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El poema personifica a la tierra y sus elementos para describir la contaminación como una agonía silenciosa que devora su esencia. Usa figuras literarias como metáforas, hipérboles y apóstrofes para ilustrar cómo la contaminación está matando la vida en la tierra y ruega a la humanidad que despierte y restaure la pureza de la madre tierra.
El poema personifica a la tierra y sus elementos para describir la contaminación como una agonía silenciosa que devora su esencia. Usa figuras literarias como metáforas, hipérboles y apóstrofes para ilustrar cómo la contaminación está matando la vida en la tierra y ruega a la humanidad que despierte y restaure la pureza de la madre tierra.
El poema personifica a la tierra y sus elementos para describir la contaminación como una agonía silenciosa que devora su esencia. Usa figuras literarias como metáforas, hipérboles y apóstrofes para ilustrar cómo la contaminación está matando la vida en la tierra y ruega a la humanidad que despierte y restaure la pureza de la madre tierra.
Personificación: A lo largo del poema, la tierra y sus
elementos son personificados, dándoles características humanas y emociones. Por ejemplo, "donde el alma de la tierra llora en silencio" y "la madre tierra, vestida de lamento y quebranto". Metáfora: La comparación entre la contaminación y un "lúgubre manto" es una metáfora que sugiere la oscuridad y tristeza que la contaminación trae consigo. Hipérbole: La descripción de los ríos como "ríos de veneno" es una hipérbole que exagera la gravedad de la contaminación. Anáfora: La repetición de la palabra "Oh" al comienzo del verso crea una anáfora, enfatizando la emoción y llamando la atención sobre lo que sigue. Símil: La comparación de la contaminación con un "invierno cruel" es un símil que ilustra la frialdad y la dureza de la contaminación. Antítesis: La antítesis se presenta cuando se menciona cómo la tierra "sucumbe bajo el yugo venenoso", contrastando la idea de sometimiento con la vitalidad de la vida. Apóstrofe: La invocación directa a la "humanidad" es una apóstrofe, dirigiéndose directamente al lector o a la humanidad en general. "Lamentos de la Tierra" En el lecho de la tierra herida y yerta, donde el alma de la tierra llora en silencio, la contaminación se cierne como lúgubre manto, agonía silente que devora su esencia. Los ríos de veneno serpentean sin piedad, sus aguas asfixiadas por el mal que les aflige, y el suelo, testigo mudo de la triste condena, suspira con dolor ante esta afrenta impía. La madre tierra, vestida de lamento y quebranto, clama al viento su desdicha y su tormento, los campos yacen marchitos, su esperanza rota, mientras la contaminación es el invierno cruel. Oh, cómo se desvanecen los colores de la vida, la flora y fauna sucumben bajo el yugo venenoso, la biodiversidad danza en triste despedida, y la tierra en su agonía ruega un alivio piadoso. ¡Despertemos, humanidad, de este sueño insensato! Abracemos la tierra como madre y protectora, restauremos su pureza, sanemos su dolor, que la esperanza renazca en cada nueva aurora.