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Tema 5.

Investigación epidemiológica de los trastornos psicológicos

1. INTRODUCCIÓN
El interés sobre las distintitas formas de organización social influye en la salud el bienestar de las personas ha ocasionado
que los profesionales que utilizaban solo conceptos derivados del ejercicio profesional en el contexto del consultorio o en variables
intrapsíquicas se dirijan ahora hacia la influencia que tiene el medio ambiente social y cultural que rodea al individuo en la
determinación de los trastornos psicológicos.

Década los ochenta → enfoque conductual contribuía de una manera significativa (función metateórica) ya que áreas del
campo de la psicopatología infantil estaban influidas por algunos postulados filosóficos que sustenta el enfoque conductual
relacionados con la necesidad de centrar la atención principalmente en los procesos de aprendizaje más que en los conflictos
inconscientes, así como también en la verificación empírica de los planteamientos teóricos.

Influencia del enfoque conductual en el ámbito metodológico, a partir de su aparición los psicólogos se interesarán por
determinar las distintas formas en que se distribuyen los trastornos (en función del tiempo, de las personas y de los sectores
geográficos) y la identificación y explicación de la frecuencia con que aparecen los trastornos psicológicos → Surgimiento del campo
de la investigación epidemiológica en psicología. La epidemiología tradicional centraba su atención solo en la manera en que el
ambiente físico y biológico influye en los problemas de salud de una población.

2. EL ENFOQUE DE LA INVESTIGACIÓN EPIDEMIOLÓGICA


La epidemiología es el estudio de la distribución y los determinantes de los estados de bienestar en poblaciones, es posible
utilizar sus estrategias metodológicas en la psicología clínica y de la salud debido a que los aspectos técnicos de observación, registro
y recogida de información son idénticos.

Cannon; las situaciones estresantes tienen un efecto significativo en los estados de salud y bienestar de los individuos. → Surgió
una distinción entre enfermedades psicosomáticas y enfermedades físicas bajo el supuesto de que unas eran causadas en gran
medida por factores psicológicos y otras eran producto puramente de factores biológicos.

Se consideraba que algunas enfermedades eran causadas por ciertos trastornos psicológicos que repercutían en factores biológicos
y físicos que detonaban la enfermedad.

A principios de este siglo la separación entre enfermedades mentales y físicas se desvaneció, al reconocer que la mayoría de las
enfermedades llamadas comúnmente «psicosomáticas» son el resultado de una gran variedad de determinantes ambientales,
genéticos y psicosociales (Berkman y Kawachi, 2000).

La tendencia teórica actual para comprender la distribución de los trastornos psicológicos en poblaciones supone que se
distribuyen a lo largo de un continuo y no, como anteriormente se consideraba, de manera dicotómica, es decir con el trastorno y
sin él. Como consecuencia de esto, ahora se sostiene que pequeños cambios en la distribución de riesgo desembocan en grandes
diferencias en el estado de salud en la población (Rose, 1992).

La idea fundamental en esta aproximación es que el riesgo individual no puede considerarse de forma aislada del contexto
en que está inmersa la población a la que pertenece el individuo. La relevancia de este cambio radica en el interés de explicar los
factores etiológicos que producen las diferencias en las distribuciones más que en explicar por qué un individuo se ubica en uno de
los extremos de la distribución del trastorno en la población.

La adopción del enfoque basado en la población conduce no solamente a planteamientos teóricos diversos sino también a la
utilización de métodos de prevención muy diferentes. Incorporar el contexto social para explicar por qué algunas personas tienen
un determinado trastorno psicológico mientras que otros no conllevan la necesidad de explicar por qué la población de riesgo a la
que pertenece la persona con el trastorno adquiere esa distribución particular.

Esta visión se ha convertido en el pilar del estudio de los trastornos psicológicos, desde el inicio de los años ochenta la
orientación conductual, con el trabajo pionero de Yule, había propiciado que se trabajara en la descripción y explicación de la
manera en que se distribuyen en la población dichos trastornos. El impacto de este enfoque en el ámbito latinoamericano aún no
se ha consolidado, puesto que la tendencia se ha dirigido principalmente hacia la evaluación de los servicios de salud, más que a
determinar la forma en que se distribuyen los trastornos psicológicos.

