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COMUNIDAD CATÓLICA “BODAS DE CANÁ”

Evangelización Matrimonial Carismática


COORDINACION NACIONAL

Seminario: LOS DONES Y CARISMAS DEL ESPÍRITU SANTO

TEMA 22: EL ARTE DE ACONSEJAR


(SEGUNDA PARTE)

OBJETIVO

Que los hermanos conozcan y analices las cualidades y características que


debe tener un consejero y así puedan determinar si pueden serlo o no .

IDEAS PRINCIPALES

1.- El Consejero
1.1 Los tres votos del Consejero
2.- El Aconsejado
3.- Comprender e Interpretar

DESARROLLO DEL TEMA

1.- EL CONSEJERO
Todo buen consejero requiere conocer la diná mica de su propia vida interior,
haber experimentado la fuerza de las transferencias, de las proyecciones, de
las represiones.
Que es lo que dice el Consejero y có mo lo dice, son condiciones indispensables
para los buenos resultados. Si se es humano y acogedor, o si se es taciturno y
seco, probablemente provocará resultados dispares. Ser introvertido o
extrovertido, haya vivido angustias y conflictos, etc., lo importante es que tenga
capacidad de establecer una relació n honda y cordial con las personas. Le
ayudará a tener una clara inteligencia, una personalidad abierta y sincera (sin
prejuicios ni ideas rígidas), que se autoaprecie de buen humor y con verdad. Ni
viva angustiado ni pretenda “hacer teatro”. Lo importante es el equilibrio, sin
contradicciones.
Para el Consejero Cristiano es indispensable que viva una espiritualidad só lida
y diná mica.
Su edad recomendable: No menos de 30 añ os, que haya pasado por las crisis
típicas de toda vida humana y tenga un buen caudal de experiencia,
distinguiéndolas claramente de las "experiencias”.
La experiencia está hecha de sagacidad, consecuencia de su perspicaz
observació n de la realidad, de su madurez interior.

1.1 Los tres Votos del Consejero.-


* GUARDARÉ el inviolable secreto de las confidencias.

* SERÉ SINCERO, no tendré miedo a ser justo, dando a cada uno lo suyo.

* SERÉ UN ARTISTA, antes que un científico del alma humana. La ciencia


es fría e impersonal. El arte es vibrante y da vida.

Los humanos (el Consejero y el Aconsejado), de acuerdo a nuestra cultura,


estamos influidos por creencias religiosas, por filosofías, por usos y
costumbres, del medio en que vivimos. Pero, antes de precipitarse a
"encasillar" un caso humano en pará metros filosó ficos, dogmá ticos o
científicos; la verdadera Consejería se apoya en la observació n de los
fenó menos objetivos y subjetivos del caso bajo estudio, y sobre todo, tiene en
cuenta los puntos de vista del Aconsejado. El Consejero no podrá participar
plenamente de las experiencias del Aconsejado, pero observará có mo las ideas,
prejuicios y emociones han influido e influyen en sus reacciones y palabras.
Reconó zcalo a tiempo.
El Consejero, ser humano normal, tiene también necesidades psicoló gicas: su
necesidad de atenció n y reconocimiento, siente temores e inseguridad frente a
las dificultades del problema. El Consejero neuró tico, por afá n exagerado de
aprobació n, exigirá mantener al Aconsejado bajo su dependencia, exigirá
palpar resultados inmediatos que justifiquen alabanzas y mostrará excesiva
cortesía para caer simpá tico, etc.
El Consejero también necesita amistad, aceptació n y amor, gozar del éxito de
su trabajo. Pero un excesivo interés por ello, sería neuró tico. Deberá estar
preparado a aceptar con humildad las posibilidades del fracaso.
El Consejero Cristiano, identificado con los principios y vivencias religiosas
de su fe, podrá orientar con madurez al Aconsejado en su compromiso de la fe
compartida. Má s que representar un papel, una funció n, la acció n del Consejero
será un compartir sereno y entusiasta su fe, como fruto del mensaje evangélico
que vive. (Mt 10,27).
En Síntesis, el buen Consejero:

1.-Se Autoaprecia .

2.-Es Empático (ver significado en Pag. Sgt.) por su cordial interés por el
Aconsejado.
3.-Será Competente, en los fundamentos y procedimientos teó ricos y
experimentales de los mecanismos psicoló gicos que se producen en los
conflictos humanos.

