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Consejos para tratar a los niños tras un divorcio

1- No discutas con tu pareja delante de él


Si tienes que hablar con tu pareja de algo relacionado con la relación o incluso del niño, debes de
hacerlo cuando este no se encuentre delante. Así evitaremos discutir en su presencia y por ende
que afloren sentimientos negativos que puedan influirle.
Aprovecha esos momentos en los que el niño ha salido o está realizando alguna actividad
extraescolar, de esta forma podréis sentaros a hablar más tranquilamente.

2- Haz del proceso algo normal


Una de las mejores formas de hacer que este proceso no afecte tanto a tu hijo, es tomarlo como
algo normal y natural. Aunque esto nos sea algo difícil, tenemos que hacerlo por él y hay que dar
ejemplo de madurez y endereza.
Combatir la situación con secretos hacia la familia en general y al niño en particular, solo
perjudicará las cosas y ralentizará el proceso de aceptación.

3- Consensúa unas pautas de crianza


Algo que se suele hacer habitualmente, es consentir al niño para despertar emociones positivas
que hagan que se sienta bien y se decante por el progenitor que realiza estas acciones.
Sin embargo, si hacemos esto en vez de educarlo correctamente, estaremos haciendo todo lo
contrario. En primer lugar, podemos hacer que el niño solo quiera estar con nosotros, es decir,
con el progenitor que lo consiente y lo mima y le deja hacer todo lo que quiere. Esto puede hacer
que el niño se decante por un progenitor y solo quiera estar con él.
En muchas ocasiones lo que se quiere es hacer eso, sin embargo no nos estamos dando cuenta de
que el principal afectado es el propio niño, ya que al final conseguiremos que sea un niño
malcriado, incapaz de acatar y obedecer las normas que se le imponen.
Por otro lado, tras la separación y para evitar que el niño sufra demasiado, solemos colmarle de
regalos y de excesivo cariño (la primera opción suele ser cumplida por la parte paterna mientras
que la segunda por la materna) cuando lo que en realidad necesita es seguir teniendo unos
hábitos de rutina y pasar tiempo con ambos padres.
Lo recomendable sería consensuar las pautas de crianza que se van a seguir a partir del momento
de separación con tu pareja, para que así exista un ambiente estable y no perjudique el desarrollo
mental y físico del niño.

4- Apoya a tu hijo durante el proceso


Aunque creas que tú eres la persona que más sufre en el proceso de divorcio, la mayor víctima es
tu hijo. Tenemos que ser conscientes de que él no entiende qué es lo que está pasando ni por qué
papa o mamá ha decidido vivir en otro lugar.
En un primer momento, tenderá a pensar que ha sido culpa suya. Por ello, tienes que apoyarle y
explicarle lo que está sucediendo para que vea que no ha tenido nada que ver y que algunas veces
esto puede pasar. Con esto evitaremos que sufra más de lo que debería y que le afecte a nivel
emocional lo menos posible.
5- No hablarle mal el uno del otro
En la mayoría de ocasiones nuestra primera idea ya sea consciente o inconsciente, es comenzar a
hablar mal de nuestra ex pareja delante del niño o incluso a él mismo. Esta acción, no es
recomendable ni para el niño ni para el progenitor que lo realiza.
Tenemos que afrontar la decisión que se ha tomado con nuestra expareja con madurez y
serenidad. Aunque ya los caminos de ambos se hayan separado, se sigue siendo el padre y la
madre de un niño en común que no entiende lo que ocurre y que no sabe el por qué vuestra
actitud y su vida en general han cambiado.
Aunque vuestra vida de pareja no haya funcionado seguís ejerciendo vuestro rol de padres, por
ello hay que estar a la altura de la circunstancia y no entrar en hablar mal el uno del otro. Una
vez más, tenéis que mirar por vuestro hijo y su bienestar.

6- No metas al niño en medio de las discusiones


Muchas parejas discuten por el niño como si de una guerra se tratara. Esto también le afecta
negativamente y aumentará su frustración, ya que no entenderá lo que está ocurriendo. El niño
no es un objeto por el que te puedes pelear ni con el que debes de amenazar a tu pareja y mucho
menos si se encuentra él delante.
El niño es de los dos y como tal aunque ya no seáis pareja seguís siendo padres por igual y tenéis
una responsabilidad con él. Por lo que debéis intentar evitar este tipo de acciones para así rebajar
el nivel de ansiedad no solo de vuestro hijo sino también de la familia en general.

