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LUIS ALONSO RICO PUERTA

Magistrado Ponente

STC5086-2022
Radicación n° 11001-02-03-000-2022-01099-00
(Aprobado en sesión del veintisiete de abril de dos mil veintidós)

Bogotá, D.C., veintisiete (27) de abril de dos mil


veintidós (2022).

Decide la Corte la acción de tutela promovida por


Armando Serrano Mantilla contra la Sala Civil del
Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá y el
Juzgado Quinto Civil del Circuito de Ejecución de
Sentencias de la misma ciudad, trámite al cual fueron
citados los Juzgados Veinticinco Civil del Circuito y Trece
Civil Municipal de esta capital, así como los intervinientes en
el hipotecario nº 2003-00180.

ANTECEDENTES

1. Actuando en su propio nombre, el solicitante


reclama la protección del derecho fundamental al debido
proceso, presuntamente vulnerado por las autoridades
judiciales convocadas, al disponer el trámite de oposición a
diligencia de entrega dentro del litigio antes referido.
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2. En síntesis, expuso que «el día 6 de marzo del año 2014


adquirí el inmueble con matrícula inmobiliaria número 50N-534125 (…),
por contrato de permuta que realizara con la señora Nury Elpidia López
Lizarazo, [advirtiendo que] sobre el certificado de matrícula inmobiliaria
del bien inmueble no constaba ninguna inscripción que impidiera que
respecto de dicho inmueble se pudiera celebrar algún negocio jurídico»,
empero, «cerca de dos años después», se enteró de que «el inmueble
que había comprado de buena fe iba a ser rematado», por lo que «el

31 de enero de 2018» acudió al Juzgado Quinto Civil del Circuito

de Ejecución de Bogotá y manifestó «que era el último propietario


[y] que actualmente tenía la posesión material y que me acababa de
enterar de la nueva situación del predio, que me encontraba investigando
que era lo que realmente había pasado, que yo había adquirido dicho
inmueble por permuta y que [lo] estaba ocupando hace más de 4 años»

Que en la diligencia de remate realizada el 31 de enero


de 2018, «manifesté que era tercero de buena fe [y] propuse una
nulidad dentro del proceso (en el que era demandante Central de
Inversiones S.A. y demandado Board System), porque nunca fui
notificado ni de un proceso civil, ni de un embargo y secuestro en 4 años
de vivir en el bien inmueble»; que al ser denegada su petición de

nulidad, interpuso recurso de apelación el cual desató el


tribunal en sala unitaria el 9 de mayo de 2019, aduciendo
«que el escenario indicado para actuar era la diligencia de entrega».

Que en cumplimiento a la comisión ordenada por el


juzgado de ejecución, el Juzgado Trece Civil Municipal de
Bogotá programó la entrega del bien para el 21 de enero de
2020, pero «no se llevó a cabo toda vez que no me encontraba ese día
en el inmueble, por lo que previo aviso se reprogramó para el día 14 de
febrero de 2020, a las 9 am», oportunidad en la que «se llevó a cabo

dicha diligencia», y donde «yo me opuse en calidad de propietario y/o

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poseedor de buena fe al tener justo título y buena fe; adicional por


ejercerla de forma pública, pacifica e ininterrumpida».

Que «el solicitante de la entrega a lo largo de la diligencia


manifestó que (…) el inmueble ya había sido identificado el día 21 de
enero de 2020 (…) y como no había nadie en la casa pues entonces nadie
se opuso, y que por eso en el aviso que se había fijado se decía que se
suspendía y fijaba nueva fecha el día 14 de febrero y que en ese sentido
no debería tenerse en cuenta la oposición [porque] para él no se no se
hizo dentro del término que contempla [el] numeral 4° del artículo 309 del
Código General del Proceso».

