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PSICOLOGÍA

JUVENIL III
MIJECAD | PASTORAL JUVENIL
Formando Líderes de Excelencia

CONTENIDO
TRASTORNOS COMUNES…………………………………………………………………………………. 3
Trastornos Depresivos…………………………………………………………………………............. 3
Trastorno Bipolar…………………………………………………………………………...…………. 5
Trastornos De Ansiedad……………………………………………………………………….………. 6
Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC)……………………………………………………….……… 7
Trastorno De Estrés Postraumático……………………………………………………….…………… 7
Trastornos Del Neurodesarrollo……………………………………………………………….………. 9
OTROS PROBLEMAS EMOCIONALES……………………………………………………….…...…….. 11
Duelo………………………………………………………………………………………...………. 11
Ira y resentimiento…………………………………………………………………………………… 12
Baja autoestima ………………………………………………………………………………........... 12
EFECTOS DE LOS TRASTORNOS……………………………………………………………………...… 13
Efectos de la Ansiedad……………………………………………………………………………….. 13
Efectos de la Depresión………………………………………………………………………………. 13
La respuesta al problema de la Depresión……………………………………………………………. 14
Tres procesos claves sobre los que se basa el dolor patológico………………………………………. 15
Factores que tiende a contribuir al dolor patológico………………………………………………….. 15
Efectos del duelo……………………………………………………………………………………... 15
efectos de la ira y el resentimiento……………………………………………………………………. 16

ALGUNOS SÍNDROMES Y OTROS TRASTORNOS…………………………………………………….. 16


Cleptomanía………………………………………………………………………………………….. 16
Síndrome de Tourette………………………………………………………………………………... 17
Síndrome de Estocolmo……………………………………………………………………………… 18
Síndrome de Munchausen…………………………………………………………………………… 18
Síndrome de corazón roto……………………………………………………………………………. 19
Bibliografía…………………………………………………………………………………………………... 20

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TRASTORNOS EMOCIONALES
Estos incluyen una gran gama de condiciones que afectan
sustancialmente la capacidad de las personas para manejar las
demandas de la vida diaria. Por lo que pude ocasionar en
nuestras jóvenes dificultades de pensamientos, sentimientos,
conducta funcional y relaciones personales. Sin embargo,
nuestro Dios nos insta a restaurar un corazón herido: “El
Espíritu del Señor omnipotente esta sobre mí, por cuanto me
ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres. Me ha enviado a sanar a los corazones heridos, a proclamar
liberación a los cautivos y libertad a los prisioneros, a consolar a todos los que están de duelo”. Isaías 61:1-2

TRASTORNOS COMUNES

TRASTORNOS DEPRESIVOS:
Es un trastorno mental caracterizado fundamentalmente por un bajo estado de ánimo, sentimiento
tristeza, inactividad, dificultad en el razonamiento y la concentración, un aumento o disminución significativa
del apetito y del sueño, sentimientos de abatimiento y desesperanza, y a veces tendencias suicidas; asociados
a alteraciones del comportamiento, del grado de actividad y del pensamiento.
Depresivo Mayor
Este trastorno se caracteriza por depresión persistente o pérdida de interés en las actividades, lo que
puede causar dificultades significativas en la vida cotidiana. Uno de los trastornos del estado de ánimo más
reconocibles, y que requiere de una intervención psicológica y psiquiátrica en la mayoría de casos.
Causa:
Las causas posibles incluyen una combinación de fuentes biológicas,
psicológicas y sociales de angustia. Cada vez son más las investigaciones
que sugieren que estos factores pueden ocasionar cambios en la función
cerebral, como la actividad anormal de ciertos circuitos neuronales en el
cerebro.
Síntomas:
Requiere diagnóstico médico. El sentimiento de tristeza permanente o la pérdida de interés que caracterizan a
la depresión grave pueden provocar una variedad de trastornos emocionales y físicos. Pueden incluir trastornos
en hábitos del sueño, apetito, nivel de energía, concentración, comportamiento diario o autoestima. La
depresión también puede asociarse con pensamientos suicidas.
Depresivo Persistente (Distimia)
Es una forma de depresión continua a largo plazo. Es posible que la persona sienta tristeza y una
sensación de vacío, que pierda interés en las actividades cotidianas y que le cueste finalizar tareas. También es
posible que tenga baja autoestima y que se sienta un fracaso o desesperanzado. Estos sentimientos duran años
y pueden interferir en sus relaciones interpersonales, el estudio, el trabajo y las actividades cotidianas.

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Causas:
Se desconoce la causa exacta del trastorno depresivo persistente. Al igual que en la depresión mayor,
este puede deberse a más de una causa, como las siguientes:
Diferencias biológicas. Las personas con trastorno depresivo persistente pueden presentar cambios
físicos en el cerebro. No está claro cómo afectan estos cambios al trastorno, pero con el tiempo podrían
ayudar a determinar las causas.
Neuroquímica cerebral. Los neurotransmisores son sustancias químicas que se encuentran
naturalmente en el cerebro. Las investigaciones indican que los cambios en los neurotransmisores
pueden desempeñar un papel importante en la depresión y su tratamiento.
Rasgos hereditarios. El trastorno depresivo persistente parece ser más común en personas cuyos
parientes consanguíneos también tienen esta afección. Los investigadores están tratando de encontrar
los genes que podrían estar involucrados en la causa de la depresión.
Eventos de la vida. Al igual que en la depresión mayor, los eventos traumáticos, como la pérdida de
un ser querido, los problemas económicos o un alto nivel de estrés, pueden desencadenar un trastorno
depresivo persistente en algunas personas.

