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“Somos enanos encaramados en los hombros de gigantes.

De esta manera
vemos más y más lejos que ellos, no porque nuestra vista sea más aguda o
nuestra estatura más alta, sino porque ellos nos sostienen en el aire y nos
elevan con toda su altura gigantesca” BERNARDO DE CHARTES

DE LO JURÍDICO Y DE LO SOCIAL.-
Algunos pensamientos en torno a la Teoría Crítica del Derecho.

Sumario: 1.- A modo de introducción.- 2.- Lo jurídico: una categoría analítica de lo


social.- 3.- Lo jurídico como hecho discursivo.- 4.- El Derecho como discurso de
poder.- 5.- Hacia una ética del compromiso.-

1.- A modo de introducción.-


La pregunta acerca del ser del Derecho ha generado
históricamente dos orientaciones explicativas que podrían sintetizarse
de la siguiente manera:
a.- Quienes explican al Derecho como un objeto ideal: un
sistema de normas o principios válidos y obligatorios dictados por la
autoridad competente. Estas tesis requieren siempre una norma
fundamental (hipotética o teológica) de la que se pueda partir, en la que
se pueda fundar el andamiaje teórico que expresan.
El punto inicial, o tal vez más propiamente, la clave de bóveda,
siempre es un axioma, un enunciado cuyo valor de verdad se predica
(“en el principio existe la norma fundamental cuyo enunciado es
“Obedecerás al primer legislador” -Kelsen-, ”una norma lo es si es
admitida por la regla de reconocimiento” –Hart-, “En el principio dijo
Dios” -Escolástica-, etc.).-

1
Aunque con su siempre vigente debate 1, el iuspositivismo y el
iusnaturalismo abrevan en este primer apartado2.-
b.- Quienes explican al Derecho como un hecho cultural, un
quehacer humano. Dentro de éstas, quienes entienden al Derecho como
quehacer de los Jueces; y quienes entienden al Derecho como quehacer
de toda una comunidad.-

Nada más inasible que el interrogante acerca del ser del


Derecho. Pareciera ser que acentuar un enfoque necesariamente
implicaría desechar el otro por incompatible.-
Si descartamos la primera de las corrientes señaladas por
requerir de verdades de fe – axiomas- como causal de justificación,
entonces es dable concluír que el Derecho es una creación humana, un
quehacer cultural; y por lo tanto, un hecho: una relación social3.-
Pero a poco de avanzar en este análisis, vemos que el jurídico
no es –en su materialidad- un hecho social diferente al político, al
artístico, al económico, al semiótico o lingüístico. Lo jurídico, entonces,
es un enfoque, una categoría analítica4 del hecho social.-
1
El debate profundo e irreductible parece mas bien darse por los contenidos: mientras los
iusnaturalistas sostienen la existencia de un núcleo indisponible pre y metaexistente a cualquier
sistema positivo, de tal suerte que sólo estamos frente a un sistema jurídico cuando la
normatividad positiva se ajusta a ese núcleo indisponible; los iuspositivistas sostienen que los
contenidos jurídicos son políticos, ajenos a la juridicidad en sí, de tal suerte que estamos frente a
un sistema jurídico cuando la normatividad es producida de acuerdo a sus propias reglas de
producción normativa, con independencia del contenido del sistema.-
2
“Son conocidos los problemas que se plantean cada vez que se pretende sentar las bases de un
debate racional, esto es, en el que medie inteligibilidad argumentativa y cierto grado de
conmensurabilidad de las diversas posiciones. Mientras que por el lado del iusnaturalismo se
carece en general de estructuración teórica, pero se señalan acuciantes problemáticas
vinculadas con los temas de la legitimidad y la justificación, por lo general consideradas
impertinentes por los positivistas; por el lado de estos últimos, nos encontramos con
variopintas especies, que aceptan cada una de ellas, subconjuntos diferentes de premisas como
identificatorias del paradigma que sustentan.-“ (CÁRCOVA, Carlos María
“IUSNATURALISMO VS. POSITIVISMO JURÍDICO: UN DEBATE SUPERADO”
Oñati, Septiembre de 1995)
3
La nota de social es lo que distingue al hecho jurídico de otros hechos que pueden ser también
normativos pero no jurídicos, como por ejemplo, el moral; toda vez que el hecho moral, y las
normas morales son tan exigibles en lo inmanente como en las relaciones interhumanas. Por el
contrario, no existe hecho jurídico por fuera de una realidad social.-
4
Si bien Luhmann ha hecho interesantes aportes en relación a la dualidad verdades
analíticas/sintéticas, por una razón de uso habitual del lenguaje, sigo usando la expresión
“categoría analítica” en el sentido de no historicidad o de negación de ontologismo: cuando digo
“lo jurídico como categoría analítica de lo social”, digo que no existe lo jurídico en sí, es un

