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Historia

Te explicamos qué es la historia, cómo se divide, sus funciones y


características. Además, sus ciencias auxiliares y qué es la prehistoria.

La historia es una de las disciplinas más antiguas creadas por la humanidad.


¿Qué es la historia?
La historia es el estudio del pasado de la humanidad a partir de la examinación
crítica de registros, documentos, fotografías, filmes, libros y cualquier otra
forma de soporte que arroje luz sobre los eventos pasados que afectaron a
países y a comunidades.
Sin embargo, historia puede significar tres cosas distintas:
Una disciplina que estudia el pasado de la humanidad y su narración
cronológica, permitiendo su comprensión, contextualización y visión crítica. Es
en lo que pensamos cuando compramos un libro de historia. A veces se
enmarca en las ciencias sociales y otras entre las Humanidades.
La producción de dicho estudio, o sea, la escritura misma del pasado que
llevan a cabo cronistas e historiadores. Dicho de otro modo, la escritura de la
historia es también historia.
El período temporal que comienza con la invención de la escritura en
la Antigüedad y continúa hasta el presente. Se trata de un concepto en desuso,
pero en principio se oponía a la prehistoria, es decir, la historia anterior a la
escritura.
Además, popularmente usamos el término “historia” para referirnos al pasado,
como en la expresión: “eso ya es historia” o “eso quedará para la historia”.
La historia es una de las disciplinas más antiguas creadas por la humanidad, y
quizá una de las que más especializaciones posibles tiene. Se puede hacer un
abordaje histórico de prácticamente cualquier realidad, incluso de
otras ciencias y disciplinas, ya sea que hablemos de arte, de una nación o
del universo mismo.
A las personas que se dedican al estudio de la historia se les conoce como
historiadores, y a aquellos que se ocupan de contar la historia de una localidad
o una comunidad se les conoce como cronistas.
Puede servirte: Relato histórico
Características de la historia
En términos generales, la historia se caracteriza por lo siguiente:
Se dedica al estudio del pasado, a partir de los registros de distinto tipo que
hayan quedado de él, o que hayan elaborado historiadores anteriores. Por
ende, el conocimiento histórico es acumulativo, es decir, lo estudiado por un
historiador sirve de fuente a los historiadores futuros.
El estudio de la historia se especializa en un tema, tópico o región específica,
de modo que es posible hablar de historia de prácticamente todo. No debe
confundirse con la historiografía, que es el estudio del modo en que la historia
se escribe, o sea, una suerte de meta-historia.
Para estudiar el pasado, la historia acude a muchas otras disciplinas en busca
de fuentes e instrumentos, y al mismo tiempo les sirve de ciencia auxiliar para
que puedan estudiar los orígenes de su campo de estudio y el desarrollo de sí
mismas como disciplinas. Por ejemplo: historia de la medicina, historia de la
ciencia, historia de la literatura.
Desde el siglo XIX la enseñanza de la historia nacional forma parte esencial
del modelo educativo en todos los países, como un método de formación de
la identidad nacional.
¿Para qué sirve la historia?
Estudiando cómo ocurrieron las cosas del pasado podemos entender la
actualidad.
La revisión o estudio del pasado cumple distintas funciones, que pueden
ir desde la acumulación del conocimiento mismo, hasta la comprensión del
presente.
Esto último es quizá su mayor utilidad: sólo estudiando cómo ocurrieron las
cosas del pasado, podemos entender la configuración de la realidad actual. Es
por eso que muchas veces el pasado (remoto o reciente) es el punto de partida
del estudio de un tema.
Importancia de la historia
Dicho un poco románticamente, la importancia de la historia tiene que ver con
el deseo humano de vencer a la muerte: escribimos lo ocurrido para que las
generaciones venideras puedan enterarse de lo ocurrido, cuando no estemos
ya presentes para contarlo.
Gracias a ello podemos saber cómo era la vida hace miles de años, cuáles
eran las preocupaciones, los descubrimientos y los peligros a los que se
enfrentaron quienes vivieron en un mundo radicalmente distinto al nuestro, ya
que sin ellos nosotros no seríamos quienes somos.
Historia y prehistoria
La
prehistoria es mucho más difícil de conocer que la historia.
La diferenciación entre historia y prehistoria es convencional, y actualmente se
considera innecesaria. La prehistoria necesariamente forma parte de la historia
humana, pero tradicionalmente se la comprendió como el período primigenio y
ancestral.
Es decir, la prehistoria es el período previo a la invención de la escritura. A
partir de este evento, en cambio, nos hallaríamos en terrenos de la historia
propiamente dicha.
Esta división tenía que ver con que, hasta la invención de la escritura, no había
un soporte físico duradero en el cual guardar o relatar los sucesos ocurridos,
sino que el pasado se transmitía de generación en generación, a menudo
mediante el uso de la memoria y de técnicas como la rima, para poder
evocarlo.
El problema inherente a ello es que, con cada repetición, el mensaje se altera
un poco, en la medida en que una palabra se olvida y viene otra a su
reemplazo, o en que el mensaje es recordado ligeramente distinto de lo que el
antecesor lo rememoraba. Es por eso que la prehistoria es mucho más difícil de
conocer que la historia.
Más en: Prehistoria
Períodos de la historia
Parte de las labores de los estudiosos de la historia consiste en organizarla y
clasificarla, lo que a menudo se hace mediante su periodización, o sea, su
división en períodos consecutivos, cuyo inicio y final lo marcan determinadas
fechas y eventos de importancia.
Así, la periodización “tradicional” se organiza según los parámetros europeos,
de los cuales difieren los demás continentes y culturas, de modo que no existe
una periodización única y universal, sino que el modelo que veremos a
continuación deberá siempre adaptarse a las particularidades de cada región y
cultura.
A continuación, la división de períodos de la Prehistoria y de la Historia.
División de la prehistoria

