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Estudio de Marcos. Introducción y Capítulo 1.

Autor y fuentes: El testimonio más antiguo relaciona el nombre de Marcos


con este Evangelio. La declaración procede de Papías, obispo de Hierápolis
en Asia Menor, autor de Explicación de los Dichos del Señor (escrito entre
los años 110 y 130 d.C.).
Fecha, lugar e idioma de escritura: La idea tradicional de que Marcos se
redactó en Roma hacia el final de la guerra de los judíos, o poco después de
ella, sigue siendo el trasfondo más probable de este Evangelio (55-65 d. C.)
Es probable que su composición tuviera lugar en Roma, o quizás en
Antioquía de Siria, antes del año 70, fecha en que Jerusalén fue destruida. No
hay base cronológica que permita datarla con exactitud, de forma que
algunos historiadores la sitúan entre el 65 y el 70, es decir, en los años
siguientes a la persecución del 64, decretada por Nerón; otros, alrededor del
año 63, y otros la hacen retroceder hasta la década de los 50.
En principio, fue escrito para lectores residentes fuera de Palestina. Así lo
sugiere el hecho de que el autor añada la traducción griega de expresiones
cuyo original arameo incorpora al texto con la mayor fidelidad.
Propósito y público: Marcos no parece preocupado por cuestiones
biográficas. En términos generales los datos cronológicos consignados por el
evangelista no permiten establecer con precisión el orden en que se producen
los acontecimientos.
Lo que realmente importa al evangelista es atestiguar que a la pregunta sobre
quién es Jesús, la primitiva comunidad cristiana respondió con convicción:
Jesús es el Hijo de Dios.
Marcos debería leerse como una respuesta pastoral a tiempos de tensión. La
iglesia hubo de hacer frente a importantes crisis en la década de los años 60
—70. Los cristianos tuvieron que sobreponerse a la muerte de algunos de los
testigos presenciales, lo cual creó la necesidad de conservar y estabilizar las
tradiciones sobre Jesús.
Sabemos por Tácito (citado más adelante) que la iglesia de Roma se vio
sometida a una perversa y hostil campaña de desprestigio. Marcos también
compuso su Evangelio para animar a los cristianos que afrontaban
condiciones cada vez más difíciles y para recordarles el fundamento de su fe.
(Incendio y persecución de Nerón)
“A la hora de su muerte se recurrió además a burlas, de tal manera que,
cubiertos con pieles de alimañas, perecían desgarrados por los perros, o bien,
clavados a una cruz y, tras prendérseles fuego, eran quemados para ser
usados como antorchas de noche cuando se iba el día”.
Leer Marcos 1:1-13 de corrido
V.1 Marcos inmediatamente relaciona el Nuevo Testamento con el Antiguo.
Tan pronto como leemos «Principio del Evangelio, etc.», a renglón seguido
vemos (v. Mar_1:2): «Como está escrito en Isaías el profeta», pues nuestra fe
se apoya tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo. Hay una
conexión muy fuerte, y esa conexión es Jesús, el Mesías prometido
anteriormente que viene a salvar a la Humanidad.
V.2 y 3 Este es el único pasaje de Marcos en que el narrador nos dice que la
Escritura se está cumpliendo (en los demás es Jesús quien lo afirma). Abarca
una mezcla de textos como Éxodo 23:20, Malaquías 3:1 e Isaías 40:3.
 En Éxodo 23:20 encontramos la promesa de que Dios iba a mandar a su
mensajero delante de los israelitas en su tránsito a través del desierto
hasta Canaán.
 Isaías 40:3 habla de un segundo éxodo a través del desierto hasta la
liberación final preparada para el pueblo de Dios.
 Malaquías 3:1 advierte que Dios enviará un mensajero para preparar el
camino delante de él antes del día del juicio.
Utilizando una técnica común del judaísmo postbíblico, Marcos combina
estos textos que inicialmente no tenían nada que ver entre sí. La Toráh
(Éxodo), los profetas mayores (Isaías) y los menores (Malaquías) confirman
lo que él está a punto de decir.
En Marcos 1:2 se menciona a tres individuos: el que envía al mensajero, el
propio mensajero que preparará el camino y aquel cuyo camino va a ser
preparado (“tu camino”).
“Yo [Dios] estoy por enviar a mi mensajero [Juan/Elías] delante de ti [Jesús],
el cual preparará tu camino”.
En todo el relato de Marcos el camino se refiere al triunfal camino por el que
Jesús conducirá a su pueblo.
V. 4 Marcos no tiene interés en Juan sino como precursor de Jesús. No
consigna ninguna información sobre su origen, padres, excepcional
nacimiento, o acerca del contenido de su enseñanza ética.

