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COLEGIO ANTONIO NARIÑO

HERMANOS CORAZONISTAS
Bogotá D.C.

PARA EDUCANDOS
EDUCADORES CORAZONISTAS Y
PADRES DE FAMILIA

CON OCASIÓN DE LA CELEBRACIÓN DEL


BICENTENARIO DE LA FUNDACIÓN DEL INSTITUTO DE
LOS HH. DEL SAGRADO CORAZÓN
1821 -2021
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EL SER CORAZONISTA
El corazonista es la Encarnación del Amor de Dios, de Jesús en su
persona, para ser como Él, obrar como El, y amar como Él.

El corazonista es Amor, es el amor…; amor humano, amor palpable,


sensible, real, viviente para con las gentes, para con nuestras
comunidades educativas en especial. Amor que es Caridad, la cual es
siempre paciente, servicial, no es envidiosa ni jactanciosa, no se ergrie, no
se irrita y se alegra con la verdad; caridad que nos hace amar a los demás
como a nosotros mismos, que jamás se deja vencer por el mal, antes bien
vence el mal con el bien; caridad que nos invita a acogernos mutuamente.
El corazonista todo lo excusa todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta
y la caridad no se le acaba nunca.

Se alegra con los que se alegran;


llora con los que lloran; jamás
devuelve a nadie mal por mal y
busca ante todo la paz; jamás
juzga a los demás y trata de tener
el mismo sentir con los demás.

El corazonista espera en el
Señor, es valiente, tiene ánimos
y siempre espera en el Señor. No
teme al futuro porque la
esperanza la tiene puesta en
Dios que todo lo puede.

Dios ha depositado en nosotros


los corazonistas, su confianza y
su esperanza en nuestra forma
de ser y de actuar;¡respondámosle con amor y generosidad!

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Toda nuestra existencia, la del corazonista, ha de dedicarse a la adoración,
a la alabanza y la acción de gracias; a vivir la fraternidad en el amor y en el
servicio a los demás; a fomentar la concordia, la felicidad, la mutua entrega
y colaboración, la esperanza, el optimismo y a saber siempre soñar en un
futuro mejor.

El corazonista es modelo de un saber


convivir a través de los más exquisitos
modales de cortesía, de atención, de
comprensión y de tolerancia; saluda
con alegría, con optimismo con una
mirada abierta y sincera , respetuosa,
con signos de credibilidad ante quien
dialoga, de confianza; el corazonista
engendra con su mirada futuro y
esperanza, ilusiones, engendra fe en
uno mismo y también en los demás; es capaz de añadir a sus espaldas la
carga de los demás y todo ello con la mayor naturalidad, sencillez y sin
ostentación.

Estamos llamados a encender la vida de nuestros semejantes y educandos


con el fuego del corazón de Jesús; estamos llamados a ser signos de la
presencia de Dios en este mundo.

El corazonista admira, contempla, respeta y desarrolla con el mayor acierto


y dignidad los frutos y dones de la creación; se esmera por proveer y llevar
a cabo los programas varios, que tratan de hacer realidad dicho cuidado y
promoción de nuestra naturaleza.

Según el Papa Francisco, el egoísmo nos ha hecho ser irresponsable ante


el cuidado de la tierra; la hemos saqueado, contaminado, poniendo en
peligro la misma vida.

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No habrá futuro para nosotros si vamos destruyendo el ambiente que nos
sostiene.

El corazonista trata de vivir lo más actualizado frente a las nuevas


tecnologías del conocimiento y de la comunicación; su eficiencia
dependerá del acertado o desacertado uso que de ellas sepamos hacer,
siendo sus dueños que no sus esclavos. Somos los agraciados de poder
estar viviendo una vida preciosa, maravillosa, alucinante por estar
disponiendo de unos recursos sin igual para promover al ser humano y a la
sociedad a lo más alto de la convivencia, al desarrollo de sus capacidades;
somos los agraciados de las nuevas tecnologías.

