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PREGUNTAS Y RESPUESTAS SOBRE LA SUCESIÓN HEREDITARIA EN

GENERAL

(Art. 33.1 CE; Arts. 657-1087 CC; Arts. 782-805 LEC sobre división de la herencia)
(Reglamento Sucesorio Europeo: Reglamento n.º 650/2012, de 4 de julio relativo a la
competencia, la ley aplicable, el reconocimiento y la ejecución de las resoluciones, a la
aceptación y la ejecución de los documentos públicos en materia de sucesión mortis
causa y a la creación de un certificado sucesorio europeo)

1.ª) ¿Qué es el Derecho de sucesiones?

Es el sector del Derecho Civil que regula algunas de las consecuencias jurídicas
derivadas del fallecimiento de una persona física, tales como el destino de los bienes de
fallecido, la administración de tales bienes, su adquisición por los sucesores, y las
obligaciones de pago de las deudas del causante y las cargas de la herencia.
El Derecho de sucesiones no regula todas las consecuencias jurídico-privadas
derivadas del fallecimiento; por ejemplo, el Derecho de contratos también puede regular
algunas de estas consecuencias (así, la existencia de un seguro de vida). Pero el Derecho
Civil regula las consecuencias patrimoniales más importantes.

2.ª) ¿Cuántos sistemas sucesores existen en España?

En España no existe un único sistema sucesorio, pues junto al establecido en el


CC (arts. 657-1087), existen otros 6 sistemas sucesorios regulados en los derechos
forales o autonómicos de otras tantas CCAA, siendo la vecindad civil el criterio que
determina la sujeción a uno u otro.
Precisamente la mayor parte de las normas forales de estas CCAA se refieren al
Derecho de sucesiones.

3.ª) ¿Qué reformas legislativas recientes deben señalarse respecto a este sector del
Derecho Civil?

En el régimen del Código Civil y en los últimos años, deben señalarse como
principales reformas las realizadas por las siguientes leyes:
-La Ley 15/2015 de 2 de julio, de la Jurisdicción Voluntaria, cuya disposición
final primera modificó un total de 36 artículos del CC en materia de sucesiones en
materias muy diversas. Así, se reforzó la actuación notarial supliendo la intervención
judicial (en la protocolización del testamento ológrafo, respecto al testamento en peligro
de muerte o en caso de epidemia, respecto al testamento cerrado y al militar, en materia
de aceptación y repudiación de la herencia, respecto al derecho a deliberara, y sobre
todo, a la exclusividad del Notario en la declaración de herederos ab intestato), se
modificaron las causas de incapacidad para suceder, se adaptó el Derecho de sucesiones
a las nuevas formas de separación y divorcio ante Notario y ante el Secretario Judicial, y
se modificaron aspectos relevantes de la sucesión a favor del Estado.
-La Ley 8/2021 de 2 de junio, por la que se reforma la legislación civil y
procesal para el apoyo a las personas con discapacidad en el ejercicio de su capacidad
jurídica. Su artículo segundo ha modificado los siguientes artículos en esta materia: 663,
665, 695, 697, 706, 708, 709, 742, 753, 756, 776, 782, 808, 813, 822, 996, 1041, 1052,
1057 y 1060. Ha afectado a materias tales como: capacidad para testar de las personas
con discapacidad, su testamento, sustitución fideicomisaria a favor de estas personas, la

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legítima de los hijos con discapacidad, la donación o legado de un derecho de
habitación a favor de estas personas, así como la aceptación de la herencia, la colación y
la partición en la que participan las personas con discapacidad.
-La Ley 17/2021 de 15 de diciembre, de modificación del Código Civil, la Ley
Hipotecaria y la Ley de Enjuiciamiento Civil, sobre el régimen jurídico de los animales.
Su artículo primero ha añadido un nuevo art. 914 bis sobre la sucesión hereditaria sobre
los animales de compañía.

4.ª) ¿Cuántos tipos de sucesiones “mortis causa” se regulan en nuestro Derecho


Civil?

Podemos hablar de 4 sucesiones distintas, unas voluntarias y otras legales.

Las voluntarias serían:


a) La testamentaria (basada en el testamento) y
b) La sucesión contractual (basada en los pactos y acuerdos sucesorios). En el
régimen el CC la sucesión voluntaria es básicamente la testamentaria, pues la
contractual está prohibida como regla general (art. 1271.II CC). En los derechos forales
está, sin embargo, ampliamente permitida (lo cual parece bastante razonable).