2
Esta afirmación se formula sin perder de vista la crítica que
Kelsen le formulara a Alf Ross5; en el sentido de que reducir lo jurídico a
lo meramente social, relega a la ciencia jurídica a un capítulo de la
sociología general.-
Vuelvo entonces a la noción inicial, pero como interrogante: ¿es
posible que lo jurídico pueda ser entendido, excluyentemente, o como
objeto ideal o como práctica social?

La comprensión de lo jurídico es imposible desde un monismo


metodológico. Si lo entendemos como mera práctica social, una de sus
notas características –la normatividad- queda excluída, como bien lo
señala Kelsen y las variantes del positivismo; invalidando el enfoque por
arbitrario y parcial.-
Si por el contrario, lo reducimos a normatividad, o más
propiamente, a un objeto ideal, nos encontramos con la problemática
inicial de la existencia de un axioma como única causal de justificación
del Derecho.-

Si no admitimos, por improbable, la existencia de otro mundo


que no sea este en el que los hombres y las mujeres vivimos 6; entonces

enfoque de una realidad más compleja.-


“Tan pronto como se distingue entre problemas de referencia y problemas de código, la
circunstancias se reordenan. La distinción entre verdades analíticas y sintéticas ha de ser
abandonada, como ya Quine ha propuesto. Puede ser sustituída sin más por la distinción entre
autorreferencia (analítica) y referencia ajena (sintética). Entonces, la distinción entre
referencia y codificación puede repercutirse, y se ve que los valores positivo/negativo del
código verdadero/falso son aplicables tanto a hechos referenciales ajenos como a los
entendidos como autorreferenciales”. LUHMANN, Nicklas, “OBSERVACIONES DE LA
MODERNIDAD. RACIONALIDAD Y CONTINGENCIA EN LA SOCIEDAD
MODERNA” Barcelona, Piados, 1997.-
5
KELSEN, Hans, “CONTRIBUCIONES A LA TEORÍA PURA DEL DERECHO” Centro
Editor de América Latina, Bs. As. 1969, pág.28.-
6
No parece razonable seguir sosteniendo, en pleno Siglo XXI, la existencia de paramundos con
contenidos ideales, atemporales y aespaciales, sólo cognoscibles a través de la razón y la
conciencia; como así tampoco parece razonable sostener que sólo existe lo que percibimos; y
que lo que percibimos, es como es con una esencia propia ajena a nuestra subjetividad. No
existe realidad sin observador. Sigmund Freud ha hecho estallar el paradigma cartesiano de la
pura conciencia y la razón; y Einstein se encargó de hacer lo propio con el paradigma
newtoniano del observador inmóvil, por cuanto, después de él, la única forma de no quedar
atrapados por el tiempo y el espacio, sería subirse a un rayo de luz, ya que la velocidad de la luz
es la única constante universal.-

