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Clase número 4 (virtual):

ARBITRAJE EN EL CODIGO CIVIL Y COMERCIAL:

Como consecuencia de la reforma de la reforma del año 2015, se introduce en el Código Civil y
Comercial al contrato de arbitraje, dentro del Libro tercero (derechos personales), Titulo
cuarto (contratos en particular), Sección segunda capítulo 29 (contrato de arbitraje) junto a
los contratos típicos.

En los arts. 1629 a 1665 del CCC se aborda no solo los aspectos contractuales sino que también
legislan cuestiones de forma, haciendo referencia al proceso arbitral, incluyendo al laudo
arbitral de carácter jurisdiccional como a los recursos contra laudos arbitrales. No obstante, se
plantea una cuestión a resolver, el arbitraje ¿trata de una cuestión de derecho público al
vincularse con el acceso a la justicia?, o por el contrario, ¿se trata de un contrato de derecho
privado?. En conclusión, ¿podemos decir que estamos ante un “contrato de justicia”?

Por otro parte, se hace una crítica acerca de la regulación del arbitraje interno e internacional,
dejando pendiente algunas cuestiones específicas en materia de arbitraje, por ejemplo: el
arbitraje en las relaciones de usuario y consumidor.

Asimismo, dentro del derecho del trabajo encontramos en el art 14 bis de la Constitución al
arbitraje como un derecho gremial para resolver conflictos de trabajo, de carácter no judicial
pero sí procesal.

Países de sistema continental europeo:

El arbitraje se encuentra regulado en los códigos de tales países, el código civil francés ya lo
regulaba diciendo que: las partes en el contrato deciden someterse a un laudo o acuerdo
arbitral y a cumplir con el laudo. Sin embargo, algunas cuestiones son insuficientes para el
desarrollo del laudo arbitral precisamente cuando las partes no acuerdan ciertas previsiones y
estas deberían estar contempladas en los códigos procesales.

En Argentina, el arbitraje siempre estuvo regulado en el Código procesal, por un lado, el


sistema de árbitros de derecho y por otro el de amigables componedores. En el siglo XXI las
legislaciones nacionales quedaron desactualizadas, por ello las provincias decidieron actualizar
este sistema decimonónico, regulando el juicio arbitral de derecho y por otro lado el de
amigables componedores, siempre considerándolo como un proceso jurisdiccional, no judicial.

Hay algunos hitos trascendentes que permitieron que en el siglo XX se fijen pautas aplicables a
todos los sistemas jurídicos del common law y del sistema continental europeo para
uniformar el contenido acerca de:

 que es un arbitraje,
 composición y competencia de un tribunal arbitral,
 recusación de árbitros,
 impugnación de decisiones, etc.

Ellos son (ambas nos permitieron consensuar acerca de los ítems mencionados):

1. La Convención de Nueva York sobre reconocimiento y ejecución de sentencias de


1958 (de las Naciones Unidas), aprobada por más de 150 países.
2. La Ley Modelo sobre arbitraje comercial internacional del año 1985

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A partir de estas dos normativas se ha avanzado considerablemente hacia el interior de cada
uno de los países en los años 90, iniciándose con una modificación por parte de México que ha
sido muy importante, hasta así llegar a nuestro proceso arbitral en los códigos procesales, y,
finalmente en 2015 pasando de estar regulado solo como un proceso a su regulación en el
nuevo Código C y Comercial, lo cual ha sido sustancial para la introducción del país en el
comercio internacional, teniendo en cuenta que el arbitraje es el medio natural y necesario de
resolución de conflictos cuando hablamos de comercio internacional.

Tenemos que tener en cuenta que ninguno de los ante proyectos del Código actual regulaba al
arbitraje como un contrato típico, sino solo como un instituto jurisdiccional de carácter público
-publicistico- , por ello la regulación como un contrato típico fue sorprendente, enrolándose en
una postura contractualista y legislando tanto el arbitraje interno como internacional.

