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1- La Sentencia como Acto Jurídico.

a) ELEMENTOS DE EXISTENCIA
Como hemos venido sosteniendo a lo largo del presente trabajo de investigación, creemos que
la sentencia judicial es más que un mero silogismo, sino que bien visto el problema,
sostenemos que la sentencia judicial -como acto jurídico público o estatal- entraña la
manifestación de un acto de voluntad del juez, ya que es éste determina en último término el
sentido del fallo judicial, sin embargo, el hecho de que dicha manifestación no pueda ser
arbitraria, sino que deba sujetarse a los términos del derecho objetivo (aun cuando integra y
cuando interpreta la ley), no significa que deje de ser una verdadera manifestación de voluntad
y se reduzca, según Alfredo Rocco, a un simple acto mental del sentenciador, a un mero
silogismo.
La manifestación de voluntad del juez no desaparece porque se deba de expresar ajustándose
a un ordenamiento jurídico determinado, y que por razón de ello pudiera pensarse que la
voluntad contenida en la sentencia no es la propia, sino la de la ley.
"El ilustre jurisconsulto uruguayo Eduardo J. Couture le da a la sentencia el triple carácter de
hecho jurídico, y de documento. Para él es un hecho ' en cuanto constituye en sí misma un
suceso, un acontecer humano que produce un nuevo objeto jurídico no existente antes de su
aparición.- 'Es un acto jurídico porque el hecho está impulsado por la voluntad y se halla dotado
de determinados efectos jurídicos; éstos se proyectan unas veces sobre el proceso en que se
dicta y otras sobre el derecho en que se dilucida.- 'Es un documento por que registra y
representa una voluntad jurídica" .
En efecto, en todo litigio que se somete a la jurisdicción de un juez, éste pronuncia su voluntad
en la sentencia precisando los alcances y efectos de los derechos y obligaciones contenidos en
ella, lo que será así en todos los casos, ya que en último término la sentencia judicial es la que
determinará los derechos, cargas y obligaciones de la partes contendientes y les otorgará
eficacia ya que conlleva en sí misma la posibilidad de una ejecución forzosa, según lo
demostraremos en el siguiente parágrafo.