Síntomas:

Los síntomas del trastorno depresivo persistente generalmente aparecen y desaparecen durante un
período de años. La intensidad de los síntomas puede cambiar con el tiempo, pero, generalmente, los síntomas
persisten durante más de dos meses seguidos. Además, puede haber episodios de depresión mayor antes del
trastorno depresivo persistente o después de él. Los síntomas del trastorno depresivo persistente pueden causar
problemas importantes en tu vida e incluir lo siguiente:
Tristeza, desánimo o sensación de vacío
Pérdida de interés en las actividades cotidianas
Cansancio y falta de energía
Baja autoestima, autocrítica o sensación de incapacidad
Problemas para pensar con claridad y tomar decisiones
Dificultad para hacer las cosas bien y a tiempo
Fastidiarte, impacientarte o enojarte rápidamente
Evitar las actividades sociales
Sentimientos de culpa y angustia por el pasado
Falta de apetito o tendencia a comer en exceso
Problemas de sueño
Desesperanza

Disfórico Premenstrual
El síndrome premenstrual (SPM) es un trastorno recurrente de la fase lútea caracterizado por
irritabilidad, ansiedad, labilidad emocional, depresión, edema, dolor mamario y cefaleas, que ocurre durante
los 7 a 10 días anteriores y suele terminar algunas horas después del inicio de la menstruación. El diagnóstico

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es clínico, a menudo basado en los síntomas narrados por la paciente. El
tratamiento es sintomático e incluye dieta, fármacos y asesoramiento.
Alrededor del 20 al 50% de mujeres en edad reproductiva tienen
síndrome premenstrual; aproximadamente el 5% tiene una forma severa
del síndrome que se denomina trastorno disfórico premenstrual.
Causas:
Los investigadores no saben con seguridad cuál es la causa del TDPM
o el SPM. Los cambios hormonales durante el ciclo menstrual pueden desempeñar un papel. Es posible que
también tenga influencia un químico del cerebro llamado serotonina. Los niveles de serotonina cambian
durante el ciclo menstrual. Algunas mujeres pueden ser más sensibles a estos cambios.
Síntomas:
Los síntomas más comunes son irritabilidad, ansiedad, agitación, enfado, insomnio, dificultad para
concentrarse, letargia, depresión y cansancio extremo. La retención de líquidos causa edema, aumento
transitorio de peso y turgencia y dolor mamarios. Puede haber pesadez o presión pelvianas y dolor de espaldas.
Algunas mujeres, especialmente las jóvenes, presentan dismenorrea al comenzar la menstruación. Otros
síntomas inespecíficos son cefaleas, vértigo, parestesias en las extremidades, síncope, palpitaciones,
estreñimiento, náuseas, vómitos y cambios en el apetito. También puede haber acné y neurodermatitis.

TRASTORNO BIPOLAR:
El trastorno bipolar, antes denominado «depresión maníaca», es una enfermedad mental que causa
cambios extremos en el estado de ánimo que comprenden altos emocionales (manía o hipomanía) y bajos
emocionales (depresión). Cuando te deprimes, puedes sentirte triste o desesperanzado y perder el interés o el
placer en la mayoría de las actividades. Cuando tu estado de ánimo
cambia a manía o hipomanía (menos extrema que la manía), es
posible que te sientas eufórico, lleno de energía o inusualmente
irritable. Estos cambios en el estado de ánimo pueden afectar el
sueño, la energía, el nivel de actividad, el juicio, el comportamiento
y la capacidad de pensar con claridad.
Causas:
El trastorno bipolar afecta por igual a hombres y mujeres. Casi
siempre comienza entre los 15 y 25 años. La causa exacta se desconoce, pero se presenta con mayor frecuencia
en parientes de personas que padecen dicho trastorno. En la mayoría de las personas con trastorno bipolar, no
hay una causa clara para los períodos (episodios) de extrema felicidad y mucha actividad o energía (manías) o
de depresión y baja actividad o energía (depresión). Los siguientes factores pueden desencadenar un episodio
maníaco:
Parto
Medicamentos, como antidepresivos o esteroides
Períodos de no poder dormir (insomnio)
Consumo de drogas psicoactivas

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Síntomas:
Los síntomas más habituales son:
Episodios maníacos con euforia o irritabilidad, ideas de grandiosidad, aceleración del habla,
hiperactividad, etc.
depresivos con retardo psicomotor y/o hipersomnia, alteración del estado de ánimo, etc.
Cuando el trastorno comienza por un episodio depresivo es frecuente que se trate de una depresión leve
de semanas o meses de duración, con enlentecimiento psicomotor y/o hipersomnia (que no debe confundirse
con un estado de pereza). Estos síntomas luego evolucionan a manía. Durante el episodio mixto coexisten
síntomas de manía como la aceleración del habla, la hiperactividad y las ideas de grandiosidad junto con otros
que aparecen en la depresión grave como la desesperanza, los sentimientos de culpa exagerados y la ideación
suicida.

TRASTORNOS DE ANSIEDAD:
La ansiedad afecta a jóvenes, es algo característico en los adolescentes y en
la actualidad está afectando significativamente a los niños. Puede definirse
como la experiencia de intranquilidad, aprensión, miedo, temor o agitada
preocupación que no se entiende claramente. Su tendencia es sobreestimar
lo negativo o los aspectos amenazadores de una situación, a la vez que quita
la atención de los aspectos positivos o tranquilizantes. La persona queda
sintiéndose intranquila, preocupada, agitada, irritable y nerviosa.
La ansiedad es una respuesta emocional que se presenta en el sujeto ante situaciones que percibe o
interpreta como amenazantes o peligrosas, aunque en realidad no se pueden valorar como tal, esta manera de
reaccionar de forma no adaptativa, hace que la ansiedad sea nociva porque es excesiva y frecuente. Por otro
lado, la sintomatología de esta patología se clasifica en tres grupos:
Conductuales: Produciendo cambios en nuestra forma de actuar.
Cognitivos: La manera de pensar o cómo percibimos el entorno también se ven afectados por la ansiedad.
Fisiológicos: Provoca una serie de respuestas fisiológicas, como palpitación, sequedad de boca, etc.

