pasiva, pueden ser declarados


indignos los herederos llamados por ley o testamento y los
legatarios. Cabe la acción contra los herederos del indigno siempre
que no hereden por representación.

Desde otra arista, el art. 2284 prescribe que:

Caduca el derecho de excluir al heredero indigno por


el transcurso de tres años desde la apertura de la
sucesión, y al legatario indigno por igual plazo desde
la entrega del legado. Sin embargo, el demandado
por el indigno por reducción, colación o petición de
herencia, puede invocar la indignidad en todo
tiempo37.

La finalidad de la norma es que no quede por tiempo indefinido sin


aclararse la situación del indigno que se encuentra en posesión
material de la herencia.

Una innovación en este punto está dada por el modo de contar el


término de caducidad, que para el heredero es de tres años desde
la apertura de la sucesión y para el legatario es de tres años desde
la entrega del legado.

En el primer supuesto del artículo, el heredero indigno está en


posesión material de la herencia; por ello, los demás herederos
solicitan la declaración de indignidad y el reintegro de los bienes
hereditarios.

El segundo supuesto es el que procede cuando el indigno no se


encuentra en posesión material de la herencia, sino que la tiene

37 Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Quinto, Título I. Código Civil y Comercial de la
Nación.
otro heredero. El heredero indigno demanda al heredero poseedor,
quien podrá oponerle la excepción de indignidad en todo tiempo.

Una cuestión que resulta necesario indicar es la supresión en el


Código de la figura de la desheredación y la ampliación de las
causales de indignidad. Es dable apuntar que la desheredación
consistía en la privación de la legítima a los legitimarios en virtud de
una causa justa, demostrable, taxativamente enumerada en la ley y
expresada en el testamento. En los fundamentos del Proyecto de
Código, se manifestó que dichas modificaciones (es decir, la
eliminación de esta figura y el incremento de causas de indignidad)
obedecen a evitar una doble regulación para situaciones
prácticamente idénticas. Esto ha sido objeto de fuertes críticas por
prestigiosos autores que estiman que existen claras diferencias que
admiten mantener ambas instituciones, ya que en la desheredación
es el propio sujeto el que califica la conducta de su futuro sucesor;
de esta manera, puede defender la porción legítima del resto de sus
sucesores frente a alguno que no mereciera adquirir mortis causa
(Rolleri, Pagotto y Dangeli, 2014, pp. 22-23). Asimismo, sostienen
que si se admite que ciertos parientes deben recibir
necesariamente una determinada porción de bienes del difunto,
aun contra la voluntad de éste, con más razón debe asegurarse su
derecho a excluir por testamento a alguien cuando medien justas
causas (Córdoba, 2014).

Causales. Consecuencias

El art. 2281 enuncia las siguientes causas de indignidad (se alternan


comentarios):

Son indignos de suceder:

