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Sistemas de partidos

En los regímenes autocráticos, si existe la posibilidad de participación política de la población, en general


ésta está limitada al partido único y a veces algunas otras tendencias. El resto pertenece a la ilegalidad,
provocando en sus militantes una situación de clandestinidad que los lleva a adoptar una organización
especial.

En los regímenes democráticos, al ser permanente la participación de los partidos políticos, se conforma
un marco jurídico-político y una estructura partidista estable, que se denomina sistema de partidos. Según
Adam Przeworski, “la democracia es un sistema en el cual algunos partidos pierden las elecciones. Existen
partidos: divisiones de intereses valores y opiniones, y existe una competencia organizada mediante un
conjunto de normas. Y periódicamente unos ganan y otros pierden”. “Todos son transitorios, puesto que los
perdedores no renuncian al derecho a competir en nuevas elecciones, a renegociar, a influir sobre la
legislación, a presionar a los organismos públicos o a recurrir a las decisiones de los tribunales”.

Isidro Morales, en el libro Los Partidos Políticos, de Salvat, menciona la siguiente clasificación de los
sistemas de partido:

1. Los sistemas pluripartidistas son aquellos que se estructuran a partir de la existencia de diversos
partidos. La expresión plural de las opciones políticas se canaliza a través de la libertad de asociación
política y su efectiva conformación en diversos partidos. A su vez, se pueden clasificar en:
a) Sistemas bipartidistas, que se basan en la existencia de dos grandes partidos, aunque existan otros que
no constituyan alternativas reales de gobierno (caso de Gran Bretaña –conservadores y laboristas–, y
Estados Unidos –republicanos y demócratas–).
b) Sistemas multipartidistas, que se caracterizan por la existencia de más de dos partidos con peso
decisorio (caso de Francia, Italia, países escandinavos). En general, se constituyen en alianzas para evitar
la posible dispersión del espectro político. A veces, el tercer partido en orden de importancia es el que
se convierte en el decisorio para formar las mayorías.
2. Los sistemas basados en el partido único reconocen la existencia de un solo partido legal que
monopoliza la actividad política. Existen diferencias entre los sistemas basados en partidos únicos: el de
tipo fascista, el de tipo comunista y el partido único nacionalista, propio de los países subdesarrollados.
No se puede asimilar mecánicamente la dicotomía democracia-dictadura con la de pluripartidismo-
partido único.
3. Los sistemas de partido dominante relativizan las anteriores dicotomías: el partido dominante actúa
con la seguridad del mantenimiento estable de su dirección política, como si se tratase de un partido
único, pero el sistema recoge la existencia de otros partidos, de una oposición organizada, aunque
objetivamente no tengan posibilidades racionales de llegar al poder. Constituiría un escalón intermedio
entre el pluripartidismo y el sistema de partido único. La mayoría aplastante asegura una dirección
firme y estable, pero las minorías ejercen cierto papel crítico. En Suecia fue predominante el partido
Socialdemócrata desde 1932, también el Partido del Congreso, en la India. En otros, la tolerancia de una
oposición tiene un valor simbólico, para intentar encubrir la hegemonía del partido único.
Los partidos políticos en la Constitución Nacional
Pese a que los partidos políticos estuvieron presentes en la vida argentina desde fines del siglo pasado,
recién con la última reforma constitucional fueron incorporados en nuestra Constitución. Se redactaron,
entonces, los nuevos artículos 37 y 38, donde se habla específicamente de derechos políticos del ciudadano
argentino, que antes simplemente estaban implícitos.

La Ley Sáenz Peña había instalado el sufragio con estas características, pero no estaba incorporado en la
Constitución.
En el artículo 38 se establece que la postulación de candidaturas para los cargos electivos debe ser
únicamente a través de los partidos políticos, por lo que se elimina la posibilidad de presentar candidatos en
forma corporativa (representando a sindicatos, asociaciones empresarias, iglesias, municipios, etc.), lo cual
era peligroso para la democracia, por su asociación con el fascismo.

Artículo 37- Esta Constitución garantiza el pleno ejercicio de los derechos políticos, con arreglo al principio de
la soberanía popular y de las leyes que se dicten en consecuencia, el sufragio es universal, igual, secreto y
obligatorio. La igualdad real de oportunidades entre varones y mujeres para el acceso a cargos electivos y
partidarios se garantizará por acciones positivas en la regulación de los partidos políticos y en el régimen
electoral.

Artículo 38- Los partidos políticos son instituciones fundamentales del sistema democrático.
Su creación y el ejercicio de sus actividades son libres dentro del respeto a esta Constitución, la que garantiza
su organización y funcionamiento democráticos, la representación de las minorías, la competencia para la
postulación de candidatos a cargos públicos electivos, el acceso a la información pública y la difusión de sus
ideas. El Estado contribuye al sostenimiento económico de sus actividades y de la capacitación de sus dirigentes.
Los partidos políticos deberán dar publicidad del origen y destino de sus fondos y patrimonio.

Funciones de los sistemas políticos

La principal función asignada a los partidos políticos en la Constitución Nacional es la de postular


candidatos para los cargos públicos electivos. Esta designación de candidatos, para que se acepte como
legítima por el pueblo y como legal por la justicia electoral, debe provenir de un procedimiento democrático
ejercido previamente por el partido, constituido en general por elecciones internas. Por supuesto, quienes
están postulados en esa competencia electoral previa son personas que han tenida cierta trayectoria y que
en general elaboran o apoyan una propuesta política determinada, conformada como tendencia o línea
dentro del partido y diferenciada de otras agrupaciones el mismo. Por eso es que Mario Justo López dice
que esa función es, finalmente la de seleccionar a la “elite” que debe dirigir los destinos de la Nación.

Algunas funciones de los partidos políticos son típicamente electorales (tiene relación con las elecciones
y/o con los electores) y otras son gubernamentales (son las que atañen a los elegidos, ya sea por su contacto
con los electores o dentro mismo de las acciones de gobierno).

Al ser “instituciones fundamentales del sistema democrático”, tienen una multiplicidad de funciones. La
más importante, para Linares Quintana es la formulación de políticas, ya que las propuestas concretas
constituyen la acción positiva que deben realizar los partidos, y es la característica que los erige en
verdaderos instrumentos de gobierno. Estas propuestas se originan en las necesidades e intereses de
distintos grupos sociales que participan de la vida partidaria.

Por eso, para López, esta función implica la de encauzar la voluntad popular. Según Posada, los partidos
políticos son “organizaciones formadas para convertir en preocupaciones y en labor de Gobierno las ideas,
aspiraciones e intereses que por ellos se estiman más conformes con el sentir general y con las necesidades
del Estado; órganos intermedios entre el Estado y el Gobierno, los partidos, sí responden a tendencias
profundas de la vida social, tendrán su raíz en la sociedad de su Estado (…) recogiendo las corrientes
generales de la opinión pública”.
Esta función comprende, implícitamente, la siguiente: servir de intermediarios entre los ciudadanos y el
gobierno. Según Herbert Hoover “es únicamente a través de nuestras organizaciones partidarias políticas
que nuestro pueblo puede dar expresión coherente a sus puntos de vista sobre los grandes problemas que
afectan al bienestar y el futuro de la República”.

Por supuesto que, siendo el objetivo político de todo partido político llegar al poder, es función
primordial ejercer la conducción del gobierno si se gana las elecciones, participar en el mismo dentro de la
representación proporcional en el Congreso tanto como primera mayoría (generalmente, partido oficialista),
segunda mayoría o partidos minoritarios. Estos últimos, como oposición, ejercen la importantísima función
de controlar su ejecución. Ya dijimos que sin control es muy difícil que haya democracia. Los partidos de
oposición ejercen su actividad tanto dentro del Congreso como fuera del mismo, conectados con la
población o reclamando ante la justicia o ante los organismos de control gubernamental específicos (por
ejemplo, la Fiscalía General de la Nación) por los actos que consideren que no son correctos, o por mal
desempeño de los funcionarios públicos.