El corazonista trata y se educa para poder asumir con flexibilidad las


situaciones límites y sobreponerse a ellas; sabe adaptarse bien a las
adversidades, traumas, tragedias, amenazas, problemas familiares, de
relaciones personales, o incluso a ciertos problemas de la salud.

El corazonista en estados de preocupación, de desánimo, de confusión,


sabe acudir a sus amigos, a profesionales que le asistan y le ayuden a
superar la situación.

Trata de establecer las


mejores relaciones con
sus familiares y allegados
y sabe captar la ayuda y
el apoyo de las personas
que le quieren, lo mismo
que el pertenecer a
diferentes grupos, a
diferentes dinámicas, y
eventos creativos,
recreativos; mantener
sus sueños y esperanzas
en el presente y en su futuro.

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El corazonista sabe ofrecer la ayuda a quien la necesita y servir de
refuerzo, orientador y compañero. Según el Papa Francisco no pensemos
solo en nuestros intereses particulares, preparemos el mañana de todos,
sin descartar a ninguno; sin una visión de conjunto nadie tendrá futuro.

El corazonista trata de evitar ver los acontecimientos y crisis como


obstáculos insuperables y aunque no pueda evitarlos, si podrá cambiar la
manera de verlos y de interpretarlos; tiene fe que con los días las cosas
mejorarán.

El corazonista es consciente de que habrá acontecimientos que no


dependan de él; tratará con las mejores disposiciones dejarlas pasar e
incluso de no sufrir por ellas.

El corazonista se traza metas concretas y realistas, pone en práctica la


acción del día empezando por pequeñas cosas, pero siempre tratando de
dirigirse hacia el objetivo que se ha propuesto y quiere lograr.

El corazonista actúa de la mejor manera que puede ante las circunstancias


adversas que no las ignora, pero si las enfrenta y las transforma.

El corazonista trata de tener siempre la mejor visión positiva de sí mismo,


la confianza en su capacidad de resolver sus problemas; no agranda los
problemas o las situaciones y todo lo toma con calma y reflexión; cree que
todo sucede para bien. Nunca pierde
la esperanza, visualiza lo que quiere
y trata de no temer lo que viene. Sabe
involucrarse en alguna actividad que
disfrute, como el deporte, la música,
el senderismo, la lectura, el deporte,
etc, etc.; siempre encuentra algo que
apreciar cada día y es ordenado
también en el comer, en su higiene

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personal y en las horas necesarias para llevar a cabo un sueño sano,
reparador y reconstituyente.

Jesús nos lleva a romper las estructuras del egoísmo y a preocuparnos por
los dolores y las necesidades de los demás; a comprender que la vida es
mucho más que el dinero, que la fama, que lo material. A que la revolución
no se hiciera mediante el uso de las armas, de la fuerza, del chantaje, etc.,
sino con el perdón, la aceptación, la tolerancia, la mansedumbre.

Las posibilidades para la superación de los defectos y fallas solo tendrá


lugar cuando uno es capaz de reconocer su mal y deja de sentirse la
víctima; pasa a dominarse y a ser autor de sus actos y de sus días
venideros.

¡Cuánto mayor es la conciencia, mayor será la eficiencia! Aunque sea tarea


difícil, siempre es posible transformar la personalidad, mejorar el pasado y
dejar de ser un espectador pasivo de la vida. Hay que aprender a liderarse
así mismo, a ser dueño de uno mismo, y de la voluntad. La actitud de la
tolerancia debe sobreponerse a las de la discriminación, las de seguridad
a las del miedo, las de la paciencia a las de la impulsividad.

Jamás las recaídas deben producir desanimo, sino reflexión y motivación


para rectificar y poder volver a empezar.

Sera siempre necesario tener valor para superar los conflictos, encontrar
soluciones y llevar a la realidad nuestros sueños y proyectos

A los jóvenes se le ha perdido la capacidad de soñar y de cuestionar. Los


padres y profesores deben ser vendedores de sueños, frente a la actual
juventud. Cuidemos y tratemos de educar a nuestros jóvenes frente a esa
forma de pensar en la que el futuro poco les importa, les importa vivir el hoy
intensamente a todo placer. No tienen un gran objetivo por el cual luchar,
han perdido el encanto por la vida y se vienen drogando, se suicidan y viven
invadidos de trastornos psíquicos.