b) ELEMENTOS DE VALIDEZ.
Cuando hablábamos en el capítulo segundo del contrato como una fuente específica de
obligaciones, dijimos que los elementos de validez del mismo, son los requisitos que
perfeccionan la existencia del contrato y sin los cuales podría anularse aquél. Decíamos que el
consentimiento -elemento esencial en los actos jurídicos bilaterales, v. gr. el contrato- o, en su
caso, la manifestación unilateral de voluntad, debe de cumplir con tres requisitos
indispensables para ser plenamente válido, y son: a) capacidad de los declarantes; b) una
forma especial en manifestación de la voluntad, cuando la ley así lo exige; y, c) ausencia de
vicios de la voluntad.
Ahora bien, sostenemos que estos principios que rigen la teoría general del acto jurídico son
aplicables, con las respectivas salvedades y adecuaciones, a la sentencia judicial para explicar
su naturaleza jurídica como fuente de obligaciones.
En primer lugar, diremos que para que la sentencia judicial pueda ser plenamente válida la
voluntad del juez deberá surtirse la capacidad del órgano jurisdiccional -competencia-. En
efecto, el artículo 151 del Código de Procedimientos Civiles del Estado dispone que "La
competencia de los tribunales se determinará por la materia, la cuantía, el grado y el territorio.",
mientras que el diverso artículo 152 de la citada codificación manda que "Ningún Tribunal
puede negarse a conocer de un asunto sino por considerarse incompetente. En este caso debe
expresar en su resolución los fundamentos legales en que se apoye.", entendida a contrario
sensu, esta disposición nos indica que la falta de competencia vicia la voluntad del juez.
Por lo que ve a la forma de expresión de la voluntad del juez , el Código Procesal Civil del
Estado, al igual que varios códigos procesales de las diversas entidades federativas, se
pronuncian por un excesivo formalismo.
El artículo 54 del Código Adjetivo Civil del Estado prescribe que "Todas las actuaciones
judiciales, así como los escrito u ocursos que presenten las partes, deben escribirse en
castellano, con letra clara. Las fechas y cantidades se escribirán con letra y número. Los
documentos redactados en idioma extranjero deberán acompañarse con la correspondiente
traducción al castellano. Los ilegibles, lo mismo que los que no se ajusten a las demás
prescripciones de este artículo, no serán admitidos".
En tanto que el numeral 56 ordena que "Las resoluciones y diligencias deberán ser firmadas,
bajo pena de nulidad, por el funcionario judicial a quien corresponda dictarlas o practicarlas y
por aquellos que puedan dar fe o certificar el acto...".
Por su parte el diverso numeral 606 del Código en cita manda que:
"En la redacción de las sentencias se observarán las reglas siguientes: I.- Principiará el juez
expresando el lugar y la fecha en que se dicta el fallo, los nombres, apellidos y domicilios de los
litigantes y de sus mandatarios o abogados directores, y el objeto y naturaleza del juicio; II.-
Bajo la palabra "Resultandos" se consignará de una manera clara y concisa en párrafos
separados y numerados, lo conducente de los puntos referidos en la demanda y en la
contestación, de las pruebas rendidas y de lo alegado; III.- A continuación, bajo palabra
"Considerando" se hará mérito en párrafos separados y numerados y en forma clara y concisa,
de cada uno de los puntos de derecho, con las razones y fundamentos legales que estime
procedentes y citando las leyes aplicables al caso. Estimará el valor de las pruebas, fijando los
principios en que descanse para admitir o desechar aquéllas cuya calificación deja la ley a su
juicio; IV.- Pronunciará, por último, la parte resolutiva en los términos prevenidos en los
artículos anteriores, haciéndose la correspondiente declaración.
2) Es un convenio que luego se ejecuta judicialmente, y en dicha oportunidad la misma parte
que solicitó antes su homologación, se presenta cuestionando tanto su ejecutabilidad como la
interpretación que podría darse a sus cláusulas.

El juzgador de primera instancia rechaza el cuestionamiento realizado por la hoy demandada


quien se alza ante los Tribunales Superiores de la causa.

La Cámara Nacional en lo Civil, sala A confirma dicho decisorio con abundantes citas de
jurisprudencia y doctrina, concluyendo que:

1. El pedido de homologación configura un proceso atípico cuyo trámite, aunque no excluye la


posibilidad de producir prueba, se circunscribe a la comprobación de hechos litigiosos y, en
especial, al inherente a la autenticidad o falsedad del documento presentado.

2. La finalidad del pronunciamiento es otorgar firmeza a ciertos actos de las partes, sin que ello
implique resolver cuestiones que vayan más allá de la comprobación de las condiciones legales
intrínsecas y extrínsecas para su validez.
3. El juzgador, frente a un pedido de homologación, examinará las condiciones de capacidad y
cumplimiento de la ley. Encaminando su tarea hacia una verificación del contenido y esencia
del acto o negocio que debe –o no– ser homologado, a fin de otorgarle ejecutabilidad.
En el “sub examine”, concluye el Tribunal de Alzada, no se dan razones que ameriten la
revocación que se intenta, habida cuenta de que fue la propia recurrente quien acompañó el
convenio de honorarios que hoy se pretende atacar, reconociendo la suscripción del mismo
como alcance.
5. Por ello no puede, a posteriori, atacar su ejecutabilidad y validez de las cláusulas, cuando en
la oportunidad de la firma, la recurrente y su ex letrado no han invocado ningún vicio de la
voluntad, y no existe, además, ninguna violación legal.
6. Por último, la misma recurrente fue patrocinada por el mismo letrado que luego pidió la
homologación del convenio de honorarios, en los desistimientos de la acción y del derecho
verificado en los juicios tramitados por las partes que tuvo la sala “ad effectum videndi” de
cumplimiento de contrato y de daños y perjuicios.

