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SESIÓN DE

APRENDIZAJE 15
BIENVENIDOS
A NUESTRA
AULA VIRTUAL
Leucemia Aguda,
Leucemia Crónica

Docente: Luis Angel Julca Santty


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2. Mantén micrófono y cámara desactivados.
3. Para hacer preguntas usa el chat
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docente.
4. Al terminar la clase, todos los alumnos
deben salir de esta.
5. Se respetuoso en todo momento.

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puedas usar el tiempo designado para
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conducta se aplica para Cualquier falta a este.
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OBJETIVOS
DE LA SESIÓN
DE
Analizar, definir e
interpretar los diferentes
procesos de leucemia
aguda y crónica
APRENDIZAJE
Leucemias agudas Son cánceres de las células progenitoras hematopoyéticas. Por lo
general son de inicio repentino, con signos y síntomas relacionados con función de médula
ósea deprimida. Existen 2 tipos de leucemia aguda: LLA y LMA. La primera surge a menudo
en niños, en 3 de cada 4 casos de leucemia infantil. No obstante, alrededor de una tercera
parte de casos de LLA se detecta en adultos, y la mayor parte de decesos por la enfermedad
se presentan en los adultos (casi 4 de cada 5 pacientes).
Leucemia Mieloide Aguda (LMA)
La leucemia mieloide aguda, que también se conoce como leucemia aguda no linfocítica, es
una neoplasia de células mieloides que se produce por trasformación y proliferación clonal de
progenitores inmaduros que desplazan e inhiben el crecimiento de la hematopoyesis normal,
cuya acumulación progresiva conduce a la insuficiencia de la médula ósea y a la infiltración de
diversos órganos.
El origen de la LMA es en parte desconocida, pero hay factores identificados como
predisponentes. Estos factores son haber estado expuesto de forma accidental a radiaciones,
los supervivientes de bombas atómicas, la exposición a benceno o derivados, los fumadores
de cigarrillos, algunas etiologías víricas, la herencia y algunos fármacos (fenilbutazona,
cloranfenicol, hidroxiurea, etopósido y agentes alquilantes) se han asociado a
leucemogénesis.
Patología: La fisiopatología de la LMA es por transformación de una célula hematopoyética
mieloide en maligna y la consiguiente expansión clonal de células con supresión de la
hematopoyesis normal. En un 65% de las leucemias agudas (LA) se han identificado
inversiones o translocaciones cromosómicas adquiridas. Estas reorganizaciones estructurales
afectan la expresión genética y alteran el funcionamiento normal de la proliferación celular,
diferenciación y superviven
Características clínicas La LMA se manifiesta con signos y síntomas
relacionados con la ineficacia de la hematopoyesis (infección, hemorragia y
alteración de la capacidad del transporte de oxígeno). Los signos y síntomas
corrientes en las LA (ya sea mieloblástica o linfoblástica) son dolor óseo,
cansancio, fatiga, acortamiento de la respiración, mialgias y sangrado de encías.
Diagnóstico: El diagnóstico de la LMA comprende una valoración del estado
físico, los datos del hemograma, el aspirado de la médula ósea y la biopsia. El
examen de la morfología de la médula nos permite calcular el porcentaje de
blastos en el espacio medular y datos morfológicos que distinguen entre los
blastos linfoides y mieloides. Se hacen tinciones específicas, inmunofenotipos y
análisis citogenéticos para confirmar el diagnóstico.
El análisis citogenético nos permite examinar los cromosomas de las células
leucémicas para las anomalías genéticas. Las lesiones genéticas responsables
de la forma de crecimiento aberrante del clon leucémico incluyen pérdidas o
ganancias cromosómicas, dando lugar a un hiperdiploide o hipodiploide; las
translocaciones cromosómicas que llevan a la formación de genes de fusión
transformados o disrregulación de la expresión genética; y a la inactivación de la
función del gen supresor de tumores.
• M0. Leucemias agudas mieloblásticas indiferenciadas.