RESUMEN → La incorporación del enfoque conductual en la evaluación epidemiológica de los trastornos psicológicos ha
traído como consecuencia que el interés se centre en la identificación de los factores de riesgo individual y ocasionalmente se dirija
la atención al examen de la influencia que tiene el contexto social en la determinación de la forma que adquiere la distribución de
los trastornos psicológicos en la población, así como a la manera en que se agrupan en patrones homogéneos y claramente
definidos.
La manera en que se conduce la investigación epidemiológica de orientación conductual para estudiar los trastornos
psicológicos propone hipótesis encaminadas a explicar, controlar y prevenir los trastornos psicológicos, sometiéndolas a prueba y
refutación con el único propósito de generar conocimiento preciso y útil.

2.1. Direcciones actuales de la investigación epidemiológica


En un estudio epidemiológico prospectivo en Taiwán, se evaluó si ciertos síntomas psiquiátricos predicen
significativamente la adicción a Internet en función del sexo de los adolescentes (Ko, Yen, Chen, Yeh y Yen, 2009). Se está
proponiendo que se incluya como una conducta adictiva obsesiva compulsiva en la DSM-5. Los resultados revelaron que
el TDAH y la hostilidad fueron los factores de riesgo principales para la aparición de la adicción a Internet entre los
adolescentes varones y mujeres.

Los estudios epidemiológicos también se han volcado en investigar la relación entre la psicopatología y la violencia
doméstica (Mourad, Levendosky, Bogat y Eye, 2008). En esta investigación se partió del modelo de diátesis-estrés, que se
basa en la suposición de que una vulnerabilidad genética o predisposición (diátesis) interactúa con el ambiente y con los
sucesos vitales (estresantes) para desencadenar trastornos psicológicos. En los últimos años este modelo se ha
reformulado bajo la forma de un modelo de estrés-vulnerabilidad-factores protectores. Cuanto mayor sea la vulnerabilidad
subyacente, menos estrés se necesita para desencadenar el trastorno y a la inversa. Los resultados de un estudio
fortalecieron la suposición de que el modelo de diátesis-estrés es apropiado para la comprensión de la etiología de los
síntomas de depresión, pero no los síntomas de ansiedad.

El suicidio entre los jóvenes se ha convertido en uno de los principales problema de salud pública en muchos
países de bajos y medianos ingresos. La investigación epidemiológica de este trastorno ha mostrado que la ideación suicida
es el más importante predictor de suicidio (Pillai, Andrews y Patel, 2009). Igualmente se ha encontrado que los intentos de
suicidio se relacionan, en las mujeres, con haber vivido episodios violentos, mientras que en los hombres están vinculados
a una historia de vida de abuso sexual (Olshen, McVeigh, Wunsch-Hitzig y Rickert, 2007).

Un estudio fue el realizado en la ciudad de Quebec, en el que se analizó el patrón seguido por las perturbaciones
del sueño en niños desde los cinco meses y hasta los seis años de edad relacionándolas con ciertos trastornos tales como
temperamento y ansiedad en el niño, así como los niveles de síntomas depresivos de las madres (Simard, Nielsen, Tremblay,
Boivin y Montplaisir, 2008). Los resultados mostraron que niños con temperamento difícil presentan problemas de sueño,
así como también la estrecha relación que existe entre el comportamiento de los padres y los problemas de sueño de sus
hijos.

Las poblaciones en las que se han llevado a cabo estudios epidemiológicos también han sido muy variadas; se han
realizado con pacientes con retardo mental, entre diferentes, así como también se ha analizado la relación que tienen los
patrones de adicción con diferentes trastornos psicológicos. La característica común en todos estos estudios es que son un
intento de conocer la forma en que se distribuyen los trastornos psicológicos tomando muestras de poblaciones muy
variadas.

La investigación epidemiológica concentra su atención en dos grandes áreas:

1. El estudio de las distribuciones de los trastornos → El análisis de los datos de la población se basa principalmente en determinar
si la distribución de un trastorno particular varía como consecuencia del lugar geográfico en el que se presenta, si a lo largo de
los años ha disminuido o aumentado y si las personas que sufren el trastorno poseen características diferentes de las que no
lo padecen.

2. La búsqueda de los determinantes de las distribuciones encontradas → Finalidad la interpretación de las distribuciones, en
términos de los posibles factores causales.

