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¿Por qué se autolesionan las

personas? Nuevos
conocimientos sobre la
naturaleza y las funciones de las
autolesiones
Matthew K. Nock

Universidad de Harvard

RESUMEN

La autolesión no suicida (NSSI, por sus siglas en inglés) es un problema de conducta


prevalente pero desconcertante en el que las personas se dañan deliberadamente a sí
mismas sin intención letal. Las investigaciones revelan que las NSSI suelen iniciarse en
la adolescencia temprana; la mayoría de las veces implican cortarse o tallarse la piel; y
parecen prevalecer por igual en todos los sexos, etnias y niveles socioeconómicos. Se
sabe menos acerca de por qué las personas se involucran en NSSI. Este artículo
presenta un modelo teórico del desarrollo y mantenimiento de las NSSI. Más que un
síntoma de trastorno mental, las NSSI se conceptualizan como un comportamiento
perjudicial que puede servir para varias funciones intrapersonales (por ejemplo,
regulación del afecto) e interpersonales (por ejemplo, búsqueda de ayuda). El riesgo de
NSSI aumenta por factores generales que contribuyen a los problemas con la
regulación del afecto o la comunicación interpersonal (p. ej., abuso en la infancia) y por
factores específicos que influyen en la decisión de usar NSSI en lugar de algún otro
comportamiento para servir a estas funciones (p. ej., modelo social). Este modelo
sintetiza la investigación de varias áreas diferentes de la literatura y apunta hacia varias
líneas de investigación necesarias para seguir avanzando en la comprensión de por
qué las personas se hacen daño a sí mismas.

PALABRAS CLAVE: autolesión; autolesión; automutilación; suicidio; función; no suicida

Los seres humanos estamos dotados de un impulso de supervivencia, sin embargo, a


menudo hacemos cosas que impiden este impulso. El suicidio es el caso más extremo.
En casos menos extremos, la gente se autolesiona deliberadamente sin querer morir.
Desde hace miles de años se tienen noticias de este tipo de comportamiento, pero en
las últimas décadas parece haber aumentado de forma espectacular. Recientes
hallazgos de la ciencia psicológica han proporcionado nuevos conocimientos sobre la
naturaleza y las funciones de la autolesión no suicida (NSSI).

¿QUÉ ES LA INSSI?

Las NSSI consisten en la destrucción directa y deliberada del propio tejido corporal sin
intención de morir. Estas características la distinguen de las conductas cuyas
consecuencias nocivas no son intencionadas (por ejemplo, el cáncer de pulmón
provocado por el tabaco) y de las conductas suicidas, cuya prevalencia, correlatos,
curso y respuesta al tratamiento di eren. La modi cación corporal sancionada
culturalmente, como tatuarse o perforarse el cuerpo, no se clasi ca como NSSI.

Aproximadamente entre el 1 y el 4% de los adultos y entre el 13 y el 23% de los


adolescentes declaran haber sufrido NSSI en algún momento de su vida (Jacobson y
Gould, 2007). Las tasas más elevadas entre los adolescentes sugieren que, o bien la
tasa de NSSI está aumentando, o bien existen sesgos de información entre los adultos
que les llevan a negar su historia de NSSI, o ambas cosas. En la mayoría de los casos,
las NSSI consisten en cortarse con un cuchillo o una cuchilla de afeitar; suelen
comenzar en la adolescencia temprana; se dan en personas con una amplia variedad
de trastornos psiquiátricos (y en algunos casos en personas sin ningún trastorno); se
asocian con un mayor riesgo de intento de suicidio; y no parecen diferir en función del
sexo, el origen étnico o el nivel socioeconómico (Hilt, Nock, Lloyd-Richardson y
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Prinstein, 2008; Nock, Joiner, Gordon, Lloyd-Richardson y Prinstein, 2006). A pesar de
la prevalencia de las NSSI, poco se sabe acerca de por qué las personas se involucran
en este comportamiento.

¿POR QUÉ LA GENTE SE AUTOLESIONA?