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La vida sin sueños es como un cielo sin estrellas.

Arrepentirse, pareciera ser una cosa sencilla, pero en realidad es una de


las empresas más importantes de la inteligencia humana. Los fuertes
reconocen sus errores, los débiles no los admiten; los fuertes admiten sus
limitaciones los débiles los disfrazan.

Los que no tiene valor para reevaluar sus vidas siempre serán sus víctimas
y no autores de su propia vida. Los débiles usan la fuerza, los fuertes usan
el diálogo.

La fama viene siendo la más grande estupidez intelectual de las sociedades


modernas, La fama produce infelicidad, se vuelve en una gran trampa
emocional y viene produciendo angustia, soledad, perdida de la privacidad
etc. La exaltación de la fama producida por los medios de comunicación ha
destruido los sueños más bellos.

El día que dejemos de admitir nuestra ignorancia, habremos muerto como


pensadores.

Si usted no es capaz de
comprender a las personas,
será imposible que las llegue
a amar. Cada ser humano es
un ser único, irremplazable y
no objeto desechable.
Cuidado que por lo general la
humanidad sigue sin saber
quiénes somos y para dónde
vamos.

En la vida practica; ¡Corazonista!: lo que usted debe evitar son las grandes
y bruscas oscilaciones, como las producidas por la impulsividad, el cambio
súbito del humor; quien es explosivo se vuelve insoportable; saca las

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debidas conclusiones personales… y aprende a ser dueño de ti mismo
sabiendo reconocer y respetar a los demás.

Los problemas nunca desaparecerán de nuestra existencia. Los problemas


existen para que lo sepamos solucionar y no para que nos perturben; con
frecuencia, pequeños problemas suelen ocasionarnos grandes impactos;
ante ello: calma, optimismo, reflexión y creer en uno mismo que si se puede
salir adelante.

Ser feliz no es tener una vida perfecta, si no saber extraer sabiduría de los
errores, alegría de los dolores, fuerza de las decepciones y valor de los
fracasos.

Jesús nos enseña a romper


paradigmas y conceptos
establecidos y a dar preferencia
a la sensibilidad. Prefería la
inteligencia a la fuerza y la
sabiduría al poder. Prefería el
amor, la paz, la sensibilidad, la
solidaridad, el perdón, la
capacidad de servir y la habilidad
de pensar antes que reaccionar
irracional e impulsivamente.

Un educador corazonista, al estilo de Jesús, debe ser un educador de


principios y pensador astuto y detallista; debe descontaminar las actitudes
orgullosas, para abrir las mentes a otras posibilidades que no tan solo a las
suyas, que las suele manifestar como absolutas.

Encarar los problemas y enfrentarlos no es fácil, pero es necesario. El


miedo a los problemas intensifica el dolor. Enfrentarlos es una actitud
inteligente.

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¿Qué hacer?; ¿desesperarse?; ¡No!: Aprovecha las oportunidades para
profundizar tus raíces; explorémonos dentro de nosotros mismos para
conocernos mejor, reconociendo fallas, disculpándonos, perdonándonos,
tolerándonos, quitándonos la viga de nuestros ojos antes que sacar el polvo
del ojo de los demás.

No temas a las turbulencias de la vida y agárrate a principios sólidos y


verdaderos que acabarás hallando cosas grandes.

Los problemas empiezan cuando grandes preocupaciones no la sabemos


controlar, ya que roban nuestra tranquilidad y nuestra normal capacidad de
decidir. No sabemos tener tiempo para las cosas importantes de nuestras
vidas y de nuestros seres queridos y después se producen las
incomprensiones, las inconformidades, las decepciones y los múltiples
problemas; la vida se convierte tan amarga que la persona no entiende
porque es infeliz, víctima de tensiones, impaciente y por qué le viene
apareciendo tantas enfermedades psicosomáticas.