Aunque las fuentes de información sobre los trastornos psicológicos en el ámbito de las instituciones de asistencia
social son muy escasas, esta falta de información puede subsanarse en el momento en que los profesionales de la salud
presten mayor atención a la obtención de datos siguiendo las recomendaciones metodológicas emanadas de la
investigación epidemiológica.

2.2. Fundamentos generales de la investigación epidemiológica


- Es un Método científico mediante el cual es posible obtener una estimación de las variaciones paramétricas o del
efecto que tiene una determinada intervención sobre un trastorno psicológico.
- La orientación conductual persigue realizar un análisis objetivo de los repertorios relevantes de los sujetos que
constituyen una población, así como también de las variables orgánicas y ambientales que controlan y mantienen tales
repertorios.

- Los instrumentos de medición parten de la selección de un conjunto de categorías conductuales claramente definidas,
y en algunas ocasiones, sólo para fines de identificación, las categorías se engloban en términos genéricos.

- En la construcción de los instrumentos de evaluación epidemiológicos se mide un conjunto de categorías conductuales


y posteriormente, para fines de clasificación, se puede optar por usar términos genéricos, que se toman como
habilidades o clases de respuesta que comparten una determinada funcionalidad.
Es requisito que los términos genéricos se operacionalicen a través de una serie de conductas observables que
establecen relaciones formales, las cuales mantienen un vínculo directo entre los datos y aspectos empíricos.

- La aproximación de los rasgos parte de la identificación de un constructo hipotético y posteriormente se derivan sus
indicadores, que por lo regular son conductas que los sujetos realizan, mientras que en la orientación conductual se
identifican las conductas de interés que se evalúan en los distintos momentos de observación.

IMPORTANTE → La investigación epidemiológica de los trastornos psicológicos se dirige principalmente a la


obtención de información relacionada con la naturaleza específica de los trastornos psicológicos, la duración de esas
conductas, la naturaleza de los eventos que las preceden, la situación en la que ocurren, la manera en que los otros
responden a los trastornos psicológicos y los intentos previos que se han realizado para controlarlos. Adicionalmente, en
la investigación también se explora la historia que ha seguido el desarrollo psicológico del individuo, su desempeño escolar
y la forma en que se relaciona tanto con sus padres como con sus compañeros o amigos.

- La identificación es un proceso de observación mediante el cual se intenta ubicar lo observado dentro de una clase;
los criterios de ubicación se abordarán en una sección posterior de este mismo trabajo.
Dicho proceso de identificación ha dependido de la existencia de una serie definida de clases, esto es, de una
taxonomía. Las taxonomías más simples son binarias (con el trastorno o sin él) o esquemas monodimensionales
politómicos (profundo, moderado y débil) y en ocasiones multiaxiales.

No existen taxonomías universales que valgan para cualquier campo, ya que su valor lo adquieren de la utilidad
que tengan en relación con un objetivo definido. No tienen por qué ser validadas; lo fundamental es determinar en
qué medida las definiciones de las clases son lo suficientemente precisas como para permitir la coherencia de la
clasificación.

3. FORMAS DE DISEÑAR INVESTIGACIONES EPIDEMIOLÓGICAS


Debido a la dificultad de realizar estudios en poblaciones humanas conforme al método experimental, la investigación
epidemiológica diseña sus estudios de acuerdo con la forma en que se presentan los trastornos psicológicos en la naturaleza.

El método que mayores posibilidades de aplicación tiene en el estudio de trastornos psicológicos en poblaciones es el
observacional.

3.1. Dimensión temporal


Los datos pueden recogerse a partir de trastornos psicológicos que ya ocurrieron (estudio retrospectivo – pasado) o que
están ocurriendo (estudio prospectivo – hechos que todavía no han pasado).

En los estudios prospectivos el investigador tiene la facultad de controlar los métodos para recoger la información con el
fin de adecuarlos a los propósitos de la investigación, mientras que, en los estudios retrospectivos, debido a que se
interesan por trastornos psicológicos que ya ocurrieron, los datos existentes pudieron haber sido reunidos para un fin
totalmente distinto.

3.2. Dimensión de magnitud


Primera clase – estudios longitudinales (investigaciones epidemiológicas de acontecimientos) - comprende todos aquellos
estudios de la población en los que se observa un segmento del continuo del trastorno psicológico constituido por tres o
más puntos de observación.
Proporcionan información de naturaleza:
• descriptiva - identificar la forma en que se desarrollan los trastornos psicológicos dentro de una
población sobre la base de la secuencia que siguen los cambios.