• Los autores, cómplices o partícipes de delito doloso


contra la persona, el honor, la integridad sexual, la libertad o
la propiedad del causante, o de sus descendientes,
ascendientes, cónyuge, conviviente o hermanos. Esta causa
de indignidad no se cubre por la
extinción de la acción penal ni por la de la pena;
La norma comprende los delitos dolosos; en consecuencia,
no alcanza a los delitos culposos. Dentro de los delitos
dolosos, no se limita al homicidio o tentativa como regulaba
el código de Vélez, sino que incluye un amplio espectro de
hechos que afectan distintos bienes jurídicos protegidos.
Otra novedad del inciso es la incorporación de la figura del
conviviente.
• Los que hayan maltratado gravemente al causante, u
ofendido gravemente su memoria;
Esta causal es genérica por lo que serán la doctrina y la
jurisprudencia quienes establecerán las pautas sobre el
alcance del término “gravedad”.
• Los que hayan acusado o denunciado al causante por un
delito penado con prisión o reclusión, excepto que la víctima
del delito sea el acusador, su cónyuge o conviviente, su
descendiente, ascendiente o hermano, o haya obrado en
cumplimiento de un deber legal; La norma se refiere a un
delito penado con prisión o reclusión, cualquiera sea el
tiempo establecido en la condena. Esta causal no es absoluta,
el mismo inciso determina los casos en que no se configura la
indignidad.
• Los que omiten la denuncia de la muerte dolosa del
causante, dentro de un mes de ocurrida, excepto que antes
de ese término la justicia proceda en razón de otra denuncia
o de oficio. Esta causa de indignidad no alcanza a las
personas incapaces ni con capacidad restringida, ni a los
descendientes, ascendientes, cónyuge y hermanos del
homicida o de su cómplice;
El fundamento de esta causal es que el heredero que va a
recibir una herencia debe procurar el castigo del delincuente
que ocasionó la muerte del causante. La denuncia debe
formularse dentro de un mes de ocurrida la muerte, salvo
que antes de ese término el juez ya se encuentre
interviniendo en razón de otra denuncia o de oficio.
• Los parientes o el cónyuge que no hayan suministrado al
causante los alimentos debidos, o no lo hayan recogido en
establecimiento adecuado si no podía valerse por sí mismo;
Esta causal recepta dos supuestos. Respecto a los alimentos,
para algunos autores, la causal no exige reclamo judicial o
que hayan sido fijados judicialmente (Pérez Lasala, 2014);
para otros, por razones de seguridad, sólo se configura la
causal cuando media incumplimiento de una resolución que
establece la cuota alimentaria (Mazzingui,
1996).

En cuanto al supuesto de no recoger al causante en


establecimiento adecuado, la norma establece que aquel no
debe poder valerse por sí solo, pero no exige – como lo hacía
el Código de Vélez– que se encuentre demente y
abandonado.
• El padre extramatrimonial que no haya reconocido
voluntariamente al causante durante su menor edad;
La falta de reconocimiento debe haberse dado durante la
minoridad, por lo tanto, si tal reconocimiento se efectuó
después de la mayoría de edad, lo alcanza esta causal.
• El padre o la madre del causante que haya sido privado
de la responsabilidad parental;
• Los que hayan inducido o coartado la voluntad del
causante para que otorgue testamento o deje de hacerlo, o
lo modifique, así como los que falsifiquen, alteren,
sustraigan, oculten o sustituyan el testamento; Esta causal se
funda en el propósito de proteger la libre manifestación de la
voluntad del testador o el cumplimiento de esa voluntad.
• Los que hayan incurrido en las demás causales de
ingratitud que permiten revocar las donaciones38.

El art. 1571 detalla las causas de ingratitud que autorizan a revocar


las donaciones. A saber:

a) si el donatario atenta contra la vida o la persona


del donante, su cónyuge o conviviente, sus
ascendientes o descendientes; b) si injuria
gravemente a las mismas personas o las afecta en su
honor; c) si las priva injustamente de bienes que
integran su patrimonio; d) si rehúsa alimentos al
donante…39

Por último, el artículo expresa que “en todos los supuestos


enunciados, basta la prueba de que al indigno le es imputable el
hecho lesivo, sin necesidad de condena penal”16. Ello sólo resulta
aplicable cuando se trata de supuestos en que la conducta del
indigno implica delito.

Cabe señalar que las causales previstas en la norma son de


interpretación restrictiva, atenta a la naturaleza sancionatoria de la

38 Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Quinto, Título I. Código Civil y Comercial de la
Nación.
39 Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Tercero, Título IV. Código Civil y Comercial de la
Nación. 16 Art. 1571. Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Tercero, Título IV. Código Civil y
Comercial de la Nación.
indignidad; además, son de carácter excepcional y limitadas, es
decir que no pueden extenderse a otras situaciones, aun cuando
sean de mayor gravedad.

Las causales pueden obedecer tanto a hechos positivos realizados


por el indigno como a omisiones o abstenciones.

El art. 2285 regula los efectos de la indignidad. Estos son:

Admitida judicialmente la exclusión, el indigno debe


restituir los bienes recibidos, aplicándose lo
dispuesto para el poseedor de mala fe. Debe también
pagar intereses de las sumas de dinero recibidas,
aunque no los haya percibido. Los derechos y
obligaciones entre el indigno y el causante renacen,
así como las garantías que los aseguraban40.