El art. 75 inciso 13 de la CN prevé que el Congreso tiene poder para regular el comercio
interior y exterior. A pesar de dicha facultad, se hace una crítica a nuestro actual Código
entendiéndose que no se justifica la regulación de ambos arbitrajes, ya que se hubiera
pensado en la posibilidad de regular el arbitraje internacional en una normativa propia.

Sin dudas que después de 150 años de vigencia del código civil por un lado y el de comercio
por otro, encontramos otra mirada e ideas distintas. Pasamos de ser uno de los países más
atrasados en materia de arbitraje a considerarlo como derecho de fondo, con una visión ultra
liberal de la materia.

Es decir, se trata de un contrato patrimonial típico, como una locación, compraventa, etc. Lo
que se busca es no apartar al instituto jurisdiccional, aunque se le suman algunas cuestiones,
por ejemplo: la autonomía de la voluntad y la libertad que empezaran a regir en materia de
arbitraje. Tenemos como resultado un arbitraje que sigue una filosofía individualista, de
justicia privatista. El sistema federal de gobierno queda sometido a una doble regulación:

 de fondo: que comprende lo relacionado al acuerdo o convenio arbitral


 de forma: proceso jurisdiccional con códigos procesales locales adaptados al código
civil y comercial.

Como consecuencia de ello, se dan controversias entre los códigos procesales de las provincias
y el nuevo Código C y Comercial, por ejemplo: en cuanto al procedimiento en caso de acuerdo
arbitral, plazo para dictar laudo cuando no hay acuerdo, recursos contra el laudo, afectándose
de esta manera la previsibilidad y la seguridad jurídica, los cuales son necesarios al momento
de someterse a un arbitraje, por ello, hay códigos que ya se han ido adaptando.

Naturaleza jurídica.

Tenemos dos teorías:

1. Contractualista: nos centramos en la autonomía de la voluntad. La función del arbitraje


reside en la facultad de las partes de renunciar a un derecho que las asiste, de tal
modo que en todas las actividades desplegadas en relación al arbitraje (nombramiento
de árbitros, determinación del procedimiento, etc.) son realizadas exclusivamente en
el interés de las partes, de carácter privado.
2. Jurisdiccional: procesalista, parte de que la realización de una actividad materialmente
jurisdiccional importa concebir al proceso arbitral como una alternativa del proceso
judicial. Tal consideración se reafirma frente a la condición de cosa juzgada que el
laudo recibe como atributo.

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Frente a estas teorías contrapuestas, en la segunda mitad del siglo XX con la Convención de
Nueva York de 1958 y la Ley Modelo de la Comisión de DDHH, surge una postura mixta
ecléctica, tratando de lograr un equilibrio entre ambas, siendo esta ultima la teoría en que se
inspiró el legislador en el año 2015 al redactar el nuevo Código. Destacándose dos aspectos del
arbitraje:

1. Rol trascendente de la autonomía de la voluntad: para elegir a árbitros, el convenio


arbitral, optar por esta vía, etc.
2. Indiscutible carácter jurisdiccional: que resuelve el conflicto con autoridad de cosa
juzgada y va a tener ejecutoriedad.

¿Qué dijo la CSJN acerca de la naturaleza del arbitraje?

Entendió que es jurisdiccional por naturaleza pero, a la vez, tiene un origen contractual como
medio de solución de controversias.

Power point con comentarios de la profe (mostrado en clases):

El arbitraje es un instituto de gran utilización que goza a nivel mundial de prestigio y tradición,
siendo uno de los más antiguos, precisamente nació con el comercio internacional.
Actualmente, algunos autores como Fulvio Santarelli entienden que la presencia del arbitraje
en los contratos internacionales aparece como una necesidad recurrente frente a la dinámica
de la economía global, que demanda un foro neutral para la atención de sus contiendas

Esta figura jurídica trae implícito 3 elementos fundamentales:

1. Confianza: estimula la franqueza entre las propias partes que deben colaborar con el
proceso y con los árbitros que han elegido.
2. Buena fe: se manifiesta cuando las partes introducen una clausula compromisoria
dando prueba de interés en cumplir lo pactado y, de no ser así dejan asentada la forma
en que resolverán diferencias que se susciten. Rige el principio de pacta sunt servanda
y rebus sic estantibus.
3. Libertad: en cuanto a las formas, pues la informalidad es la regla, las partes eligen no
solo el procedimiento, sino que también pueden ir adaptándolo durante su desarrollo.