El mayor de todos los precios es el saber reconocer nuestros propios


defectos, fallas, nuestros egoísmos, individualismos; aprender a amar
incondicionalmente, a no desistir de sí mismo ni de nadie, por más fallas
que se produjeran; jamás, jamás debemos perder la esperanza, ya que
siempre existe una solución a los problemas.

Si usted no se preocupa por cultivar unas raíces internas profundas, no


espere encontrar
manantiales de aguas
pacificas en días de
dificultad.

¡Señor educador tenga


presente que los

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alumnos que más problemas le traen hoy, pueden llegar a ser los que más
alegrías le den o puedan darle en el futuro; crea en ellos, cautíveles,
sensibilícenles; plante las semillas y espere que pasen los años; para todos
hay esperanza!

Sabemos que vivimos en una sociedad que ama los disfraces y que se vive
con máscaras permanentes; la persona mantiene las apariencias. De nada
vale disfrazar los comportamientos; no es la cantidad de errores que
determinan la grandeza de las personas, sino la capacidad de
reconocerlos; al reconocer los defectos y fallas, todo puede ser sanado y
solucionado. Se pueden aceptar las fallas y deficiencias de nuestros
educandos, pero no que les falte su transparencia, su sinceridad.

Los educadores autoritarios, violentos, impulsivos, insensibles, en vez de


conquistar a sus educandos los pierden y los destruyen; utilicemos más
bien la convicción, la sensibilidad, el respeto, la participación ordenada, la
creatividad, la razón y el diálogo armonioso y amistoso, en fin, hace falta el
saberse poner cada uno en su lugar y ayudarse mutuamente.

Todos necesitamos ayuda, orientación, consuelo, motivación ante las


diferentes situaciones de la vida, el expresar nuestros sentimientos, el ser
oídos y escuchados; necesitamos no avergonzarnos de nuestros
sentimientos, no ocultar los conflictos personales, no tener vergüenza en
buscar ayuda, a romper con nuestra soledad y a no considerarnos seres
intocables perfectos. El llanto compartido suele ser un gran agente y de
sanación y alivio.

El tener conciencia de nuestra existencia, del pensar, del sentir y llegar a


tener conciencia de nosotros mismos, es algo recomendable y positivo; lo
mismo que el sabernos formar personas libres.

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Hoy día, el corazonista
debe saber trabajar en
equipo, llegando a
solucionar las
desavenencias internas,
las envidias, los celos, la
prepotencia y la
necesidad de sentirse
más que los otros; hace
falta darse,
comprenderse, dejar que
los demás también
brillen, aprender a ponerse en el lugar del otro y ver el mundo por sus ojos.
Oír no es escuchar; oír es entregarse, es penetrar en lo secreto del corazón
del otro.

A veces, a ciertos educadores, el poder los seduce y los domina, por eso
ejercen la autoridad procurando controlar y dominar a sus alumnos; quieren
que el mundo gire entorno de ellos, jamás se imaginan servidores, cuando
de verdad los lideres, al estilo de Jesús deben disfrutar del privilegio del
saber servir, los grandes se ponen al servicio de los más pequeños. El
mayor es aquel que sirve, el mayor es aquel que ama. Las personas menos
importantes socialmente, deberían recibir una atención especial y
esmerada.

No tengas temor ni vergüenza frente a tus conflictos; la mejor forma de


administrar tus conflictos no es ocultándolos, pequeñas espinas pueden
provocar grandes infecciones; si queremos evitar problemas con nosotros
mismos o con los demás, tratemos de hablar con los que confiamos o ante
los que nos surge la problemática; tratemos de comprendernos y siempre
de perdonarnos y mejor de amarnos los unos por los otros. Recordemos
que no habrá noche sin tormentas, jornadas sin obstáculos y risas sin
lágrimas.

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Recordemos como principio general que el amor verdadero hace que la
persona nunca desista de la otra, por más que esta la decepcione. Trate
de ser transparente, abierto y franco con quienes usted ama; la falta de
dialogo hace que las pequeñas piedras se trasformen en pequeñas
montañas.

