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La Depresión

Es un trastorno grave del estado de ánimo. Puede afectar la


manera como se siente, actúa y piensa. La depresión es un
problema frecuente en las personas mayores, pero la
depresión clínica no es una parte normal del envejecimiento.
De hecho, los estudios muestran que la mayoría de las
personas mayores se sienten satisfechas con su vida, a
pesar de tener más enfermedades o problemas físicos que
los más jóvenes. Sin embargo, si ha tenido depresión de
más joven, es más probable que tenga depresión como
adulto mayor.
La depresión es grave y hay tratamientos disponibles para
ayudar. Para la mayoría de las personas, la depresión
mejora con tratamiento. El asesoramiento, los
medicamentos u otras formas de tratamiento pueden
ayudar. No es necesario que sufra, hay opciones de ayuda
y tratamiento disponibles.
Hay varios tipos de depresión que las personas mayores
pueden tener:

• Trastorno depresivo mayor: incluye síntomas que duran al


menos dos semanas y que pueden interferir con la
capacidad de la persona para realizar las tareas diarias.
• Trastorno depresivo persistente (distimia): un estado de

ánimo depresivo que dura más de dos años, pero la persona


posiblemente aún pueda realizar las tareas diarias, a
diferencia de las personas con trastorno depresivo mayor.
• Trastorno depresivo inducido por sustancias o
medicamentos: depresión relacionada con el consumo de
sustancias, como alcohol o analgésicos.
• Trastorno depresivo debido a una afección médica:
depresión relacionada con una enfermedad separada, como
una enfermedad cardíaca o esclerosis múltiple.

Trastorno Depresivo Mayor


Es un trastorno emocional que causa un sentimiento de tristeza
constante y una pérdida de interés en realizar diferentes actividades.
También denominada «trastorno depresivo mayor» o «depresión
clínica», afecta los sentimientos, los pensamientos y el comportamiento
de una persona, y puede causar una variedad de problemas físicos y
emocionales. Es posible que tengas dificultades para realizar las
actividades cotidianas y que, a veces, sientas que no vale la pena vivir.

Más que solo una tristeza pasajera, la depresión no es una debilidad y


uno no puede recuperarse de la noche a la mañana de manera sencilla.
La depresión puede requerir tratamiento a largo plazo. Pero no te
desanimes. La mayoría de las personas con depresión se sienten mejor
con medicamentos, con psicoterapia o con ambos

Causas

Se desconoce la causa exacta de la depresión. Al igual que sucede con


muchos trastornos mentales, puede comprender diversos factores,
como:

Diferencias biológicas. Las personas con depresión tienen cambios


físicos en el cerebro. La importancia de estos cambios aún es incierta,
pero con el tiempo pueden ayudar a identificar las causas.

Química del cerebro. Los neurotransmisores son sustancias químicas


que se encuentran naturalmente en el cerebro y que probablemente
desempeñan un rol en la depresión. Las investigaciones recientes
indican que los cambios en la función y el efecto de estos
neurotransmisores, y cómo interactúan con los neurocircuitos
involucrados en mantener la estabilidad del estado de ánimo pueden
tener un rol importante en la depresión y su tratamiento.

Hormonas. Es posible que los cambios en el equilibrio hormonal del


cuerpo tengan un rol al causar o desencadenar la depresión. Los
cambios hormonales pueden presentarse en el embarazo y durante las
semanas o meses después del parto (posparto), y por problemas de
tiroides, menopausia u otros trastornos.

Rasgos hereditarios. La depresión es más frecuente en las personas


cuyos parientes consanguíneos también tienen este trastorno. Los
investigadores están buscando genes que puedan intervenir en el
origen de la depresión.

Factores de riesgo

Por lo general, la depresión comienza en la adolescencia o entre los


veinte o treinta y tantos años, pero puede aparecer en cualquier
momento de la vida. Esta enfermedad se les diagnostica más a las
mujeres que a los hombres, pero puede ser, en parte, porque es más
probable que las primeras busquen recibir tratamiento.

