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PRONUNCIAMIENTO

SINDICATO DE TRABAJADORES EN EDUCACION URBANA DE BUENA VISTA

Nos dirigimos en este momentos de crisis…, En pleno siglo XXI, donde nos enfrentamos a una
amenaza casi medieval, una pandemia global, un virus que atraviesa fronteras ajeno a cualquier idea
de límite territorial y, sin embargo, se nos impone un aislamiento casi total, en unidades familiares,
en los domicilios particulares, etc., informar no siempre es suficiente ya que, a veces, es necesario
utilizar herramientas, metodologías y estrategias propias de la educación para que la sociedad pueda
entender una situación como la que ha generado el nuevo coronavirus. Los educadores tenemos un
papel esencial para frenar esta pandemia: si ponemos nuestro conocimiento educativo al servicio de
la sociedad.
Las especiales características de esta emergencia, es Educar adaptándonos a la capacidad de
comprensión, pero también a la emoción. Las emociones pueden potenciar o frenar el aprendizaje en
determinados momentos. La situación generada por el COVID-19 es altamente emocional y va a
resultar difícil una propuesta educativa ya que esto manifiesta, miedo, ansiedad, estrés, incertidumbre,
inseguridad, incredulidad, desconfianza, negación, enfado, irritabilidad, desconexión (“no va
conmigo”), falta de solidaridad, responsabilidad, deseo de ayudar, la variedad de emociones en
situaciones de crisis puede ser muy amplia; sin embargo, la adaptación a la emoción es algo que
depende del educador (ya sea un docente o alguien de la familia). Si nos damos cuenta de cuál es la
emoción que está predominando, podremos establecer una conexión con el momento a través de ella.
Lo ideal sería que llegáramos a poder utilizar un enfoque educativo para ayudar a aliviar las
emociones negativas y llegar a aquellas emociones (de solidaridad, de esperanza, de confianza, de
amor y de unidad…) que nos permitan guiar a niños, niñas y adolescentes a obtener aprendizajes
valiosos de esta situación. Pero… ¿Se puede sacar algún valor educativo de esto? ¿Imposible? No,
no es imposible porque el profesor, docente o maestro como bien quieran llamarlo fue Educado para
eso, para enseñar teorías en aula y prácticas para la vida, apoyado por los valores fortalecidos en la
familia.
Educar con un valor añadido, las crisis ponen a prueba una capacidad muy importante de las personas,
los grupos y las sociedades: las crisis no son deseables, no son “buenas”, pero pueden llegar a
ayudarnos a aprender cosas que nos valdrán toda la vida y que nos ayudarán a afrontar otras crisis,
grandes o pequeñas, con una “caja de herramientas” bien preparada:
Aprender a prepararnos para imprevistos.
Aprender a planificar, a organizarnos y a priorizar.
Aprender a “prescindir”, a centrarnos en lo importante y en lo esencial.
Empatizar con las personas más vulnerables y entender mejor la situación de las personas que
se enfrentan a emergencias cada día en nuestro entorno y en el mundo.
Desarrollar nuestro sentido de la responsabilidad, de la colaboración, y, aunque suene raro,
aprender a “no ser una carga” y madurar.
Motivarnos a formar parte de la solución y no crear más problemas.
Estos aprendizajes no están en un currículo formal y son accesibles para las familias. La falta de
empatía y solidaridad por el otro, un alumno no podrá experimentar en matemáticas o historia en el
aula , pero en estos días se dará cuenta que útil es la matemáticas , para darnos la oportunidad de
aprender, que sumamos y multiplicamos el número de personas con contagio, y que vamos en
aumento el número que mueren por el virus y aumentamos familias con un corazón desgarrado por
la pérdida de un padre, una madre o la desaparición de un hijo quizás sin la oportunidad de darles una
adiós, que en la historia quedara gravada, en el libro de la vida, a partir de esta nueva experiencia,
es una historia desgarrante sobre esta terrible pandemia, una guerra contra un enemigo invisible ,
luchamos por cuidar nuestra vida y la de todos, estos conocimientos igualmente valiosos, que no