3
no queda más que concluír que el Derecho es una relación social; una
categoría analítica de lo social, entendiendo a la social como la relación
entre los seres humanos.-
Cualquier hecho social puede ser, al mismo tiempo, un hecho
económico, un hecho jurídico, un hecho semiótico, etc. No existe
entonces una división ontológica sino analítica, en el plano de la
simbolización. Como bien refiere Bauman 7, la praxis humana escapa a
todo intento de reducción a un solo plano, dado su multifacético
carácter.-
Lo que tiene de particular el Derecho, la nota distintiva que
hace que una relación social sea jurídica es la presencia de la
normatividad.-
Y la normatividad; o antes bien, la norma, no es otra cosa que
un enunciado lingüístico. Es decir, un discurso.-
Este discurso tiene como característica excluyente su carácter
prescriptivo: establece y anticipa la conducta humana en su dimensión
social.-
Cuando nos encontramos frente a una relación humana
(individual o colectiva) en la que los miembros se vinculan a través de
un discurso prescriptivo, estamos en presencia del fenómeno jurídico.-

Afirmar el carácter prescriptivo del discurso jurídico implica


afirmar que a través del Derecho se establecen, las conductas posibles
de los hombres en sociedad. A través del discurso jurídico se establece
lo que los integrantes de una comunidad pueden hacer hacia el futuro.-
En otras palabras: a través del fenómeno jurídico se reparte
poder.-
De esto se trata, en definitiva, en estos apuntes: de lo jurídico
como categoría analítica del hecho social; de lo jurídico como práctica
social de carácter discursivo mediante la cual una sociedad
determinada se reparte el poder.-

7
BAUMAN, Zygmunt, “LA CULTURA COMO PRAXIS” Ed. Piados, Barcelona, 2002.-

4
Esta afirmación lleva implícita la nota de historicidad – por eso
es siempre una sociedad determinada, determinada en su historicidad - y de
conflicto que caracteriza al fenómeno del poder como práctica colectiva.-
El Derecho como discurso expresa y condensa las tensiones del
poder en una historicidad.-

2.- Lo jurídico: una categoría analítica de lo social.-


La realidad es un continuo tan rico y tan variado que es
imposible comprenderla sin realizar operaciones mentales de
disgregación.-
Digo esto inicialmente, para acentuar el carácter de categoría
analítica de lo jurídico; el análisis “jurídico” de la realidad es
instrumental, es a los fines de entender no lo jurídico sino la totalidad
social.-
Así como el arte de una comunidad no es solamente lo que
hacen los artistas, ni la política lo que hacen los políticos, lo jurídico
tampoco es lo que hacen los juristas; sino que, como el arte y la
política, al Derecho lo construyen todos los miembros de una
comunidad. Por eso es un hacer social.-

En el mundo de los hombres y las mujeres se suceden y


contemporizan diferentes hechos que en su materialidad pueden ser
siempre los mismos; lo diferente es su significación. El hecho material
“un edificio se derrumbó” tendrá diferente significación según se refieran
a él las ciencias exactas, la política, la economía, o el Derecho.
Entonces: lo jurídico no es una parte de la realidad; antes bien, es un
modo de ver, de relacionarse con el mundo.-
Por esta razón es necesario establecer la dialéctica entre ser y
significado, o ser y sentido; realizar la síntesis después del análisis,
integrar lo jurídico a la totalidad social. En lenguaje de Luhmann,
autorreferenciarse (sistema hacia sí) para poder codificarse (sistema
hacia el entorno).-

5
Es que resulta imposible aprehender la totalidad de la realidad;
esa imposibilidad impone la necesidad de fraccionamiento analítico con
fines explicativistas y comprensivistas; más nada tiene sentido, o más
propiamente significado, sin primeramente el análisis, para luego la
síntesis a los fines comprensivistas tanto de la parte como del todo
social8.-
Me permito acudir a algunas ideas de la originalísima teoría de
Niklas Luhmann – con “parecidos de familia” con el paradigma circular
kuhneano- acerca de la organización circular de la realidad: así como en
Luhmann, el sistema existe mientras se encargue de sostener el doble y
paradojal juego de mantener sus diferencias con el entorno, pero a la
vez abrirse al entorno para captarlo; así, lo jurídico nos requiere un
doble juego de entenderlo “en su puridad” –en lenguaje kelseniano- pero
para entenderlo en el contexto de la realidad social que se desarrolla.-

