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La prehistoria (del latín præ-, «antes de», y de historia, «historia, investigación, noticia», este

último un préstamo del griego ιστορία) es, según la definición tradicional, el período de
tiempo transcurrido desde la aparición de los primeros homininos, antecesores del Homo
sapiens, hasta que tenemos constancia de la existencia de documentos escritos,1 algo que
ocurrió en primer lugar en el Oriente Próximo hacia el 3 300 a. C., y posteriormente en el
resto del planeta.2 No obstante, en su acepción clásica, se vincula con una prehistoria ligada a
la historia natural. Según otros autores, la prehistoria terminaría en algunas regiones del
mundo antes, con la aparición de las sociedades complejas que dieron lugar a los primeros
estados y civilizaciones.

Según las nuevas interpretaciones de la ciencia histórica, la prehistoria es un término carente


de significado real en el sentido que fue entendido durante generaciones. Si se considera a la
Historia, tomando la definición de Marc Bloch, como el «acontecer humano en el tiempo»,
todo es Historia existiendo el ser humano, y la prehistoria podría, forzadamente, solo
entenderse como el estudio de la vida antes de la aparición del primer homínido en la tierra.
Desde el punto de vista cronológico, sus límites están lejos de ser claros, pues ni la llegada
del ser humano ni la invención de la escritura tienen lugar al mismo tiempo en todas las zonas
del planeta.

La metodología de base para la obtención de datos en la prehistoria es la Arqueología, por lo que


hasta hace muy poco Prehistoria y Arqueología eran confundidas constantemente. En los ámbitos
académicos de la Europa continental, la prehistoria es una especialidad de la Historia, siendo
habitual que haya departamentos de Prehistoria dentro de las facultades de Historia y también es
normal que la financiación de las investigaciones corra a cargo de instituciones de orientación
humanística o la propia administración estatal. En cambio, en América y las islas británicas, la
Prehistoria está siendo supeditada a la Arqueología (Arqueología procesual), la cual, a su vez, suele
verse como una especialidad de la Antropología, cuyo alcance, en cualquier caso, no se limita a las
fases preliterarias de la Historia, sino a cualquier periodo pretérito, aunque sea muy reciente.
Además, la organización de los departamentos de Arqueología anglosajones suele ser diferente al
asociarse a menudo a las Ciencias Naturales, incluyendo laboratorios propios y sistemas de
financiación ligados a organismos enfocados a tales ciencias (en Estados Unidos, por ejemplo, la
National Science Foundation y en Gran Bretaña el Natural Environment Research Council) o
fundaciones más relacionadas con el sector privado.

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