3MENÚ
GLOSARIO CONTABLE>Homologar
¿Qué es Homologar?
Homologar es aprobar o legitimar por un poder judicial o administrativo
ciertas acciones, con el propósito de hacer los efectos jurídicos que son
propios. Ratifica o confirma un acuerdo celebrado entre las partes.
Contenidos
1 ¿Que es homologar a nivel jurídico? 
2 Homologar un producto

¿Que es homologar a nivel jurídico? 


En el entorno jurídico, es una acción administrativa del juez o el poder
competente en el cual se tiene que comprobar acciones, convenios o
sentencias para hacerlas firmes. 
Para que algo quede homologado necesita cumplir lo siguiente: 
Qué no haya nada dañino para la legislación del país en el que se está. 
Qué no sea contrario a la jurisdicción del país  
La resolución de la sentencia este acorde al reglamento del Estado de donde se
concede. 
Hacer una notificación acorde a derecho de la parte de quien se invoque. 
Para presentar la solicitud se puede ir de forma telemática o presencial: 
Telemática: es a través de la sede electrónica del ministerio de educación y
ciencia. Es muy buena opción porque no tendrás que dirigirte a ningún
registro público y podrás informarte en todo momento de cómo va la
tramitación. 
Presencial: Tendrás que descargar los documentos si es para títulos
universitarios o algún grado académico y presentarlo en cualquier registro
público de tu Comunidad Autónoma o de la Administración general. 
La documentación que se requiere es: 
Una copia compulsada del archivo de identificación del solicitante, que es
emitido por las autoridades del país de origen. 
Una copia compulsada del certificado académico. Son las credenciales que
indican y acreditan los años académicos, la duración, plan de estudios,
asignaturas. 
4) .1.2 Efectos de la cosa juzgada formal
La cosa juzgada formal genera dos efectos: uno positivo y otro
negativo. El primero supone el deber del juez de someterse a lo
resuelto en las decisiones proferidas en un momento anterior del propio
proceso, por lo que todas las resoluciones dictadas con posterioridad
partirán de la existencia de lo ya decidido. El segundo supone que en el
decurso del proceso le está vedado a las partes pedir y al tribunal
pronunciarse en contra de lo ya decidido.
Efecto positivo se traduce en la obligación que tiene el juez de
respetar en el decurso del proceso lo resuelto precedentemente
mediante las llamadas decisiones interlocutorias que han adquirido
irmeza, ello con el objeto de evitar la proliferación de decisiones
contradictorias a lo largo del recorrido procesal que impedirían su
culminación con la sentencia definitiva, ya que las decisiones que se
profieren a lo largo del proceso constituyen la causa de las siguientes,
pues la actuación del juez y de las partes debe ajustarse a su contenido
debido a la preclusión de las impugnaciones, lo cual tal como se ha
indicado atiende a razones de seguridad jurídica, así como de
ordenación lógica y razonable del proceso, en el cual el juez ha de
construir un discurso con el desarrollo unitario, sin quiebras, que no
produzca contradicciones, ni conduzca a equívocos.20
Sin embargo, el referido efecto positivo no se extiende a la
segunda instancia cuando se trata de asuntos resueltos mediante
sentencias interlocutorias que por disposición expresa del legislador no
tienen apelación, tal sería el caso de la decisión sobre las cuestiones
previas contempladas en los ordinales 2° al 8° del artículo 346 del
Código de Procedimiento Civil, que no tiene apelación conforme a lo
dispuesto en el artículo 357 eiusdem, lo que no es óbice para que el
juez de segunda instancia cuando conozca del recurso de apelación
sobre la decisión que resuelva el fondo de la causa pueda entrar a
conocer sobre las referidas cuestiones previas si el recurrente formula
algún alegato sobre las mismas.