Que contra lo resuelto por el comisionado, el interesado


en la entrega interpuso los recursos de reposición y
apelación, por lo que al mantenerse la decisión por el
juzgado, el tribunal, con auto del 1º de diciembre de 2020,
sostuvo que «el solicitante había invocado el numeral 5º del artículo
309 del código general del proceso, lo cual no es una verdad procesal y
fáctica cierta ya que (…), él invoca el numeral 4º del artículo 309, sin
embargo la magistrada ponente sostiene (…) que la mera actitud de
inconformidad del solicitante se debe adecuar (…) en sana lógica (…) al
numeral 5 del artículo 309, así la parte no lo haya expresado». Luego

señaló que era «prematuro» pronunciarse en sede de apelación


porque la providencia del comisionado «es temporal mientras se
adelanta el trámite legalmente previsto ante el comitente a quien
corresponde resolver de manera definitiva sobre la procedencia de la
oposición en decisión que será la susceptible del recurso vertical».

Que tras denegar la aclaración deprecada, el 28 de junio


de 2021 el juzgado de ejecución agregó la comisión indicando
que «el comisionado aceptó la oposición presentada en la diligencia de
entrega», y que conforme a lo resuelto por el tribunal «secretaría

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controle el término dispuesto en el numeral 6º del artículo 309 del C. G.


del P.»; recurrida esa determinación, con proveído del 9 de

septiembre de 2021 el juzgado la mantuvo incólume y negó


el recurso subsidiario, ante lo cual planteó el de queja que
fue desatado por el ad quem el 15 de febrero de 2022,
resolviendo «declarar bien denegado el recurso de apelación formulado
por el apoderado del opositor Armando Serrano Mantilla (…)».

Que al no conceder la apelación, se «incurre en un claro


desconocimiento al derecho de defensa técnica y debido proceso», y se

desatiende lo previsto en los numeral 6º y 9º del canon 321


del estatuto adjetivo general. Así mismo, que las decisiones
del 9 de septiembre de 2021 y 22 de febrero de 2022,
proferidas por el juzgado y el tribunal, respectivamente,
«favorecen la ambigüedad y dejan el proceso en un limbo jurídico
adicional de vulnerar los derechos constitucionales y fundamentales al
debido proceso ya que afirman con su postura que la decisión del señor
Juez 13 civil municipal comisionado, es una primera parte de un camino
procesal y que por ende no debe entenderse como una decisión sobre la
oposición, [y con ello], de facto las dos autoridades desconocen un fallo
que se resolvió y se comunicó por estrados a las partes en la diligencia
[y] las facultades otorgadas en la comisión realizada», conllevando
«vulneración a principios de cosa juzgada y seguridad jurídica».

3. Pretende que se proceda a «declarar que la decisión


tomada por el juez 13 civil municipal de Bogotá en diligencia de entrega
realizada el día 14 de febrero de 2019, fue emanada en derecho y por
ende está llamada a ser cosa juzgada con efectos erga omnes. Como
consecuencia de lo anterior, se suspenda la que nuevamente programó
la señora Juez 5ª de ejecución de sentencias de Bogotá, [y] ordenar las
demás medidas de protección de mis derechos fundamentales (…)».

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RESPUESTA DE LOS ACCIONADOS Y VINCULADOS

1. La Juez Quinta Civil del Circuito de Ejecución de


Sentencias de Bogota, remitió el link para revisar la actuación
reprochada, precisó que la subasta pública se aprobó el 30
de mayo de 2019 «que se encuentra debidamente ejecutoriada», y
que la diligencia de entrega se llevó a cabo el 14 de febrero
de 2020 «fecha en la que el aquí accionante presentó oposición [y el
comisionado la] aceptó [decisión que] fue recurrida y apelada», y que

conforme a lo decidido por el tribunal el 1° de diciembre de


2020, «en auto del 28 de junio de 2021 se impartió el trámite a la
oposición en los términos del artículo 309 del C.P.C. y finalmente en auto
del 3 de marzo de 2022 se abrió a pruebas». Afirmó que como actuó
«en cumplimiento a lo considerado por el superior [en auto del 1° de
diciembre de 2020, ya que], prosiguió con el trámite propio de la
oposición a la entrega», la presunta vulneración de los derechos

del actor «escapa del ámbito de acción de este despacho».

2. El Juez Veinticinco Civil del Circuito de Bogotá


informó que el expediente contentivo del ejecutivo en
cuestión, «desde el 18 de enero de 2011 se remitió al Juzgado 11 Civil
del Circuito de Descongestión, y actualmente, su conocimiento está a
cargo del Juzgado 5º Civil del Circuito de Ejecución de Bogotá».