Ansiedad Social (Fobia social)


Es habitual pensar que la timidez y la fobia social son lo mismo, pero en realidad no es así. La fobia
social es un trastorno serio, y las personas que lo sufren se sienten tan mal ante las situaciones sociales, que
son incapaces de controlar su miedo y su ansiedad, por lo que a menudo
evitan este tipo de situaciones. Sentir timidez por hablar en público es
normal, pero cuando ese miedo y ansiedad interrumpen el
funcionamiento normal de la vida del individuo, se vuelve un problema
severo.
Las personas con fobia social pueden evitar todo tipo de
situaciones sociales, por ejemplo, ir a comer a un restaurante, pues viven
con un gran temor a ser juzgados u observados. Así, este es uno de los
tipos de trastornos de ansiedad que más afectan a las relaciones personales, algo que no solo genera sensación

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de aislamiento y de soledad no deseada, sino que también tiene implicaciones en las condiciones materiales de
vida de la persona: tener menos acceso a los demás significa contar con menos apoyos y ayudas.
Trastorno de Pánico
El trastorno de pánico se caracteriza porque la persona que lo padece tiene sensaciones de que se va a
morir de manera inminente y de que le falta al aire. Son sensaciones que la persona percibe como muy reales
a pesar de que se sea consciente de que no son producto de la razón, lo que le provoca un miedo intenso y, en
consecuencia, un gran malestar.

TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO (TOC):


El trastorno obsesivo compulsivo o TOC es un trastorno de ansiedad bastante frecuente. Se caracteriza
porque la persona que lo padece muestra comportamientos que pueden parecer extraños, algo que le ocurre en
una gran variedad de situaciones y sin que haga falta que exista un desencadenante claro del malestar que
experimentan. Es decir, que está asociado a una ansiedad difusa, que tiende a mantenerse en el tiempo
independientemente de lo que ocurra alrededor de la persona. En algunos casos, los pensamientos ansiosos
pueden ser beneficiosos para nosotros, pues nos mantienen alerta.
Por ejemplo, no hay nada malo en comprobar que la puerta de nuestra casa esté cerrada antes de
acostarnos, así nos aseguramos de que nadie nos roba. El problema surge cuando después de haber chequeado
las puertas y las ventanas volvemos a repetir la misma conducta una y otra vez, porque pensamos que si no lo
hacemos algo malo nos va a ocurrir.
Este trastorno se caracteriza por las conductas obsesivas y compulsivas. Las obsesiones hacen
referencia a los pensamientos, ideas o imágenes intrusivas, que provocan preocupación y ansiedad y que
aparecen una y otra vez en la mente. Las compulsiones son las
acciones que se llevan a cabo para reducir la ansiedad que provocan
las obsesiones. Por ejemplo, una obsesión puede ser el
pensamiento siguiente: “si no encendemos y apagamos el
interruptor de la habitación diez veces seguidas nos vamos a
morir”. La compulsión, en cambio, es el acto de encender y
apagar las luces. El hecho de no realizar las compulsiones provoca
un gran malestar y un sentimiento fuerte de ansiedad.
Hay que tener en cuenta que, a pesar de que el TOC ha sido clasificado muchas veces dentro de la
categoría de los trastornos de ansiedad, según otros criterios se asocia más bien a los trastornos del control de
impulsos. De hecho, se ha visto que quienes presentan esta alteración psicológica tienden a obtener
puntuaciones más altas en impulsividad, lo cual indica que su problema no es tanto la tendencia a buscar el
perfeccionismo, sino más bien el no poder evitar realizar las compulsiones.

TRASTORNO DE ESTRÉS POSTRAUMÁTICO:


Este trastorno ocurre cuando un individuo sufre una situación traumática que le ha provocado un fuerte
impacto emocional y estresante. Las personas con el trastorno de estrés postraumático reviven continuamente
el hecho que desencadenó el trastorno, por ejemplo, el ser víctima de una violación o el haber participado en

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una guerra. Si el impacto emocional es muy grande, el malestar de personas puede durar años, y algunas
personas necesitan apoyo psicológico porque son incapaces de
superarlo por sí solas.
En parte, este tipo de trastorno de ansiedad se fundamenta
en la memoria emocional: los recuerdos relativos a una experiencia
quedan "almacenados" en el cerebro de una manera disfuncional, de
manera que estas imágenes aparecen de manera inesperada en la
consciencia de la persona con relativa frecuencia, produciéndole un
gran malestar. Los síntomas incluyen:
Revivir el trauma: pueden revivir el trauma constantemente, por ejemplo, con pesadillas.
Responder a estresores: la persona puede revivir el evento ante la presencia estresores similares a la
situación o la escena del hecho. Por ejemplo, al escuchar ruidos fuertes o al reconocer un olor similar.
Ansiedad recidivante: el individuo experimenta ansiedad de forma regular.
Problemas emocionales: la persona también experimenta problemas emocionales, por ejemplo,
desinterés por las relaciones con los demás.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que, en algunos modelos explicativos de los problemas de salud
mental, existen diferentes tipos de traumas, y en algunos de ellos la disociación es el aspecto predominante, y
no tanto la ansiedad. Según Azcárate Mengual (2007) existen 3 tipos de trastornos de estrés postraumático:
Agudo: Los síntomas duran menos de 3 meses.
Crónico: Los síntomas duran 3 meses o más.
De inicio demorado: Los síntomas aparecen 6 meses o más después del suceso traumático.
En algunos casos, en este trastorno se recuerdan claramente las experiencias traumáticas acompañadas
por altos grados de ansiedad (las cuales incluyen el miedo, la angustia, el nerviosismo, etc.). Todo esto genera
en la persona un agotamiento emocional extremo que también suele ir acompañado de ideas y pensamientos
irracionales.
Nota importante sobre los trastornos:
La comunidad científica y académica existen distintos puntos de vista y polémicas en torno a cuáles
son las causas más frecuentes de los trastornos emocionales. Sin embargo, sí que hay varios factores que
pueden influir en su aparición. Estos trastornos mentales son multicausales. Esto es, no aparecen por culpa de
un solo factor, sino que es la adición de varios factores los que pueden llegar a causar el trastorno.
A. Genética
Si existen antecedentes en la familia de personas que han sufrido trastornos emocionales, esto puede
indicar una predisposición biológica y genética. Distintas investigaciones concluyen que las personas con
familiares que han sufrido trastornos del estado de ánimo tienen entre 2 y 3 veces más probabilidades de sufrir
el mismo trastorno psicológico (Gershon, 1990). Sin embargo, también hay casos en que se desarrolla un
trastorno sin que existan o se puedan comprobar antecedentes familiares. Por este mismo motivo muchos
expertos indican que hay factores ambientales y psicosociales que pueden estar íntimamente vinculados a la
aparición de enfermedades como la depresión.