Todo esto impone, además, incorporar la perspectiva del tiempo


en el doble juego de análisis y síntesis, por cuanto es imposible el hecho
social sin tiempo; no existen sucesos sin tiempo 9, para el suceder
resulta imperativa la noción de tiempo10.-

“El método funcional es, en última instancia, un método


comparativo, y su introducción en la realidad sirve para abrir lo existente
a una mirada de reojo a otras posibilidades. En el fondo, comprueba

8
“En realidad, toda situación, en tanto que ella es, es un múltiple compuesto de una infinitud de
elementos, de los cuales cada uno es a su vez, un múltiple, considerados en su simple
pertenencia a una situación” ABRAHAM, Tomás, “BATALLAS ÉTICAS” Ed. Nueva Visión,
Bs. As. 1995, pág. 114.-
9
Como Cronos, el Dios Griego del Tiempo que se comía a sus hijos varones; y el Padre
Primordial asesino de sus hijos varones que Sigmund Freud describe en “TÓTEM Y TABÚ”,
eliminando a sus hijos sucesores, eliminaban el tiempo e impedían la Historia. Cuando los hijos
matan al Padre para poder tener relaciones de procreación con sus hermanas mujeres (Zeus a
Cronos, para desposar a Hera y fundar el Olimpo; y la comunidad de hermanos varones al
padre primordial, para procrear y fundar la civilizacion) comienza la historia humana, la historia
de los sucesos. La mitología cristiana parece haber sido un poco más piadosa: para tener
relaciones con su hermana Eva, Adán no llega a matar a Dios, sólo le desobedece, y funda de
esta manera la historia humana.-
10
La noción de tiempo es un elemento ineludible y absolutamente condicionante de las
perspectivas descriptivas aún dentro de las llamadas ciencias duras: es la idea constitutiva de la
física cuántica de Einstein y Planck

6
relaciones entre relaciones: remite el objeto a un punto de vista del
problema para poder remitirlo a otras soluciones del mismo. Por lo tanto,
la explicación funcional no puede ser otra cosa que la expansión (en
general) y la limitación (en concepto) de las equivalencias funcionales”11

“Los marcos de sentido por los cuales explicamos sucesos no son


nunca puramente descriptivos, sino que se entrelazan íntimamente con
esquemas explicativos más totales, y no podemos escoger lo uno sin
contaminación con lo otro; la inteligibilidad de tales descripciones
depende de esos eslabones superpuestos”12

3.- Lo jurídico como hecho discursivo.-


Como ya mencionara anteriormente, una de las notas
características de lo jurídico es su enunciación. El Derecho es discurso,
palabras, texto.-
Pero no cualquier discurso.-
Mediante ese hecho lingüístico que son las normas jurídicas,
los miembros de una comunidad disponen las conductas posibles que
los propios sujetos involucrados pueden desplegar.-

Pero veamos antes, muy brevemente, qué decimos cuando


decimos que el Derecho es discurso.-
No cualquier hecho lingüístico es discurso, sino aquel que tiene
significación en el mundo social.-

Decía Platón en Fedro: ”...podrías pensar que hablan como si


pensaran; pero si los interrogas sobre algo de lo que dicen con la
intención de aprender, dan a entender una sola cosa y siempre la misma.
Por otra parte, una vez que han sido escritos, los discursos circulan todos
por todas partes, e igualmente entre los entendidos que entre aquellos a
11
LUHMANN, N. “HACIA UNA TEORÍA CIENTÍFICA DE LA SOCIEDAD”, Ed.
Antrophos, Barcelona, 1997, pág. 4
12
GIDDENS, Anthony “LAS NUEVAS REGLAS DE MÉTODO SOCIOLÓGICO.
CRÍTICA POSITIVA DE LAS SOCIOLOGÍAS COMPRENSIVAS”, Ed. Amorrortu, Bs.
As. pág. 101