De igual modo, el efecto vinculante no se extiende a la Casación
cuando se trata de decisiones interlocutorias contra las que no procede
el recurso de casación de inmediato sino diferido, tal sería el caso de
las que al resolver una incidencia reponen la causa, o las que hayan
producido un gravamen a la parte no reparado por la sentencia de fondo
dictada en segunda instancia.
Efecto negativo se explica por la inmutabilidad de la sentencia en
razón de la preclusión de los recursos, que hace que la sentencia sea
inatacable en el ámbito del proceso pendiente, de modo que este tenga
término.21 Esto quiere decir que la cosa juzgada formal es el efecto de
la preclusión del derecho a provocar el cambio de la decisión, o sea, de
impugnarla.22
Así, el efecto de la cosa juzgada formal se equipara con el efecto
de la preclusión dado que ambos se circunscriben al proceso en el que
tiene lugar, entendida la preclusión como la pérdida de la facultad
procesal para proponer alegatos sobre determinado asunto en el
proceso por haber llegado al límite fijado por el legislador para el
ejercicio de dicha facultad en una fase del mismo.
La sentencia que resuelve el fondo de la materia controvertida en
el proceso produce la cosa juzgada material, por ello su ámbito de
actuación es en otro proceso distinto y posterior, y supone la
vinculación en ese otro proceso al contenido de lo decidido en la
sentencia sobre el fondo del asunto del primer proceso, es decir, a la
estimación o desestimación de la pretensión. 23 Por ello, los efectos de
la cosa juzgada material, a diferencia de la formal, no son de carácter
interno, sino externo; es decir, fuera del proceso en el que se profiere la
sentencia de mérito y garantiza la inmutabilidad del fallo frente a
cualquier proceso futuro que comience sobre el mismo objeto.
En efecto, la cosa juzgada material puede definirse como la
vinculación que producen determinadas resoluciones firmes,
normalmente las sentencias, sobre el fondo, que se concreta en el
deber que incumbe al órgano jurisdiccional que conoce de un nuevo
proceso de abstenerse de dictar una nueva resolución sobre el fondo de
la cuestión litigiosa cuando esta sea idéntica a la que ya fue decidida en
la resolución que produce la cosa juzgada (efecto negativo o
excluyente); o en el deber de atenerse a lo resuelto en esta y tomarla
como presupuesto de la decisión cuando se presente como
condicionante o prejudicial de la cuestión que constituye el objeto del
nuevo proceso (efecto positivo o prejudicial). 24
Así, la definición de cosa juzgada material tal como lo apunta
Carnelutti comprende tanto la “eficacia obligatoria” de la sentencia
como su “inmutabilidad”, en razón de que la misma no puede ser
impugnada directamente mediante la interposición de recursos, ni
indirectamente por el inicio de un nuevo juicio cuyo objeto sea idéntico
al resuelto por la sentencia dictada en el proceso primigenio, puesto
que la única forma de desvirtuar la fuerza de la cosa juzgada sería
mediante las vías extraordinarias como la demanda de invalidación, la
revisión constitucional y el amparo, que se estudiarán en el tercer
capítulo.
5) Así pues, para que pueda ejecutarse una resolución procesal, el plazo de espera es
de 20 días. Dicho plazo empieza a computarse desde que se notifica la condena al
ejecutado
Por ello, para poder iniciar el procedimiento de ejecución de sentencia, el que haya
ganado el pleito tiene que esperar 20 días hábiles desde que sea firme la sentencia. El
objetivo de este plazo de espera es el cumplimiento voluntario de la sentencia por
aquel que ha perdido el juicio, según el art. 548 LEC.

Una vez transcurrido el plazo voluntario, si el condenado no ha cumplido con lo


acordado, el vencedor podrá iniciar el procedimiento de ejecución de sentencia.

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