Concepto genérico: es un método de resolución de controversias no judicial que revaloriza los


valores que compromete, como la confianza entre las partes y en los jueces elegidos, la buena
fe en la cláusula compromisoria para su desarrollo y la libertad que preside a todas esas
posibilidades.

Definición del CCC: Hay contrato de arbitraje cuando las partes deciden someter a la decisión
de uno o más árbitros todas o algunas de las controversias que hayan surgido o puedan surgir
entre ellas respecto de una determinada relación jurídica, contractual o no contractual, de
derecho privado en la que no se encuentre comprometido el orden público.

En referencia a la decisión de las partes de renunciar al fuero judicial con competencia en


razón del territorio que corresponda, para acordar la resolución de los conflictos que puedan
suscitarse durante el transcurso de sus relaciones contractuales o extra contractuales, con
algunas excepciones.

Debemos saber el concepto genérico, que tiene en cuenta el contexto histórico y cultural y
también el concepto normativo que nos brinda nuestro Código C y Comercial.

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Forma:

Artículo 1650. El acuerdo de arbitraje debe ser escrito y puede constar en una cláusula
compromisoria incluida en un contrato o en un acuerdo independiente o en un estatuto o
reglamento. La referencia hecha en un contrato a un documento que contiene una cláusula
compromisoria constituye contrato de arbitraje siempre que el contrato conste por escrito
y la referencia implique que esa cláusula forma parte del contrato.

Clasificación normativa de arbitrajes (art. 1652 CCC):

1. Arbitraje de derecho: el proceso arbitral se desarrolla con sujeción a las normas


aplicables y el laudo deberá cumplimentar los recaudos establecidos para las
sentencias judiciales.
2. Arbitraje de amigables componedores: los árbitros pueden resolver la controversia sin
fundar el laudo en la aplicación de normas legales, siendo factible resolver con base en
equidad y al leal saber y entender de los mismos.

La norma establece que si nada se estipula acerca del tipo de arbitraje elegido en el Convenio
Arbitral o si en el mismo no se hubiera autorizado expresamente a los árbitros a resolver el
conflicto por cuestiones de equidad, se debe entender que el mismo es de derecho.

Objeto del contrato de arbitraje:

Artículo 1651. Controversias excluidas.

Quedan excluidas del contrato de arbitraje las siguientes materias:

a) las que se refieren al estado civil o la capacidad de las personas;

b) las cuestiones de familia;

c) las vinculadas a derechos de usuarios y consumidores;

d) los contratos por adhesión cualquiera sea su objeto;

e) las derivadas de relaciones laborales. Las disposiciones de este Código relativas al contrato
de arbitraje no son aplicables a las controversias en que sean parte los Estados nacional o
local.

Autonomía:

Artículo 1653.

El contrato de arbitraje es independiente del contrato con el que se relaciona. La ineficacia de


éste no obsta a la validez del contrato de arbitraje, por lo que los árbitros conservan su
competencia, aun en caso de nulidad de aquél, para determinar los respectivos derechos de las
partes y pronunciarse sobre sus pretensiones y alegaciones.

La cláusula compromisoria es autónoma respecto del acuerdo contractual cuyo objeto tenga
ese contracto

No hacemos referencia a la autonomía de las partes.