3. María Leticia González Giraldo, en su calidad de


actual propietaria del inmueble en virtud de la adjudicación
realizada dentro del ejecutivo criticado, entre otras
apreciaciones encaminadas a desvirtuar lo aseverado por el
actor, dijo que «el señor Serrano Mantilla asistió al remate en calidad
de propietario sin serlo porque su anotación había sido cancelada por
orden del Juzgado 54 [Penal Municipal] por fraude procesal», y

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respaldó la postura asumida por los accionados, tras lo cual


pidió «no conceder el amparo deprecado [porque] las actuaciones
surtidas por los diferentes despachos judiciales (…) se ajustaron a las
normas legales y a cada uno de los trámites contemplados en la ley».

4. La Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales


DIAN, pidió su desvinculación «por configurarse falta de
legitimación en la causa por pasiva».

5. Edgar Arturo León Benavides, quien adujo ser


apoderado judicial del quejoso, emitió una serie de
consideraciones destacando supuestas irregularidades en el
desarrollo de la comisión y definición del proceso en cuestión.

CONSIDERACIONES

1. Problema jurídico.

Corresponde a la Corte establecer si las autoridades


convocadas vulneraron las prerrogativas fundamentales del
accionante, porque: (i) el Juzgado Quinto Civil del Circuito de
Ejecución de Bogotá, dispuso el trámite de la oposición que
presentó frente a la entrega del inmueble rematado dentro
del hipotecario nº 2003-00180, aplicando lo previsto en el
numeral 7° del artículo 309 del Código General del Proceso;
y (ii) la Sala Civil del Tribunal Superior de Bogotá, resolvió
desfavorablemente el recurso de queja interpuesto en
relación con la anterior determinación.

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2. De la tutela contra providencias judiciales.

La decantada jurisprudencia ha dicho y reiterado, en


línea de principio, que la salvaguarda no procede contra esta
clase de actuaciones, toda vez que en aras a mantener
incólumes los principios que contemplan los artículos 228 y
230 de la Carta Magna, al juez constitucional no le es dable
inmiscuirse en el escenario de los trámites ordinarios en
curso o terminados, para variar las decisiones proferidas o
para disponer que lo haga de cierta manera.

Los criterios que se han establecido para identificar las


causales de procedibilidad en estos eventos se basan en el
reproche que merece toda actividad judicial arbitraria,
caprichosa, infundada o rebelada contra las preceptivas
legales que rigen el respectivo juicio, con detrimento de los
derechos fundamentales de las personas que han sometido
la ventilación de sus conflictos a la jurisdicción.

También, es imprescindible que cuando se trate de


desafuero procesal, éste sea determinante o influya en la
decisión; que el actor identifique los hechos generadores de
la vulneración; que la providencia criticada no sea sentencia
de tutela; y, finalmente, que se haya configurado alguno de
los defectos de orden sustantivo, orgánico, procedimental,
fáctico, error inducido, o se trate de una decisión sin
motivación, desconocimiento del precedente jurisprudencial
o se haya violado directamente la Constitución.

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3. Del caso concreto.

Revisados los argumentos de la queja constitucional y


cotejados con las piezas procesales adosadas al expediente y
la normativa aplicable, la Sala desestimará el resguardo
solicitado, toda vez que las decisiones objeto de censura, no
constituyen defecto específico de procedibilidad con la fuerza
suficiente para quebrantarlas, como pasa a explicarse.

3.1. La razonabilidad se predica, en primer lugar, del


proveído dictado por el Juzgado Quinto Civil del Circuito de
Ejecución de Bogotá el 9 de septiembre de 2021, mediante el
cual no revocó el adiado el 28 de junio de la misma
anualidad, al encontrar que este se había emitido en
cumplimiento a lo dispuesto por el tribunal en providencia
del 1º de diciembre de 2020, en el que se precisó que si bien
el comisionado había aceptado la oposición a la entrega,
debía seguirse el trámite ante el comitente en los términos
contemplados en el numeral 6º del artículo 309 del Código
General del Proceso. Al respecto señaló el accionado que:

«El censor debe tener en cuenta que la decisión adoptada por el


juez comisionado no se trata de la resolución de la oposición formulada,
sino que, es apenas la primera parte que tiene que ver con la
admisibilidad de dicho trámite, esto, ante la insistencia del rematante en
llevar a cabo la diligencia, pues ese asunto requiere de etapas precisas
legalmente establecidas y que no fueron diseñadas para adelantar por
la autoridad comisionada.