También es muy importante su tarea de educar al ciudadano para la responsabilidad política. Según el
Estatuto anterior (Ley 22.627/82), “Concurren a la formación y capacitación de dirigentes que se encuentren
en condiciones de desempeñar con idoneidad los cargos públicos para los cuales sean eventualmente
electos o designados”. Actualmente vemos que, según la Constitución reformada, el Estado debe contribuir
a la capacitación de los dirigentes. Para esto organiza cursos, además de que sostiene a través de la
Universidad Nacional, la carrera de Ciencia Política.

Para sintetizar el tema, tomamos las palabras de López: “es función de los partidos políticos la política
propiamente dicha en sus aspectos más dinámicos: la inserción del movimiento en el orden, la creación de
nuevas realidades, el proyecto y la propuesta de empresas a realizar, la integración de voluntades dispersas
y la dirección y conducción, en la lucha y en la construcción”.

Clasificaciones de los partidos políticos

Existen numerosas clasificaciones de los partidos políticos. Las que tienen en cuenta su doctrina u
orientación ideológica (partidos de izquierda, de derecha o de centro, y partidos burgueses, socialistas,
comunistas o fascistas).

- Los partidos se pueden clasificar de acuerdo a jurisdicción donde ejercen su actividad. Los partidos
políticos que presentan candidatos para elegir al gobierno federal, pueden ser de distrito o nacionales. Los
partidos nacionales pueden postular candidatos para presidente y vicepresidente, y para diputados y
senadores nacionales en todos los distritos electorales del país. Los partidos de distrito están habilitados
para presentar candidatos para cargos electivos para la integración del Congreso Nacional (diputados y
senadores) solo en los distritos donde están legalmente reconocidos. Para las elecciones nacionales, las
provincias y la Capital Federal constituyen distritos electorales.

Los partidos que postulan candidatos para elegir autoridades en los gobiernos de provincia, se denominan
provinciales. Los partidos provinciales pueden postular candidatos a gobernador, diputados y senadores
provinciales y cargos municipales. Habitualmente, todos los partidos provinciales hacen el reconocimiento
ante juez competente para actuar como partidos de distrito, puede adherir a la fórmula del presidente y
vicepresidente de la nación en forma de confederaciones o alianzas transitorias. Para las elecciones
provinciales, la provincia se divide en regiones electorales a fin de elegir los diputados y senadores
provinciales, aunque también cada uno de los partidos, departamentos o municipios constituyen distritos
electorales para la elección de las autoridades municipales.
Como una categoría menor dentro de los partidos políticos, podemos ubicar a las agrupaciones municipales,
que son aquellas que solo se encuentran habilitadas para postular candidatos a cargos electivos municipales
dentro del Municipio de su actuación.

-Los partidos políticos pueden ser nacionales o internacionales, si su origen y características son propias de
un país o de muchos. De acuerdo a esta clasificación, la UCR y el Partido Justicialista son “nacionales”. En
cambio, el Partido Comunista y los diferentes partidos socialistas que hay en nuestro país, si bien tienen
características propias, tuvieron origen en Europa y se difundieron por numerosas naciones. Proponen que
los lazos de solidaridad de los individuos se den a nivel de clase social y no de país, porque consideran, por
ejemplo, que tienen más cosas en común un obrero de Alemania y uno de Francia, que un obrero y un
banquero alemán. Por eso se hacen cumbres entre los partidos socialistas de diferentes países, para discutir
las políticas a seguir en el futuro. Su himno característico es conocido como “La Internacional”. A fin de
distinguir a qué partido socialista o comunista se refieren, aclaran en el nombre partidario el país al que
pertenecen, por ejemplo: Partido Socialista Español. Esto último no está permitido en nuestra legislación
sobre partidos políticos, desde 1982.

También hay otros partidos que son internacionales. El Partido Demócrata Cristian, promovido
originalmente por la Iglesia Católica, surgió al principio a escala europea (como “Nuevos Equipos
Internacionales” en 1947) y luego mundial: en 1961se transformó en la Unión Mundial Demócrata-cristiana
(fundada en Santiago de Chile). La internacional Fascista fue fundada en Suecia en 1951. Los partidos
filofascistas y neonazis tienen una ideología común en todo el mundo, y muchas veces incluyen en su
nombre el término “nacionalista” o “nacionalsocialista”.

En 1947 se fundó en Oxford una internacional liberal con el nombre de “Unión Liberal Mundial”, pero no
tiene fuerza como organización mundial. El Liberalismo, cuya ideología está difundida en todos los países de
economía capitalista, no está mal visto por las democracias contemporáneas; actualmente no trata de
distinguirse internacionalmente por un nombre en particular ni realiza cumbres partidarias entre varios
Estados. Los principales difusores de su doctrina son los grandes empresarios.

-De acuerdo a las alianzas, la cantidad de votos obtenidos y por consiguiente a los cargos políticos
conquistados, los partidos se pueden clasificar en partidos de gobierno (comúnmente llamados oficialistas)
y partidos de oposición. Ya los hemos mencionado cuando hablamos de las funciones de los partidos
políticos.

-Si los partidos políticos aceptan las reglas establecidas por el Estado, acomodando su actuación a la ley, se
puede hablar de partidos de lucha en el régimen. Si, en cambio, por tratarse de un gobierno autoritario o
dictatorial, o de un partido que está en contra del actual sistema (que puede considerarse injusto, arbitrario,
o que no le da posibilidades de ganar el poder), la lucha paritaria es contra el régimen. Pretenden la
destrucción de las instituciones del Estado, e impugnan la legitimidad actual. Por sus características, deben
luchar generalmente desde la clandestinidad, sin dar a conocer los nombres de sus militantes al sufrir el
riesgo de persecución, por ser ilegales.

-La clásica distinción de Burdeau entre partidos de opinión y partidos de masa es muy ideológica. Para él, el
partido de opinión (también llamado de cuadros) es el que responde a la concepción tradicional del
gobierno representativo, que permite al individuo pensar por sí mismo y decidir libremente su posición en el
momento de emitir el sufragio; su base fundamental es la doctrina y prefiere más la calidad intelectual de
los afiliados que la cantidad de los mismos. El partido de masa, en cambio, trata de agrupar la mayor
cantidad de adherentes en torno a una figura carismática sin importar tanto sus ideas; no es el individuo el
que determina las opciones políticas, sino que éstas se imponen de una forma autoritaria o verticalista.
Poniendo énfasis en “las masas” como número de adherentes, y no en “la masa” como “seres irracionales o
no pensantes”, Isidro Molas afirma que actualmente los partidos de masas son un tipo de organización
fundamental en las democracias modernas, ya que buscan la afiliación masiva a partir de una estructura que
permite abrirse al máximo para incorporar a amplios sectores sociales. La crisis de los partidos de cuadros
frente a la competencia con los partidos de masas, ha llevado al replanteamiento de su organización.
Algunos han desaparecido para dejar paso, sobre el mismo espacio político, a nuevas formulaciones
ideológicas y de masas; otras se han mantenido buscando una afiliación más amplia y reformándose para
llegar a ella, sin poner en duda su estructura anterior.

Doctrinas políticas

Doctrina significa “opinión o conjunto de opiniones o ideas de un autor, escuela, religión o partido político”.
Este concepto a veces se confunde con el de ideología, pero en realidad éste es más amplio: se trata de la
cosmovisión o visión del mundo que tiene una persona o un grupo de personas, la lleva a obrar de una
determinada manera. En términos sociológicos ideología es un conjunto de elaboraciones, representaciones
y creencias (como el derecho, la moral, la religión, los valores), que refleja la forma en que los miembros de
una comunidad viven las condiciones de su existencia y las justifican o rechazan. Como en una misma
sociedad existen variadas ideologías, y cada una de ellas está vinculada a determinados intereses
económicos, se puede hablar de ideología dominante, emanada de la clase dominante, cuya finalidad es el
mantenimiento de la estructura social existente. Según Antonio Gramsci, las ideas dominantes constituyen
lo que se denomina un “bloque hegemónico”, el que intenta interponer su cosmovisión del mundo
utilizando tanto a los aparatos ideológicos del estado (establecimientos educativos, religiosos) como a los
intelectuales “orgánicos” o funcionales a dicho bloque.