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B. Bioquímica
El cerebro y su bioquímica interna tiene unos efectos determinantes en la aparición (o no) de los
trastornos emocionales.
Neurotransmisores: los estudios demuestran que los bajos niveles de la hormona serotonina en personas que
sufren depresión. Este neurotransmisor regula nuestras emociones, y cuando tenemos los niveles bajos
tendemos a mostrarnos más inestables y vulnerables.
Sistema endocrino: varias investigaciones apuntan al vínculo entre la aparición de la depresión y la hormona
cortisol. Esta hormona aumenta en los momentos de estrés y, por lo visto, también es inusualmente alta en las
personas afectadas por trastornos del estado de ánimo.

C. Estrés y episodios traumáticos


Más del 60% de trastornos emocionales surgen tras una mala experiencia psicológica. Los traumas
psicológicos y el estrés están detrás de la mayoría de trastornos psicológicos. Cuando a un paciente de
depresión se le pregunta por los acontecimientos vitales acaecidos justo antes de caer en un estado depresivo,
muchos de ellos refieren haber sufrido una ruptura amorosa, haber tenido un hijo, haber sido despedido del
trabajo, haber iniciado una carrera universitaria, entre otros.

TRASTORNOS DEL NEURODESARROLLO:


Trastorno por déficit de atención con
hiperactividad (TDAH)
Entidad clínica de origen neurobiológico, caracterizada
por un patrón persistente de desatención y/o hiperactividad
e impulsividad que interfiere con el funcionamiento o
desarrollo. El inicio es antes de los 12 años. Es decir, el
desarrollo y la actividad cerebral de las personas con
TDAH presenta algunas diferencias que afectan la
atención, la capacidad de sentirse quieto y el autocontrol.
Por lo que este trastorno es crónico, del desarrollo neuropsiquiátrico que ocasiona deficiencias en las funciones
ejecutivas. Los síntomas se reducen a tres áreas, falta de atención, hiperactividad e impulsividad.
Síntomas:
▪ A menudo no presta atención suficiente a los detalles o incurre en errores por descuido en las tareas escolares,
en el trabajo o en otras actividades.
▪ A menudo tiene dificultades para mantener la atención en tareas o en actividades lúdicas.
▪ A menudo parece no escuchar cuando se le habla directamente.
▪ A menudo no sigue instrucciones y no finaliza tareas escolares, encargos, u obligaciones en el centro de
trabajo.
▪ A menudo tiene dificultades para organizar tareas y actividades.
▪ A menudo evita, le disgusta o es renuente en cuanto a dedicarse a tareas que requieren un esfuerzo mental
sostenido.
▪ A menudo extravía objetos necesarios para tareas o actividades.
▪ A menudo se distrae fácilmente por estímulos irrelevantes.

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▪ A menudo es descuidado en las actividades diarias

Hiperactividad e impulsividad: 6 o más de los siguientes síntomas, o al menos 5 para mayores de 16 años, con
persistencia durante al menos 6 meses hasta un grado inconsistente con el nivel de desarrollo y que impacta
negativamente en las actividades sociales y académicas/ocupacionales.

▪ A menudo mueve en exceso manos o pies, o se remueve en su asiento.


▪ A menudo abandona su asiento en la clase o en otras situaciones en que se espera que permanezca sentado.
▪ A menudo corre o salta excesivamente en situaciones en que es inapropiado hacerlo.
▪ A menudo tiene dificultades para jugar o dedicarse tranquilamente a actividades de ocio.
▪ A menudo “está en marcha” o suele actuar como si tuviera un motor.
▪ A menudo habla en exceso.
▪ A menudo precipita respuestas antes de haber sido completadas las preguntas.
▪ A menudo tiene dificultades para guardar tumo.
▪ A menudo interrumpe o se inmiscuye en las actividades de otros.