En definitiva, una vez dictada la declaración judicial de indignidad, el


indigno es excluido de la sucesión y se considera que nunca ha
heredado.

1) Efectos respecto al indigno:

Conforme a esta norma, se considera que el indigno es poseedor de


mala fe en el período anterior a la declaración judicial de indignidad
y, en consecuencia, debe restituir los bienes recibidos con todos los
aumentos, mejoras, los frutos y productos obtenidos y los que por
su culpa dejó de percibir, además de los intereses de las sumas de
dinero recibidas, aunque no los haya percibido. En cuanto a las
mejoras, hay que distinguir dos posibilidades: 1) si fueron realizadas
con frutos y productos de los bienes recibidos, debe entregarlas; 2)
si fueron realizadas con dinero propio, se aplica el art. 1938, del
Código Civil y Comercial.

Desde otro costado, el indigno puede reclamar las mejoras útiles,


pero hasta el límite del mayor valor adquirido por la cosa.

Por otra parte, renacen los derechos y obligaciones entre el indigno


y el causante, pues se considera que nunca hubo sido heredero; por

40 Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Quinto, Título I. Código Civil y Comercial de la
Nación.
lo tanto, los créditos que tenga contra la sucesión son exigibles, y lo
mismo sucede a la inversa.

Desde otra arista, el indigno no está obligado a restituir los bienes


que el causante le hubiese donado, salvo que afectara la legítima,
en cuyo caso estará sometido a reducción.

2) Efectos respecto los descendientes del indigno:

Los hijos del indigno vienen a la sucesión [del causante de éste] por
derecho de representación.

3) Efectos respecto de terceros:

Las enajenaciones de los bienes hereditarios que el indigno haya


realizado antes de la declaración de indignidad son en principio
válidas, sin perjuicio de que los herederos puedan accionar contra
el indigno por daños y perjuicios.

El art. 2283 del Código Civil y Comercial, en el segundo párrafo,


sienta el principio de protección a los terceros adquirentes a título
oneroso y de buena fe.

Perdón

El perdón dado por el causante ofendido hace caer la indignidad.

Así como la indignidad debe ser probada por los herederos que se
beneficiarán con la exclusión del indigno, el perdón debe ser
probado por el ofensor.

El artículo 2282 regula que “el perdón del causante hace cesar la
indignidad. El testamento en que se beneficia al indigno, posterior a
los hechos de indignidad, comporta el perdón, excepto que se
pruebe el desconocimiento de tales hechos por el testador” 41.

De la norma se desprende que el perdón puede hacerse por


testamento; sin embargo, algunos autores señalan que esto no
impide receptar otros medios.

41 Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Quinto, Título I. Código Civil y Comercial de la
Nación.
Por otra parte, no es necesario que en el testamento conste de
manera expresa el perdón; se aceptan también los casos en que el
testador instituyó heredero o legatario a quien incurrió en una
causal de indignidad, pues se presume iuris et de iure que ha tenido
conocimiento de ese hecho y lo ha perdonado.

Referencias
Córdoba, M. (2014). Introducción a nuevas normas del derecho sucesorio
en el Código Civil y Comercial de la Nación [Suplemento especial nuevo
Código Civil y Comercial]. Buenos Aires: La Ley. Recuperado de:
http://www.laleyonline.com.ar/maf/app/documentVM?
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=i0a
d81816000001508d36ae626c47a388&docguid=i67245FE2495ABB61E52F
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González Magaña, I. (2014). Título VII. Proceso Sucesorio – Capítulo 1


Disposiciones generales. En J. C. Rivera y G. Medina (Dirs.), Código Civil y
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Mazzingui, J. A. (1996). Negativa a colaborar en la investigación de la


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http://www.laleyonline.com.ar/maf/app/documentVM?
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Pérez Lasala, J. L. (2014), Tratado de Sucesiones. Santa Fe: Rubinzal


Culzoni, Tomo 1.
Rolleri, G., Pagotto, N., y Dangeli, R. (2014). Título I Sucesiones - Capítulo
2 Indignidad. En J. C. Rivera y G. Medina (Dirs.), Código Civil y Comercial
de la Nación Comentado. Buenos Aires: Thomson Reuters – La Ley.
Proceso
sucesorio

Derecho
Privado VII
Proceso Sucesorio. Objeto.
Competencia: Regla general.
Excepción
El proceso sucesorio tiene por fin “la distribución del haber líquido hereditario
entre los herederos o beneficiarios…, previa aprobación judicial del testamento
o previo reconocimiento de la calidad de heredero ab intestato” (Pérez Lasala,
1989, p. 30) Es de carácter universal, pues salvo exclusiones establecidas por la
ley con relación a algunos bienes, en éste se liquidará el total del patrimonio del
causante.