Nunca pidamos a los demás cuenta por los errores que cometieron, si a lo
largo queremos ser su ayuda y apoyo…; la mayoría de la gente elimina a
los que se les oponen…; Jesús murió por todos; jamás reprocha, humilla o
rechaza; ama, ama y perdona

¡Cuántas veces no logramos entender que las


personas están pidiendo
ayuda y comprensión con
sus comportamientos
desacertados!; en lugar de
entenderlos, acogerlos,
ayudarles, les tiramos
piedras. Estemos siempre
dispuestos a sembrar amor,
perdón, tolerancia, afecto, hospitalidad, comprensión y la capacidad de
darnos sin pedir nada a cambio, la capacidad de pensar antes de
reaccionar impulsivamente y sin razón; a tener y demostrar mucha
paciencia, comprensión y tolerancia.

Sabemos que, frente a nuestra realidad, una dosis suave de sentimiento


de culpa suele generar reflexión y buenas decisiones, pero una dosis alta
de la misma puede producirnos la auto destrucción. Cuando el mundo nos
abandona, la soledad es soportable, pero cuando nosotros nos
abandonamos, la soledad suele resultar insuperable. Ningún ser humano
piensa en poner fin a la vida cuando atenta contra ella; lo que el desea es
poner fin al sentimiento de culpa, a la soledad, a la ansiedad, a la depresión
que le agobia.

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No hay lagrimas que no puedan ser estancadas, heridas que no puedan
ser cerradas y culpa que no pueda ser superada. Los que superan sus
traumas se vuelven héroes y sabios de la vida. Entre los científicos, quienes
no desarrollan la habilidad de la observación, no tendrán la oportunidad
como pensadores. El observador va descubriendo poco a poco el secreto
del aprender, es decir de saberse vaciar de sus preconceptos y
paradigmas, a no temer lo nuevo ni a explorar lo desconocido, muchos no
llegan a sobresalir porque piensan y reaccionan siempre de la misma
manera, sus mentes están paralizadas. Es necesario aprender a pensar y
a comprender el leguaje de la razón y de la emoción.

Los alumnos hiperactivos poseen un pensamiento, sus mentes están


ocupadas con sus pensamientos propios, por eso son dispersos, no
piensas en las consecuencias de sus comportamientos, no recapacitan sus
errores…; suele ser difícil tener paciencia para con estos hiperactivos, pero
si su emoción fuera educada, pueden volverse personas brillantes.

Sepa confiar en las personas difíciles; ábranle su corazón, no desista de


ellas, aunque tenga motivos, un día se sorprenderá con los resultados; la
asistencia con carácter emocional, cautiva, hace reflexionar y enderezar lo
torcido; enseña a amar y a saber lo que es el amor. Desconfíe de las
personas que no reconocen sus debilidades, que no reconocen sus límites
y que reaccionan sin pensar. Pedro el apóstol, al reconocer sus
limitaciones, su espíritu se llenó de amor, amor que penetro en su alma y
lo transformó en hombre amable, gentil, dócil y tolerante, despojado de toda
envidia, maldad y falsedad; nos enseña a no pagar mal con mal ni injuria
con injuria, a saludarnos los unos con los otros con el ósculo del amor.

Debemos aprender, a reprender siempre con dulzura, y a mirar con los ojos
del corazón. Al estilo de los apóstoles nuestras vidas no brillarán por la
sabiduría o la elocuencia, si no por el amor verdadero a ser vivido y
compartido; por el amor que nos tengamos los unos con los otros es que
adquiriremos nuestra propia identidad y grandeza.

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Alertémonos por cuanto la ciencia no soluciona el vacío existencial y no
nos viene dando respuesta a los misterios de la vida: “quiénes somos – el
para donde vamos y cuál es el verdadero sentido de nuestra existencia.