Trastorno del Espectro Autista (TEA)


TEA se caracterizan por déficits persistentes en la comunicación e interacción social, y por la existencia
de patrones repetitivos y restrictivos de comportamiento, intereses o de actividades. Es un trastorno con una
afección relacionada con el desarrollo del cerebro que afecta la manera en la que l persona percibe y socializa
con otras personas, lo que causa problemas de interrelación social y la comunicación. El trastorno también
comprende patrones de conducta restringidos y repetitivos. El término “espectro” se refiere a un amplio abanico
de síntomas y gravedad.
Este trastorno comprende afecciones que anteriormente se consideran independientes, como: el
autismo, el síndrome de Asperger, el trastorno desintegrativo infantil y una forma no especificada de trastorno
generalizado de desarrollo. Algunas personas aun utilizan el término “síndrome Asperger” que generalmente
se considera que esta en el periodo final leve del trastorno del espectro autista.
Algunos Síntomas:
Comunicación e interrelación:

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Un niño o un adulto con trastorno del espectro autista puede tener problemas con la interrelación social
y las habilidades de comunicación, incluso presentar cualquiera de los siguientes signos:
Se resiste a abrazos y a las caricias; además, parece que prefiere jugar solo y se abstrae en su propio
mundo.
No habla o tiene un desarrollo tardío del habla, o bien pierde la capacidad que tenia para decir palabras
u oraciones.
Se le dificultad iniciar una conversación, y la inicia solo para pedir o nombrar un elemento.
Repite palabras o frases textuales, pero no comprende cómo usarlas.
Regularmente hablan en tercera persona, con un lenguaje robotizado o por caricatura.
Se le dificulta expresar emociones y sentimientos, y se le complica ser conscientes de los sentimientos
de los demás.
Patrones del comportamiento:
Un niño o un adulto con trastorno del espectro autista puede tener intereses, actividades o patrones de
comportamiento repetitivos y limitados, e incluso presentar cualquiera de los siguientes signos:
Realiza movimientos repetitivos, como balancearse, girar o aletear con las manos.
Realiza actividades que podrían causarle daño, como morderse o golpearse la cabeza.
Desarrollan rutinas o rituales específicos y se alteran con el mínimo cambio.
Tienen problemas en la coordinación o muestra de patrones de movimientos extraños, como ser torpes
o caminar en punta de pie, y muestra un lenguaje corporal extraño, rígido o exagerado.
Son más sensible de lo habitual a la luz, el sonido o el contacto físico, pero puede ser indiferente al
dolor o la temperatura.

OTROS PROBLEMAS EMOCIONALES

❖ DUELO:
El dolor que produce la muerte de un amigo o ser querido siempre
es difícil, pero puede serlo aún más para el jovencito. En medio de
una etapa de la vida caracterizada por la confusión y las crisis es
más vulnerable al impacto psicológico de una pérdida. El dolor es
una respuesta importante y normal ante la pérdida, cualquier
pérdida puede producir dolor sea por divorcio, jubilación,
amputación, muerte de animal doméstico o de una planta, mudarse,
perder un objeto valioso, un concurso o una competencia.
El joven que experimenta por primera vez este dolor, se vale de recursos emocionales o espirituales que
todavía pueden ser inmaduros, y mecanismos de defensa que todavía no ha desarrollado. El dolor normal, que
puede ser bastante intenso, muchas veces incluye: aflicción intensa, sufrimiento, soledad, ira, depresión,
síntomas físicos y cambios en sus relaciones personales, todo lo cual compone un periodo de carencia y
transición que puede durar hasta tres años o aún más.
Cinco etapas del dolor:
1. Negación: La persona puede negarse a creer que la muerte ha ocurrido.
2. Ira: Explotar con ira contra la aparente injusticia de todo el asunto.
3. Negociación: Un acuerdo que disminuirá la pena del dolor o la realidad de la separación. En secreto con
Dios.
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4. Depresión: Cuando la persona enfrenta la realidad.
5. Aceptación: Cuando la persona va resolviendo los sentimientos y conflictos que han surgido, puede
ahora estar preparada para aceptar la realidad de la muerte.
Tres procesos claves sobre los que se basa el dolor patológico:
A. División de fragmentos: Consentimiento intelectual, a la vez que reacciona en sus emociones y conducta
como si nada hubiese ocurrido, permite evitar dolor.
B. Internalización: Preservar su relación con el occiso, niega la realidad y lo irrevocable de la muerte.
C. Externalización: Se obsesiona con un objeto asociado con la muerte que sirve para posponer la necesidad
de admitir y superar la perdida.

❖ IRA Y RESENTIMIENTO:
La ira se presenta en diversos grados de intensidad, desde el sentirse un poco molesto hasta la furia
violenta. Puede esconderse, mantenerse en el interior o expresarse abiertamente. Puede ser de corta duración,
apareciendo y desapareciendo rápidamente, o puede persistir durante décadas tomando la forma de amargura,
resentimiento u odio. Puede ser destructiva cuando persiste y se manifiesta en una conducta agresiva, que no
perdona o es vengativa.
Existen tres maneras en que, por lo general, las personas tienden a encarar la ira: Represión (que es una
forma de negación), Expresión (puede ser verbalmente o a través de la conducta) y Liberación (se refiere a la
ira que se descarta, se deja ir, cuando la persona ha tomado una decisión consciente de que ya no necesita estar
enojado y por lo tanto la deja a un lado). Muchos tienden a reprimir su ira (especialmente si sus padres o la
iglesia le han enseñado que la ira es mala) o nunca han aprendido a expresarla correctamente. (Efesios 4:31)
Causas de la Ira:
Frustración
Aislamiento
Ofensas o amenazas de ofensas
Injusticias
Temor
Una reacción aprendida

❖ BAJA AUTOESTIMA:
Si buscamos la palabra autoestima en la Real Academia Española (RAE) nos
encontramos con la siguiente definición: “Aprecio o consideración que uno tiene
de sí mismo”. Si ahondamos en este término, la autoestima podría
entenderse por el conjunto de percepciones, imágenes, pensamientos, juicios y
afectos que tenemos sobre nosotros mismos. En definitiva, “se trata de la
valoración que hacemos de nosotros a lo largo de la vida y de lo que consideramos
que los demás perciben cuando interaccionan con nosotros o nos evalúan”,
afirma Elisa García Martínez, psicóloga del Centro TAP.