Requisitos para la fundación de un partido político


Los ciudadanos tienen garantizado por ley el derecho de asociación política para agruparse en partidos
políticos democráticos, pero para poder presentar candidatos para cargos electivos deben tener reconocida
la personería jurídico-política. El reconocimiento debe efectuarse a nivel nacional (Ley 23.298) para actuar
como partido nacional y/o de distrito, y a nivel provincial para actuar como partido provincial o como
agrupación municipal.

Según la ley nacional 23.298 después de haber hecho una asamblea de fundación del partido, para que
se reconozca su personería jurídico-política en un distrito, ésta se debe solicitar ante el juez competente,
cumpliendo con los siguientes requisitos:

 Acta de fundación y constitución, con la adhesión de por lo menos el cuatro por mil del total del padrón
electoral del distrito en que quiera ser reconocido. Estas adhesiones deben ser con nombre, domicilio y
documento de los firmantes.
 Haber elegido un nombre para el partido, que debe figurar en la mencionada acta.
 Presentación de una declaración de principios, un programa (o base de acción política) y una carta
orgánica sancionados por la asamblea de fundación.
 Acta con la designación de las autoridades promotoras, que tienen la obligación de convocar a
elecciones para constituir las autoridades definitivas del partido en un plazo de seis meses.
 Domicilio del partido, acta de designación de los apoderados del mismo y libros de inventario, caja,
actas (que se deben presentar dentro de los dos meses de obtenido el reconocimiento).
En la provincia de Buenos Aires se exige una base menor de afiliados para el reconocimiento definitivo
como partido provincial: el tres por mil del padrón provincial.

Para que un partido político nacional que tiene reconocimiento como partido de distrito con personería
jurídico-política en la provincia de Buenos Aires ante las autoridades nacionales competentes, puede actuar
como partido provincial, deberá solicitar su reconocimiento ante la junta Electoral de la provincia. Deberán
reunir la adhesión del cuatro mil de electores de por lo menos dos secciones electorales de la provincia de
Buenos Aires, así como los demás requisitos que se exigen en todos los casos (declaración de principios,
propaganda, carta orgánica nacional y provincial, etc.).

Por el mismo decreto, para que una agrupación municipal pueda solicitar su reconocimiento definitivo
para postular candidatos en elecciones municipales, deben tener la afiliación de como mínimo doscientos
cincuenta electores de la Comuna correspondiente, no debiendo ser inferior al cuatro por mil del total de
inscriptos en el último registro de electores de ese Municipio. Además, debe presentar similares requisitos
que los partidos de distrito.

Pueden solicitar reconocimiento como partido nacional entre el juez federal con competencia electoral
en el distrito de su fundación, los partidos de distrito que resolvieron actuar en cinco o más distritos con el
mismo nombre, declaración de principios, programa o bases de acción política y carta orgánica. Después de
obtenido el reconocimiento, deben presentar la declaración de principios, programa y carta orgánica
nacionales, y así como también la designación de autoridades nacionales del partido y su domicilio.

Confederaciones, fusiones, alianzas transitorias


Todos los partidos políticos tienen derecho a constituir confederaciones nacionales de distrito, fusiones y
alianzas transitorias, debiendo solicitar su reconocimiento con los requisitos mencionados anteriormente.
Ese reconocimiento debe ser gestionado por lo menos dos meses antes de las elecciones.

Son confederaciones nacionales si se realizan entre dos o más partidos nacionales, o uno nacional y otro
u otros de distrito, o varios partidos de por lo menos cinco distritos diferentes. Se denominan de distrito si
se realizan entre dos o más partidos de distrito. Son federaciones o alianzas transitorias provinciales si se
hacen entre dos o más partidos provinciales de un mismo territorio, o entre varias agrupaciones municipales
de la menos dos secciones electorales diferentes dentro de la misma provincia.

Los partidos confederados tienen derecho a secesión (es decir, de separarse de la confederación que
integran). En cambio, en un partido nacional un distrito no puede separarse, de haber problemas, los
organismos centrales de dirección del partido pueden enviar una intervención.

El nombre del partido político


Ninguna agrupación política puede autotitularse “partido” si no tiene el reconocimiento de su personería
jurídica (al menos debe estar en trámite).

El nombre es un atributo exclusivo del partido, no puede ser usado por ninguna otra asociación dentro
del territorio del país y se debe distinguir claramente a los otros. Si hay escisiones, el grupo desprendido no
tiene derecho a usar el nombre original ni parcial, ni totalmente, ni con agregados.

Debe ser aprobado por la justicia federal con competencia electoral, y no debe contener designaciones
personales ni derivadas de ellas (por ejemplo, “peronista”), ni contener las palabras “argentino”, “nacional”,
“internacional” o sus derivados, ni expresiones que exterioricen antagonismos raciales, de clases, religiosos
o conduzcan a provocarlos. Si un partido caduco por cancelación de su personería jurídica, o se extingue, su
nombre no puede ser usado por otra agrupación por un lapso que oscila entre cuatro y ocho años.

Los símbolos partidarios


El ideario de un partido muchas veces se plasma en un símbolo, para que los ciudadanos lo identifiquen
visualmente. Según Morales, el símbolo es la concreción propagandística del programa y su abstracción: “la
hoz y el martillo”, la “rosa en un puño”, el “clavel”, el “haz”, la “cruz gamada”. Igual ocurre con las voces,
frases, banderas, fechas, himnos, imágenes personales de los fundadores o líderes, etc.
De acuerdo a lo establecido en la Ley Orgánica de los partidos políticos, los partidos reconocidos tienen
derecho al registro y al uso exclusivo de sus símbolos, emblemas o número que no podrán ser utilizados por
ningún otro. Según el mismo artículo, los símbolos y emblemas tienen las mismas limitaciones que las que se
establecen en materia de nombre, por lo que no se pueden poner imágenes que se identifiquen con
nazismo o el fascismo, por ejemplo, o tampoco se podrían reproducir retratos de personas, aunque fueran
fundadoras del partido. Al respecto, se han hecho excepciones en la práctica.

Cartas orgánicas
De acuerdo a la Ley Orgánica de los partidos políticos, la carta orgánica “constituye la ley fundamental
del partido” y en la misma se establecen “los podes, los derechos y obligaciones partidarias” que deben regir
la actuación de sus autoridades y de sus afiliados. Cumple el papel de una “constitución”, mediante la cual
se organiza el funcionamiento de un partido.

En el Estatuto de los partidos políticos anterior figuraban las características que debían tener las cartas
orgánicas; en el presente se han quitado, dejando estos aspectos al criterio de los organizadores. En general,
comienzan con la declaración de principios, o ideas fundamentales que definen su ideología partidaria,
constituyendo una síntesis del programa. A continuación, se reglamenta la estructura de los órganos que
constituyen el gobierno y la administración del partido político, y el modo en que las autoridades son
elegidas, por elecciones internas que se deben realizar periódicamente. La duración de los cargos no puede
mayor de cuatro años. El manejo de los fondos partidarios debe estar de acuerdo de acuerdo en un todo con
la ley, cumpliendo con los requisitos de transparencia no solo ante los afiliados del partido sino también
ante la justicia electoral.

También tratan los temas de deberes y derechos de los afiliados, y cómo resolver los problemas de
disciplina partidaria. Pueden haber: cartas orgánicas a nivel nacional, provincial y municipal.