El desarrollar la inteligencia espiritual no es señal de pequeñez, sino de


grandeza espiritual e intelectual. Gorbachov, el antiguo jefe ruso decía:
Dios creó el mundo y no quiso gobernarlo; pasó la tarea a los hombres que
lo quieren gobernar ellos solos sin contar con Dios…; ese hombre
comunista creía en Dios.

La inteligencia espiritual, independiente de una religión, es la búsqueda de


respuestas existenciales que la ciencia jamás responde. El desarrollo de la
inteligencia espiritual produce fraternidad, solidaridad, respeto por los
derechos humanos, la estabilidad de la emoción, el alivio de la ansiedad y
la expansión del arte de pensar. Buscar a Dios, desear conocerlo y amarlo
es una actitud muy inteligente y de inteligentes.

Tratemos de afirmar, alimentar siempre la esperanza, ya que el ser humano


podrá enfrentar millones de problemas y sobrevivir, pero no sobrevivirá si
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pierde la esperanza. Hemos de tratar de conseguir el placer de vivir a pesar
de las dificultades de la vida; vivir el verdadero amor que rompe los miedos;
miedo al mañana, a lo desconocido, a ser criticado, a no ser comprendido,
a empobrecer, a adquirir enfermedades, miedo a morir y a ser castigado
por Dios el corazonista se esmera por adquirir, alimentar y crecer en su
espiritualidad, siempre trascendente.

La ausencia del amor de Dios por la vida, por las personas, por el trabajo
produce ansiedad y egoísmo. El amor vence todos los trastornos
emocionales, supera todas las crisis familiares e individuales, el amor hace
rico a los miserables, el amor hace de la vida una hazaña, el amor cambia
el ángulo de visión de los problemas; hagamos de la vida un poema de
amor. Solamente el amor es capaz de acercar entre sí a personas de
cultura, religiones, personalidades, opiniones, razas y nacionalidades
distintas.

A veces tratamos de encontrar el verdadero amor en los lugares cerrados.


El amor está en saber ir rescatando el sentido de la vida, en sonreír ante
motivos para llorar, en pensar que la vida es maravillosa, a pesar de los
problemas, en mantener la esperanza ante reales decepciones etc…; el
amor es para ofrecerlo y para darlo sin discriminación. El amor nos hace
iguales a pesar de todas las diferencias y rompe la estructura del egoísmo.
El amor destruye el individualismo que no la individualidad, debemos
respetar y apreciar las diferencias; el amor nos hace comprendernos y nos
enseña a dialogar. Quien no ama no tiene sueños, no se pone en el lugar
de los otros y no sabe comprenderlos, no respeta las diferentes creencias
o diferencias. Lo admirable está en admirar las diferencias, el no exigir que
los otros sean iguales a nosotros y así admirarlos y respetarlos. El amor no
exige condiciones para amar, respeta el libre adveldrio y la libre decisión.

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El mundo está lleno de personas críticas, destructivas, dominantes,
egoístas; se suele exigir mucho porque amamos poco. La sociedad
necesita de personas que propaguen y que demuestren lo que es el amor.
El amor comprende, perdona, libera, tolera, anima, alienta, incentiva, cree,
espera; el amor trasforma en héroes y príncipes al ser humano.

Nos estamos convirtiendo en máquinas de trabajo y si sobra tiempo nos


ocupamos en algo de nuestra calidad de vida. Nos convertimos en esclavos
de nuestros propios pensamientos, vivimos para pensar, en lugar de pensar
para vivir; las personas resultan no ser libres, ni vivir en libertad, viven
encarceladas dentro de sí mismas por pensamientos negativos,
preocupaciones excesivas y miedos del mañana; no encuentran una razón
sólida para vivir.

Nada es tan fantástico como la vida y nada es tan efímero como la vida. La
gente vive estresada, triste bloqueada, la tecnología ha hecho quitar el
tiempo que deberíamos dedicar a las personas y a uno mismo; raramente
dedican tiempo a lo que aman o deben amar; el dialogo está muriendo y la
soledad nos ha invadido. Los padres ocultan de sus hijos sus emociones;

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los hijos ocultan de sus padres sus lágrimas. Tratemos de ayudar a la
humanidad en formar pensadores que lleguen a dominar y practicar
ejemplarmente la dimensión del amor.