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Causas:
“Entre las causas más frecuentes de baja autoestima podemos destacar las siguientes: mensajes
negativos, abusos, ridiculización del aspecto físico, mal ambiente familiar, dificultades académicas,
experiencias negativas tempranas o falta de demostración de cariño y afecto por el entorno”.
Consecuencias:
Las consecuencias más comunes pueden estar relacionadas con sentir un bajo estado de ánimo; alto
nivel de sufrimiento fruto de la comparativa social constante; trastornos de la alimentación (relacionados con
la insatisfacción del físico); se puede llegar a ser víctima de abusos de distinto índole; presentar bajas
habilidades sociales y, por tanto, una vida social poco satisfactoria, e incluso enfermedades como
la hipertensión como consecuencia a la somatización emocional. En algunos de los casos más graves puede
encontrarse ideación suicida.

EFECTOS DE LOS TRASTORNOS

EFECTOS DE LA ANSIEDAD:

Efectos físicos: úlceras, dolores de cabeza, sarpullidos, dolores de espalda, malestar estomacal, falta de aire,
problemas para dormir, fatiga y pérdida del apetito. Además, cambios en la presión arterial, tensión muscular.
Los cambios digestivos y químicos causados por la ansiedad pueden ser crónicos y gravemente perjudiciales.

Efectos sobre la conducta: Búsqueda de alivio en el sueño, consumo de drogas o alcohol, negar la realidad,
explosividad e irritabilidad.

Efectos espirituales: La ansiedad puede motivar la búsqueda de Dios, pero puede apartar de Él cuando más
se necesite. La carga de preocupación evitará tiempo de oración, concentración en la lectura de la palabra,
desinterés en los servicios y amargura por el aparente silencio del cielo.

Efectos psicológicos: Puede producir desordenes como:

Desorden de ansiedad por separación: preocupación miedosa de separarse de alguno de sus padres o
de alguien importantemente influyente.
Desorden de evasión en la adolescencia: Se anhela relaciones cálidas con sus familiares, pero se evita
en todo lo posible el contacto con extraños.
Reacciones de fobias: Agorafobia, claustrofobia, acrofobia.
Anorexia nerviosa y bulimia: Ansiedad por su peso y apariencia física.
Desordenes en los movimientos: Los “tic” musculares involuntarios, pueden estar muy relacionados
con la ansiedad.

LOS EFECTOS DE LA DEPRESIÓN:


Efectos emocionales: Uno de los síntomas principales es el sentimiento de tristeza. Llora con
frecuencia o tiene ganas de hacerlo, se le ve cansado, desanimado y desalentado, gradualmente pierde
interés en su apariencia personal.
Poca capacidad atención: Se nota distraído.

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Reacciones encubiertas:
-Explosiones de ira.
-Conducta impulsiva.
-Propenso a tener accidentes.
-Trabajo compulsivo.
-Problemas sexuales.
-Retraimiento.
Conducta suicida.
Tendencias depresivas al llegar a adulto: si no se resuelve su depresión durante la adolescencia será
más propenso a tener más problemas de esta índole como adulto.

LA RESPUESTA AL PROBLEMA DE LA DEPRESIÓN:


El camino hacia la recuperación es largo, difícil, y está lleno de fluctuaciones en el ánimo que suceden
con especial intensidad cuando hay desilusiones fracasos o separaciones. En este caso el joven requerirá:
Expresar sus sentimientos de ira, culpa o inseguridad lo antes posible. La tarea del consejero es alentar
dicha expresión, aceptarla y trabajar con el fin de ayudar al joven a encauzar esta energía en direcciones
constructivas.
Que se ore junto a él.
Preguntas que demuestren interés:
¿Cuándo te siente más deprimido?, ¿Pasas mucho tiempo sólo?, ¿Qué haces por lo general, cuando
empiezas a sentirte deprimido?
Frecuentes palabras tranquilizantes y consoladoras.
Que el consejero esté alerta para captar cualquier evidencia de ira, dolor, concepto bajo de sí mismo,
etc.
Ser guiado para que:
-Evite estar solo.
-Busque la ayuda de otros.
-Cante (1 Sam. 16:14-23).
-Alabe y de gracias (1 Tes. 5:18).
-Se apoye en el poder de la palabra de Dios (especialmente los Salmos).
-Descanse confiado.
Refiera a un médico psiquiatra o psicólogo si hay cualquier posibilidad de que el joven deprimido sea
un peligro para sí mismo o para otros, esté atento a indicadores como:
Conversación sobre el suicidio.
Evidencias de un plan de acción “bien pensado” para realmente suicidarse.
Indicadores de sentimientos de culpabilidad y de que no vale nada.
Estrés reciente en su ambiente (como el divorcio de sus padres una muerte en la familia, etc.).
Incapacidad para sobrellevar el estrés.
Preocupación desmedida por las enfermedades físicas.
Preocupación por el insomnio.
Evidencias de desorientación o una actitud desafiante.
Tendencia a ser dependiente e insatisfecho al mismo tiempo.
Un cambio súbito e inexplicable a un estado de ánimo alegre (lo que regularmente significa que la
decisión de suicidarse ha sido tomada).
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Conocimiento sobre los métodos más eficaces de suicidio (un balazo, drogas y monóxido de carbono
den mejor resultado; cortarse las venas en los brazos es menos exitoso, etc.).
Antecedentes de intentos de suicidio anteriores.

