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olución parece producirse mediante procesos solapados entre sí y progresivamente refinados.

A un nivel inmediato, funciona mediante un simple, gigantesco e irracional proceso de ensayo


y error; los éxitos de determinado estado de organización facilitan su continuación. No
obstante, a medida que la organización se va desarrollando cada vez más, aparecen de forma
espontánea métodos de predicción estratégica, que eligen caminos indirectos que, a corto
plazo, incluso pueden parecer un error, pero que, considerados en conjunto, constituyen un
acierto; este tipo de «conductas» han podido observarse en modelos virtuales de evolución
programados en una computadora; la conducta agresiva y egoísta constituye un primer nivel
de superorganización, en virtud de la cual el individuo «comprende» que para su
supervivencia debe «atacar» a sus rivales antes de acudir directamente a la recompensa, y la
conducta altruista es un segundo nivel que surge en el momento en que los individuos
desarrollan la capacidad de comunicarse entre sí; en modelos computacionales se ha
observado el desarrollo completamente espontáneo de combinaciones de ambos
mecanismos, de tal modo que un individuo se comunica con otros varios y «miente» al resto
en beneficio del grupo. El egoísmo, de este modo, aparece desde la perspectiva del grupo
como un comportamiento táctico, y el altruismo como un comportamiento estratégico.
La inteligencia se constituye como un nivel adicional de superorganización que permite el
análisis de la situación global y la predicción del mejor camino a seguir mediante la sustitución
en buena medida del método físico del ensayo y error por un proceso paralelo y «virtual»,
también sujeto a evolución, que se desarrolla íntegramente en el cerebro de los individuos y
que se transmite de forma igualmente «virtual» a las generaciones siguientes mediante
la educación. Según la teoría de la singularidad tecnológica en conjunción con el concepto
de Transhumanismo, se sugiere que pronto tendremos la posibilidad de programar de forma
«artificial» nuestra propia evolución de la forma más beneficiosa para todos, 7 aunque, no
obstante, existen críticas al respecto.8910

Concepción altruista

Trabajadora humanitaria medicando a un niño en Léogâne


(Haití), tras el terremoto.
El altruismo puede entenderse como altruismo puro, donde no existen apego ni deseo, como
en el caso del budismo, o bien como «egoísmo altruista», como en el caso del cristianismo,
donde existen apego a un ser superior y el deseo de obtener la salvación. En la práctica, en
ambas religiones existen apego y deseo, y en el budismo existe una última etapa previa a
la iluminación que consiste en la renunciación a todos los logros conseguidos a cambio de
nada, con el objetivo de destruir el ego completamente. Para el llamado «altruismo puro», no
existe posibilidad de negociación; las relaciones no son competitivas, sino colaborativas: uno
procura el bienestar de los demás sin esperar nada a cambio, y los demás procuran el
bienestar de uno.
El budismo sitúa al apego y al deseo como emociones negativas que también producen ira y,
en definitiva, sufrimiento. Apego, deseo, ira, miedo e ignorancia (por ejemplo, falta de
comprensión de las causas del Duḥkha ajeno) contribuyen a reforzar el ego. En la filosofía
budista, el amor real es el amor compasivo, y el amor y el ego son incompatibles.11 Recientes
estudios científicos han demostrado que la meditación budista produce un incremento de la
actividad en las zonas cerebrales relacionadas con las emociones positivas y una disminución
de la actividad en las zonas relacionadas con la ira y la depresión. 1213
El «egoísmo altruista» es la filosofía de las relaciones humanas predicada
por Jesucristo («ama a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo»).
El altruismo es la forma de entender el amor para Leibniz, quien cree que, si uno realmente
entiende y busca el amor, siempre obtendrá placer en la felicidad de otro. 14
Amar verdaderamente, y de un modo desinteresado, no es otra cosa que encontrar placer en las
perfecciones o en la felicidad del objeto.15

Gottfried Leibniz

La psicología humanista considera que el amor es indispensable para conseguir


una autoestima saludable.
Es imposible la salud  psicológica, a no ser que lo esencial de la persona sea fundamentalmente
aceptado, amado y respetado por otros y por ella misma.16

Abraham Maslow

Matthieu Ricard en el Foro Económico Mundial de 2009.