V.5 Juan parece requerir que todo el pueblo se someta a su bautismo. Nadie
va a ser inmune en el juicio. Es una demanda asombrosa puesto que los
judíos creían que solo los prosélitos gentiles y aquellos que estaban
contaminados tenían que sumergirse para limpiarse de su impureza.
Llamar a todo Israel al bautismo implica que, en cierto modo, todo Israel está
corrompido.
V.6 Marcos describe completamente el ropero de Juan (pelo de camello y
cinturón de piel) y su dieta (langostas y miel silvestre). ¿Por qué nos da estos
detalles aparentemente menores?
Juan es un profeta del perfil de Elías (2R 1:8; ver Zac 13:4). La imagen
literaria de la vestimenta surge de la Escritura. Nos recuerda a Elías, y puede
explicar su enorme éxito. Probablemente, las multitudes creían que era Elías
que había reaparecido para un segundo ministerio, a fin de preparar al pueblo
para la inminente venida de Dios (Mal 4:5-6; véase Mr 9:11-13).
Estudio de Marcos. Capítulo 1.2

V. 7 y 8 ¿Qué predicaba Juan?


A. Predicaba para perdón de pecados, lo cual constituye el gran
privilegio del Evangelio.
B. Predicaba arrepentimiento, para obtener tal privilegio. Le decía a la
gente que es necesario renovar el corazón para poder reformar la vida.
C. Predicaba a Cristo (v. Mar 1:7), exhortaba a sus oyentes a esperar a
quien pronto aparecería después de él, y a esperar grandes cosas de Él.
En efecto,
a. predicaba que Cristo era tan superior a él, tan grande, tan
sublime, que Juan se tenía por incompetente para servir a Jesús
con el más bajo de los servicios: inclinarse para desatar la correa
de sus sandalias;
b. predicaba el gran poder de Cristo: «viene después de mí», en
cuanto hombre, en el tiempo, pero «es más poderoso que yo»,
porque «es antes de mí» (Jua_1:27, Jua_1:30), en cuanto Dios, en
la eternidad; y, además, tiene poder «para bautizar con el Espíritu
Santo» (v. Mar_1:8).
c. Aquí tenemos la gran promesa que Cristo hace a quienes se
arrepienten y tienen perdonados así sus pecados: serán bautizados
con el Espíritu Santo (v. Hch_1:5).
D. Finalmente, a quienes recibían su predicación y se sometían a sus
demandas Juan los bautizaba con agua, como lo hacían los judíos al
admitir prosélitos, en señal de que quedaban purificados de su
condición anterior por medio del arrepentimiento y de la reforma de
vida, y de que Dios les había purificado por medio del perdón de los
pecados y por medio de la santificación.
El más poderoso no es un guerrero invencible que derrota a sus enemigos por
medio de la espada; de hecho va a morir, inerme en una cruz.
El bautismo en el Espíritu Santo tiene lugar después de esta muerte o durante
su ministerio, cuando más que impartir el Espíritu a otros, se sirve de él para
sanar a los enfermos, enseñar con autoridad y echar fuera a los demonios.
V.9 Marcos no pierde el tiempo en datos biográficos de Jesús. Por
consiguiente, solo cuenta que Jesús procede de Nazaret, la única persona
mencionada que va a Juan desde Galilea.
Este Mesías, un hombre que procede del último rincón de Galilea, parece
indistinguible del resto de la multitud. No tiene ningún aura o halo especial.
Marcos tampoco nos dice la razón por la que Jesús fue a bautizarse ni
menciona protesta alguna de Juan por sentirse indigno de bautizarlo (Mt
3:14).
(1) La rasgadura de los cielos. Este fenómeno se produce en el llamamiento
de Ezequiel en el exilio: “Los cielos se abrieron y recibí visiones de Dios”
(Ez 1:1). Por regla general, es una señal de que Dios se dispone a hablar o a
actuar.
Lo que dice es que los cielos se rasgan (schizo), como si un rayo o un
relámpago desgarrara su tejido. Es una diferencia significativa. Lo que se
abre puede también cerrarse; sin embargo, lo que se desgarra no puede
volver fácilmente a su primer estado.
También es significativo que tanto Josué (Jos 3:7-17; 4:14-17) como Elías
(2R 2:8) y Eliseo (2:14) partieran el río Jordán como señal de su poder, y
Jesús, sin embargo, no divide el Jordán, sino algo mucho mayor, a saber, la
bóveda del cielo.
(2) El descenso del Espíritu. Se decía que el Mesías poseía el Espíritu de
Dios (Is 11:1-2; Is. 42:1-4), y el Espíritu viene revoloteando sobre Jesús
“como una paloma” (no significa que sea la forma que adopta
habitualmente).
La idea no es que el Espíritu sea como una paloma, sino su forma de
descender sobre Jesús. El poder del cielo que inaugura el reino de Dios no
desciende en picado como lo haría un águila o un halcón, sino callada y
suavemente como una paloma suspendida en el aire.
(3) La declaración de la voz del cielo. De los cielos abiertos resuena una
voz: “Tú eres mi Hijo amado; estoy muy complacido contigo”. Marcos relata
que solo Jesús vio los cielos rasgados, y es probable que la voz solo fuera
audible para Jesús ya que habla en segunda persona, “eres,” no en tercera,
“este es”.
En el Antiguo Testamento, Dios se deleita en Israel cuando es obediente. Lo
que las Escrituras le atribuyen a Israel, Marcos lo transfiere a Jesús.