TRES PROCESOS CLAVES SOBRE LOS QUE SE BASA EL DOLOR PATOLÓGICO:


División de fragmentos: Consentimiento intelectual, a la vez que reacciona en sus emociones y
conducta como si nada hubiese ocurrido, permite evitar dolor.
Internalización: Preservar su relación con el occiso, niega la realidad y lo irrevocable de la muerte.
Externalización: Se obsesiona con un objeto asociado con la muerte que sirve para posponer la
necesidad de admitir y superar la perdida.

FACTORES QUE TIENDE A CONTRIBUIR AL DOLOR PATOLÓGICO:


Creencias (la falta de fe).
Antecedentes y personalidad, inseguras, dependientes, incapaces de controlar y expresar sus
sentimientos y propensos a la depresión.
Ambiente social: que incitan la negación y la rápida disposición.
Circunstancias relacionadas con la muerte prematura o trágica.

Efectos físicos:
Respiración laboriosa caracterizada por suspiros y estreches en la garganta.
Sentirse físicamente exhausto.
Síntomas digestivos, sensación de vacío en el estómago.
Otros síntomas pueden incluir insomnio, dolores de cabeza y un llanto incontrolable, muchas veces
inesperado.

Efectos emocionales:
Temor.
Sentimiento de culpabilidad. Algunos se sienten culpables por experiencias del pasado o por la falta de
contacto, con él hasta que se echan la culpa de la muerte.
Sentimiento de impotencia.
Ira.
Soledad: sentimiento de haber sido abandonado. Los jóvenes que se aíslan están en peores condiciones
que los que expresan su enojo abierta y agresivamente.
Dudas: preguntar “¿Por qué?” buscar razones de su pérdida la respuesta satisfactoria es difícil o
imposible de encontrar.
Alivio: Cuando la muerte llega después de un periodo de incapacidad o enfermedad, también puede
sentirse si el fallecido era abusador, hostil o controlador.

EFECTOS DEL DUELO:


Efectos físicos:
Respiración laboriosa caracterizada por suspiros y estreches en la garganta.
Sentirse físicamente exhausto.

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Síntomas digestivos, sensación de vacío en el estómago.
Otros síntomas pueden incluir insomnio, dolores de cabeza y un llanto incontrolable, muchas veces
inesperado.
Efectos emocionales:
Temor.
Sentimiento de culpabilidad. Algunos se sienten culpables por experiencias del pasado o por la falta
de contacto, con él hasta que se echan la culpa de la muerte.
Sentimiento de impotencia.
Ira.
Soledad: sentimiento de haber sido abandonado. Los jóvenes que se aíslan están en peores condiciones
que los que expresan su enojo abierta y agresivamente.
Dudas: preguntar “¿Por qué?” buscar razones de su pérdida la respuesta satisfactoria es difícil o
imposible de encontrar.
Alivio: Cuando la muerte llega después de un periodo de incapacidad o enfermedad, también puede
sentirse si el fallecido era abusador, hostil o controlador.

EFECTOS DE LA IRA Y RESENTIMIENTO:

Retraimiento.
Represión: Puede ser una fuerza poderosa que se expresa de las siguientes maneras:
✓ Síntomas físicos.
✓ Reacciones como la ansiedad.
✓ Intentos inconscientes de perjudicarse uno mismo.
✓ Pensamientos.
✓ Luchas espirituales.
Ataque a otros.

ALGUNOS SÍNDROMES Y OTROS TRASTORNOS

CLEPTOMANÍA
La cleptomanía es un trastorno psicológico que pertenece al grupo de los
trastornos del control de los impulsos. Este tipo de trastornos se
caracterizan por la dificultad para resistir un impulso o una tentación de
llevar a cabo un acto que puede resultar perjudicial para la propia persona
o para los demás. En el caso de la cleptomanía, la característica principal
se encuentra en la dificultad recurrente para controlar el impulso de robar
cualquier objeto. La tendencia a robar sin ningún motivo ni necesidad”.
Básicamente, el cleptómano siente un impulso incontrolable de robar
objetos, generalmente de escaso valor.
A diferencia del ladrón esporádico o habitual, cuyo objetivo es enriquecerse de forma ilícita para su
beneficio personal, el cleptómano normalmente no necesita el objeto que sustrae. Lo que le conduce a robar es

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un malestar generalizado matizado por emociones muy intensas. Esa tensión y ansiedad llegan a ser
incontrolables y solo las puede calmar hurtando.
Tipos de cleptomanía, según la duración de los síntomas
Esporádico. Sufres episodios breves, con largos períodos sin actividad.
Episódico. Existen períodos prolongados de robos con períodos de remisión.
Crónico. Llevas años sufriendo el trastorno, por lo que es probable que ya hayas tenido problemas con
la justicia.
Causas de la cleptomanía
La cleptomanía no está relacionada con el nivel económico, educativo o el grado de marginalidad, sino
que depende de un conjunto de factores de índole neuropsicológica y personal. Se ha apreciado que muchas
de las personas con dificultades para controlar sus impulsos suelen tener un déficit funcional de los lóbulos
prefrontales y las conexiones subcorticales, lo cual significa que sus funciones ejecutivas están afectadas,
precisamente las que nos permiten planificar e inhibir los comportamientos de riesgo.
En algunos casos también existe un desequilibrio entre los niveles de serotonina, un neurotransmisor
que nos ayuda a regular los estados de ánimo y las emociones, y la dopamina, otro neurotransmisor responsable
de las sensaciones placenteras y gratificantes. Asimismo, la cleptomanía guarda una estrecha relación con
algunos trastornos emocionales. Aproximadamente el 75% de las personas que sufren cleptomanía
han padecido depresión en algún momento de su vida y muchas de ellas también tienen un trastorno obsesivo
compulsivo. Además, el 50% de los cleptómanos tienen problemas con el abuso de sustancias.