Las sucesiones legales serían:


a) La intestada (o “ab intestato”), que es el llamamiento que hace la ley para que
determinadas personas puedan suceder al causante en ciertos casos, como cuando no
hay testamento, éste es nulo o ineficaz, cuando no se dispone de todos los bienes por
testamento, cuando el heredero es incapaz para suceder, etc, y que pretende suplir o
complementar la sucesión voluntaria.
b) La llamada “sucesión forzosa”: determinados familiares suceden por ley
“forzosamente”, lo que significa que hay una porción de la herencia que la ley les
reserva a ellos a los que llama legitimarios (pero no significa que tengan que aceptar la
herencia forzosamente). Esta sucesión es compatible con la sucesión testamentaria (y
contractual) y con la sucesión intestada.

5.ª) ¿Qué es un testamento?

El art. 667 CC lo define diciendo que “el acto por el cual una persona dispone
para después de su muerte de todos sus bienes o de parte de ellos, se llama testamento”.
Es un negocio jurídico formal, personalísimo, mortis causa y esencialmente revocable
(en el régimen del CC también es unilateral, pues se prohíben los testamentos
mancomunados: art. 669 CC).
La edad mínima para testar son los 14 años y el testamento puede ser de diversos
tipos (común o especial, con varios subtipos en cada uno), pero el más frecuente en la
práctica es el testamento notarial abierto.
Pero el testamento no tiene por qué contener solamente disposiciones de carácter
patrimonial, sino que son posibles otras, como la del reconocimiento de un hijo,
nombramiento de tutor, etc.

6.ª) ¿Qué bienes y derechos comprende una herencia?

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Tal y como establece el art. 659 CC: “La herencia comprende todos los bienes,
derechos y obligaciones de una persona, que no se extingan por su muerte”. Suele
hablarse de la herencia como una “universitas iuris”, aunque también se le conoce con
el nombre de caudal relicto.
Se excluye, por tanto, los llamados derechos personalísimos y cualesquiera otros
que se extinguen con la muerte de la persona física (así, por ejemplo, las relaciones
contractuales que no sean transmisibles por su naturaleza, por pacto o por disposición de
la ley, como dispone el art. 1257 CC).

7.ª) ¿Desde cuándo se transmiten a los sucesores o herederos los bienes, derechos y
obligaciones hereditarias?

El art. 657 CC indica que “los derechos a la sucesión de una persona se


transmiten desde el momento de su muerte” y el art. 661 que “los herederos suceden al
difunto por el hecho sólo de su muerte en todos sus derechos y obligaciones”.
Sin embargo, para que un derecho u obligación ingrese en el patrimonio de una
persona se exige su consentimiento, de manera que el CC exige la previa aceptación
(expresa o tácita) de la herencia para que esto ocurra. Sin embargo, aceptada la
herencia, entonces se entiende que los derechos y obligaciones se adquirieron desde la
muerte del causante.
Por otro lado, el art. 440 CC establece que la posesión de los bienes hereditarios
se entiende transmitida al heredero que acepta la herencia desde la muerte del causante
(es la llamada posesión civilísima y se trata de una presunción iuris tantum).

8.ª) ¿Es posible que, de forma temporal o provisional, una herencia no tenga titular o
herederos?

En efecto. Esta situación se conoce como “herencia yacente” y durante ella las
normas jurídicas tratan de asegurar la conservación, administración y representación de
la herencia (por ejemplo, la LEC reconoce a la herencia yacente capacidad para ser
parte en un proceso judicial y para comparecer en él y ser representada; así, es posible
demandar a la herencia yacente o los “ignorados herederos” de una persona fallecida o
declarar en concurso de acreedores a la herencia yacente).
Los motivos para esta situación de interinidad pueden ser muy diversos: así, el
heredero que todavía no ha aceptado la herencia (se acogió al derecho de deliberar, por
ejemplo), el establecimiento de una condición por el testador (mientras se constata su
cumplimiento o no), la existencia de un llamado a la herencia que todavía no vive (el
concebido y no nacido), etc.

9.ª) ¿Qué requisitos deben concurrir, en general, para que una persona pueda
suceder “mortis causa” a otra?