El proceso sucesorio ha sido tratado expresamente en el Código Civil y


Comercial, en el capítulo 1 del título VII que implica la recepción de normas
procesales en la regulación sucesoria.

El art. 2335 señala que “el proceso sucesorio tiene por objeto identificar a los
sucesores, determinar el contenido de la herencia, cobrar los créditos, pagar las
deudas, legados y cargas, rendir cuentas y entregar bienes”42

Algunos autores, entre ellos, Pérez Lasala (2014, p. 86), cuestionan que el
artículo omite referirse a la resolución judicial que declara herederos o que
aprueba el testamento.

Entre sus caracteres, podemos destacar que:

• Es un proceso voluntario, pues no está destinado a resolver


controversias, sino que está destinado a dar certeza a determinadas
situaciones jurídicas. Esto no implica que no puedan presentarse conflictos
de intereses que se plasmen en impugnaciones, por ejemplo, en la etapa de
inventario, avalúo y partición.
• Es un proceso universal, pues tiene por objeto la distribución de la
totalidad de un patrimonio. Como consecuencia de ello, se ejerce el fuero
de atracción, por el cual corresponde al juez que entiende en el proceso, el
conocimiento de las acciones vinculadas a la persona y al patrimonio del
difunto.

En cuanto a las etapas, podemos identificar tres:

42 Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Quinto, Título VII. Código Civil y Comercial de la
Nación.
• apertura del proceso;
• declaratoria de herederos o aprobación del testamento;
• inventario, avalúo, división, partición y adjudicación.

En cuanto al juez competente, el art. 2336 prescribe que:

La competencia para entender en el juicio sucesorio corresponde


al juez del último domicilio del causante, sin perjuicio de lo
dispuesto en la Sección 9ª, Capítulo 3, Título IV del Libro Sexto. El
mismo juez conoce de las acciones de petición de herencia,
nulidad de testamento, de los demás litigios que tienen lugar con
motivo de la administración y liquidación de la herencia, de la
ejecución de las disposiciones testamentarias, del
mantenimiento de la indivisión, de las operaciones de partición,
de la garantía de los lotes entre los copartícipes y de la reforma y
nulidad de la partición43.

De ello se desprende que la regla general fija que la competencia para conocer
en el sucesorio corresponde al juez del último domicilio del causante, sin
perjuicio de lo dispuesto en el título destinado a las disposiciones de derecho
internacional privado.

Cabe aclarar que el domicilio al que se refiere la norma es el domicilio real del
causante. En algunos casos, el domicilio legal determina el lugar en que
corresponde abrir el juicio sucesorio, como es el caso de los incapaces que
tienen el domicilio de sus representantes44.

Conforme a esta regla, el juez del sucesorio conoce acerca de:

1) Acción de petición de herencia: que es la acción que ejerce el


que invoca el carácter de heredero y la dirige contra el que está en
posesión material de los bienes hereditarios invocando el título de
heredero.
2) Acción de nulidad del testamento: se puede ejercer aunque haya
culminado el proceso sucesorio; en ese caso, deberá acumularse la
acción de nulidad de la partición45.
43 Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Quinto, Título VII. Código Civil y Comercial de la
Nación.
44 Arts. 73 y 74. Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Primero, Título I. Código Civil y
Comercial de la Nación.
45 Art. 2469. Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Quinto, Título XI. Código Civil y
Comercial de la Nación.
3) Acciones que tienen lugar con motivo de la administración y
liquidación de la herencia: entre ellas, podemos mencionar la acción de
remoción del administrador y la de impugnación de inventario.
4) La ejecución de las disposiciones testamentarias: por ejemplo, la
acción para la entrega de los legados.