2.- EL ACONSEJADO
El éxito del Consejero está en percibir y satisfacer las necesidades del
Aconsejado. Las má s comunes: Orientació n y apoyo emocional en un momento
de crisis; descargar la angustia originada por frustraciones, odios y rencores;
comprensió n por un problema personal; aclarar cuestiones religiosas que
perturban su vida espiritual y/o social del Aconsejado; superar dudas y
desconciertos en la toma de una decisió n.
Primer paso en la tarea del Consejero, recibir la informació n que aporte del
Aconsejado:
El origen, causa y circunstancias de la situació n que motiva la consulta.
Normalmente espera soluciones. Es normal que su versió n no sea imparcial, ni
que su interpretació n sea justa y completa. Pero su sinceridad no será puesta en
duda.
Un recurso interesante y orientador : Pregunte al Aconsejado .. ¿Cuál es el
resultado que él espera de la consulta? Establecido este objetivo provisional
desde el principio, será má s fá cil llegar al éxito verdadero.
Es aconsejable ir directamente al asunto: El Aconsejado busca una cura efectiva
para su mal. Pero el Consejero buscará también que el Aconsejado desarrolle
plenamente su personalidad.

El Aconsejado buscará un defensor de su Ego frente a terceros " injustos y


malos”. El mejor pie para desarrollar una Consejería eficaz: Que el
Aconsejado se reconozca como origen y autor (¿ pecador ?) del conflicto que
no logra comprender. La actitud opuesta es má s difícil de manejar: Cuando la
causa y la solució n de " los problemas" los pone en manos de una tercera
persona.
Para comprender al Consultante el Consejero no se limite a recoger la versió n
del Aconsejado para dar claramente en el origen y la causa de sus
preocupaciones. Que el Aconsejado llegue a reconocer y aceptar que su
problema está enmarcado e inmerso en su vida toda, junto con el medio
ambiente donde vive, y que es la causa inicial de tanto sufrimiento. Es
importante llegar a este mutuo entendimiento entre el Consejero y Aconsejado.
El Aconsejado normalmente no es un enfermo ni un mero cliente que paga un
servicio profesional. Si acude al Consejero es por desavenencias conyugales,
por la pérdida de un ser querido o de una amistad, le angustia la idea de la
muerte, de la enfermedad, por sus problemas econó micos, por conflictos
familiares, por el vacío de su propia vida, por desorientació n religiosa y falta de
fe.
En muchos casos la dificultad no consiste en que no sabe qué tiene que
hacer, sino que no sabe cómo hacerlo. Conocer bien una situació n significa
saber manejarla. Que no espere que en una sola entrevista se produzca un
cambio radical si la situació n es compleja y antigua, ni un cambio en su
personalidad. En todo caso podrá ser el primer paso para una conversació n.

3.- COMPRENDER E INTERPRETAR


El Consejero evite sugerir sus primeras opiniones sin tener antes un cuadro
general del caso. No sea precipitado en sus conclusiones. Tampoco será fá cil
que el Aconsejado se las acepte, y para peor, si la conclusió n del Consejero es
errada. El desaliento dificultará la solució n y bajará la confianza en el
Consejero.
Las cuestiones meramente doctrinales, filosó ficas, políticas, nunca deberá n
discutirse en una consulta de Consejería.

El Aconsejado, luego de inculpar, ló gicamente, a otras personas y


circunstancias como responsables de su problema, se resistirá a asumir su
propia responsabilidad. Entonces, el Consejero deberá tomar nota de ello, y
pondrá mayor habilidad y precaució n cuando el Aconsejado oponga má s
dificultad a una correcció n objetiva.
Si la resistencia no brota de inmediato, surgirá la discrepancia respecto a los
objetivos entre el Consejero y el Aconsejado.
Estará n de acuerdo que el Aconsejado necesita de ayuda, pero es fá cil que éste
busque una solució n rá pida mediante arreglos parciales. El Consejero
responsable se orientará , no por hechos aislados, meros síntomas, sino
mediante el desarrollo profundo de la personalidad del Aconsejado, mediante
solució n y paz só lidas y verdaderas, que el Aconsejado fá cilmente resistirá y
censurará .
Punto bá sico de la Consejería es que el Aconsejado sea realmente
comprendido. Comprenderlo no significará necesariamente darle la razó n,
sino captar con verdad la situació n en que vive.
Para ello, deberá penetrar en propio interior del Aconsejado mediante la
empatía.

LA EMPATÍA.- (sentir dentro). Consiste en sentir mental y afectivamente los


pensamientos y sentimientos del Aconsejado. Es hacerse cargo de sus
circunstancias personales por lo que dice y manifiesta... tono de voz, lá grimas,
gestos de manos y pies, rostro etc. Es intentar "calzar los zapatos" del
Aconsejado y seguir sus propios pasos. Hacen difícil la empatía la diferencia
de culturas, las edades distintas, experiencias contrapuestas, idiomas
diferentes.
Por eso, para empatizar mejor, el Consejero deberá ampliar su cultura
mediante lecturas de obras histó ricas, teatrales, novelas, etc.

TRABAJO DE APLICACIÓN

REFLEXIÓN

1.- ¿Te interesaría ser Consejero Espiritual? ... de ser así ¿Está s dispuesto a
prepararte
y dar tu tiempo a los que requieran de tí ?

2.- En las Comunidades de Amor plantearse casos y traten de aplicar estos


conceptos.
Y llevarlos a la Asamblea para que al ser consultados se vea si está n bien
planteados.

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