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EL INCONSCIENTE De Freud a Lacan

Para Freud el inconsciente es aquello capaz de producir efectos fuera del


conocimiento del sujeto. Es un inconsciente que opera, que se deja conocer por
sus efectos disruptivos, intrusivos. La operación analítica consiste en dar un
sentido a eso que se presenta como desprovisto de sentido.

Para Freud el inconsciente es una marca de lo psíquico. Contiene procesos


reprimidos, que si devienen conscientes resaltarían con los demás procesos y
generarian malestar a la conciencia. La represión consiste en impedir que ciertas
representaciones inconscientes, devengan a la consciencia. La represión opera
sobre la representación, se reprime la representación intolerable a la que
acompaña el afecto y el afecto queda liberado.

Los rasgos del inconsciente son: ausencia de contradicción, proceso primario


(movilidad de las investiduras a través de los procesos de condensación y
desplazamiento), carácter atemporal y sustitución de la realidad exterior por la
realidad psíquica.

Lacan

Al Incc se conoce a través del discurso, mediante el equívoco. Es aquí donde


escuchamos al sujeto del incc, no lo vemos, se lo oye en lo discursivo, en el
equívoco, es efecto de la falta, surge por la falta.

Lacan nos presenta dos caras del inconsciente, por un lado, el imprevisible, que
aparece a través de la sorpresa que caracteriza la irrupción del lapsus, del chiste o
del acto fallido, es el inconsciente freudiano, el de la vía significante, responde a la
hipótesis de: “el inconsciente está estructurado como un lenguaje”, retornando a
la concepción original de Freud, O sea expresa que el inconsciente no puede
representar objetos reales en el lenguaje de modo absoluto, lo inconsciente remite
a lo no-dicho por el lenguaje. Las leyes del inconsciente son equiparables a las
leyes del lenguaje, concluimos entonces con que el inconsciente está estructurado
como un lenguaje debido a que obedece a las mismas leyes. Dichas leyes son la
metáfora como la condensación y la metonimia como el desplazamiento.

La metonimia se caracteriza por el encadenamiento, la combinación y la


continuidad de la cadena; y la dimensión metafórica permite reemplazar
elementos de la cadena, sustituyendo un significante por otro.
La otra cara del inconsciente tiene que ver con lo que no anda, con lo
inaprehensible, con lo huidizo; es el inconsciente que instaura una pérdida, que
ejerce una coacción sobre el sujeto. Esto es la función pulsativa del
inconsciente. De esta manera introduce la noción de la hiancia, refiriéndose a
unas pequeñas grietas que tienen movimiento, pero que sin embargo mantienen
una estructura. Dichas grietas advierten su existencia una vez que se ha cerrado,
por lo tanto en el inconsciente hay una apertura y un cierre, y es en éste cierre
que sucede algo, por lo tanto es un acontecimiento. Hace referencia a la ruptura
que existe en los discursos del sujeto al momento de decir algo que no quiere
decir. Lo que se produce en esta hiancia se le presenta al sujeto como un hallazgo,
generador de sorpresa ya que lo rebasa, como por ejemplo los lapsus.

Lacan no habla de individuos sino que habla de sujetos, refiriéndose a un sujeto


que evoca al inconsciente, un sujeto justamente inconsciente.

El inconsciente para Lacan es el sujeto, el inconsciente como sujeto se presenta


como laguna, como discontinuidad, y no como aquello susceptible de completar
dicha discontinuidad. Lo que la transferencia descubre es que el analista como
significante forma parte de la economía psíquica, ocupa un lugar en ella, o sea que
el psicoanalista forma parte en tanto significante dentro de las formaciones del
inconsciente tanto como los sueños, los actos fallidos, los síntomas, los chistes.

¿Cuál sería la posición ideal del analista en análisis? La posición ideal seria hacer
de semblante de objeto a (del analizante). Ya que si el analista puede hacer de
semblante, posibilita que aparezca el sujeto del inconsciente.

¿Cuáles son las funciones del analista? Sostener el discurso del paciente. El
analista no debe responder a la demanda originaria (no del decirle lo que quiere
que le digan), se posiciona en hacer semblante del objeto a. No encarna al gran
Otro, ni al obj a. Al hacer de semblante de obj a, invita al sujeto a que hable, a
que aparezca el sujeto deseante. El analizante figura en el analista diferentes
cosas. El Obj a es el obj perdido, su efecto es causar a un sujeto deseante. Es la
falta, produce vacío.

Dice Lacan: “En cuanto hay, en algún lugar, el sujeto que se supone saber, hay
transferencia” (1964, p. 240). Ciertamente, que se supone, porque de cierto, no
sabe nada. Este SUJETO SUPUESTO SABER va ser la condición para que se
establezca la transferencia, y poner al analista en un lugar del saber. Y es
justamente el mismo lugar que ubicaba a sus padres en su primera infancia. El sss
es un concepto que al insturarse permite que el analizante hable de otra manera,
tiene que ver con esa invitación que se hace al paciente de decir todo en
desorden, sin retener nada, sin ser detenido ni por la decencia ni por el displacer.

Transferencia:

Lacan, considera a la transferencia como “la puesta en acto de la realidad del


inconsciente” (1964, p. 152), manifestando el poder de los efectos que tiene la
palabra sobre el sujeto, por lo cual Lacan deduce que “el inconsciente está
estructurado como un lenguaje” (Lacan, 1964, p. 155), reconocido y declarado por
él mismo.

Pulsión para lacan

Para Lacan la pulsión es una fuerza constante, siempre activa que se satisface
pero que nunca se descarga, creando así un montaje para poder satisfacerla,
creando una situación ilusoria de que se necesita objeto, ya que se piensa que hay
un objeto que satisfaga la pulsión. Para lacan la pulsión se satisface en el
recorrido, es un objeto que presenta a la nada, ya que no hay un objeto que
satisfaga completamente a la pulsión. Es el representante psiquico de la
sexualidad.

En una primera teoría de Lacan acerca de la posición del analista, su función es


desaparecer en tanto yo, en tanto moi (yo persona, los prejuicios), o sea que su
posición en el dispositivo analítico manifiesta una sustracción a la relación
imaginaria.

Pero hay más adelante en el desarrollo teórico de Lacan otra, por la cual su
función es desaparecer en tanto sujeto del inconsciente, ya que el único sujeto que
se admite en la experiencia psicoanalítica es el sujeto del inconsciente del
paciente.
El autor explica la constitución subjetiva como una estructura dinámica organizada
en tres registros: lo Real, lo Imaginario y lo Simbólico. Para Lacan lo real es lo
imposible, es aquello que no se puede expresar como lenguaje, lo que no se puede
decir y no se puede representar, porque al representarlo se pierde la esencia de
éste, es decir, del objeto mismo.

Lo Imaginario. Tiene que ver con la imagen, con su poder cautivante, la belleza
de las imágenes esconde que son huecas; la imagen tiene una doble función
consistente en obturar y denunciar ese hueco, la segunda función solo se descubre
desde otro registro (ya que el hueco queda desconocido porque hay imagen)

Lo Simbólico. Es el registro que da cuenta del hueco de la imagen. Nos remitimos


al significante y sus leyes, es el significante el que hace que algo falte. Introduce
el orden al mismo tiempo que introduce una perdida.

Lo que habitualmente llamamos realidad no es lo real, sino que es efecto del orden
significante y de las cristalizaciones que impone lo imaginario.

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