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La intervención debería dirigida a cuatro objetivos básicos:

1.- Facilitar el proceso de readaptación del hijo a la situación de cambio de


custodia, si es que este realmente ocurre.
En casos de rechazo grave no pode.ñmos descartar la expresión de
conductas desajustadas severas en el menor. Es necesario buscar un motivo por
el que el menor reanude las visitas con el progenitor alienado, aunque sea la
evitación de sanciones.

2.- Intervención dirigida a modificar la percepción negativa que el menor


ha construido del progenitor rechazado y su entorno; es necesario romper con
la programación psicológica que el progenitor alienante ha ocasionado en el hijo,
por lo que el terapeuta pondrá el énfasis en los motivos absurdos que exponen los
hijos para justificar el odio hacia el progenitor alienado.

3.- Dotar de habilidades de afrontamiento al progenitor rechazado para


enfrentar la custodia de un hijo que expresa conductas muy disruptivas hacia él y
su contexto.
Es importante que el progenitor alienado tome conciencia que lo contrario
de amor es indiferencia y, que antes de que se produjera la separación, sus hijos
eran amables y tenían gestos de afectividad hacia él. Muchos progenitores
precisan de más ayuda profesional para aprender a endurecerse ante los
desprecios de los hijos.

4.- intervención terapéutica con el progenitor alienador dirigida a ayudarle


a reelaborar de forma adaptativa el proceso de ruptura conyugal y hacerle
consciente de la importancia del otro progenitor para el proceso socializador del
hijo, además de las graves consecuencias que puede tener en éste actitudes y
conductas obstaculizadoras de la relación parentofilial.

Sesiones individuales con los padres. Su diseño se enmarca con el objetivo de


proporcionar a los padres una recuperación del conflicto conyugal. Con el padre
rechazado, se intenta que tome consciencia de que él también participa en el
rechazo que su hijo ha generado hacia su persona y, con el progenitor aceptado,
se pretende que sea consciente de la importancia que tiene para su hijo la relación
con ambos padres además de recordar las sanciones judiciales a las que puede
ser expuesto en caso de sabotear el procedimiento.

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