La afiliación
Los afiliados son los que voluntariamente se inscriben en un partido a fin de participar en sus actividades
internas, votar y exponer sus opiniones en las asambleas, y poder elegir autoridades o ser elegido tanto en
cargos internos como representativos. La condición de afiliado le genera derechos, pero también
obligaciones, como, por ejemplo, colaborar como fiscal de mesa en elecciones internas o generales, o pagar
alguna cuota para ayudar al sostén económico del partido.

Los afiliados son muy importantes para la estructura partidaria, porque no existe partido sin afiliados; es
más, en casos de alianzas o de partidos nuevos, se tiene en cuenta la cantidad de afiliados para la
contribución que hace el Estado a los partidos políticos. Sin embargo, a veces los viejos dirigentes temen ser
desbancados por nuevas figuras y no abren los registros para afiliación. Por eso es importante que figure el
tema de la afiliación periódica en la carga orgánica, para preservar la democracia interna.

De acuerdo a la Ley Orgánica de los partidos políticos, para afiliarse a un partido se requiere ser
ciudadano que no esté excluido del padrón electoral por alguna disposición legal (tampoco puede afiliarse el
personal superior o subalterno de las fuerzas de seguridad de la Nación o de las provincias, en actividad o
retirados llamados a prestar servicios, ni los marginados del Poder Judicial nacional, provincial y tribunales
de faltas municipales); debe estar domiciliario en el distrito en que se solicite la afiliación y mostrar su
documento nacional de identidad. Cumpliendo con esos requisitos, tiene que presentar por cuadruplicado
una ficha solicitud que contenga nombre y domicilio, documento, sexo, estado civil, profesión u oficio y
firma certificada por funcionario competente o por autoridad partidaria. Las fichas son suministradas por el
Ministerio del Interior o confeccionadas de acuerdo a ese modelo por los partidos políticos.

Los partidos políticos deben remitir la nómina de los afiliados a la justicia Federal con competencia
electoral. No puede haber doble afiliación; la afiliación a un partido implicaría la renuncia automática a toda
afiliación anterior y su extinción. A fin de constatar esta situación, se creó el registro de afiliados, constituido
por el ordenamiento actualizado de las fichas de afiliación, llevado por los partidos y por la justicia Federal
con competencia electoral. El padrón partidario debe ser público, siendo confeccionado por los partidos
políticos o por la Justicia Federal. Los partidos políticos deben remitirlo al juez federal con competencia
electoral antes de cada elección interna o cuando este lo requiera.

Elecciones internas
Las elecciones internas garantizan que la vida interna del partido político sea democrática. Todas las
internas (excepto las nacionales de presidente, vicepresidente o legisladores) se deben regir por la carta
orgánica del partido, debiendo ser su convocatoria como máximo cada cuatro años; de no ser así, puede dar
motivo a la caducidad del partido político.

En las mismas, participan los afiliados, por lo que se debe remitir el padrón de los mismos al juez federal,
de acuerdo a lo mencionado en el punto anterior. Si pueden participar también los ciudadanos no afiliados,
se denominan internas abiertas. El FREPASO utilizó esta modalidad, permitiendo inclusive el voto a afiliados
de otros partidos. Sin embargo, hay partidos políticos que no acuerdan con esta forma de intervención
popular en la denominación de los candidatos de su propio partido, y es por ello que este sistema no tiene
forma de ley, aunque es permitido porque no contraviene ninguna disposición. Según el artículo 19 de la
Constitución, nadie puede ser privado de hacer lo que la ley no prohíbe.

Las elecciones internas se realizan a fin de elegir autoridades partidarias, o los candidatos a cargos
electivos por el partido político en las elecciones generales. Pueden ser directas, cuando son elegidas
directamente a través del voto de los afiliados. También puede ser que las autoridades máximas sean
elegidas por sistemas indirectos (por ejemplo, por una convención que las designe) en cuyo caso las
elecciones internas deben ser para elegir a los convencionales.

Para la elección interna de candidato a presidente, vicepresidente y legisladores nacionales existe un


cronograma común a todos los partidos y alianzas. En el padrón solo figurarán los afiliados del partido o de
los partidos miembros de la alianza y los ciudadanos que no tengan afiliación partidaria. Estas “Elecciones
Internas Abiertas Simultáneas” se instauraron en el año 2002 y permiten a los ciudadanos votar en la
elección interna abierta de un solo partido o alianza. La elección de los candidatos a presidente y
vicepresidente se hará por fórmulas y será proclamada la que haya obtenido la mayoría simple de los votos.
La elección de legisladores se hará conforme al sistema utilizado por cada partido.

En el anterior Estatuto de los partidos políticos se fijaba un mínimo de participación del 10 % de los
afiliados; de no concurrir a las votaciones esa cantidad, se debía convocar nuevamente a alecciones
internas. Actualmente los límites para la validez los ponen las propias cartas orgánicas; de existir problemas
internos se puede solicitar veedores a la justicia federal con competencia electoral.

Declaración de principios, programas y plataformas políticas


Hemos dicho que la reglamentación de los partidos políticos a través del Estudio de los Partidos o Ley
Orgánica se realizó en general con el fin de controlarlos ideológicamente. Es por ello que figuraban en la ley,
como “Doctrina y organización” las características que debían tener los principios y las bases de acción
política de los partidos. Actualmente, la única condición doctrinaria que se impone a los partidos políticos es
que sean “democráticos”. Sin embargo, con el fin de ser reconocida su personería jurídica, deben presentar
la declaración de principios y el programa, junto con la carta orgánica.

La declaración de principios son las ideas fundamentales que definen la ideología partidaria. El
programa, en cambio, es explicativo; traduce las aspiraciones a ideales que se han tenido al fundar el
partido, y las medidas que se plantean para poder llevarlos a cabo en el futuro. Se muestra en él la
cosmovisión de sus militantes, haciendo una interpretación filosófica de la historia, de la sociedad, de la
política, de la economía, e incluso a fundar el partido, y las medidas que se plantean para poder llevarlos a
cabo en el futuro. Se muestra en él la cosmovisión de sus militantes, haciendo una interpretación filosófica
de la historia de la sociedad, de la política, de la economía, e incluso a veces de sus creencias religiosas.
Figuran en el mismo sus objetivos de máxima (es decir, lo que se proponen alcanzar a largo plazo, sus metas
más importantes y más difíciles de lograr) y también los de mínima (los pasos más próximos y pequeños que
se darán en cuando se tenga oportunidad).

La plataforma electoral es una adaptación del programa ante de cada elección, con las propuestas
concretas de gobierno que se realizarán a nivel municipal, provincial y/o nacional. Es circunstancial y puede
variar, por lo que es obligatorio presentar una copia de la plataforma (así como la constancia de la
aceptación de las candidaturas de los candidatos) ante el juez federal con competencia electoral, cuando se
oficializan las listas partidarias de las elecciones.

Como el requisito de funcionamiento de los partidos es que tengan una estructura democrática, lo lógico
es que tanto los programas como las plataformas se discutan en convenciones o congresos, donde los
afiliados o sus representantes sean los que avalen la conveniencia de cambiar tales o cuales objetivos o
políticas.

Recursos
El patrimonio del partido está compuesto por los bienes y recursos que autoriza la carta orgánica y que
no prohíba la ley. Hay partidos que imponen contribuciones o cuotas a sus afiliados, y hay otros que se
manejan fundamentalmente con donaciones de particulares o de entidades; muchos retienen un porcentaje
de los sueldos de los cargos electivos que ganaron sus candidatos y el de sus asesores, pagados por el
gobierno.

El gobierno provee, a través del Fondo partidario permanente, medios económicos que contribuyen a
facilitarles el cumplimiento de sus funciones institucionales. El 20% del mismo se reparte en forma
igualitaria entre todos los partidos reconocidos; el resto se repartirá en forma proporcional a la cantidad de
votos que el partido hubiera obtenido en la última elección de diputados nacionales.