7
quienes nada interesan, y no saben a quienes deben dirigirse y a quienes
no...ellos solos no son capaces de defenderse ni de asistirse a si
mismos...”13
El discurso en sí, como ontologismo, no existe, como bien
denunciaba Platón en el texto citado: si los interrogamos, nada nos
dicen; sólo dicen en un contexto social en el que adquieren significación
y producen la comunicación entre los sujetos.-
Cuando digo que el Derecho es discurso, lo digo en el sentido
wiggensteiniano del término, como “lenguaje en acción”, como hecho
social de comunicación, de producción de sentidos.-
Al hacer esta observación, no me olvido de lo que se ha dado
en llamar “los dos Wittgenstein”; sin embargo, y a pesar de las referidas
diferencias, cuya profundización excede las aspiraciones de este
trabajo, tanto el autor del Tractatus como el de las Investigaciones han
sostenido, con variantes, el rechazo a un uso privado del lenguaje y la
reducción del lenguaje a un único uso o a un único modelo, insistiendo
en que un acto del lenguaje supone siempre un acuerdo social que
implica un uso de un signo y de su significación (el sentido del signo).-

Se impone además, destacar las respetuosas distancias entre la


noción del discurso a la que aludo – relación social de comunicación en una
historicidad- y la noción de condiciones óptimas de diálogo que
desarrollan autores como Habermas y Rawls.-
Sostengo la idea de que la palabra jurídica es a la vez signo y
violencia, y eso me distancia de los pensadores referidos. El discurso
jurídico representa la fuerza históricamente más poderosa, porque es
discurso de poder. El Derecho como consenso olvida las estructuras de
coerción que existen en una sociedad, con relación a cada sujeto –
colectivo o individual- y con relación a cada momento histórico.-
Ni Habermas ni Rawls refieren a una sociedad en su espesor
histórico; muy por el contrario, en su propuesta está ínsita una

Citado por SYLVAIN AUROUX, “LA FILOSOFÍA DEL LENGUAJE” Trad. José Ángel
13

Alvarez, Ed. Docencia, 1998, pág. 196.-

8
condición ideal de igualdad de los actores sociales que es
absolutamente contrafáctica. Esta contrafacticidad se corrobora no sólo
por la experiencia histórica, sino también porque el modelo de sociedad
capitalista en el que ambos desarrollan su propuesta es
estructuralmente división del trabajo y por lo tanto, un supuesto de
desigualdad y lucha. La sociedad capitalista histórica está atravesada
por desigualdades sociales y dista de ser una sociedad de iguales en la
que puedan darse los consensos superpuestos rawlsianos o las acciones
comunicativas de Habermas.-
Dice Pierre BOURDIEU: “Para romper con esta filosofía social
hay que mostrar que, por legítimo que sea tratar las relaciones sociales – y
las propias relaciones de dominación – como interacciones simbólicas, es
decir, como relaciones de comunicación que implican el conocimiento y el
reconocimiento, no hay que olvidar que esas relaciones de comunicación
por excelencia que son los intercambios lingüísticos son también
relaciones de poder simbólico donde se actualizan las relaciones de
fuerza entre los locutores y sus respectivos grupos”.14

4.- El Derecho como discurso de poder.-


En tanto hecho social, el discurso jurídico es también una
resultante de los intereses en juego en un momento y en una sociedad
en la que el Derecho se desarrolla. Por eso afirma lúcidamente Enrique
Marí que “...refleja la relación de fuerzas de los discursos en pugna...”15.-
Desde esta perspectiva, se puede afirmar que el Derecho como
discurso no sólo dice sino también calla 16. Así, el discurso jurídico
muestra lo que muestra y dice lo que dice, porque oculta lo que oculta y