7- Ayúdale a expresar sus sentimientos


Debido a la situación tan negativa que está atravesando, tal vez el niño por su edad no sea capaz
de expresar sus sentimientos y emociones sin ayuda. Por ello, tanto la familia en general como
los padres en particular deben de ayudarle y facilitarle este proceso.
Sentarse en un entorno seguro para el niño y en el que se sienta bien para hablar sobre lo que le
ocurre y como se siente utilizando preguntas tipo: ¿Cómo te sientes hoy?, ¿Qué has hecho
durante el día?, pueden ayudarlo a expresarse o al menos a que comience a hacerlo.
Aunque todo dependerá del temperamento y la personalidad del niño, normalmente necesitan
ayuda para expresar sus sentimientos. Como padres y familiares vuestro deber es hacer que no se
guarde nada de lo que piensa o siente ya que puede afectarle en el futuro y condicionarle para
toda su vida.

8- Busca ayuda
Si tu hijo no es capaz de interiorizar lo que está ocurriendo ni tampoco de reaccionar ante esos
hechos y ya has intentado por todos los medios que tenías a tu disposición que entendiera que
papa y mamá ya no están juntos, tal vez deberías plantearte buscar la ayuda de un profesional.
No es recomendable que el niño esté mucho tiempo en un estado de shock o negación ante la
situación que está viviendo ni tampoco estaría dentro de lo normal que no le diera mucha
importancia a lo sucedido. Ambos caminos pueden ser una respuesta de defensa ante una
situación dura o traumática.
Los expertos, podrán ayudar a tu hijo y podrán facilitarte pautas con las que podrás ir trabajando
este tipo de respuestas. Por otro lado, también si lo ves necesario, podrás encontrar el apoyo que
necesitas para afrontar este proceso.

9- Sincérate con tu hijo


En muchas ocasiones, pensamos que ocultarle el proceso de divorcio será mejor que si se lo
contamos desde un primer momento. Sin embargo, si hacemos esto estamos cometiendo un gran
error ya que le afectará de forma más brusca y le costará más entender el por qué.
Por ello, es recomendable que no existan secretos de este tipo en la familia e ir poco a poco
explicándole el por qué ha sucedido. Esto ayudará a que el niño vaya digiriendo el proceso de
otra forma y disminuiremos las consecuencias de este.

10- Reconocer los síntomas del estrés


Debido a que no entienden lo que está ocurriendo y en la mayoría de las ocasiones no lo solemos
explicar porque estamos centrados en nuestro sufrimiento, los niños llegan a sentir altos niveles
de estrés.
Por ello, tenemos que ser conscientes de este hecho y ser capaces de identificar estos síntomas
con el fin de calmarlo y paliarlo lo antes posible. Seguir los consejos de los que hemos estado
hablando anteriormente así como los que seguimos exponiendo a continuación, te pueden ayudar
también a reducir el posible estrés que pueda sufrir tu hijo debido a la separación.

11- Tener una rutina


Otra acción que hará que el niño asimile el proceso de divorcio lo antes posible, será volver a sus
hábitos de rutina habituales. Por ello, ambos padres deben de ponerse de acuerdo lo antes posible
en las actividades que el niño debe de hacer con cada uno.
En el caso de que cada progenitor viva en una casa diferente la recomendación será la misma.
Cuanto antes se empiece a implantar unos hábitos de rutina irrompibles, antes el niño se
encontrará en un ambiente estable y seguro que hará que su mal comportamiento (en el caso de
que lo tenga) mejore.

12- Tener paciencia


La paciencia en estos casos por parte de los progenitores y de la familia es indispensable. El niño
se puede mostrar muy alterado y no tener por tanto el comportamiento habitual e incluso puede
llegar a desobedecer normas que antes acataba sin problemas.
Tanto el estrés, la negación o el estar continuamente esperando y preguntando por el progenitor
que se ha ido de la vivienda familiar, son junto con las nombradas anteriormente respuestas que
vuestro hijo puede dar a la situación incomprensible que está viviendo.
Por ello, gritarle o reñirle de forma continuada por todo lo que realiza puede alterarle aún más.
Lo recomendable sería tener más paciencia de la habitual e intentar entender que el también está
atravesando un mal momento.