Competencia:

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Artículo 1654. Excepto estipulación en contrario, el contrato de arbitraje otorga a los árbitros
la atribución para decidir sobre su propia competencia, incluso sobre las excepciones relativas
a la existencia o a la validez del convenio arbitral o cualesquiera otras cuya estimación impida
entrar en el fondo de la controversia.

Dictado de medidas previas:

Artículo 1655. Excepto estipulación en contrario, el contrato de arbitraje atribuye a los árbitros
la facultad de adoptar, a pedido de cualquiera de las partes, las medidas cautelares que
estimen necesarias respecto del objeto del litigio. Los árbitros pueden exigir caución suficiente
al solicitante. La ejecución de las medidas cautelares y en su caso de las diligencias
preliminares se debe hacer por el tribunal judicial. Las partes también pueden solicitar la
adopción de estas medidas al juez, sin que ello se considere un incumplimiento del contrato
de arbitraje ni una renuncia a la jurisdicción arbitral; tampoco excluye los poderes de los
árbitros.

Las medidas previas adoptadas por los árbitros según lo establecido en el presente artículo
pueden ser impugnadas judicialmente cuando violen derechos constitucionales o sean
irrazonables.

 El hecho de que la medida cautelar se solicite ante la justicia no implica renunciar al


proceso de arbitraje.

Efectos. Revisión de los laudos arbitrales:

Artículo 1656. El convenio arbitral obliga a las partes a cumplir lo estipulado y excluye la
competencia de los tribunales judiciales sobre las controversias sometidas a arbitraje, excepto
que el tribunal arbitral no esté aun conociendo de la controversia, y el convenio parezca ser
manifiestamente nulo o inaplicable.

En caso de duda ha de estarse a la mayor eficacia del contrato de arbitraje.

Los laudos arbitrales que se dicten en el marco de las disposiciones de este Capítulo pueden ser
revisados ante la justicia competente por la materia y el territorio cuando se invoquen causales
de nulidad, total o parcial, conforme con las disposiciones del presente Código. En el contrato
de arbitraje no se puede renunciar a la impugnación judicial del laudo definitivo que fuera
contrario al ordenamiento jurídico.

Arbitraje institucional:

Artículo 1657. Las partes pueden encomendar la administración del arbitraje y la designación
de árbitros a asociaciones civiles u otras entidades nacionales o extranjeras cuyos estatutos así
lo prevean. Los reglamentos de arbitraje de las entidades administradoras rigen todo el
proceso arbitral e integran el contrato de arbitraje.

 Siempre que la institución o entidad este registrada de acuerdo a las cláusulas


previstas para llevar adelante un arbitraje.

Cláusulas facultativas:

Artículo 1658. Se puede convenir:

a) la sede del arbitraje;

b) el idioma en que se ha de desarrollar el procedimiento;

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c) el procedimiento al que se han de ajustar los árbitros en sus actuaciones. A falta de acuerdo,
el tribunal arbitral puede dirigir el arbitraje del modo que considere apropiado;

d) el plazo en que los árbitros deben pronunciar el laudo. Si no se ha pactado el plazo, rige el
que establezca el reglamento de la entidad administradora del arbitraje, y en su defecto el que
establezca el derecho de la sede;

e) la confidencialidad del arbitraje;

f) el modo en que se deben distribuir o soportar los costos del arbitraje

A partir del art. 1659 hablamos exclusivamente de los árbitros:

Designación de los árbitros:

Artículo 1659. El tribunal arbitral debe estar compuesto por uno o más árbitros en número
impar. Si nada se estipula, los árbitros deben ser tres. Las partes pueden acordar libremente el
procedimiento para el nombramiento del árbitro o los árbitros. A falta de tal acuerdo:

a) en el arbitraje con tres árbitros, cada parte nombra un árbitro y los dos árbitros así
designados nombran al tercero. Si una parte no nombra al árbitro dentro de los treinta días de
recibido el requerimiento de la otra parte para que lo haga, o si los dos árbitros no consiguen
ponerse de acuerdo sobre el tercer árbitro dentro de los treinta días contados desde su
nombramiento, la designación debe ser hecha, a petición de una de las partes, por la entidad
administradora del arbitraje o, en su defecto, por el tribunal judicial;