En la Edad de los Metales se inventaron diversas herramientas incluyendo la


rueda.
Como hemos dicho, es el período más primitivo y antiguo de la trayectoria de
nuestra especie. Comprende dos etapas distintas, que son:
Edad de piedra. Aquella que va desde la aparición de las primeras formas de
herramientas humanas, elaboradas de piedra, madera o hueso, hasta el
descubrimiento del manejo de los primeros metales. Es la edad más larga,
subdividida en tres períodos distintos:
Período paleolítico. Alguna vez llamado antigua edad de piedra, va de hace
2,59 millones de años aproximadamente, hasta el año 12.000 a. C. Presenció
el surgimiento de las primeras hordas humanas físicamente reconocibles, de
conducta social primitiva, que descubrieron el fuego, el uso de herramientas
líticas, y sobrevivían en base a la caza, pesca y recolección.
Período mesolítico. También conocido como epipaleolítico o protoneolítico, se
considera un período de transición de la vida nómada a la sedentaria, lo cual
coincidió además con el fin de la última glaciación. Se considera que va desde
el año 12.000 a. C. hasta el 9.000 a. C. en Oriente Medio, ya que
en Europa sus eventos culminantes no se dieron hasta mucho después.
Período neolítico. El último período de la Edad de piedra, comprende el lapso
desde el año 9.000 a. C. aproximadamente, hasta el 4.000 a. C., en el cual se
produjo la primera verdadera revolución de la historia humana, con el desarrollo
de la agricultura. Esta técnica revolucionó el modo de vida humano,
haciéndonos una especie sedentaria, y permitió luego la domesticación
de especies vegetales y animales.
Edad de los metales. Como su nombre lo indica, esta es la era en que los
metales fueron descubiertos por la humanidad. Se la divide normalmente en
tres edades distintas, de acuerdo al tipo de metal predominante:
Edad del cobre o Calcolítico. De límites difusos entre el año 4.000 a. C. y el
3.000 a. C., fue cuando se descubrió el cobre y se lo usó en estado nativo,
mediante el martillado y el batido en frío, hasta que se descubrió la posibilidad
de fundirlo. También se descubrieron la cerámica y las primeras aleaciones.
Edad del bronce. Este período inicia alrededor del año 3.000 a. C. y culmina
más o menos en el 1.300 a. C., y fue cuando se conoció el bronce, un metal
mucho más amplia y versátilmente empleado por la humanidad antigua, no sólo
para fabricar armas y utensilios, sino estatuas y monumentos.
Edad del hierro. El último de los períodos de la prehistoria, en el que ya se
daban los primeros protosistemas de escritura. Además, la humanidad
descubrió un metal mucho más valioso y duradero que el cobre, de
propiedades más interesantes, pero mucho más escaso: el hierro. Se le data
aproximadamente entre el año 1.300 a. C. y la aparición de la escritura, que en
Europa se dio alrededor del año 500 a. C., aunque se la conocía en Oriente
Medio desde el 3.300 a. C.
División de la historia

Durante la Baja Edad Media se realizaron las Cruzadas.