En general, se exigen dos requisitos básicamente:

1.º) Sobrevivir al causante (vivir más que el causante), aunque en algunos casos
la ley prevé que el derecho del premuerto se transmita a sus herederos.
2.º) Tener capacidad para suceder.
Esto significa, por un lado, tener capacidad jurídica o personalidad jurídica (art.
30 CC), y por otro lado, no concurrir ninguna causa de incapacidad. Una de las
principales causas de incapacidad es la indignidad para suceder, que se produce por las

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causas señaladas en el art. 756 CC, aunque también cabe la desheredación de herederos
forzosos, que requiere una decisión expresa del causante por las causas establecidas en
la ley. En estos supuestos, también es posible en algunos casos que el derecho del
sucesor indigno o justamente desheredado sobre la herencia se transmita a sus
herederos.

10.ª) ¿Cuáles son las principales fases de la sucesión hereditaria?

Suele hablarse de 4 fases distintas:


a) La Apertura de la sucesión: coincide con el momento del fallecimiento del
causante (o la declaración de fallecimiento, conforme al art. 196 CC).
b) La Vocación de la herencia: es el llamamiento a suceder en general (por
testamento, por pacto sucesorio o por la ley).
c) La Delación de la herencia: es el llamamiento a suceder, pero con derecho a
aceptar o repudiar la herencia, de manera que se hace un llamamiento concreto a una
persona concreta que tiene el derecho (obligación) a aceptar y adquirir la herencia o
repudiarla. Técnicamente, una cosa es el llamado y otra el heredero (que acepta).
Este derecho se conoce con el nombre de ius delationis y conforme al art. 1006
CC es transmisible mortis causa, de manera que si una persona fallece antes de poder
aceptar o repudiar la herencia, el ius delationis se transmite a sus herederos (éstos
podrán aceptar ambas herencias o una de ellas). Pero no puede disponerse de él inter
vivos, pues si hace ello equivaldría a aceptar la herencia y lo que se estaría
transmitiendo sería la herencia misma y no el ius delationis (se duda si podría
renunciarlo abdicativamente).
d) La Adquisición de la herencia: ya hemos visto que se produce desde la
aceptación.

11.ª) ¿Cuáles son los principales trámites legales y administrativos tras el


fallecimiento de una persona?

Los principales serían:


-Solicitar en el Ministerio de Justicia el certificado de actos de última voluntad
(es necesario el certificado de fallecimiento del causante, que suele facilitarlo la
empresa funeraria) y hay que pagar una tasa (pedir también el certificado de seguros de
vida en el mismo impreso).
-Si hay testamento o testamentos, entonces acudir al notario autorizante y
obtener una copia.
-Si no hay testamento, debe acudirse al notario (ya no es posible acudir a un
procedimiento judicial de jurisdicción voluntaria) para obtener una declaración de
herederos ab intestado, conforme a la modificación introducida por la LJV de 2015.
-Declarar el impuesto de sucesiones ante la Administración tributaria
autonómica en el impreso correspondiente y adjuntando los documentos que se exigen
para ello en el plazo de 6 meses desde el fallecimiento (DNI del fallecido y de los
sucesores, certificado de fallecimiento, certificado de actos de última voluntad,
testamento o declaración de herederos ab intestato, declaración de todos los bienes y
derechos que forman la herencia si no se dispone de un documento privado o notarial de
partición, documentos para la valoración de los bienes y derechos, recibos de IBI,
certificaciones de saldos bancarios, etc).

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-En su caso, realizar la partición de la herencia. Si existen bienes inmuebles debe
hacerse escritura notarial de partición si se quiere después inscribir estos bienes en el RP
a nombre de los adjudicatarios.
-Puede asimismo generarse una plusvalía municipal o un incremento patrimonial
(IRPF, por ejemplo).

12.ª) ¿Todos los sucesores son iguales?

No. Debemos distinguir básicamente entre herederos y legatarios, y entre


herederos voluntarios y herederos forzosos.