Se han propuesto muchos modelos teóricos de las NSSI. Los teóricos psicodinámicos
sugieren que la NSSI se realiza como una forma de obtener control sobre los impulsos
de sexo o muerte. Las explicaciones populares invocan conceptos como la
manipulación de otras personas, la impulsividad y la baja autoestima. Los trabajos
empíricos sobre las NSSI se han dirigido a identi car los correlatos de este
comportamiento, siendo el abuso en la infancia y los trastornos psiquiátricos los que
aparecen de forma más consistente en la literatura. La fuerte relación entre los
trastornos psiquiátricos y las NSSI ha llevado a muchos a conceptualizar las NSSI
como un síntoma de un trastorno psiquiátrico. Sin embargo, esta perspectiva es
insatisfactoria dado que la NSSI ocurre en muchos trastornos y no es sintomática de
ningún trastorno en particular (Nock et al., 2006). Además, sugerir que las personas
practican NSSI porque es un síntoma de un trastorno proporciona poco poder
explicativo.

Este artículo presenta una explicación alternativa para el desarrollo y mantenimiento de


las NSSI. El modelo teórico propuesto integra hallazgos de varias áreas diferentes de
la literatura, explica por qué factores como el abuso en la infancia y los trastornos
psiquiátricos están asociados con la NSSI, y destaca nuevas preguntas y direcciones
para la investigación sobre este tema. Este modelo propone que (a) las NSSI funcionan
como un medio tanto para regular las propias experiencias emocionales/cognitivas
como para comunicarse con los demás o in uir en ellos, (b) el riesgo de NSSI aumenta
por la presencia de factores de riesgo distales (por ejemplo, abuso en la infancia) que
contribuyen a los problemas con la regulación del afecto y la comunicación
interpersonal, y (c) varios factores más específicos (por ejemplo, el modelado social)
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explican por qué algunas personas utilizan específicamente las NSSI para cumplir
estas funciones (véase la Fig. 1).

¿Cuáles son las funciones de las NSSI?

Un enfoque funcional asume que los comportamientos están determinados por sus
antecedentes y consecuentes inmediatos. Al centrarse en los determinantes locales,
este enfoque no puede dar cuenta de toda la gama de factores causales que influyen
en una conducta. No obstante, la investigación que utiliza una perspectiva funcional ha
conducido a avances significativos en la comprensión y el tratamiento de diversas
formas de psicopatología, como la depresión, la ansiedad, el consumo de sustancias y
los problemas de conducta infantil (p. ej., Hayes, Wilson, Gi ord, Follette y Strosahl,
1996).

Un enfoque funcional sugiere que la INSSI se mantiene mediante varios procesos de


refuerzo: refuerzo negativo intrapersonal (es decir, la INSSI disminuye o distrae de
pensamientos o sentimientos aversivos), refuerzo positivo intrapersonal (es decir, la
INSSI genera sentimientos o estímulos deseados), refuerzo positivo interpersonal (es
decir, la INSSI facilita la búsqueda de ayuda) o refuerzo negativo interpersonal (es
decir, la INSSI facilita la huida de situaciones sociales no deseadas). Varias líneas de
investigación aportan pruebas empíricas de cada uno de estos cuatro procesos. En
primer lugar, los estudios experimentales entre personas con discapacidades del
desarrollo han demostrado que aplicar y retirar estímulos deseados y aversivos
inmediatamente después del TSNI aumenta o disminuye este comportamiento en
patrones consistentes con el modelo funcional que he esbozado (por ejemplo, Iwata et
al., 1994). En segundo lugar, los estudios entre adolescentes y adultos con un
desarrollo típico han demostrado que los motivos citados por los autolesionistas para
su conducta se ajustan estrechamente (p. ej., en análisis factoriales confirmatorios) al
modelo de cuatro funciones (Nock y Prinstein, 2004) y que las cuatro funciones se
correlacionan de formas esperadas con otros constructos clínicos (véase Nock y
Prinstein, 2005). En tercer lugar, los estudios han apoyado hipótesis derivadas
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directamente de este modelo. Por ejemplo, los autolesionadores muestran
disminuciones en la excitación siológica tras la exposición imaginaria a NSSI (Haines,
Williams, Brain, & Wilson, 1995) y mejoras en las relaciones familiares tras la
participación en NSSI (Hilt, Nock, et al., 2008). Aunque estos estudios proporcionan
información sobre las funciones que cumple la NSSI, no abordan la cuestión etiológica
de por qué algunas personas experimentan la desregulación afectiva y social que sirve
de antecedente a la NSSI.