La expresión “mi hijo” es un título para aludir a los reyes davídicos de Israel
(véase 2S 7:12-16). Uno puede interpretar la voz que resonó en el bautismo
de Jesús como el anuncio de Dios en el sentido de que Jesús ha sido escogido
para gobernar sobre su pueblo y que, como rey que es, asume el regio poder
que le corresponde.

¿Por qué se complace?


El texto no nos dice de qué modo es Jesús el Hijo de Dios o por qué,
exactamente, se complace Dios en él. ¿Qué es lo que ha hecho, excepto
acercarse obedientemente junto con otras muchas personas, para descender a
las aguas del bautismo de Juan?
Sin embargo, cuando se dice que Dios se “agrada” de Jesús o expresa su
“complacencia” se alude a su “inescrutable decreto”, aquello que de otro
modo es “inexplicable” la soberanía y misterio de la elección de Dios. El
anuncio refleja la divina elección de Jesús “para llevar a cabo una tarea
escatológica”.
V. 12-13 El descenso del Espíritu sobre Jesús no lo lleva a un estado de
tranquilidad interior, sino que lo introduce más hondamente en el
desolado desierto y en el terreno de Satanás y las fieras salvajes durante
cuarenta días, un número bíblico redondo.

“Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el


evangelio del reino de Dios, diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino
de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio.”
S. Marcos 1:14-15
La tarea del precursor termina con su arresto y el ministerio de Jesús debe
ahora comenzar. Juan sale de la escena, cumpliendo su misión, y ahora Jesús
es el protagonista.
Su ministerio, su labor, su trabajo ha comenzado. Jesús regresa triunfal a
Galilea de su combate en el desierto y anuncia gozosamente las buenas
nuevas de Dios.
El evangelio anuncia un acontecimiento, la venida del Nuevo Mundo de
Dios, que en este mismo momento irrumpe en el presente.
Cuando Jesús proclama el reino de Dios, está anunciando que está por
producirse la decisiva demostración de su poder ejecutivo sobre el mundo.
Dios interviene poderosamente en los asuntos humanos para llevar a cabo
sus propósitos inmutables.
Los oyentes de Jesús habrían estado familiarizados con la idea del reino de
Dios, y su anuncio habría despertado en su mente toda suerte de imágenes,
temas y esperanzas.
Daniel 2:44 “Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino
que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo;
desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para
siempre,”
Muchos habrían entendido que la venida del reino de Dios significaba que
Dios visitaba al pueblo para impartir gracia y juicio, solucionar los
problemas mundanales y derrotar al mal y a sus poderes maléficos,
desbancar a los gobernantes de este mundo, establecer el reino de Israel,
vencer el pecado, erradicar la enfermedad y vindicar a los justos.
El dominio de Dios se ha acercado tanto que Marcos cree que puede tocarse
en Jesús. El futuro creado por Dios se ha hecho accesible en el presente.