La primera distinción se encuentra en el art. 660 CC: “Llámese heredero al que


sucede a título universal, y legatario al que sucede a título particular”, mientras que el
art. 668.I CC indica que “el testador puede disponer de sus bienes a título de herencia o
de legado”. La ley hace aquí una distinción de forma objetiva.
En general, el heredero es el llamado a toda la herencia (individualmente o de
forma conjunta con otros) o a una cuota o parte alícuota de la misma (por ejemplo, a la
mitad, a un tercio, etc), mientras que el legatario es llamado a un derecho o bien
concreto (un mueble o inmueble, un derecho, una cantidad de dinero, etc).
La diferencia entre herederos y legatarios es importante: el heredero es un
sucesor a título universal y se coloca en la misma posición de su causante, responde
como regla de forma ilimitada de las deudas del causante y se le otorgan amplias
facultades en la sucesión: la ejecución de la voluntad del testador, la administración,
representación y liquidación de la herencia, el pago de las deudas, el pago de los
legados, etc. En definitiva, el heredero adquiere un título concreto en la herencia.
Por el contrario, el legatario es un sucesor a título particular, un simple
destinatario (beneficiado) de bienes concretos y determinados de la herencia,
dependiendo del tipo de legado puede adquirirlo de forma automática desde la muerte
del causante y sin necesidad de aceptación (aunque debe pedir su entrega al heredero),
sólo responde de las deudas hereditarias hasta el valor de su legado, queda apartado de
la administración y representación de la herencia, etc.

En cuanto a la segunda distinción (entre herederos forzosos y herederos


voluntarios), los herederos forzosos son los legitimarios, mientras que los voluntarios
son el resto. Según el art. 806 CC: “Legitima es la porción de bienes de que el testador
no puede disponer por haberla reservado la Ley a determinados herederos, llamados
por ello herederos forzosos”, mientras que el art. 813.I CC establece que: “El testador
no podrá privar a los herederos de su legítima sino en los casos expresamente
determinados por la ley” (mediante la desheredación).
Son herederos forzosos (art. 807 CC) algunos familiares: los hijos y
descendientes, y en su defecto, los padres o ascendientes; el cónyuge viudo, que siempre
es legitimario mientras no esté separado legalmente o de hecho, aunque su legítima es
en concepto de usufructo y varía dependiendo de con quién concurra a la herencia
(puede ir desde el usufructo de 1/3 hasta el usufructo de 2/3). Obsérvese que estos
herederos forzosos también son herederos ab intestato.
Pero debemos tener en cuenta que la legítima es la obligación de realizar
determinadas atribuciones a favor de los legitimarios, pero el testador puede hacerlo en
virtud de distintos títulos: mediante donaciones en vida, nombrándole legatario de
bienes concretos, como heredero, etc, de manera que el llamado legitimario o “heredero
forzoso” no tiene que ser necesariamente heredero en sentido propio.

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13.ª) ¿Quiere esto decir que el testador no es libre para dejar sus bienes a quienes
tenga por conveniente si existen legitimarios?

En efecto y como se ha visto, las legítimas son las principales limitaciones a la


libertad de testar, por lo que si en una herencia no hay legitimarios (hijos o
descendientes, padres o ascendientes o cónyuge), el testador tiene, en principio, libertad
absoluta de testar. Debe tenerse en cuenta que esta libertad absoluta de testar existe
prácticamente en algunos territorios forales, como es el caso de Navarra. En el régimen
del CC la legítima de los hijos o descendientes es 2/3 de la herencia (el otro 1/3 sería de
libre disposición).
Las legítimas como limitaciones a la libertad de testar se encuentran actualmente
en discusión en nuestro país y en algunos territorios, como es el caso del País Vasco
(mediante la Ley 5/2015, de 25 de junio, de Derecho Civil Vasco) se ha restringido el
número de legitimarios (sólo hijos o descendientes y cónyuge o pareja de hecho) y la
porción de legítima (1/3 respecto a los hijos y descendientes), ampliando así la libertad
del testador, y es una corriente de opinión actualmente mayoritaria.

14.ª) ¿Qué es la mejora?

Es 1 de los 2/3 que forman la legítima de los hijos o descendientes y que el


testador puede distribuir libremente entre sus hijos o descendientes. Si el testador usa
este derecho de mejora, entonces se habla de 1/3 de legítima corta o estricta, y 1/3 de
mejora, mientras que si no se usa la mejora, entonces se habla de 2/3 de legítima larga, o
simplemente legítima.
Los padres pueden utilizar esta facultad a favor de hijos o descendientes y puede
distribuirse entre ellos como se tenga por conveniente (indistintamente: por ejemplo,
puede mejorarse a los nietos aunque existan hijos). En general se entiende que no hay
mejora si no se declara así expresamente por el testador (por ejemplo, una donación
hecha por el padre a uno de sus hijos se entiende como parte de su legítima y no como
mejora si no se dice expresamente)
Debe añadirse por último que el CC permite algunos pactos sucesorios sobre la
mejora (arts. 826 y 827).

15.ª) ¿Qué es la preterición?