Algunos de los factores que parecen aumentar el riesgo de que se


manifieste o se desencadene la depresión son:

• Ciertos rasgos de la personalidad, como tener la autoestima baja y


ser demasiado dependiente, muy autocrítico o pesimista
• Situaciones traumáticas o estresantes, como maltrato físico o abuso
sexual, la muerte o la pérdida de un ser querido, una relación difícil o
problemas económicos
• Familiares consanguíneos que tienen antecedentes de depresión,
trastorno bipolar, alcoholismo o suicidio
• Ser lesbiana, gay, bisexual, transgénero o presentar variaciones en
el desarrollo de los órganos genitales que no son claramente ni
masculinos ni femeninos (intersexualidad) en un entorno que no brinda
apoyo
• Antecedentes de otros trastornos de salud mental, como un trastorno
de ansiedad, de la alimentación o de estrés postraumático
• Abuso de alcohol o de drogas recreativas
• Una enfermedad grave o crónica, como cáncer, un accidente
cerebrovascular, dolor crónico o una enfermedad cardíaca
• Ciertos medicamentos, como los que se indican para la presión
arterial alta o las pastillas para dormir (habla con el médico antes de
suspender la toma de cualquier medicamento)

Síntomas de depresión en adultos mayores

La depresión no es una parte normal del envejecimiento, y nunca debe


tomarse a la ligera. Lamentablemente, la depresión a menudo no se
diagnostica ni se trata en adultos mayores, quienes pueden sentir
reticencia a buscar ayuda. Los síntomas de la depresión pueden ser
diferentes o menos evidentes en los adultos mayores, entre ellos:

• Problemas de memoria o cambios en la personalidad


• Dolores físicos
• Fatiga, pérdida del apetito, problemas del sueño o pérdida del interés
en el sexo, que no son resultado de una enfermedad ni de un
medicamento
• Querer quedarse en casa con frecuencia, en lugar de salir a socializar
o hacer cosas nuevas
• Pensamientos o sentimientos suicidas, en especial en los hombres
mayores

Prevención

No existe una manera segura para evitar la depresión. Sin embargo, las
siguientes estrategias pueden ser útiles.

• Toma medidas para controlar el estrés, mejorar tu resiliencia y


levantar tu autoestima.
• Acércate a la familia y a los amigos, especialmente en momentos de
crisis, para que te ayuden a superar los malos tiempos.
• Consigue tratamiento ante el primer signo de un problema para que
te ayude a impedir que la depresión empeore.
• Considera tener tratamiento de apoyo de larga duración para que
te ayude a prevenir la reaparición de los síntomas.

Diagnóstico

El médico puede determinar un diagnóstico de depresión a partir de lo


siguiente:

• Exploración física. Es probable que el médico te realice una


exploración física y te haga preguntas sobre tu salud. En algunos casos,
la depresión puede estar relacionada con un problema de salud físico
no diagnosticado.
• Análisis de laboratorio. Por ejemplo, el médico puede realizarte
un análisis de sangre llamado «hemograma completo» o analizar la
glándula tiroides para asegurarse de que funcione correctamente.
• Evaluación psiquiátrica. El profesional de salud mental te
realizará preguntas acerca de tus síntomas, tus pensamientos, tus
sentimientos y tus patrones de conducta. Es posible que te pida que
completes un cuestionario para ayudar a responder estas preguntas.
• DSM-5. El profesional de salud mental puede utilizar los criterios
que se describen en el Diagnostic and Statistical Manual of Mental
Disorders (DSM-5) (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos
Mentales DSM-5), publicado por la American Psychiatric Association
(Asociación Estadounidense de Psiquiatría).

Esquema del tratamiento de la depresión

• Tratamiento

El tratamiento de la depresión se basa en psicoterapia y tratamiento


farmacológico. Algunos estudios demuestran que el tratamiento ideal es
una combinación de ambos.
Psicoterapia
También conocida como terapia psicológica o terapia de conversación,
puede ser un tratamiento eficaz para las personas con trastorno
depresivo mayor. Implica reunirse con un terapeuta de manera regular
para hablar sobre tu afección y problemas relacionados.