SÍNDROME DE TOURETTE:
El síndrome de Tourette es un trastorno neurológico caracterizado por movimientos repetitivos,
estereotipados e involuntarios y la emisión de sonidos vocales llamados tics. El trastorno lleva el nombre del
doctor Georges Gilles de la Tourette, neurólogo pionero francés quien en 1885
diagnosticó la enfermedad en una noble francesa de 86 años.
Los primeros síntomas del síndrome de Tourette se observan casi siempre a partir
de la niñez, iniciándose generalmente entre los 7 y 10 años de edad. El síndrome de
Tourette afecta a personas de todos los grupos étnicos, aunque los varones se ven
afectados con una frecuencia entre tres o cuatro veces mayor que las mujeres. Se
calcula que 200,000 norteamericanos padecen de la forma más severa del síndrome
de Tourette mientras que una de cada cien personas presenta síntomas más leves y
menos complejos, tales como tics motores o vocales crónicos o los tics pasajeros de la niñez.
Aunque el síndrome de Tourette puede manifestarse como condición crónica con síntomas que persisten
durante toda la vida, la mayoría de las personas que padecen del mal presentan los síntomas más severos
durante los primeros años de adolescencia y van mejorando al avanzar hacia la fase más tardía de la
adolescencia y posteriormente en la madurez.
¿Cuál es la causa del síndrome de Tourette?

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Aunque la causa del síndrome de Tourette es desconocida, las investigaciones actuales revelan la
existencia de anormalidades en ciertas regiones del cerebro (incluyendo los ganglios basales, lóbulos frontales
y corteza cerebral), los circuitos que hacen interconexión entre esas regiones y los neurotransmisores
(dopamina, serotonina y norepinefrina) que llevan a cabo la comunicación entre las células nerviosas. Dada la
presentación frecuentemente compleja del síndrome de Tourette, la causa del trastorno seguramente es
igualmente compleja.

SÍNDROME DE ESTOCOLMO:
El Síndrome de Estocolmo es un trastorno que afecta a algunas personas que han sido víctimas de un
secuestro y pueden desarrollar algún tipo de sentimiento positivo hacia sus captores. El término hace referencia
al robo de un banco que se produjo en Estocolmo, Suecia, en agosto de 1973. El ladrón secuestró a 4 personas
(tres mujeres y un hombre) durante 131 horas. Cuando los secuestrados fueron liberados, habían establecido
lazos emocionales con el secuestrador. Como simpatizaban con éste, explicaron a los reporteros que veían a la
policía como los enemigos y sentían sentimientos positivos hacia el criminal.
El síndrome fue mencionado por primera vez por Nils Bejerot, un profesor de medicina que se
especializó en investigación sobre adicciones y trabajó como psiquiatra para la policía sueca en el caso del
robo en el banco. El Síndrome de Estocolmo no afecta a todos los rehenes o secuestrados. De hecho, un estudio
del FBI que realizó a 4.700 víctimas de secuestros concluyó que el 27% de los secuestrados desarrollaron este
trastorno.

SÍNDROME DE MUNCHAUSEN:
El trastorno facticio impuesto a otro (antes llamado
«síndrome de Munchausen por poderes») ocurre cuando alguien
miente diciendo que otra persona presenta signos y síntomas físicos
o psicológicos de enfermedad, o le provoca lesiones o enfermedades
a otra persona con la intención de engañar a los demás. Es una
enfermedad mental y una forma de maltrato infantil. El cuidador del
niño, con frecuencia la madre, inventa síntomas falsos o provoca
síntomas reales para que parezca que el niño está enfermo.
La persona afectada tiene la motivación de asumir el papel de enfermo y sentirse cuidado y atendido.
Este trastorno mental se suele iniciar en las primeras etapas de la adultez, es más común entre los hombres y
sobre todo entre las personas que trabajan en un ambiente de servicios médicos, muchos de los cuales tienen
conocimientos y una capacidad para acceder a materiales que facilita la reproducción del síndrome.
Características
▪ Búsqueda constante del rol de enfermo.
▪ Autolesión y autoadministración de medicamentos para originar síntomas que puedan tener apariencia
de credibilidad.
▪ Asistencia muy repetida a hospitales.
▪ Conducta agresiva al ser culpado de simular los síntomas o cuando un médico se niega a hacerle alguna
prueba (aunque sea innecesaria).
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▪ Alto conocimiento de conceptos médicos.

SÍNDROME DE CORAZÓN ROTO:


El síndrome del corazón roto es el conjunto de estados y procesos
psicológicos por los que se expresa el malestar generado por un
desengaño amoroso o una ruptura de pareja. Puede aparecer, por
ejemplo, en casos de amor no correspondido, después de ser
conscientes de una infidelidad, o al descubrir que la persona por la
que sentíamos algo no es lo que creíamos en un principio. En
definitiva, el síndrome del corazón roto está compuesto por elementos emocionales y fisiológicos (como la
angustia y el estrés), cognitivos (como los pensamientos recurrentes) y comportamentales (como las ganas de
reencontrarse físicamente con esa persona o algunos tics nerviosos producidos por la ansiedad.

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BIBLIOGRAFÍA
Azcárate, M. (2007) Trastornos de Estrés Postraumático: daño cerebral segundarios a la violencia.
Abengózar, M. (1994) Como vivir la muerte y el duelo. Una perspectiva clínico-Evolutiva de afrontamiento.
Universidad de Valencia.
Biblia Plenitud. Versión Reina Valera 1960. Editorial Caribe.
Manual de Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, quinta edición (DSM-5).
Molina, X. (2018) Trastornos Emocionales: Tipos, síntomas, causas y tratamiento. Articulo revisado,
Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/clinica/trastornos-emocionales.
Wykes, T. (2011) Diagnóstico hacia el DSM V (en inglés). Journal of Mental Health

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