14
El citado autor en “¿QUÉ SIGNIFICA HABLAR? ECONOMÍA DE LOS
INTERCAMBIOS LINGÚISITICOS”, Akal, Madrid, 2001, pág. 11.-
15
MARÍ, Enrique E. “EL DISCURSO JURÍDICO” AAVV, Ed. Hachete, Bs. AS. 1982, citado
por CÁRCOVA, Carlos María en “NOTAS ACERCA DE LA TEORÍA CRÍTICA DEL
DERECHO” Bs. As. Febrero de 2000. En realidad, Marí utiliza esta expresión para referirse a
la sentencia judicial, pero él mismo propone hacerla extensiva a cualquier forma del discurso
jurídico.-
16
Tanto Michel Folcaut en “MICROFÍSICA DEL PODER” y otros textos, como Umberto
Eco, en “LA ESTRUCTURA AUSENTE” aportan interesantes observaciones a lo que “no
está” en el discurso que se escucha.-

9
silencia lo que silencia17. Por esta razón emerge como un formidable
garantizador de la reproducción de las condiciones sociales de
dominación, de las cuales es a la vez, su resultante.
Un grupo social sólo puede hacerse dominante si es capaz de
generar los consensos sociales suficientes como para provocar la
aceptación de la condición de dominados de los grupos que lo son. Para
eso es necesario presentar a estas condiciones como una fatal
consecuencia de un orden social inmutable. Esa es la función que al
discurso jurídico le asignan los sectores de dominación: la de preservar
la naturalidad de las relaciones de poder que le son constitutivas.-

Desde otra perspectiva, el poder desarrollado por el discurso


jurídico se manifiesta en su carácter preformativo; por cuanto el
Derecho alude constituyendo18.-
“Los hombres no inventan el derecho después de estar
constituidos como sujetos, con no hacen la historia sin ser parte de esa
historia.-“19

Pero aún entendiendo al Derecho como praxis del poder - y más


aún: justamente por ello- lo jurídico tiene un aspecto paradojal: a la vez
que cristaliza las relaciones de dominación de una sociedad en una
historicidad, por esa misma razón promueve las pulsiones acalladas
que constituyen el secreto de su cambio y movilidad.-
“Es ideológico en la medida en que oculta el sentido de las
relaciones estructurales establecidas entre los sujetos con la finalidad de
reproducir los mecanismos de la hegemonía social. Este ocultamiento es a

17
Confr. ENTELMAN, Ricardo “MATERIALES PARA UNA TEORÍA CRÍTICA DEL
DERECHO” en AAVV, Ed. Abeledo Perrot, Bs. AS. 1991, citado por CÁRCOVA, Carlos
María en op. Cit. Nota 14.-
18
La normativa como constituyente de la subjetividad humana –y por lo tanto, de la cultura- es
la poderosa idea que desarrolla Sigmund Freud en “TÓTEM Y TABÚ”; por cuanto sostiene que
cuando el hombre primordial incorpora a su interior el tabú –esto es, la prohibición- del incesto
y del parricidio es que se constituye como tal y convierte a la horda en hermandad. El tabú, la
prohibición, es decir, lo jurídico, convierte al primate en humano. El tabú produce el doble
juego de crear y ser creado por el sujeto.-
19
RUIZ, Alicia “LA ILUSIÓN DE LO JURÍDICO”, citada por CÁRCOVA, Carlos M. idem
nota anterior.-

10
la vez productor de consenso, pues el Derecho ordena pero convence,
impone pero persuade, amenaza y disciplina (...) Pero a la vez que cumple
un rol formalizador y reproductor de relaciones establecidas también
cumple un rol en la remoción y transformación de tales relaciones, pose a
la vez una función conservadora y renovadora (...) Cuando promete la
igualdad ocultando la efectiva desigualdad, instala además un lugar
para el reclamo por la igualdad. (...) Este aspecto paradojal del Derecho y
una concepción relacionista del poder son un punto de partida para
nuevas investigaciones en torno al análisis funcional del Derecho”20