Advierta el inconforme que, en diligencia de entrega pueden


presentarse varias hipótesis al momento de la oposición, y la planteada
en la censura es aquella que se adecuaría en el evento en que el
interesado en la entrega no haya refutado la decisión, situación que no
se acompasa con lo acontecido, como quiera que, es claro que el
interesado en la entrega formuló los recursos ordinarios frente a
aceptación del trámite, argumentando que no podía atenderse la
oposición del señor Serrano y en consecuencia, adelantarse la entrega

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encomendada, lo que claramente denota la insistencia en realizar la


diligencia».

Para soportar su resolución se remitió al análisis de las


hipótesis que realizó esta Corporación en atención a las
reglas contenidas en el artículo 309 del estatuto adjetivo, del
cual se destaca que cuanto se acepta la oposición, se pueden
presentar los siguientes supuestos:

«(i) Que ninguno de los intervinientes dispute la «decisión”, de modo


que el «secuestro» no podrá realizarse. Así lo prevé el referido
numeral 8 cuando establece que «Cuando la decisión sea favorable
al opositor, se levantará el secuestro (…)». Claro, si la oposición
sólo prospera parcialmente, en el aspecto que no salió avante debe
concretarse la cautela. Es lo que precisa el inciso segundo del
numeral 5, al indicar que «si la oposición se admite solo respecto
de alguno de los bienes o de parte de estos, se llevará a cabo la
entrega de lo demás».

(ii) Que se admita la oposición, pero el interesado en el «secuestro”


insista en él, «hipótesis» en la cual «el bien se dejará al opositor en
calidad de secuestre» (numeral 5).

Los numerales siguientes, el 6 y el 7 regulan el trámite que se debe


seguir en esa particular situación, dado que ante la «insistencia»
de la parte actora el legislador dispuso un «procedimiento» para
dilucidar si el «opositor» tiene o no el «derecho” alegado y
reconocido en la «diligencia», en el que los involucrados cuentan
con la facultad de presentar las pruebas que estimen pertinentes,
tras lo cual se adoptará la directriz definitiva.

En tal circunstancia se distinguen a su vez dos «supuestos»,


dependiendo de si el juez que adelanta el «proceso» es quien
practica la «diligencia».

En ese orden, dispone el numeral 6 que «cuando (…) haya sido


practicada por el juez de conocimiento y quien solicitó la
entrega haya insistido, este y el opositor, dentro de los cinco
(5) días siguientes, podrán solicitar pruebas que se
relacionen con la oposición. Vencido dicho término, el juez
convocará a audiencia en la que practicará las pruebas y resolverá
lo que corresponda». Pero si «si la diligencia se practicó por
comisionado», según el numeral 7, «y la oposición se refiere a
todos los bienes objeto de ella, se remitirá inmediatamente
el despacho al comitente» para que surta dicho «trámite».
Empero, si la «oposición es parcial” «la remisión del despacho se
hará cuando termine la diligencia». Lo que se explica, si se observa

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que de acuerdo a lo apuntado, la medida debe surtirse sobre los


«bienes» excluidos de la «oposición», de suerte, que una vez
practicada, es que debe enviarse el dossier para que el «juez de
conocimiento continúe con el procedimiento pertinente».

Dicho en otras palabras, la «admisión de la oposición» ante la


«insistencia del interesado en el secuestro» se torna provisional, ya
que esa rogativa impone que el «juez de conocimiento» agote con
posterioridad un «procedimiento» para solucionar la controversia,
el cual surtirá de manera inmediata si fue él quien practicó la
«diligencia» o luego de «remitido el despacho comisorio» si lo hizo el
«comisionado».