13- No sustituyas tu presencia con regalos


Un error que se suele cometer con abundancia es colmar al niño con regalos en forma de amor y
sustitución a nuestra presencia. Como hemos mencionado anteriormente, en muchas ocasiones lo
hacemos porque nos sentimos culpables por “haberlo abandonado” y en otras lo único que
queremos es que el niño nos elija a nosotros en vez de a nuestra pareja.
Aunque hayamos fallado como pareja, no olvidemos que aún estamos cumpliendo el rol de
padres y de madres y que como tal, nuestro objetivo debe de ser ese y con creces. Por lo que si
realmente quieres a tu hijo sabrás que lo que necesita de ti no es que le compres juguetes sino
que pases tiempo con él eso es lo que realmente necesita de ti.

14- Evita usar a tu hijo como mensajero


Si hemos roto con nuestra pareja tenemos que aceptarlo e interiorizarlo. Es cierto que si se tiene
un hijo al principio puede ser muy doloroso ver a tu ex pareja cada vez que quieras estar con él.
Sin embargo, hay que tomarlo con endereza y no utilizar a tu hijo como un mensajero para
insultar a vuestra expareja o decirle lo mal que lo trata etc. Tenemos que intentar evitar las
típicas coletillas de: “Mamá dice que no le gusta que…” o “papá dice que eres…”.
Aunque sea pequeño el niño es capaz de entender lo que está ocurriendo, por ello si tenemos que
hablar algo con nuestra pareja o le queremos hacer saber que ha realizado alguna acción que nos
ha parecido incorrecta, debemos de hacérselo saber por nosotros mismos y no por otros medios.

15- Ajústate a los tiempos de visita


Una forma de evitar los conflictos con nuestra pareja, es ceñirnos al horario de visita y a las
horas que nos corresponden. Si tenemos una relación amistosa y siempre con su consentimiento,
podremos quedarnos con nuestro hijo durante más tiempo.

16- Dedícale tiempo a tu hijo


Dedicarle tiempo a tu hijo es una buena forma de afrontar el dolor de la separación. Este simple
gesto te ayudará a superarlo más rápidamente y tendrá beneficios muy positivos para él también,
ya que lo que más necesita en esos momentos es seguir sintiendo que aunque haya habido
pequeños cambios, puede seguir contando con sus dos padres.
Por ello, realizar actividades tanto deportivas como recreativas puede ser una de las mejores
terapias, siempre con uno o ambos progenitores en el caso de que la separación haya sido
amistosa.

17- No hagas que tu hijo tenga que elegir


Una situación muy traumática para un niño es tener que elegir entre su padre y su madre. Lo
normal es que la custodia finalmente la obtenga la madre, a no ser que esta no sea capaz de
cubrir las necesidades del menor adecuadamente.
Cuando este crece, si es cierto que puede elegir con quien quiere quedarse, ya que se considera
que entiende lo que ha ocurrido. Lo recomendable es evitar que el niño tenga que verse en esa
tesitura y llevar la situación con la mayor naturalidad posible, respetando el horario y
manteniendo el contacto frecuente entre ambos progenitores.

18- Crea seguridad


Tras la separación, el niño puede sentirse perdido en el seno familiar e incomprendido. Por ello,
la figura que se haya quedado con su custodia será la responsable de brindarle un entorno seguro
capaz de calmar su sensación de malestar e inseguridad.
Lo recomendable para conseguir que el niño se sienta seguro es tener marcadas unas pautas de
crianza y unas normas y reglas en los dos hogares en los que va a pasar la mayor parte del
tiempo, estas deben de mantenerse para darle la estabilidad que necesita.