5.- Hacia una ética del compromiso.-


La comunicación de conocimientos a toda la sociedad
constituye un imperativo ético para cualquier integrante de la
comunidad científica; por cuanto quienes poseemos y manejamos el
conocimiento tenemos la responsabilidad de hacerlo circular para el
aprovechamiento y bienestar de todos. En este punto sí se puede
coincidir con Habermas y sostener que la acción comunicativa es un
acto de moral social.-
Lo jurídico –en tanto conocimiento- no escapa a esta apreciación;
por cuanto más conciencia tengan los actores sociales de la
constitución y función del Derecho, más capacidad de resistencia
tendrán los que relacionalmente resulten dominados.-
Pero ocurre que este imperativo ético de comunicar
conocimiento jurídico como forma de comunicar poder y conciencia, se
acentúa especialmente entre los latinoamericanos, por el rol que la
Historia nos ha asignado: sobre el saqueo de nuestros pueblos se fundó
el sistema de dominación capitalista devenido hoy en economía
global21.-

20
CÁRCOVA, Carlos María, “NOTAS ACERCA DE LA TEORÍA CRÍTICA DEL
DERECHO” Bs.As. Febrero de 2000.-
21
“Los más viejos de los viejos de nuestros pueblos nos hablaron palabras que venían de muy
lejos, de cuando nuestras vidas no eran, de cuando nuestra voz era callada. Y caminaba la
verdad en las palabras de los más viejos de los viejos de nuestro pueblo. Y aprendimos en sus
palabras que la larga noche de dolor de nuestras gentes venía de las manos y las palabras de

11
Lejos estoy de creer que se puede abordar lo jurídico desde
algún horizonte de asepsia científica, o que los operadores del Derecho
podamos permanecer inmaculados frente a la lucha de poderes que es,
precisamente, la esencia de lo jurídico. No creo que exista esa
posibilidad.-
Me considero una latinoamericana privilegiada: pertenezco a la
selecta minoría de quienes nacieron sanos, en un hogar con
necesidades básicas satisfechas, pudieron desarrollar su vida afectiva y
emocional en buenas condiciones, pudieron estudiar y acceder a los
estratos mas altos de los estudios formales, tienen trabajo, viven del
producto del mismo y alimentan a sus hijos con él, trabajando en lo que
eligieron y les gusta. Todo esto, que no es otra cosa que la plena
realización de la dignidad humana y que por lo tanto, debería estar al
alcance de todos y cada uno de nosotros, en Latinoamérica, constituye
todo un privilegio y por tal, una manifiesta arbitrariedad.-

Por esta razón, los latinoamericanos que estamos en tan


inmerecida situación y formamos parte de lo jurídico como operadores
del mismo, tenemos el compromiso solidario de sondear los discursos
silenciados y ayudarlos a la emergencia, como forma de garantizar,
paradójicamente, la vigencia del orden jurídico; porque el Derecho, sin
la resistencia, se convierte en una pura fuerza que sólo atropella a los
débiles.-
En la paradoja del Derecho es precisamente donde reside su
belleza. Como la libélula, es gusano, pero también hermosa mariposa.-

los poderosos. Que nuestra miseria era riqueza para unos cuantos, que sobre los huesos y el
polvo de nuestros antepasados y de nuestros hijos se construyó una casa para los poderosos, y
que a esa casa no podía entrar nuestro paso, que la abundancia de su mesa se llenaba con el
vacío de nuestros estómagos, que sus lujos eran paridos por nuestra pobreza, que la fuerza de
sus techos y paredes se levantaba sobre la fragilidad de nuestros cuerpos, que la salud que
llenaba sus espacios venía de la muerte nuestra, que la sabiduría que ahí vivía de nuestra
ignorancia se nutría, que la paz que la cobijaba era guerra para nuestras gentes” EJERCITO
ZAPATISTA DE LIBERACIÓN NACIONAL “ENTRAMOS OTRA VEZ A LA
HISTORIA” citado por DUSSEL, Enrique “ÉTICA DE LA LIBERACIÓN” Ed. Trotta,
Madrid, 2000.-

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