b) en el arbitraje con árbitro único, si las partes no consiguen ponerse de acuerdo sobre la
designación del árbitro, éste debe ser nombrado, a petición de cualquiera de las partes, por la
entidad administradora del arbitraje o, en su defecto, por el tribunal judicial. Cuando la
controversia implica más de dos partes y éstas no pueden llegar a un acuerdo sobre la forma
de constitución del tribunal arbitral, la entidad administradora del arbitraje, o en su defecto, el
tribunal judicial debe designar al árbitro o los árbitros.

 Hay controversias que deben resolverse en forma inmediata, por ejemplo en materia
de relaciones comerciales, se evita ir a la justicia federal y se ponen de acuerdo sobre
la designación de los árbitros.

Calidades de los árbitros:

Artículo 1660. Puede actuar como árbitro cualquier persona con plena capacidad civil. Las
partes pueden estipular que los árbitros reúnan determinadas condiciones de nacionalidad,
profesión o experiencia.

Nulidad:

Artículo 1661. Es nula la cláusula que confiere a una parte una situación privilegiada en cuanto
a la designación de los árbitros.

Obligaciones de los árbitros:

Artículo 1662. El árbitro que acepta el cargo celebra un contrato con cada una de las partes y
se obliga a:

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a) revelar cualquier circunstancia previa a la aceptación o que surja con posterioridad que
pueda afectar su independencia e imparcialidad;

b) permanecer en el tribunal arbitral hasta la terminación del arbitraje, excepto que justifique
la existencia de un impedimento o una causa legítima de renuncia;

c) respetar la confidencialidad del procedimiento;

d) disponer de tiempo suficiente para atender diligentemente el arbitraje; (tiene que ver con
la celeridad que caracteriza al arbitraje)

e) participar personalmente de las audiencias;

f) deliberar con los demás árbitros;

g) dictar el laudo motivado y en el plazo establecido.

En todos los casos los árbitros deben garantizar la igualdad de las partes y el principio del
debate contradictorio, así como que se dé a cada una de ellas suficiente oportunidad de hacer
valer sus derechos.

Recusación de los árbitros:

Artículo 1663. Los árbitros pueden ser recusados por las mismas razones que los jueces de
acuerdo al derecho de la sede del arbitraje. La recusación es resuelta por la entidad
administradora del arbitraje o, en su defecto, por el tribunal judicial. Las partes pueden
convenir que la recusación sea resuelta por los otros árbitros.

Retribución de los árbitros:

Artículo 1664. Las partes y los árbitros pueden pactar los honorarios de éstos o el modo de
determinarlos. Si no lo hicieran, la regulación se hace por el tribunal judicial de acuerdo a las
reglas locales aplicables a la actividad extrajudicial de los abogados.

Extinción de la competencia de los árbitros:

Artículo 1665. La competencia atribuida a los árbitros por el contrato de arbitraje se extingue
con el dictado del laudo definitivo, excepto para el dictado de resoluciones aclaratorias o
complementarias conforme a lo que las partes hayan estipulado o a las previsiones del derecho
de la sede.

 Se extingue la competencia cuando se firma el laudo arbitral o, cuando encontramos


cuestiones relacionadas a la interpretación o aclaratoria del laudo arbitral.

Conclusiones:

En los códigos decimonónicos teníamos algunas referencias al arbitraje pero no estaba


regulado porque se reservaba a las provincias al ser considerado materia de forma. Pasamos
de ser uno de los países más atrasados en esta materia a regularlo como un contrato.

Se hace una crítica en cuanto a la extensión de las materias excluidas de arbitraje, pudiéndose
decir que dichas “excepciones” son la regla y muy pocas cuestiones son susceptibles de
someterse a arbitraje (excepciones).

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