La psicoterapia puede ayudarte a:

• adaptarte a una crisis u otro evento estresante


• sustituir las creencias y conductas negativas por otras positivas
y saludables
• mejorar tus habilidades de comunicación
• encontrar mejores maneras de hacer frente a los desafíos y
resolver los problemas
• incrementar tu autoestima
• recuperar el sentido de satisfacción y control en tu vida

Otros tratamientos alternativos son:

• Tratamiento convulsivo. Provoca una convulsión a través de una


corriente eléctrica que mejora el estado de ánimo del paciente. En la
actualidad se investiga la estimulación magnética transcraneal, similar
al tratamiento convulsivo con menos efectos secundarios.
• Fototerapia. Para los meses de invierno.
• Fitoterapia. La hierba de San Juan (Hypericum perforatum) ha
demostrado ser efectiva para el tratamiento de depresiones leves.

Tratamiento farmacológico

• Los agentes principales utilizados en el tratamiento de la depresión


son: inhibidores de la mono aminooxidasa (MAO), antidepresivos
tricíclicos e inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina
(ISRS).

Consecuencias

Para las personas con depresión, los síntomas causan problemas


evidentes en la mayoría de actividades cotidianas, como el trabajo o la
formación, además de en actividades sociales o relaciones con otras
personas, alejándolas de una vida normal y saludable. Así, tienden al
aislamiento, la soledad, el encamamiento, la apatía o falta de interés y
motivación por la realización de actividades de ocio o de otro tipo.
También suelen tener bajos niveles de energía, a causa del insomnio y
del mal descanso nocturno, y pueden desarrollar problemas
alimenticios.

• FAMILIARES. Las personas con depresión generalmente se distancian


del entorno familiar, ya que su sintomatología causa irritabilidad y tiende
a evolucionar al colapso.
• SOCIALES. Los síntomas de la depresión suelen ser incompatibles
con las relaciones sociales, tanto por el cansancio como por la apatía,
dando lugar al aislamiento casi absoluto de la persona.
• LABORALES. Hay una merma muy significativa de las capacidades
laborales, a consecuencia de la falta de concentración y atención, así
como el desinterés, la falta de motivación, la apatía o la sensación de
cansancio que caracteriza esta dolencia.
TRASTORNO DEPRESIVO MENOR (DISTIMIA)

Si alguien te dijera que tiene depresión, probablemente te harías una


idea de lo que eso significa. Te imaginarías que esa persona se siente
cansada, melancólica o vacía. Pero lo que mucha gente ignora es que
existen diferentes tipos de depresión. Uno de ellos es la distimia, del
griego “dys” (difícil) y “thymos” (ánimo, espíritu).
El término fue empleado por primera vez en Psiquiatría en la década de
los ’70 por el doctor Robert Spitzer. La distimia es un trastorno del
estado de ánimo con síntomas persistentes, aunque menos severos
que en el trastorno depresivo mayor. Se estima que afecta al 5% de la
población mundial.
En sus inicios la distimia se denominó también “depresión neurótica”,
un término que no sólo está en desuso, sino que induce también a un
importante error ya que las personas que sufren distimia no manifiestan
síntomas neuróticos.
En cualquier caso, la distimia y la depresión no son excluyentes.
Estudios recientes demuestran que más de la mitad de las personas
con distimia desarrollarán un episodio depresivo a lo largo de su vida.

CAUSAS

Realmente no existen causas concretas y claras para este tipo de


depresión. Hay muchos factores que contribuyen a desarrollar
depresión como pueden ser: psicológicos, genéticos o ambientales.