EN RESUMEN, EL EDUCARDOR CORAZONISTA TRATA DE:

Instruir a la juventud e iniciarla en el conocimiento y en el amor de Dios.

Sabe compartir con los padres la misión de educar integralmente a sus


educandos.

Todo corazonista aspira a adquirir una formación integral de su persona y


al desarrollo gradual de todas sus dimensiones.

Potencia la autoestima, los valores de libertad, responsabilidad y el sentido


del deber.

Procura formarse con un pensamiento crítico, creativo y colaborador; con


respeto, comprensión y confianza en los demás.

Promueve la justicia, la paz y un auténtico compromiso social, evitando


cualquier discriminación, sea cultural, social, racial, política o religiosa.

Es generoso, sabe compartir, vivir en comunidad, hacer comunidad,


trabajar en comunidad, celebrar y ser feliz y gozar también en comunidad.

Impregnar el ambiente escolar de valores evangélicos, de fe, con


celebraciones litúrgicas, religiosas y en especial con amor y devoción al
Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de Maria.

Aprende en la escuela de Jesús la misericordia, la mansedumbre y el


perdón permanente; la escucha atenta, cogedora y la relación cercana.

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Asume con responsabilidad el trabajo educativo y formativo, procurando el
desarrollo de sus capacidades intelectuales a través de unas acertadas
técnicas del aprendizaje, de un orden establecido, constante y disciplinado.

Su educación se adapta a las necesidades de los tiempos, al entorno social


con audacia, prudencia, abierto a las nuevas propuestas educativas,
didácticas y pedagógicas. El corazonista es consciente de que es sujeto
responsable de su propia formación y mira siempre al bien común.

El auténtico corazonista se interesa y se entusiasma por conocer el origen


y el desarrollo de la Institución, de la vida, comportamientos y
acontecimientos de sus fundadores y trata de imitarlos; vibra ante todo
cuanto representa la Institución, la lleva en su corazón, goza con sus éxitos
y también le duele y lamenta cualquier infidelidad de sus miembros; ora
siempre porque se esté llevando con la mayor fidelidad el mandato de
instruir a la juventud y hacerla conocer el amor de Dios.

El corazonista se une a
la oración de San
Francisco de Asís y reza
todos los días por ese
hacer de nosotros
instrumentos de amor y
de paz; que donde haya
odio, pongamos el
amor; que donde haya
ofensa, pongamos el
perdón; que donde haya
discordia pongamos
unión; que donde haya
error pongamos la
verdad; que donde haya
duda, pongamos fe; que
donde haya angustia,
pongamos esperanza;

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que donde haya tinieblas pongamos la luz; que donde haya tristeza
pongamos alegría.
Recordemos en todo momento que, como corazonistas, debemos
concientizarnos de que hemos sido elegidos y seleccionados por Dios para
dar y ser testimonio de su Amor.
Corazonista primero con nosotros mismos, al tratar de bien identificarnos,
de querernos de cuidarnos, de apreciarnos, de creer en nuestras
facultades, del exigirnos una formación esmerada, competitiva y
actualizada, del exigirnos también una formación trascendente, que
deposita toda su fe, su confianza y su futuro en el Sagrado Corazón.
Seré corazonista al tratar de ser y obrar al estilo de Jesús, al ver a los
demás con la mirada del corazón, al estilo de Jesús y al saber ofrecer la
vida en pro de nuestros semejantes y en especial de nuestros educandos
también al estilo de Jesús.

EL CORAZONISTA

ES HIJO DE MARIA. AMA A MARIA. CONFIA EN MARIA, SE


CONSAGRA A MARIA Y LE PIDE QUE SEA FIEL, COMO ELLA PARA
CUMPLIR SIEMPRE LA VOLUNTAD DE DIOS Y SABER SERVIR Y
AMAR A SUS HERMANOS.

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