En esta distribución solo participarán los que compitieron en dicha elección. Si los legisladores de un
partido nacional, se les pagará el 80% al distrito de origen y el 20% para el partido nacional por el cual se
postularon. Si es un legislador de un partido de un distrito, se le abonará a éste el 100%. Si formaron parte
de alianzas en la última elección de diputados, la distribución se hará conforme al acuerdo suscripto entre
los partidos al momento de solicitar el reconocimiento de la alianza. Si se trata de un partido sin referencia
electoral inmediata anterior, solo percibirá la proporción del 20 % del Fondo partidario permanente que
corresponde a todos los partidos. Los aportes se cobran en dinero y los partidos tienen la obligación de
destinar el 20% de los fondos utilizados en investigación o en capacitación de sus dirigentes. Esto debe ser
acreditado en forma fehaciente en presentaciones de gastos trimestrales que se hacen ante la Dirección
Nacional Electoral.

Hasta el año 2002, que se cambió la ley de financiamiento y se estableció el sistema proporcional, los
partidos percibían un monto determinado por voto obtenido, para el período de 1993 fue de $1, para 1994 y
1995 fue de $2,5; la facultad de determinar y acordar el aporte lo tenía el Ministro del Interior. En la
actualidad el monto que perciben los partidos políticos depende de lo que la ley anual de presupuesto
destine al Fondo partidario permanente y de los aportes privados al mismo.

Los partidos políticos son controlados por el Estado en sus gastos, por lo que deben presentar al juez
federal con competencia electoral, el estado anual de su patrimonio y la cuenta de ingresos y egresos del
ejercicio, certificados por contador público nacional o por los órganos de control del partido; asimismo,
dentro de los sesenta días de celebrados los comicios en que haya participado el partido, debe presentar
cuenta detallada de los ingresos y egresos relacionados con la campaña electoral. Para conocimiento del
público en general, los estados anuales de las organizaciones partidarias en el distrito y en el orden nacional
deben publicarse en el Boletín Oficial.

Caducidad y extinción de un partido político


Las personerías jurídico-políticas de los partidos pueden caducar poniéndose fin a la existencia legal del
partido y dando lugar a su disolución, por los siguientes motivos:

 Que no se hayan realizado elecciones internas en el partido durante el término de cuatro años.
 Que no se hayan presentado en ningún distrito para elecciones tres veces consecutivas sin razones
muy justificadas.
 Que no alcancen en dos elecciones sucesivas el 2% del padrón electoral en ningún distrito.
 No haber presentado los libros de inventario, de caja y de actas, ni la carta orgánica, previa
intimidación judicial.

Los partidos se pueden extinguir por voluntad de los afiliados, expresada de acuerdo con la carta
orgánica, o porque se impartiese instrucción militar a los afiliados o porque las autoridades del partido o sus
candidatos (no desautorizados por los mismos) cometieron delito de acción pública. Si no está establecido
en la carta orgánica qué es lo que sucede con los bienes del partido extinguido, los mismos pasarán al Fondo
Partidario Permanente.

Los partidos políticos argentinos

En nuestro país es posible observar con bastante claridad el tránsito del partido de notables al partido de
masas; en cada caso, con las particularidades que les fueron imprimiendo los distintos escenarios históricos.

Un recorrido por la historia de los partidos políticos podría tener su origen en 1853, cuando se sancionó
la Constitución Nacional, que estableció la democracia representativa como régimen político. Así quedó
instituido el voto como medio para seleccionar a los gobernantes, aunque durante más de sesenta años ese
voto estuvo restringido a los varones que sabían leer y escribir. Sin embargo, la práctica política informal
impuso mayores restricciones, de modo que las decisiones quedaron en manos de una elite vinculada con el
poder económico agroexportador. De esta manera, se definió un régimen oligárquico que evitaba la
participación popular.

Los primeros partidos se definieron en torno de una cuestión central durante las primeras décadas del
período: ¿qué hacer con la Ciudad de Buenos Aires? Las posiciones que se habían adoptado para resolver
esta cuestión eran opuestas.

Un grupo consideraba que la Ciudad de Buenos Aires debía transformarse en Capital Federal y su
territorio convertirse en un distrito federal (no perteneciente a ninguna provincia sino a la nación). Este
grupo formó el Partido Nacional, liderado por Bartolomé Mitre. Otro grupo, el que sostenía que la Ciudad de
Buenos Aires debía continuar formando parte de la provincia de Buenos Aires, integró el Partido
Autonomista, conducido por Adolfo Alsina.

Finalmente, en 1880 la Ciudad de Buenos Aires se convirtió en Capital Federal y Julio A. Roca asumió
como Presidente de la Nación. Roca y sus sucesores se apoyaron en el Partido Autonomista Nacional (PAN),
que surgió como resultado de acuerdos entre los grupos de gobernantes de las provincias. El PAN, que
reflejaba las ideas de los sectores más conservadores de la sociedad, dominó la vida política y ganó todas las
elecciones nacionales apelando al fraude hasta 1916. Los partidos de este período pueden asociarse
claramente la modelo de partido de notables.
La Unión Cívica Radical

En 1889 se creó la Unión Cívica, un partido político cuyas principales metas fueron la denuncia del fraude
y la lucha por democratizar la política, buscando incorporar a sectores excluidos de los procesos políticos y
electorales. En 1891, la Unión Cívica Radical se dividió y una fracción del partido, liderada por Leandro Alem,
pasó a ser la Unión Cívica Radical (UCR).

La UCR nació como un partido revolucionario


porque pretendía cambiar de raíz la política
argentina. Con esa convicción, durante cerca de
veinte años se negó sistemáticamente a participar en
las elecciones hasta tanto considerara que estaban
dadas las condiciones de transparencia. En 1912 se
sancionó la Ley Sáenz Peña, que proclamó el voto
universal masculino, secreto y obligatorio, y a partir
de ese momento el partido estuvo dispuesto a
competir. En las elecciones presidenciales de 1916,
Hipólito Yrigoyen, líder de la UCR, resultó electo
Presidente de la Nación. El radicalismo logró triunfar
en las siguientes elecciones y así ocupó la presidencia
hasta 1930. Como partido, representó a una clase media que se estaba consolidando en la sociedad
argentina.

El Partido Justicialista

Durante el período conocido como la “Década Infame” el funcionamiento del sistema político se vio
alterado por el fraude electoral y la corrupción. En 1943, un sector militar que se oponía al régimen
oligárquico se había constituido de hecho y dio un nuevo golpe de Estado. Uno de los líderes que lo impulsó
fue el general Perón.

A través de diferentes medidas y decisiones políticas, Juan Domingo Perón se convirtió en un dirigente
muy representativo para los sectores populares. Esto despertó la desconfianza de un grupo de militares que,
en octubre de 1945 intentó apartarlo de la política y lo encarceló. La reacción fue inmediata: el 17 de
octubre se reunió una multitud en la Plaza de Mayo para
exigir su liberación. Finalmente, Perón fue liberado y
conducido a la Casa Rosada. Desde el balcón se dirigió al
pueblo, que lo aclamó y lo legitimó como líder. Este
episodio ejerció una fuerte presión sobre el gobierno
militar, que se vio forzado a llamar a elecciones en
febrero de 1946.

Perón se presentó como candidato del Partido


Laborista –un partido recién creado por los sindicatos de
la CGT–, con el apoyo de una fracción desprendida de la
UCR –La Junta Renovadora– y resultó electo con más del
50% de los votos.

El nuevo presidente buscó su base de apoyo político


en los trabajadores, con quienes se comprometió a
mejorar su situación económica, y también se ocupó de que los sectores más postergados de la sociedad
tuvieran la posibilidad de participar en la política. Su esposa, Eva Duarte, impulsó el voto femenino y logró
que, en 1947, el Congreso aprobara la ley que lo reconoció en iguales condiciones que el voto femenino.

