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CONCEPTO
Enfermedad inflamatoria de las vías aéreas a la que se asocia intensa
hiperrespuesta bronquial frente a estímulos diversos. Si actúan conjuntamente,
ambos fenómenos ocasionan la obstrucción bronquial, cuya intensidad varía.
Características de la enfermedad: inflamación, obstrucción bronquial oscilante
y reversible e hiperrespuesta bronquial inespecífica.
FISIOPATOLOGIA
Se deben tener en cuenta los siguientes aspectos: inflamación bronquial,
alergia y atopia e hiperrespuesta bronquial.
Inflamación bronquial: En la inflamación intervienen células y
mediadores químicos.
o Células. La acumulación de eosinófilos (es un leucocito de tipo
granulocito pequeño derivado de la médula ósea, es uno de los
distintos tipos celulares que forma parte del sistema inmune) y sus
productos (proteína mayor básica, proteína catiónica, peroxidasa y
neurotoxina) es una de las características del asma. Esto es el
resultado de: a) aumento de la formación de eosinófilos en la
médula ósea; b) atracción hacia la mucosa bronquial desde los
vasos por citocinas, adhesinas y factores quimiotácticos, y c)
activación in situ para que liberen sus productos. Es posible que el
movimiento de eosinófilos esté regulado por linfocitos T presentes
en la mucosa respiratoria, los cuales elaboran las citocinas (IL-3,
IL-5, GM-CSF y eotaxina) que atraen, y activan la supervivencia
de los eosinófilos. Clasificamos los linfocitos T en tres grupos
denominados Th1, Th17 y Th2. Los Th1 y los Th17 están
involucrados en las enfermedades autoinmunitarias, mientras que
los Th2 lo están en las reacciones inmunológicas que participan en
la inflamación del asma, El aumento de la prevalencia del asma se
relaciona con una polarización excesiva hacia respuestas del tipo
Th2 en la población. La presencia de eosinófilos y mastocitos
activados en el epitelio y en la luz bronquial ocasiona el aumento
de las concentraciones de los productos elaborados por estas
células (histamina, prostaglandina D2 y leucotrienos).
Las células cebadas (tienen funciones efectoras en la respuesta
inmune innata y en la adaptativa, promoviendo la inflamación
alérgica, remodelación tisular y el daño a los tejidos
principalmente debido a su activación sostenida) poseen receptores
para las IgE y contienen numerosos gránulos que almacenan
sustancias preformadas que se liberan en las respuestas alérgicas.
o Mediadores químicos: Los eosinófilos y mastocitos, pueden liberar
sustancias químicas capaces de ocasionar edema y
broncoconstricción de la mucosa respiratoria; entre ellas destacan
la histamina, los eicosanoides (derivados del ácido araquidónico) y
el factor activador de las plaquetas (PAF). La histamina es
broncoconstrictora y aumenta en las secreciones bronquiales tras
una reacción alérgica. Los eicosanoides y el PAF se sintetizan a
partir de los fosfolípidos de las membranas celulares por la acción
de una enzima denominada fosfolipasa A2. Los eicosanoides
pueden seguir dos vías metabólicas: la de la COX y la de la
lipooxigenasa. Por medio de la primera se forman las
prostaglandinas, los tromboxanos y la prostaciclina. Entre las
prostaglandinas, la PGD2 y la PGF2a actúan como potentes
broncoconstrictores, mientras que la PGE2 ejerce una acción
broncodilatadora. Durante las reacciones alérgicas inmediatas se
encuentran cantidades elevadas de PGD2 en las secreciones
bronquiales, por ello esta prostaglandina es en parte responsable de
la obstrucción bronquial. A través de la lipooxigenasa se sintetizan
diferentes metabolitos según las enzimas que intervengan. Las tres
vías más importantes son la 5 y la 15, que participan en el asma
bronquial. Por la vía de la 5-lipooxigenasa se forman los
leucotrienos LTB4, LTC4, LTD4 y LTE4. Los tres últimos se
conocen como leucotrienos cisteinilos. El PAF es un
broncoconstrictor quimiotáctico de los eosinófilos, por lo que su
liberación, durante las reacciones alérgicas, puede ocasionar el
reclutamiento de estas células hacia el árbol bronquial
Alergia y atopia: La atopia es una condición hereditaria caracterizada
por una respuesta inmunológica excesiva, debida a la producción
elevada de IgE frente a sustancias del medio ambiente. El asma es una
enfermedad con una predisposición genética compleja en la que están
implicados diversos genes cuya interacción con los factores ambientales
se empieza a conocer. Los genes asociados con el asma están en su
mayoría localizados en el cromosoma 5 que regula muchas citocinas
implicadas en el asma como son la IL-4, la IL-5 y la IL-13. La
formación de la IgE por los linfocitos B está regulada por la IL-4 que es
sintetizada por los linfocitos Th2. La intervención de los mastocitos en
el asma bronquial se debe a la alta afinidad que tiene la IgE para fijarse
en su membrana. Cuando se produce la reacción antígeno-anticuerpo se
liberan los mediadores químicos anteriormente señalados, los cuales
causan cambios en la mucosa bronquial que son los responsables de la
obstrucción bronquial.