Abraham Maslow sitúa al amor en el estrato de afiliación, entre el de seguridad y el
de reconocimiento, dentro de su jerarquía de las necesidades humanas.17
Matthieu Ricard, doctor en bioquímica y monje budista, pone como ejemplo los
comportamientos altruistas que existieron entre judíos desconocidos entre sí durante
la ocupación nazi para ilustrar el hecho de que los seres humanos somos altruistas por
naturaleza. «¿Cómo cabe pensar que actuasen por egoísmo en esa situación?», argumenta.

Gran Pirámide de Guiza. Las pirámides de Egipto son


monumentos al narcisismo.
El amor compasivo desde el punto de vista científico
Matthieu Ricard se sometió a un exhaustivo estudio mediante escáneres cerebrales bajo un
estado especial de meditación en el que se genera un estado de amor y compasión puros y no
enfocados hacia nada ni nadie en particular. Los resultados mostraron un aumento sin
precedentes en la actividad del córtex prefrontal izquierdo del cerebro, relacionado con las
emociones positivas, mientras que la actividad en la zona del lóbulo derecho relacionada con
la depresión disminuía, como si la compasión fuese un buen antídoto contra la depresión. Y
también disminuía la actividad de la amígdala, relacionada con el miedo y la ira. Por otro lado,
un grupo de empleados de una empresa realizaron 30 minutos diarios de meditación durante
3 meses. A lo largo del estudio, reportaron un descenso en sus niveles de ansiedad, y se pudo
ver que también se incrementaba la actividad de su córtex prefrontal izquierdo. 1213

Concepción egoísta
La concepción anterior es diametralmente opuesta a la del capitalismo, que promueve el
llamado «egoísmo inherente al ser humano», y sobre el cual se basa. 18 Ayn Rand defiende
que el egoísmo es en esencia un sentimiento noble, y que cada persona es responsable de su
propia felicidad y no de la de los demás. Este pensamiento está íntimamente ligado al
capitalismo puro.19
Juro, por mi vida y por mi amor por ella, que nunca viviré por el bien de otro hombre, ni pediré a otro
hombre que viva por el mío.20

Ayn Rand

El amor sexual, en cualquiera de sus variantes, constituye asimismo un amor marcadamente


egoísta; lo que se manifiesta como un altruismo hacia la pareja constituye una manifestación
de puro egoísmo respecto al resto de la sociedad; el propio acto sexual se desarrolla bajo un
estado de egoísmo personal en el que el individuo busca su propio placer, ya sea de forma
directa o por la gratificación que le produce el placer de su pareja. En la misma línea, Sigmund
Freud consideraba que todas las motivaciones humanas tenían un trasfondo libidinoso, y, por
lo tanto, egoísta. Al considerar el amor compasivo sublimado, describe al amor como un
comportamiento exclusivamente narcisista; para él las personas solo aman lo que fueron, lo
que son, o lo que ambicionan ser; distingue, incluso, entre grados saludables y patológicos de
narcisismo. Escribió, entre otras cosas, que el amor incondicional de una madre lleva a una
perpetua insatisfacción: «Cuando uno fue incontestablemente el hijo favorito de su madre,
mantiene durante toda su vida ese sentimiento de vencedor, mantiene el sentimiento de
seguridad en el éxito, que en realidad raramente se satisface». Es una forma de entender las
relaciones humanas que se ha extendido durante el siglo XX desde Estados Unidos a otros
países occidentales, y actualmente existe una dura pugna entre sus defensores y
detractores. Francia y Argentina son los dos países que más se resisten a abandonar la
cultura del psicoanálisis. En España, más del 9% de los psicólogos siguen ya este
paradigma.2122

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