Perón y Eva instauraron en Argentina una nueva forma de participar en política. Durante los años en que
Perón permaneció en el poder, el pueblo se expresaba no solo votando periódicamente sino también con
manifestaciones públicas, en particular en la Plaza de Mayo, y con una militancia activa tanto en el partido
como en los sindicatos afines. Los adherentes al peronismo sentían una identificación muy intensa con las
dos figuras y con sus propuestas políticas.

Perón creó el Partido Peronista, que después se convirtió en Partido Justicialista (PJ). Ese nombre hace
referencia a uno de los tres pilares de la doctrina partidaria, la justicia social (los otros son la independencia
económica y la soberanía política en Argentina frente a cualquier imposición extranjera). Existe formalmente
desde diciembre de 1947, fecha en que se aprobó su carta orgánica.

El justicialismo, sin embargo, excedió la organización partidaria. No se trataba solo de competir para
lograr votos, sino que se instaló casi como una forma de vida para los seguidores; sus ideas y símbolos
estuvieron presentes en el trabajo, en la escuela, en la vida familiar. Esta presencia tan marcada fue vivida
como una imposición por quienes no acordaban con sus ideas y con la personalidad de sus líderes y
generaron una marcada oposición. Esta oposición se fue haciendo cada vez más firme y aglutinó a distintos
sectores con poder político, militar y económico, los que en 1955 produjeron un golpe de Estado y
derrocaron al presidente.

Después del golpe de 1955, por un decreto del gobierno de facto, se prohibió mencionar el nombre en
público y utilizar los símbolos partidarios. El partido justicialista estuvo proscripto hasta 1972; sin embargo,
el líder mantuvo la conducción del movimiento político-sindical desde el exilio. La movilización política fue
en aumento y, durante la segunda mitad de la década de 1960, se sumó la actividad de grupos que optaron
por la lucha armada. Frente a esta efervescencia, el gobierno militar que gobernada el país decidió pactar
una transición y habilitar al PJ para que participara en elecciones.

Casi desde la llegada de Perón a la escena política nacional, peronismo y antiperonismo constituyeron
uno de los clivajes que ordenan la dinámica política argentina.
Los sistemas de partido.

Los partidos políticos que actúan en un país constituyen un sistema. Se habla de sistema porque se trata
de mucho más que de la mera suma e organizaciones partidarias. Un sistema de partido se define por los
vínculos que se establecen entre ellos a partir de la forma en que compiten y cooperan entre sí. Para
comprender y clasificar los sistemas de partidos, se tienen en cuenta dos variables fundamentales: el
número de partidos y la intensidad o distancia ideológica.

Entonces, el primer paso en contar la cantidad de partidos que tienen posibilidad de acceder a los cargos
de gobierno o por lo menos de influir en el comportamiento de los otros partidos que integran el sistema.
Siguiendo este criterio, se obtiene la siguiente clasificación de sistemas de partidos:

 De parido único: existe un solo partido porque los demás están prohibidos. Un ejemplo es la actualidad
es China.
 De partido hegemónico: si bien existen varios partidos, uno solo tiene el control de la competencia
electoral y los demás, denominados “satélites”, solo participan para legitimar su victoria, ya que no
tienen posibilidades de ganar porque las reglas, formales e informales (como el fraude), se lo impiden.
El ejemplo más característico es del PRI mexicano, que fue hegemónico durante casi sesenta años.
 De partido predominante: hay una competencia real, pero un partido gana de manera recurrente,
aunque sin apelar a prácticas ilegales o antidemocráticas. Un ejemplo es el Partido Socialdemocrático
de Suecia, que gobernó durante casi todo el siglo XX.
 Bipartidista: hay dos partidos importantes que suelen alternarse en el gobierno; en los sistemas
parlamentarios, no se forman coaliciones ni alianzas, ya que alguno de los dos tiene la capacidad de
gobernar por sí mismo. Los ejemplos característicos son Estado Unidos, con el Partido Demócrata y el
Republicano, y el Reino Unido, con el Partido Laborista y el Conservador.
 Pluripartidista: los partidos relevantes son tres o más. Puede ser limitado (entre tres y cinco, como en
Francia y Alemania) o extremo (más de cinco partidos como sucede en Israel).

Las dos primeras clases no son propias de sistemas


democráticos, mientras que la tercera está en el límite
porque la falta la alternancia en el poder desvirtúa los
principios del pluralismo.

A su vez, la clasificación anterior se combina con la


posición de los partidos en la línea ideológica izquierda-
derecha (doc. 1 y 2). De este modo, el esquema de
competencia entre los partidos puede ser centrípeta
(doc. 3), cuando el espacio ideológico de competencia
tiende a ser el centro, o centrífuga (doc. 4), si los
partidos se ubican en los extremos del arco ideológico.

Los bipartidismos y pluripartidismos limitados


presentan en general una competencia centrípeta,
mientras que los pluralismos extremos pueden llevar
hacia la competencia centrífuga. Este último caso pone
en riesgo la estabilidad del sistema, ya que es muy difícil
lograr el acuerdo y sostener el apoyo al partido en el
gobierno.

El sistema partidario argentino

La historia del sistema de partidos en nuestro país se inicia con la competencia electoral de las elecciones de
1916, cuando se aplicó por primera vez la Ley Sáez Peña en el ámbito nacional. En esa oportunidad, los
partidos de relevancia fueron la UCR y los conservadores –que participaron de la competencia como
Concentración Conservadora–, el Partido Demócrata Progresista y el Partido Socialista. La UCR se mantuvo
en el poder hasta 1939; esto permite hablar de un sistema de Partido Dominante.

Durante la década siguiente, la práctica del fraude le aseguró la victoria a un solo partido, por lo cual se está
en presencia de un sistema de partido hegemónico.
En 1946 se inició un período de hegemonía peronista. Esta etapa se clasifica como sistema de partido
hegemónico porque la política de expansión de los derechos sociales del gobierno fue la herramienta del PJ
para imponer su victoria frente al resto de los partidos. La particularidad era que el sistema estaba muy
diferenciado ideológicamente entre peronistas y antiperonistas, diferenciación que se mantiene hasta la
actualidad.

A partir del golpe de Estado de 1955 y hasta 1973se registra el lapso de mayor inestabilidad en cuanto a las
reglas de competencia del sistema de partidos; de hecho, ninguna fuerza política logró imponerse
claramente y las Fuerzas Armadas se convirtieron en un actor político decisivo. Luego de un breve período
de descomposición política durante el que gobernó el PJ, se inició la dictadura que se extendió hasta 1983.
En las elecciones de ese año el juego político-electoral se definió como un bipartidismo UCR-PJ. Los
problemas de gobernabilidad y los cuestionamientos a las reformas neoliberales de la década de 1990
propiciaron la aparición de nuevos partidos (como el Frente Grande, en 1993), hubo desprendimientos y se
conformaron alianzas. Desde entonces, es posible hablar de un pluripartidismo moderado.

TEMA: Sistema Electoral

Un sistema electoral es un conjunto de reglas que determinan cómo se llevan a cabo las elecciones, los
referendos y cómo se determinan sus resultados. Los sistemas electorales políticos están organizados por
los gobiernos, mientras que las elecciones no políticas pueden tener lugar en empresas, organizaciones sin
fines de lucro y organizaciones informales.

Los sistemas electorales consisten en conjuntos de reglas que rigen todos los aspectos del proceso de
votación: cuando se realizan las elecciones, a quién se le permite votar, quién puede presentarse como
candidato, cómo se marcan y emiten las papeletas de votación, cómo se cuentan las papeletas de votación
(método electoral), límites en el gasto de campaña, y otros factores que pueden afectar el resultado. Los
sistemas electorales políticos están definidos por las constituciones y las leyes electorales, por lo general son
conducidas por comisiones electorales y pueden usar múltiples tipos de elecciones para diferentes cargos.