Su estirpe mieloide es irreconocible por morfología y
citoquímica convencional. Se precisa un estudio
inmunofenotípico (positividad para CD13, CD14 o CD33) o
peroxidasa ultraestructural para diagnosticarlas.
• M4 y M5. Leucemia aguda monoblástica/monocítica. En la M4 más del 20% de los
blastos presentan diferenciación granulocítica, y otro 20%, monocítica. La lisozima
sérica y la urinaria están elevadas. El subgrupo denominado M4 con eosinofilia
(M4Eo), en el que los precursores eosinófilos son muy prominentes y las células
presentan anomalías cariotípicas en el cromosoma 16, inv(16) o t(16;16), suele
asociarse a una buena respuesta al tratamiento. En la M5 el componente monocítico
supera el 80% de las células blásticas. Mientras que en el subtipo M5a la mayoría
son monoblastos inmaduros, en el M5b existen promonocitos y monocitos. La
lisozima suele estar muy elevada. Es frecuente la infiltración extramedular.
• M6. Leucemia aguda eritroide. Es una
leucemia infrecuente. Más de la mitad de las
células medulares son eritroblastos con gran
atipia y diseritropoyesis, fuertemente
positivos para la tinción de ácido peryódico
de Schiff (PAS)
Leucemia linfocítica aguda (LLA)
La LLA es una proliferación neoplásica clónica de células linfoides inmaduras del
sistema hematopoyético.
Características clínicas La presentación clínica de la LLA es similar a la LMA, pero
la infiltración en diferentes tejidos, la invasión del sistema nervioso central (SNC),
masa mediastínica o líquido pleural, y la implicación testicular son características de
la LLA. La LLA puede presentarse en el momento del diagnóstico con esplenomegalia
y linfadenopatía en la mitad de los pacientes.
El síntoma más común de LLA es la fatiga o debilidad (92%), seguida por el dolor
óseo o articular (80%), fi ebre (70%), pérdida de peso (66%) y masas anormales
(62%); a menudo, el paciente consulta por púrpura (51%), hemorragia (27%) o
infección (17%). Los signos más comunes son la esplenomegalia (86%),
adenomegalia (76%), hepatomegalia (74%) y dolor a la presión esternal (69%). Casi
todos los pacientes presentan palidez y los niños pequeños (lactantes) manifi estan
irritabilidad. Todos los datos clínicos son explicables por la disminución de la
hemoglobina y del hematócrito, y por la trombocitopenia y la neutropenia
acompañantes, además del aumento del porcentaje de blastos en la médula ósea,
sangre, bazo, hígado y ganglios. La LLA también puede afectar el sistema nervioso
central (SNC) al momento del diagnóstico (2%), los riñones, testículos y casi cualquier
órgano o sistema, por lo que en ocasiones el cuadro clínico suele ser confuso y
remedar otra entidad nosológica.
Diagnóstico: El diagnóstico de LLA requiere una valoración similar a la de la
LMA respecto al examen físico, pruebas de laboratorio, aspirado medular y
biopsia. En la LLA el inmunofenotipo es el principal medio de diagnóstico
debido a la falta de distinción citoquímica y morfológica.
El inmunofenotipo de los blastos leucémicos refleja la estirpe celular de la que
provienen y el nivel de su bloqueo madurativo. Basados en estos conceptos y
utilizando un panel de varios anticuerpos monoclonales, las leucemias agudas
linfoblásticas se clasifican en dos grandes grupos: las de estirpe B (que
suponen más del 80% de los casos) y las de estirpe T.
LEUCEMIAS CRÓNICAS
Leucemia mieloide crónica (LMC) Es un
síndrome mieloproliferativo crónico caracterizado
por una proliferación monoclonal mieloide que
involucra a la “stem cell”, lo cual significa que
además de una marcada leucocitosis en sangre
periférica a base de neutrófilos, eosinófilos y
basófilos, se ven afectadas otras líneas celulares
sanguíneas: megacariocitos, precursores de
hematíes e, incluso, linfocitos B y T. Fue la
primera neoplasia en la que se descubrió una
alteración cromosómica característica, el
cromosoma Philadelphia (Ph). Este cromosoma,
que aparece en un 85% de los pacientes, es
producto de una translocación adquirida entre los
cromosomas 9 y 22. El punto de ruptura en el
cromosoma 22 está en la región bcr (breakpoint
cluster region) y en el cromosoma 9 implica al
protooncogén abl. El resultado es un oncogén
bcr-abl.