• explicativa - identificar los mecanismos y las causas que producen los cambios observados en los
trastornos psicológicos.

Objetivo fundamental - observar el comportamiento del trastorno psicológico a través del tiempo.

Encaminadas más a la identificación de los cambios de estado en una población entre dos o más ocasiones de
evaluación que a la detección de los casos.

Se expresa en términos de una simple proporción llamada prevalencia.

Segunda clase – estudios transversales (estudios epidemiológicos de estado) - se incluyen los estudios en los cuales se hace
un corte y sólo se observa un punto del continuo del trastorno psicológico.

Encaminada principalmente a la detección de casos en la población bajo estudio.

La medida más frecuentemente utilizada es la tasa de cambio o incidencia.

3.3. Combinación de dimensiones →

4. TIPOS DE COMPARACIONES EN LA INVESTIGACIÓN EPIDEMIOLÓGICA


4.1. Estudios de prevalencia

El hecho de no tener un grupo de comparación y además de no evaluar el desarrollo del trastorno de interés afecta
a la interpretación de los resultados obtenidos, puesto que los sujetos estudiados pueden no ser representativos de todos
los casos de la población.

➔ Por ejemplo, la depresión; ésta se manifiesta cíclicamente, es decir, períodos de depresión se ven acompañados por
períodos de euforia. De esta manera, al realizar un estudio de prevalencia de la conducta depresiva en una población,
se debe tomar en consideración la duración promedio de los períodos depresivos en la muestra estudiada, puesto
que, cuanto más cortos sean los periodos depresivos de los sujetos en la población, menor será la posibilidad de
detectar a las personas que padezcan ese trastorno.

Es lógico entonces, que los trastornos psicológicos de larga duración o de presencia constante sean los más
idóneos para ser investigados mediante estudios de prevalencia.
➔ familias con un niño autista. Ser autista tiene un período de existencia largo; además, la población de familias que tienen
un niño autista se mantiene constante durante un tiempo dilatado.

Los datos obtenidos por medio de estas evaluaciones epidemiológicas pueden usarse como un primer paso de un
estudio longitudinal e ir rastreando el trastorno en puntos sucesivos del tiempo.

4.2. Estudios de casos y testigos

Las hipótesis que rigen la mayoría de los estudios de casos y testigos son de tipo asociativo; por ejemplo, existe
una relación entre niños que tienen tendencias suicidas y el hecho de provenir de un hogar desintegrado o haber tenido
una infancia llena de privaciones. Sin embargo, en ocasiones, cuando faltan hipótesis específicas, se usan este tipo de
estudios para hacer un muestreo o explorar la totalidad de los antecedentes históricos de las personas que presentan el
trastorno y las que no lo padecen. Esto supondría, por ejemplo, rastrear toda la historia en el ámbito social, escolar y
familiar de niños con tendencias suicidas y de niños que no las tienen y que han sido seleccionados para ser estudiados.

4.3. Estudios de cohortes

Cohorte—grupo de edad

Sirven para ver el paso del tiempo


5. LA INVESTIGACIÓN EPIDEMIOLÓGICA COMO UNA HERRAMIENTA DE POLÍTICA DE SALUD PÚBLICA

5.2. Criterios de clasificación dentro de una taxonomía


Los criterios de clasificación que se utilizan están basados en las características anatómicas, morfológicas,
citológicas, fisiológicas, genéticas y otras de los organismos, dando origen a diferentes grupos de características más o
menos similares.

5.2. Más allá de la sola identificación de una población de riesgo


Para la detección de individuos que tienen un trastorno o que están en riesgo se pueden establecer criterios de
corte que permitan separar a los sujetos que tienen un trastorno psicológico de los que no lo tienen.

Los criterios de corte que tradicionalmente se han usado son dos: el primero consiste en tomar a todos los
individuos que caen por arriba del tercer cuartil en una distribución acumulativa; el segundo criterio consiste en identificar
a todos los individuos que caen más allá de una desviación típica a partir de la media como sujetos que poseen un trastorno.

A la hora de decidir cuál criterio utilizar en la identificación de casos se debe optar por la detección del mayor
número de casos, con la finalidad de localizar a todos los individuos que tienen un trastorno, aun a costa de identificar a
sujetos que no tienen el trastorno como si lo padecieran.

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