A continuación, explicamos estos factores:

• Factores psicológicos: las personas con distimia pueden estar


expuestas a factores estresantes, como pueden ser la familia, el
trabajo o problemas financieros.
• Factores genéticos: Existe una fuerte tendencia hereditaria para
la distimia. Las personas cuyos padres o parientes tienen distimia
tienen mayor riesgo de desarrollarlo.
• Factores ambientales: El entorno en el que se desarrolla una
persona puede influir en su estado de ánimo. Factores como la
contaminación, el ruido, la falta de luz solar o la mala alimentación
pueden contribuir a la distimia.
SINTOMAS
La distimia a menudo tiene un inicio temprano y sutil durante la niñez,
la adolescencia o la adultez temprana. Sin embargo, puede ser difícil de
detectar porque su naturaleza menos severa y persistente puede hacer
que la condición se sienta “normal” para esa persona.
Quienes sufren distimia asumen que esa desesperanza forma parte
de sus vidas y piensan que no pueden hacer nada para evitarlo.
Los síntomas suelen mantenerse estables en el tiempo, aunque su
intensidad varía. Los principales son los siguientes:
• Desánimo
• Baja autoestima
• Falta de motivación
• Dificultades para concentrarse
• Apatía
• Inseguridad
• Irritabilidad
• Sentimientos de culpa
• Aislamiento
• Pensamientos negativos recurrentes
• Trastornos de la alimentación
• Dificultades para conciliar el sueño
Es habitual confundir estos síntomas con los de una depresión, pero se
trata de trastornos diferentes. La depresión incapacita a quien la padece
para realizar actividades de la vida cotidiana (cosas tan simples como
levantarse de la cama cada mañana). Los síntomas de la distimia no
son tan severos, pero con el tiempo pueden afectar a la vida personal,
laboral y familiar.
A menudo este trastorno se integra en nuestras vidas cambiando
nuestra perspectiva y expectativas sobre el futuro. Esto debe a que la
persona experimenta los síntomas por periodos de tiempo prolongados.
De hecho, para que un adulto sea diagnosticado de distimia debe tener
síntomas depresivos durante más de dos años y un año en el caso de
los menores.
Tratamiento de la distimia
La terapia cognitivo-conductual y la psicoterapia han demostrado ser
eficaces ya que ayudan a modificar algunos patrones del pensamiento
para lograr un cambio positivo.
Cuando la distimia tiene un origen traumático se puede abordar desde
una técnica terapéutica llamada EMDR (desensibilización y
reprocesamiento por movimientos oculares).
Algunas personas deciden practicar mildfulness para encontrar la calma
interior.
Recuerda que la distimia no es un rasgo de la personalidad, es un
trastorno que nos vuelve vulnerables ante el mundo y pone en
peligro nuestro bienestar. Solamente los profesionales de la salud
mental pueden hacer un diagnóstico de distimia.
Si sospechas que puedes tener este problema, ponte en contacto con
nosotras. Podemos atenderte presencialmente en nuestra consulta
de A Coruña o, si lo prefieres, reservar una cita online para una
evaluación a distancia.
Con el tratamiento adecuado podrás:
• Descubrir el origen y los desencadenantes de la distimia.
• Modificar los pensamientos negativos que alimentan el trastorno.
• Recuperar la confianza en ti mismo.
• Reprogramar las vivencias negativas o traumáticas.
• Aprender a gestionar mejor tus emociones.
Cuidados de Técnico de enfermería
• Comentar la experiencia emocional con el paciente.
• Explorar con el paciente qué ha desencadenado las emociones.
• Realizar afirmaciones enfáticas o de apoyo.
• Abrazar o tocar al paciente para proporcionarle apoyo.
• Ayudar al paciente a reconocer sentimientos tales como la
ansiedad, ira o tristeza.
• Comentar las consecuencias de profundizar en el sentimiento de
culpa o vergüenza
• Escuchar las expresiones de sentimientos y creencias.
• Facilitar la identificación por parte del paciente de esquemas de
respuesta habituales a los Sentimientos.
• Proporcionar apoyo durante la negación, ira, negociación y
aceptación de las fases del Sentimientos de culpa
• Favorecer la conversación o el llanto como medio de disminuir la
respuesta emocional
• Permanecer con el paciente y proporcionar sentimientos de seguridad
durante los períodos de Mas ansiedad.
• Remitir a servicios de asesoramiento, si se precisa

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