Características clínicas
– Fase crónica. Tradicionalmente dura entre 3 y 5 años, pero con el interferón
se ha alargado. Un tercio de los pacientes no presenta ningún síntoma. El resto
de los pacientes presenta astenia, anorexia, sudores, fiebre y fundamentalmente
esplenomegalia.
– Fase acelerada. La presenta un 60-70% de los pacientes tras la fase crónica y
se caracteriza por una leucocitosis progresiva y resistente al tratamiento,
acompañada por fiebre, sudor nocturno y esplenomegalia progresiva. Esta fase
dura, habitualmente, varios meses.
– Crisis blástica. Puede aparecer con o sin fase acelerada previa y se
caracteriza por la presencia de síndrome anémico, infecciones, hemorragias,
malestar general, dolores óseos y esplenomegalia progresiva. La supervivencia
en esta fase es de 3 a 6 meses.
Manifestaciones clínicas Actualmente, en más de la mitad de los casos la LMC se
descubre accidentalmente al realizar un hemograma de control y detectar leucocitosis en
un individuo asintomático. En el resto, la enfermedad suele presentarse de forma
insidiosa, con un síndrome anémico progresivo o astenia, anorexia, sudación nocturna,
pérdida de peso y otros síntomas de hipermetabolismo. En ocasiones, el cuadro inicial
es una tumoración abdominal con sensación de saciedad precoz, plenitud posprandial o
dolor en el hipocondrio izquierdo, causadas por el aumento masivo del bazo. Los dolores
óseos generalizados, expresión de la proliferación leucémica, son frecuentes. El
aumento de la masa granulocítica en pacientes con leucocitosis intensa (mayor de 300 ×
109/l) puede dar lugar a fenómenos de leucostasis, con trastornos visuales, síntomas
neurológicos, pulmonares o priapismo. De igual modo, el acelerado catabolismo celular
ocasiona eventualmente cólicos renales o artritis gotosa, por depósito de ácido úrico. En
contraste con las leucemias agudas, los pacientes con LMC rara vez presentan
infecciones o hemorragias, aunque esto puede ocurrir en los que se diagnostican en CB
inicial. A diferencia de lo que ocurre en otras NMP, los pacientes con LMC no tienen un
mayor riesgo trombótico. Las características más relevantes en la exploración física son
la palidez cutaneomucosa y la existencia de esplenomegalia, habitualmente grande y
proporcional al grado de leucocitosis. El bazo suele ser firme y no doloroso. El hígado
también puede estar aumentado de tamaño. Por el contrario, son raras las adenopatías.
Los casos que cursan con leucocitosis extremas (leucostasis) muestran dilatación de las
venas retinianas y hemorragias con una típica área blanca central. Las fases de
aceleración o transformación blástica se suelen acompañar de síntomas de insuficiencia
medular (anemia y/o trombopenia), deterioro del estado general y aumento de la
esplenomegalia a pesar del tratamiento.
Sangre periférica
• Leucocitosis, con cifras de 50- 500 × 109/l (mediana en torno a 100 × 109/l), a
expensas de granulocitos de morfología normal, en todos los estadios de maduración
(no existe hiatus). En el frotis predominan los neutrófilos segmentados, los cayados y los
mielocitos, aunque también se observan abundantes metamielocitos, promielocitos y
algunos mieloblastos, estos últimos en porcentaje inferior al 10%.
• La basofilia absoluta es un hallazgo constante y típico de la LMC; también hay
eosinofilia absoluta y más raramente monocitosis.
• Inicialmente suele existir una leve anemia normocítica y normocrómica, que
posteriormente se agrava en relación con el grado de insuficiencia medular.
