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Texto

Estimados hermanos: pasando el luto por el candidato caído, asesinado por las mafias políticas y
criminales que quieren tomar por asalto a la Patria, es momento de plantearnos seriamente la génesis de
los problemas que nos agobian como Nación. Para empezar, sufrimos un estado de desorden y división
por lo que Jose Antonio Primo de Rivera vislumbro tan acertadamente hace ya casi 100 años: "división
engendrada por la lucha de clases, división engendrada por los partidos políticos y división engendrada
por los separatismos locales (en el caso de Ecuador por el indigenismo plurinacional). Este estado se
perpetua por nuestro sistema político, hoy en día considerado enfermo. Y yo solo se decir junto a
Maurras: "no es que la democracia este enferma, sino que la enfermedad es la democracia", y Aristoteles
con su particular autoridad definió la democracia como la corrupción de la República. Por lo tanto es
necesario superar la falsa dicotomía democracia-dictadura, y volver a una concepción verdaderamente
tradicional y católica del Estado, para que se cumplan las palabras de Antonio de Oliveira Salazar
(caudillo del Portugal): "El Estado es el ministerio de Dios sobre la tierra para garantizar el Bien Común".
Hay que restituir la moral nacional y elevar los esfuerzos nacionales por una Causa plausible y certera. Y
esa Causa es la que Don Juan Manuel de Rosas (considerado el Restaurador de las Leyes en la
Argentina) ofrecio a los bonaerenses en su discurso de posesión en la Gobernacion de BA: "La Causa
que vamos a defender es la causa de la Religión, de la Justicia, de la Humanidad y del Orden Público. Es
la Causa recomendada por el Todopoderoso". No debemos temer por un régimen autoritario, porque es
justamente la falta de Autoridad y voluntad política lo que nos arrastro a esta situación calamitosa. Ese
régimen cumplirá la premisa capital de nuestro Magno Caudillo: Don Gabriel Garcia Moreno: "Libertad
para todo y para todos, menos para el Mal y los Malhechores". Para finalizar, estimadísimos y
queridísimos hermanos, es necesario rezar y reparar, pero nuestra lucha también es por Dios y por la
Patria. Estamos llamados a levantar aquel estandarte públicamente, defendiendo la Cristiandad y la Fe de
nuestro pueblo, hoy múltiples veces defenestrada por enemigos internos y externos. Nos tocan épocas
donde deberemos ser lacónicos y militantes para restaurar la Patria según los designios de Nuestra
Señora de El Buen Suceso!

Comentarios de fondo

1. Este texto no será difundido ni leído en abstracto. Se redacta y se publica sobre un


hecho concreto: el asesinato de Fernando Villavicencio. A mi juicio, hablar de la
doctrina sin hablar del caso concreto (el nombre del político no se menciona en tu
texto) me parece poco eficaz.
2. No veo clara la conexión entre el asesinato de este hombre y la crítica al sistema
democrático liberal que bien haces.
3. La frase de JAPR estaba referida a la situación de España de 1933. Si bien hay
elementos comunes con Ecuador, su aplicación directa a la situación de tu país en la
actualidad puede ser vulnerable. Es posible que haya una relación, claro está, pero esa
relación no está explicitada en el texto.
4. Si lo anterior del punto Nº 3 se puede decir de una frase pronunciada en 1933, cuánto
más de un texto escrito por Aristóteles, hace más de 2000 años, en otro continente, en
otra civilización, antes de la Encarnación de Cristo.

Comentarios de forma

5. La frase de JAPR tiene comillas de inicio y no de término.


6. Al texto –en general- le faltan varias tildes y le faltan varios signos de puntuación. Es
importante que estos detalles se corrijan porque su ausencia desacredita la doctrina
que se pretende sostener.

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