Bajo este panorama, importa destacar que tratándose de


«diligencias realizadas» por «jueces comisionados», en principio son
ellos quienes definen la suerte de la «oposición», debido a las
«facultades» que apareja la «comisión». Memórese que de
conformidad con el artículo 40 del estatuto de ritos civiles «el
comisionado tendrá las mismas facultades del comitente en
relación con la diligencia que se le delegue, inclusive las resolver
reposiciones y conceder apelaciones contra las providencias que
dicte, susceptibles de esos recursos». De manera, que si la «niega»
o la «acepta», sin que los «interesados» eleven reclamo alguno, tales
«resoluciones» producirán sus efectos en el «litigio» y a ella deben
atenerse las «partes».

Ahora, lo que habilita la intervención del «juez de conocimiento»,


esto es, del «comitente», es entonces el «caso» en que «admitida la
oposición» por el «comisionado», «el interesado insista en el
secuestro», ya que en tal evento, se itera, esa directriz se torna
temporal y quien tiene la última palabra sobre ella es aquel
funcionario una vez haya «decretado y practicado las pruebas
solicitadas por aquél y el tercero».

De manera, que no siempre que hay «oposición» el «juzgado de


origen» debe aplicar los numerales 6 y 7 del artículo 309 del Código
General del Proceso, sino solamente, se repite, cuando se «insista
en el secuestro». De lo contrario, se desnaturalizaría la función del
comisionado, quien para los fines de la diligencia reemplaza al
comitente y, por ende, tiene competencia para «decidir» lo que
corresponda. Luego, de «dirimir la oposición» sin protesta alguna,
no podrá volverse sobre tal asunto» (CSJ STC16133-2018, 7
dic., 2018, rad. 00278-01).

Seguidamente el despacho querellado afirmó que el


anterior criterio fue atendido por la Sala Civil del Tribunal
Superior de Bogotá en proveído del 1º de diciembre de 2020,
pues para inadmitir la apelación interpuesta contra la

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aceptación de la oposición, señaló «[t]enemos entonces que,


conforme al precepto regulador de las oposiciones a la entrega y el
estudio pormenorizado que de él hiciera la Corte Suprema de Justicia,
admitida la oposición por el Juez 13 Civil Municipal de Bogotá en
cumplimiento de la comisión, al haberse insistido en la entrega por el
apoderado judicial de la rematante, debió una vez culminada la
diligencia remitir las documentales al comitente, a fin de que el Juez 5º
Civil del Circuito de Ejecución de Sentencias continuara con el trámite
pertinente».

En ese orden, concluyó que «de la sola lectura de las reglas


previstas en el citado artículo 309, es sencillo extraer que, una vez
presentada la oposición el juez agregará al expediente los documentos
que se aduzcan, siempre que se relacionen con la posesión, y practicará
el interrogatorio del opositor, si estuviere presente, y las demás pruebas
que estime necesarias (tal como lo hizo el comisionado). Si esta se tramitó
a través de comisionado, se refiere a todos los bienes objeto de la
diligencia (como es el caso que nos ocupa) y ante la insistencia en la
entrega (tal como ocurrió), se remitirá inmediatamente el despacho al
comitente, quien permitirá que, dentro de los cinco (5) días contados a
partir de la notificación del auto que ordena agregar al expediente el
despacho comisorio, el opositor y quien insiste en la diligencia, soliciten
pruebas que se relacionen con la oposición, para luego convocar a
audiencia y resolver lo que corresponda».

3.2. En segundo lugar, la razonabilidad también se


evidencia de la definición que el tribunal dio al recurso de
queja planteado por el allí opositor y acá accionante, pues
para «declarar bien denegado el recurso de apelación formulado por el
apoderado del opositor Armando Serrano Mantilla contra el auto emitido
el 9 de septiembre de 2021 por el Juzgado 5º Civil del Circuito de
Ejecución de Sentencias de Bogotá», en proveído del 15 de febrero

de 2022 expuso que «la providencia respecto de la cual se intenta el

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recurso de apelación, como ya se anotó, dispuso: (i) agregar el despacho


comisorio; (ii) controlar el término de que trata el numeral 6º del artículo
309 de la ley procesal civil y, (iii) denegar la solicitud del apoderado de
la rematante dirigido a que se someta a reparto de nuevo el despacho
comisorio para la diligencia de entrega», y que «[n]inguna de esas
determinaciones está contemplada como susceptible de apelación en el
artículo 321 referido, ni en alguna otra norma especial».