5) El mantenimiento de la indivisión: en las cuestiones que se


susciten con relación a las indivisiones dispuestas por el testador, los
herederos o el cónyuge entiende el juez del sucesorio.
6) Las operaciones de partición: este punto se refiere a los
problemas que surjan en la partición, licitación de bienes, colación,
etcétera.
7) Acciones por evicción o vicios ocultos.
8) Acciones de reforma y nulidad de partición.
9) Acciones de los acreedores antes de la división de la herencia;
por ejemplo, las acciones personales.

Por último, en su parte final, el art. 2336 del Código Civil y Comercial recepta la
excepción a la regla general de la competencia que procede cuando hay un
único heredero: “…Si el causante deja sólo un heredero, las acciones personales
de los acreedores del causante pueden dirigirse, a su opción, ante el juez del
último domicilio del causante o ante el que corresponde al domicilio del
heredero único”46.

Algunos autores cuestionan tal solución, pues estiman que el hecho de que se
diga que se trata de un heredero único no basta para variar la competencia del
juez del sucesorio, y aún cuando se pudiese acreditar que lo es, tampoco es
suficiente para modificar la competencia, ya que pueden existir legatarios o
beneficiarios de cargos que tuviesen interés en mantener la competencia en el
último domicilio del causante (González Magaña, 2014, pp. 178-179).

Se advierte que en el caso de que el causante tuviese su último domicilio en el


extranjero, pero hubiese dejado bienes en nuestro país, no rige el art. 2336 del
Código Civil y Comercial, y resultaría competente el juez del lugar en el que
estén situados los bienes. Si se tratase de varios inmuebles, podrá discutirse si
es competente el del lugar en donde se encuentren los bienes más valiosos o el
de cualquiera de los lugares donde estén dichos bienes; esta última es la
solución más aceptada (Pérez Lasala, 2014, pp. 112-113).

La regla del fuero de atracción deriva del carácter universal del proceso, y su
fundamento reside en la necesidad de radicar ante un mismo juez todas las

46 Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Quinto, Título VII. Código Civil y Comercial de la
Nación.
cuestiones que involucren bienes que conforman el acervo hereditario, lo que
responde a la conveniencia práctica, al interés general de la justicia y a la
economía procesal dada por la concentración en un solo juez de todo lo relativo
a la liquidación y transmisión del patrimonio del causante. Además, los
acreedores deberán acudir a un único juez, ante el cual los herederos podrán
hacer valer sus defensas. Pero esta regla no es absoluta, pues:

• no comprende las acciones reales (reivindicatoria, interdictos, etc.);


• sólo se ejerce cuando los herederos son demandados, ya que se ha
creado para beneficio de los acreedores de la sucesión;

• no procede respecto a algunas acciones personales (relacionadas con el


contrato de trabajo, sociedades).

Por último, el fuero de atracción no puede ser renunciado por las partes.

Por otro costado, analizaremos brevemente la ley aplicable en las sucesiones.

El art. 2644 sostiene que la sucesión por causa de muerte se rige por el derecho
del domicilio del causante al momento de su fallecimiento. Pero contiene una
excepción respecto a los bienes inmuebles situados en el territorio de nuestro
país; en estos supuestos, rige la ley argentina. En consecuencia, cuando el
difunto tiene bienes inmuebles en el país, pero al momento de su muerte tiene
su domicilio en el extranjero, se aplica la ley argentina; por lo tanto, los
herederos nacionales o extranjeros deberán iniciar el sucesorio ante el juez
competente argentino.
Referencias
González Magaña, I. (2014). Título VII. Proceso Sucesorio – Capítulo 1
Disposiciones generales. En J. C. Rivera y G. Medina (Dirs.), Código Civil y
Comercial de la Nación Comentado. Buenos Aires: Thomson Reuters – La
Ley.

Pérez Lasala, J. L. (2014), Tratado de Sucesiones. Santa Fe: Rubinzal Culzoni,


Tomo 1.

Pérez Lasala, J.L. (1989), Curso de Derecho sucesorio, Buenos Aires:


Depalma.

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