¿Qué factores aumentan el riesgo de NSSI?

El modelo propuesto sugiere que algunas personas desarrollan vulnerabilidades intra o


interpersonales que las predisponen a responder a eventos desa antes o estresantes
con desregulación afectiva o social, creando la necesidad de usar NSSI o algún otro
comportamiento extremo para modular su experiencia. Las pruebas preliminares de
tales vulnerabilidades proceden de estudios de laboratorio. Por ejemplo, en relación
con los no autolesionadores, los autolesionadores muestran una elevada excitación
siológica (conductancia de la piel) en respuesta a un estresor de laboratorio (Fig. 2), y
este efecto es especialmente pronunciado para aquellos que informan que se
involucran en NSSI en respuesta a una alta excitación aversiva (Nock y Mendes, 2008).
Los autolesionistas también optan por interrumpir o escapar de la tarea estresante
significativamente antes que los no autolesionistas (Nock y Mendes, 2008) e informan
de mayores esfuerzos para suprimir los pensamientos y sentimientos aversivos en su
vida cotidiana (Najmi, Wegner y Nock, 2007). La mayor parte de este trabajo se ha
centrado en los correlatos intrapersonales de las NSSI; sin embargo, se han revelado
pruebas de factores de vulnerabilidad interpersonal en estudios que muestran déficits
en la resolución de problemas sociales y en la comunicación entre los autolesionistas
(p. ej., Nock y Mendes, 2008).

Se cree que estos factores de vulnerabilidad están causados por factores de riesgo
más distales, como el maltrato infantil y la predisposición genética a una alta
reactividad emocional. Por ejemplo, el maltrato infantil se asocia con anomalías
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neurobiológicas posteriores caracterizadas por una menor actividad en el córtex frontal
y una mayor respuesta al estrés (por ejemplo, Kaufman y Charney, 2001). Dichas
anomalías representan una vía a través de la cual el abuso en la infancia puede
conducir a una mayor reactividad emocional y a una incapacidad para manejar dicha
respuesta, que luego se maneja (inadaptadamente) mediante el NSSI. Factores como
el maltrato en la infancia también pueden impedir que el niño en desarrollo aprenda
habilidades e caces de comunicación o de resolución de problemas sociales,
contribuyendo así a las vulnerabilidades interpersonales que he mencionado.

Por supuesto, estos factores de vulnerabilidad no son específicos de las NSSI y se ha


demostrado que aumentan el riesgo de varios trastornos psiquiátricos. Este modelo
sugiere que el TSNI está relacionado con los trastornos psiquiátricos porque
comparten estas vías etiológicas. De hecho, cuando se controlan estadísticamente
factores como la alta reactividad emocional o siológica, el abuso en la infancia
(Weierich & Nock, 2008) y los trastornos psiquiátricos (Nock, Wedig, Holmberg, &
Hooley, 2008) dejan de estar asociados con la NSSI. Si las NSSI y algunos trastornos
psiquiátricos comparten una vía etiológica y representan diferentes formas de
conducta que pueden cumplir la misma función, cabe preguntarse por qué algunas
personas eligen las NSSI en lugar de otra conducta patológica para regular sus
experiencias afectivas y sociales.

¿Por qué utilizar el TSNI para cumplir estas funciones?

Hay muchas formas no lesivas de regular las emociones (por ejemplo, el ejercicio, el
alcohol) o de comunicarse con los demás (por ejemplo, hablar, gesticular). Entonces,
¿por qué usar NSSI? A continuación presento varios procesos específicos propuestos
para aumentar la probabilidad de que una persona utilice las NSSI para cumplir estas
funciones. Cada uno de estos procesos hipotéticos tiene apoyo empírico preliminar y
representan algunas de las direcciones actuales más intrigantes para la investigación
de la NSSI.