El propio anuncio de que alguien es rey contiene una implícita demanda de
sumisión. El anuncio por parte de Jesús, en el sentido de que Dios es rey,
contiene esta misma demanda absoluta.
El divino reino proclamado abiertamente por Jesús requiere, pues, una
inmediata decisión y compromiso humanos: arrepentimiento, sumisión al
reino de Dios y confianza de que se está produciendo lo increíble.
(Ver video de la unción).

APLICACIÓN
Marcos no está hablando de nosotros (qué nos puede suceder, o qué hemos
de hacer). Para el evangelista, el centro de atención es aquel que viene, más
poderoso que Juan, y que bautizará con el Espíritu Santo, a quien el cielo
anuncia y Satanás pone a prueba en el desierto.
Jesús es el Mesías largamente prometido, el Hijo de Dios, el portador del
Espíritu y vencedor sobre Satanás. El pasaje no tratade Juan, de la naturaleza
o del modo del bautismo, el encuentro con Dios o la lucha contra Satanás. En
este pasaje Marcos nos introduce a Jesús, el personaje central en todo lo que
sigue. Nuestra interpretación debe centrarse en él y en el sentido de su
venida.
Marcos nos enseña que Jesús no vino a perder el tiempo, sino a cumplir lo
que había sido prometido. Jesús estaba respondiendo las profecías y
promesas que Dios había hecho a su pueblo años atrás. Todo lo que hacía, y
o que hizo Juan antes que él, fue para preparar su camino a la cruz, y a la
resurrección.
No lo sabemos aún. Pero vean esta narrativa que los va acomodando dentro
del contexto del Antiguo Testamento. El verdadero ungido, Jesús Cristo, será
diferente. Es el rey ungido que tría su reino desde el cielo a la tierra.
Dios no jugaba ajedrez en el plan de salvación, sino que lo administraba al
ser dueño de la creación. Ejemplo de una empresa.
Entonces, sabemos que Marcos hasta el momento nos está describiendo a un
rey celestial, misterioso, ungido con el espíritu, sencillo, proveniente de un
lugar retirado, que anuncia una nueva época y reino, al cuál pueden venir
todas las personas que se arrepienten. Su camino fue anunciado por los
profetas del Antiguo Testamento, y preparado por el profeta del Nuevo
Testamento: Juan el Bautista. Ese rey triunfa sobre Satanás, y obedece a Dios
en el desierto, a diferencia de Adán que desobedeció en el paraíso.
Para seguirlo, solo es necesario creer, y abandonar tu vida pasada, para
entregársela y seguirlo. ¿Crees que Jesús es el ungido, Hijo de Dios?
Y entonces ¿Por qué el mal domina el mundo? ¿Por qué son perseguidos
los fieles de Dios? La solución era mirar las cosas desde la perspectiva más
amplia de la historia, pasada y futura, para verlas desde la óptica del invisible
reino divino.
¿Cómo predicar el evangelio?
Consta de: (1) la proclamación de la decisiva victoria de Dios en la lucha
contra las fuerzas del caos y la muerte; (2) el anuncio de la victoria por parte
de un testigo del combate y (3) la apropiada respuesta de quienes escuchan.

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