Sistema Electoral en Argentina


Las elecciones en la República Argentina se celebran cada dos años para elegir a los cuerpos legislativos
y, desde 1995, cada cuatro para elegir al poder ejecutivo (antes se realizaban cada seis años). La constitución
nacional, en su artículo primero, establece que el país tiene un sistema de gobierno “representativo,
republicano y federal”. Por su condición de país federal, en Argentina se realizan regularmente dos tipos de
elecciones principales:

 Elecciones nacionales: para elegir a las autoridades federales del país: el Poder Ejecutivo, constituido
por el Presidente y el vicepresidente y el Congreso Nacional, formado por Senadores y Diputados.
 Las elecciones provinciales y de la Ciudad de Buenos Aires o locales: para elegir a las autoridades de
cada provincia: los poderes ejecutivos de las provincias y sus legislaturas.
También se realizan regularmente elecciones municipales, regidas por las leyes y procedimientos de cada
provincia. Extraordinariamente se realizan elecciones de convencionales para integrar una Convención
constituyente, organismo encargado de modificar la Constitución, algo que ha sucedido de la siguiente
forma: (en 1853 se crea la Constitución) y en 1860, 1866, 1898, 1949, 1957 y 1994 fue modificada.

El voto es universal, secreto y obligatorio para los ciudadanos entre 18 y 70 años de edad, con algunas
excepciones. En algunos casos se permite el voto de extranjeros radicados. En noviembre del 2012, se
aprobó una ley que permite a los jóvenes entre 16 y 18 años de edad a votar de forma optativa.

Desde 1862 hasta 1930 el Presidente de la Nación asumía el cargo el 12 de octubre. Desde 1932 hasta
1943 el cargo se asumía el 20 de febrero. Las dos primeras presidencias de Juan Domingo Perón en 1946 y
1952 las comenzó el 4 de junio. En 1958 Arturo Frondizi asumió el 1 de mayo. En 1963 Arturo Illia volvió a
asumir el cargo el 12 de octubre. En marzo de 1973 fue elegido Héctor Campora y comenzó su mandato el
25 de mayo, pero renunció 49 días después de asumir. Ese mismo año fue elegido por tercera vez Juan
Perón que asumió el cargo el 12 de octubre. Desde 1983 la mayoría de las asunciones fueron el 10 de
diciembre excepto las de Carlos Menem quien asumió sus dos presidencias en 1989 y 1995 el 8 de julio y
Néstor Kirchner quien asumió el 25 de mayo de 2003.

El Presidente y Vicepresidente son elegidos en una única votación, por un período de cuatro años, a
través el voto popular directo, utilizando un sistema de segunda vuelta: debe haber una segunda vuelta si
ninguna fórmula obtiene más del 45% de los votos positivos, o más del 40% de los votos positivos con una
diferencia porcentual de 10 puntos con respecto a la segunda fórmula, en cantidad de votos positivos.

El Congreso Nacional tiene dos cámaras:

 La Cámara de Diputados de la Nación tiene 257 miembros, elegidos por un período de cuatro años en
cada distrito electoral (23 provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires) por representación
proporcional utilizando el método D'Hondt, con la mitad de las bancas renovados cada dos años en
todos los distritos electorales.
 El Senado de la Nación tiene 72 miembros elegidos por un período de seis años, con dos bancas para el
partido o coalición mayoritarias y una banca para el segundo partido o coalición mayoritaria. Una
tercera parte de las bancas son renovadas cada dos años. En las elecciones legislativas de 2001, el
senado fue renovado en su totalidad.
Sistema D´Hont

Es el método que se aplica en Argentina para la distribución de cargos legislativos, en todos los niveles:
Diputados Nacionales, Legislaturas Provinciales y Concejos Deliberantes. Apunta a asegurar, en la mayor
medida posible, la representación parlamentaria de los partidos con menor caudal electoral frente a las
grandes mayorías. El sistema de distribución proporcional de cargos en una cámara legislativa de acuerdo
con un resultado electoral determinado se realiza en la Argentina mediante el sistema de “lista abierta o
incompleta” denominado D'Hont. Nombre que remite al jurista y matemático belga Víctor D'Hont, fallecido
en 1901.

Se trata de un método para asegurar en la mayor medida posible la representación parlamentaria de los
partidos con menor caudal electoral frente a las grandes mayorías. Si bien en la actualidad los sistemas
computarizados calculan automáticamente los cargos asignados a medida que se va conociendo el
resultado electoral, es posible realizar un cálculo manual para determinar cómo se distribuyen las bancas.

Tanto las constituciones nacionales y provinciales como las leyes electorales determinan su aplicación
en la Cámara de Diputados de la Nación, legislaturas provinciales y concejos deliberantes.

Tras escrutar todos los votos, se calculan cocientes sucesivos para cada lista electoral. La fórmula de los
cocientes es:
TEMA: El Sufragio
El sufragio es un procesamiento mediante el cual el cuerpo electoral (que es el conjunto de personas con
derecho electoral activo, también llamado electorado activo) se empresa formalmente sobre cuestiones.
Dependiendo de su finalidad, puede ser electoral o no electoral. Es electoral cuando se designa, por esta vía,
a funcionarios para determinados cargos. Es no electoral cuando el voto sirve para adoptar decisiones
políticas.

El sufragio constituye un derecho un deber del ciudadano. Todos los/as electores/as que tengan 16 años
o más a la fecha de la elección nacional, tienen el derecho y el deber cívico de votar en las Elecciones
Primarias y en las Elecciones Generales. Esto significa que quienes tengan 15 años, pero cumplan los 16
hasta el día de las Elecciones Generales, inclusive, deberán concurrir a votar.

Sin embargo, los menores de 18 y los mayores de 70 no estarán incluidos en el Registro de Infractores al
Deber de Votar, en caso de no presentarse a sufragar.

https://www.youtube.com/watch?v=YyXMNt7hlGs

Los/as únicos electores/as que no están obligados a votar, pero si lo desean pueden hacerlo, son :
 Los/as jueces/ juezas y sus auxiliares que el día de la elección estén afectados a los comicios.
 Los que el día de la elección se encuentren a más de 500 km de distancia del lugar donde deban votar y
justifiquen que el alejamiento obedece a motivos razonables.
 El personal de organismos o empresas de servicios públicos que por razones atinentes a su
cumplimiento deban realizar tareas que le impidan asistir al comicio durante su desarrollo. En este caso
el empleador o su representante legal comunicará al Ministerio del Interior y Transporte la nómina
respectiva con diez días de anticipación a la fecha de la elección, expidiendo, por separado, la
pertinente certificación. Quienes por razones de trabajo deban estar ocupados durante las horas del
acto electoral, tienen derecho a obtener por parte de sus empleadores una licencia especial que les
permita concurrir a emitir su voto y, eventualmente, desempeñar funciones en el comicio, sin que ello
implique una deducción del salario ni recarga horaria posterior.

No están habilitados para votar las personas excluidas del padrón electoral, por las siguientes
causas:
 Los dementes declarados tales en juicio.
 Los condenados por delitos dolosos a pena privativa de la libertad, y, por sentencia ejecutoriada, por el
término de la condena.
 Los condenados por faltas previstas en las leyes nacionales y provinciales de juegos prohibidos, por el
término de tres años; en el caso de reincidencia, por seis.
 Los sancionados por la infracción de deserción calificada, por el doble término de la duración de la
sanción.
 Los declarados rebeldes en causa penal, hasta que cese la rebeldía o se opere la prescripción.
 Los inhabilitados según disposiciones de la Ley Orgánica de los Partidos Políticos.
 Los que en virtud de otras prescripciones legales y reglamentarias quedaren inhabilitados para el
ejercicio de los derechos políticos.

¿Qué es el padrón electoral?


Es el registro o lista de todas las personas que pueden votar. Tiene los siguientes datos de todos los
votantes: nombre y apellido, sexo, lugar y fecha de nacimiento, domicilio, profesión, tipo y número de
documento, entre otros.