19- Mantén una relación sociable y amigable con tu excónyuge


Que tu hijo presencie constantemente que estás discutiendo con tu expareja delante de él o en
cualquier lugar por cualquier cosa no es muy recomendable ni ayuda a ninguno.
Lo ideal para minimizar las posibles consecuencias negativas del divorcio en el menor y en
vosotros mismos, sería que intentarais mantener una relación medianamente cordial después de
la separación.
Para conseguirla tenéis que comenzar por eliminar las discusiones y poner de base en la relación
que como padres de vuestro hijo vais a tener a partir de ahora, el respeto mutuo y la buena
comunicación, entre otras.
20- No utilices a tu hijo como espía de tu expareja
Preguntarle a tu hijo sobre lo que ha hecho cuando ha estado con tu expareja puede entenderse
como normal, ya que tu obligación como padre y como madre es estar informado de las
actividades que desarrolla cuando está con el otro progenitor.
Por el contrario, preguntarle específicamente a tu hijo por las actividades que de forma
individual realiza tu expareja en su tiempo libre y con quién, no lo es. Tu hijo no tiene por qué
hacer de espía o de detective, este hecho lo único que traerá para la familia en general será
consecuencias negativas.

21- Desculpabilizar a tu hijo tras la separación


Tanto si se le ha ocultado el proceso de separación como si no, el niño se va a sentir culpable de
que sus padres ya no estén juntos.
Nuestro deber como familia y progenitores del menor, es explicarle lo sucedido de forma que
entienda que este tipo de cosas pueden ocurrir y que él no ha tenido nada que ver. Para ello,
tenemos que ser los primeros en tomarnos esta situación como normal y de aceptarla tal y como
es.

22- Sé afectuoso con tu hijo


Una de las mejores formas de que entienda que no ha sido culpable de la separación de sus
padres es el afecto. Tanto los familiares como los progenitores, deben de mostrarle su afecto con
el fin de evitar que se sienta mal o que incluso caiga en depresión.
Tenemos que puntualizar que comprarle regalos de forma excesiva no es una muestra de afecto y
de que esta acción solo traerá consigo consecuencias negativas para él. Lo ideal sería estar más
atentos de lo normal y mostrarle más lo que sentimos por el de una forma moderada.

23- Facilita el contacto con la familia del otro progenitor


Cuando los padres se separan tienden a intentar por todos los medios que el niño tenga contacto
con la familia del otro progenitor e incluso con el propio progenitor
Una vez más tenemos que hacer hincapié en que esto no es bueno para nadie y que la principal
víctima es el menor. Este tiene derecho a seguir teniendo una familia y a tener contacto con cada
uno de los miembros que la forman, por lo que tenemos que intentar evitar tener este tipo de
ideas y dejar que el niño disfrute también con la otra parte de la familia.
Si queremos ser buenos padres nuestro deber será que nuestro hijo esté feliz y para ello tenemos
que permitir que siga en contacto con los otros miembros de la familia y que disfrute de su
compañía.

Listas

Los hijos del divorcio pueden tener problemas para expresar necesidades o deseos. Una forma de
ayudarlos es creando listas. Por ejemplo, un niño puede desarrollar una lisra de lo que necesita
de su padre. Puede escribir que necesita que el padre le hable con respeto a la madre en su
presencia. También podría escribir que quiere que lo llame para desearle buenas noches. Otra
lista podría incluir los miedos. El niño podría escribir "tengo miedo de no ver más a mi padre",
"tengo miedo de que mi madre hable mal de mi padre" o "tengo la culpa del divorcio de mis
padres". Alentarlo a explicar metódicamente lo que necesita o teme podría ayudarlo a sentir
control. Las listas lo pueden ayudar a organizar sus pensamientos durante este tiempo caótico en
su vida.
Juego de roles

Los juegos de roles le dan la oportunidad al niño de actuar acorde a sus sentimientos y puede
ayudar a simular una conversación para aquellos que, de otra manera, les costaria mucho hablar.
Los niños necesitan que se los escuche y que sus sentimientos tengan valor. De acuerdo con un
artículo en Helpguide.com, "Podrías no ser capaz de solucionar sus problemas o cambiar su
tristeza, pero es importante que tomes conciencia de sus sentimientos". Al hacer juego de roles,
el niño se sentirá libre de actuar su enojo y ofrecerle al adulto la oportunidad de asegurarle de
que está bien que se sienta así. Por ejemplo, un niño podría sentirse capaz de gritarle a su madre
(interpretada por un consejero), y la persona que interpreta a su madre entenderá sus emociones,
repetirá lo que siente y le reasegurará que es entendible y razonable.