La Historia, propiamente dicha, data desde el desarrollo de la escritura y la
aparición de los primeros Estados, hasta el presente. Se la divide
tradicionalmente en varias edades, que son:
Edad Antigua o Antigüedad. Es el período de surgimiento de las
primeras civilizaciones antiguas, generalmente bajo la forma de un Imperio o
una monarquía religiosa. Se la comprende en tres etapas distintas:
El nacimiento de la civilización. Especialmente de las
culturas mesopotámicas (Sumeria, Babilonia, Asiria), del Antiguo Egipto, del
levante mediterráneo (Fenicia y el Antiguo Israel), las cuales tenían poco
contacto con la civilización del Valle del Indo, la civilización china, la
civilización mesoamericana y el África subsahariana, consideradas cunas de la
humanidad.
La Antigüedad Clásica. Fechada entre los siglos VIII a. C. y II d. C., la época
clásica presenció el surgimiento de las culturas expansivas de Persia, Fenicia,
la Grecia Antigua y posteriormente Roma, las cuales se disputaban el
Mediterráneo y sus regiones aledañas. Durante este período se edifica y
madura el Imperio Romano, la primera gran potencia imperial de Europa, y
culmina con su entrada en decadencia.
La Antigüedad tardía. Se centra en la decadencia del Imperio Romano a partir
del siglo III d. C., y su caída frente a las invasiones bárbaras que provienen del
norte europeo germánico. Además, presencian el surgimiento de los grandes
monoteísmos: el islam y el cristianismo.
La Edad Media o el Medioevo. Es el período de cristianización de Occidente
todo, tras la caída del Imperio Romano de occidente y el desarrollo de un
nuevo modo de producción, el feudalismo. La aristocracia era la clase reinante
y Occidente se sumergió en el oscurantismo, a lo largo de quince siglos de
gobierno religioso (del siglo V al siglo XV). Se la clasifica también en dos
etapas:
Alta Edad Media. Del siglo V al siglo X, es la llamada época oscura, en la que
escasean las letras, la vida urbana sufre un importante retroceso y la vida en
Europa se da en abadías, castillos y pueblos casi incomunicados entre sí.
Baja Edad Media. Del siglo X al siglo XV, se produce una revolución urbana
fruto del incremento en la actividad comercial y el auge de una nueva clase
social, la burguesía. Se producen las cruzadas, fruto de la competencia entre
el Islam y la Iglesia Católica, y hacia el final se conforma el llamado Antiguo
Régimen: una sociedad monárquica absolutista.
La Edad Moderna. A partir del siglo XV, con el descubrimiento de América y la
caída de Constantinopla y el Imperio Romano de Oriente, el mundo se
sumergió en el cambio. Europa renació bajo la influencia de una nueva y
pujante filosofía: el humanismo, que suplanta la fe en Dios con la razón
humana, y sienta las bases para una revolución científica que cambió el mundo
para siempre.
Esta edad es la era de los descubrimientos, en la cual los grandes imperios
europeos exploran el mundo. Así se llegó a una etapa
de colonización e imperialismo, que culminó en el siglo XVIII con la Ilustración,
la caída del Antiguo Régimen y el inicio del mundo republicano y capitalista.
La Edad Contemporánea. El período que abarca desde el siglo XIX hasta hoy,
ha sido una edad de revoluciones científicas, sociales y políticas, que
transformó al mundo de manera mucho más radical que el resto de toda la
Historia.
Ciencia y tecnología demostraron su lado oscuro: se arrojan las
primeras bombas atómicas; y también su lado portentoso: la llegada del ser
humano a la Luna. Hacia el siglo XXI el capitalismo global, victorioso y sin
enemigos, enfrenta sus primeras crisis.
Ciencias auxiliares de la historia
Las ciencias auxiliares de la historia son aquellas que colaboran con ella en la
interpretación de sus fuentes documentales. Ejemplo de ellas son:
La arqueología. Que brinda nuevos hallazgos y nuevos contextos a partir de los
cuales pensar el pasado.
La etnografía. Que brinda datos antropológicos y sociológicos útiles para
emplear el presente como referencia del pasado.
La astronomía. Que empleando el orden astral como referencia, permite
comprender la organización cosmológica de las culturas antiguas, muchas de
las cuales tuvieron sus propios calendarios.

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