Alérgenos: Los antígenos o alérgenos capaces de desencadenar
reacciones de hipersensibilidad inmediata y tardía son sustancias
procedentes del medio ambiente: pólenes, ácaros del polvo de las casas,
hongos, sustancias dérmicas de origen animal y sustancias químicas de
origen industrial. La lista de alérgenos se amplía con numerosos
productos (antibióticos, enzimas, polvos vegetales) que, pueden
ocasionar asma por mecanismos alérgicos.
Hiperrespuesta bronquial: (respuesta anormal y exagerada de la vía
respiratoria y la mucosa bronquial responsable del origen de
broncoespasmo producido por la contracción del músculo liso presente
en la pared del bronquio ante estímulos) se define como la tendencia del
árbol bronquial a la respuesta broncoconstrictora excesiva frente a
estímulos que habitualmente sólo provocan una respuesta escasa o
incluso nula. La mayoría de los asmáticos son hiperreactivos, aunque
también hay individuos sanos que pueden presentar hiperrespuesta
bronquial y, sin embargo, no tienen síntomas asmáticos. La reactividad
bronquial se evalúa mediante estímulos químicos (metacolina,
histamina, monofosfato de adenosina), físicos (ejercicio,
hiperventilación) y modificadores de la osmolaridad (manitol) del
líquido periepitelial bronquial. El grado de hiperrespuesta al
monofosfato de adenosina se correlaciona mejor con la intensidad de la
inflamación que la observada con metacolina o histamina. La exposición
a los alérgenos puede incrementar la hiperrespuesta bronquial.
ANATOMIA PATOLOGICA
Las lesiones anatomopatológicas del asma son fragilidad del epitelio,
infiltración de este y de la submucosa por células inflamatorias,
engrosamiento de la membrana basal, hipertrofia e hiperplasia de la
musculatura lisa bronquial y de las glándulas de secreción mucosa. En los
pacientes con asma moderada o grave es habitual la presencia de numerosos
tapones de moco que ocluyen parcial o totalmente la luz de bronquios y
bronquíolos.
La fragilidad del epitelio se traduce por su tendencia a la descamación. El
infiltrado inflamatorio del asma destaca por estar constituido por numerosos
eosinófilos activados, el engrosamiento de la membrana basal se debe a un
aumento en el depósito de colágeno en la lámina reticularis de la membrana
basal.
Algunas alteraciones de las vías aéreas (engrosamiento de la membrana basal,
hipertrofia e hiperplasia del músculo liso bronquial) se consideran secundarias
a la reparación de las lesiones de la mucosa producidas por la respuesta
inflamatoria.