Características del voto

La Constitución Nacional establece en su artículo 37 que “el


sufragio es universal, igual, secreto y obligatorio”. A su vez, la Ley
Electoral 19945 dictamina que el voto es voluntario para los jóvenes de
16 y 17 años y para mayores de 70, por lo tanto, es obligatorio para
todos aquellos que tienen entre 18 y 70 años.

 Universal: todos los/as argentinos/as, independientemente de su sexo, raza, religión, etc., son
titulares del derecho al sufragio a partir de los 16 años de edad
 Igualitario: el voto de todas las personas tiene el mismo valor. Este principio se expresa de la
siguiente manera: "un ciudadano, un voto".
 Secreto: el voto se emite en ciertas condiciones que impiden conocer qué eligió cada elector/a y
nadie puede ser obligado, antes o después del acto electoral, a revelar su voto.
 Libre: ninguna persona puede ser forzada a votar a favor o en contra de alguna agrupación política
o candidatura determinada.
 Obligatorio: El ejercicio del voto es un deber cívico también para los/as electores/as de 16 y 17
años y para los mayores de 70, aunque quienes tengan esas edades no serán incluidos en el registro
de electores al deber de votar en caso de no emitir el sufragio.

Si no se puede sufragar hay que tener en cuenta las justificaciones pertinentes:

Quienes no hayan votado en las elecciones deberán pagar una multa, según lo establecido por el
Ministerio del Interior. Además, las personas que figuren en el Registro de Infractores no podrán hacer
gestiones o trámites ante organismos estatales nacionales, provinciales o municipales durante un año si no
justificaron su ausencia.

Estar lejos del domicilio legal: Están excluidos de las sanciones quienes el día de la elección se
encontraban a más de 500 kilómetros del lugar donde debían votar “y justifiquen que el alejamiento
obedece a motivos razonables”. En este caso, el interesado deberá acercarse a una comisaría para pedir un
certificado que acredite la distancia en la que se encuentra. El plazo para pedir ese certificado es hasta las 18
del mismo domingo.

En caso de enfermedad: Los “enfermos o imposibilitados por fuerza mayor, suficientemente


comprobada” de asistir al acto electoral también están exceptuados de las sanciones, siempre y cuando
puedan justificar su condición de salud “por médicos del servicio de sanidad nacional; en su defecto por
médicos oficiales, provinciales o municipales, y en ausencia de éstos por médicos particulares”.

Trabajar durante las elecciones: Quienes trabajan en el horario de las elecciones tienen derecho a una
licencia especial de sus empleadores “con el objeto de concurrir a emitir el voto o desempeñar funciones en
el comicio, sin deducción alguna del salario ni ulterior recargo de horario”.

Vivir en el exterior o estar de viaje: Quienes presenten un DNI con domicilio en la Argentina, pero vivan
en el exterior deberán adjuntar foto del pasaporte o documentación que acredite que no se encontraban en
el país a través del Registro de Infractores. Esa documentación necesaria puede ser solicitada en la
Embajada o Consulado Argentino más cercano.
Se brinda un plazo de hasta 60 días después del sufragio para justificar el no voto sin ser
sancionado.

Voto: Clasificación
a. Votos válidos:

VOTOS AFIRMATIVOS:
 Se emite mediante boleta oficializada de una misma agrupación (o lista) para todas las categorías
de cargos.
 Para cada categoría de cargos a elegir se emiten boletas oficializadas de diferentes agrupaciones (o
listas).
 La boleta oficializada tiene tachaduras, agregados, roturas o sustituciones (borratina), siempre que
el encabezado se encuentre intacto.
 En el sobre hay más boletas oficializadas de la misma lista y categorías de cargos. Sólo se
computará una y se destruirán las restantes.

VOTO EN BLANCO
 El sobre se encuentra vacío.
 El sobre contiene un papel (de cualquier color), sin imágenes, textos ni objetos extraños.
 El sobre contiene una boleta oficializada, pero le falta el cuerpo correspondiente a una categoría.
En ese caso, se considerará ¨voto en blanco¨ solo para dicha categoría.

b. Votos nulos:

 Se emite mediante boleta no oficializada. Por ejemplo, boletas de elecciones anteriores y/o de
otros distritos.
 En el sobre junto con la boleta se hallan incluidos objetos extraños a ella, tales como monedas,
estampitas, etcétera.
 Boletas oficializadas de distintas agrupaciones para un mismo cargo.
 Boletas oficializadas de distintas listas de una misma agrupación política para la misma categoría de
cargos.
 Boletas oficializadas que, por destrucción parcial, defecto o tachaduras, no contengan, por lo
menos, el nombre del partido y la categoría de cargos a elegir.
 Boletas oficializadas que contienen inscripciones y/o leyendas de cualquier tipo, salvo en los casos
de tachaduras, agregados o sustituciones.

c. Votos recurridos:

Son aquellos cuya validez o nulidad fuera cuestionada en el escrutinio de mesa por algún fiscal. En estos
casos el fiscal que recurre:
 Deberá fundamentar su pedido con una “expresión concreta de la causa”;
 Asentará tales motivos en el formulario especial provisto por la Justicia Nacional Electoral;
 Consignará sus datos, nombre y apellido, número de documento cívico, domicilio y agrupación
política (o lista), y firmará el formulario.
 El formulario se adjuntará a la boleta y al sobre respectivo para ser enviado al Juzgado Federal con
competencia electoral o a la Junta Electoral Nacional respectivamente.

d. Votos de identidad impugnada:


 Voto sobre el cual Usted, el Vicepresidente (vocal auxiliar) o los/as fiscales consideran que el
votante no es el titular del documento cívico que presenta.
 Debe seguir este procedimiento en el caso de que se presente un elector identificado –con un
grisado- en el padrón como “ausente por desaparición forzada”.
 Los votos de identidad impugnada serán contabilizados, pero no abiertos ni escrutados en la mesa.
 Se enviarán cerrados a la Justicia Nacional Electoral para que ésta decida sobre su validez o nulidad.

e. Voto del comando general electoral:

El Personal del Comando General Electoral podrá votar en el establecimiento en el que cumple funciones
siempre que se encuentre inscripto en el padrón electoral de alguna de las mesas. El mismo puede estar
identificado con un color especial o simplemente estar asentado como el resto de los electores.

¿Cómo votar?

Para poder votar se necesita el documento de identidad y estar inscripto en el padrón. Según Ley 19.945.
Código Nacional Electoral, Art. 88.

El día de la votación, se tiene que cumplir los siguientes pasos:


 Dirigirse al lugar en el que se vota, según el padrón. Por lo general, se vota en escuelas del barrio
donde vivimos. Hacerlo dentro del horario de votación. El acto abre a las 8:00 H. y finaliza a las 18
H.
 Buscar la mesa que corresponde según el padrón electoral. Cada mesa tiene un número.
 Allí se debe mostrar el DNI ante las autoridades de mesa.
 Se otorgará un sobre abierto y vacío con la firma del presidente de mesa para poner dentro la
boleta del candidato al que se elige votar. El personal de la mesa de votación, retendrá el DNI hasta
que se deja el voto dentro de la urna.
 Seguidamente, darán indicaciones de dónde se encuentra el cuarto oscuro, que es el lugar donde
están todas las boletas de los distintos partidos, para poner la que se prefiera en el sobre otorgado.
Es un acto privado y nadie debe interrumpirlo. Si llegan a faltar boletas, se debe salir a pedirlas sin
mencionar nombre de agrupaciones políticas.
 Recordar cerrar el sobre antes de salir.
 Al salir del cuarto oscuro (aula que se encuentra junto a la mesa de votación), poner el voto en la
urna.
 Finalmente, se debe firmar el padrón que tiene la autoridad de mesa, para dejar constancia de la
votación.
 El presidente de mesa tiene que entregar una constancia por escrito de la votación y devolver el
DNI.
 Cumplidos estos pasos, el voto ya fue emitido.

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