entran en exámenes , ni en evaluaciones numéricas, solo nuestra conciencia será capaz de
autoevaluarnos, por lo que hacemos o dejamos de hacer , interrogándonos ¿Qué estamos haciendo,por
aquel que está pidiendo a gritos poder vivir y seguir adelante?, porque quizás aquel es discriminado,
rechazado, abandonado y vulnerado por un derecho fundamental que es la vida.
Se han cerrado todos los establecimientos educativos…. Por esta pandemia, pero esto no significa
que la Educación no continua, más que nunca debemos estar al frente haciendo un esfuerzo, por
ayudar a comprender lo que es la solidaridad, la empatía y la responsabilidad de cada uno, en este
nuevo desafío por la vida. En un esfuerzo de todos, cuando decimos que el esfuerzo debe ser de todos,
nos referimos a: Las instituciones políticas, religiosas, militares, educativas, sociales, culturales etc.
Es de esta manera que el Sindicato de trabajadores en Educación Urbana de Buena Vista, se
adhiere, aplaude y se une al trabajo que viene realizando el C.O.E.M. (CENTRO DE
OPERACIONES DE EMERGENCIAS MUNICIPALES) , el Gobierno Municipal de Buena
Vista e Instituciones vivas, en nuestro Municipio , como en todos los Municipios del País; nos
sentimos agradecidos por el desprendimiento, la buena voluntad y la fidelidad, de nuestras
Autoridades hacia las personas que atraviesan estos momentos difíciles, hora de dejar de lado
toda clase de diferencias y trabajar, por la Salud y el bienestar de nuestro querido pueblo.
También nos dirigimos a todas aquellas personas que están pasando por este cruel tiempo, de
la Fatal Pandemia, que tengan fe por su pronta recuperación y téngalo por seguro que saldrán
de esto, con nuestro apoyo de solidaridad y el apoyo de todo un pueblo, también azotado por el
COVID, desde diferentes ámbitos, Dios nunca abandona a su hijo.
Convencidos como profesionales y buenos profesionales, que nuestra labor en la docencia es
innovadores y creativa, es el momento ideal para transmitir conocimientos relacionados con la salud,
los hábitos saludables, los microorganismos, el cuerpo humano, la geografía humana, las
enfermedades en la historia, las estadísticas de población… e infinidad de materias curriculares de
todos los niveles. Estos temas, en una situación “normal” podrían pasar desapercibidos o resultar
“aburridos” o provocar un “y esto para qué me sirve”. En las presentes circunstancias, muchos
alumnos tendrán verdadero interés y curiosidad por estos contenidos, lo que es algo que facilitará la
tarea a docentes y familias. ¿Y si de esta crisis sale una generación de científicos? Aprovechemos el
momento que estamos viviendo todos.
Las familias necesitan paciencia y esfuerzo extra que están haciendo allí donde se han suspendido las
clases es necesario, para prevenir esta pandemia. Las notas tienen un poco menos de importancia hoy,
un expediente brillante no deja de serlo por este tiempo de incertidumbre. Desde los hogares podemos
enseñar muchas cosas nuevas que, no por ser extracurriculares, son menos importantes, apoyemos a
nuestros hijos en las prácticas de valores en la familia y que esta cuarentena nos haga sentir el valor
de la unión y comunicación.
Los niños, niñas, adolescentes y nuestros mayores, son ciudadanos de pleno derecho los más
pequeños y ancianos son especialmente vulnerables, no nos descuidemos de ellos es ahora que
debemos estar unidos todos, siendo parte de la solución al problema, ayudando, apoyando y
practicando la ayuda mutua y la solidaridad con el ejemplo.
Este virus llego para quedarse y mientras no pongamos de nuestro esfuerzo no se ira, nosotros
tenemos el remedio, no permitamos que se quede, ayudemos a eliminarlo la vacuna, soy yo, eres tú y
somos todo, enfrentémoslo.
“CUIDEMOSNOS Y CUIDEMOS A LOS DEMAS, ES AMOR AL PROJIMO”
“ENSEÑANZAS DEL MAESTRO, QUE DIO SU VIDA POR SALVAR SU PUEBLO”
“Dios nos entregó a su hijo y murió por nuestra salvación”

Buenavista, junio del 2020

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