Es la omisión (el olvido) de los herederos forzosos por parte del testador (se
aplica sólo a la sucesión testada): una persona hace testamento y no nombre en él a sus
herederos forzosos (se discute en la doctrina si hay preterición si se les nombra, pero no
se les deja nada en testamento). Si se les nombra, pero no se les dejan bienes suficientes
para cubrir su legítima, entonces no hay preterición, pero el legitimario dispone de una
llamada acción de complemento para cubrir su legítima.
La preterición es una institución pensada para proteger a los legitimarios y sus
efectos dependen de quién sea el preterido y de que la preterición sea intencional (el
testador omite a sabiendas a uno o varios herederos forzosos, y sus efectos se equiparan
a la desheredación injusta) o no intencional (se hace por error, de ahí que se denomine
también preterición errónea).

16.ª) ¿Cuál es el orden para suceder en la sucesión intestada o “ab intestato”?

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El orden sigue como regla el principio de proximidad de grado y es el siguiente
(arts. 930 y ss. CC):
1.º) Los hijos y sus descendientes.
2.º) Los padres y ascendientes.
3.º) El cónyuge supérstite no separado legalmente o de hecho.
4.º) Los hermanos e hijos de hermanos.
5.º) Los demás colaterales hasta el cuarto grado (primero los de tercer grado).
6.º) El Estado (o CCAA en su caso).

17.ª) ¿Qué ocurre sin son varios los herederos de una misma herencia?

Si varios herederos (no legatarios) aceptaron la herencia, todos ellos serán


titulares de la misma en unas determinadas cuotas (llamados entones coherederos) y
forman una comunidad hereditaria, que se extinguirá con la partición de la herencia
entre los coherederos y la adjudicación a los mismos de bienes o derechos en pago de
sus respectivas cuotas hereditarias (realizada la partición por el testador, por el
contador-partidor, por los propios coherederos o judicialmente).
Aunque es discutida la naturaleza jurídica de la comunidad hereditaria, sus
rasgos fundamentales es que los coherederos no son copropietarios de todos y cada uno
de los bienes y derechos hereditarios (no es una comunidad romana), pero pueden
disponer libremente de sus cuotas globales sobre el haber hereditario en su conjunto y
pueden pedir la partición hereditaria (lo que tampoco es propio de una comunidad
germánica).
Si solamente hay un heredero todo es más sencillo, pues no hay comunidad
hereditaria y no hay que hacer ninguna partición.

18.ª) ¿Qué responsabilidad tienen los herederos y legatarios respecto a las deudas
hereditarias?

Aunque esta pregunta ya ha sido contestada en parte con anterioridad, debe


partirse de una regla básica de la sucesión: “Antes es pagar que heredar”, lo que
significa que, en realidad, no existe derecho sobre los bienes y derechos que
comprenden la herencia sino en el residuo, una vez satisfechas las deudas y cargas.
Los herederos (como sucesores universales del causante) responden de las
deudas y cargas de la herencia de forma ilimitada (con los bienes heredados y con los
propios) si aceptaron la herencia pura y simplemente (responsabilidad ultra vires),
mientras que responden limitadamente con los bienes heredados si aceptaron a beneficio
de inventario (responsabilidad intra vires). Así lo establece el art. 1003 CC.
Hoy es opinión mayoritaria en la doctrina que la responsabilidad por las deudas
hereditarias debería limitarse a los bienes heredados y sin necesidad de beneficio de
inventario (como ha establecido recientemente la Ley 5/2015 del País Vasco, y lo
mismo en Navarra y Aragón).
Por su parte, los legatarios responden únicamente con el valor de los bienes o
legados, salvo algún supuesto excepcional (como el art. 891 CC: la distribución de toda
la herencia en legados).

19.ª) ¿Qué es un albacea o un contador-partidor?

Es un cargo personalísimo y voluntario que el testador encarga (en el


testamento) a una o varias personas para que procedan al cumplimiento y ejecución de

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su última voluntad. Sus funciones serán las que haya establecido el testador, y en su
defecto, las funciones que la ley les atribuye (básicamente, art. 902 CC).
Este cargo es temporal (el señalado por el testador, y en su defecto, 1 año),
aunque cabe prórroga; pero no puede ser indefinido.
Por su parte, un contador partidor es la persona a quien se encomienda la
partición y reparto de los bienes que forman la herencia (no puede ser uno de los
herederos), y sus funciones suelen asimilarse en la práctica parcialmente al albacea.

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