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Hipótesis del aprendizaje social

La decisión de practicar NSSI está indudablemente in uenciada por la observación de


la conducta utilizada por otros. De hecho, la mayoría de los que se autolesionan dicen
haber aprendido primero sobre este comportamiento a través de amigos, familiares y
los medios de comunicación. Curiosamente, ha habido un fuerte aumento de las
referencias a la NSSI en películas, canciones, medios impresos e Internet durante la
última década (Whitlock, Purington y Gershkovich, 2009), lo que puede ayudar a
explicar el aparente aumento de este comportamiento durante el mismo período.

Hipótesis del autocastigo

El autocastigo o el autodesprecio también pueden motivar las NSSI, representando las


NSSI una forma de abuso autodirigido aprendido a través del abuso o la crítica
repetidos por parte de otros. Esto explicaría aún más cómo y por qué el abuso en la
infancia se asocia con este comportamiento. Investigaciones recientes apoyan esta
hipótesis, demostrando que la relación entre el abuso en la infancia y la NSSI está
mediada por la autocrítica en la adolescencia (Glassman, Weierich, Hooley, Deliberto, &
Nock, 2007). Además, muchos autolesionistas consideran que el autocastigo es el
principal motivador de las NSSI (Nock y Prinstein, 2004).

Hipótesis de señalización social

Las personas pueden escalar al uso de NSSI como medio de comunicación cuando
las estrategias menos intensas (por ejemplo, hablar, gritar) han fallado debido a la mala
calidad o claridad de la señal, o cuando tales estrategias no han producido el efecto
deseado debido a un entorno no receptivo o invalidante (Nock, 2008; Wedig y Nock,
2007). Además de proporcionar una señal más intensa, la NSSI puede ser
especialmente e caz como medio de comunicación e influencia social precisamente
porque es una conducta dañina y, por tanto, costosa (Hagen, Watson y Hammerstein,
2008; Nock, 2008). Como se ha demostrado en la investigación sobre la comunicación
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animal, es más probable que otros animales crean los comportamientos de
señalización que son costosos de realizar porque, de lo contrario, producirlos no
valdría la pena (Hauser, 1996). Trasladando este principio a los humanos, es más
probable que las conductas de alta intensidad o alto coste (por ejemplo, gestos
agresivos, NSSI) obtengan las respuestas deseadas de los demás que las conductas
de baja intensidad o bajo coste (por ejemplo, peticiones verbales).

Hipótesis pragmática

Quizás la explicación más parsimoniosa de por qué algunas personas eligen la NSSI
es que es un método relativamente rápido y fácilmente accesible para cumplir las
funciones propuestas. La NSSI se puede realizar rápidamente en prácticamente
cualquier contexto y no requiere el tiempo y los materiales que implican otras
conductas que pueden cumplir una función similar (p. ej., el consumo de alcohol o
drogas), lo que la convierte en una conducta atractiva para adolescentes y adultos
jóvenes que carecen del control ejecutivo para regular sus emociones y su conducta y
que pueden no tener fácil acceso al alcohol o a las drogas.

Hipótesis de la analgesia del dolor/opiáceos

También es importante tener en cuenta lo que impide que algunas personas con riesgo
de NSSI lleven a cabo este comportamiento: el dolor que implica el acto.
Curiosamente, los autolesionistas declaran sentir poco o ningún dolor durante las NSSI
y muestran analgesia del dolor en las pruebas de laboratorio de tolerancia al dolor. No
está claro si esta analgesia del dolor es un factor disposicional, quizás como resultado
de niveles elevados de endor nas en el cuerpo, si surge por habituación como
resultado de un abuso anterior, o si es un subproducto de la liberación de opiáceos
endógenos que resulta de la repetición de NSSI. La presencia de analgesia del dolor
ha sido reportada consistentemente a través de estudios de NSSI y representa una de
las direcciones más intrigantes para futuras investigaciones sobre este tema.