• La trombocitosis se observa en la mitad de los casos y suele desaparecer en
estadios avanzados de la enfermedad, ya sea por insuficiencia medular o por
hiperesplenismo.
Médula ósea
El aspirado medular es típicamente hipercelular, con una marcada hiperplasia
granulocítica a expensas, como en la sangre periférica, de mielocitos y de
elementos maduros, aunque están representados todos los estadios de
diferenciación. También se aprecia basofilia y eosinofilia. Los precursores
eritroides están proporcionalmente diminuidos (relación mielo-eritroide superior
a 20:1). Los megacariocitos están aumentados y suelen tener un tamaño más
pequeño del normal (megacariocitos enanos), con núcleos hipolobulados. El
número de blastos es usualmente inferior al 5% en la FC. En la biopsia ósea
puede observarse un cierto grado de fibrosis hasta en el 30% de los pacientes
en el momento del diagnóstico. No es rara la presencia de histiocitos azul
marino, o células seudo-Gaucher, como consecuencia del acúmulo de detritus
por la excesiva destrucción celular.
Otros datos
• La fosfatasa alcalina granulocítica (FAG) está típicamente disminuida o
ausente en más del 90% de los pacientes.
• La vitamina B12 sérica, la capacidad de fijación de la misma, el ácido úrico y la
lactatodeshidrogenasa (LDH) están elevados. Todo ello como expresión del
aumento del recambio celular.
Leucemia linfoide crónica (LLC) Es un síndrome linfoproliferativo crónico que
se caracteriza por la proliferación y acumulación de linfocitos B de aspecto
morfológico maduro y biológicamente inmaduros. Las manifestaciones clínicas
dependen de la acumulación progresiva de linfocitos B en la médula ósea,
ganglios linfáticos y otros tejidos, así como de las alteraciones inmunitarias
secundarias asociadas.
Fisiopatología e inmunofenotipo En la LLC, las células malignas son de
estirpe B con un grado de maduración intermedio entre los linfocitos pre-B y B
maduros, que poseen un aspecto morfológico muy semejante al de las células
maduras normales; menos del 10% pueden ser prolinfocitos. Los linfocitos
malignos presentan por lo general resistencia a la muerte celular programada o
apoptosis, por lo que su supervivencia en la circulación es muy larga. El
inmunofenotipo en la mayor parte de los casos de LLC permite diferenciarla de
otras enfermedades de células B maduras con la coexpresión de CD5 y CD23
en presencia de un bajo nivel de expresión de CD20 e inmunoglobulina de
superficie (sIg); la ausencia de CD23 es rara y se relaciona con un mal
pronóstico.
Datos de laboratorio
Hemograma
• Linfocitosis absoluta. La presencia de linfocitosis persistente es el dato biológico
más característico de la LLC (tabla II). La cifra de leucocitos es muy variable, y
por sí sola no constituye indicación de tratamiento. El 90% o más son linfocitos
maduros aparentemente normales, de pequeño tamaño, núcleo redondo o
levemente irregular con la cromatina condensada en grumos, y un citoplasma
escaso y basófilo (fig. 7). En el frotis de sangre periférica es típico encontrar
restos nucleares (sombras de Gümprecht), que se corresponden con células que
se han roto al preparar la extensión (smudge cells) y que, si son más del 30%,
constituyen un factor pronóstico favorable. Ocasionalmente pueden observarse
prolinfocitos (linfocitos más grandes con un nucléolo prominente) pero en un
porcentaje inferior al 55%. Los pacientes con LLC con prolinfocitos entre el 11%
y el 55% tienen un curso clínico más agresivo. En otras variantes como la LLC
atípica los linfocitos son de mayor tamaño, el núcleo es más irregular y la
cromatina está menos condensada, pero no presentan nucléolo.
• Se advierte una anemia normocítica y normocrómica de origen central en
estadios avanzados de la enfermedad. Si existe un componente
inmunohemolítico, la prueba de Coombs será positiva, y aparecerán esferocitos y
un aumento de reticulocitos.
• Trombocitopenia infiltrativa y/o inmune en estadios avanzados
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