Arte

Los niños no siempre pueden explicar los sentimientos con palabras. El arte les permite mostrar
lo que sienten. Usan colores para expresar emociones. Los adultos pueden dar indicaciones como
"dibuja una imagen que muestre cómo te sientes hoy", "dibuja algo que te recuerde a mamá y
papá" o "dibuja lo que te está enojando". Un artículo de 2010 de la University of Missouri
publicado en Yourchildyourdivorce.com recomienda hacer preguntas sobre el dibujo luego. Un
consejero podría decir "noto que hay mucho rojo alrededor de tu padre. ¿Qué puedes decir sobre
esto?" o "¿Por qué crees que elegiste dibujar a tu madre tan pequeña y alejada?". Las preguntas
ayudarán a que comience a comunicarse.

Escribir un diario

Escribir en un diario puede ayudar a que el niño exprese de forma privada sus emociones. El
adulto lo puede alentarlo a hacerlo todos los días, y asegurar que estará a salvo y será un secreto.
El niño podría elegir escribirle directamente a alguno de sus padres en forma de carta, pero no
tiene que mostrárselo. Un diario es un lugar donde el niño puede decir cualquier cosa sin sentirse
juzgado, analizado o expuesto.

Emparejamiento emocional

Corta una serie de rostros con distintas expresiones de emoción. Tristeza, alegría, miedo, ira,
asco y sorpresa son ejemplos de las diferentes emociones a representar. Dispón los rostros sobre
la mesa. Escribe varias situaciones en una tarjeta y ponlas en un frasco. Agítalo bien y haz que
los niños saquen una tarjeta. Lee la situación y haz que tu niño escoja la fotografía que muestra
esa emoción.

Haciendo caras

Siéntate con tu hijo en la mesa de la cocina con una pila de tarjetas. Cada una debe tener una
emoción escrita en ella. Tú y el niño deben turnarse para sacar tarjetas y hacer una cara adecuada
a la emoción escrita. Anima a tu hijo para representar la emoción de manera diferente cada vez
que la saca, demostrando las diferentes expresiones faciales que podrían relacionarse con una
sola emoción. Para hacer el juego divertido, añade un comodín marcado como "ridículo",
permitiendo a la persona que eligió la tarjeta tratar de hacer la expresión más ridícula posible,
mientras que el otro jugador trata de no reír.

Relato de historias interactivo


Inventa historias con tu hijo. El padre comienza y saca una tarjeta con una emoción en ella.
Comienza a inventar una historia. La escena inventada debe representar un escenario que pondría
al personaje principal en el estado emocional indicado en la tarjeta. Al terminar, deja que el niño
saque una tarjeta y agregue algo a la historia, inventando una escena que se conecte con la
historia, pero integrando la emoción que el niño sacó. Sigan hasta que hayan terminado la
historia juntos. Puesto que no hay manera de determinar la emoción que se saca, esto puede crear
una historia que se asemeje a una montaña rusa emocional, con las emociones de los personajes
en constante cambio.

Bingo emocional

Dibuja cajas en una hoja de papel y corta imágenes de personas con distintas emociones de una
revista. Pega estas imágenes al azar en el papel. Escribe una lista de las emociones
correspondientes en pedazos de papel y colócalos en un frasco. Luego saca las emociones al azar
y léelas. Si un jugador tiene una foto de una de las emociones, pon la hoja de papel sobre esa
imagen. El primer jugador que complete una línea a lo largo, hacia arriba y abajo o en diagonal,
gana.

Un collage de sentimientos

Los collages le agregan un aspecto creativo a las actividades con sentimientos. Cada chico
comienza con una gran hoja de papel construcción o una cartulina como la base del collage. Los
chicos cortan imágenes de las revistas que estén relacionadas con emociones. Anímalos a
encontrar distintas emociones para mostrar el rango completo de sentimientos. Otra opción es
crear collages de clase. Utiliza un trozo de papel diferente para cada emoción. Escribe el nombre
del sentimiento en letras grandes en el medio de la hoja. Los niños podrán relacionar las
imágenes a los distintos sentimientos. Pueden pegar las imágenes en el papel adecuado
basándose en la emoción mostrada en la foto. Puedes colgar los collages en la habitación como
una referencia para los chicos.

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