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Hipótesis de identi cación implícita

Una vez que se lleva a cabo la NSSI, algunas personas pueden llegar a identi carse
con ella y valorarla como un medio e caz para lograr una de las funciones descritas.
Esta identificación puede fomentar la selección de esta conducta por encima de otras,
manteniéndola así. Por ejemplo, cuando quiero regular mis emociones (p. ej., disminuir
la ansiedad), no fumo cigarrillos porque no soy fumador, sino que salgo a correr
porque me veo a mí mismo como un corredor -quizá porque esa conducta me ha
servido bien cuando he intentado regular mis emociones en el pasado-. De la misma
manera, algunas personas pueden seleccionar NSSI porque se identi can con este
comportamiento. En consonancia con este punto de vista, recientemente hemos
demostrado que los autolesionistas tienen una identificación implícita más fuerte con
la autolesión que los no autolesionistas, como muestra su rendimiento en el Test de
Asociación Implícita, un breve test informatizado de tiempo de reacción sobre las
asociaciones que la gente tiene sobre diferentes constructos (Fig. 3a; Nock y Banaji,
2007a). Curiosamente, surgió una identificación similar con la autolesión entre los que
tenían pensamientos suicidas, con una identificación especialmente fuerte entre los
que hacían intentos de suicidio (Fig. 3b; Nock y Banaji, 2007b). Todavía no está claro si
la identificación implícita con la autolesión influye en la decisión inicial de usar la
conducta o se desarrolla como resultado de la misma. Esto representa una pregunta
clave para futuras investigaciones.

ORIENTACIONES FUTURAS

La investigación reciente ha respondido a muchas de las preguntas básicas sobre la


NSSI, pero aún quedan muchas preguntas importantes y direcciones interesantes. En
primer lugar, las pruebas del aparente aumento de la conducta provienen en gran
medida de informes anecdóticos y estimaciones de pequeños estudios transversales.
Se necesitan estudios epidemiológicos y longitudinales para proporcionar
estimaciones más precisas de la tasa base, las tendencias y el curso a largo plazo de
la NSSI. En segundo lugar, la mayoría de las pruebas sobre la etiología de las NSSI
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proceden de estudios transversales o retrospectivos. La investigación de los factores
que in uyen en el desarrollo de las NSSI aumentará la comprensión de este
comportamiento y mejorará los esfuerzos de prevención. En tercer lugar, aunque está
surgiendo un consenso sobre las funciones de las NSSI, siguen sin conocerse los
mecanismos a través de los cuales las NSSI in uyen en los acontecimientos afectivos
y sociales. Por ejemplo, aunque está claro que la INSSI provoca una disminución del
afecto negativo, no está claro si esto ocurre a través de la liberación de endor nas, la
distracción de un pensamiento/sentimiento angustioso o algún otro proceso. En cuarto
lugar, la mayoría de los estudios se han basado en autoinformes retrospectivos de las
NSSI o en la manipulación experimental de procesos hipotéticos en el laboratorio. Se
necesitan urgentemente estudios que examinen los episodios de este comportamiento
en tiempo real, como los que utilizan dispositivos de monitorización ambulatoria. En
quinto lugar, aunque se ha propuesto que las NSSI y otras conductas potencialmente
dañinas cumplen funciones similares, pocos estudios han examinado cuidadosamente
su concurrencia, un paso necesario para probar esta conceptualización. En sexto
lugar, las pruebas iniciales sugieren que los factores familiares y culturales in uyen en
las NSSI, lo que ofrece una dirección importante para la investigación adicional. Por
último, actualmente no existen tratamientos basados en la evidencia para las NSSI.
Los esfuerzos para prevenir y tratar la NSSI pueden ser más e caces y eficientes con
la incorporación de los hallazgos recientes de la ciencia psicológica.

https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/20161092/

Nock M. K. (2009). Why do People Hurt Themselves? New Insights Into the Nature and
Functions of Self-Injury. Current directions in psychological science, 18(2), 78–83.
https://doi.org/10.1111/j.1467-8721.2009.01613.x

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