Recordó finalmente que «el recurso de apelación se


caracteriza por su taxatividad o especificidad, esto es, que sólo es viable
respecto de las providencias que el legislador determina pueden ser
revisadas en segunda instancia, sin que exista posibilidad de
interpretaciones analógicas o extensivas», y acotó que «carece de
razón el quejoso al señalar que la alzada es viable al enmarcarse en los
numerales 6 y 9 del citado precepto, relativas al auto que niega el trámite
de una nulidad procesal y al que la resuelva, en el primer evento; y, el
que resuelva sobre la oposición a la diligencia de entrega o la rechaza,
se contempla en el segundo evento; decisiones que en el auto de 9 de
septiembre de 2021 no se adoptaron».

3.3. Conforme a lo que acaba de verse, la motivación


expuesta se muestra ajustada a la normativa y a la
jurisprudencia que rige la temática planteada, sin que lo
decidido configure yerro sustantivo, procedimental, fáctico o
de cualquier otra índole, por lo que las discrepancias
esbozadas por el querellante en el caso bajo examen,
demuestran que la intención es imponer su personal
apreciación e interpretación del ordenamiento jurídico frente
al criterio del juez de la causa.

Sobre el particular, esta Corporación ha sostenido que:


«independientemente de que se comparta o no la hermenéutica de los

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juzgadores atacados, ello no descalifica su decisión ni la convierte en


caprichosa y con entidad suficiente de configurar vía de hecho, la
reseñada providencia consigna, en suma, un criterio interpretativo de los
hechos y de las pruebas coherente que, como tal, debe ser respetado,
aunque éste pueda ser susceptible de otra exégesis» (CSJ STC, 11

dic. 2009, exp. 02212-00); del mismo modo, que este


instrumento «no está previsto para desquiciar providencias judiciales
con apoyo en la diferencia de opinión de aquéllos a quienes fueron
adversas» (CSJ STC, 15 feb. 2011, rad. 01404-01, citada, entre

otras, en STC3932-2022, 31 mar. 2022, rad. 00100-01).

Igualmente, se ha dicho y reiterado que no son


susceptibles de enmendarse por esta senda, las decisiones
que obedecen a un criterio razonable, en la medida que hacen
parte de los principios de autonomía e independencia judicial
que inhiben al fallador del resguardo para inmiscuirse en el
asunto imponiendo una determinada tesis o sustituyendo al
juez de conocimiento, pues es claro que la tutela no es un
mecanismo alternativo sino una herramienta jurídica
excepcional y residual.

4. Conclusión

Por lo discurrido, se denegará el auxilio implorado, toda


vez que la actuación criticada no es producto de un subjetivo
criterio que configure defecto susceptible de enmendarse a
través del mecanismo invocado.

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DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia,


en Sala de Casación Civil, administrando justicia en nombre
de la República de Colombia y por autoridad de la ley, NIEGA
el amparo solicitado por Armando Serrano Mantilla a través
de la presente acción de tutela.

Comuníquese lo acá resuelto a las partes por un medio


expedito, y de no ser impugnado, remítase el expediente a la
Corte Constitucional para su eventual revisión.

HILDA GONZÁLEZ NEIRA


Presidente de Sala

MARTHA PATRICIA GUZMÁN ÁLVAREZ

(Comisión de Servicios)
AROLDO WILSON QUIROZ MONSALVO

LUIS ALONSO RICO PUERTA

OCTAVIO AUGUSTO TEJEIRO DUQUE

FRANCISCO TERNERA BARRIOS

14
Firmado electrónicamente por Magistrado(a)(s):

Hilda Gonzalez Neira

Martha Patricia Guzmán Álvarez

Luis Alonso Rico Puerta

Octavio Augusto Tejeiro Duque

Francisco Ternera Barrios

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en artículo 103 del Código General del Proceso y el artículo 7 de la ley 527 de 1999

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