FORMAS CLINICAS DEL ASMA
el asma se clasifica en: intermitente, persistente y atípica
Asma intermitente
Cursa con episodios de disnea con sibilancias, de intensidad variable,
intercalados con períodos asintomáticos. Esta forma clínica predomina en la
infancia. Los episodios pueden estar relacionados con causas desencadenantes
alérgicas o no alérgicas (ejercicio, exposición a tóxicos ambientales,
infecciones víricas) o no mostrar relación con causas evidentes. El número de
episodios asmáticos es muy variable de un paciente a otro y en un mismo
individuo en diversas épocas. En ocasiones, las crisis sólo aparecen en
relación con hechos concretos. También es variable la intensidad de las crisis,
que pueden ser leves, percibidas como opresiones torácicas, o presentarse en
forma de ataques de gran intensidad. Cuando la crisis es intensa el paciente
experimenta sensación de dificultad respiratoria, sobre todo durante la
inspiración. El aumento del trabajo respiratorio es evidente al advertirse la
utilización de los músculos auxiliares de la ventilación, por lo cual el paciente
debe permanecer sentado. Asimismo, suelen auscultarse abundantes roncus y
sibilancias. En general, el asma intermitente tiene buen pronóstico, ya que en
muchos casos se observa mejoría de los síntomas a lo largo de los años o
persistencia de una situación estacionaria con síntomas leves. Es frecuente que
en los niños con asma intermitente los síntomas de la enfermedad mejoren, e
incluso desaparezcan, al llegar a la adolescencia.
Asma persistente
Se caracteriza por síntomas continuos en forma de tos, sibilancias y sensación
disneica oscilante y variable en su intensidad. Los síntomas suelen aumentar
por las noches, durante las primeras horas de la madrugada. El empleo de
fármacos broncodilatadores es obligado en estos pacientes, los cuales con
frecuencia presentan agudizaciones graves de su enfermedad. Esta forma de
presentación clínica suele observarse en los asmáticos que inician la
enfermedad en la edad adulta, en algunos casos se recoge en la historia clínica
la existencia de asma intermitente en la infancia que se cronifica. Algunos
pacientes refieren el antecedente de asma en la infancia que, tras desaparecer
al llegar a la adolescencia, se reinicia de nuevo en la edad adulta, pero esta vez
en forma de asma persistente. En ocasiones, algunos pacientes evolucionan a
la cronicidad tras un corto período de tiempo de síntomas intermitentes.
Muchos enfermos relacionan el inicio de su enfermedad con un episodio
catarral de aparente etiología vírica. La tos y la disnea del asma persistente
suelen sufrir oscilaciones que pueden guardar relación con alguna enfermedad
específica u ocurrir sin causa aparente. Es característico del asma persistente
que los síntomas empeoren durante las primeras horas de la madrugada. Si se
realiza un control continuado de la función ventilatoria, por ejemplo, mediante
la determinación del pico de flujo espiratorio (PEF), se observa que la
obstrucción bronquial sigue un ritmo circadiano y se acentúa por las mañanas.
Cuando la diferencia entre los valores del flujo máximo correspondientes a la
madrugada y al resto del día es pronunciada, se considera que el asma muestra
un patrón de caídas matutinas. Este tipo de oscilaciones se atribuye a la
amplificación exagerada de un fenómeno que ocurre en las personas sanas, ya
que en estas las resistencias bronquiales también oscilan, aunque de forma
menos acentuada que en los asmáticos. En algunos casos se puede observar en
las gráficas del PEF oscilaciones erráticas que incluso ocurren cuando el
paciente recibe tratamiento antiasmático adecuado. A este modelo de asma se
le denomina asma lábil. El asma persistente tiene peor pronóstico que el
intermitente, y el paciente con esta forma clínica rara vez llega a curarse y
suele requerir tratamiento y supervisión médica de por vida.
Asma atípica
En algunos asmáticos la enfermedad se presenta en forma de tos persistente,
disnea de esfuerzo u opresión torácica. El diagnóstico de asma atípica debe
considerarse sobre todo si la tos se acompaña de sibilancias y la exploración
de la función ventilatoria muestra una obstrucción bronquial reversible con un
broncodilatador. Una prueba terapéutica con broncodilatadores y
glucocorticoides inhalados ayuda a discernir si la tos del paciente es, o no, de
etiología asmática